El alquimista queda sorprendido por la fuerza y gran tamaño de Haggen. Kentaro en cambio baja de la máquina y camina paso a paso.
"Es verdad lo que tanto dicen de Haggen. El pobre muchacho que enloqueció... por algo sin importancia."
"¿Cómo te atreves a tener compasión de mi?
Veo que Gendo no hizo bien su trabajo."
"Al menos Gendo peleó hasta el final en una batalla, frente a frente. Tú nunca te has enfrentado a ti mismo... jamás...
huyes de tus miedos y de tu odio, justificas tu ira con algo tan llano y simple... aquel monje que conocí hace 20 años"
En retrospectiva 20 años atrás Haggen era un caballero aprendiz de Kentaro.
"Buenos días maestro Kentaro!
he cortado la leña, preparado el desayuno, limpiado la cerca y formado en una línea a los nuevos aprendices"
"Muy bien hecho Haggen...
(dirigiendose a los nuevos aprendices)
hoy vamos a hacer ejercicio de espadas, vamos a hacerlo en conjunto...
a la voz de 'cortar'
todos harán el movimiento que ayer les mostré"
Kentaro repite la frase en pausas... y vé como los aprendices lo hacen una y otra vez... pero uno en particular estaba con las manos a los costados sin intentarlo siquiera
Haggen se le acercó al aprendiz..
"¿porqué no lo intentas¿acaso no era tu sueño ser un caballero como nuestro maestro Kentaro?"
"Si señor Haggen, pero ...
ayer recibí noticias malas acerca de mi poblado...
los soldados del norte lo arrasaron...
yo quería aprender a ser caballero para protegerlos.. pero ahora ya no hay a quien proteger..."
"Si me permites...
pienso que manejar la espada de todas formas te servirá
el que pierdas a alguien no significa que renuncies a tu sueño..
si aún quieres aprender y ser un caballero...
ven con tus compañeros..
no tienes porque rendirte ... ellos -- al igual que tú.. desean tener compañeros de batalla"
Regresamos al presente
"En aquel entonces tenías esperanza... de que todo saldría bien... no importaba lo que te trajera la vida...
inclusive si no ganabas una batalla, estabas lo suficientemente centrado para ordenar la retirada y conservar a tus hombres
no te importaba si el enemigo te gritaba cobarde a la cara... primero defendías el principio del caballero...
pelear al lado de tus compañeros.. compartir . y que tu espada estaba al servicio de quienes te seguían."
"No te obsesionaba ganar... e inclusive aquel muchacho que había perdido el ánimo se convirtió en tu mano derecha
Portando el estandarte conquistaron las tierras arrasadas por el pueblo del norte."
"Te has vuelto débil de espiritu... no esperas nada.. solo satisfaces tu miedo a quedarte sin el amor de una mujer..."
"que vacío te has vuelto Haggen!... puedo vencerte con la espada mellada que me ha dado el alquimista..."
Mientras el maestro de armas hablaba Haggen iba sintiendose más humillado. Al escuchar que no tenía esperanza su mirada se perdió. Ahora veía a Soujiro con unos ojos inexpresivos y vacíos.
"Es tan fácil usar la fuerza para hacerles perder la esperanza a otros.. y vaciar así tu rencor.. pero no te dará felicidad
esa la debes buscar por ti mismo. Vuelve a ser el de antes aprendiz de caballero."
El general del ejército de la muerte puso a Soujiro a un lado de la abertura:
