Olasss gente! Aquí estoy de nuevo. Muchísimas gracias por esos reviews, es q sois geniales! Me animan un montón a seguir. Espero no haber tardado demasiado, este capi era complicado, ya lo veréis, pero más será el que viene. No valen amenazas de muerte por haberlo dejado así! Jajajaaj. En fin, que a los q estéis de exámenes mucha suerte y a los que ya estéis planeando las vacaciones de verano, espero que os divirtáis. Besazos!

Reviews:

P-Potter: Olass! Ves como no? Jaajjaja, tuve un par de problemas para subirla con el nuevo formato de la página pero ya está. Me alegro q te guste. Dew!

D.Alatriste: Olasss! Sí, ya se ha pillado a Peter, ya era hora de que retornaran viejos conocidos, jajaaj. Umm, las razones por las que lo perdona se expondrán mejor en el próximo capítulo, de todas formas, la influencia que Emy ejerce sobre Harry tiene mucho que ver. Lupin tiene muchos motivos para pensar que el Salvador no es Harry. Para empezar, Harry no era un arcángel y se supone que los arcángeles solo lo son por nacimiento, pero con Harry se hizo una excepción, pero en teoría, eso no es posible. Segundo, Harry ha jugado sus cartas perfectamente y ha hecho pensar a todo el mundo que sigue desequilibrado por la muerte de Sirius y es algo sorprenderte que en tan poco tiempo, alguien pueda adquirir ese inmenso poder. Digamos que Lupin ve a Harry como un padre a su hijo, incapaz de crecer y madurar tanto, lo sigue viendo como a un niño. Su mente no está preparada para aceptar que ese chico despiadado que mata a bocajarro es el mismo chico que conoció con 13 años. Y no te preocupes, iré rápida actualizando, eso sí, tienes que aprobar tus exámenes o me voy a sentir fatal, jajaja. Besos!

Maigu: Olasss! Me alegro q te guste. Dejarlo? Noooo, me es imposible, jajaja. Umm, a ver, el fict tendrá unos 50 capítulos más o menos y para el enfrentamiento con Voldemort cada día falta menos, habrá uno antes del duelo final, pero habrá otras personas que estén cara a cara con Voldemort antes que Harry. Dew!

Absintheaddict: Olassss! Gracias por el review! A ver, centrémonos, jajaj. Bueno, creo que esperabais una muerte muy muy sádica para Peter, no? Jajajajajjaa. Lo primero, ten paciencia, que todavía no has visto el castigo que he preparado para él, lo segundo, es la influencia de Emy lo que hace recapacitar a Harry y perdonarle la vida. Estaba segura, de que si Harry no dejó que Sirius y Remus mataran a Peter en su 3 curso, no iba a matarlo él mismo ahora. Sería traicionar sus propios principios. Él desea otra cosa. Respecto a Chris, sí, está algo más apagada y la culpa la tiene, indirectamente, Lupin. Lo cierto es que para ella es muy difícil aceptar que se está enamorando. Tranquila, veremos pronto a Emy, también sabremos qué pasa con Peter y Ginny continuará tratando de acercase a Harry. Poco a poco. Besos!

Laura P. E: Olassssss! Gracias por el review. Umm, a ver, el capi anterior estaba cargado de pistas y es normal q quizás no lo entendieras del todo, aunque pronto sabrás porqué lo he puesto. Y el pasado, sí, se atrapa por fin a Peter, ya veremos que pasa con él..

Ginnyalis: Olasss! Pues...la verdad es que todavía falta bastante. Ya sé que estáis muy impacientes pero antes deben ocurrir muchas cosas más. Así que tiempo al tiempo!

Usagi-Chan: Olass! Me allegro q te guste. Sí jajaj, lo de sr Oldman va por Gary Oldman. Besos!

Magusai: Olasss! Me alegro muchísimo de que te guste, todavía queda bastante para el final, jajaja, paciencia. Vivo en valencia, en España. Besos!

Verónica: Olasss! Cruel yo? Ajajaja, nooooooo. Bueno, evix confiesa...un poco sí, ajajjaa. Pues chica, has acertado, ese mortífago que escapó va a liarla mucho. No te preocupes, q ya ves q no he tardado mucho en actualizar. Besos!

Manuel-Manny: Olasss! Bufff, vaya dolor de cuello pillarías, jajaja. Sí, la batalla del capi me costó mucho, pero bueno, al final salió como esperaba. Osea q has estado buscando pistas? Jooo, ajajaja, y yo que pensaba q ya no os acordaríais de la mitad de cosas, vaya, así me descubriras el final, jaajaj. Final feliz? Ummm, ya veremos. Ajajaj., Aunque tus amenazas me inspiran respeto, ajajaja,.Me alegro q te esté gustando el fict, un besazo!

Kaily g-w: Olasss! Q tal? Tu tranquila, que ya verás como luego me das la razón y la sele no es nada. Yendo al capi, jaaj, me alegro q te haya gustado. Ya veremos muy pronto quien es el que se ha escapado del ataque de Harry. Y sí, ya tenemos a Peter, jaa, otro menos para la lista de Harry, ahora a esperar la inocencia de Sirius. Sí, no te preocupes, que no me olvidaré de Emy, ni de Ginny ni de los estudiantes. En fin, la verdad es q tiempo no tengo mucho para escribir, ajajja, pero sí que tengo los capítulos totalmente planificados y la verdad es que aprovecho cualquier momento para escribir. En fin, besazos wapa!

Ronnie: Olasss! Me alegro mucho q te guste el fict. Respecto a lo de tardar...umm, últimamente no tardo casi, sí que los subo 1 por semana, pero voy a tratar de ir más rapida. Me alegro q te estés leyendo el fict de Malala, es muy muy bueno. Umm, a ver, sí, este es el final de Voldemort, pero es posible q haga continuación con un después de Hogwarts, de hecho, ya la tengo planificada. Así q bueno, aún queda mucha tela. Respecto a lo de final feliz...umm, ya veremos, ajajajaj, pero una cosa es segura, este fict no tendra Ron/Hermione, por algo q ocurrira. En fin, gracias a ti por el review, yo soy de Valencia, casi paisanas, ajaj.

Aidee: Olass! Muchas gracias, jajaja, se agradece el apoyo. Bueno, ya veremos que pasa con su futuro...de momento, tiene a Pettrigrew. Besos!

Paola Carrera: Olasss! Espero q estés mejor, y gracias por el review! Ummm, el principe mestizo? En mi opinión es Lupin, un nombre q no se ha barajado casi, pero bueno, ya queda poco para leerlo. Los videos de las entrevistas ya los vi, así que gracias de todas formas. Umm, bueno, hablando del fict, es cierto q harry trata algo mal a Chris, pero forma parte de lo q siente. Todavía no se ha olvidado q sus padres están muertos por culpa de ella, o eso cree él. A ver, las preguntas...pues el fict tiene unos 50 capis, y sí, es posible que después haya una continuación. Pero todavía no estoy segura. Y bueno, para la reconciliación de Ron con harry, falta bastante, aunque no sé yo si será una reconciliación como la imaginas, jaaaj. Besos!

Ale-ja: Olasss! Muchas gracias! Ya ves q no he tardado mucho. Por cierto, espero que no dejes de hacer los deberes, jajajaaj, o luego me vendrán amenazas de muerte. Besos!

Hermione Black: Olasss! Muchas gracias a ti por leer la historia. Me alegro mucho de q te guste. Sí, la aparición de Emy ha ayudado muchísimo a Harry y tamb a Christine, ambos necesitaban un cable. No te preocupes por las preguntas que Harry le dice a Emy, se sabrán a su debido tiempo. Y bueno, con lo q pase con harry en un futuro...eso ya lo veremos, de momento no te asustes y trata de disfrutar cada capítulo al máximo. Besazos!

ATH: Olass! Gracias! Me alegra q te haya gustado el capi. Pues a ver...el fict va a tener unos 50 capis y es posible q haga continuación, sólo posible, no lo sé. Respecto a las sugerencias...a mí el quidditch no me gusta, ajajaj, está bien y tal pero creo q le qita protagonismo al resto de la historia, no obstante, por supuesto q va a haber más, tiene q jugarse la final. El q Malfoy no salga tanto no forma parte de un capricho mío, jaja, no te preguntas por qué está tan callado? Y respecto a lo otro, ajajajajjaj, va a ser q no. En fin, lo del ratting...ummm, no sé, tampoco me parece necesario subirlo. Dew!

