Capítulo 11
George Wickham no estaba para nada contento porque la suerte no había estado de su parte. El viaje de Londres a Hertfordshire no había sido para nada cómodo en el carruaje que le prestó su padrino. Además, Caroline lo había alojado en una habitación muy pequeña que parecía casi la de un empleado. Pero lo que más lo tenía molesto fue descubrir que Charles había despedido al señor Holt sin siquiera consultarle. Él pensaba pedirle a Holt que le prestara dinero porque el dinero que le había dado el señor Darcy prácticamente se le había acabado.
Por su parte, William se había levantado temprano porque no había dormido bien. La noche anterior tuvo una serie de sueños que lo habían dejado muy inquieto. Desde pequeño, él siempre había tenido sueños recurrentes con una señora elegantemente vestida, muy pálida y de una voz muy suave que le leía cuentos mientras lo besaba en la mejilla. Él jamás le había visto el rostro, pero la noche anterior extrañamente, había confundido a la mujer de esos sueños con la señorita Darcy.
Pero a William no le gustaba perder su tiempo tratando de dilucidar el significado de todo eso. Él era un hombre práctico, tenía una vida plena, y ahora además había encontrado el amor y no pensaba arruinar su felicidad tratando de darle sentido a cosas que probablemente nunca lograría comprender. Por eso, él nunca le había contado a nadie sobre sus sueños, ni siquiera a sus padres porque no deseaba preocuparlos por asuntos sin importancia.
Después de desayunar con Bingley, ellos se fueron al estudio porque William necesitaba explicarle todo lo que había descubierto investigando los mapas y los contratos. Pero el señor Bingley casi no podía concentrarse porque se había ido a acostar muy tarde por lo que William tuvo que escribirle en un documento todas sus conclusiones para que lo leyera y lo compartiera con su procurador. El señor Bingley prometió que los estudiaría más tarde porque tenía que revisar las últimas cosas relacionadas con la boda. William sintió que había hecho todo lo que podía, y por esa razón se dedicó a contestar algunas cartas relacionadas con sus negocios. Él había descuidado sus propios asuntos por ayudar a Bingley.
Para agradecerle a William por toda su ayuda, el señor Bingley le había pedido a la ama de llaves que le ayudara a preparar un almuerzo especial en honor de su nuevo mejor amigo. Además, él invitó a Violet y Elizabeth para que William pudiera estar con su familia y se sintiera más cómodo. Él sabía que no podía contar cos sus hermanas para aquello, por eso prefirió entenderse con la señora Morris.
Después de conversar con William, el señor Bingley decidió sentarse en su escritorio y escribirle a tía Henrietta para contarle todos los detalles de la boda. Ella le había dicho que no podría asistir a su boda porque estaba un poco enferma y el viaje era demasiado largo. Pero la realidad era que no deseaba tener que toparse a Caroline porque la última vez que se vieron hubo una gran pelea entre ellas, pero tía Henrietta prefirió no contarle a su sobrino. Charles era muy cercano a su tía y por eso viajaba todos los años a verla. Desde que sus padres murieron, ella había sido su único gran apoyo y su mejor consejera.
William había terminado de contestar todas sus cartas y estaba leyendo el periódico cuando Wickham entró al estudio visiblemente molesto. Él no notó que el señor Bingley estaba acompañado porque William se había sentado en la esquina opuesta donde estaba el escritorio en el que el señor Bingley estaba escribiendo.
"Bingley, ¿qué pasó con Holt? No puedo creer que lo hayas despedido de un día para otro y sin avisarme. No tienes idea lo mucho que me costó convencerlo que trabajara para ti porque tenía muchas ofertas mejores que esta." El señor Wickham no paró de hablar por varios minutos porque deseaba hacer sentir culpable al señor Bingley. "Creo que lo menos que deberías hacer por él es pagarle una indemnización. Yo pienso ir a visitarlo en unos días más para disculparme y si quieres, puedo llevarle el dinero."
"Wickham, lo siento por el señor Holt pero él no estaba haciendo su trabajo cómo correspondía." El señor Bingley estaba un poco afligido porque no le gustaban las peleas o las discusiones.
