Decir que era una revelación el hecho de ser mejor tratada por Bellatrix Lestrange que por sus amigos de toda la vida, la familia que pensó que era suya, fue decir poco. El ambiente en el cuartel general de la Orden podía cortarse con solo suspirar, el silencio tenso en la sala era sofocante.
Había ofrecido marcharse, pero Snape la miró horriblemente y le murmuró algo sobre la importancia de los modales...
Aún no habían llegado los Weasley pertenecientes a la Orden; desde lo sucedido con su hijo menor habían mantenido un bajo perfil ya que la prensa los acosaba y nadie había salido en su ayuda. Algo que ellos resentian muchísimo generando un quiebre entre los integrantes del grupo.
Si bien Snape era despreciado por la mayoría de las personas presentes, lo sucedido habia polarizado la simpatía hacia él. En secreto (y no tanto) se sorprendían de que hubiera entregado a las autoridades al muchacho teniendo en cuenta su conocido temperamento.
Aún así Hermione no podía dejar de pensar que debería enfrentarse a todo el clan pelirrojo... si bien los gemelos habían mostrado su apoyo por ella, el resto no lo hizo. Estaba empezando a entender el claro distanciamiento de Percy respecto al resto de su familia. Era probable que siempre hubiera interpretado solo lo que Ron había dejado ver o le hacía ver al resto...
- No quiero verlos. Por favor. esperaré arriba. Nadie me escuchará.
- Precisamente. Nadie la escucharía y hay varios enemigos que podrían y asumo querrían hacerle daño con acceso a este lugar ... - La batalla estaba perdida desde que Dumbledore pidió su presencia en la reunión con la esperanza de que Snape, movido bajo presión, aceptara la incorporación de Hermione. Ella ya sabía que eso jamás sucedería; incluso Voldemort ofreció una recompensa por misiones que evidentemente habían logrado el objetivo deseado a Snape y todos, ella por sobre todo se sorprendieron cuando él pidió su exclusión en la guerra siempre que su señor lo viera posible. Argumentando que ella no tenía la capacidad de ser espía y Dumbledore podría usar eso en su beneficio... más increible aún fue la aceptación que recibió del mismo señor oscuro bromeando sobre lo "simple" que solía ser conformar al mago e instando a sus "hermanos" a que piensen como él en bien de la causa antes que en sí mismos. Dumbledore no conseguiría algo por lo que Severus Snape había arriesgado su propia integridad.
Sentía mucha vergüenza porque veía en si misma lo que otros estaban viendo en ese momento, en el mejor de los casos con tristeza: se había convertido en menos de una sombra de quien solía ser, parecía una muñeca de exhibición con ropa cara, peinado y maquillaje perfectos con joyas de diseñador pero su mirada estaba muerta. Podría culparlo a Snape por completo por la perdida de su propia escencia, pero no era cierto. La traición de sus seres amados, de todo lo conocido fue lo que terminó de apagar su luz, en Cambio su profesor nunca fingió ser alguien que no era, nunca intentó ser amable o particularmente desagradable; fue y era la misma persona intolerante, soberbia e imponente que fue siempre (o al menos el tiempo que lo conoció) Podría incluso afirmar que se esforzaba al menos por ser cortés, que viniendo de él podría considerarse de supremo esfuerzo. Incluso le había explicado con antelación que podría golpearla si la situación lo ameritaba. Era una basura pero nadie podría culparlo de mentiroso en "su relación".
Las miradas corroian la poca confianza que había podido reunir; incluso detrás de Snape y contra una esquina podía sentir su exposición, pudo percibir su presión disminuir al punto del desmayo cuando las voces de la familia Weasley se acercaron por el pasillo. Casi de forma imperceptible Snape estaba sujetando su varita y posicionándose de forma estratégica como un escudo; era imposible atacarla a ella sin pasar sobre él primero,al unisono Dumbledore con su tranquilidad, soltura y sonrisa habitual sacó relajadamente su propia varita, listo para intervenir de ser necesario.
