Hola a todos!. Aquí está!. El último Capítulo... Bueno, como es el primer final que he publicado acá espero que les guste y pues... No sé que decir, estoy emocionada por el final de esta historia. Ojalá que les guste igual que me gustó a mí.
Bueno, ustedes saben como escribo. Las aclaraciones no son necesarias, verdad?. Lo en cursivas es como ironía en un parlamento o una narración(es que yo soy irónica).
Como ya saben, Rurouni Kenshin no es mío, solo tomo a los personajes prestados y pues... eso es todo lo que les debo decir. Ojalá que les guste:
El Amante Misterioso
Autor: Arashi Shinomori(Catty Ishida)
Capítulo 9: Por que tú siempre estarás a mi lado
- "Misao... yo maté a tu Amante Misterioso"- confesó Aoshi, en tono serio.
Misao entonces sintió la caída de pequeñas gotas de agua, desde sus ojos cristalinos, por sus mejillas hasta finalmente caer por su mentón. A Aoshi se le encogió el corazón... Lo único que deseaba ahora era poder estrecharla entre sus brazos, para así protegerla de todo dolor, aunque él haya sido el causante de éste.
La ninja sintió un par de brazos fuertes que se habían amarrado a su cintura, sin su consentimiento. Era su, ahora, nuevo esposo, quien se sentía preocupado por ella. Sollozó un momento... se sentía casi sucia por consentir la boda con el enemigo de su verdadero amor... su Amante Misterioso.
- "¡SUELTAME!"- gritó ella, mientras empujaba al hombre, para que así no pudiera tocarla- "¡No deseo que me toque de nuevo Señor!"- terminó de decir y lo apuntó con el dedo, casi amenazándolo.
Aoshi no se la podía creer... Su niña había cambiado demasiado por culpa de ese Amante Misterioso, pero no creía que había sido tan radical el cambio.
De los ojos de la chica comenzaron nuevamente a brotar pequeñas lágrimas... Ya no le importaba llorar frente a él, puesto que estaba preocupada por su amado...
Y él sentía unas tremendas ganas de abrazarla y de decirle que todo estaba bien... Sentía un enorme nudo en la garganta y un sentimiento de culpabilidad en el pecho, que a duras penas respiraba. Para Aoshi, esto era completamente desconocido... Era cierto que se había arrepentido de sus crímenes pasados, pero nunca se había sentido tan mal por matar a una persona.
De repente, el ninja tomó a la chica de la barbilla y la trató de obligarla a mirarlo.
- "... Suéltame"- pidió ella, casi con un hilo de voz.
- "No lo haré"- respondió él, casi con el tono frío que utilizaba siempre.
- "Te he pedido que me soltaras"- insistió Misao.
- "Y yo te he dicho que no lo haré"- entonces elevó su rostro con mayor fuerza... Haciendo que los ojos de Misao, se encontraran con los suyos- "Ahora eres mi esposa, y estás bajo mi tutela y mi mandato"- dijo el ninja casi como una orden.
- "¡Suéltame maldito asesino!"- exclamó ya Misao, casi desesperada. No quería seguir viendo a ese hombre a la cara.
- "Escúchame"- demandó Aoshi, entonces con la mano que tenía libre, tomó de la muñeca a Misao, y la jaló hacia su cuerpo, entonces el esposo la abrazó tiernamente- "Go... Gomenansai"- dijo él, con una ternura que hacía parecer que nunca había actuado de una manera impulsiva hacía tan sólo unos momentos.
Misao quedó en los brazos de Aoshi, sorprendida... Casi sin saber que hacer. Pero él era un asesino... Así que atinó a cualquier cosa. Se separó bruscamente de él, y su mano se elevó y golpeó la mejilla de su esposo, dando una fuerte cachetada haciendo que su mejilla se hinchara y comenzara a arder.
- "Te he pedido que ya no me toques más"- dijo ella en su defensa. Luego entró al baño y se cambió de ropa.
Aoshi se quedó allí... casi estático. Ahora él no sabía que hacer. Vio a Misao vestida ya con una Yukata blanca y dispuesta a dormirse. El ninja hizo lo mismo, y luego de estar vestido entró al mismo futon en el cual la ninja se había metido.