Desde la esquina donde estaba sentado, William había dejado de leer el periódico y estaba prestando atención a la conversación. A él le asombró mucho descubrir que el amigo de Bingley era aquel hombre que había estado importunando a Elizabeth en Londres unas semanas atrás. En el momento que lo vió le provocó mucha desconfianza, pero después de escucharlo hablar, William estaba convencido que era un sinvergüenza de marca mayor.
"Bingley, ¿me puedes explicar por qué lo despediste? Porque no creo que hayas tomado esa decisión solo."
"Bueno, no, mi amigo Dalton me recomendó que…"
"¿Quién?"
William se puso de pie y dijo, "Yo fui quien le recomendé que despidiera a Holt."
Wickham se volteó y vio que el amigo de Elizabeth Bennet lo miraba de manera desafiante. "No sabía que conocías a Bingley, Dalton."
"William Dalton es el prometido de Elizabeth Bennet, la hermana de mi futura esposa. Imagino que la recuerdas."
"Claro que sí, una mujer como la señorita Elizabeth es muy difícil de olvidar. Además, los meses que pasé aquí, ella y yo mantuvimos una amistad muy cercana," dijo Wickham mirando con una risa burlona a Dalton. Él se dio cuenta que sus palabras habían tenido el efecto deseado y le divirtió ver la ira y celos reflejados en los ojos de aquel hombre tan severo.
"Bingley, creo que iré a caminar antes de que mi madre y Elizabeth lleguen," dijo William porque no deseaba tener que soportar a ese hombre tan desagradable por ni un minuto más. Además, si volvía hablar de Elizabeth en ese tono, él no estaba seguro de poder controlarse.
"Antes que te vayas, Dalton. ¿Me podrías explicar por qué diablos interferiste en los asuntos de Bingley? ¿Qué sabes tú de administrar una hacienda?" Wickham estaba furioso y no pensaba dejar ir a William antes que le diera una explicación.
"Yo no interferí en los asuntos de nadie, Bingley me pidió ayuda y consejo y yo se los di. Además, yo no tengo porqué darte explicaciones de nada," replicó William sorprendido por la audacia de ese hombre.
"Entonces reconoces que no tenías ninguna razón para exigirle a Bingley que despidiera a Holt." Wickham estaba furioso porque se había quedado sin dinero por culpa de William.
"¿Tienes problemas para escuchar o de entendimiento? Yo no le exigí nada a Bingley, sólo le sugerí que contratara un administrador que hiciera su trabajo. No hay que ser experto en el manejo de una hacienda para saber que un hombre que no actualiza los libros de contabilidad periódicamente, que supervisa las siembras y cosechas y que está más preocupado de beber brandy que de trabajar, no es alguien que no es apto para el trabajo."
"Wickham, Dalton tiene razón. El señor Holt descuidó gravemente sus obligaciones y no me quedó otra que despedirlo. Mi procurador está entrevistando candidatos para el puesto, y la próxima semana se encargará de comience a hacer su trabajo. Así que te voy a pedir que no le digas nada más a mi futuro cuñado porque él me dio el consejo correcto y yo tomé la decisión de despedirlo."
Wickham sabía que había perdido esa batalla pero no quiso admitir que estaba equivocado. "Estoy muy sorprendido de todo lo que me has contado, Holt nunca ha sido un hombre perezoso."
"Tal vez ese tal Holt no sea perezoso, pero tú sí lo eres Wickham y no lo puedes negar, Wickham. Siempre te ha gustado la vida fácil y tener amigos a quienes engañar y sacar ventajas de ellos. Dalton, no le creas ni una palabra a este sinvergüenza o en un mes más lo tendrás contandote alguna triste historia para pedirte dinero," dijo Richard y miró a Wickham con desprecio.
"Fitzwilliam, no es mi culpa que el señor Darcy me quiera más a mí que a ti. No seas tan amargado que se nota demasiado la envidia que me tienes," replicó Wickham indignado.
"Dalton, tu madre, Jane y Lizzy debe estar por llegar, ¿qué te parece si las vamos a esperar?" dijo el señor Bingley para evitar que la pelea entre sus dos amigos siguiera escalando.
El señor Wickham se retiró del estudio enojado y preocupado. Él había planeado pedirle dinero al señor Bingley pero con esos dos hombres en Netherfield iba a ser mucho más difícil conseguirlo.
"Lo siento, Bingley, Dalton, no quise generar discordia. Pero ese desgraciado siempre me saca de quicio."
"Por mí no te preocupes, he visto a ese hombre dos veces y estoy seguro de que todo lo que has dicho de él es cierto," replicó William.
Para pasar el mal rato, los tres amigos fueron a caminar por el jardín para hablar de cosas más agradables y esperar a las invitadas que llegarían en cualquier momento.
P&P
Georgina estaba feliz de estar con Caroline y Louisa porque sabía que era la mejor forma de mantener a George Wickham lejos de ella. Aunque las hermanas del señor Bingley eran muy amables con ella, a Georgiana no le gustaba la manera en que hablaban de otras personas, pero eso era preferible a tener que lidiar con las indeseadas atenciones del ahijado de su padre.
"Mi querida Georgiana, no sabes lo feliz que estamos de que hayas venido a la boda de nuestro hermano," dijo Louisa con voz melosa.
"Además queremos pedirte disculpas por tener que forzarte a convivir con personas tan… tan diferentes a nosotros. Pero ya sabes que Charles es un hombre muy generoso y se enamoró de una mujer de una familia muy por debajo de nuestro estatus social." Caroline le contó a Georgiana un poco más de Jane, y pese a que intentó ser cauta, igual terminó hablando más de la cuenta y venteando todo su odio por la familia de su cuñada.
"Lo importante es que el señor Bingley quiere mucho a su futura esposa y estoy segura que ella lo debe querer mucho a él porque es un hombre bueno y generoso." Georgiana se sentía muy incómoda porque ella prefería no tener que hablar mal de nadie y menos de gente que no conocía.
Veinte minutos más tarde, Jane llegó con Elizabeth y Violet a Netherfield. En el camino de Longbourn hasta allí, Jane prácticamente no dijo nada pese a que Violet y Elizabeth intentaron incorporarla a la conversación, pero Jane no sentía ganas de conversar con nadie. Ella estaba nerviosa y preocupada por todos los cambios que muy pronto se iniciarían en su vida. Además, ella había notado el impacto positivo de la futura suegra de Elizabeth en su madre y hermanas menores y no comprendía por qué le desagradaba tanto.
Como era de esperar, Caroline le presentó a Georgiana a Jane y sus acompañantes de una forma muy desdeñosa que hizo sentir a todos muy incómodos. Incluso Louisa pensó que su hermana había sido más grosera de lo necesario. Después de las respectivas presentaciones, las hermanas Bingley ignoraron a Jane, Elizabeth y Violet como si no existieran.
Para evitar la incómoda situación, Elizabeth se excusó diciendo que deseaba caminar un rato por el jardín e invitó a Violet. Georgiana aprovechó la ocasión y les pidió permiso para acompañarlas porque ella se sentía muy incómoda con la tensa situación.
A Caroline no le gustó para nada que la señorita Darcy hubiera preferido la compañía de Eliza Bennet, pero en ese momento ellas tenían cosas más urgentes que hacer.
"Querida Jane, creo que hay cosas que debes saber como la futura esposa de nuestro hermano," dijo Louisa mirando a su hermana para que ella continuara.
"El prometido de Eliza llegó a esta casa dando órdenes y tomando decisiones abruptas. Ya sabes lo buena persona que es Charles y por eso mismo muchos se aprovechan de él. Imagínate que al segundo día de estar en esta casa, Dalton engatusó a Charles para que le dejara ver los libros de contabilidad y todos los documentos importantes. No sé, Jane, pero no confío en ese hombre y necesitamos tu ayuda para protegerlo de él. Y si crees que estamos exagerando, puedes preguntarle a Charle si es o no verdad. Por supuesto, él te dirá que ese hombre lo estaba ayudando o algo por el estilo porque ya sabes como es él." Caroline le explicó por varios minutos a Jane que era deber como la futura señora Bingley aconsejar a su esposo y ayudarlo a tomar buenas decisiones.