Dany-Kanuto: Olass! Gracias! No te preocupes tú estudia, jejjej.

Fallen angel: Olass! Muchas gracias! Me alegro q te guste la historia. Espero no haber tardado mucho, jajajaj. Besos!

SkuldPotter: Gracias! Tranqui, q continuaré, ajaja.

CAPÍTULO 34: LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD.

Rayos y truenos centelleaban entre los dominios del Señor Tenebroso. La tormenta eléctrica, un signo vigente más de la llegada de la primavera, parecía estar escrita en las estrellas, puesto que reflejaba perfectamente lo que acontecía en el interior de la mansión.
Desde Pequeño Hangleton, pueblo cercano al oscuro caserón, podían escucharse los gritos de furia y los continuos sonidos de objetos rotos.
Los adultos habían cerrado sus casas con cerrojos, cegado las ventanas con tablas de manera, mientras los niños se tapaban la cabeza con las mantas y temblaban bajo ellas, rezando cuanto sabían para que el terror que los amenazaba, cesara pronto.
Las copas de cristal estallaron en mil pedazos, los ventanales se abrieron de par en par mostrando la furia de su señor, que ahora lanzaba a diestra y siniestra maldiciones a todos sus lacayos que tenía cerca.
-¡MALDICIÓN, ESTÚPIDOS, SOIS TODOS UNOS ESTÚPIDOS! ¡UN SÓLO HOMBRE, UNO SÓLO Y OS DERROTA COMO MOSCAS! ¿POR QUÉ NO SE CUMPLIÓ MI COMETIDO? ¿DÓNDE ESTÁ COLAGUSANO?
-Señor... temblorosamente, uno de los mortífagos que hacía la guardia a las puertas de la mansión, se arrodilló a los pies de su amo, deseando con todas sus fuerzas no volver a recibir la maldición cruciatus. Únicamente ha quedado un hombre con vida...todos los demás han muerto. Él le espera, amo, está afuera aguardando.
-¡Pues hazle pasar, idiota! bramó Voldemort, tratando de mantener la calma y dirigiéndose a su butacón para esperar el informe que le traería su único vasallo vivo.
Las puertas se abrieron y dieron paso a un joven aprendiz de no más de veintiséis años. Era alto, delgado y desgarbado, pero no mostraba ningún temor al arrodillarse frente al mago tenebroso más poderoso de todos los tiempos. Quizás fuera eso o que le agradaba la actitud arrogante que el muchacho mostraba en el rostro, pero la calma retornó a su cuerpo.
-Amo...
-Ponte en pie. ordenó Voldemort de mal talante. El chico obedeció, pero lejos de bajar la mirada, mantuvo el contacto visual con el hombre. ¿Cuál es tu nombre?
-Me llamo Ian, amo, Ian Lewis. pero pese a su ego, el muchacho era respetuoso y muy disciplinado, quizás fue eso lo que atrajo la atención del mago.
-Dime... Voldemort entornó los ojos.¿...de que eslabón eres?
-Amo, he alcanzado el segundo rango en un mes y medio que fui instruido. Procedo de Venecia y recibí la Marca Tenebrosa el pasado Jueves. Era mi primera participación activa.
-¿En un mes y medio? la sorpresa que mostraba el tono de voz de su señor, hizo sonreír al joven mortífago.
-Es correcto. Voldemort se levantó y paseó rodeando al muchacho, analizándolo minuciosamente.
-Ya veo...dominaste la Magia Negra y las maldiciones imperdonables en apenas un mes y medio y has sido el único superviviente de la última batalla...asombroso, realmente, mereces mi consideración.
-Mi más sincera gratitud, amo.
-Y dime... prosiguió su señor. ¿por qué decidiste unirte a nuestras filas? una mueca demente asomó el rostro del joven aprendiz.
-Por poder... respondió en un susurró apenas audible. Mi familia es una de las más prestigiosas de mi país, amo. No hay ni una mancha de sangre sucia entre ellas.
-Pediré informes. consideró Voldemort asintiendo e instándole a continuar.
-Sus pasos fueron seguidos entre los míos durante muchos años...crecí escuchando sus historias como si formaran parte de una leyenda, de mis padres únicamente escuchaba palabras de grandeza hacia su persona y los grandes logros que había aportado a la comunidad mágica. Así que en cuanto tuve la oportunidad, después de especializarme en Artes Oscuras, amo, localicé a un grupo de aprendices y me uní a ellos hará exactamente dos meses.
-Muy interesante... aprobó Voldemort, que parecía que todo su enfado inicial se había relegado a un segundo plano. Y dime...¿cuál es tu especialidad?
-Pociones. contestó de inmediato el muchacho. Voldemort dejó de pasearse y se detuvo a sólo unos centímetros del joven, mostrando gran satisfacción en el rostro.
-¿Tienes...alguna característica más que deba saber?
-Una, amo. sonrió el aprendiz. Soy un mago...metamórfico... Voldemort se quedó tan sumamente sorprendido que no pudo más que soltar una sonora carcajada, tan fría que congeló los cristales esparcidos por el suelo y aumentó la corriente que producía el viento al entrar abruptamente por los ventanales.
-Tengo...un trabajito para ti, Ian...eso...si estás dispuesto a correr riesgos...
-Lo estoy, amo. aseguró el muchacho. ¿Qué es lo que tengo que hacer?
-Necesito tener acceso a Harry Potter...y tú vas a ser la llave que me conduzca a ello. se sacó del bolsillo un viejo pergamino y una pluma. Se acercó a la mesa y garabateó una nota con una caligrafía extremadamente curvada. Después, regresó al lado del muchacho y le entregó el papel. Dale esto a Lucius Malfoy...ponte en contacto con él...él ya sabrá qué hacer, te dará instrucciones...
-Sí, amo. el mortífago sonrió maliciosamente y se inclinó en una larga reverencia. Voldemort volvió a soltar una carcajada. Todo su enfado inicial se había disipado. No había podido terminar uno de sus planes, pero el definitivo y más importante se vería cumplido en seguida. Se sentó de nuevo en su butaca y apoyó la cabeza en una de sus manos.
-Y ahora...Ian, quiero que me expliques qué fue lo que pasó en esa misión...¿dónde está Colagusano? Supongo que fuiste informado, al igual que los demás aprendices, que el verdadero objetivo de la misión era quitar de en medio a todos los obstáculos para dejar vía libre a Colagusano para que pudiera matar a Remus Lupin.
-Así fue, señor. Y lo hicimos. se apresuró a añadir. El problema es que Colagusano se entretuvo mucho con Lupin y no pudimos contener por más tiempo a ese hombre... una mueca de desagrado se dibujó en el rostro de Voldemort...así que lo capturó y luego mató a todos los demás con esa luz. Yo logré escabullirme.
-¿Y Mulciber?
-También murió, amo. Voldemort maldijo por lo bajo. El cabecilla del ataque era uno de sus mortífagos de mayor confianza, del grupo interno y cada vez perdía más. Primero fue Roodwood y ahora Mulciber y Colagusano...ya no tendría más información acerca de Christine Byrne ni de Remus Lupin y eso era lo que de verdad le fastidiaba.
-Nott, Crabbe, McNair... llamó a tres de sus hombres que estaban colocados en fila, cercanos a las puertas. Averiguarme qué ha pasado con Colagusano y...
-Ya lo hice yo, señor. interrumpió el joven aprendiz rápidamente y Voldemort se mostró todavía más sorprendido por su eficacia. Se lo han llevado al Ministerio de Magia, a una cámara de alta seguridad. Será juzgado mañana por la tarde... el mago tenebroso se rascó la barbilla como siempre que rumiaba algo.
-Lo matarán...lo condenarán a muerte...pero esa rata rastrera es tan cobarde que puede entregar mucha información...¡Maldita sea, ese hombre está cansándome! Voldemort volvía a mostrarse muy furioso. Todo iría sobre ruedas si ese individuo nunca se hubiese aparecido allí. ¿Qué era lo que pretendía? Muy pronto tendría que averiguarlo...
-Amo, si me permite, yo tengo una información que sé que le interesará. su señor salió abruptamente de sus pensamientos y observó la sonrisa demente del rostro del joven mortífago.
-¿De qué se trata?
-He encontrado el punto débil de Christine Byrne...uno que la destruiría definitivamente... Voldemort se levantó del butacón con una expresión de total seriedad.
-¿Qué has dicho?
-Que podemos destruirla... había algo de macabra en la manera en la que el muchacho se relamía los labios, como si recordara algo en especial.
-¿Cómo?
-Teme el contacto con los hombres...
-¿Estás seguro? inquirió su señor alzando una ceja. Ella es una mujer muy fría y muy poderosa...es peligrosa, durante mucho tiempo fue mi mayor quebradero de cabeza y aún sin la totalidad de su poder, todavía lo es. ¿Cómo alguien como ella va a temer acercarse a un hombre? De hecho yo mate a su familia...
-Quizás fue después de aquello, señor, pero le aseguro que es cierto. Yo la cogí de la cintura y me acerqué mucho a ella y comenzó a temblar. Ni siquiera pudo poner ninguna fuerza de resistencia, se quedó paralizada, empequeñecida...perdida...
-Ummm...eso puede tener algo de sentido... afirmó Voldemort. teniendo en cuenta en lo que se ha convertido...una máscara de frialdad...quizás tema a sentir...quizás quedara marcada por el amor a su marido... el hombre soltó una nueva carcajada. Sí, ese siempre ha sido el fallo del bando de la luz...el amor...menuda estupidez... detuvo su serenata y miró con agradecimiento al mortífago. Muy bien, Ian, voy a sacarle mucho provecho a tu información...serás recompensado como es debido...sólo tienes que decirme qué es lo que deseas...
-Lo haré, amo. aseguró el joven aprendiz.
-Bien...ahora, retírate...y no lo olvides, hazle llegar mi recado a Lucius Malfoy...

