Aquel día lo pasé sumergida en aquellos archivos, intentando encontrar la pista que me dijera algo, casi no comí y tampoco dormí, mis esperanzas estaban puestas en aquellas carpetas, según las anotaciones de Rick, la joven había ido a una reunión con sus amigas, sin embargo no llegó, sus padres no se enteraron de su desaparición hasta varias horas después, entre sus pertenencias, las que aún se encontraban en un casillero de un gimnasio, había un juego de llaves que los padres no reconocieron, ropa, algunas fotografías y una pequeña caja donde ella solía guardar joyería, me pregunté si Rick había averiguado que abrían esas llaves, tomé el teléfono y llamé esperando que él pudiese contestarme.

-hola?.- dijo él.

-Rick soy yo.

-dime.

-recogí la caja, he estado revisando tu investigación y tengo algunas dudas.

-dime que necesitas saber.

-las llaves…

-oh si, esas llaves, bueno no, se que te preguntas de que son, pero no tengo idea, no pude dar con lo que abrían, digamos que se acabó el tiempo.

-ok, entonces esta podría ser una pista importante.

-Eso creo, si lo encuentras, avísame, sea bueno o malo.

-Sucede algo?

-no, nada.

-anda dime, tu, te escuchas diferente.

-hoy es uno de esos días, prefiero no hablar, si tienes suerte, solo avísame, debo irme.

-Bien, lo haré.

El tono de voz era neutral, me imaginé que tendría algunos días malos, estar encerrado allí, debía ser difícil, y él había estado allí ya por el suficiente tiempo.

Suspiré cansada, ahora me encontraba más convencida de que debía hacer algo, miré de nuevo las llaves, eran pequeñas, parecían las llaves de una caja pequeña, quizá una caja de seguridad pero en donde podría estar esa caja, busque en la red alguna otra parecida, después de unos minutos encontré al fabricante, aquella no era en sí una caja de seguridad sino más bien un buzón de correo postal, como lo había dicho Rick, se le había acabado el tiempo y no había podido dar con el lugar pero yo estaba muy cerca de saberlo.

Javier y yo hicimos la búsqueda de aquella caja, nos tomó un par de días encontrarla, aunque Javier me había dicho que aquella era una causa perdida yo me negué a creer que podría ser verdad, y no fue solo eso lo que me motivó, la noche del día anterior habíamos recibido la noticia de que Richard sería enjuiciado esta vez por homicidio doloso, lo que podría darle una condena de 20 años.

Aun cuando tenia que hacer a un lado mis sentimientos no podía negar que la idea de saber que en algún momento nuestras vidas estuvieron unidas me hacia querer saber cual podría ser su destino y no solo el suyo, el mío también

Dentro de la caja había una serie de fotografías, fotografías de la chica, de otras personas que supuse podrían ser amigos, parecían celebrar un cumpleaños o algo parecido, las mire con detenimiento, me pregunté si encontraría en aquellas imágenes alguna buena pista pero después de ver aquel paquete me di cuenta de que no eran más que simples fotografías.

Javier las tomo entonces, miró las fotografías una vez mas, sonreí con frustración.

-allí no hay nada que nos sirva.

-no lo sabes.- dijo él.

-deberíamos darnos por vencidos.

-Kate Beckett… dándose por vencida, es eso lo que acabo de escuchar.- me miró fijamente.-gracias a ti estoy metido en esto, ahora quiero saber que pasa con ese tipo.

-Claro.- dije mirando al techo.

Algunos minutos pasaron, Javier observaba las fotografías, no parecía encontrar algo importante, no había algo que fuese a demostrar la inocencia de Rick pero entonces espo miró una fotografía con más detenimiento, lo vi sacar una luz de su maletín y mirar fijamente una de las fotografías.

-viste esto?

-que?

-esto?.- señaló el fondo de la imagen.

-que es?, no veo nada.

-enfoco la luz y luego señaló con el dedo.-es la chica, la que murió, habla con un hombre.

Puse atención, miré de nuevo y lo note, la chica hablaba con un sujeto, ambos se veían molestos, aparte la mirada de la fotografía y pensé un par de segundos, Rick había mencionado a otro hombre uno del que ella tenía miedo, y si este era el hombre, y si por fin teníamos una respuesta, el tiempo se nos estaba acabando.

Al día siguiente visitamos a la madre de la chica desaparecida, Javier había logrado obtener la dirección y el nombre de la madre en el archivo, al llegar vimos a una mujer sentada en un corredor fuera de la casa, bebía de una taza lo que parecía ser café.

Sonrió cuando nos vio, como si supiera porque estábamos allí, me pare frente a ella y extendí mi mano para saludarla, la vi ponerse de pie.

-he esperado este día mucho tiempo.- dijo y camino hacia la entrada principal de la casa.

Luego de dos horas de entrevista y de mostrarle la fotografía nos despedimos, ahora teníamos una pista y una razón para apelar en la corte, por primera vez en mucho tiempo existía una posibilidad.

Unas horas después me presente en la cárcel, por alguna razón me sentía eufórica, solicité ver a Richard aunque no era la hora común de visita.

Unos minutos después él apareció, caminaba cabizbajo, aquellos definitivamente no habían sido días buenos y su semblante me lo confirmaba, lo mire sentarse, su cabello ahora más largo cubría sus ojos.

