Olasss gente! Aquí estoy de nuevo. Muchísimas gracias por esos reviews, es q sois geniales! Me animan un montón a seguir. Espero no haber tardado demasiado, este capi era complicado, ya lo veréis, pero más será el que viene. No valen amenazas de muerte por haberlo dejado así! Jajajaaj. En fin, que a los q estéis de exámenes mucha suerte y a los que ya estéis planeando las vacaciones de verano, espero que os divirtáis. Besazos!
Reviews:
P-Potter: Olass! Ves como no? Jaajjaja, tuve un par de problemas para subirla con el nuevo formato de la página pero ya está. Me alegro q te guste. Dew!
D.Alatriste: Olasss! Sí, ya se ha pillado a Peter, ya era hora de que retornaran viejos conocidos, jajaaj. Umm, las razones por las que lo perdona se expondrán mejor en el próximo capítulo, de todas formas, la influencia que Emy ejerce sobre Harry tiene mucho que ver. Lupin tiene muchos motivos para pensar que el Salvador no es Harry. Para empezar, Harry no era un arcángel y se supone que los arcángeles solo lo son por nacimiento, pero con Harry se hizo una excepción, pero en teoría, eso no es posible. Segundo, Harry ha jugado sus cartas perfectamente y ha hecho pensar a todo el mundo que sigue desequilibrado por la muerte de Sirius y es algo sorprenderte que en tan poco tiempo, alguien pueda adquirir ese inmenso poder. Digamos que Lupin ve a Harry como un padre a su hijo, incapaz de crecer y madurar tanto, lo sigue viendo como a un niño. Su mente no está preparada para aceptar que ese chico despiadado que mata a bocajarro es el mismo chico que conoció con 13 años. Y no te preocupes, iré rápida actualizando, eso sí, tienes que aprobar tus exámenes o me voy a sentir fatal, jajaja. Besos!
Maigu: Olasss! Me alegro q te guste. Dejarlo? Noooo, me es imposible, jajaja. Umm, a ver, el fict tendrá unos 50 capítulos más o menos y para el enfrentamiento con Voldemort cada día falta menos, habrá uno antes del duelo final, pero habrá otras personas que estén cara a cara con Voldemort antes que Harry. Dew!
Absintheaddict: Olassss! Gracias por el review! A ver, centrémonos, jajaj. Bueno, creo que esperabais una muerte muy muy sádica para Peter, no? Jajajajajjaa. Lo primero, ten paciencia, que todavía no has visto el castigo que he preparado para él, lo segundo, es la influencia de Emy lo que hace recapacitar a Harry y perdonarle la vida. Estaba segura, de que si Harry no dejó que Sirius y Remus mataran a Peter en su 3 curso, no iba a matarlo él mismo ahora. Sería traicionar sus propios principios. Él desea otra cosa. Respecto a Chris, sí, está algo más apagada y la culpa la tiene, indirectamente, Lupin. Lo cierto es que para ella es muy difícil aceptar que se está enamorando. Tranquila, veremos pronto a Emy, también sabremos qué pasa con Peter y Ginny continuará tratando de acercase a Harry. Poco a poco. Besos!
Laura P. E: Olassssss! Gracias por el review. Umm, a ver, el capi anterior estaba cargado de pistas y es normal q quizás no lo entendieras del todo, aunque pronto sabrás porqué lo he puesto. Y el pasado, sí, se atrapa por fin a Peter, ya veremos que pasa con él..
Ginnyalis: Olasss! Pues...la verdad es que todavía falta bastante. Ya sé que estáis muy impacientes pero antes deben ocurrir muchas cosas más. Así que tiempo al tiempo!
Usagi-Chan: Olass! Me allegro q te guste. Sí jajaj, lo de sr Oldman va por Gary Oldman. Besos!
Magusai: Olasss! Me alegro muchísimo de que te guste, todavía queda bastante para el final, jajaja, paciencia. Vivo en valencia, en España. Besos!
Verónica: Olasss! Cruel yo? Ajajaja, nooooooo. Bueno, evix confiesa...un poco sí, ajajjaa. Pues chica, has acertado, ese mortífago que escapó va a liarla mucho. No te preocupes, q ya ves q no he tardado mucho en actualizar. Besos!
Manuel-Manny: Olasss! Bufff, vaya dolor de cuello pillarías, jajaja. Sí, la batalla del capi me costó mucho, pero bueno, al final salió como esperaba. Osea q has estado buscando pistas? Jooo, ajajaja, y yo que pensaba q ya no os acordaríais de la mitad de cosas, vaya, así me descubriras el final, jaajaj. Final feliz? Ummm, ya veremos. Ajajaj., Aunque tus amenazas me inspiran respeto, ajajaja,.Me alegro q te esté gustando el fict, un besazo!
Kaily g-w: Olasss! Q tal? Tu tranquila, que ya verás como luego me das la razón y la sele no es nada. Yendo al capi, jaaj, me alegro q te haya gustado. Ya veremos muy pronto quien es el que se ha escapado del ataque de Harry. Y sí, ya tenemos a Peter, jaa, otro menos para la lista de Harry, ahora a esperar la inocencia de Sirius. Sí, no te preocupes, que no me olvidaré de Emy, ni de Ginny ni de los estudiantes. En fin, la verdad es q tiempo no tengo mucho para escribir, ajajja, pero sí que tengo los capítulos totalmente planificados y la verdad es que aprovecho cualquier momento para escribir. En fin, besazos wapa!
Ronnie: Olasss! Me alegro mucho q te guste el fict. Respecto a lo de tardar...umm, últimamente no tardo casi, sí que los subo 1 por semana, pero voy a tratar de ir más rapida. Me alegro q te estés leyendo el fict de Malala, es muy muy bueno. Umm, a ver, sí, este es el final de Voldemort, pero es posible q haga continuación con un después de Hogwarts, de hecho, ya la tengo planificada. Así q bueno, aún queda mucha tela. Respecto a lo de final feliz...umm, ya veremos, ajajajaj, pero una cosa es segura, este fict no tendra Ron/Hermione, por algo q ocurrira. En fin, gracias a ti por el review, yo soy de Valencia, casi paisanas, ajaj.
Aidee: Olass! Muchas gracias, jajaja, se agradece el apoyo. Bueno, ya veremos que pasa con su futuro...de momento, tiene a Pettrigrew. Besos!
Paola Carrera: Olasss! Espero q estés mejor, y gracias por el review! Ummm, el principe mestizo? En mi opinión es Lupin, un nombre q no se ha barajado casi, pero bueno, ya queda poco para leerlo. Los videos de las entrevistas ya los vi, así que gracias de todas formas. Umm, bueno, hablando del fict, es cierto q harry trata algo mal a Chris, pero forma parte de lo q siente. Todavía no se ha olvidado q sus padres están muertos por culpa de ella, o eso cree él. A ver, las preguntas...pues el fict tiene unos 50 capis, y sí, es posible que después haya una continuación. Pero todavía no estoy segura. Y bueno, para la reconciliación de Ron con harry, falta bastante, aunque no sé yo si será una reconciliación como la imaginas, jaaaj. Besos!
Ale-ja: Olasss! Muchas gracias! Ya ves q no he tardado mucho. Por cierto, espero que no dejes de hacer los deberes, jajajaaj, o luego me vendrán amenazas de muerte. Besos!
Hermione Black: Olasss! Muchas gracias a ti por leer la historia. Me alegro mucho de q te guste. Sí, la aparición de Emy ha ayudado muchísimo a Harry y tamb a Christine, ambos necesitaban un cable. No te preocupes por las preguntas que Harry le dice a Emy, se sabrán a su debido tiempo. Y bueno, con lo q pase con harry en un futuro...eso ya lo veremos, de momento no te asustes y trata de disfrutar cada capítulo al máximo. Besazos!
ATH: Olass! Gracias! Me alegra q te haya gustado el capi. Pues a ver...el fict va a tener unos 50 capis y es posible q haga continuación, sólo posible, no lo sé. Respecto a las sugerencias...a mí el quidditch no me gusta, ajajaj, está bien y tal pero creo q le qita protagonismo al resto de la historia, no obstante, por supuesto q va a haber más, tiene q jugarse la final. El q Malfoy no salga tanto no forma parte de un capricho mío, jaja, no te preguntas por qué está tan callado? Y respecto a lo otro, ajajajajjaj, va a ser q no. En fin, lo del ratting...ummm, no sé, tampoco me parece necesario subirlo. Dew!