Había amanecido un día gris y nublado. El cielo estaba encapotado, el viento soplaba helado y la lluvia amenazaba con una nueva tormenta.
Un chico de dieciséis años miraba perdido por la ventana. Sentía una fuerte opresión en el corazón, una sensación que había estado deseando mucho tiempo y sin embargo...que ahora carecía de un valor real.
Se frotó los ojos con las manos. No había dormido nada, había sido incapaz de tumbarse por más de media hora en la cama, así que se había dedicado a escribir en un diario. Le parecía que así hablaba con Ginny, que expresaba como se sentía y su angustia disminuía.
Dio un largo y prolongado suspiro y se sacó del bolsillo del pantalón una cajetilla de cigarrillos. Tomó uno, se lo colocó en la boca y como habitualmente hacía, le prendió fuego con la mano.
Una enrome calada lleno de humo la cercanía con la ventana. ¿Por qué esa melancolía? ¿Por qué ese sentimiento de saber que a pesar de haber hecho lo correcto, no estaba cumpliendo con las expectativas...? ¿Debía acaso haber dejado que los demás tomaran venganza? Más vidas sobre su espalda...y una que, particularmente, había salvado en una ocasión.
Pero...¿estaba fallando a la promesa que le había hecho a Sirius? Después de todo...Remus Lupin había querido matar a Colagusano y conociendo lo temperamental que su padrino era...no habría dudado ni un instante en acabar con su vida, igual que no dudaba la última vez.
Por inercia, se levantó la manga y rozó dulcemente la pulsera que había pertenecido a Sirius. Se sentía mucho más cerca suyo sintiéndola y sin embargo...que tristeza le embargaba en esos instantes...
-¿Te he decepcionado? preguntó al vacío. No obtuvo respuesta. La nada, el silencio...todo lo que le rodeaba convertía su agonía en una aun mayor.
Fue hasta la silla y se abrigó con la capa negra. La pulsera y la prenda le resguardaban de todo, le cubrían con su máscara...le sacaban un poco de su soledad.
La soledad...ese sentimiento que había experimentado durante tanto tiempo y que ahora una vez más lo embriagaba.
Cerró los ojos un instante...no quería desfallecer, debía ser fuerte y sin embargo...estaba tan cansado. Incluso le pareció que sus piernas temblaban y amenazaban con doblarse.
Había hecho lo correcto lo sabía, sabía que esta venganza no le correspondía a su yo asesino, sino a Harry Potter. Sin duda, lo que tenía preparado sería un castigo mucho mayor y más merecido.
Si Emy hubiese estado en ese momento, le habría dado la razón. Ella era eso, pura justicia...puro equilibrio...y eso es lo que él mantenía con sus dos personalidades...el equilibrio. No había disfrutado matando ni una sola vez...ni siquiera con Kreacher, aunque en su interior, algo le decía que habría deseado hacerlo. Que ver al elfo rogar por su vida tendría que haberle dado una suma satisfacción y sin embargo...sólo quedaba el vacío, el triste recuerdo...
Pero no se arrepentía. ¿De qué valía la vida de Kreacher? Únicamente se castigaba a sí mismo y facilitaba la labor del señor oscuro. No, cuando las almas estaban llenas de rencor, de maldad, de pura oscuridad...entonces no había nada ni nadie que pudiera salvarlas, entonces, la muerte no era un castigo...sino más bien un regalo...
Pero ni aun con ese pensamiento...podía quitarse de la cabeza lo vil y ruin que se sentía. Jamás habría imaginado convertirse en lo que ahora era...no obstante, sabía que estaba destinado a ser así. Y lo sabía porque al fin había comprendido...

"Pensabas en tus seres queridos, en proteger a los que quieres, has aprendido de la experiencia que ser tú el que trate de arreglar las cosas...no es siempre el mejor camino...has lamentado tú error desde el momento en qué ocurrió, sin preocuparte por argumentar, por saber, que las cosas siempre tienen un porqué para ocurrir...sin percatarte de que lo que ocurrió ese día, que tratas de rememorar...quizás...te salve la vida en el futuro..."

