Hola.. Bueno, lamento informales(jeje bueno ni tanto) que éste es el penúltimo capítulo de la historia. Como ya saben, RK no es mío, es de Watsuki-sama y la verdad de este fic lo único que es mío es la historia. Aparte que esto es un A/M... Y a propósito el Amante Misterioso no es Kenshin.
El Amante Misterioso
Autora: Arashi Shinomori(Catty Ishida)
Capítulo 8: Una boda muy especial.
- "¿NANI!"- gritaron todos los recién llegados al unísono. A excepción de Aoshi, quien no podía hablar de la sorpresa.
- "¿Qué?... ¿Acaso es muy malo que una se case?"- preguntó Misao enfadada al notar aquella reacción.
- "Iie... demo, creímos que tú te ibas a casar con..."- respondió Yahiko aún sorprendido- "Bueno... con Aoshi"- terminó de decir.
Misao se quedó callada, por el simple hecho de que el aludido estaba presente. No quería decirle lo que alguna vez sintió por él.
- "Bueno, pues... felicidades comadreja"- se atrevió a decir Saito, seriamente, mientras miraba de reojo a Aoshi.
- "Domo Arigatou, ookami"- respondió la chica de la misma manera.
Entonces Okon y Omasu se acercaron a los recién llegados con aire de mandato.
- "¡Y que hacen ustedes parados!... ¡Hay una boda que planear!"- gritaron ambas mujeres, mientras empujaban a todos los hombres.
- "Pero... ¿Y que pasará con el Aoya?"- preguntó Kenshin confundido.
- "Cerrará por la fiesta"- respondió Okon con felicidad, mientras continuaba empujando.
- "Pero... ¿Cuándo se casa la comadreja?"- preguntó Sanosuke con miedo en la voz.
Misao sonrío al cabeza de pollo y dijo- "La boda... es hoy".
Paro cardíaco para todos los hombres que habían salido de viaje. Eso incluye a Saito y a Aoshi.
- "¡QUE!... Es un país libre, una puede casarse cuando una quiere"- dijo Misao reclamando, mientras era seguida por Kaoru y Megumi, quienes la ayudaban a dar el visto bueno a las decoraciones.
Y así comenzó la mañana. Mientras Sanosuke, Yahiko y Saito ayudaban a la decoración, mientras eran comandados por Okina y refunfuñaban algo de no hacer trabajar a los futuros invitados. Y Kenshin, Shiro y Kuro preparaban el banquete, siendo comandados por Okon y Omasu, haciendo todo sin replicar. Megumi, Misao y Kaoru, en tanto, estaban hablando cosas demasiado importantes para la boda.
- "¿Qué color es mejor¿El rosa o el celeste?"- preguntó Misao, mientras traía dos cintas de esos colores en cada mano- "El rosa es más femenino. Pero el celeste es parte de los colores del traje de los Oniwabanchu".
- "El rosa"- respondieron ambas al unísono.
- "¡Tori Atama, Ookami y Enano, deshagan todas las decoraciones¡El Aoya se decorará en tonos rosa!"- gritó la comadreja.
- "¿QUE?"- gritaron los tres- "Tu no mandas aquí Comadreja"- replicaron los tres. Pero Okina los golpeó en la cabeza con su bastón.
- "Esta es una celebración para mi pequeña Misao"- dijo el anciano- "Si ella desea que todo sea Rosa, será rosa"- y comenzó a golpearlos, mientras sacaba un pañuelo y comenzaba a llorar, murmurando algo acerca de que su nieta había crecido.
Mientras, tanto en otro lugar. Misao, Megumi y Kaoru, esta vez si estaban hablando de cosas importantes sobre la boda.
- "Misao... Yo y Megumi estábamos preguntándonos... ¿Quién será la madrina?"- preguntó Kaoru con estrellas en los ojos.
- "La chica mapache tiene razón... ¿Sabes? Siempre te tomé como una gran amiga y espero que sea yo"- pidió Megumi, mientras le brillaban los ojos.
- "¡Megumi!... Eres una chantajista y mentirosa. Además, Misao quiere que YO sea la madrina¿no es verdad Misao-chan?"- preguntó Kaoru, poniendo nerviosa a Misao.
- "Ham... ¿Se puede tener dos madrinas?"- las dos la miraron confundidas. Misao entonces tomó a sus amigas de las manos y dijo- "Es que ésta, es una boda muy especial... Y yo deseo que ustedes dos sean mis madrinas".