Dany-Kanuto: Olass! Gracias! No te preocupes tú estudia, jejjej.
Fallen angel: Olass! Muchas gracias! Me alegro q te guste la historia. Espero no haber tardado mucho, jajajaj. Besos!
SkuldPotter: Gracias! Tranqui, q continuaré, ajaja.
CAPÍTULO
34: LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD.
Rayos y
truenos centelleaban entre los dominios del Señor Tenebroso.
La tormenta eléctrica, un signo vigente más de la
llegada de la primavera, parecía estar escrita en las
estrellas, puesto que reflejaba perfectamente lo que acontecía
en el interior de la mansión.
Desde Pequeño
Hangleton, pueblo cercano al oscuro caserón, podían
escucharse los gritos de furia y los continuos sonidos de objetos
rotos.
Los adultos habían cerrado sus casas con cerrojos,
cegado las ventanas con tablas de manera, mientras los niños
se tapaban la cabeza con las mantas y temblaban bajo ellas, rezando
cuanto sabían para que el terror que los amenazaba, cesara
pronto.
Las copas de cristal estallaron en mil pedazos, los
ventanales se abrieron de par en par mostrando la furia de su señor,
que ahora lanzaba a diestra y siniestra maldiciones a todos sus
lacayos que tenía cerca.
-¡MALDICIÓN,
ESTÚPIDOS, SOIS TODOS UNOS ESTÚPIDOS! ¡UN SÓLO
HOMBRE, UNO SÓLO Y OS DERROTA COMO MOSCAS! ¿POR QUÉ
NO SE CUMPLIÓ MI COMETIDO? ¿DÓNDE ESTÁ
COLAGUSANO?
-Señor... temblorosamente, uno de los
mortífagos que hacía la guardia a las puertas de la
mansión, se arrodilló a los pies de su amo, deseando
con todas sus fuerzas no volver a recibir la maldición
cruciatus. Únicamente ha quedado un hombre con vida...todos
los demás han muerto. Él le espera, amo, está
afuera aguardando.
-¡Pues hazle pasar, idiota! bramó
Voldemort, tratando de mantener la calma y dirigiéndose a su
butacón para esperar el informe que le traería su único
vasallo vivo.
Las puertas se abrieron y dieron paso a un joven
aprendiz de no más de veintiséis años. Era alto,
delgado y desgarbado, pero no mostraba ningún temor al
arrodillarse frente al mago tenebroso más poderoso de todos
los tiempos. Quizás fuera eso o que le agradaba la actitud
arrogante que el muchacho mostraba en el rostro, pero la calma
retornó a su cuerpo.
-Amo...
-Ponte en pie. ordenó
Voldemort de mal talante. El chico obedeció, pero lejos de
bajar la mirada, mantuvo el contacto visual con el hombre. ¿Cuál
es tu nombre?
-Me llamo Ian, amo, Ian Lewis. pero pese a su ego,
el muchacho era respetuoso y muy disciplinado, quizás fue eso
lo que atrajo la atención del mago.
-Dime... Voldemort
entornó los ojos.¿...de que eslabón eres?
-Amo,
he alcanzado el segundo rango en un mes y medio que fui instruido.
Procedo de Venecia y recibí la Marca Tenebrosa el pasado
Jueves. Era mi primera participación activa.
-¿En
un mes y medio? la sorpresa que mostraba el tono de voz de su señor,
hizo sonreír al joven mortífago.
-Es correcto.
Voldemort se levantó y paseó rodeando al muchacho,
analizándolo minuciosamente.
-Ya veo...dominaste la Magia
Negra y las maldiciones imperdonables en apenas un mes y medio y has
sido el único superviviente de la última
batalla...asombroso, realmente, mereces mi consideración.
-Mi
más sincera gratitud, amo.
-Y dime... prosiguió su
señor. ¿por qué decidiste unirte a nuestras
filas? una mueca demente asomó el rostro del joven
aprendiz.
-Por poder... respondió en un susurró
apenas audible. Mi familia es una de las más prestigiosas de
mi país, amo. No hay ni una mancha de sangre sucia entre
ellas.
-Pediré informes. consideró Voldemort
asintiendo e instándole a continuar.
-Sus pasos fueron
seguidos entre los míos durante muchos años...crecí
escuchando sus historias como si formaran parte de una leyenda, de
mis padres únicamente escuchaba palabras de grandeza hacia su
persona y los grandes logros que había aportado a la comunidad
mágica. Así que en cuanto tuve la oportunidad, después
de especializarme en Artes Oscuras, amo, localicé a un grupo
de aprendices y me uní a ellos hará exactamente dos
meses.
-Muy interesante... aprobó Voldemort, que parecía
que todo su enfado inicial se había relegado a un segundo
plano. Y dime...¿cuál es tu especialidad?
-Pociones.
contestó de inmediato el muchacho. Voldemort dejó de
pasearse y se detuvo a sólo unos centímetros del joven,
mostrando gran satisfacción en el rostro.
-¿Tienes...alguna
característica más que deba saber?
-Una, amo.
sonrió el aprendiz. Soy un mago...metamórfico...
Voldemort se quedó tan sumamente sorprendido que no pudo más
que soltar una sonora carcajada, tan fría que congeló
los cristales esparcidos por el suelo y aumentó la corriente
que producía el viento al entrar abruptamente por los
ventanales.
-Tengo...un trabajito para ti, Ian...eso...si estás
dispuesto a correr riesgos...
-Lo estoy, amo. aseguró el
muchacho. ¿Qué es lo que tengo que hacer?
-Necesito
tener acceso a Harry Potter...y tú vas a ser la llave que me
conduzca a ello. se sacó del bolsillo un viejo pergamino y
una pluma. Se acercó a la mesa y garabateó una nota con
una caligrafía extremadamente curvada. Después, regresó
al lado del muchacho y le entregó el papel. Dale esto a
Lucius Malfoy...ponte en contacto con él...él ya sabrá
qué hacer, te dará instrucciones...
-Sí,
amo. el mortífago sonrió maliciosamente y se inclinó
en una larga reverencia. Voldemort volvió a soltar una
carcajada. Todo su enfado inicial se había disipado. No había
podido terminar uno de sus planes, pero el definitivo y más
importante se vería cumplido en seguida. Se sentó de
nuevo en su butaca y apoyó la cabeza en una de sus manos.
-Y
ahora...Ian, quiero que me expliques qué fue lo que pasó
en esa misión...¿dónde está Colagusano?
Supongo que fuiste informado, al igual que los demás
aprendices, que el verdadero objetivo de la misión era quitar
de en medio a todos los obstáculos para dejar vía libre
a Colagusano para que pudiera matar a Remus Lupin.
-Así
fue, señor. Y lo hicimos. se apresuró a añadir.
El problema es que Colagusano se entretuvo mucho con Lupin y no
pudimos contener por más tiempo a ese hombre... una mueca de
desagrado se dibujó en el rostro de Voldemort...así
que lo capturó y luego mató a todos los demás
con esa luz. Yo logré escabullirme.
-¿Y
Mulciber?
-También murió, amo. Voldemort maldijo
por lo bajo. El cabecilla del ataque era uno de sus mortífagos
de mayor confianza, del grupo interno y cada vez perdía más.
Primero fue Roodwood y ahora Mulciber y Colagusano...ya no tendría
más información acerca de Christine Byrne ni de Remus
Lupin y eso era lo que de verdad le fastidiaba.
-Nott, Crabbe,
McNair... llamó a tres de sus hombres que estaban colocados
en fila, cercanos a las puertas. Averiguarme qué ha pasado
con Colagusano y...
-Ya lo hice yo, señor. interrumpió
el joven aprendiz rápidamente y Voldemort se mostró
todavía más sorprendido por su eficacia. Se lo han
llevado al Ministerio de Magia, a una cámara de alta
seguridad. Será juzgado mañana por la tarde... el mago
tenebroso se rascó la barbilla como siempre que rumiaba
algo.
-Lo matarán...lo condenarán a muerte...pero
esa rata rastrera es tan cobarde que puede entregar mucha
información...¡Maldita sea, ese hombre está
cansándome! Voldemort volvía a mostrarse muy furioso.
Todo iría sobre ruedas si ese individuo nunca se hubiese
aparecido allí. ¿Qué era lo que pretendía?
Muy pronto tendría que averiguarlo...
-Amo, si me permite,
yo tengo una información que sé que le interesará.
su señor salió abruptamente de sus pensamientos y
observó la sonrisa demente del rostro del joven
mortífago.
-¿De qué se trata?
-He
encontrado el punto débil de Christine Byrne...uno que la
destruiría definitivamente... Voldemort se levantó del
butacón con una expresión de total seriedad.
-¿Qué
has dicho?
-Que podemos destruirla... había algo de
macabra en la manera en la que el muchacho se relamía los
labios, como si recordara algo en especial.
-¿Cómo?
-Teme
el contacto con los hombres...
-¿Estás seguro?
inquirió su señor alzando una ceja. Ella es una mujer
muy fría y muy poderosa...es peligrosa, durante mucho tiempo
fue mi mayor quebradero de cabeza y aún sin la totalidad de su
poder, todavía lo es. ¿Cómo alguien como ella va
a temer acercarse a un hombre? De hecho yo mate a su
familia...
-Quizás fue después de aquello, señor,
pero le aseguro que es cierto. Yo la cogí de la cintura y me
acerqué mucho a ella y comenzó a temblar. Ni siquiera
pudo poner ninguna fuerza de resistencia, se quedó paralizada,
empequeñecida...perdida...
-Ummm...eso puede tener algo de
sentido... afirmó Voldemort. teniendo en cuenta en lo que se
ha convertido...una máscara de frialdad...quizás tema a
sentir...quizás quedara marcada por el amor a su marido... el
hombre soltó una nueva carcajada. Sí, ese siempre ha
sido el fallo del bando de la luz...el amor...menuda estupidez...
detuvo su serenata y miró con agradecimiento al mortífago.
Muy bien, Ian, voy a sacarle mucho provecho a tu información...serás
recompensado como es debido...sólo tienes que decirme qué
es lo que deseas...
-Lo haré, amo. aseguró el joven
aprendiz.
-Bien...ahora, retírate...y no lo olvides, hazle
llegar mi recado a Lucius
Malfoy...
Había
amanecido un día gris y nublado. El cielo estaba encapotado,
el viento soplaba helado y la lluvia amenazaba con una nueva
tormenta.
Un chico de dieciséis años miraba perdido
por la ventana. Sentía una fuerte opresión en el
corazón, una sensación que había estado deseando
mucho tiempo y sin embargo...que ahora carecía de un valor
real.
Se frotó los ojos con las manos. No había
dormido nada, había sido incapaz de tumbarse por más de
media hora en la cama, así que se había dedicado a
escribir en un diario. Le parecía que así hablaba con
Ginny, que expresaba como se sentía y su angustia disminuía.
Dio un largo y prolongado suspiro y se sacó del bolsillo
del pantalón una cajetilla de cigarrillos. Tomó uno, se
lo colocó en la boca y como habitualmente hacía, le
prendió fuego con la mano.
Una enrome calada lleno de humo
la cercanía con la ventana. ¿Por qué esa
melancolía? ¿Por qué ese sentimiento de saber
que a pesar de haber hecho lo correcto, no estaba cumpliendo con las
expectativas...? ¿Debía acaso haber dejado que los
demás tomaran venganza? Más vidas sobre su espalda...y
una que, particularmente, había salvado en una ocasión.
Pero...¿estaba fallando a la promesa que le había
hecho a Sirius? Después de todo...Remus Lupin había
querido matar a Colagusano y conociendo lo temperamental que su
padrino era...no habría dudado ni un instante en acabar con su
vida, igual que no dudaba la última vez.
Por inercia, se
levantó la manga y rozó dulcemente la pulsera que había
pertenecido a Sirius. Se sentía mucho más cerca suyo
sintiéndola y sin embargo...que tristeza le embargaba en esos
instantes...
-¿Te he decepcionado? preguntó al
vacío. No obtuvo respuesta. La nada, el silencio...todo lo que
le rodeaba convertía su agonía en una aun mayor.
Fue
hasta la silla y se abrigó con la capa negra. La pulsera y la
prenda le resguardaban de todo, le cubrían con su máscara...le
sacaban un poco de su soledad.
La soledad...ese sentimiento que
había experimentado durante tanto tiempo y que ahora una vez
más lo embriagaba.
Cerró los ojos un instante...no
quería desfallecer, debía ser fuerte y sin
embargo...estaba tan cansado. Incluso le pareció que sus
piernas temblaban y amenazaban con doblarse.
Había hecho
lo correcto lo sabía, sabía que esta venganza no le
correspondía a su yo asesino, sino a Harry Potter. Sin duda,
lo que tenía preparado sería un castigo mucho mayor y
más merecido.
Si Emy hubiese estado en ese momento, le
habría dado la razón. Ella era eso, pura
justicia...puro equilibrio...y eso es lo que él mantenía
con sus dos personalidades...el equilibrio. No había
disfrutado matando ni una sola vez...ni siquiera con Kreacher, aunque
en su interior, algo le decía que habría deseado
hacerlo. Que ver al elfo rogar por su vida tendría que haberle
dado una suma satisfacción y sin embargo...sólo quedaba
el vacío, el triste recuerdo...
Pero no se arrepentía.
¿De qué valía la vida de Kreacher? Únicamente
se castigaba a sí mismo y facilitaba la labor del señor
oscuro. No, cuando las almas estaban llenas de rencor, de maldad, de
pura oscuridad...entonces no había nada ni nadie que pudiera
salvarlas, entonces, la muerte no era un castigo...sino más
bien un regalo...
Pero ni aun con ese pensamiento...podía
quitarse de la cabeza lo vil y ruin que se sentía. Jamás
habría imaginado convertirse en lo que ahora era...no
obstante, sabía que estaba destinado a ser así. Y lo
sabía porque al fin había comprendido...
"Pensabas en tus seres queridos, en proteger a los que quieres, has aprendido de la experiencia que ser tú el que trate de arreglar las cosas...no es siempre el mejor camino...has lamentado tú error desde el momento en qué ocurrió, sin preocuparte por argumentar, por saber, que las cosas siempre tienen un porqué para ocurrir...sin percatarte de que lo que ocurrió ese día, que tratas de rememorar...quizás...te salve la vida en el futuro..."
¿Por qué últimamente no se
podía quitar de la cabeza aquellas palabras...? Que lejos
había estado ese día de comprenderlas. Trató de
forzar la memoria y lo primero que apareció en su mente fue el
primer momento en que Ginny y él habían estado muy
juntos.
Pero en seguida vinieron más imágenes a su
cabeza...los gritos...el callejón...los mortífagos...la
niña muerta y...la adivina...
En aquel momento no había
querido creer lo que le decía, no había querido pensar
en que descifrando todo eso, quizás ahora no tendría
una segunda cicatriz en la muñeca izquierda, justo al lado de
la pulsera de su padrino.
Sí, aquel día, pensaba en
sus seres queridos...en lo que pudo haber sido y nunca fue...en la
culpa...pensaba en que debía proteger a Ginny...a sus amigos y
había creído que alejándose del mundo mágico,
renegando de lo que era por nacimiento, sería la mejor forma.
Pero se equivocaba. Aquello no era más que miedo...miedo a
perderlos, miedo a volver a sentir aquel dolor tan grande por la
pérdida de Sirius.
Y sí, había aprendido de
la experiencia de esa misma muerte a dejar las cosas en las manos de
los adultos...y por eso, únicamente por eso, había
llegado a confiar incondicionalmente en Christine. Se había
dejado llevar por ella, por sus consejos, por su forma de ver las
cosas y sus proezas...y recordando la voz de la adivina, que le decía
que debía confiar en ella, lo había hecho.
Y ahora
todo cobraba verdadero sentido. Sí, había lamentado su
error desde el momento en que había ocurrido, se había
bañado en la desesperación, el miedo y la tristeza y no
se había preocupado por argumentar, por pensar que quizás
aquello le salvaría la vida en el futuro...se la salvaría
a sus amigos, que si ocurrió, debía tener un porqué,
el problema...es que entonces no sabía cuál.
Y
ahora sí, su porqué era esta fuerza que residía
en él, estas ganas de luchar, de vengar, de defender a sus
amigos, a todos...de regalar al mundo la oportunidad de seguir hacia
delante...de que ningún niño más tuviera que
pasar por lo que él había pasado.
Esa había
sido la única función de la muerte de
Sirius...otorgarle a él la máscara, el poder, para
acabar con su enemigo y ese pensamiento era lo que le
perturbaba.
Así, sin más, una vida para salvar
otras, para conceder un simple sentimiento mucho más
fuerte...¡Qué poco valía entonces!
