ficción

Historias de Albert y Candy

presenta

Quédate Conmigo

Por Mayra Exitosa

En el trayecto de la casa en la montaña al aeropuerto, asegurando que no regresarían al hotel de los Ángeles, sino que viajarían a New York, lugar donde se llevaría a cabo la boda de Elizabeth y Terrance Grandchester, luego de hacerse cargo de despedir y liquidar los honorarios al chofer y la enfermera que habían estado contratados directamente por ella, ahora su esplendido marido le contrataría a otros cuando los ocupara, pues aseguraba que tenía personal suficiente para consentirla y tratarla como su esposa, así el auto se dirigía de nuevo al jet que ya tenía preparado, ella vio ahí las maletas que habían estado en el hotel, con todas las atenciones de su marido, la tomaba en sus brazos y no la dejaba subir no siquiera los escalones del avión, entraba con ella, notando claramente que ahora era muy diferente a la última vez que estuvieron precisamente en un jet; recordaba su regreso de la boda y al bajar había cambiado, ahora su explicación era evidente que estaba pensándola cómplice de su supuesto padre, además que gracias a él sabía que seguía siendo una Mc Connery por lo que no le habían quitado su cuenta, su dinero extra y su apellido de tantos años, sin embargo nada justificaba que la abandonaba en aquel departamento austero.

En esos instantes le colocaba el cinturón y tomaba su mano para llevarla a su boca. - ¿Estás contenta? - ¿debería estarlo? - Por supuesto, Legan debe tener esta semana un citatorio para entregar tus documentos, ya que el despacho legal donde nos casamos debieron haberlo llamado, luego me buscarán a mí, para ver que reacción y consecuencias tendremos por el incumplimiento de su parte en la obligación de nuestro matrimonio, así poder realizar el trámite legal de nuestro matrimonio. - pero seguimos estando casados por la iglesia, - Si, pero legalmente nuestro matrimonio aun no es válido, por ende no puedo tramitarte tarjetas de crédito, disponer de cuentas para mi esposa, sino solo esa cuenta personal que tenías, supongo que es de hace tiempo. Como sea te haré llegar dinero a esa cuenta, en cuanto te confirmen la contra propuesta de la propiedad de California, me dices y la pondré a tu nombre, ¡será tuya! - Gracias. Estaba tan cerca su rostro del de ella, sentía su aliento y esa forma seductora que no pudo evitar ruborizarse como una colegiala, era al final de cuentas su marido, su primer amante, su primero novio y aunque no lo conocía del todo, le debía decir sobre su embarazo, que sospechosamente imaginaba que ya lo sabía de alguna manera, - No tienes porque, eres mi esposa. Ella trataba de alejarse un poco, a lo que agregaba, – Aunque no legalmente. El rubio insistía al no alejarse y sentirla intimidada en su acercamiento, - Pero lo serás pronto. Dijo esto cerca de su oído, erizándole la piel, a lo que sin poder decir más suavemente asentía agregando en un leve gemido inconsciente, - Si.

Más tardo en dar esa respuesta en lo que se curvaba el cuerpo del rubio para tomar su boca y sentir el despegue del jet a la par, provocando una presión inesperada al notar su estremecimiento y ella ajustar sus manos una de ellas a su brazo y la otra su vientre, ante su evidente embarazo, al que aun no informaba a su marido, cuando ya debía haberlo hecho, solo que esperaba perder esa sensación de plan escondido tras esa boda legal que tanto insistía ahora, cuando bien podía rechazarla y regresar con su ex novia, aunque tal vez su familia no la aceptaría, él debía amarla y por eso cuando se casaron, había estado tan renuente a esa boda. El rubio la notaba tensa, su embarazo era claro en la elevación del jet, notando su palidez inesperada y esa mano encajándole las uñas a su brazo.

- ¿estás bien, cariño? - Si, es solo que… la rubia se dio cuenta de que sus uñas le habían lastimado el antebrazo y él insistía sin quejarse de ello, - ¿sí? - Debió ser por el vuelo, lo siento tanto. El ignoro las marcas de sus uñas, tenía otras en más fuertes en su espalda y siempre las recordaba mientras la buscaba con desesperación, por lo que cambiaba de tema y agregaba con una sonrisa escondida, - ¿quieres algo de beber? - Si un poco de agua. - un brandy podía sentarte bien - No, nada de alcohol. - En la isla si bebiste conmigo, varias veces. - No es eso, es que… no quiero alcohol, estoy tomando mis vitaminas por… mis bajas defensas. - ¿bajas defensas? ¡Cierto! - si. Candy no dejaba de pensar que su marido pudo haberla encontrado mucho antes, si es que deseaba volver con ella, eso de la persecución no se lo creía del todo, solo por viajar en tres estados, cuando había semanas enteras trabajando sin realizar viajes quedándose fija en los hoteles, como era posible que no la encontrara mucho antes, sospechaba claramente que esa ex novia debía haberlo tenido muy ocupado.

Mientras que para el rubio, estaba claro que no iba a decirle sobre el embarazo, así que lo gozaría hasta que no pudiera ocultarlo más, estaba muy avanzado como para que continuara creyendo que no se daría cuenta, su vientre lucía abultado, debía estar ya en los cuatro meses o más, el médico dijo que estaba perfectamente y que no le diría nada hasta que su esposa lo hiciera, pero por lo que se notaba no tenía planes de hacerlo y eso lo preocupaba de alguna manera.

Así observaba que medio se dormía, sus manos cuidando de su vientre, lo cual antes no lo hacía, por lo que sentía cierta ternura por ella, era muy lista, una mujer muy astuta, pero a la vez frágil y carente de la habilidad para mentir u ocultarle algo. Le daba un beso, tomaba una frazada colocándola en su piernas y dejando que ella se recargara a su lado, lograba enviar varios mensajes a George, conforme sus planes, además de cuestionar cómo afectaría a Legan el haberlo defraudado con la hija de Mc Connery. A lo que este le respondía que perdería las mismas propiedades que ya le habían unido en matrimonio y la dote quedaría como pago por el fraude realizado, no había otra sanción, puesto que podía obtener su libertad, tal vez por eso habían pedido la boda de su hija en consideración pues ellos realmente salían perdiendo más.

Continuara...


Gracias por todos sus comentarios en cada capítulo, realmente es muy gratificante que les guste, ojala pueda continuar las demás historias próximamente

Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa