II.- ¿Heero?

-¿Qué quieres decir con que no recuerda nada?- dijo Quatre en la habitación de Duo, donde los tres pilotos escuchaban a Trowa, que acababa de hablar con el médico.

-Pues eso... no recuerda su nombre, edad, procedencia... y menos aún a lo que se dedica o quiénes somos nosotros, aunque... por lo visto no deja de preguntar por el muchacho de los ojos violetas-.

Seis ojos se clavaron en Duo, que yacía en la cama con la vista baja. Éste tuvo que usar todo su autocontrol para no temblar de la emoción, así que sólo se encogió de hombros.

-Eso no quiere decir nada- se oyó decir con una voz tan serena que incluso él mismo se sorprendió, midió las palabras más para sí mismo que para sus compañeros - Fui lo primero que vio al despertase, así que supongo que es normal que me haya quedado grabado en su mente... Además- su boca se torció en una sonrisa burlona -si me recordara no me habría llamado con esas palabras... Un "dónde está ese baka trenzado" sería más normal -añadió imitando la voz de Heero. Los otros tres pilotos se miraron y no tuvieron más remedio que sonreír y cabecear en afirmación.

-¿Es posible que esté fingiendo?- preguntó Wu Fei. Trowa negó con la cabeza.

-No creo. Conseguí quedarme a solas con él un momento y no dio signo alguno de conocerme- contestó mirando a Duo, quien se limitó a sostener su mirada.

Durante un momento nadie dijo nada, asimilando la información recibida, hasta que Trowa carraspeó. -Bueno, hay, ejem, algo más- el piloto de Heavyarms pareció de repente confundido -Heero está actuando de una forma... digamos extraña desde que despertó-.

-¿Qué significa eso de extraña?- demandó Quatre. Trowa volvió a carraspear.

-Significa que lo primero que hizo al verme fue sonreír y saludarme... en el minuto que estuve con él no paró de hablar, y en un momento incluso se puso a reír. Eso significa-.

Tres pares de bocas se abrieron hasta casi tocar el suelo. ¿Heero, su Heero, el frío y antisocial Heero Yuy...Charlando? ¿Saludando? Por todos los santos, ¿¿¿Riéndose? ¡¡Venga ya, imposible! Wu Fei incluso miró a Trowa como si éste hubiese perdido el juicio. El pobre muchacho se revolvió incómodo.

-Eh... bueno, y... ¿Y qué opinan los médicos de... bueno, de "eso"?- dijo el piloto de Sandrock cuando la sorpresa le dejó hablar.

-Los médicos aún no se creen que no haya quedado como un vegetal con el trauma que tuvo, así que menos aún podrán explicar esto- contestó el piloto más alto. Todos volvieron a mirar a Duo, quien sólo miraba al techo, pensativo -Creen que tiene relación con la amnesia y opinan que es un...ejem...cambio temporal, pero no están seguros de nada-.

-Entonces, ¿qué hacemos nosotros ahora?- preguntó Quatre.

-Vosotros tres deberíais seguir con las operaciones- intervino Duo -Oz y todos los demás se fortalecerán si ahora dejamos de atacarles. No podemos quedarnos de brazos cruzados, ya hemos perdido suficiente tiempo-.

-Estoy de acuerdo- concedió Trowa -Duo, lo he arreglado para que mañana trasladen a Heero a esta habitación... tú aún tienes para una temporada hasta que se arreglen la cadera y la pierna, quédate con él y averigua si es verdad que no nos recuerda...después ya veremos lo que haremos. No estamos en condiciones de perder un Gundam, pero en su estado no podrá seguir pilotando el Wing Zero. ¿De acuerdo?

-Ok- El corazón de Duo amenazó de nuevo con desbocarse. Por supuesto que haré lo que Trowa dice...pensó,pero también quiero saber si realmente escuchó algo. Y por lo que respecta al "nuevo" Heero...quien sabe, a lo mejor tengo más posibilidades con él, por que con el antiguo no tenía ni una.

-¡Hey, hola! De modo que tú eres mi compañero de cuarto, ¿no? Qué bien, ya me preguntaba donde estarías, no te había vuelto a ver desde que me desperté, creía que te habían dado el alta o algo así... me alegro de que compartamos habitación. ¿Qué te ha pasado en la pierna, es grave?-.

Una enorme gota de sudor corrió por la frente de Duo. No sabía lo que le asombraba más, si el hecho de que Heero hubiera soltado de un tirón una parrafada que ni siquiera él podría decir de una sola vez... o la enorme sonrisa que adornaba su rostro mientras lo decía (N.A.: ¿no os recuerda a una película de terror? ··'')

-Eh... no, no es grave, en un par de semanas me podré poner en pie. ¿Y tú cómo estás?