Era
frustrante saber que el sacrificio de su padrino únicamente
tenía una función que hacer, como si el destino fuera
un hombre de largas barbas que controlara las vidas humanas con unos
hilos...y que romper esos hilos no estaba al alcance de nadie...o
quizás sí, pero de unos pocos elegidos.
Marionetas...eso eran las vidas de los hombres...marionetas
guiadas por ese ser sin rostro que se decía llamar
destino...
El cigarrillo se consumió en la boca y Harry lo
dejó caer al suelo, sin preocuparse por terminar de apagarlo.
-¡Maldita sea! gritó sumido en la desesperación
y golpeó con tal intensidad el cristal de la ventana, que éste
se hizo añicos...
El viento entró con furia por el
ventanal y Harry se arrodilló en el suelo, con la mano derecha
ensangrentada y apretando los dientes de la furia.
Pero no le
importaba el dolor. Porque ese sufrimiento físico era
terriblemente placentero si se comparaba con el espiritual. Lo había
logrado de nuevo. Dañar su cuerpo para que remitiera su agonía
del alma.
-Veo que no te has levantado con buen humor. se dio la
vuelta bruscamente y encontró a su profesora apoyada en el
marco de la puerta de la sala de los Menesteres, mordiéndose
una de las uñas, indiferentemente. La ironía con la que
se solía comportar empezaba a pasar factura en el muchacho,
que maldijo una vez más por lo bajo, antes de levantarse del
suelo y poner su mano ensangrentada apoyada en la mesa del
escritorio, que comenzó a mancharse a causa del líquido
rojo.
Christine adoptó una expresión de total
frialdad en el rostro, como era habitual en ella y se acercó
hacia donde estaba el chico.
-Muy estúpido por tu parte
golpear de esa manera el cristal...la magia que corre por tu interior
se ha descontrolado a causa de las emociones...
-Sólo es un
mal día. replicó Harry. Christine realizó una
mueca de desagrado y le tomó la mano herida, analizándola.
Había pequeños trozos de cristal incrustados en la
piel. Puso su mano derecha sobre ésta y la luz blanca las
rodeó. Pasados unos instantes, Harry no sentía ningún
dolor, salvo el vacío espiritual de su corazón.
Gracias, pero no deberías hacerlo.
La mujer no contestó,
acto que siempre significaba que no tenía una respuesta
convincente, así que solía hacer gala del refrán:
"Calla y otorga". Se marchó a la ventana y tras musitar:
"Reparo", el cristal se recompuso. Luego se apoyó de
brazos cruzados en el alfeizar de la ventana y se contentó con
analizar la cara de inquietud que tenía su alumno.
-Hace
cinco minutos que Dumbledore se ha marchado. Allí se reunirá
con algunos miembros de la Orden... como no hubo ninguna respuesta,
continuó: Nosotros no iremos hasta el comienzo del juicio.
Saldremos dentro de una hora...arréglate... Harry la miró
ásperamente y se dirigió a un armario que había
al lado de la estantería. Abrió la puerta y sacó
unos vaqueros negros y una camisa ancha de manga larga. Dando un
golpe de varita, se los puso. Después, mientras Christine
seguía observándole, se asomó al espejo y se
peinó un poco su alborotado cabello, dejándoselo suelto
sobre los hombros. Y por último, se echó por encima la
capa de Sirius.
-Habla por ti. Yo me marcho ya.
-Ni hablar.
la profesora se puso en pie y avanzó hasta donde se encontraba
el chico. ¿Qué pretendes?
-Tengo que hablar con
Pettrigrew... una mueca de asco asomó el rostro de la mujer.
Y tengo que hacerlo de esta manera...Cuando acabe, te avisaré
por medio de Ares y nos encontraremos en un lugar para entrar juntos,
de manera que parezca que hemos llegado directamente de
Hogwarts...
-¿Por qué quieres hablar con él?
quiso saber Christine. Todo lo que le dijiste ya fue suficiente...es
más, tuviste la opción de...
-No voy a matar a
Colagusano. cortó Harry bruscamente. No puedo.
-¿Por
qué? se desesperó la mujer, acercándose mucho
más a él y causando imponencia. De verdad que no te
entiendo, te he oído gritar en sueños, en pesadillas,
en visiones...detestándolo en mil ocasiones y jurando
venganza, ¿por qué ahora ese miedo?
-No es miedo.
aseguró el muchacho. Su rostro se había ensombrecido.
Tú jamás podrías entenderlo...no sabes lo que
significa para mí, lo que significó en el pasado
tenerlo en frente, salvarle la vida para que después él
entregara la mía y llevara a Sirius a la muerte...no puedes
comprender el odio que hubo en mi interior...
-Lo que no entiendo
es como ese odio ha desaparecido de tu interior... corrigió
Christine. Tuviste la oportunidad de matarlo...no vuelvas a
fallar... Harry la miró fijamente con el rostro más
sombrío que había adoptado hasta la fecha.
-Sólo
yo tengo derecho a decidir...y sé que hay cosas peores que la
muerte...
-¿Por qué con él esto y no con
Kreacher o Bellatrix? ¿Por qué él, maldita
sea?
-Porque es diferente...
-¿Sólo porque fue
amigo de tu padre? inquirió la mujer de mala gana. Te estás
equivocando, un día te arrepentirás de no haberlo
matado con tus propias manos, de dejar que lo condenen a muerte y sea
otro el que se lleve ese privilegio...
-Matar...no es para mí
un privilegio... le advirtió Harry guardando su varita en el
bolsillo de la túnica.
-Para mí sí lo es
cuando esa persona ha matado a tu familia... Harry levantó la
cabeza y penetró con la mirada los ojos angustiosos de
Christine.
-¿Por qué lo odias tanto?
-¿Y
tú me lo preguntas? bramó Christine. ¡MATO A
LILY Y A JAMES, TE CONDENÓ A TI A UNA MUERTE SEGURA Y SIENTO
RECORDÁRTELO PERO SI VOLDEMORT ESTÁ VIVO, SI ESTÁ
AQUÍ Y SI MATA GENTE FUE PORQUE ÉL LO AYUDÓ A
VOLVER, PORQUE TÚ LE PERDONASTE LA VIDA! sabía que no
debía hacer dicho eso, sin embargo, Christine no pudo resistir
las ganas de tratar de hacerle entrar en razón. Pero lejos de
ponerse a berrear, de enfadarse, Harry se quedó apático,
como si esas palabras nunca las hubiera escuchado, como si no fueran
con él.
-Te dije que no lo entenderías... susurró
cerrando los ojos. Son mis padres, son mi familia y tú no
tienes derecho a inmiscuirte...lo siento pero las cosas han
cambiado...
-¿Quieres decir que ya no vas a luchar?
cuestionó la mujer.
-No, quiero decir que no lo haré
por venganza...
-Oh, entiendo, eso me parecería perfecto si
aquellos a los que tienes que vengar estuvieran vivos...si Peter no
lo mereciera... Harry se dio la vuelta, esbozó una amarga
sonrisa y dejó que la luz lo envolviera.
-Te aseguro que
buscaré para él un castigo lo
suficientemente...severo... y tras dejar que la luz lo consumiera,
desapareció.
-No podrás evitar que lo condenen...
suspiró Christine y se dejó caer al suelo de rodillas.
Tú tampoco lo entiendes...él entregó a mi
familia... dos lágrimas rodaron por las mejillas de la mujer.
La angustia y la desesperación se juntaron en un sólo
momento, aprisionándola, ahogándola.Perdóname...perdóname
Lily...¿en qué lo he convertido...en qué me he
convertido yo...? Pero él mató a Alan...a Dani...¿cómo
dejar de sentir este rencor?una mano acarició sus mejillas y
le secó con suavidad las lágrimas.
-Lo
superarás... Christine se dio la vuelta con los ojos aguados
y vislumbró una preciosa figura de mujer.
-¿Lily?
preguntó confusamente. No era Lily, pero tenía sus
mismos ojos verdes...
Todo
el Ministerio de magia era un auténtico caos. La noticia se
había extendido rápidamente por los distintos
departamentos y un gran número de personas se habían
concentrado a las puertas de la sala de juicios, en el Departamento
de Misterios.
Muchos de ellos no podían entrar en la
vista, sin embargo, la curiosidad había sido mucho más
fuerte.
Unas salas más lejos, al doblar la esquina del
cuarto pasillo, se encontraba apresado Peter Pattrigrew.