¿Por qué últimamente no se podía quitar de la cabeza aquellas palabras...? Que lejos había estado ese día de comprenderlas. Trató de forzar la memoria y lo primero que apareció en su mente fue el primer momento en que Ginny y él habían estado muy juntos.
Pero en seguida vinieron más imágenes a su cabeza...los gritos...el callejón...los mortífagos...la niña muerta y...la adivina...
En aquel momento no había querido creer lo que le decía, no había querido pensar en que descifrando todo eso, quizás ahora no tendría una segunda cicatriz en la muñeca izquierda, justo al lado de la pulsera de su padrino.
Sí, aquel día, pensaba en sus seres queridos...en lo que pudo haber sido y nunca fue...en la culpa...pensaba en que debía proteger a Ginny...a sus amigos y había creído que alejándose del mundo mágico, renegando de lo que era por nacimiento, sería la mejor forma. Pero se equivocaba. Aquello no era más que miedo...miedo a perderlos, miedo a volver a sentir aquel dolor tan grande por la pérdida de Sirius.
Y sí, había aprendido de la experiencia de esa misma muerte a dejar las cosas en las manos de los adultos...y por eso, únicamente por eso, había llegado a confiar incondicionalmente en Christine. Se había dejado llevar por ella, por sus consejos, por su forma de ver las cosas y sus proezas...y recordando la voz de la adivina, que le decía que debía confiar en ella, lo había hecho.
Y ahora todo cobraba verdadero sentido. Sí, había lamentado su error desde el momento en que había ocurrido, se había bañado en la desesperación, el miedo y la tristeza y no se había preocupado por argumentar, por pensar que quizás aquello le salvaría la vida en el futuro...se la salvaría a sus amigos, que si ocurrió, debía tener un porqué, el problema...es que entonces no sabía cuál.
Y ahora sí, su porqué era esta fuerza que residía en él, estas ganas de luchar, de vengar, de defender a sus amigos, a todos...de regalar al mundo la oportunidad de seguir hacia delante...de que ningún niño más tuviera que pasar por lo que él había pasado.
Esa había sido la única función de la muerte de Sirius...otorgarle a él la máscara, el poder, para acabar con su enemigo y ese pensamiento era lo que le perturbaba.
Así, sin más, una vida para salvar otras, para conceder un simple sentimiento mucho más fuerte...¡Qué poco valía entonces!
Era frustrante saber que el sacrificio de su padrino únicamente tenía una función que hacer, como si el destino fuera un hombre de largas barbas que controlara las vidas humanas con unos hilos...y que romper esos hilos no estaba al alcance de nadie...o quizás sí, pero de unos pocos elegidos.
Marionetas...eso eran las vidas de los hombres...marionetas guiadas por ese ser sin rostro que se decía llamar destino...
El cigarrillo se consumió en la boca y Harry lo dejó caer al suelo, sin preocuparse por terminar de apagarlo.
-¡Maldita sea! gritó sumido en la desesperación y golpeó con tal intensidad el cristal de la ventana, que éste se hizo añicos...
El viento entró con furia por el ventanal y Harry se arrodilló en el suelo, con la mano derecha ensangrentada y apretando los dientes de la furia.
Pero no le importaba el dolor. Porque ese sufrimiento físico era terriblemente placentero si se comparaba con el espiritual. Lo había logrado de nuevo. Dañar su cuerpo para que remitiera su agonía del alma.
-Veo que no te has levantado con buen humor. se dio la vuelta bruscamente y encontró a su profesora apoyada en el marco de la puerta de la sala de los Menesteres, mordiéndose una de las uñas, indiferentemente. La ironía con la que se solía comportar empezaba a pasar factura en el muchacho, que maldijo una vez más por lo bajo, antes de levantarse del suelo y poner su mano ensangrentada apoyada en la mesa del escritorio, que comenzó a mancharse a causa del líquido rojo.
Christine adoptó una expresión de total frialdad en el rostro, como era habitual en ella y se acercó hacia donde estaba el chico.
-Muy estúpido por tu parte golpear de esa manera el cristal...la magia que corre por tu interior se ha descontrolado a causa de las emociones...
-Sólo es un mal día. replicó Harry. Christine realizó una mueca de desagrado y le tomó la mano herida, analizándola. Había pequeños trozos de cristal incrustados en la piel. Puso su mano derecha sobre ésta y la luz blanca las rodeó. Pasados unos instantes, Harry no sentía ningún dolor, salvo el vacío espiritual de su corazón. Gracias, pero no deberías hacerlo.
La mujer no contestó, acto que siempre significaba que no tenía una respuesta convincente, así que solía hacer gala del refrán: "Calla y otorga". Se marchó a la ventana y tras musitar: "Reparo", el cristal se recompuso. Luego se apoyó de brazos cruzados en el alfeizar de la ventana y se contentó con analizar la cara de inquietud que tenía su alumno.
-Hace cinco minutos que Dumbledore se ha marchado. Allí se reunirá con algunos miembros de la Orden... como no hubo ninguna respuesta, continuó: Nosotros no iremos hasta el comienzo del juicio. Saldremos dentro de una hora...arréglate... Harry la miró ásperamente y se dirigió a un armario que había al lado de la estantería. Abrió la puerta y sacó unos vaqueros negros y una camisa ancha de manga larga. Dando un golpe de varita, se los puso. Después, mientras Christine seguía observándole, se asomó al espejo y se peinó un poco su alborotado cabello, dejándoselo suelto sobre los hombros. Y por último, se echó por encima la capa de Sirius.
-Habla por ti. Yo me marcho ya.
-Ni hablar. la profesora se puso en pie y avanzó hasta donde se encontraba el chico. ¿Qué pretendes?
-Tengo que hablar con Pettrigrew... una mueca de asco asomó el rostro de la mujer. Y tengo que hacerlo de esta manera...Cuando acabe, te avisaré por medio de Ares y nos encontraremos en un lugar para entrar juntos, de manera que parezca que hemos llegado directamente de Hogwarts...
-¿Por qué quieres hablar con él? quiso saber Christine. Todo lo que le dijiste ya fue suficiente...es más, tuviste la opción de...
-No voy a matar a Colagusano. cortó Harry bruscamente. No puedo.
-¿Por qué? se desesperó la mujer, acercándose mucho más a él y causando imponencia. De verdad que no te entiendo, te he oído gritar en sueños, en pesadillas, en visiones...detestándolo en mil ocasiones y jurando venganza, ¿por qué ahora ese miedo?
-No es miedo. aseguró el muchacho. Su rostro se había ensombrecido. Tú jamás podrías entenderlo...no sabes lo que significa para mí, lo que significó en el pasado tenerlo en frente, salvarle la vida para que después él entregara la mía y llevara a Sirius a la muerte...no puedes comprender el odio que hubo en mi interior...
-Lo que no entiendo es como ese odio ha desaparecido de tu interior... corrigió Christine. Tuviste la oportunidad de matarlo...no vuelvas a fallar... Harry la miró fijamente con el rostro más sombrío que había adoptado hasta la fecha.
-Sólo yo tengo derecho a decidir...y sé que hay cosas peores que la muerte...
-¿Por qué con él esto y no con Kreacher o Bellatrix? ¿Por qué él, maldita sea?
-Porque es diferente...
-¿Sólo porque fue amigo de tu padre? inquirió la mujer de mala gana. Te estás equivocando, un día te arrepentirás de no haberlo matado con tus propias manos, de dejar que lo condenen a muerte y sea otro el que se lleve ese privilegio...
-Matar...no es para mí un privilegio... le advirtió Harry guardando su varita en el bolsillo de la túnica.
-Para mí sí lo es cuando esa persona ha matado a tu familia... Harry levantó la cabeza y penetró con la mirada los ojos angustiosos de Christine.
-¿Por qué lo odias tanto?
-¿Y tú me lo preguntas? bramó Christine. ¡MATO A LILY Y A JAMES, TE CONDENÓ A TI A UNA MUERTE SEGURA Y SIENTO RECORDÁRTELO PERO SI VOLDEMORT ESTÁ VIVO, SI ESTÁ AQUÍ Y SI MATA GENTE FUE PORQUE ÉL LO AYUDÓ A VOLVER, PORQUE TÚ LE PERDONASTE LA VIDA! sabía que no debía hacer dicho eso, sin embargo, Christine no pudo resistir las ganas de tratar de hacerle entrar en razón. Pero lejos de ponerse a berrear, de enfadarse, Harry se quedó apático, como si esas palabras nunca las hubiera escuchado, como si no fueran con él.
-Te dije que no lo entenderías... susurró cerrando los ojos. Son mis padres, son mi familia y tú no tienes derecho a inmiscuirte...lo siento pero las cosas han cambiado...
-¿Quieres decir que ya no vas a luchar? cuestionó la mujer.
-No, quiero decir que no lo haré por venganza...
-Oh, entiendo, eso me parecería perfecto si aquellos a los que tienes que vengar estuvieran vivos...si Peter no lo mereciera... Harry se dio la vuelta, esbozó una amarga sonrisa y dejó que la luz lo envolviera.
-Te aseguro que buscaré para él un castigo lo suficientemente...severo... y tras dejar que la luz lo consumiera, desapareció.
-No podrás evitar que lo condenen... suspiró Christine y se dejó caer al suelo de rodillas. Tú tampoco lo entiendes...él entregó a mi familia... dos lágrimas rodaron por las mejillas de la mujer. La angustia y la desesperación se juntaron en un sólo momento, aprisionándola, ahogándola.Perdóname...perdóname Lily...¿en qué lo he convertido...en qué me he convertido yo...? Pero él mató a Alan...a Dani...¿cómo dejar de sentir este rencor?una mano acarició sus mejillas y le secó con suavidad las lágrimas.
-Lo superarás... Christine se dio la vuelta con los ojos aguados y vislumbró una preciosa figura de mujer.
-¿Lily? preguntó confusamente. No era Lily, pero tenía sus mismos ojos verdes...