"Entiendo, y les doy las gracias por confiar en mí," dijo Jane. Ella recordó que Violet también había comenzado a influir en las decisiones de su casa y eso la hizo sospechar más aún.
"Seguramente Dalton piensa que puede manejar a Charles como Eliza siempre lo ha hecho contigo, mi querida Jane," agregó Louisa para hacer dudar mucho más a Jane.
"¿Y cómo creen ustedes que puedo proteger a mi marido de ese hombre o personas como él?" preguntó Jane impulsivamente.
Caroline y Louisa se miraron fijamente y se alegraron. Habían logrado lo que deseaban y tenían a su presa donde querían.
"Lo que te vamos a decir es un poco duro, querida Jane, y muy difícil. Lo sabemos por experiencia propia porque es lo que tuvimos que hacer nosotros con parte de nuestra familia," dijo Louisa.
Caroline se sentó al lado de Jane, le tomó la mano y concluyó. "Debes asegurarte de mantener a toda esa gente lo más lejos posible de Charles. Jane, tú serás una Bingley y nosotros seremos tu nueva familia."
"Entiendo," replicó Jane y se quedó en silencio y muy pensativa.
Caroline y Louisa aprovecharon para seguir despotricando en contra de los Bennet mencionando cada uno de sus defectos y exagerando al máximo las virtudes de una vida sin ellos presente.
Mientras tanto en el jardín la conversación era mucho más agradable y entretenida. Elizabeth y Violet le habían contado a Georgiana quienes eran ellas y por qué habían venido a almorzar a Netherfield. Sin duda alguna, ellas pensaron que Georgiana debía estar confundida después de ver como Caroline y Louisa las trataron.
"Ayer conocí a su hijo, señora Dalton, y su prometido, señorita Elizabeth. Aunque debo decir que ya lo conocía un poco porque mi primo me había hablado de él," explicó Georgiana.
"El mundo es mucho más pequeño de lo que pensamos, señorita Darcy. Efectivamente, tu primo es uno de los buenos amigos que mi William ha hecho en Londres," dijo la señora Dalton sonriendo amablemente.
"Richard también estima mucho a su hijo, señora Dalton. Dice que es un hombre muy inteligente y trabajador y que gracias a sus consejos y negocios le permitirá retirarse confortablemente cuando termine su carrera militar."
"Señorita Darcy, le puedo asegurar que mi prometido es un hombre muy trabajador y dispuesto a ayudar a los demás," agregó Elizabeth con orgullo. "Aunque creo que a veces es demasiado serio para ser tan joven," añadió Elizabeth bromeando.
"Lizzy, debo decirte que cada vez que veo a mi hijo a tu lado está sonriendo felizmente y no es para nada un hombre serio, como tú dices," complementó Violet y no pudo evitar reírse cuando vio a Elizabeth ruborizarse.
"¿Usted y su novio piensan casarse pronto, señorita Elizabeth?" preguntó Georgina. "Lo siento, no quise ser indiscreta."
"No es indiscreta, señorita Darcy. Con mi prometido decidimos que fijaríamos la fecha de nuestra boda después del casamiento de mi hermana. Mi familia es un poco caótica, señorita Darcy, y no puede enfrentar dos eventos así de importantes simultáneamente."
Elizabeth le contó un poco a Georgiana sobre sus hermanas y la vida en Longbourn de una forma muy graciosa por lo que ella no paraba de reír. Ella estaba muy contenta de haber conocido gente tan agradable y pensó que la boda del señor Bingley sería un evento mucho más divertido de lo que había pensado en un principio.
"Entonces, señorita Elizabeth, cuando usted se case, ¿vivirás en Londres?" preguntó Georgiana curiosa.
"Por lo menos por un año más, después es posible que nos mudemos a Manchester y viajemos a Londres de vez en cuando," explicó Elizabeth.
"Qué bien, eso quiere decir que tal vez podamos visitarnos… lo siento, no quise forzar…"
"Por supuesto que podremos vernos, si usted quiere. Yo no tengo amigas en Londres y voy a necesitar alguien que me enseñe cómo funciona la ciudad. Te prometo que no soy tan terrible como insinuaron las cuñadas de mi hermana Jane," dijo Elizabeth riendo.
