Hola! tanto tiempo! lamento haber dejado un poco esta historia, es que tengo mucho más avanzado en una carpeta, escrita a mano, y no tuve tiempo de pasarla a la PC, pero logré pasar otro capítulo.

Muchas gracias a todos los que lo leen y los que dejan RR! se los agradezco mucho:)

Ahora, me preguntaron cómo es que Harry llegó a tener el medallón, no? bueno, recuerden que cuando Vicky se enojó y lanzó el medallón, Harry lo tomó, y allí se lo quedó él, no se lo devolvió a Vicky :)

Ahora, el capítulo 11!


Capítulo XI

"el Harry falso"

Habían estado por lo menos tres horas buscando algo extraño en la sala doce de la torre norte, pero no encontraban nada.

-Esto me está cansando.- dijo Victoria mientras se dejaba caer en una silla. Al apoyarse escuchó un sonido extraño, como una madera que está floja. Corrió la silla y sacó el tapete que cubría ese trozo de suelo. Luego sacó la madera floja y encontró un hueco que parecía no tener fin, pero por ella no cabía. – Harry, mira esto.

Ambos sacaron las tablas de alrededor y se encontraron con que el hueco era mucho más grande, ahora si que cabían. Se lanzaron por él y cayeron en una habitación con solo tres estatuas en el centro. Las estatuas eran idénticas excepto por la expresión en el rostro. Una tenía una expresión de miedo, otro estaba triste y un último no tenía rostro.

-¿Porqué esta no tendrá rostro? – preguntó Vicky

-No lo sé. Por algo será.

Vicky se acercó a la que no tenía rostro y la examinó. Detrás de la cabeza encontró un botón y cuando lo presionó, a esta estatua le apareció un rostro feliz.

Harry fue donde su amiga estaba y cuando llegó a su lado, la pared que estaba detrás de ellos se hizo a un lado para dejar al descubierto un gran pasillo. Fueron hacia allí y apenas entraron la pared se cerró. Las cuatro paredes se les hacercaban. Si no hacian nada, pronto quedarían aplastados. Miraron hacia todos lados. Harry que estaba caminando hacia atrás, pisó una baldoza que hizo ruido y las paredes se detuvieron. El techo se abrió. Harry ayudó a subir a Vicky y viceversa.

Se encontraron en un ático. Lleno de polvo y telarañas. Allí había centenares de cajas y baúles. Vicky se acercó a uno y lo abrió. Encontró ropa vieja y llena de polvo. Harry abrió una caja y se encontró con pelucas de todo tamaño y color.

Siguieron adelante hasta una puerta de metal que enseguida dijo:

-¿Quién anda ahí?

-Ehh... Victoria...y...Harry

-¡Ah! conque unos chicos entrometidos¿eh¡pues no pasarán por aquí!

-¿que haremos ahora? - preguntó Vicky a su amigo

-No quiero entrometerme, pero...¿puedo darles un consejo? - preguntó la puerta

-¡NO! - gritaron al únisono los amigos

Harry miró a su alrededor.

-Oye, puerta¿puedes ver que estamos haciendo o donde estamos parados?

-¿Qué crees, que soy una puerta con ojos?

-Tengo una idea, sígueme el juego. - le dijo en un murmullo a Vicky.- Está bien, no puedo contra esta puerta tan inteligente. - miró a Vicky y le hizo una seña

-¡Oh¡yo tampoco! - contestó ésta

-Vámos de aqui, entonces- dijo Harry e hizo sonido de pasos. - no hagas ruido durante un rato - le dijo a su amiga en silencio

Luego de unos minutos, Harry se aclaró la garganta.

-¿Quien es? - preguntó la puerta

-Albus Dumbledore¿puedo pasar? - dijo el morocho agrandando su voz.

La puerta se abrió y los chicos pasaron.

-¡Gracias! - gritó Harry

-¡OYE! - gruñó la puerta al averiguar que eran ellos.

Los chicos corrieron y se detuvieron al entrar en un lugar que tenía dos rampas al costado que bajaban hacia ellos. Caminaron hacia adelante. De pronto, en el piso, se abre un hueco y Harry cae.

-¡Harry! - grita Vicky, pero su amigo había desaparecido. Esquiva el agujero y sigue caminando. Durante un tiempo, estuvo todo callado, pero luego escuchó un "click" y distingue a los lejos una roca que rodaba hacia ella. Comienza a correr lo más rápido que puede, pero la roca ya estaba muy cerca. Estaba por pasar por debajo de un arco cuando una mano la jaló hacia arriba del dicho arco.

Cuando la roca hubo pasado el arco, Vicky vió quien la había jalado hacia arriba...

-¿Harry¿eres tú? - preguntó un poco confusa

-Si, pero no hay tiempo de hablar, hay que salir de aqui.

Se bajaron del arco y caminaron sin hablar con Harry al frente. Vicky le veía algo un poco extraño a su amigo, pero no dijo nada, prefería hablarlo una vez fuera de ese lugar.