Las tres se miraron unos momentos y se abrazaron. Ahora esta ocasión especial sería muy feliz para las tres.
- "A propósito... ¿Aoshi te entregará al Altar?"- preguntó Kaoru curiosa.
Misao se quedó pensando un momento. No había considerado ese detalle. Y, ella no quería que él la entregara, por que recordaría todo el sufrimiento que le tocó vivir gracias a Aoshi y la verdad, Misao no deseaba estar triste en su boda.
- "... Se lo pediré a Okina"- respondió y continuaron caminando.
Aoshi al ver tamaño escándalo por la boda de su protegida y ex –mujer, se marchó antes que la rabia se apoderara de él y comenzara a matar a medio mudo. Se había permitido meditar un momento en el templo para así poder tranquilizarse y tratar de convencerse que todo era un mal sueño.
Pero como que no pudo hacerlo, por que tenía ganas de golpear a alguien.
Golpeó la pared del templo con el puño, y luego le dio otro golpe, y otro y otro. No era el mejor desahogo y aunque estuvo casi toda una hora haciendo un acto que antes consideraba tan... impropio de sí, era lo único que le quedaba.
Ahora, después de su desahogo, supo que los esfuerzos de Battousai habían sido en vano y solo le quedarán las heridas a menos que en verdad haga cumplir su promesa... o matar a Kamisama por darle ese destino. Lo que faltaba era tener que entregarla al altar para así decidirse a matar al estúpido que se le ocurrió quitarle lo que más quería.
Y hablando de Battousai, el pelirrojo había venido a visitarlo. Y él ni se había dado cuenta.
- "Aoshi-san... tenemos un problema"- avisó Kenshin, preocupado.
Entonces ambos marcharon al Aoya, mientras el espadachín le iba explicando la situación. Kamisama si lo escuchó... pero para mal.
- "Aoshi-san, Okina se lastimó la espalda al decorar el Aoya. Él era el encargado de entregar a Misao-dono al altar. Pero como se lastimó, no puede hacerlo. Nos gustaría saber si... ¿usted está dispuesto a entregarla?"- preguntó el pelirrojo con algo de nerviosismo. No podía preguntarle a otra persona, por que, después de todo, Aoshi era el tutor de la joven.
Luego que el ninja se saliera de su estado de shock. Un asentimiento de cabeza dio toda la respuesta. Parte de los lemas de Aoshi era aceptar las tareas sin importar la condición de uno. Así que lo llevó acabo y aceptó.
Kenshin suspiró del alivio, y entonces le puso una mano encima de su hombro, a pesar de la estatura tan exagerada entre ambos. Le brindaba su apoyo y si deseaba escapar antes de entregarla, lo entendía perfectamente. Aoshi lo miró y agradeció por lo bajo lo que el pelirrojo estaba haciendo por él, a pesar de todo.
Entonces Aoshi dio media vuelta y se dirigió al templo. Tenía que prepararse sicológicamente para poder entregar a Misao. Mientras Kenshin volvía al Aoya.
- "Problema resuelto Misao-dono, Aoshi-san la entregará"- dijo Kenshin, con su habitual sonrisa mientras volvía a la cocina.
A Misao no le hizo ninguna gracia el saber eso. Pero aceptó de igual forma. Era lo que debía de hacer o su boda quedaría arruinada.
Así todo paso tranquilamente. Al menos los cocineros pudieron hacer un espacio y prepararon el almuerzo, que fue bastante abundante. Los decoradores también prepararon la mesa donde irían a almorzar. Por lo que esa comida fue muy abundante de risas y entretención. Por la tarde, se mandarían las invitaciones a todo Kyoto y quizás buena parte de Tokio. Después de todo, estaban celebrando en grande.
Saito se disculpó luego de la comida, pues debía entregar el informe. Pero no salió del restaurante sin prometer que invitaría a todo el departamento de policía y vendría con su Tokio y sus niños.
Así, después de almorzar se continuaron los preparativos. Entonces Misao recordó algo importante... no tenía un kimono para la boda. Por lo que le pidió a Kaoru y Megumi que la acompañaran a comprárselo, pues era su deber como madrinas que eran. Entonces la pequeña comadreja, se dirigió a su cuarto para poder cambiarse de ropa por algo más cómodo para dirigirse a comprar.