"Pero yo nunca creí eso, por favor no pienses que soy así," dijo Georgiana visiblemente preocupada.
"Mi querida señorita Darcy, una de las cosas que debes aprender de Lizzy, es que le encanta bromear. No le hagas caso por favor," dijo le guiño a Georgiana y ella se tranquilizó.
Georgiana les contó un poco más de su vida, que vivía con su padre parte del año en Derbyshire y otra en Londres pero que por el momento ellos no podrían retornar a la hacienda de su padre porque él se estaba recuperando de un gripe muy rebelde. Violet le contó que ella conocía Pemberley porque su familia era originaria de Lambton y que tenía bellos recuerdos de esa área.
La conversación era tan interesante y entretenida, que Violet caminó por casi una hora alrededor de los jardines con Georgiana tomada de su brazo derecho y Elizabeth de su brazo izquierdo.
Desde uno de los ventanales de la sala de estar, Jane observaba a Elizabeth sonriendo mientras su futura suegra le conversaba con aprecio y afecto. Mientras ella estaba en aquel lugar escuchando a las hermanas de su prometido hablar en contra de su familia y de todo lo que ella representaba. Desde que eran pequeñas, todos siempre decían que ella era la más bonita, la mejor comportada y la niña ideal. Pero a los pocos minutos, todos se olvidaban de eso y preferían pasar tiempo con Elizabeth. Lizzy sabía cómo hacer reír y mantener a todos entretenidos, mientras ella sólo sabía sonreír.
Cuando Jane sentía que finalmente había logrado algo para ganarse el respeto de todos, Elizabeth tenía que estropearlo. Jane sentía que con su belleza y dulzura había logrado que un hombre rico le propusiera matrimonio y de esa forma lograr cumplir el sueño de su madre. Ella sería la salvadora de la familia y sin importar cuán encantadora fuera Elizabeth, sería ella quien protegería a sus hermanas y a su madre el día que el señor Bennet falleciera.
Pero ahora, Elizabeth también se casaría con un hombre rico y exitoso, que además tenía una madre encantadora que estaba dispuesta a ayudar a la familia Bennet para que su futura hija fuera feliz. Violet Dalton no le había pedido a Elizabeth que mantuviera a su familia lo más alejada posible de ellos sino todo lo contrario.
"Jane, querida, estás tan silenciosa. ¿Te sientes bien?" preguntó Louisa. Jane llevaba varios minutos mirando por la ventana como ausente.
"Estoy muy bien, Louisa, gracias por preguntar. Sólo estaba pensando en todo lo que me han dicho, eso es todo."
"¿Y has llegado a alguna conclusión?" preguntaron Caroline y Louisa.
"Sí, he decidido seguir vuestros consejos y proteger a mi futura familia de personas que no aportan y sólo quieren tomar ventajas de nosotros," replicó Jane.
"Excelente conclusión. Por favor no tengas ninguna duda de que estás haciendo lo correcto, Jane."
"Lo sé, Caroline," replicó Jane un poco nerviosa.
Ella siguió mirando por la ventana segura de que había tomado la decisión correcta. Si Elizabeth era a la que todos tanto admiraban, que fuera ella, su perfecto prometido y su adorable suegra los que se hicieran cargo de los Bennet. En dos días más ella dejaría de ser una Bennet y su familia sería la familia Bingley.
P&P
Gracias a todos los que dejan comentarios de apoyo y siguen la historia con entusiasmo.
Les quiero aclarar que esta no es una Jane mala sino una Jane confundida que tendrá que descubrir muchas cosas para ver "la realidad."
En el próximo capítulo será la boda de Jane y ocurrirán varios eventos interesantes. Después de eso, habrá un capítulo más y terminaremos la primera parte de la historia.
Si no es mucho pedirles, ¿me pueden decir qué les ha parecido la historia? ¿No les molesta que Jane no sea tan perfecta?
¡Nos vemos pronto!
Saludos,
Yo