Todo el Ministerio de magia era un auténtico caos. La noticia se había extendido rápidamente por los distintos departamentos y un gran número de personas se habían concentrado a las puertas de la sala de juicios, en el Departamento de Misterios.
Muchos de ellos no podían entrar en la vista, sin embargo, la curiosidad había sido mucho más fuerte.
Unas salas más lejos, al doblar la esquina del cuarto pasillo, se encontraba apresado Peter Pattrigrew. Evidentemente, esta información era confidencial, por eso únicamente tres personas estaban agrupadas allí, más los dos aurores que hacían guardia en la puerta.
La Ministra de Magia, Amelia Bones, se veía claramente nerviosa. Teniendo la experiencia de lo que había sucedido con el último prisionero de alta importancia, temía que se produjera un ataque al Ministerio masivo, encabezado por el mismísimo Innombrable. No sabía si podrían repelerlo.
-Tranquilízate, Amelia. sonrió cordialmente Dumbledore. Todo un escuadrón de aurores franquean la zona, el Ministerio está protegido por un sinfín de Encantamientos y él no se arriesgaría a aparecerse aquí de no haber un motivo muy importante.
-Y lo hay. respondió la ministra paseando de un lado a otro. Pettrigrew puede aportarnos mucha información.
-No creo que Voldemort se la juegue contándole planes realmente importantes... el director le restó importancia al tema. Y más, conociendo a Peter como le conoce...
-Aún así... miró a los dos hombres frotándose los ojos de cansancio, no había parado de trabajar en toda la noche...no estamos preparados para detenerle...sin ese hombre...
-¡Mis aurores están perfectamente capacitados para asumir esa responsabilidad, Amelia! le reprochó Thomas Grint, era el jefe supremo del cuartel general de aurores. No necesitamos a ningún busca famas...
-¿Busca famas, eh? una risa áspera se escuchó enfrente suyo. Las tres personas se dieron la vuelta alarmadas y se toparon con una luz blanca que recorría el cuerpo de un hombre encapuchado, plantado en medio de la sala.
-¿Cómo ha entrado aquí...? Grint no podía creérselo. Habían hechizos anti-aparición cubriendo cada palmo de terreno y sin embargo...
-Como ve, señor Grint, sus medidas de seguridad no parecen tan...eficientes. respondió el hombre sonriendo fanfarronamente. No debería alardear tanto de ellas...
-¿Está cuestionando mi trabajo? bramó el auror. Dumbledore le puso una mano en el hombro para tranquilizarle, cosa que no logró. Estaba claro que no le agradaba ese extraño individuo.
-Umm...no utilizaría esos términos, pero sí, puede tomarlo así. contestó el individuo y camino unos pasos hasta acercarse a ellos.
-¿Con qué derecho viene a demandar lo que yo y mis hombres hacemos? le espetó Grint. El hombre se detuvo enfrente suyo y lo miró con indiferencia. El jefe de aurores era un hombre alto y delgado, con una cabellera rubia que le llegaba a la altura de los hombros y unos ojos de un azulado indefinido. Se veía muy estricto y severo, pero era un buen profesional y él lo sabía. Representamos al Ministerio de Magia, nuestro trabajo es salvar vidas y lo hacemos lo mejor que podemos.
-Disculpe si le he ofendido, señor Grint. se excusó el hombre, pero su tono parecía indicar lo contrario. Me limitaba a señalar un punto en cuestión y es el siguiente: ninguno de sus hombres está realmente preparado para enfrentarse a los mortífagos y si Voldemort quisiera aparecerse por aquí hoy, créame que lo lograría.
-Parece conocerlo muy bien...¿no es cierto? el hombre entornó los ojos distinguiendo muy bien el claro deje de ironía que había tras esas palabras.
-Lamentablemente para mí, sí, lo conozco mucho más de lo que imagina y sé de lo que es capaz, así que le recomendaría que cuando usted o alguno de sus hombres esté cerca suyo, no lo subestimara...las consecuencias podrían ser...extremadamente severas...
-Tomaré en cuenta su recomendación señor...
-Oldman, aquella vez la que habló fue Amelia Bones que se adelantó con una leve sonrisa a estrecharle la mano al extraño individuo, que la aceptó rápidamente. Grint alzó una ceja. Veo que ha cumplido su promesa de volver a aparecer por aquí... el hombre sonrió y pese a que Dumbledore le vio claramente hacerlo, no pudo distinguir a quién se parecía esa sonrisa.
-Suelo cumplir mis promesas, señora ministra. Y estoy dispuesto a responder sus preguntas, pero no he venido únicamente para eso.
-Supongo que ha venido a presenciar el juicio de Peter Pettrigrew. aventuró el director y el hombre fijó su mirada en él.
-Así es. Eso, si no hay ningún inconveniente.
-Usted lo trajo, señor Oldman. respondió la mujer antes de que nadie se le adelantara. Como Ministra de Magia, le doy permiso para asistir.
-Muchas gracias. sonrió el hombre. Pero para evitar problemas nadie notara mi presencia...iré...camuflado.
-Esa me parece una idea de lo más prudente. aprobó Dumbledore.
-Y ahora, señor Oldman, mientras aguardamos el inicio, me gustaría que me respondiera a algo. Amelia Bones se veía expectante. Estaba claro que confiaba en ese hombre y lo hacía mucho más desde que había tenido la seguridad de que Dumbledore también lo hacía.
-Estoy dispuesto a ello, pero espero que comprenda que no todo lo que me pregunte podrá ser respondido. Le pido que respete mis motivos, por supuesto, no voy a mentirle.
-De acuerdo. aceptó ella y se apoyó en la pared del corredor, con los brazos cruzados. Sé que usted no quiere que su identidad sea revelada, así que no insistiré en ese punto, sin embargo, me gustaría que nos contara qué motivos tuvo para no manifestarse con anterioridad. el hombre suspiró y se puso una mano en la barbilla, pensando con detenimiento cuál sería su respuesta, hecho que no pasó inadvertido para el director.
-Verá, comenzó con una voz terriblemente helada. yo no siempre he tenido estos poderes, me enteré hace muy poco de lo que era y aceptarlo me llevó un tiempo. Quise cambiar mi condición, mi destino y huir de las responsabilidades que me atañían. Había estado equivocado de camino durante mucho tiempo y encontrarlo fue una ardua tarea.
-Entiendo. asintió la ministra sin dejar de fijar sus ojos en él. Pero conozco a los de su raza...son muy pocos y sé cuál es la condición que los amarra.
-Disculpe, pero no acabo de entender a donde quiere llegar.
-Es muy sencillo, intervino por ella el director. Todo arcángel tiene un protegido y esa es su única misión. Así que, comprenderá que eso es algo que no entendemos. ¿Por qué lucha en la guerra si debería estar defendiendo a esa persona? para sorpresa de todos, el hombre sonrió.
-Tiene toda la razón, Dumbledore. Veo que conoce muy bien las características de los de mi especie. Harry carraspeó y continuó adoptando de nuevo un semblante serio. Eso es correcto, tengo protegidos...
-Perdone, ¿ha dicho protegidos? inquirió Amelia Bones.
-Eso he dicho. asintió el hombre jugueteando con el cordón de su capa negra. Mi caso es algo distinto de los demás...soy mitad mago y mitad arcángel, una proeza un tanto...peculiar, por así decirlo. Así que tengo más de un protegido...y respecto a la pregunta sobre porqué lucho, es obvio. Mientras Voldemort exista, ellos no estarán a salvo.
-Yo tengo una última pregunta. inquirió el director. Y el hombre supo que aquello iba a ser comprometedor. ¿Conoce usted a Christine Byrne? y pese a que todos esperaban que Harry se removiera inquieto o se mostrara nervioso, no lo hizo.