Evidentemente, esta información era confidencial, por eso
únicamente tres personas estaban agrupadas allí, más
los dos aurores que hacían guardia en la puerta.
La
Ministra de Magia, Amelia Bones, se veía claramente nerviosa.
Teniendo la experiencia de lo que había sucedido con el último
prisionero de alta importancia, temía que se produjera un
ataque al Ministerio masivo, encabezado por el mismísimo
Innombrable. No sabía si podrían repelerlo.
-Tranquilízate, Amelia. sonrió cordialmente
Dumbledore. Todo un escuadrón de aurores franquean la zona,
el Ministerio está protegido por un sinfín de
Encantamientos y él no se arriesgaría a aparecerse aquí
de no haber un motivo muy importante.
-Y lo hay. respondió
la ministra paseando de un lado a otro. Pettrigrew puede aportarnos
mucha información.
-No creo que Voldemort se la juegue
contándole planes realmente importantes... el director le
restó importancia al tema. Y más, conociendo a Peter
como le conoce...
-Aún así... miró a los dos
hombres frotándose los ojos de cansancio, no había
parado de trabajar en toda la noche...no estamos preparados para
detenerle...sin ese hombre...
-¡Mis aurores están
perfectamente capacitados para asumir esa responsabilidad, Amelia!
le reprochó Thomas Grint, era el jefe supremo del cuartel
general de aurores. No necesitamos a ningún busca
famas...
-¿Busca famas, eh? una risa áspera se
escuchó enfrente suyo. Las tres personas se dieron la vuelta
alarmadas y se toparon con una luz blanca que recorría el
cuerpo de un hombre encapuchado, plantado en medio de la sala.
-¿Cómo ha entrado aquí...? Grint no podía
creérselo. Habían hechizos anti-aparición
cubriendo cada palmo de terreno y sin embargo...
-Como ve, señor
Grint, sus medidas de seguridad no parecen tan...eficientes.
respondió el hombre sonriendo fanfarronamente. No debería
alardear tanto de ellas...
-¿Está cuestionando mi
trabajo? bramó el auror. Dumbledore le puso una mano en el
hombro para tranquilizarle, cosa que no logró. Estaba claro
que no le agradaba ese extraño individuo.
-Umm...no
utilizaría esos términos, pero sí, puede tomarlo
así. contestó el individuo y camino unos pasos hasta
acercarse a ellos.
-¿Con qué derecho viene a
demandar lo que yo y mis hombres hacemos? le espetó Grint. El
hombre se detuvo enfrente suyo y lo miró con indiferencia. El
jefe de aurores era un hombre alto y delgado, con una cabellera rubia
que le llegaba a la altura de los hombros y unos ojos de un azulado
indefinido. Se veía muy estricto y severo, pero era un buen
profesional y él lo sabía. Representamos al Ministerio
de Magia, nuestro trabajo es salvar vidas y lo hacemos lo mejor que
podemos.
-Disculpe si le he ofendido, señor Grint. se
excusó el hombre, pero su tono parecía indicar lo
contrario. Me limitaba a señalar un punto en cuestión
y es el siguiente: ninguno de sus hombres está realmente
preparado para enfrentarse a los mortífagos y si Voldemort
quisiera aparecerse por aquí hoy, créame que lo
lograría.
-Parece conocerlo muy bien...¿no es
cierto? el hombre entornó los ojos distinguiendo muy bien el
claro deje de ironía que había tras esas palabras.
-Lamentablemente para mí, sí, lo conozco mucho más
de lo que imagina y sé de lo que es capaz, así que le
recomendaría que cuando usted o alguno de sus hombres esté
cerca suyo, no lo subestimara...las consecuencias podrían
ser...extremadamente severas...
-Tomaré en cuenta su
recomendación señor...
-Oldman, aquella vez la que
habló fue Amelia Bones que se adelantó con una leve
sonrisa a estrecharle la mano al extraño individuo, que la
aceptó rápidamente. Grint alzó una ceja. Veo
que ha cumplido su promesa de volver a aparecer por aquí...
el hombre sonrió y pese a que Dumbledore le vio claramente
hacerlo, no pudo distinguir a quién se parecía esa
sonrisa.
-Suelo cumplir mis promesas, señora ministra. Y
estoy dispuesto a responder sus preguntas, pero no he venido
únicamente para eso.
-Supongo que ha venido a presenciar
el juicio de Peter Pettrigrew. aventuró el director y el
hombre fijó su mirada en él.
-Así es. Eso, si
no hay ningún inconveniente.
-Usted lo trajo, señor
Oldman. respondió la mujer antes de que nadie se le
adelantara. Como Ministra de Magia, le doy permiso para asistir.
-Muchas gracias. sonrió el hombre. Pero para evitar
problemas nadie notara mi presencia...iré...camuflado.
-Esa
me parece una idea de lo más prudente. aprobó
Dumbledore.
-Y ahora, señor Oldman, mientras aguardamos el
inicio, me gustaría que me respondiera a algo. Amelia Bones
se veía expectante. Estaba claro que confiaba en ese hombre y
lo hacía mucho más desde que había tenido la
seguridad de que Dumbledore también lo hacía.
-Estoy
dispuesto a ello, pero espero que comprenda que no todo lo que me
pregunte podrá ser respondido. Le pido que respete mis
motivos, por supuesto, no voy a mentirle.
-De acuerdo. aceptó
ella y se apoyó en la pared del corredor, con los brazos
cruzados. Sé que usted no quiere que su identidad sea
revelada, así que no insistiré en ese punto, sin
embargo, me gustaría que nos contara qué motivos tuvo
para no manifestarse con anterioridad. el hombre suspiró y se
puso una mano en la barbilla, pensando con detenimiento cuál
sería su respuesta, hecho que no pasó inadvertido para
el director.
-Verá, comenzó con una voz
terriblemente helada. yo no siempre he tenido estos poderes, me
enteré hace muy poco de lo que era y aceptarlo me llevó
un tiempo. Quise cambiar mi condición, mi destino y huir de
las responsabilidades que me atañían. Había
estado equivocado de camino durante mucho tiempo y encontrarlo fue
una ardua tarea.
-Entiendo. asintió la ministra sin dejar
de fijar sus ojos en él. Pero conozco a los de su raza...son
muy pocos y sé cuál es la condición que los
amarra.
-Disculpe, pero no acabo de entender a donde quiere
llegar.
-Es muy sencillo, intervino por ella el director. Todo
arcángel tiene un protegido y esa es su única misión.
Así que, comprenderá que eso es algo que no entendemos.
¿Por qué lucha en la guerra si debería estar
defendiendo a esa persona? para sorpresa de todos, el hombre
sonrió.
-Tiene toda la razón, Dumbledore. Veo que
conoce muy bien las características de los de mi especie.
Harry carraspeó y continuó adoptando de nuevo un
semblante serio. Eso es correcto, tengo protegidos...
-Perdone,
¿ha dicho protegidos? inquirió Amelia Bones.
-Eso
he dicho. asintió el hombre jugueteando con el cordón
de su capa negra. Mi caso es algo distinto de los demás...soy
mitad mago y mitad arcángel, una proeza un tanto...peculiar,
por así decirlo. Así que tengo más de un
protegido...y respecto a la pregunta sobre porqué lucho, es
obvio. Mientras Voldemort exista, ellos no estarán a salvo.
-Yo tengo una última pregunta. inquirió el
director. Y el hombre supo que aquello iba a ser comprometedor.
¿Conoce usted a Christine Byrne? y pese a que todos esperaban
que Harry se removiera inquieto o se mostrara nervioso, no lo hizo.
-Sí, sé quién es. He oído hablar
mucho de ella. Me gustaría saber porqué lo pregunta.
-Porque sólo una persona podría adoptar sus mismas
características, sólo una. aclaró
Dumbledore.
-No entiendo a donde quiere llegar, señor. el
hombre mostró su incredulidad.
-Lo curioso, señor
Oldman. prosiguió el director. Es que esa persona está
muerta.
-Sigo sin entender. el director sonrió y se
acercó mucho más al hombre, taladrándole con la
mirada.
-Si sabe quién es Christine, sabrá que tuvo
un hijo. Su nombre era Alan. Harry abrió mucho la boca
sorprendido y ese gesto fue percibido por todos. Se había
quedado sin habla, pero no en sí por lo comprometida de la
situación, sino por lo que pensaba que podía ser. El
hijo de Chris había...no, no era posible, ella nunca lo había
nombrado y sin embargo...tenía tanto sentido. En un momento se
sintió muy estúpido de haberlo comprendido y a la vez
enojado consigo mismo porque no hacía mucho él le había
reprochado algo acerca de su hijo. Es curioso, señor Oldman
que la única persona que podría ser mitad mago y mitad
arcángel, fuera él... Harry levantó la cabeza y
cerró por fin la boca.
