-bien, muy bien, ahora, ATACA... eso, eso, no no, NO, NO... nunca, jamas, te precipites, oh te pasara esto- Menta miro a Ranma, arrodillada en el piso, con el filo del sable de Ranma en su cuello, trato de atacar mucho mas alla de lo que le era posible llegar, Ranma la dejo venir y simplemente la dejo perder el equilibrio, Akane sonrió, Ranma tenia la experiencia necesaria para enseñarle a combatir y defenderse como un vampiro, ella pondría su poca experiencia como vampiro para ayudarla a rehacer su vida, menta se puso de pie y las clases recomenzaron, con un Ranma al ataque y menta tratando de defenderse, cosa que lograba mejor día a día... o mejor dicho, noche a noche...

-vaya, así pelean ustedes, muchos efectos especiales- Nabiki, sentada junto a Akane como si fuera un picnic en el parque, tomaba una gaseosa, mientras miraba los entrenamientos

-si, así lo hacemos-

ya lo he visto-

-a que te refieres?-

-no, nada, nada-

-ah, lo de la tarde esa, cuando entraste al comedor...- Nabiki miro a su hermana

-me viste?-

-si...- la voz de Akane fue un susurro avergonzado, los ojos de Nabiki tenían el tamaño de un plato de sopa

-desde que momento?-

-...desde que entraste...-

-me viste, me viste que estuve treinta segundos allí viéndolos y no... y no... y no se detuvieron...-

-y... te dije que una vez que empiezo no me puedo detener...-

-no, me dijiste que eras apasionada, no una exhibicionista, ademas, Akane, eso que estaban haciendo no era humano-

-es que yo... -Akane vio a menta pasar entre ella y Nabiki tratando de evitar a un Ranma que llevaba su ataque a fondo, tanque que termino clavando su espada en el vientre de su hermana adoptiva, esta soltó su espada y callo arrodillada al piso, tomándose el vientre sobre la herida, Nabiki cerro los ojos y Akane meneo la cabeza, a su mente volvió una vieja frase de su odiado maestro de esgrima la letra con sangre entra Nabiki se levanto furiosa

-tienes que ser tan vehemente, la heriste- Ranma resoplo

-ya se que la herí, pero en minutos estara sana, tiene que aprender a ignorar el dolor-

-ja, si fuera Akane no te atreverías hacer eso-

-si la estuviera entrenado lo haria, lo hice con decena de operarios, por que no con ella?-

-por que te vencería- Akane se levanto y miro mal a su hermana

-no hagas olas hermanita, que no hace falta-

entonces dices que Ranma te ganaría en un duelo?-

EN SUS SUEÑOS HÚMEDOS- Nabiki se complació al ver la reacción de la vieja Akane, Ranma sonrió ante la diablura de Nabiki, y se sintió como si tuviera doce o trece años menos

-ok, señorita, señorita, y señor, un duelo, en toda regla, como ambos son casi inmortales a esto, a la primera sangre se detiene, y esta prohibido decapitar al oponente entendido?- Akane recobro la compostura y se dio cuenta de lo que había echo, pero, reglas son reglas, desenvaino su espada y espero a Ranma, que se acercaba lentamente a ella con una sonrisa

Akane y Ranma recordaban perfectamente su único duelo. La primera parte de este, antes de que ambos se dieran cuenta de quien era quien, fue técnicamente un empate, la segunda fue claramente ganada por una Akane que le regalo el triunfo al final para que Ranma acabara con ella, pero Akane sabia que Ranma estaba totalmente conmocionado por descubrir lo que le había sucedido. Ranma había llegado a la misma conclusión, había repasado ese duelo varias veces en su cabeza, de haber sido otro vampiro o un enemigo, hubiera muerto sin dudas, pero que habría sucedido si el no hubiera estado tan golpeado animicamente en ese momento, Akane se había convertido no solo en un vampiro, si no también en un rival digno... y discípula de uno de los vampiros mas legendarios que existía, tanto por su frialdad para matar cuando fuera necesario (y aunque no fuera necesario) como su habilidad para combatir, Ranma se acercaba lentamente, cortando el aire con su sable, Akane se mantenía en una posición casual, como si no pasara nada importante, menta, aun algo herida, se sentó junto a Nabiki

-estas bien pequeña?-

-si, uff, esto duele-

-en algunos minutos estaras bien, he visto lo que Rosete le hizo a Akane cuando la entreno, eso solo fue una caricia-

-ok, no pensare en cambiar de maestro, y cuando se supone que estos pelearan?-

-no se, parece que no quieren- los oponentes se miraban, de repente Ranma se lanzo al ataque y el duelo se inicio...

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-jamas pensé que me sacaras de paseo-

-acaso quieres quedarte en casa haciendo el amor todo el tiempo?-

-mmm, SI- Rosete y Kasumi rieron a carcajadas de la respuesta de la ultima, pero Kasumi se sentía tan bien de salir tomada del brazo de su amante... lastima que a veces fuera una de las personas mas inhumanas que existiera, y el termino persona era correcto, por que había comprobado, en las risas, lágrimas y miedos de Akane así como en las pasiones y calmas de Rosete que tanto un vampiro y un humano era lo mismo, y ella se preguntaba que era lo que amaba de esa... persona, su manera de ser, la calma que el le daba, la permanente sensación de tener una respuesta para todo, o solamente el echo de hacerle el amor como si ella fuera la única divinidad del planeta, por que a pesar de su inexperiencia en el asunto, Kasumi sabia que pocos hombres, o mas bien ninguno podría hacer eso tanto tiempo, y de repente se sonrojo al pensar que Akane y Ranma, al menos estaban varios pasos mas alla de la normalidad, Rosete también estaba en esa escala... y ella, se sonrojo mas al recordar que ella era parte altamente activa de esa extraña pareja, provocando y pidiendo cosas a su vampirico amante, sentados mirándose mientras tomaban un gran café cada uno, Rosete descubrió esas miradas, que a veces le notaba en los raros descansos que se tomaban