Pero... sintió un ruido en la ventana. Al parecer los ladrones la asechaban hasta en su boda. Pero al notar quien había entrado a su habitación se emocionó muchísimo.
- "¡Querido Amante Misterioso¡Que bueno es volverte a ver!"- exclamó la chica con evidente felicidad en su voz- "Ya casi todo estará listo, solo espero que llegues al atardecer"- dijo Misao con una sonrisa, siendo ésta devuelta por otra del Amante.
- "No se preocupe mi doncella. Estaré allí apenas note el color del cielo cambie"- dijo y le dio un beso en los labios- "Traía esto, como regalo de bodas"- dijo el novio, pasándole un paquete a Misao- "Espero que le guste mi doncella"- entonces se marchó, dejando a la comadreja con la duda y el regalo en la mano.
Entonces la comadreja lo abrió con mucha lentitud, a pesar de sentir una gran emoción. Se estaba preguntando que podría ser cuando terminó de desempaquetarlo y lo que vio, la dejó sin palabras. Era un kimono que trataba de asemejar un vestido occidental. Era blanco, con mangas largas, pero traía un obi celeste cielo muy delgado y aunque parecía cruzarse como cualquier ropa japonesa, solo hacía como decoración, pues mantenía un escote un poco más abierto, al no cruzarse de verdad. La falda era más ancha de lo normal, con estampados de mariposas color rosas. Además de que traía un broche para el cabello a juego. Era un prendedor con forma de mariposa que traía brillitos si se ponía a la luz.
Misao había quedado encandilada con el vestido, entonces salió de la habitación, asegurando que ya había conseguido un vestido. Y aunque, según la tradición de que los novios no debían ver el vestido, aún así no hizo caso. Por que realmente estaba fascinada con aquel kimono.
Entonces las dos madrinas decidieron preparar a la novia. La mandaron al baño, donde tenían la tina llena de agua caliente y perfumada. Y luego del relajante baño, las ya dos histéricas madrinas la sacaron para así poder vestirla y prepararla como debía ser. Si Misao se había sacado la lotería con conocer a su Amante Misterioso y éste la había sorprendido, era el turno de la novia sorprenderle a él.
Primero el kimono, y aunque pelearon un buen rato sobre cual de las dos madrinas se lo pondría, lograron llegar a un acuerdo y Misao quedó vestida. Luego le tocaba el turno a su cabello, se lo cepillaron y le hicieron un peinado sencillo con éste. Quizás nada del otro mundo, pero a Misao le quedaba bastante bien.
Luego de dejarla lista, ellas se fueron a arreglar para así poder dejarla sola un momento por si lo necesitaba. La ninja se veía a cada momento al espejo, valorando el trabajo que sus amigas habían invertido en ella. Miró por la ventana, quizás en una hora más la boda comenzaría. Al menos le daba gracias a Kamisama por que no había un reloj en su cuarto o estaría vuelta loca como leona enjaulada. Eso la hacía recordar cuando pidió su deseo a la estrella y al otro día estuvo esperando todo el día al hombre con el que hoy se iba a casar.
Kaoru y Megumi, ay vestidas se dirigieron hacia el salón principal donde ya todo estaba siendo acabado... Y todo estaba de color rosa. Sin duda, Sanosuke y Yahiko hicieron muy bien su trabajo. Como ya estaba todo listo, las madrinas mandaron a todos a que se prepararan para la boda y así todos fueron a arreglarse rápidamente, por que... No todos los días una Comadreja se casaba.
Aoshi miraba el traje de fiesta que debía llevar puesto para la tarde. Suspiró y continuó observando. No quería usarlo. No quería entregar a Misao. No quería ser más infeliz de lo que ya era. Pero debía hacerlo, así que se acercó al maldito traje y lo maldijo aún más, hasta que se lo puso. Y se maldijo a sí mismo por traerlo puesto.
Se sentó en el suelo, pero vio un papel en el escritorio que había en la habitación. Por lo que se levantó y se dirigió hasta él, para poder mirarlo. Al tener la hoja en ambas manos se dio cuenta que era un dibujo. Y no uno cualquiera, ese dibujo había sido hecho por Misao cuando ésta había sido pequeña. Se lo había regalado para su cumpleaños, lo había dibujado a él con corazones a los lados. Quizás no era lo más bonito en pintura, pero había sido, y seguía siendo, un regalo muy preciado para Aoshi.