Ya era media noche. Misao lloraba dándole la espalda a su esposo. Mientras éste aún no podía dormir... pues esas lágrimas hacían que él no pudiera pegar un ojo al saber que eran botadas por su culpa.
Entonces intentó abrazarla nuevamente, pero Misao comenzó a pegarle combos y patadas de kempo, hasta echarlo del futon. Y así continuó llorando hasta el amanecer.
A la otra noche, a penas Aoshi trató de acostarse en el futon matrimonial, Misao intentó botarlo de allí. El ninja se acostó y ella comenzó a pegarle patadas para así sacarlo de su lecho. Luego comenzaba a llorar.
El joven ex –Okashira, buscó entonces otro futon para así acostarse. Pero aún así no pudo dormir. Pues los ojos de Misao seguían llorando sin consuelo. Y él sabía que no podría hacer que éstos pararan.
Al otro día, Misao, comenzó a preparar el almuerzo como era la costumbre de la esposa de un japonés. Solo que cuando Aoshi esperaba ansiosamente su plato, al no haber comido por dos días seguidos, simplemente descubrió que moriría de hambre antes de que pudiera decirle algo a su mujer. Por que la verdad es que la ninja solo preparó un plato, que obviamente era para ella. Y cuando la chica notó la mirada hambrienta de su esposo sobre su plato, simplemente le respondió fríamente con un "Prepáratelo tú".
Y claro estaba que Aoshi se prepararía algo para comer... de no fuera por que su tierna esposa le escondía los alimentos en una caja bajo llave para que así él no pudiera alimentarse.
Pero aún así el ninja sabía perfectamente que aquél infierno que estaba viviendo era única y exclusivamente por su culpa, por lo que lo soportaba en silencio... mientras veía a su querida Misao llorar a su lado, sabiendo perfectamente que no podía darle ese consuelo que ella tanto esperaba.
Por que, después de todo... Él no era su Amante Misterioso.
Estaba anocheciendo. Misao estaba en el techo de la casa llorando mientras lo observaba. Ya le dolían demasiado los ojos, pero aún así las ganas de llorar no se iban. Aoshi, mientras tanto, buscaba la manera de la reconciliación. Encontró entonces, el traje con el que se hizo pasar por el Amante Misterioso. Y se le ocurrió algo.
Misao se secó las lágrimas nuevamente con su propia mano. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho. Aún así, su corazón seguía roto. La ninja seguía mirando el atardecer... Completamente sola, sin saber que hacer realmente. Hasta que una sombra le llegó a la cara.
Suponiendo que era Aoshi, giró la vista... Pero era en realidad su Amante Misterioso vestido como novio.
De repente, las lágrimas se secaron de los ojos. Y Misao se levantó para así observarlo y poder reconocerlo mejor...
- "Mi doncella... tanto tiempo sin vernos, ne?"- dijo el Amante.
Misao sonrió... y fue corriendo a abrazarlo, pero frenó antes de hacerlo. Estaba sospechando. Por que su Amante estaba muerto.
Tomó el antifaz y se lo quitó de un tirón, dejando ver los fríos ojos azules de Aoshi...
- "Lo supuse..."- dijo Misao con asco ante el engaño- "No creas que me puedes engañar con trucos baratos"- dijo fríamente la ninja y se alejó de él.
- "No es un truco barato..."- respondió Aoshi en el mismo tono- "Solo venía a decir que fue lo que en realidad pasó esa tarde".
- "No me interesa saberlo"- dijo Misao ya enojada, tratando de ignorarlo.
- "... Te lo contaré de todos modos".
Misao simplemente desvió la mirada. Aoshi ignoró el gesto y se sentó en el tejado como su esposa lo había hecho.
- "Como ya te dije, yo maté a tu Amante Misterioso... Pero, no de la manera que tú crees... ¿Sabías, Misao, que hay diferentes formas de matar a una persona?"- el Ex–Okashira miró a la joven, quien había volteado a mirar a su esposo cuando éste comenzó a relatar todo- "La verdad es que hay varias formas de hacerlo... Y fue la primera vez que no me sentí demacrado por mancharme las manos con sangre".