-cual es tu duda?-

-como sabes que tengo dudas?-

-he, visto esa mirada, he visto esa pregunta en tus labios ya varias veces-

-y por que no la respondes de una vez?-

-solo lo haré cuando la hagas- Kasumi resoplo

-me amas?- el vampiro la miro directo a los ojos

no quiero, pero creo que si-

-esa es una respuesta?-

-ya he visto morir a varias personas que amo... me niego, no quiero pasar eso de nuevo-

-sigues sin contestarme-

-por que se que me romperás el corazón, no veo tu destino unido al mio-

-es lo que quisieras, que yo me quede junto a ti?-

-por toda la eternidad-

-y por que no me convertiste esa noche?-

-por que aun no sabia que te amaba- Kasumi, con sacacorchos logro sacarle la palabra deseada, pero al mismo tiempo noto algo

-entonces esa primera noche solo fui otra de tus aventuras?-

-así es- a veces la sinceridad del vampiro era hiriente, quien miraba a un costado como si nada

-y que es lo que cambio desde entonces?-

-el saber que tu me quieres, aunque no sepas por que, aunque tengas tus razones para odiarme por lo que le he echo a tu familia, aunque sepas lo que soy-

-me convertirías?- el vampiro la volvió a mirar directo a sus ojos

-cuando en lo mas salvaje de nuestra pasión me lo pidas, solo allí lo haré, no antes, jamas-

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-increíble, son grandiosos- Nabiki miraba extasiada a Ranma y Akane pelear, parecía un duelo parejo, pero menta, que si sabia lo que era pelear, noto algo...

Akane trato de atraer a Ranma a una trampa, quería terminar esto lo mas rápido posible, pero Ranma no caía, y poco a poco se dio cuenta de que la estaba dominando, salto hacia atrás, varios metros, para tomar un poco de distancia, pero apenas piso el césped, detuvo un estoque del sable de Ranma, le aplico un codazo en la nariz, el limpiador trastabillo un poco, Akane comprendió que si seguía a la defensiva, perdería, se lanzo al ataque...

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-querías acostarte conmigo, o era parte de algún plan tuyo? Rosete miro de reojo a Kasumi, si, indudablemente ella era mucho mas inteligente de lo que aparentaba

-sabia que Akane estallaría cuando supiera como te había curado y acostado contigo, vendría a buscar venganza, o algo parecido, y le daría su ultima lección, una que esta tratando de evitar a toda costa, pero que debe afrontar para poder sobrevivir-

-y por que te quedaste conmigo y no con tu HIJA?-

-por que vi tu rostro, en ese ultimo orgasmo que tuviste esa primera noche, te sentí, sentí como me abrazabas, como caíste sobre mi, tu respiración agitada, tus uñas clavadas en mi, sentí a la mujer en ti, y me enamore de eso, el resto podría esperar-

-que es lo tan importante que Akane debe aprender para sobrevivir?-

-a, mi amor, las cosas entre maestro y alumnos deben quedar entre maestros y alumno, me extraña que tu justamente hagas esa pregunta-

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Ranma recordaba bien esta parte, la habilidad de Akane era indudable, dominaba perfectamente la fina espada que portaba, ahora era el quien se veía en problemas, de repente sintió algo duro y enorme tras el, un árbol, casi trastabilla, y Akane, casi lo hiere, esta vez no habría perdón, salto y paso sobre Akane para caer a su espalda, antes de caer ya había lanzado su estocada, pero Akane giro e hizo lo mismo

-DIOS MIO- grito Nabiki, llevándose la mano a la boca, menta, aun herida, se levanto dificultosamente, ambas se acercaron a los dos cuerpos con sendas espadas clavadas en sus vientres

-oigan están bien?- menta se acerco a ellos, que parecían morirse de risas en el piso

-maldito... bastardo... se supone que... soy una dama...- Akane se tomaba el vientre, mientras Nabiki desenterraba el sable de Ranma de allí

-oye... Akane, podrías tener mas.. cuidado, un poco... mas abajo y cortas... lo que tu ya sabes- menta, un poco rencorosa por la herida de hacia un rato, arranco la espada de Akane de un tirón del estomago de Ranma, luego lo ayudaba a levantarse, los cuatro se miraron, Nabiki sonrió

-bueno, es un empate, les pareces si vamos a casa de una vez-

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-sabes algo, Akane ya se dio cuenta, no voy a seguir usando eso shampoo y jabón horrible, y esa colonia te la regreso

como?- Kasumi se toco la nariz

-así que la pequeña vampira usa sus facultades-

-así es, te olio-

-y se contuvo, pues bien, pues bien, eso hara la ultima prueba no le sea tan dura...-

-me estas preocupando-

-no te preocupes, la haré dentro de un buen tiempo-

-si?-

-así es-

-por que?- ambos se detuvieron, Kasumi se dio cuenta que estaban frente a la casa de el

-por que primero quiero que sigas siendo mia- continuo un beso apasionado, mientras subían las escaleras, un buscar frenético de las llaves sin despegar sus labios, y cuando estuvieron dentro, un recostar suave pero lleno de caricias lascivas mientras se desnudaban mutuamente ni bien cerraron la puerta