EN UNA NOCHE DE LUNA LLENA

Por KiMi10

Capitulo 2

-¿Y eso cuanto paso? –Preguntó Tomoyo intrigada.

-Hace unos días… disculpa por no haberte contado antes pero estaba muy abrumada… y confundida…

-Esta bien. Pero… ay es que no me imagino a Yue… dándote un…

-No eres la única sorprendida… y lo peor es que no me quiere hablar…

-Debe estar igual de confundido que tú –dijo emocionada.- ¿Se besaron mucho tiempo?

-¡¡TOMOYO!! –Gritó sonrojada- No me preguntes eso –se puso una almohada en la cara de lo sonrojada que estaba.

-Sólo dime sí o no –dijo feliz.

-No lo sé… para mí fue mucho… -dijo sonrojada, mordiéndose los labios.

-Y ¿te beso bien?

-¡¡NO LO SÉ!! –Sakura casi se caía por la curiosidad de su amiga, ¡qué iba a saber ella de eso!- No tengo idea, nunca me habían besado (¬¬u)

-Bueno, ¿tú cómo lo sentiste? –preguntó contenta.

-(-) Pues la verdad, la verdad… muy bien… o.o

Tomoyo empezó a aplaudir de la felicidad, veía con sorna los matices en la cara de Sakura y entendía perfectamente por qué.

-Oye… una duda.

-Eu…

-¿Qué paso con Li? –preguntó poniéndose un dedo en la comisura de los labios.

Sakura bajó la almohada.

-Eso es lo peor del caso… no sé cómo decirte que ya nada, es decir, se lo he dicho… sabe que no me gusta hablar del tema pero sigue en las mismas… lo quiero mucho y no lo quiero perder como amigo.

-Pues tal vez es lo que necesita: Verte con alguien más para que entienda de que NO.

-Se me hace algo cruel, Tomoyo –pensó volviendo a oprimir la almohada.

-Pues lleva años rogándote… sino es por las buenas…

-Das miedo –pensó haciéndose a un ladito.

Sakura ingresó al salón de clases, cálido y alegre como siempre, se notaba un aire risueño entre todos y a Sakura se le contagió un poco.

-¡¡Buenos días!! –sonrió un poco más contenta, ya no sentía ese gran peso por habérselo contado a su mejor amiga.

-Hola, Sakura –sonrió Tomoyo.

-¿Cómo estas? –saludo Rica flaqueando las piernas, con una sonrisa más que risueña.

-Muy bien, ¿y ustedes?

-También. –Dijeron ambas al unsonido.

Sakura se sentó y se fijó en la hoja café chocolate que leía Naoko, se veía muy emocionada.

-¿Qué es eso? –preguntó curiosa.

-La feria del oso volvió –dijo Tomoyo sabiendo lo que Sakura diría…

-¡¡¡VOLVIO!!! HAY QUE IR, ¿CUÁNDO ES? –Se levantó como un resorte y cruzó las bancas para sentarse enfrente de su amiga.

-Este sábado –informó automáticamente Naoko, se veía seria.- Habrá de todo y no podré ir…

-¿Por qué? –dijo angustiada.

-Me quedaré en Tomoeda todo el fin de semana, hay un festejo familiar. Me peleé con mis padres y me castigaron.

-¿Por qué? ¿Qué paso? –dijo más angustiada.

-Mis padres desean enviarme a América y yo no quiero irme, les supliqué y no lo harán con la condición de no salir de Tomoeda ni de mi colonia, me tienen muy bien checada.

-Eso es horrible, pero ¿por qué no te quieres ir? Es una gran oportunidad.

-Lo sé… pero me mandarán con mis tíos y no quiero tener problemas con ellos –dijo con un brillo de ira en los ojos.

Sakura no decidió preguntar más, parecía que iba a gritar si le preguntaba algo más.

-Qué lastima, pero bueno, si quieres algo te lo puedo comprar –dijo con una sonrisa.

-Sí, te encargaré muchas cosas –dijo un poco animada.

El maestro entró y todos los alumnos se sentaron en sus respectivos lugares, algunos varones, incluyendo a Eriol y Shaoran llegaron casi, casi al mismo tiempo que él.