-Usted mismo ha dicho que eso no es
posible. Porque su hijo murió.
-Sí. confirmó
el director como disculpándose. Pero si usted conoce bien a
Voldemort, entonces sabrá que perfectamente pudo haber sido un
engaño...para quitarla de en medio.
-¿Y por qué
Voldemort haría algo así, Dumbledore? quiso saber el
hombre y el director, volvió a sonreír.
-Para tener
acceso a Harry Potter. se quedó mudo y sin saber qué
contentar. Tan mal había juzgado a Chris...ahora sabía
que seguramente Voldemort se las había ingeniado para quitarla
de en medio, y así que ella no pudiera ir a salvarle a él
y a sus padres. Sin embargo, Dumbledore se equivocaba en una cosa, él
no era Alan, por lo que debía ser cierto que el niño
había muerto.
-Usted cree que yo soy el hijo de
Christine... susurró Harry.
-Sí, lo creo. afirmó
el director mirándole a la oscuridad que producía la
capucha a su rostro. pero hay una pequeña pega...ese niño
no tendría veinticuatro años, sino dieciséis. Lo
que me lleva a dos teorías. O estoy en lo cierto y usted me
mintió sobre la edad o usted no es realmente quién yo
creo.
-Es una buena teoría, Dumbledore, pero me temo que
no es correcta. el hombre volvió a sacar su personalidad fría
e indiferente y fue esto lo que más desconcertó al
anciano. Lo lamento, pero yo no soy esa persona.
-Entiendo.
asintió el director y entre ellos se hizo un breve silencio,
hasta que el hombre volvió a hablar.
-Ahora, quisiera
cumplir el cometido por el cual he venido.
-¿Cometido?
preguntó la ministra alzando una ceja.
-Sí, quiero
hablar con Peter Pettrigrew. aquello cayó como una losa fría
y pesada entre los presentes. ¿Por qué querría
hacerlo? ¿No había tenido ya opción de
charlar?
-De ninguna manera. en aquella ocasión fue Grint,
que se había mantenido callado en el interrogatorio el que se
opuso rotundamente a esa petición. Este hombre es un
prisionero a mi cargo y le prohíbo totalmente la entrada.
-Creo que no está en situación de prohibir nada,
señor Grint. repuso el hombre, dejando de lado su educación
y volviendo a adoptar su tono arrogante. Discrepo en su opinión,
ese hombre es MI prisionero. Yo lo capturé y creo que tengo el
derecho de hablar con él.
-¿Por qué? ¿Quién
es usted? Grint no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.
Aquel hombre no le inspiraba nada de confianza y nadie, hasta ahora,
había desobedecido una de sus órdenes.
-Creo haber
repetido hasta la saciedad que mi identidad no será
rebelada.el tono aburrido que había en la voz de aquel hombre
todavía desesperó mucho más al auror. No es de
su incumbencia. Llevo el rostro cubierto por motivos personales.
-Lo
siento, pero no le permito entrar a ver a Pettrigrew. Grint se
mantuvo firme. Primero porque no está dentro del código
penal, no se pueden efectuar visitas a prisioneros tan sumamente
importantes antes de que sean juzgados y no romperé las reglas
sólo porque usted se encapriche. ¿Cómo sabemos
que es de confianza? Ha luchado a nuestro lado, pero no sabemos sus
reales intenciones. Los motivos que ha expuesto no son suficientes.
No tenemos ninguna prueba que lo aleje del lado oscuro.
-Yo
nunca...os he pedido vuestra confianza... murmuró el hombre
con una voz peligrosa.
-¿Por qué habríamos
de dejarte entrar? ¿Con qué derecho? el auror estaba
comenzando a elevar la voz. El hombre suspiró y se aproximó
a Grint con un aire misterioso, sin embargo, éste no
retrocedió.
-Vengo en nombre de Harry Potter... susurró
fríamente. El ambiente cambió de tensión a
sorpresa en un minuto. Dumbledore y Amelia intercambiaron miradas de
incredulidad. Sé que a él le gustaría que le
dijese a Peter lo que tengo que hablar con él...
-¿Potter
sabe quién eres? Grint alzó una ceja y luego miró
al director como si éste hubiera estado ocultando algo que él
no alcanzaba a comprender.
-Sí, pero no conoce que soy yo
quién se oculta tras esta capucha.
-No es posible...
murmuró la ministra sin llegar a creer lo que sus oídos
acababan de escuchar. Señor Oldman, conocemos de cabo a rabo
la vida de Potter y no hay nadie que se escape de nuestra criterio y
créame, entre esas personas no hay ninguna que se asemeje a
usted. el hombre volvió a sonreír misteriosamente y
miró de reojo al director, sin que éste se
percatara.
-Señora ministra, que no me reconozcan, no
quiere decir que no sepan quién soy.
-¡Ya basta de
juegos estúpidos! exclamó Grint comenzando a perder la
paciencia. Limítese a acudir al juicio ya que le han
concedido ese privilegio...y márchese de aquí. Harry
le miró con repulsión y cuando habló, lo hizo
tan ásperamente que los pelos de la nuca del auror se
erizaron.
-Creo que aún no me han tendido, señor
Grint. No voy a aceptar un no por respuesta. Entraré tanto si
me lo permite como si no.
-¿Está conspirando contra
el ministerio de magia? acusó. Puedo arrestarle por esto,
señor Oldman. y dicho esto, sacó del bolsillo de su
túnica la varita mágica y apuntó directamente al
corazón del hombre. Harry ocultó todavía más
su rostro debajo de la capucha y sonrió arrogantemente.
-No
le gustará retarme, señor Grint. Me basta un sólo
movimiento para desarmarlos a los tres juntos. Me da la impresión
que todavía no han entendido mi función aquí...
dio una vuelta sobre si mismo y de una patada, la varita del auror
salió volando de sus manos a unos metros de distancia. En sólo
un segundo, se llevó la mano a la espalda y sacó de
ella su reluciente espada, apuntando directamente a la garganta del
hombre. Grint comenzó a respirar agitadamente, mirando de
reojo el filo del arma. Ni Amelia ni Dumbledore supieron como
reaccionar...no me importa a cuantos tenga que quitar del medio
siempre y cuando cumpla mi propósito...no me tiente, señor
Grint...porque podría encontrar muy desagradable la
demostración que le efectuaría...
-Está
loco...
-Entonces, debería saber que no es bueno provocar a
los locos... susurró Harry muy cerca de su oído. Sin
haber estudiado ninguna carrera soy mejor que cualquiera de sus
aurores, eso sin necesidad de utilizar mi magia de arcángel...cuando
quiera, puedo hacerle una demostración. el hombre soltó
al auror y se guardó la espada de nuevo.
-Discúlpenme,
añadió y tras levantar una mano y dirigir la energía
a la puerta que estaba herméticamente cerrada, ésta se
abrió en un chirrido e ingresó en la habitación.
-¡Ron,
Ron, Ginny! Hermione venía corriendo del Gran Comedor,
después de haber desayunado. Los dos hermanos estaban en la
Sala Común, terminando de arreglarse y metiendo sus libros en
la mochila. La chica se abrió paso entre los adormilados
estudiantes, agitando un periódico en la mano.
-¿Qué
ocurre, Hermione? ¿Por qué gritas así? quiso
saber Ginny que ya llevaba el uniforme puesto y se había
colgado al hombro la mochila.
-Es...es...
-Tranquila,
tranquila Ron la cogió de la mano y la sentó en uno de
los sillones para que pudiera respirar bien. Había subido
siete pisos corriendo y jadeaba. A ver...dinos qué ocurre.
-¡Oh, dios es Scabbers, digo, Colagusano!
-¿Colagusano?
preguntaron los dos hermanos al unísono.
-Sí,
aclaró Hermione. Anoche, en un ataque lo cogieron. Ese hombre
misterioso...el...Sal...Sal...
-El Salvador. aclaró Ron
que no dejaba escapar una oportunidad para hablar de su héroe
favorito. ¿Lo pilló?