Entonces se dio cuenta de algo. Los corazones estaban alineados formando varios Kanji. "Ai Shiteru Aoshi-sama". El ninja guardó el dibujo entre sus ropas. Si hubo algún sentimiento de ella hacia él antes de la aparición del Amante Misterioso, él se encargaría de revivir y salvaría a Misao de cometer su peor locura desde que la conocía. Así que salió corriendo de su habitación, mientras avisaba que debía hacer una diligencia de último minuto.
Kenshin era feliz con la ropa que le habían prestado. Como ninguno del Dojo Kamiya trajo pertenencias como para utilizar en una boda, los ninjas del Aoya les prestaron algo para que pudieran estar en la fiesta sin sentirse muy apartados por ese tipo de asuntos. Así que el rurouni estaba con su dulce sonrisa paseándose por el restaurante. Como había sido el primero en estar listo, debía recibir a la persona que iba a realizar la ceremonia, mientras los demás se preparaban para recibir a los invitados. Por lo que iba directo a la entrada principal... O eso iba a hacer, por que unas manos lo jalaron hacia dentro de la cocina.
- "¡Kenshin¡Tenemos otro problema!"- le comunicó desesperadamente Okon- "Aoshi-san ha desaparecido"- dijo la mujer y comenzó a pasearse histérica por la cocina, haciendo que el pelirrojo se preguntara el por que de que las mujeres se volvieran tan histéricas con los eventos de gran magnitud.
- "¡Himura-san¡Debe ayudarnos!... "- le rogó Omasu- "Si nadie entrega a Misao, entonces no podrá haber boda".
- "Pero... y ¿Shiro y Kuro?"- preguntó Kenshin tranquilo, viendo en las posibilidades.
- "No desean hacerlo"- mencionó Okon con una venita comenzando a notarse en su sien- "No quieren hacerlo por que dicen que tienen que hacer otras cosas".
El problema era bastante grave. Kenshin se ofrecería pero... Sentiría que le estaría fallando a su amigo. Quizás Aoshi volvería pronto.
- "¿Y por que no esperamos a Aoshi?... De seguro y el novio no ha llegado"- advirtió Kenshin, aún con su sonrisa. Cosa que hizo exasperar a las dos mujeres.
- "No podemos hacer eso. Dijo que iba a realizar una diligencia de último minuto. Si al menos supiéramos cuando llegaría, podríamos realizar la boda a esa hora. Pero como es Aoshi-san quizás llegue mañana sin problema alguno"- advirtió Okon con preocupación.
Kenshin suspiró, reconociendo que tenían razón.
- "Esta bien... Yo lo haré, como un regalo de bodas a Misao-dono"- dijo Kenshin resignado. Entonces las dos mujeres saltaron de la alegría.
Ahora faltaba encontrar a una niña bonita para que esparciera flores, anunciando la llegada de la novia. Pero... ¿dónde conseguirían una niña a esas horas?. Pensaban en quien podría hacerles ese favor, hasta que Yahiko entró a la cocina.
- "Kenshin¿hay algo para comer?"- preguntó el niño, tan simplista como siempre. Kenshin le iba a responder, cuando Okon y Omasu rodearon a Yahiko, como interponiéndose en su camino- "¿Qué les pasa¿Okon, Omasu?".
- "Yahiko... ¿Nos podrías hacer un gran favor?"- preguntó Okon tratando de recalcar la penúltima palabra.
- "¿Qué cosa?"- trató de preguntar el chico. Pues, del miedo, no podía hablar.
- "Yahiko, necesitamos que tu... que tu... Que tu esparzas flores por donde Misao-chan pase, ONEGAI!"- casi chilló Omasu, al decir toda esa frase sin respirar.
Y pobre Yahiko, por que antes que pudiera replicar, ambas mujeres lo tomaron de las manos, y lo llevaron a una habitación para cambiarle su ropa, por una demasiado formal y para el gusto de Yahiko, demasiado cursi. Estaba vestido con una chaquetita occidental de color azul marino, con una camisa blanca y una corbata a juego. Además unos pantalones cortos, como el traje de ninja de Misao, de color azul marino también.