"¿Vas a ir a lo de la feria del oso? Te quería invitar, también va a ir Eriol y esperemos que Tomoyo" Sakura leyó el trozo de papel que le había mandado Shaoran y, contenta, acepto.

A la hora de la salida los cuatro se reunieron para ponerse de acuerdo. Iban de salida cuando Sakura deslumbró a un chico en especial.

-Espérenme aquí. ¡¡YUKITO!! –gritó corriendo para alcanzarlo.

Yukito platicaba animadamente con Touya y otros compañeros que pasaban por ahí.

-¿Qué sucede, Sakura? –dijo apartándose del grupo.

Sakura respiraba aceleradamente y con una bocanada dijo lo siguiente:

-¿Quieresirconnosotrosalaferiadeloso?

-¿Eh? –pronunció confundido.

-Lo siento –respiró profundamente.- Que si quieres ir con nosotros a la feria del oso.

-El sábado… mmm… ¿a qué hora?

-A las doce de la tarde –sonrió jugando con la sudadera que portaba en las caderas.

-Sí, supongo que sí –sonrió.- ¿Ya estas mejor?

-Sí –dijo apenada.- Perdóname por lo de la otra vez… necesitaba decírselo a alguien y apareciste tú.

-No hay problema, que bueno que confías en mí –le guiñó un ojo.- Quisiera hablar contigo… no ahorita, sino… ¿estarás en tu casa esta tarde?

-Sí, me toca la limpieza.

-Bien –rió un momento.- Te llamaré o tal vez vaya…

-De acuerdo… ¿es sobre… -se acercó un poco a él- … Yue?

-Exactamente –dijo guiñándole un ojo.- Quizá ya este mejor… bueno, ya me voy, los muchachos me esperan.

-Sí –dijo dejándose besar en la mejilla.- Adiós. Hasta la tarde.

-Adiós –dijo alejándose.

Se giró feliz e incluso danzante y camino hacia sus amigos que seguían platicando.

-¿En qué quedaron, por fin?

-¿De qué hablaron? –Salió un Shaoran celoso de la nada, sus mejillas sonrojadas y su mirada asesina le reclamaban una explicación.

-De nada… sólo lo invite a lo de la feria –dijo en voz baja.

-Pero yo te invite a ti…

-Y yo a Yukito –dijo extrañada.

-Pero yo…

-¡¡Bien, Sakura!! –Gritó Tomoyo -El sábado a las doce, en las bancas del parque del pingüino. Lleva suficiente dinero ¿eh? Regresamos a las seis de la tarde, justo cuando termina el evento y llegaremos entre las 6:15 o 6:40, avisa con anticipación, no como la otra vez que…

-No me lo recuerdes –rodó los ojos apenada. (.)

-Jejeje… Listo. –Guardó sus plumas y tomó a Eriol de la mano.- Nos veremos.

-Adiós –sonrió Sakura despidiéndose.

-¿Quieres que te acompañe? –preguntó Shaoran.

-No, ésta bien así, debo ir por el mandado rápidamente.

-Bueno, como gustes, adiós.

Los dos tomaron caminos distintos.

-¿Quieres agua o algo? –preguntó caminando hacia atrás dejando pasar a Yukito.

-Nada, gracias, así esta bien.

-Bueno… ¿qué es de lo que me querías contar?

Yukito camino a la sala y se sentó después de Sakura. Algo nervioso comentó:

-Estoy seguro de que siente lo mismo que tú, comprende que él no siente la confianza de llegar y reclamarte como novia, él no es de esos tipos.

-Sí… ni yo lo espero –sonrió sonrojándose.

-Él quiere hablarte, no me lo dijo, yo lo siento. No nos oye en estos momentos y por eso quiero pedirte que no seas dura con él.

-¿Por qué piensas…

-No en ese sentido… sino que, le reclames el por qué no te correspondió, déjalo hablar antes…

-De… de acuerdo.

Yukito se puso de pie, cerró las cortinas y se concentró un poco. Se elevó cerrando los ojos y su cuerpo fue cubierto por tersas alas que lo adentraron a un mundo cálido y confuso.

-Yue… -suspiró Sakura sonrojándose al ver sus parpados descubrir sus ojos grises.