- Qué hace ella aquí?! Después de hacerle eso a mi familia. - Los gritos estallaron en todo el salón, llegando a todas las habitaciones de la casa por lo que se sumaron, a lo lejos, los los gritos del cuadro de la señora Black haciéndo más estruendoso y caótico el momento. Harry quiso intervenir pero el director lo estaba impidiendo; aunque mostraba la misma paz que aparentaba siempre era evidente que estaba concentrado tratando de calmar a la mujer y evitar que la situación escalara.
- Molly, por favor toma asiento, hablaremos más tarde, esto no es necesario. Hay mucha información nueva que nos trae Severus y es difícil poder coincidir todos juntos.
- No! No voy a compartir la mesa con la puta que arruinó el compromiso de mi hija y la vida de mi hijo. Mis hijos! - Todo pasó muy rápido, la señora Weasley disparó un maleficio en su dirección. Lo vió venir de frente y solo atinó a cubrirse el rostro aunque nunca la tocó y en su lugar escuchó la explosión de una ventana. Dumbledore había colocado un escudo extraordinariamente poderoso entre Snape y Molly Weasley, evitando así que el hombre la matara. La habitación estaba petrificada, ver a Dumbledore utilizando su varita era inaudito y si bien Snape no era apreciado particularmente, todos los hombres lo entendían, habían atacado a su mujer de frente y parecía dispuesto a matar por ello. Cualquier sangre pura que tuviera algo de orgullo haría lo mismo. Nadie se atrevía a mover un músculo para acercarse. El señor Weasley intentaba calmar a su esposa quien observaba calculadoramente la situación. Al parecer esperaba apoyo inmediato del resto como siempre lo había tenido perp al no conseguirlo estaba consciente del peligro al que se estaba exponiendo. Incluso sus hijos estaban ahora frente al hombre, de su lado!
- Mamá basta! Nosotros no te vamos a apoyar ni a tí, ni a Ron ni siquiera a Ginny que está loca. Deberías ocuparte de que no se vuelva mortifaga. Harry la dejó porque lo trataba como. aun banco, no porque Hermione lo convenciera de nada. - Al parecer los chicos sabían mucho más de lo que aparentaban. Antes de este altercado iba a hablar con el director sobre la niña que estaba concurriendo a algunas reuniones donde frecuentaban los adolescentes hijos de mortífagos... Estaba sorprendido, esos chicos y Potter demostraban profunda lealtad por la chica, aunque eso significara alejarse de todo lo que apreciaban.
- Percy tenía razón, estás loca. Apoyamos a Snape, apoyamos a Hermione... - Los Gemelos jamás parecían haber hablado tan encerio en su vida. - Mamá, hay que acabar con Voldemort. En cambio estamos haciendo que todos pierdan el tiempo por tus rabietas.
- Su familia es antes! Vengan en este instante! Son mis hijos! Mios!
- Esto termina ahora. - Aparentemente Snape había salido del estupor en el que estaba y por fin bajaba su varita mientras ponía sin disimulo a la jóven castaña tras de sí cubriéndola, hasta de las miradas del resto de los presentes. - Usted es más estúpida de lo que pensé posible; tengo conocimientos con los que ni siquiera puede soñar y contactos suficientes para empeorar infinitamente la situación del bastardo de hijo que tiene, sin embargo se presenta a una reunión de guerra gritando, atacando a mi esposa, defendiendo lo indefendible. - Se giró hacia Dumbledore- El circo se termina ahora, Señor Director. Mi trabajo como espía se interrumpe hasta que dome a sus leones inútiles. No tengo tiempo de hacer un circo en cada reunión, no me interesa que mi vida privada quede expuesta... mi esposa no volverá a una reunión de la orden. - Dándose vuelta saludó respetuosamente a los gemelos, agarró a Hermione del brazo y la sacó de la sede. No supo cuánto ni por dónde caminaron hasta que se vió en el interior de un restaurante mágico al que ya habían ido; una copa de hidromiel apareció en sus manos pero no la bebió, no se había dado cuenta que estaba llorando hasta que vio la mesa mojada. Snape no le había dicho nada, ni siquiera la estaba mirando; se encontraba recostado en el sillón con la pierna cruzada bebiendo whisky mientras observa la nieve derretirse en los adoquines del callejón. No era el mismo hombre que enseñaba en la escuela, el murciélago de las mazmorras; este era un aristócrata que le recordaba bastante a personajes de ficciones muggles.