Y mientras Okon y Omasu exclamaban lo lindo que se veía y le pasaban un cesto con pétalos de rosas, el niño trataba de que su furia no le ganara y aceptar toda la humillación que iría a recibir.
Shiro y Kuro entonces entraron a la cocina advirtiendo que el novio ya había llegado. Entonces todos salieron, a excepción de Yahiko que no quería salir. Y a la entrada del Aoya, advirtieron a un hombre alto, de cabellos negros y desordenados, quien traía puesto esos trajes occidentales de color negro, más un antifaz que cubría sus ojos, y además hacía juego.
- "Es... ¿Es usted el Amante Misterioso de Misao-chan?"- atrevió a preguntar Kaoru, quien había llegado recién junto a Megumi. Ambas ya arregladas.
- "Hai, señorita"- respondió caballerosamente el joven, haciendo que Kaoru se sonrojara. Entonces el Amante tomó la mano de Kaoru, y ante un lindo gesto, se la besó. Luego tomó la de Megumi y también se la besó- "Es un placer para mí conocer a tan hermosas damas que además son amigas de mi doncella".
Las mujeres presentes suspiraron de la emoción. Mientras más de algunos hombres pensaron en lo cursi que hablaba ese tipo. Entonces Kaoru advirtió algo, el Amante Misterioso había llegado solo.
- "Y... ¿su familia, señor?"- preguntó la chica curiosamente.
- "Está muerta señorita"- respondió gentilmente el Amante, dándole a entender a Kaoru que no le importaba mucho ese asunto.
- "Y entonces... ¿tiene padrino?"- preguntó Kaoru nuevamente. Sentía cierta curiosidad al tener al Amante Misterioso, del que tanto había hablado Misao, al frente suyo.
El joven tardó en responder- "... No... No tengo"- advirtió avergonzado.
- "¡Sanosuke puede ser!"- gritó Okon, llamando la atención. Era eso o comenzar a dar vueltas como loca por su histeria.
- "¡NO!"- gritó Megumi, haciendo conocer su molestia- "¡El Tori Atama lo echaría todo a perder!". Sanosuke comenzó a gruñir.
- "¡La Boda ya se echó a perder con el hecho de que tú eres la madrina ZORRA!"- gritó Sanosuke malhumorado, mientras recalcaba la última palabra con odio en la voz.
- "No se preocupe Señor Amante, que Sanosuke hará bien su trabajo como padrino"- dijo Kaoru, llamando la atención de los otros.
- "¡Pero Kaoru!"- Megumi nuevamente iba a protestar. Pero Sanosuke la interrumpió y con paso triunfal se acercó al joven.
- "No te preocupes. Seré el mejor padrino que podrías haber deseado".
- "Domo Arigatou Señor Sanosuke"- agradeció profunda y respetuosamente el Amante Misterioso. Mientras Megumi apartaba la vista furiosa.
Entonces comenzaron a llevar al novio hasta el altar que habían preparado, mientras a Sanosuke recibía las argollas. Cuando dejaron a los dos, el Tori Atama, le explicó al Amante Misterioso que debía llevar a Misao a una casa que su padre le había dejado, luego de la boda. El joven comprendió todo y guardó la dirección en uno de los bolsillos del pantalón. Entonces se dedicó a esperar.
Kenshin salió y recibió al juez que debía casar a los jóvenes. Mientras todos los del Aoya recibían a los invitados. Cuando el salón se llenó, el pelirrojo fue en busca de la novia, mientras Okon y Omasu trataban de sacar a Yahiko de la cocina y Shiro y Kuro, hacían que Okina se sentara para así no lastimar más su espalda y poder ver la boda de su nieta.
El rurouni tocó la puerta de la novia. Misao abrió sorprendida y Kenshin le sonrío, luego le explicó el cambio de planes y le dijo que él la entregaría a su futuro esposo. La ninja sonrió y se colocó el velo y tomó el ramo de rosas de color rosa, que Okon dijo que debía utilizar, pues la novia debía ir a juego con el salón. Entonces, al salir, Kenshin le extendió su brazo, invitándola a tomarlo y Misao, gustosa, lo hizo. Y comenzaron a caminar juntos, mientras Megumi y Kaoru le tomaban el velo para que la novia no se tropiece.
Yahiko fue obligado a salir, y comenzó a tirar los pétalos muy enfadado. Misao, Kaoru, Megumi, Sanosuke e incluso Kenshin, estaban tratando de aguantar la risa al ver al niño vestido tan... Cursi. Lo peor vino cuando lo obligaron a cantar.