Luego de un rato, en donde estaba Harry, del piso surgieron unos pinchos de metal. Por desgracia, dos encontraron a Harry. Se clavaron en él y lo dejaron, lo que parecía, sin vida.

Vicky no tenia lagrimas para llorar. Sin quitarle la vista de encima a Harry caminó hacia atrás y en un instante giró y comenzó a correr. Corrió sin parar y sin ver por donde iba. Luego de correr mucho, paró y miró a su alrededor. Estaba en una habitación muy amplia con peceras en las paredes y dentro de ellas había peces de colores.

Vicky, mientras miraba una pecera, escuchó que una puerta se abría con un chirrido y cuando giró encontró a un chico de cabello negro azabache que caminaba hacia atrás. Victoria se le acercó y le tocó el hombro. El chico se sobresaltó y giró. Fue entonces cuando se encontró con esos ojos verde esmeralda….

-¿Harry¿Cómo puedes estar vivo después de eso?

-¿De que estás hablando?

-De lo que pasó después de que me salvaste de esa roca.

-Yo no te salvé de ninguna roca, Vicky.

Victoria no lo podía creer…¿no había sido Harry, entonces…¿Quién fue?

Harry estaba preocupado por su amiga.

-¿Estas bien?

-Si, si…no te preocupes – le esbozó una débil sonrisa.

-Bien, entonces sigamos. –

Harry caminó, pero se dio cuenta de que su amiga no lo seguía. Se giró hacia Vicky.

-Qué pasa?

-Si no eras tu, debió ser alguien más, pero era idéntico a ti.-

-De acuerdo, te demostraré que no hay un doble mío, llévame a ese lugar.

Vicky guió a Harry todo el camino, pero no encontraron a ningún doble de Harry, bueno, a ninguna persona más.

Luego de eso, siguieron su camino para salir de allí. En una habitación, a Harry le comenzó a doler la cicatriz. En unos segundos después, se encontraban bajo una jaula que les había caído encima. Todo se cubrió de niebla y aparecieron 20 personas encapuchadas.

-Harry Potter – dijo un encapuchado que se había adelantado a los demás – cuando fue la última vez que nos encontramos? Ah, cómo olvidarlo! En el expreso de Hogwarts, cuando tu maldita amiga sangre impura me lanzó por la ventana…- su voz sonaba fría y al hablar arrastraba las palabras.

-No le digas así a Hermione, ella es mucho más inteligente que tú! – gritó Harry, tomándose de los barrotes de la jaula.

-Y cómo se llama esa chiquilla que está contigo? – continuó Voldemort sin darle importancia a lo que Harry había articulado.

-La DUEÑA de una de las partes del medallón? – exclamó el morocho.

Voldemort aplaudió una vez y uno de los mortifagos le entregó algo.

-Ves esto? Esto es tu perdición –

-La parte de oro del medallón! – gritó Vicky

-Si, así es. Más vale que me entreguen las otras partes. – contestó

-O si no….- dijo Harry

-O sino, te torturaré hasta que mueras

-NUNCA TE ENTREGARÉ EL MEDALLÓN! – gritó Harry y se giró hacia Vicky.

Voldemort tomó, entre los barrotes, a Harry por el cuello y dijo:

-Dámelo, pequeña, o tu amigo no sobrevivirá.

Vicky no sabía qué hacer. Miró a Harry, quien, entrecortadamente, le decía que no se lo entregase. Pudo ver como Harry, poco a poco, se iba debilitando, no soportaría mucho tiempo. Lentamente dejó la parte fusionada del medallón a los pies de Voldemort, quien soltó a Harry.

Harry cayó al suelo boca abajo y no se preocupó por levantarse, estaba muy débil como para hacerlo.

Voldemort tomó el medallón y dijo: - por fin! – lo besó una vez y lo alzó por sobre su cabeza – Ahora pueden irse.

-Pero…señor…no…no deberíamos dejarlos ir – exclamó un mortífago.

Voldemort lo miró desafiante.

-Quién manda aquí? – le respondió

-U..u…usted, maestro –

-Y quién da las ordenes?

-U..usted

-Entonces…NO TE ATREVAS A DESAFIARME OTRA VEZ, ENTENDIDO?

El mortífago cayó.

-Ahora, déjenlos ir.

Todos los mortífagos comenzaron a decir algo y Vicky y Harry fueron transportados al bosque prohibido.

Rápidamente, vieron como la profesora Mc Gonagall se les acercó.

-Donde estaban? – gritó desesperada la profesora

-Fuimos a buscar la tercera parte del medallón de Rowena – sentenció Harry

-Pero…cómo? El director les dijo que no se metieran con eso! – exclamó Mc Gonagall

-Lo sentimos – dijeron al unísono

-No les pasó nada, están bien?- preguntó la profesora

-No, para nada.

-Menos mal, entonces no hay nada por lo que preocuparse.

-Claro que lo hay, profesora – dijo Harry – Voldemort consiguió el medallón.

Los ojos de la profesora Mc Gonagall eran tan grandes que se desorbitaban.