- Usted no se verá expuesta a esto nuevamente, señorita Granger. - Aún seguía sin mirarla. A veces cuando le decía algo muy importante evitaba el contacto visual, como si eso le desconcentrara de alguna manera. -
- Estoy bien... - No sabía nunca que decirle. Eran escasos los momentos donde intercambiaban palabras y siempre terminaba molesto como si cualquier respuesta fuera incorrecta si la daba ella.
- Por supuesto que usted está bien. Molly Weasley no es rival para mí. Pero sí lo es para tí. Siempre fue excelente mostrando un "cariño" por las personas nacidas de muggles irreal. Es como cualquier sangre pura, solo que su marido realmente es afin a las curiosidades de su mundo y por lo tanto debió mostrarse mas abierta de lo que en realidad es.
-
- Debo disculparme con usted. No fui lo suficientemente firme en las represalias por su escandaloso ataque. - Quizás eran las primeras disculpas que había escuchado reales del hombre y no sabía porqué. Realmente no había mucho más que él pudiera haber hecho.
- Esta bien...
- No. No es aceptable. Usted es un bebé socialmente. Mi trabajo es literalmente no permitir que sea dañada. Lo cual permití con el señor Weasley y ahora con su madre.
- Estoy bien. - Aunque no lo estaba, no era culpa del hombre que ella hubiera confiado con su vida en personas peligrosas y desagradables. No sabía bien qué quería escuchar el hombre que ahora la miraba fijamente recordándole inquietantemente a Lucius Malfoy.
- No espero que usted lo entienda, ni mucho menos lo aprecie, pero aunque es evidente que casarme con usted no fue mi elección, sigue siendo un hecho. Usted tiene derecho al respeto propio de alguien de su posición. El Señor Oscuro quería a la ... amiga inteligente de Potter bajo control, pero también me quería a MI con alguna presión. - Ante la mirada atónita de la chica siguió con una risa burlona - No siento ningún afecto hacia usted como tampoco lo siente hacia mí, pero cualquier hombre sangre pura.
- Tiene sentido... nunca me sentí tan incluída como hicieron sentir a Harry... - Se quedaron en silencio varios minutos hasta que se atrevió a hacer la pregunta que tenía desde hacía meses. - Puedo preguntarle algo? - Esperó a que asintiera antes de seguir. - Usted tiene gran respeto por todas las costumbres de las personas sangre pura, sin embargo aceptó contraer matrimonio conmigo. Porqué lo arriesga todo por personas como yo? - Sinceramente pensó que él simplemente no respondería cuando dejó de mirarla fijamente y tomo otro sorbo de alcohol.
- No siento la necesidad de compartirle mis pensamientos Granger. Pero quizás le baste con saber que yo elijo seguir las costumbres pero no me considero con derecho a pretender que todos lo hagan o evitarle al mundo nuevas lineas mágicas. Mis compañeros Mortífago o simplemente los sangre pura más rígidos no entienden que cada cierto tiempo mezclar la sangre ayuda a evitar squibs. - Tenía sentido. Sabía que habría mucho más detrás de eso pero esas razones sabía que eran reales para él y tenia mucha lógica que aceptara, aunque de forma obligada, reproducirse con alguien como ella... sangre nueva.