- "Quizás es por que querías matarlo"- le dijo Misao ya más tranquila.
- "No... no era por eso"- dijo y la miró a los ojos. La joven esposa se sintió un poco nerviosa y esquivó la profunda mirada, mientras un leve sonrojo se posaba en ella. Aoshi sonrió y continuó su relato- "Salí esa tarde, después de que me pidieron entregarte al altar, sabía que no iba a dar más. Era natural, me había dado cuenta que sentía algo por ti, y que aún continúo sintiendo, entonces era obvio que me iba a doler todo eso".
Misao lo miró un momento. Eso le hacía recordar aquellas noches en las cuales había llorado por el hombre que estaba ahora a su lado.
- "Llegué al templo. Algo muy común en mí. Tomé aire para poder así relajarme y me puse a meditar un momento"- continuó explicando Aoshi.
- "Y ¿qué tiene que ver eso con la muerte de mi Amado?"- preguntó Misao, un poco hastiada de tanto detalle.
- "Fácil..."- respondió el ninja- "Fue en ese momento en el que maté a tu Amante Misterioso".
- "Pero... ¿como?..."
- "Ya te dije... Hay varias maneras de matar a una persona"- dijo Aoshi misterioso- "En pocas palabras... nunca desenvainé las Kodachis para matarlo... y ni siquiera tuve que golpearlo".
La chica lo miró sorprendida. Osea que él... él era... Aoshi fue...
Le dolía la cabeza. Era algo tan confuso. Su cara tenía la confusión pintada. Y Aoshi perfectamente lo notó.
- "Es difícil de entender... Es natural... "- explicó el ninja mirando el cielo, el cual ya estaba oscuro- "¿Deseas entrar a la casa?"- preguntó por cortesía. No quería que su esposa se pudiera enfermar.
- "No gracias... estoy bien aquí"- le respondió Misao, mirando el cielo.
- Después de un suspiro, Aoshi continuó- "Como podrás haber deducido... Yo soy... o fui tu Amante Misterioso. Pero no personalmente. Sino que... podrías tomarlo como un Alter Ego mío, el cual se salió de control".
Misao sintió nuevamente unas ganas de llorar. Era una tremenda contradicción. Se había enamorado del Alter Ego del hombre al cual deseaba olvidar.
- "Pero... ¿cómo... Cómo supiste que yo deseaba a un Amante Misterioso?"- preguntó la chica con las lagrimas cayendo por sus mejillas- "Y ¿cómo sé que no me estás mintiendo?".
- "Quizás sea fácil responderte. Si yo fuera un mentiroso... ¿cómo crees que lo hubiera matado?. Nunca lo he visto. Ya te dije, es un Alter Ego que se me salió de control. Por que la verdad, la verdadera razón por la cual lo creé fue simplemente para que... para que me ayudara a la relación contigo"- dijo el ninja, mientras bajaba la cabeza, avergonzado.
- "Pero si en ese entonces te amaba..."
- "Aún me amas"- le aclaró Aoshi.
- "Bueno, te amo... Entonces... ¿Para qué lo creaste?".
- El esposo la observó un momento- "La verdad... te escuché cuando pediste ese deseo. Y me sorprendió mucho todo aquello... Entonces, decidí crear aquel Amante, para ayudarme a confesar todo después... Pero me sorprendí cuando me di cuenta que tú le habías puesto demasiada atención... Decidí que no lo volvieras a ver, pero caíste en una depresión. Y yo me preocupé... Siempre me preocupa lo que te pase, aunque antes no lo demostraba tanto"- dijo Aoshi, casi en tono melancólico- "Entonces...".
- "Entonces tu decidiste que él volviera a mi lado...".
- "Así es. Te enamoraste de aquel Amante y yo no sabía que hacer... Todos trataban de hacerme reaccionar, pero la verdad es que yo conocía la situación perfectamente, sin embargo no sabía como actuar... Entonces Battousai me dijo como debía hacerlo. Pero sin darme cuenta, te pedí matrimonio... ¡Fue tan patético el no haberlo recordado!"-exclamó con furia- "Mi subconsciente había actuado por mí... y me jugó una broma demasiado pesada... El resto es lo que conoces... Como prometí, luché por ti... aunque fuera contra mí mismo"- dijo y cerró los ojos, como buscando paz.