-Mucho mejor, gracias. Los médicos aún me quieren hacer alguna prueba, pero dicen que estaré bien pronto y que lo de la memoria sólo es algo temporal... así que en cuanto empiecen a regresarme los recuerdos estaré curado jejeje-.

-Eh... me alegro- respondió Duo, aún con cara de sorpresa.

Quatre, sentado junto a ellos, intentaba con esfuerzo contener la risa. Parecía que los dos pilotos hubieran intercambiado los papeles: ahora era Heero el sonriente y charlatán mientras Duo le seguía a duras penas. Sólo faltaba que Duo empezara a llamar baka a Heero, pensó.

Heero abrió los ojos sobresaltado y se pasó la mano por la frente sudorosa. Demonios, otra pesadilla... las tenía todas las noches, pero ésta había sido diferente. Podía ver el mismo fuego, la misma oscuridad, sus mismas manos llenas de la misma sangre, pero esta vez hubo algo más, una voz... una voz angustiada que gritaba su nombre. Era una voz conocida, ¿pero de quién?

-Heero, ¿estás bien? - Heero casi saltó," ¿de nuevo esa voz? Pero si ahora estoy despierto, cómo... un momento".

-Hey Heero, ¿Qué ha pasado, has vuelto a tener una pesadilla? estabas gritando...- Heero alzó la cabeza para encontrarse con un Duo somnoliento y despeinado, que le miraba desde su cama.

Sí, definitivamente era la misma voz.

-Ah...sí, lamento haberte despertado...-

-No te preocupes- Duo levantó la cabeza para apoyarse sobre el brazo sano-¿Qué soñabas? Ayer también te despertaste gritando... ¿Has recordado algo?

-No estoy seguro...- volvió a recostarse sobre la cama, mirando al techo- siempre es lo mismo, todo es rojo y negro, siento mucho calor, me toco la cabeza y está llena de sangre, oigo una explosión... y unas voces que gritan mi nombre...y me pareció como si una de las voces... fuera la tuya... - Volvió a pasarse la mano por la frente -¿Qué significa eso, Duo?¿Ya nos conocíamos de antes?¿Cómo diablos llegamos aquí?¿Qué demonios pasó? Quiero recordar, pero está todo bloqueado en mi mente...- volvió la cabeza hacia el muchacho a su lado con expresión suplicante.

Duo tragó saliva. ¿Qué podía decirle ahora? Sabía que no podía revelar datos comprometedores, no creía que en su estado fuese capaz de asimilar bien esa información...pero no podía mentir, y aunque hubiese podido no habría tenido el valor para hacerlo ante la expresión de angustia del muchacho japonés. Tuvo que pensar rápido para dar una solución.

-Heero...- comenzó dubitativo -¿recuerdas la guerra? ¿Sabes que hay una guerra ahí fuera?- El muchacho de cabello oscuro negó con la cabeza. Bien, eso lo haría más fácil -OK... pues allí fuera están en guerra...Quatre, tú y yo...nos vimos atrapados en una batalla y los tres salimos heridos... por eso estamos aquí-

-¿Entonces estábamos juntos? ¿Nos conocíamos, éramos amigos?-

-Ehm... no, amigos no, sólo fuimos compañeros de clase hace tiempo...a decir verdad, nos encontrábamos en aquel lugar de casualidad- Uff, estaba improvisando a marchas forzadas, pero al menos estaba consiguiendo no mentir, tanto Quatre como él habían ido a clase con Heero y podía recordar cómo se habían encontrado en aquella base enemiga por sorpresa... pero no sabía qué haría si le seguía preguntando.

-Ah...- dijo Heero, pensativo -¿y por qué no éramos amigos?-

-Pues... –Ups… ¿Y ahora qué? -supongo que porque no coincidimos en la escuela mucho tiempo, y luego no mantuvimos contacto entre nosotros... sólo nos veíamos muy de vez en cuando-

-Vaya, es una lástima... pero ahora no hay razón para que no lo seamos, ¿no? Quiero decir, a mi me haría muy feliz ser amigo tuyo, Duo, y también del otro chico, Quatre... Si vosotros queréis, claro...- dijo con una amplia sonrisa.

-Sí, a mí también me haría muy feliz ser amigo tuyo, Heero... y te aseguro que a Quatre también- al ver ensancharse la sonrisa del objeto de sus amores Duo agradeció no poder levantarse de la cama, porque sus piernas temblorosas no hubieran podido sostenerlo. Sin embargo, entre toda la felicidad que le producía tener a Heero allí, a su lado y tan cerca de él, no podía evitar sentirse como en medio de un espejismo. Le aterraba pensar que el Heero amable y sonriente que había conocido en ese hospital fuera una frágil ilusión, que se desvaneciera en cuanto intentara tocarlo, que el Heero frío y austero volviera y le odiara por quererlo como lo hacía.

