Darcy empalideció al leer la carta, le costaba creer lo que decía; Sabía que Elizabeth no era el tipo de mujer que jugaba con los sentimientos de un caballero. ¿Qué había pasado en los últimos días para que ella cambiara de idea? ¿Acaso ella pensaba que solo con decirle Lo libero de nuestro compromiso, él iba a dejar las cosas así? ¡No, no iba permitir que eso pasara!
Estaba mucho mejor de su tobillo, aunque todavía sentía cierta molestia al caminar. Pero no iba a esperar una semana más para viajar a Londres, ¡eso era inaceptable!
Enseguida dio órdenes que prepararen su carruaje – el mejor de ellos ya estaba camino a Londres – y esa misma tarde salió hacia Londres.
En el camino iba pensando en los posibles motivos por los cuales Elizabeth ya no quería casarse con él, y varias cosas vinieron a su mente: la Sra. Smith y sus comentarios insinuando que tenían un pasado, su relación con Lady Maria, su 'hija', y otras cosas más. ¿Acaso los Matlock habían dicho o hecho algo que disgustó a Elizabeth? Lo que fuera que había pasado o había escuchado, iba a defenderse e iba a decirle toda la verdad.
Afortunadamente no tuvo ningún contratiempo durante el largo viaje. El carruaje era cómodo y si bien no mejoró su tobillo en esos días, tampoco empeoró.
Al llegar a Londres, fue enseguida a la casa de Elizabeth, y se encontró que ella se había ido a Ramsgate. A pesar de sus preguntas, la Sra. Barton se negó a hablar de los motivos de Elizabeth para mandar dicha carta, pero le facilitó la dirección de la Sra. Maxwell.
Pocas horas después salió hacia Ramsgate. En el camino pensó seriamente en el consejo que le dio la Sra. Barton al despedirse.
"Sr. Darcy, solo voy a darle este consejo, la sinceridad y confianza en un matrimonio son aún más importantes que el amor…"
Al día siguiente fue a casa de los Maxwell, pero Elizabeth no estaba allí. La Sra. Maxwell estaba excitada por su visita, y lo invitó a que tomara el té con ella mientras esperaba a Elizabeth. A pesar que a su gusto la dama era demasiado curiosa y conversadora – y hablaba de personas que él no conocía – reconocía que tenía muy buen corazón y se preocupaba por Elizabeth.
Una hora más tarde, sintieron el ruido de un carruaje. La Sra. Maxwell se levantó agitada y le dijo que seguramente era Elizabeth…
Unos pocos minutos después, al fin entró Elizabeth a la habitación. Darcy la miró intensamente, y notó que estaba pálida, había adelgazado, y se notaba que había estado llorando. La Sra. Maxwell después de hacer un comentario sobre la bonita que hacían, los dejó solos para que pudieran saludarse adecuadamente.
Los dos quedaron mirándose en silencio, hasta que finalmente Darcy habló….
"Elizabeth, antes de pedirte que me des una explicación por la última carta que me enviaste, ¿quisiera ir a un lugar donde podamos hablar completamente en privado?"
Elizabeth respiró hondo y asintió, "Estoy de acuerdo Sr. Darcy. ¿puede caminar?"
Darcy asintió, "Si, pero si es muy lejos, prefiero ir en carruaje"
"Es menos de cuarta milla..."
Ambos se fueron caminando a una pequeña casita que no se usaba desde que la hija de la Sra. Maxwell era niña. Durante el camino, los dos iban absortos en sus pensamientos, y ninguno de los dos habló.
Enseguida que llegaron, Darcy fue el primero en hablar…
"Elizabeth, ¿podrías explicarme porque quieres liberarme del compromiso?"
Elizabeth lo miró fijamente, comprobó que Darcy estaba pálido y parecía que hacía días que no dormía bien. Respiró hondo y respondió, "Tengo muchas dudas, y me precipite en aceptar tu propuesta."
"¿Te precipitaste? ¿Qué dudas tienes? Por favor, dime."
"Tengo dudas de tu carácter." Lo miró a los ojos, "Por favor dime la verdad, ¿Cuál es tu relación con la Sra. Smith?"
Darcy empalideció aún más al escuchar el nombre de esa mujer y por unos segundos no contestó. Elizabeth bajó la cabeza y entendió ese silencio como una afirmación de lo que la Sra. Smith le había dicho, y trató de salir de la habitación. No quería llorar delante del Sr. Darcy.
Darcy la tomó del brazo para impedir que se fuera, y le dijo con determinación, "por favor antes de sacar conclusiones que pueden ser erróneas, ¿me harías el honor de escucharme?"