Luego todo fue invadido por el silencio. Aoshi ya no sabía que decir... pues lo había dicho todo. Y Misao, no sabía que responder, por que se había quedado sin palabras.
- "Querida Doncella... "- dijo Aoshi, captando la atención de Misao- "Solo espero que usted me perdone algún día y así usted acepte ser mi esposa"- entonces se levantó y se bajó del techo para entrar a la casa.
Misao simplemente lo observó marcharse. No sabía ya que pensar. Todo ese relato la había dejado confundida. Por que ahora sentía nuevamente aquel nerviosismo cuando estaba junto a su Aoshi-sama, como si el Amante Misterioso no hubiera existido nunca.
- "Osea que al final... El Amante Misterioso si cumplió su objetivo"- pensó mientras llevaba sus dos manos hacia su pecho, notando como latía rápidamente.
La Okashira bajó del tejado, de un salto. Entonces entró a su hogar, y se dirigió rápidamente a su habitación. Entonces vio como Aoshi tenía problemas mientras armaba un futon. Notó que éste no era matrimonial. Recordó con pesadez como lo había tratado los días anteriores.
- "Aoshi-sama, si lo desea, le puedo ayudar a tender el futon"- se ofreció Misao, con una sonrisa. Aoshi, en tanto asintió con la cabeza, aceptando su ayuda.
Entonces, ambos ninjas comenzaron a estirar el futon, mientras intercambiaban miradas de vez en cuando, o rozaban sus manos. Haciendo que se sonrojaran... en especial Misao.
Al terminar, el Ex-Okashira se preparó para dormir, mientras la Okashira tendía el futon matrimonial, luego ella también se preparó para dormir.
Descansaron ambos en dos futones separados. Aoshi se alegró al saber que esa noche Misao no lloraría. Así no se sentiría tan culpable. La ninja, mientras tanto, sentía como aquel lecho matrimonial era demasiado grande para ella. Y no se parecía a su propio futon.
A eso de las doce de la noche, mientras un par de campanadas se sentían por la casa. La ninja se levantó del futon matrimonial y se acercó hacia donde descansaba su esposo. Se arrodilló y comenzó a agitarlo para despertarlo. Aoshi se dio la vuelta y la miró.
- "¿Pasa algo?"- preguntó Aoshi preocupado.
- "La verdad es que... no puedo dormir"- dijo apenada Misao, mientras sus mejillas se sonrojaban.
- "¿Quieres que te sirva algo?".
- "¡No!"- respondió la ninja, un poco nerviosa- "La verdad... es que... "- tenía miedo de hablar. Se reprochó a sí misma mentalmente y terminó la oración- "Me gustaría acostarme junto a ti".
Se reprochó por haberlo tuteado. Se sentía como una niña pequeña. Como cuando estaba bajo el cuidado de Aoshi, el cual la dejaba dormir a su lado cuando ella se encontraba triste. Y lo encontró irónico. Por que no se sentía triste, pero el mismo hombre, se encontraba abrazándola para que así pudiera dormir tranquila.
Apoyó las manos en su duro pecho, con satisfacción. Ahora no le importaba tanto aquel engaño de parte de él... Por que quizás había sido para mejor.
Aoshi se permitió aspirar el aroma a cerezos que desprendía el cuello de Misao. Se sentía en el cielo, pues nunca se imagino todo esto... No después de aquel infierno que le tocó vivir. La Okashira ahora se encontraba ahora ocultando su cabeza en su cuello, sintiendo la respiración de ella en su propio cuello, la cual hacía que sintiera cosquillas. Mientras sus manos se cruzaban por la espalda de la chica, aferrándola a él, para que nunca se le volviera a escapar.
Esa noche, ambos durmieron juntos. Aunque Misao, le costó bastante trabajo el conciliarlo... Por que ahora no sabía que hacer. Sentía una tremenda confusión en si perdonar a Aoshi o simplemente dejarlo y buscar a otra persona.