-como estas?.- pregunté para iniciar la conversación.

-como me veo?

-no muy bien.

-ella murió, como se supone que debería sentirme.

-entiendo, solo quise traerte la buena noticia, parece que hay una buena pista que podría absolverte de los cargos.

-pero?

-nos tomará un par de días más en encontrar al sujeto, parece que cambió de residencia y… bueno… sabes como es esto.

-Entiendo.

-Nos queda muy poco Richard, la audiencia será en un mes tenemos tiempo.

-ya veo, gracias… por el esfuerzo.

-que sucede Rick, pensé que esto te animaría un poco.

-estoy cansado Kate, he pasado siete años aquí primero esperando una sentencia, luego esperando una revisión de mi caso, lo lamento si no saltó de emoción.

-entiendo.- dije eso rozando mis dedos con los suyos de manera inconsciente.- volverás a casa.

-si… a casa.- apartó su mano de la mía.

No dude en acercarme a él y abrazarlo, mientras me despedía de nuevo lo vi alejarse por el pasillo sin levantar la cabeza, se le veía aún más desesperanzado de lo que pensé y lo único que me quedaba era intentar no equivocarme.

Espo y yo salimos al día siguiente muy temprano, teníamos un par de direcciones que él había conseguido y que podrían llevarnos a la ubicación del sujeto, el sol aun no aparecía cuando salimos de la ciudad teníamos mucho camino por recorrer y lo mejor era salir temprano, antes de que amaneciera.

-y como esta?.- preguntó mientras esperaba el cambio de luz.

-no muy bien al parecer, estos días no han sido buenos para él.

-debe ser difícil estar pagando una condena por algo que no hizo.

-ahora estas convencido.

-fuiste tu la que quería abandonarlo.

-no quería abandonarlo, solo me pareció que se complicaba todo.

-y… piensas retomar tu relación con el cuando salga libre.

-no lo sé, no lo creo.

-claro.

Javier no volvió a hablar hasta que llegamos a la primera dirección de la lista, un hombre vivía allí y aseguraba no conocer a nuestro sospechoso, ambos nos sentimos un poco decepcionados sin embargo aun teníamos camino que recorrer.

La tarde de aquel día pasó sin novedad, pero casi al caer la noche nos encontramos con una sorpresa bastante inesperada, estábamos cansados y hambrientos, Javier decidió que nos detuvieran en un restaurante de comida rápida para comer algo antes de volver a casa, nos encontrábamos sentados en una mesa, un enorme ventanal nos daba una amplia vista de la calle y el estacionamiento, un auto se detuvo a unos metros y de allí descendió un hombre, abrió la puerta del copiloto y un niño bajó y tomó su mano, miré la fotografía una vez y luego la cara del sujeto, era significativamente parecido al hombre que buscábamos, los vi entrar y caminar directo al mostrador del restaurante para ordenar comida, me levanté entonces de mi lugar y caminé hasta ellos, Esposito me miró intrigado y luego caminó detrás de mi, el hombre me miró curioso cuando me detuve a su lado,

-hola.- dije.

-hola?.- dijo confundido.

-mi nombre es Katherine Beckett, fiscalía.- extendí mi mano mostrándole mi identificación.- es usted Frank Johnson?

-si?

-hemos estado buscándole.

-y?

-quisiéramos hacerle unas preguntas.

-es por el robo de identidad?

-el que?.- dijo Javier.

-he tenido problemas hace un tiempo, un hombre robo mi identidad, la policía me visita a veces me hace preguntas de cosas que desconozco completamente, hay todo un proceso, ustedes no se comunican?, no tienen registros o bases de datos?

-lo siento se…

-si, si, lo sentimos señor, no lo sabíamos, discúlpanos, etc, etc, esto ya se hace ridículo, no conozco a ese hombre, no tengo idea de quien es y no, yo no he cometido ningún crimen.

Me quedé en silencio, sin saber que decir, miré a Javier y al niño que nos observaba con atención, medite la situación tan rápido como pude y entonces hablé.

-cuando ocurrió?

-que?

-cuando ocurrió, el robo de su identidad, que le dijeron al respecto.

-hace algunos años, dijeron que había sido por una compra en línea, robaron mi número de tarjeta de crédito y los datos asociados a ella.

-dieron con él hombre?

-usaba mi nombre, cada vez que lo buscaban aparecía mi fotografía y mi información personal.

-algo más?

-perdi parte de mi fondo para el retiro, hicieron compras extrañas.

-que tan extrañas?

-el sujeto compro insumos químicos.

-Entiendo, bueno lamento haberlo molestado, como sabrá no somos policías y no podíamos haberlo sabido.

Salí tan rápido como pude, olvidé la cena y corrí hasta el auto.

-que te sucede?.- grito Esposito detrás de mi.

-aquella chica desaparecida, el sujeto, el robo.

-de que hablas.

-debemos volver ahora.

-detente, de que demonios hablas?

-drogas Javier, drogas.

-drogas?

-subimos al auto con rapidez.- no lo vimos, esto era solo por drogas, creo que tengo la respuesta.

Corrí por el pasillo de la oficina, aquello no había sido una coincidencia o una mala interpretación, un crimen se había cometido ero Rick no era el culpable y la razón de la desaparición estaba a punto de salir a la luz.