-Sí. la chica mostró
el diario. Lo dice aquí. los tres se inclinaron a mirar la
portada del Profeta que titulaba: "¿Sirius Black, posible
inocente?" Hermione comenzó a leer:
"Anoche en
otro de los múltiples ataques mortífagos a un
prestigioso barrio de hijos de muggles, El Salvador volvió a
realizar una magistral actuación. Después de combatir y
salvar la vida a las víctimas de esta déspota barbarie,
se encontró cara a cara con el mismísimo Peter
Pettrigrew, mago supuestamente muerto a manos del asesino Sirius
Black.
Todo apunta a que la condena imputada al joven Black que
sólo contaba con veintidós años cuando fue
llevado a la prisión de Azkaban de mano de los Dementores,
pudo ser totalmente injusta al haber reaparecido Pettrigrew.
El
Ministerio de Magia está consternado y no ha querido hacer
declaraciones sobre este aspecto hasta que se celebre el juicio, que
tendrá lugar hoy en la mañana a las once horas, en la
sala número diez del Atrio.
Si se declara a Pettrigrew
culpable de los hechos, el mago ya fallecido Black, podría ser
declarado inocente públicamente y una suma de indemnización
correr a cuenta de su único heredero no directo, el joven
Harry Potter, ahijado del último.
La batalla transcurrió
en..."
-Bla, bla, bla... suspiró Hermione cerrando
el periódico.
-¡A buenas horas se dan
cuenta!masculló Ginny entre dientes. Si hubieran creído
vuestra versión y la del profesor Lupin...
-Olvidas que el
profesor Lupin es un licántropo y nosotros éramos unos
simples estudiantes de tercer curso. le recordó Hermione a su
amiga. Además, la declaración de Snape fue mucho más
convincente...sin ninguna prueba de que Pettrigrew seguía con
vida no podíamos probar nada. Y menos con Fudge como ministro.
-Al menos Sirius podrá descansar en paz... susurró
Ron, pero sus pensamientos estaban más cerca de pensar que
Harry iba a cobrar más dinero y que de nuevo, sería el
protagonista de aquel evento. El gusanillo de los celos, volvió
a anidarse dentro de él, pero no comentó nada para no
enfadar más a Hermione ni a su hermana pequeña.
La habitación
en la que había entrado era totalmente de color blanco. Si no
hubiera sido por la capucha que le cubría el rostro habría
tenido que colocarse unas gafas de sol por el deslumbramiento. No
había ventanas ni muebles, simplemente cuatro limpias paredes
y en el centro, en una silla, amarrado por cadenas y amordazado, un
hombre regordete y con una expresión de miedo en el rostro.
Harry sonrió maliciosamente, gesto que no pasó
inadvertido para el otro individuo, y se acercó lentamente
hasta él. Cuando llegó a su altura, le liberó de
la mordaza y paseó alrededor de la silla, analizando con su
poder los encantamientos que le habían puesto a la sala.
Era
imposible aparecerse o desaparecer y habían introducido
cualquier medida de seguridad para imposibilitar la huída del
prisionero, a parte de que le habían aplicado un hechizo para
que no pudiera transformarse en Animago y le habían inyectado
la poción que Snape le había dado a él en su
castigo, para que no le fuera posible realizar ningún tipo de
magia. Así que Colagusano era como un gato enjaulado e
indefenso, muy vulnerable y apetitoso para cualquiera que tuviera una
cuenta pendiente que saldar con él y que eran muchos.
-Veo
que te han tratado como te mereces...como una sucia rata... murmuró
el hombre sin dejar de pasearse a su alrededor.
-¿Qué...qué
vas a hacer? preguntó Pettrigrew atemorizado. ¿A
...qué has venido? el hombre se detuvo y se puso enfrente de
él, apoyando sus manos sobre las rodillas de su enemigo y
fijando sus ojos en los de él, soltando después una
carcajada.
-Así quería tenerte, Peter...sin
posibilidad de que te escapes, de entregarme una explicación
que llevo mucho tiempo buscando... Colagusano se estremeció
todavía más. ¿Tienes miedo, verdad? Sí...puedo
verlo en tus repugnantes ojos llorosos...puedo olerlo...y no sólo
eso...sino que estás en unas condiciones
deplorables...hambriento...sediento...sin magia...en definitiva, como
todos querían verte...es hora de pagar por tus
pecados...
-¡No, no, no! gimió Pettrigrew. ¡Por
favor, sálvame, tú puedes hacerlo, por favor! ¡Mi
señor te recompensará si lo haces, si te unes a
nosotros...! pero una nueva carcajada fría del hombre, lo
hizo detenerse.
-¿Por qué habría de ayudarte
yo, Peter? No, no lo has entendido aún...te equivocaste de
persona al tratar de identificarme...no necesito unirme a tu amo ni
necesito sus beneficios...yo solo me basto para acabar con él
y con todos vosotros...
-¡Ayúdame...ayúdame...no
quiero morir!el llanto de Colagusano se hizo más evidente. El
hombre no rió esta vez, pero no había ni un atisbo de
compasión en su rostro o en su voz. Caminó un poco
hacia la puerta, levantó la varita y selló la puerta
para que nadie pudiera entrar, luego, se dio la vuelta de nuevo hacia
Pettrigrew.
-No sabes lo que estás haciendo...¿sabes?
Mis padres tampoco deseaban morir...sí...pero tú no
pensaste eso cuando los entregaste a Voldemort. los ojos de
Colagusano se abrieron por completo. Y ahora...me pides a mí
que te liberé...al asesino de mis padres...resulta
extrañamente divertido...
-No...es mentira...no es
posible...no lo es...tú... el hombre sonrió y se
acercó a Pettrigrew. Se llevó una mano a la capucha y
se extrajo la capa negra de su padrino. Los cabellos negros azabache
le cayeron desordenadamente sobre los hombros y la frente, unos
profundos ojos verdes miraron con odio y repugnancia y la cicatriz en
forma de rayo que tenía en la frente se dejó entrever
entre los mechones de pelo. No llevaba gafas y su rostro era mucho
más pálido y maduro que la última vez que lo
había visto, aparte de que estaba marcado por los
circunstancias.
-Le has pedido clemencia al hijo de James
Potter...
-Pero... Colagusano no quería creer lo que veía.
No era posible que Harry se hubiese convertido en eso en apenas un
año. No encajaba con los planes de su señor. Se suponía
que Potter estaba desquiciado por la muerte de Sirius Black y que
incluso le era muy difícil realizar la magia con total
facilidad. Sabía por Malfoy que se había convertido en
el mejor estudiante del colegio, pero que no quería saber nada
del mundo mágico y que sus compañeros lo repudiaban y
lo marginaban. ¿Podía ser éste el mismo Harry
Potter?
-Ahora soy libre...para matarte... susurró
gélidamente. Y levantó la varita hasta la altura del
corazón. Pettrigrew se removió en la silla que lo
mantenía imposibilitado y una descarga eléctrica le
recorrió el cuerpo. Estaba visto que el prisionero no se podía
mover. Profirió un alarido, pero Harry acababa de lanzar un
hechizo silenciador a la habitación y nadie pudo escucharle.
-Por favor, no...por favor...piedad...
-¿Piedad?
bromeó el hombre sin dejar de sujetar firmemente la varita.
¿La misma que tú tuviste conmigo cuando preparaste el
regreso de Voldemort? ¡Qué estúpido fuiste,
Peter, porque de no haber sido por ti él jamás habría
regresado! No sólo escapaste esa noche e imposibilitaste que
yo me fuera a vivir con Sirius, sino que además lo buscaste y
le ayudaste...y luego sin que te bastara has tratado de matar a Remus
Lupin. ¿Qué pretendes? ¿Querías hacerme
sufrir, Peter? ¡PORQUE TE RECUERDO, ASQUEROSA ALIMAÑA,
QUE YO TE SALVÉ LA VIDA CUANDO SIRIUS Y LUPIN QUERÍAN
MATARTE!
-Yo...yo... Colagusano se había quedado sin
palabras, sólo podía sollozar y mascullar cosas entre
dientes que Harry no alcanzaba a escuchar.
-Sí...imagino
que eso es lo que quiere Voldemort...hacerme sufrir...pero ya no
puedo hacerlo más...¿ME HAS OÍDO? ¡YA ME
QUITASTE TODO LO QUE TENÍA!
-Yo...no...quería...Harry...yo...