La ninja no sabía en verdad que iba a hacer. Miró el rostro de su esposo, el cual se mantenía tranquilo, sereno. De seguro estaba soñando bonito, pensó Misao. Se permitió acariciar la mejilla de él un momento, mientras sentía las lagrimas recorrer su rostro. ¿Qué iba a hacer?. Simplemente se durmió sin dar con aquella respuesta.
Al día siguiente se despertó primero que él. No tenía ganas de dirigirle la palabra. Se sentía especialmente mal. Todavía no sabía que iba a hacer, y la verdad es que si lo veía a la cara, tendría sensaciones contradictorias.
Aoshi despertó al notar que su esposa se había apartado de su lado. Sintió un presentimiento y se levantó a buscarla. Pero no la encontró por la casa. Hasta que subió al techo, y allí estaba.
Era una brisa refrescante la que recorría la cara de Misao en esos momentos. Su extensa trenza se movía con el viento. Y al ninja se le movía un poco el flequillo y las largas mangas de la yukata que estaba usando.
- "¿Sucedió Algo?"- preguntó el joven, un poco preocupado.
Misao no tuvo el valor de mirarlo a la cara. Sintió sus mejillas arder por unos instantes. Desvió la mirada e hizo como que ignoró la pregunta. Aoshi suspiró y se sentó a su lado. Odiaba hacer conversación, pero tenía que hacerlo.
- "¿Me estás tratando de evitar?".
- "Iie..."- fue lo único que le pudo sacar.
La ninja sintió que los papeles habían cambiado. Ahora era ella la que no hablaba y él, el desesperado por hacerla conversar.
- "... Es solo que... "- ella prefirió callarse. No quería preocuparlo.
- "Es solo que¿qué?"- preguntó, el esposo, impaciente.
- "... No es nada".
Aoshi la tomó de los hombros y la obligó a mirarlo.
- "Para mí eso no es suficiente".
- "Aoshi-sama, me está lastimando"- él la soltó- "Gomenansai...".
- "¿De que te debo perdonar Misao?".
- "Es solo que... "- hizo una pausa y lo miró atentamente.
- "Misao, me estás asustando".
Pequeñas lágrimas cayeron de los ojos cristalinos de la chica comadreja. El ninja solo la abrazó un momento, hundiendo su cabeza en el hueco entre el cuello femenino y su hombro, sintiendo nuevamente el agradable aroma a cerezos que de ella provenía.
- "Aoshi-sama... Yo no quiero ser una carga para usted"- el ninja se separó de ella y la miró interrogante- "Yo ahora estoy demasiado confundida... Yo no sé que hacer... Si perdonarlo o abandonarlo..."- las lágrimas continuaron cayendo- "Yo ya no sé que debo hacer".
Entonces se tapó la cara con ambas manos. Aoshi la miró llorar un momento. Él también se sentía mal... Pero agradecía que ella al menos había sido sincera. Volvía a ser la pequeña Misao, de la cual se enamoró y continuaba enamorado.
- "Sé que no debo hacer esto"- Misao lo miró un momento- "Pues sé que puedo interferir en tu decisión... Pero, no quiero que te vayas de mi lado..."- la ninja se sorprendió al escuchar eso. Ella nunca soñó con un Aoshi así- "Gomenansai... Misao-chan... "- dijo él, entonces tomó el rostro de su Doncella y lentamente se fue acercando a ella, hasta que sus labios se juntaron y se transformaron en uno solo.
El beso duró algunos instantes. Aunque para ambos había sido como si el tiempo se hubiera detenido. Aoshi tumbó a Misao en el tejado y apoyó su cabeza en el pecho de ella, mientras le tomaba la mano y hacía entrecruzar sus dedos. La ninja suspiraba y miraba el cielo, y con su mano libre le acariciaba el cabello azabache a su tierno esposo.
- "Creo que ya sé que es lo que voy a decidir"- dijo la Okashira de repente. El joven la miró atento, rogando por dentro que no se fuera de su lado. Ella lo miró con una sonrisa- "... He decidido... Quedarme a tu lado, mi amado Aoshi Shinomori"- dijo y le dio un pequeño beso en los labios- "... Pues tú has sido el hombre que más felicidad me ha dado, a pesar de todo"- entonces ella le sonrió.