-Sí, sé quién es. He oído hablar mucho de ella. Me gustaría saber porqué lo pregunta.
-Porque sólo una persona podría adoptar sus mismas características, sólo una. aclaró Dumbledore.
-No entiendo a donde quiere llegar, señor. el hombre mostró su incredulidad.
-Lo curioso, señor Oldman. prosiguió el director. Es que esa persona está muerta.
-Sigo sin entender. el director sonrió y se acercó mucho más al hombre, taladrándole con la mirada.
-Si sabe quién es Christine, sabrá que tuvo un hijo. Su nombre era Alan. Harry abrió mucho la boca sorprendido y ese gesto fue percibido por todos. Se había quedado sin habla, pero no en sí por lo comprometida de la situación, sino por lo que pensaba que podía ser. El hijo de Chris había...no, no era posible, ella nunca lo había nombrado y sin embargo...tenía tanto sentido. En un momento se sintió muy estúpido de haberlo comprendido y a la vez enojado consigo mismo porque no hacía mucho él le había reprochado algo acerca de su hijo. Es curioso, señor Oldman que la única persona que podría ser mitad mago y mitad arcángel, fuera él... Harry levantó la cabeza y cerró por fin la boca.
-Usted mismo ha dicho que eso no es posible. Porque su hijo murió.
-Sí. confirmó el director como disculpándose. Pero si usted conoce bien a Voldemort, entonces sabrá que perfectamente pudo haber sido un engaño...para quitarla de en medio.
-¿Y por qué Voldemort haría algo así, Dumbledore? quiso saber el hombre y el director, volvió a sonreír.
-Para tener acceso a Harry Potter. se quedó mudo y sin saber qué contentar. Tan mal había juzgado a Chris...ahora sabía que seguramente Voldemort se las había ingeniado para quitarla de en medio, y así que ella no pudiera ir a salvarle a él y a sus padres. Sin embargo, Dumbledore se equivocaba en una cosa, él no era Alan, por lo que debía ser cierto que el niño había muerto.
-Usted cree que yo soy el hijo de Christine... susurró Harry.
-Sí, lo creo. afirmó el director mirándole a la oscuridad que producía la capucha a su rostro. pero hay una pequeña pega...ese niño no tendría veinticuatro años, sino dieciséis. Lo que me lleva a dos teorías. O estoy en lo cierto y usted me mintió sobre la edad o usted no es realmente quién yo creo.
-Es una buena teoría, Dumbledore, pero me temo que no es correcta. el hombre volvió a sacar su personalidad fría e indiferente y fue esto lo que más desconcertó al anciano. Lo lamento, pero yo no soy esa persona.
-Entiendo. asintió el director y entre ellos se hizo un breve silencio, hasta que el hombre volvió a hablar.
-Ahora, quisiera cumplir el cometido por el cual he venido.
-¿Cometido? preguntó la ministra alzando una ceja.
-Sí, quiero hablar con Peter Pettrigrew. aquello cayó como una losa fría y pesada entre los presentes. ¿Por qué querría hacerlo? ¿No había tenido ya opción de charlar?
-De ninguna manera. en aquella ocasión fue Grint, que se había mantenido callado en el interrogatorio el que se opuso rotundamente a esa petición. Este hombre es un prisionero a mi cargo y le prohíbo totalmente la entrada.
-Creo que no está en situación de prohibir nada, señor Grint. repuso el hombre, dejando de lado su educación y volviendo a adoptar su tono arrogante. Discrepo en su opinión, ese hombre es MI prisionero. Yo lo capturé y creo que tengo el derecho de hablar con él.
-¿Por qué? ¿Quién es usted? Grint no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente. Aquel hombre no le inspiraba nada de confianza y nadie, hasta ahora, había desobedecido una de sus órdenes.
-Creo haber repetido hasta la saciedad que mi identidad no será rebelada.el tono aburrido que había en la voz de aquel hombre todavía desesperó mucho más al auror. No es de su incumbencia. Llevo el rostro cubierto por motivos personales.
-Lo siento, pero no le permito entrar a ver a Pettrigrew. Grint se mantuvo firme. Primero porque no está dentro del código penal, no se pueden efectuar visitas a prisioneros tan sumamente importantes antes de que sean juzgados y no romperé las reglas sólo porque usted se encapriche. ¿Cómo sabemos que es de confianza? Ha luchado a nuestro lado, pero no sabemos sus reales intenciones. Los motivos que ha expuesto no son suficientes. No tenemos ninguna prueba que lo aleje del lado oscuro.
-Yo nunca...os he pedido vuestra confianza... murmuró el hombre con una voz peligrosa.
-¿Por qué habríamos de dejarte entrar? ¿Con qué derecho? el auror estaba comenzando a elevar la voz. El hombre suspiró y se aproximó a Grint con un aire misterioso, sin embargo, éste no retrocedió.
-Vengo en nombre de Harry Potter... susurró fríamente. El ambiente cambió de tensión a sorpresa en un minuto. Dumbledore y Amelia intercambiaron miradas de incredulidad. Sé que a él le gustaría que le dijese a Peter lo que tengo que hablar con él...
-¿Potter sabe quién eres? Grint alzó una ceja y luego miró al director como si éste hubiera estado ocultando algo que él no alcanzaba a comprender.
-Sí, pero no conoce que soy yo quién se oculta tras esta capucha.
-No es posible... murmuró la ministra sin llegar a creer lo que sus oídos acababan de escuchar. Señor Oldman, conocemos de cabo a rabo la vida de Potter y no hay nadie que se escape de nuestra criterio y créame, entre esas personas no hay ninguna que se asemeje a usted. el hombre volvió a sonreír misteriosamente y miró de reojo al director, sin que éste se percatara.
-Señora ministra, que no me reconozcan, no quiere decir que no sepan quién soy.
-¡Ya basta de juegos estúpidos! exclamó Grint comenzando a perder la paciencia. Limítese a acudir al juicio ya que le han concedido ese privilegio...y márchese de aquí. Harry le miró con repulsión y cuando habló, lo hizo tan ásperamente que los pelos de la nuca del auror se erizaron.
-Creo que aún no me han tendido, señor Grint. No voy a aceptar un no por respuesta. Entraré tanto si me lo permite como si no.
-¿Está conspirando contra el ministerio de magia? acusó. Puedo arrestarle por esto, señor Oldman. y dicho esto, sacó del bolsillo de su túnica la varita mágica y apuntó directamente al corazón del hombre. Harry ocultó todavía más su rostro debajo de la capucha y sonrió arrogantemente.
-No le gustará retarme, señor Grint. Me basta un sólo movimiento para desarmarlos a los tres juntos. Me da la impresión que todavía no han entendido mi función aquí... dio una vuelta sobre si mismo y de una patada, la varita del auror salió volando de sus manos a unos metros de distancia. En sólo un segundo, se llevó la mano a la espalda y sacó de ella su reluciente espada, apuntando directamente a la garganta del hombre. Grint comenzó a respirar agitadamente, mirando de reojo el filo del arma. Ni Amelia ni Dumbledore supieron como reaccionar...no me importa a cuantos tenga que quitar del medio siempre y cuando cumpla mi propósito...no me tiente, señor Grint...porque podría encontrar muy desagradable la demostración que le efectuaría...
-Está loco...
-Entonces, debería saber que no es bueno provocar a los locos... susurró Harry muy cerca de su oído. Sin haber estudiado ninguna carrera soy mejor que cualquiera de sus aurores, eso sin necesidad de utilizar mi magia de arcángel...cuando quiera, puedo hacerle una demostración. el hombre soltó al auror y se guardó la espada de nuevo.
-Discúlpenme, añadió y tras levantar una mano y dirigir la energía a la puerta que estaba herméticamente cerrada, ésta se abrió en un chirrido e ingresó en la habitación.