Cuando Trowa llegó junto a la enfermera a la puerta de la habitación, casi salta ante las risotadas que se oían desde el otro lado. No porque fueran muy ruidosas, sino por la voz que las profería.

Cuando entró, la impresión lo dejó de piedra. Heero estaba partiéndose de risa sentado en su cama mientras Duo le seguía de cerca tumbado en la suya, Quatre estaba sentado en una silla entre los dos fingiendo enojo, pero sin poder reprimir una risita.

-Jajajaja... pero lo mejor- explicó el piloto del Deathscythe en cuanto pudo tomar aire -fue cuando se levantó de aquel charco con la cara llena de barro y se alejó con la frente muy alta, como si se hubiera caído en un charco de oro... ¡Tendrías que haberlo visto jajajajajaja!- volvió a estallar en risotadas, y Heero con él.

-Vamos chicos, dejad ya de meteros con el pobre Wu Fei- intervino Quatre, quien cada vez lo tenía peor para no reírse, y en ese momento descubrió a Trowa -¡Hey, hola! No sabes lo bien que me vienes, estos dos empezaban a salir de control...-.

-Pues lo siento, pero el señor Yuy tiene que venir conmigo, vamos a hacerle una nueva exploración- dijo la enfermera acercando una silla de ruedas a la cama de Heero. Éste asintió y se sentó en ella, echando una mirada cómplice a Duo.

-Luego me cuentas lo de Quatre y la bailarina de los siete velos, que eso sí que quiero oírlo- dijo guiñándolo un ojo a su compañero de cuarto mientras se lo llevaban de la habitación.

-¡¡DUO!- Quatre increpó todo sonrojado al muchacho que se retorcía de la risa en su cama, mientras las carcajadas de Heero se oían por el pasillo.

-Creo que nunca me acostumbraré a "eso"- murmuró el piloto de Heavyarms apuntando con un dedo al pasillo

Tan pronto como la risa de Heero dejó de escucharse, los tres pilotos se pusieron repentinamente serios. Trowa miró inquisidor a su compañero - ¿Y bien, Duo?-

-Bueno...- suspiró éste -o es el mejor actor de la historia o realmente no sabe nada de su pasado... No creo que nos mienta, aparte de que cuando estamos solos no tiene por qué hacerlo. Y por supuesto tampoco tiene idea de a qué se dedica; ni siquiera creo que sepa lo que es un Gundam, menos aún sabrá pilotarlo-.

-Entonces no hay remedio,- respondió Trowa -no podremos contar ni con él ni con el Wing Zero de momento. Tendremos que dejar que viva como un civil más, al menos de momento-.

-El problema- intervino Quatre -es que a los dos os darán el alta en un par de días, y no sabemos dónde vive ahora... no creo que debamos dejarlo solo, pero no podemos llevarlo con nosotros sin poner en peligro nuestras coartadas ¿Qué hacemos?

Trowa y Duo le miraron dudando, era obvio que eso no se les había ocurrido a ninguno de los dos... hasta que al piloto de Deathscythe se le ocurrió la idea.

-Escuchad, podría venir conmigo... Aunque me den el alta no podré casi caminar en una temporada, así que necesitaré ayuda... y como tampoco podré realizar misiones, tampoco haré nada que le haga sospechar. Además soy el que mejor le cae, así que incluso se alegrará de acompañarme. ¿Qué os parece?-.

Trowa y Quatre se miraron y asintieron.

-Es la mejor opción- dijo el piloto rubio -nosotros nos encargaremos de las misiones de ambos, al menos mientras tú te recuperas. Después... bueno, ya veremos lo que hacemos-.

-De todas maneras- añadió Trowa -si no se recupera tendremos que encararle con la verdad, tampoco es justo que viva sin sus recuerdos... sean los que sean. Le daremos de plazo hasta que vuelvas a estar en forma, Duo, entonces tendremos que contárselo todo. Si quiere seguir pilotando el Wing Zero, perfecto; si no... Uno de nosotros se encargará del Gundam. No podemos perderlo así como así-

-Nadie más que él puede pilotar el Zero, Trowa. Lo sabes bien- intervino Duo. Trowa asintió.

-Sí, lo sé... y por eso esperaremos de momento. De todas maneras tendrás que vigilarlo hasta entonces. Quatre, debemos irnos, tenemos que replantear las estrategias. Lo dejo a tu cargo, Duo-.

-OK- El piloto trenzado estaba a punto de ponerse a saltar de la emoción. Heero y él juntos, solos y sin misiones de por medio... Dios, es casi como ser pareja, pensó... pero algo lo carcomía por dentro. No quería convivir con el piloto moreno así, no sin que él supiera quién era, qué hacía...o quién era él. Así Heero jamás le podría amar, y aunque lo hiciera, Duo jamás podría ser feliz sabiendo que estaba engañando a la persona que más quería en este mundo.