Aoshi le iba a responder, pero sintió la presión de uno de los dedos de ella sobre sus labios. Entendió entonces que el momento era mejor así, sin palabras. A sí que nuevamente recostó su cabeza en el pecho de ella, mientras la chica le tomaba la mano y le acariciaba la mano.
El Ex-Okashira recién ahora conocía lo que era la paz... Y la Okashira recién ahora conocía la felicidad. Por que, si bien la muerte de su Amante Misterioso, la hizo entrar en una depresión. Su propio esposo tuvo el valor de hacerlo olvidar.
Y recién ahora ella se daba cuenta que nunca necesitó a un Amante Misterioso. Por que ella siempre tendrá el suyo a su lado... O no?.
FIN
Notas de Autora:
No sé si maté de diabetes. No sé si Aoshi descansará en paz. No sé si el Amante Misterioso saldrá del computador al estilo El Aro. Pero de lo que si sé, es que estaré tranquila por que he terminado una historia... Y ahora que lo pienso, es mi primera historia terminada. Creo que es en estos casos en que la constancia es recompensada, jajaja.
Tenían razón... Menos mal que nunca apostamos dinero o algo parecido. Pero tenían razón, Aoshi era el Amante... Aunque hice todo lo posible para que solo pudieran sospecharlo sin tener grandes pruebas. No sé si sirvo para mantener secretos en base a historias, pero me gustó escribir algo así.
Y no sé por que, siento que este fic tiene como un final abierto. Me dejó esa sensación... Creo que olvidé dar algunos detalles. Mmm... A si!. Hay una carta que le mandaron a Misao cuando ella estaba depresiva... Para mi total desgracia, no la incluí dentro de la expliación de Aoshi, pero les aclararé: Esa carta era donde Aoshi se había declarado a Misao. Es que Aoshi tenía la idea de hacer al Amante Misterioso como una especie de cartero... Pero como que no le funcionó por que era parte suyo y al parecer el Aoshi completo estaba enamorado de Misao. Como se dice por aquí en Chile: "Estaba enamorado hasta las patas" Jajaja.
Al final pensé incluir lemon... Pero me arrepentí, pues tengo que mejorarlos(los hago muy fríos... y no pegaría a la historia "dulce" que andaba haciendo). De lemones, verán en "Dame una Razón para Vivir", que para mi total desgracia, lo he dejado olvidado por que se me acabaron los capítulos preparados y no tengo inspiración para escribir peleas...A veces pienso que soy un total desastre.
Mejor me harto de palabrería... Y agradeceré a todas aquellas personitas que escribieron review en el capítulo final. Gracias a:
HADA, Blankaoru, Gabyhyatt, Nadir-Blue, Alexandra Shinomori, Denis-chan, Ailiniel, Naoko L-K, Parisad, Yune-o, Minue, MisaoHimuraSagara, Dark Ayumi, Darkhanyou, Mitsuki Himura, Utena-Puchiko-nyu.
Sé que ahora, como prometí, viene el Oneshot K/K, S/M y Y/T que prometí para este fic. Así que cuando manden los reviews de este capítulo, verán sus "respuestas" en ese oneshot.
Ahora me dedicaré a actualizar los otros fics... y a hacerle una continuación a ese Oneshot de Marmalade Boy que escribí, y que me emocionó para seguir escribiendo más de esa serie. Me estoy metiendo en muchos problemas... Y en cuanto a RK, si termino dos fics en este año, pueda que vuelva con otros dos... A ver si les gustan n-n Como sea, ya debo irme... Estaba en cama y me levanté solo para escribir todo esto... me voy a resfriar y mi madre de ahí me mata(es que ando en pijama jeje).
Espero sus reviews con ansias, aunque digan que el final fue patético... jeje... Yo seré feliz jejeje. Después de todo, recibí 78 en el capítulo anterior... aunque en realidad serían 76 por que hubieron dos personitas que mandaron reviews dos veces jeje. Se emocionaron con mi historia!. Ah! que emoción!. Jajaja, ya bueno, ya me voy. Chaus!