-¡Ron, Ron, Ginny! Hermione venía corriendo del Gran Comedor, después de haber desayunado. Los dos hermanos estaban en la Sala Común, terminando de arreglarse y metiendo sus libros en la mochila. La chica se abrió paso entre los adormilados estudiantes, agitando un periódico en la mano.
-¿Qué ocurre, Hermione? ¿Por qué gritas así? quiso saber Ginny que ya llevaba el uniforme puesto y se había colgado al hombro la mochila.
-Es...es...
-Tranquila, tranquila Ron la cogió de la mano y la sentó en uno de los sillones para que pudiera respirar bien. Había subido siete pisos corriendo y jadeaba. A ver...dinos qué ocurre.
-¡Oh, dios es Scabbers, digo, Colagusano!
-¿Colagusano? preguntaron los dos hermanos al unísono.
-Sí, aclaró Hermione. Anoche, en un ataque lo cogieron. Ese hombre misterioso...el...Sal...Sal...
-El Salvador. aclaró Ron que no dejaba escapar una oportunidad para hablar de su héroe favorito. ¿Lo pilló?
-Sí. la chica mostró el diario. Lo dice aquí. los tres se inclinaron a mirar la portada del Profeta que titulaba: "¿Sirius Black, posible inocente?" Hermione comenzó a leer:

"Anoche en otro de los múltiples ataques mortífagos a un prestigioso barrio de hijos de muggles, El Salvador volvió a realizar una magistral actuación. Después de combatir y salvar la vida a las víctimas de esta déspota barbarie, se encontró cara a cara con el mismísimo Peter Pettrigrew, mago supuestamente muerto a manos del asesino Sirius Black.
Todo apunta a que la condena imputada al joven Black que sólo contaba con veintidós años cuando fue llevado a la prisión de Azkaban de mano de los Dementores, pudo ser totalmente injusta al haber reaparecido Pettrigrew.
El Ministerio de Magia está consternado y no ha querido hacer declaraciones sobre este aspecto hasta que se celebre el juicio, que tendrá lugar hoy en la mañana a las once horas, en la sala número diez del Atrio.
Si se declara a Pettrigrew culpable de los hechos, el mago ya fallecido Black, podría ser declarado inocente públicamente y una suma de indemnización correr a cuenta de su único heredero no directo, el joven Harry Potter, ahijado del último.
La batalla transcurrió en..."