- Entiendo. -
- Granger... - Se preguntaba si su mirada la paralizaria por siempre o si de más adulta dejaría de sentir ese miedo absoluto hacia él. - Por qué no te defendiste cuando te encontré en esa situación con Weasley. Por qué no intentaste evitar que te castigue... si yo no me hubiera dado cuenta solo... - la miró penetrantemente como para asegurarse de que la idea realmente llegue a su cerebro- Usted habría afrontado consecuencias muy desagradables en el corto y largo plazo. - Notó el miedo en la chica, pero la frustración por fin estaba saliendo después de que todo hubiera pasado ya. Ella estaba temblando al borde de las lágrimas pero no respondía. - Usted aún no es capaz de verlo porque no creció en nuestro mundo pero yo realmente soy infinitamente tolerante y permisivo; aún así debo admitir que en esa situación habría reaccionado como la gran mayoría. Entiendo que usted esperó que lo haga y aún así... no intentó protejerse de mí. - Era tan frustrante vivir con alguien que ni siquiera respondía a una pregunta directo. Decidió darle unos segundos antes de rendirse por completo a ma tener una conversación importante con quien lo acompañaría el resto de su vida.
- Creí que simplemente no me escucharía y se enfadaría más. - Vió como sacaba su mano del puente de su ganchuda nariz un poco perplejo. -
- Usted tiene derecho a ser escuchada, especialmente si corre riesgo.
- No sabia si usted me creería. Lo siento...Cuando me golpeó, pensé que tenía que estar en silencio. Que no tenía derecho a hablar.
- Señorita Granger soy doble agente, doy clases en una de las escuelas más prestigiosas del mundo, tengo numerosos negocios que requieren mi atención y usted se lleva el resto de mi tiempo aunque no lo crea. No puedo ver absolutamente todo ni saberlo si no habla. No voy a pedirle disculpas por un derecho que poseo y utilicé en un momento muy estresante, pero puede tener claro que siempre escucharé si me comunica que está en peligro, sea lo que sea que este haciendo. Es mi responsabilidad y aunque usted crea mi objetivo de vida es hacerla miserable, créame cuando le digo que no es así. - Sin decir más se paró para ir a pagar a la caja mientras ella se volvía a poner la capa abrigada y esperaba por él. Se había quedado pensando en sus palabras... palabras reales. Había sido un día extraño.
Cuando llegaron a sus aposentos en la escuela estaban agotados ambos. En silencio entraron al salón y vieron que sobre la mesa esperaba una carta del director. A pesar del cansancio el hombre se apresuró a tomarla. Aparentemente Dumbledore había solucionado todo porque Snape se fue sin dirigirle la palabra como era habitual presurosamente.
Tomaría un largo baño. La guerra, los Mortífagos, la Orden, su esposo e incluso Harry podrían esperar hasta el día siguiente. Estaba cansada de pensar, de esperar, de tener miedo. Estaba cansada de ser ella misma.
Por otro lado había quedado algo crucial gravado en su mente: Snape realmente la habría lastimado esa noche. Él habría ejercido violencia física sobre ella y había insinuado que no se hubiera detenido solo en ello. Qué tan peligroso era Severus Snape? Aún no tenía respuesta. Había esperado que el golpe hubiera sido una reacción inconsciente que no había podido controlar pero era ingenua, lo sabía. Él no hacía absolutamente nada sin algún nivel de control.
Quizás nunca se atrevería a decirle que sabía que él tenia encuentros con otra u otras mujeres. Lo había notado desde el primer momento. Se había sentido tentada a reclamarle pero siempre que sentía suficiente indignación para hacerlo, su miedo la detenía. Se sentiría ridícula pudiendo explicaciones de un hombre mayor...
Ahora sabía que eso era completamente normal, no quería escuchar una respuesta del estilo "Necesita entender su lugar, Señorita Granger"... hasta quizás fuera parte de alguna misión espía. Jamás lo sabría.