"Viene la novia... Viene la novia"- cantó por unos momentos, hasta que le camino se le acabó.
Todas las damas mayores les encantó tanto el jovencito, pues opinaban que se veía muy adorable. Así que después Yahiko se convirtió casi en el peluche de las señoras, quienes le besaban la cara y le peñiscaban las mejillas, ante la mirada atenta y burlesca de Sanosuke.
Kenshin dejó a Misao frente al altar como debía hacerlo. Entonces miró al Amante Misterioso, y su ki, se le hizo extrañamente familiar. Aún así tomó asiento, mientras veía a Kaoru y Megumi posarse a un lado de la pareja. Realmente la kendoka se veía muy bien, suspiró y entonces la celebración dio comienzo.
El juez dio inició al largo y aburrido discurso acerca de las bodas. A pesar que estaba tratando de ser breve, se demoró casi como una o dos horas, cosa que se hizo demasiado eterno. Pero, el final, hizo que fuera el caché de toda la espera. Apenas se dijo que los novios eran marido y mujer, el Amante Misterioso tomó a Misao de las mejillas, como lo hizo la primera noche en que se conocieron, y le dio un beso cargado de amor y ternura, mientras la ninja ponía las manos detrás del cuello para así acercarlo más.
Entonces Sanosuke comenzó a aplaudir. Luego Kaoru y Misao. Kenshin se unió a ellos. Yahiko como pudo también aplaudió. Okina, Shiro y Kuro comenzaron también, mientras el anciano lloraba. Okon y Omasu, olvidaron la histeria y aplaudieron con ganas. Y así se fueron uniendo de a poco todos los invitados celebrando con una ovación la unión de ambos jóvenes, que se veía que se amaban demasiado.
Y así la primera parte de la boda finalizó. Por que ahora venía la fiesta, en la que todo Kyoto celebró la unión de la pequeña comadreja que habían visto crecer. El banquete fue servido. Habían venido un par de músicos y comenzaron a tocar melodías muy amenas y contentas, es que estaban celebrando una gran ocasión. Los regalos fueron enviados a la casa donde irían después los novios. Todo era alegre y feliz.
En una de esas apareció Saito junto a Tokio, quienes dieron las felicidades a la pareja y compartieron un rato junto al Kenshin-gumi, quienes estaban asombrados al haber conocido a la mujer del Ookami.
De ahí, los invitados comenzaron a irse poco a poco. Aún así la fiesta todavía no terminaba. Faltaba la despedida de los novios.
Misao miró a sus amigos, quienes ya comenzaban a prepararse para irse.
- "Amigos... ¿por qué no se quedan un rato más?"- dijo la pequeña ninja, mientras miraba al Kenshin-gumi con cara de cordero degollado.
- "Misao, doncella, tus amigos ya deben volver a casa"- le explicó su Amante, quien, todavía no se había sacado el antifaz, a pesar que había recibido varias burlas por ello.
- "Gomenansai Misao-chan, pero ya debemos volver a Tokio"- dijo Kaoru triste- "Que seas muy feliz amiga"- dijo la chica y la abrazó.
Los del Kenshin-gumi les desearon lo mismo, mientras a la ninja se le comenzaron a escapar algunas lágrimas de la emoción. Sus amigos eran tan buenos después de todo.
El pelirrojo iba a marchar con el grupo, pero miró al Amante Misterioso de Misao y tragó saliva. No quería que la esposa se diera cuenta de que él ya sabía quien era su esposo, pero debía decirle algo.
- "¿Señor Amante Misterioso?"- preguntó Kenshin, entonces el aludido asintió con la cabeza, asegurándole que lo estaba escuchando. Al igual que todo el resto del Kenshin-gumi –"Espero que cuide de Misao-dono, demo... no solo como una esposa, sino también como una amiga y una pequeña niña, por que a pesar de todo... lo sigue siendo"- dijo el pelirrojo y el Amante asintió. Entonces se marcharon a la estación de trenes.
Misao le susurró algo al oído a su esposo y éste comenzó a asentir. Entonces ambos se levantaron de la mesa y anunciaron que ellos se marcharían. Todos los vitorearon y los recién casados salieron corriendo hasta un carruaje que los estaba esperando. Así marcharon hasta su nuevo hogar.
El Kenshin-gumi, mientras tanto, ya estaban en la estación de trenes. Saito hizo el favor de pedir al gobierno de que un tren los fuera a dejar a ellos a Tokio, pues también los Onis lo dejaron salir prometiendo eso.
Al subir, y a pesar que un pobre Sanosuke comenzaba a sentir el miedo clásico de andar en tren y Yahiko y Megumi se comenzaban a burlar de él, el tren comenzó a partir.
Kenshin miraba por la ventana, aún trayendo el traje que le habían prestado. Aún así le dijeron que podía devolverlo después. Kaoru se acercó a él y le tocó el hombro.
- "Kenshin... ¿sucede algo?"- preguntó la chica, con preocupación.
- "No es nada Kaoru"- le respondió el pelirrojo con su habitual sonrisa.
- "Ya veo... Dime Kenshin"- él aludido, volteó a mirarla- "¿Qué le quisiste decir al Amante Misterioso de Misao-chan, todo eso que le dijiste?".
- "Oh, Eso... La verdad Kaoru, es mejor que él te lo explique"- le respondió al misterio. Kaoru lo miró confundida- "La verdad es que le dije eso, por que yo sé con quien se casó Misao-dono".
Kaoru abrió los ojos con sorpresa.
- "¿Y quién es Kenshin?".
- "Oro!"- Kaoru sintió que una venita se comenzaba a hinchar en su frente- "La verdad... es mejor que Misao-dono le diga"- respondió el pelirrojo, entonces Kaoru no lo aguantó más y lo golpeó.
Al llegar la pareja a la casa, se bajaron del carruaje y entraron a ésta de inmediato. Ahí estaban todos los regalos que habían recibido. Entraron a una habitación juntos y encontraron un futon matrimonial, entonces Misao se sonrojó un momento. Su Amante Misterioso le había dicho que quería que ella fuera su mujer, ahora que estaban casados, lo podía hacer.
El joven le extendió una mano, lo cual hizo que la chica la aceptara con gusto. Entonces, sin saber como, cayeron al futon y comenzaron a besarse. Misao, le acarició las mejillas y notó que aún tenía el antifaz puesto, por lo que se lo sacó sin problemas, ahora sí podía saber quien era. Y cuando se lo sacó, ella abrió los ojos y no esperó que él fuera su Amante Misterioso.
- "... A... ¿Aoshi-sama?"- preguntó incrédula Misao, mientras abría ligeramente la boca.
- "Si Misao"- respondió el aludido mientras se sentaba en el futon, al ver como su esposa había parado.
-"... Es... ¿Es usted... Mi Amante Misterioso?".
- "La verdad... No"- esa palabra golpeó tan fuerte en el cerebro de la ninja, mientras sus ojos comenzaron a producir lágrimas- "Misao.. yo maté a tu Amante Misterioso".
Notas de Autora:
Aleluya un capítulo que me haya salido largo aunque sea... Bueno estuve todo el día escribiendo así que para mí fue largo XDD Así que espero una buena cantidad de reviews XDD
Espero les haya gustado por que al final Aoshi se puso las pilas y mató a nuestro prota XD aunque ahora podemos odiarlo por que como lo mató no nos podrá decir quien fue U Como sea al menos estoy segura que él ya no saldrá de mi televisor estilo El Aro para matarme por ser tan mala con él en este fic. Pero estoy pensando en quien lo hará y será el Amante Misterioso, solo que él saldrá de la pantalla del computador. Pero eso ya debe ser problema mío y solo agradezco a Dios por que nunca dije que él era bueno con alguna arma.
Y pues... la nueva regla es casi oficial, así que no podré contestar.. o quizas pueda pero no escribiendo lo clasico, sino destacando sus nombres. Sorry. Aún así muchas gracias.
Blankaoru, Naoko L-K, Alexandra Shinomori, Yune-o, Minatostuki, Gabyhyatt, HADA
Ahora... Espero recibir muchos comentarios acerca de este capítulo, pues es el penúltimo y la verdad me costó mucho hacerlo.. según yo es el más largo de este fic XD y eso que solo era una boda. Pero bueno... Domo Arigatou de antemano y espero sus reviews. Muchas gracias por leer y Nos vemos en el último capítulo de este fic que de seguro será escrito muy pronto.