-Bla, bla, bla... suspiró Hermione cerrando el periódico.
-¡A buenas horas se dan cuenta!masculló Ginny entre dientes. Si hubieran creído vuestra versión y la del profesor Lupin...
-Olvidas que el profesor Lupin es un licántropo y nosotros éramos unos simples estudiantes de tercer curso. le recordó Hermione a su amiga. Además, la declaración de Snape fue mucho más convincente...sin ninguna prueba de que Pettrigrew seguía con vida no podíamos probar nada. Y menos con Fudge como ministro.
-Al menos Sirius podrá descansar en paz... susurró Ron, pero sus pensamientos estaban más cerca de pensar que Harry iba a cobrar más dinero y que de nuevo, sería el protagonista de aquel evento. El gusanillo de los celos, volvió a anidarse dentro de él, pero no comentó nada para no enfadar más a Hermione ni a su hermana pequeña.

La habitación en la que había entrado era totalmente de color blanco. Si no hubiera sido por la capucha que le cubría el rostro habría tenido que colocarse unas gafas de sol por el deslumbramiento. No había ventanas ni muebles, simplemente cuatro limpias paredes y en el centro, en una silla, amarrado por cadenas y amordazado, un hombre regordete y con una expresión de miedo en el rostro.
Harry sonrió maliciosamente, gesto que no pasó inadvertido para el otro individuo, y se acercó lentamente hasta él. Cuando llegó a su altura, le liberó de la mordaza y paseó alrededor de la silla, analizando con su poder los encantamientos que le habían puesto a la sala.
Era imposible aparecerse o desaparecer y habían introducido cualquier medida de seguridad para imposibilitar la huída del prisionero, a parte de que le habían aplicado un hechizo para que no pudiera transformarse en Animago y le habían inyectado la poción que Snape le había dado a él en su castigo, para que no le fuera posible realizar ningún tipo de magia. Así que Colagusano era como un gato enjaulado e indefenso, muy vulnerable y apetitoso para cualquiera que tuviera una cuenta pendiente que saldar con él y que eran muchos.
-Veo que te han tratado como te mereces...como una sucia rata... murmuró el hombre sin dejar de pasearse a su alrededor.
-¿Qué...qué vas a hacer? preguntó Pettrigrew atemorizado. ¿A ...qué has venido? el hombre se detuvo y se puso enfrente de él, apoyando sus manos sobre las rodillas de su enemigo y fijando sus ojos en los de él, soltando después una carcajada.
-Así quería tenerte, Peter...sin posibilidad de que te escapes, de entregarme una explicación que llevo mucho tiempo buscando... Colagusano se estremeció todavía más. ¿Tienes miedo, verdad? Sí...puedo verlo en tus repugnantes ojos llorosos...puedo olerlo...y no sólo eso...sino que estás en unas condiciones deplorables...hambriento...sediento...sin magia...en definitiva, como todos querían verte...es hora de pagar por tus pecados...
-¡No, no, no! gimió Pettrigrew. ¡Por favor, sálvame, tú puedes hacerlo, por favor! ¡Mi señor te recompensará si lo haces, si te unes a nosotros...! pero una nueva carcajada fría del hombre, lo hizo detenerse.
-¿Por qué habría de ayudarte yo, Peter? No, no lo has entendido aún...te equivocaste de persona al tratar de identificarme...no necesito unirme a tu amo ni necesito sus beneficios...yo solo me basto para acabar con él y con todos vosotros...
-¡Ayúdame...ayúdame...no quiero morir!el llanto de Colagusano se hizo más evidente. El hombre no rió esta vez, pero no había ni un atisbo de compasión en su rostro o en su voz. Caminó un poco hacia la puerta, levantó la varita y selló la puerta para que nadie pudiera entrar, luego, se dio la vuelta de nuevo hacia Pettrigrew.
-No sabes lo que estás haciendo...¿sabes? Mis padres tampoco deseaban morir...sí...pero tú no pensaste eso cuando los entregaste a Voldemort. los ojos de Colagusano se abrieron por completo. Y ahora...me pides a mí que te liberé...al asesino de mis padres...resulta extrañamente divertido...
-No...es mentira...no es posible...no lo es...tú... el hombre sonrió y se acercó a Pettrigrew. Se llevó una mano a la capucha y se extrajo la capa negra de su padrino. Los cabellos negros azabache le cayeron desordenadamente sobre los hombros y la frente, unos profundos ojos verdes miraron con odio y repugnancia y la cicatriz en forma de rayo que tenía en la frente se dejó entrever entre los mechones de pelo. No llevaba gafas y su rostro era mucho más pálido y maduro que la última vez que lo había visto, aparte de que estaba marcado por los circunstancias.
-Le has pedido clemencia al hijo de James Potter...
-Pero... Colagusano no quería creer lo que veía. No era posible que Harry se hubiese convertido en eso en apenas un año. No encajaba con los planes de su señor. Se suponía que Potter estaba desquiciado por la muerte de Sirius Black y que incluso le era muy difícil realizar la magia con total facilidad. Sabía por Malfoy que se había convertido en el mejor estudiante del colegio, pero que no quería saber nada del mundo mágico y que sus compañeros lo repudiaban y lo marginaban. ¿Podía ser éste el mismo Harry Potter?
-Ahora soy libre...para matarte... susurró gélidamente. Y levantó la varita hasta la altura del corazón. Pettrigrew se removió en la silla que lo mantenía imposibilitado y una descarga eléctrica le recorrió el cuerpo. Estaba visto que el prisionero no se podía mover. Profirió un alarido, pero Harry acababa de lanzar un hechizo silenciador a la habitación y nadie pudo escucharle.
-Por favor, no...por favor...piedad...
-¿Piedad? bromeó el hombre sin dejar de sujetar firmemente la varita. ¿La misma que tú tuviste conmigo cuando preparaste el regreso de Voldemort? ¡Qué estúpido fuiste, Peter, porque de no haber sido por ti él jamás habría regresado! No sólo escapaste esa noche e imposibilitaste que yo me fuera a vivir con Sirius, sino que además lo buscaste y le ayudaste...y luego sin que te bastara has tratado de matar a Remus Lupin. ¿Qué pretendes? ¿Querías hacerme sufrir, Peter? ¡PORQUE TE RECUERDO, ASQUEROSA ALIMAÑA, QUE YO TE SALVÉ LA VIDA CUANDO SIRIUS Y LUPIN QUERÍAN MATARTE!
-Yo...yo... Colagusano se había quedado sin palabras, sólo podía sollozar y mascullar cosas entre dientes que Harry no alcanzaba a escuchar.
-Sí...imagino que eso es lo que quiere Voldemort...hacerme sufrir...pero ya no puedo hacerlo más...¿ME HAS OÍDO? ¡YA ME QUITASTE TODO LO QUE TENÍA!
-Yo...no...quería...Harry...yo...
-Te importó más tu pellejo que el de tus amigos...que el de dos bebés...¿verdad, Peter? Colagusano abrió mucho los ojos sorprendido de que esa información hubiese caído en el lado de Harry. Sí, lo sé todo...he atado cabos...no alcanzo a comprender la magnitud de lo que sucedió esa noche, pero si Christine se puso así contigo y quiso matarte fue porque tú le entregaste a Voldemort en bandeja la muerte de Alan...¡Asesino! las palabras tan duras del muchacho perforaban los oídos del animago, acusándole como en sus peores pesadillas, juzgándole...
-Por favor...no...por favor... Pettrigrew cerraba los ojos como si con esos quisiera borrar la penetrante mirada del hombre. Harry le cogió por la barbilla y le obligó a abrirlos.
-Sólo he venido para saber porqué...he venido para que me cuentes tu versión, para que te justifiques... si Colagusano hubiera podido restregarse las manos como siempre hacía cuando estaba nervioso, lo habría hecho, pero ahora sólo temblaba a convulsiones. Sé sincero, Peter...por una vez en tu vida confiesa tus pecados...es tu última redención...cuando Remus Lupin y todos los demás declaren, te condenarán a muerte...así que al menos muere sabiendo que le has contado la verdad al hijo de tus amigos...
-Tenía miedo...lloriqueó Pettrigrew. A Harry le dio asco que se convulsionara como un niño pequeño. Yo nunca fui fuerte como James...como Sirius...siempre he sido más débil...después de graduarnos en Hogwarts viajé al extranjero y conocí a algunos mortífagos y también al Señor Tenebroso...yo...ellos me enseñaron lo que tener poder significaba...siempre se habían burlado de mí en el colegio y yo deseaba saldar cuentas con algunas de esas personas...quería defenderme por mí mismo y las Artes Oscuras eran una magnífica forma...yo...no pensé que llegaría tan lejos...pero me adentré en el círculo más allegado de mortífagos y Quién-tú-sabes me pidió que hiciera de espía...yo no podía negarme...me mataría...nunca pensé que tus padres me pedirían ser el guardián secreto...y...
-...los traicionaste... susurró Harry, pero aquella voz sonó decepcionada y triste, ya no había tanta frialdad. Comenzó a pasearse por la sala, afligido y siendo atentamente observado por la mirada temblorosa de Colagusano. Christine me contó que mi padre era muy confiado...que te recibió con los brazos abiertos...que le importabas, Peter. de pronto se giró bruscamente para conectar miradas. ¡Ellos habrían dado la vida por ti! ¡Sirius, Lupin, todos los habrían hecho y tú...y tú...TÚ LOS TRAICIONASTE! una ola de energía salió de la mano de Harry y se estampó contra la pared más cercana. Pettrigrew volvió a cerrar los ojos y continuó temblando todavía más. El muchacho respiraba entrecortadamente, como si hubiese corrido una gran distancia. Pero no te bastó con destruir la vida de Christine...con destruir la mía...sino que además, también me dejaste sin Sirius...
-¡Él quería matarme! se justificó Colagusano. ¡No tenía otra opción!
-Yo hubiera dejado que me mataran... escupió Harry. Mejor así que no seguir siendo un miserable toda mi vida...y después... el chico levantó los brazos y los dejó caer en señal de desesperación. Te salvé la vida, les...les dije que no te matarán...y tú...tú destrozaste la poca felicidad que podría llegar a tener junto a Sirius. ¡Por tu culpa está muerto, está muerto! los oídos de Pettrigrew estaban a punto de estallar a causa de las acusaciones. Por primera vez la culpa lo carcomía con mucha intensidad, oír aquello del hijo de James Potter que tanto se asemejaba a él y ver esos ojos verdes, iguales a los de Lily que lo miraban con rencor, era demasiado para él, creía que se volvería loco, quería que parara aquella acusación, no quería seguir oyendo todo aquello. ¿Por qué se sentía tan desgraciado, tan mal? Antes le habría importado mucho más su pellejo, pero ahora que iba a morir...que iba a ser condenado...¿por qué todo aquello se quedaba tan pequeño, significaba tan poco? le ayudaste a volver...en tu espalda recaen las vidas de multitud de personas y ¿sabes qué? Ya no me importa. No...ahora os toca a vosotros sufrir...ha llegado mi momento...es un hecho que Lord Voldemort caiga a mis pies...
-Perdóname... musitó el hombre. Ten compasión... Harry cerró los ojos un momento y suspiró.
-No es a mí a quién tienes que decirme esto. No es mi vida la que te llevaste. se encaminó hasta la silla y con un movimiento de la mano, Pettrigrew quedó libre. Ahora, dentro de ese tribunal vas a encontrarte con Lupin, con Christine...vas a tener la oportunidad de decir la verdad...de limpiar un poco tu conciencia, tú decides. Puedes morir siendo un traidor y con el recuerdo de las caras de odio de todos ellos, o puedes morir habiéndole otorgado la libertad a Sirius Black...
-¿Por qué? titubeó Pettrigrew. ¿Por qué me cuentas todo esto? ¿Por qué te arriesgas a que yo pueda decir quién eres delante del tribunal? ¿Y por qué no quieres cobrarte venganza conmigo? Harry, que ya se imaginaba unas preguntas así, suspiró de nuevo y cogió la capa de su padrino que había dejado caer al suelo y se la echó por encima para cubrirse el rostro.
-Porque quiero pensar que todavía queda algo de humano en ti...quiero pensar que si hiciste todo aquello no fue por maldad sino por cobardía...error más evidente de que todavía eres un hombre...porque me han enseñado a valorar la vida mucho más de lo que crees y que la venganza no es el mejor camino. Yo te estoy otorgando la oportunidad de elegir, te estoy dando una nueva opción. Puedes aportar mucha información para la Orden del Fénix, para ayudar a que se eviten más muertes o puedes quedarte callado...a veces el silencio...también responde preguntas.Harry cogió a Colagusano de un brazo y tiró de él hacia la salida. Era bastante difícil llevarlo porque el hombre no paraba de temblar y seguía musitando cosas sin sentido. No está de más que añada, que si se te ocurre elegir la opción de rebelar mi verdadera identidad te mataré allí mismo y de la forma más dolorosa que hayas podido imaginar... dio un silbido y casi al instante, un majestuoso fénix blanco hizo su aparición en la estancia, sobrevolando sus cabezas y emitiendo un leve canto. Pettrigrew lo miraba asombrado. Ares, avisa a Christine. el ave, igual de rápido que había llegado, desapareció en un fogonazo.
Llegaron hasta la puerta y con un golpe de varita, ésta se abrió, emitiendo un nuevo chirrido.
Fuera seguían estando Dumbledore, Amelia Bones y Thomas Grint. Al ver al hombre llevando a Pettrigrew del brazo encadenado, se sorprendieron muchísimo.
Inmediatamente, los dos otros jóvenes aurores que habían estado escoltando la entrada a la cámara de seguridad, sujetaron al prisionero cada uno de un brazo y se lo llevaron rumbo a la sala del tribunal.
Los tres se quedaron observando al hombre, que había vuelto a adoptar una expresión de total frialdad.
-Espero que su cometido se haya cumplido...señor Oldman. masculló Grint de mala gana. Harry lo miró y sonrió indiferentemente.
-Delo por hecho. Ahora...si me disculpan, tengo que marcharme...
-¿No se quedará al juicio? preguntó la ministra anonadada.
-No, creo que no será necesario. Ya he visto todo lo que tenía que ver... y tras hacer un gesto de despedida con la cabeza, desapareció con un resplandor de luz blanca.
Los otros tres se quedaron mirando al vacío durante unos instantes, cada uno con sus propios fantasmas recorriéndoles la mente.
Con paso decidido se dirigieron hacia la sala número diez, donde aguardaban multitud de personas, que acababan de ver entrar a Pettrigrew y se arremolinaban a la entrada.
Algunas de ellas, al verlos llegar, corrieron hacia ellos efectuando fotografías y haciendo multitud de preguntas que ninguno respondía.
Dumbledore tomó aire antes de entrar detrás de algunos miembros del Wizengamot. No iba a ser fácil...para nada, y lo peor es que no había tenido tiempo de entrevistarse con Peter Pettigrew y ahora no sabía como iban a resultar las cosas.
La puerta se cerró detrás suyo y una gran sala apareció antes sus ojos...