-Te
importó más tu pellejo que el de tus amigos...que el de
dos bebés...¿verdad, Peter? Colagusano abrió
mucho los ojos sorprendido de que esa información hubiese
caído en el lado de Harry. Sí, lo sé todo...he
atado cabos...no alcanzo a comprender la magnitud de lo que sucedió
esa noche, pero si Christine se puso así contigo y quiso
matarte fue porque tú le entregaste a Voldemort en bandeja la
muerte de Alan...¡Asesino! las palabras tan duras del muchacho
perforaban los oídos del animago, acusándole como en
sus peores pesadillas, juzgándole...
-Por favor...no...por
favor... Pettrigrew cerraba los ojos como si con esos quisiera
borrar la penetrante mirada del hombre. Harry le cogió por la
barbilla y le obligó a abrirlos.
-Sólo he venido
para saber porqué...he venido para que me cuentes tu versión,
para que te justifiques... si Colagusano hubiera podido restregarse
las manos como siempre hacía cuando estaba nervioso, lo habría
hecho, pero ahora sólo temblaba a convulsiones. Sé
sincero, Peter...por una vez en tu vida confiesa tus pecados...es tu
última redención...cuando Remus Lupin y todos los demás
declaren, te condenarán a muerte...así que al menos
muere sabiendo que le has contado la verdad al hijo de tus
amigos...
-Tenía miedo...lloriqueó Pettrigrew. A
Harry le dio asco que se convulsionara como un niño pequeño.
Yo nunca fui fuerte como James...como Sirius...siempre he sido más
débil...después de graduarnos en Hogwarts viajé
al extranjero y conocí a algunos mortífagos y también
al Señor Tenebroso...yo...ellos me enseñaron lo que
tener poder significaba...siempre se habían burlado de mí
en el colegio y yo deseaba saldar cuentas con algunas de esas
personas...quería defenderme por mí mismo y las Artes
Oscuras eran una magnífica forma...yo...no pensé que
llegaría tan lejos...pero me adentré en el círculo
más allegado de mortífagos y Quién-tú-sabes
me pidió que hiciera de espía...yo no podía
negarme...me mataría...nunca pensé que tus padres me
pedirían ser el guardián secreto...y...
-...los
traicionaste... susurró Harry, pero aquella voz sonó
decepcionada y triste, ya no había tanta frialdad. Comenzó
a pasearse por la sala, afligido y siendo atentamente observado por
la mirada temblorosa de Colagusano. Christine me contó que mi
padre era muy confiado...que te recibió con los brazos
abiertos...que le importabas, Peter. de pronto se giró
bruscamente para conectar miradas. ¡Ellos habrían dado
la vida por ti! ¡Sirius, Lupin, todos los habrían hecho
y tú...y tú...TÚ LOS TRAICIONASTE! una ola de
energía salió de la mano de Harry y se estampó
contra la pared más cercana. Pettrigrew volvió a cerrar
los ojos y continuó temblando todavía más. El
muchacho respiraba entrecortadamente, como si hubiese corrido una
gran distancia. Pero no te bastó con destruir la vida de
Christine...con destruir la mía...sino que además,
también me dejaste sin Sirius...
-¡Él quería
matarme! se justificó Colagusano. ¡No tenía
otra opción!
-Yo hubiera dejado que me mataran... escupió
Harry. Mejor así que no seguir siendo un miserable toda mi
vida...y después... el chico levantó los brazos y los
dejó caer en señal de desesperación. Te salvé
la vida, les...les dije que no te matarán...y tú...tú
destrozaste la poca felicidad que podría llegar a tener junto
a Sirius. ¡Por tu culpa está muerto, está
muerto! los oídos de Pettrigrew estaban a punto de estallar a
causa de las acusaciones. Por primera vez la culpa lo carcomía
con mucha intensidad, oír aquello del hijo de James Potter que
tanto se asemejaba a él y ver esos ojos verdes, iguales a los
de Lily que lo miraban con rencor, era demasiado para él,
creía que se volvería loco, quería que parara
aquella acusación, no quería seguir oyendo todo
aquello. ¿Por qué se sentía tan desgraciado, tan
mal? Antes le habría importado mucho más su pellejo,
pero ahora que iba a morir...que iba a ser condenado...¿por
qué todo aquello se quedaba tan pequeño, significaba
tan poco? le ayudaste a volver...en tu espalda recaen las vidas de
multitud de personas y ¿sabes qué? Ya no me importa.
No...ahora os toca a vosotros sufrir...ha llegado mi momento...es un
hecho que Lord Voldemort caiga a mis pies...
-Perdóname...
musitó el hombre. Ten compasión... Harry cerró
los ojos un momento y suspiró.
-No es a mí a quién
tienes que decirme esto. No es mi vida la que te llevaste. se
encaminó hasta la silla y con un movimiento de la mano,
Pettrigrew quedó libre. Ahora, dentro de ese tribunal vas a
encontrarte con Lupin, con Christine...vas a tener la oportunidad de
decir la verdad...de limpiar un poco tu conciencia, tú
decides. Puedes morir siendo un traidor y con el recuerdo de las
caras de odio de todos ellos, o puedes morir habiéndole
otorgado la libertad a Sirius Black...
-¿Por qué?
titubeó Pettrigrew. ¿Por qué me cuentas todo
esto? ¿Por qué te arriesgas a que yo pueda decir quién
eres delante del tribunal? ¿Y por qué no quieres
cobrarte venganza conmigo? Harry, que ya se imaginaba unas preguntas
así, suspiró de nuevo y cogió la capa de su
padrino que había dejado caer al suelo y se la echó por
encima para cubrirse el rostro.
-Porque quiero pensar que todavía
queda algo de humano en ti...quiero pensar que si hiciste todo
aquello no fue por maldad sino por cobardía...error más
evidente de que todavía eres un hombre...porque me han
enseñado a valorar la vida mucho más de lo que crees y
que la venganza no es el mejor camino. Yo te estoy otorgando la
oportunidad de elegir, te estoy dando una nueva opción. Puedes
aportar mucha información para la Orden del Fénix, para
ayudar a que se eviten más muertes o puedes quedarte
callado...a veces el silencio...también responde
preguntas.Harry cogió a Colagusano de un brazo y tiró
de él hacia la salida. Era bastante difícil llevarlo
porque el hombre no paraba de temblar y seguía musitando cosas
sin sentido. No está de más que añada, que si
se te ocurre elegir la opción de rebelar mi verdadera
identidad te mataré allí mismo y de la forma más
dolorosa que hayas podido imaginar... dio un silbido y casi al
instante, un majestuoso fénix blanco hizo su aparición
en la estancia, sobrevolando sus cabezas y emitiendo un leve canto.
Pettrigrew lo miraba asombrado. Ares, avisa a Christine. el ave,
igual de rápido que había llegado, desapareció
en un fogonazo.
Llegaron hasta la puerta y con un golpe de varita,
ésta se abrió, emitiendo un nuevo chirrido.
Fuera
seguían estando Dumbledore, Amelia Bones y Thomas Grint. Al
ver al hombre llevando a Pettrigrew del brazo encadenado, se
sorprendieron muchísimo.
Inmediatamente, los dos otros
jóvenes aurores que habían estado escoltando la entrada
a la cámara de seguridad, sujetaron al prisionero cada uno de
un brazo y se lo llevaron rumbo a la sala del tribunal.
Los tres
se quedaron observando al hombre, que había vuelto a adoptar
una expresión de total frialdad.
-Espero que su cometido
se haya cumplido...señor Oldman. masculló Grint de
mala gana. Harry lo miró y sonrió indiferentemente.
-Delo por hecho. Ahora...si me disculpan, tengo que
marcharme...
-¿No se quedará al juicio? preguntó
la ministra anonadada.
-No, creo que no será necesario. Ya
he visto todo lo que tenía que ver... y tras hacer un gesto
de despedida con la cabeza, desapareció con un resplandor de
luz blanca.
Los otros tres se quedaron mirando al vacío
durante unos instantes, cada uno con sus propios fantasmas
recorriéndoles la mente.
Con paso decidido se dirigieron
hacia la sala número diez, donde aguardaban multitud de
personas, que acababan de ver entrar a Pettrigrew y se arremolinaban
a la entrada.
Algunas de ellas, al verlos llegar, corrieron hacia
ellos efectuando fotografías y haciendo multitud de preguntas
que ninguno respondía.
Dumbledore tomó aire antes
de entrar detrás de algunos miembros del Wizengamot. No iba a
ser fácil...para nada, y lo peor es que no había tenido
tiempo de entrevistarse con Peter Pettigrew y ahora no sabía
como iban a resultar las cosas.
La puerta se cerró detrás
suyo y una gran sala apareció antes sus
ojos...