-Te dije que no… teníamos que vernos –dijo cruzándose de brazos y evitando la mirada de Sakura.

Ella sonrió feliz, no puedo resistirse, se levantó y corrió hacia su cuerpo, lo rodeó con sus frágiles brazos y la emoción la embargó como nunca.

-Pensé que nunca querrías volver a verme… ¿me odias?

Yue se paralizó por unos segundos, levantó sus brazos antes del fuerte abrazo de Sakura. La miró sorprendido de su reacción.

-Claro que no te odio… Sakura.

En su pecho sentía en calor que Sakura le proporcionaba, oyó los sollozos de la niña y se angustió un poco. No quería verla llorar. Quería ver su tierna sonrisa de nuevo.

-¿Entonces porque no me querías hablar? Yo me preocupe mucho por ti. No me importan los demás, Yue, yo te quiero mucho…

-Yo también te quiero mucho, Sakura –sonrió estrechándola nerviosamente.

Un nudo se le formó en la garganta intentando controlar sus pensamientos. Sakura sólo lo quería, eso estaba bien. Pero por alguna extraña razón se sentía mal, el nudo aumentó de grosor y la separó un poco.

-No quiero confundirme, pequeña Sakura, quiero ser tu aliado… ser fuerte a tu lado.

Se hincó enfrente de ella y le quitó las lágrimas. Sakura se sonrojó notablemente al tenerlo tan cerca, de nuevo…

-Yo quiero ser fuerte… contigo… -suspiró tomándole las manos y estrechándolas hacia sus labios.

-Tú sabes que eso no es posible.

La cordura le estaba flaqueando, quitó su mano repentinamente sintiendo algo de dolor al verse tan grosero con ella. Pero tenía que desistir, ella no era para él.

-¿Por qué no? Tú me dijiste que… estabas enamorado de mí –se sonrojó por su atrevimiento. Había pensado tanto en lo que le diría al verlo que estaban saliendo los sentimientos más profundos de su ser; Sakura no quería que sucediera de nuevo, no quería volver a quedarse sola.

-Sakura, yo… me arrepiento de eso. Lo nuestro no… no es posible en ninguna vida, en ningún lugar, tú eres mi dueña, sólo eso.

Sakura agachó la cabeza.

-Entiendo.

El silencio predominó rápidamente. Yue se incorporó y la miró con melancolía. Había sido dura con ella, lo sabía. Sakura, para él, había sido algo infantil… no por su edad, sino por la ingenuidad de sus palabras "tú me dijiste que estabas enamorado de mí". Se sintió mal un momento por pensar en Sakura de esa forma.

-Olvidémonos de esto, a ninguno de los dos nos hará bien.

-Sí…

Sakura tragó saliva sintiendo que por su garganta se iba toda la alegría que había obtenido en el día… todo el animo por ser correspondida por él… todas las esperanzas de verlo. La desdicha predominó en su mente y la consumió por minutos mientras el silencio le acariciaba la voz, dejándola incapaz de reclamar, de gritar que lo amaba y que lo necesitaba junto a ella, un sentimiento jamás vivido y ahora le dolía… le quemaba el cuerpo. Unas pequeñas lágrimas resbalaron por sus mejillas, cayendo rápidamente al suelo. No pudo dejar escapar un sollozo, no quería que Yue la viera así, débil e indefensa. Limpiándose las lágrimas lo miró por última vez, encontrándose con unos ojos confundidos y heridos, iguales a los de ella.

-¿Por qué lo haces? –Preguntó débilmente, su saliva le impedía hablar.- Sufres como yo… te resignas como yo… ¿para qué?

-No lo entenderás… ni siquiera yo lo hago.

Sakura se sintió sola, por un instante, un vacío se formó en su interior consumiéndole hasta la más mínima parte de su cuerpo… de su alma. No podía continuar de pie. Esquivándolo repentinamente corrió hacia su alcoba en busca de soledad, en preguntas que sabía nadie contestaría. Yue estaba igual que ella y eso le dolía, quería que él tuviera todas las respuestas, todas las caricias y besos que necesitaba… pero él no quería responder a nada.

-Sakura… -Intentó retenerla pero ella lo esquivó. Sintiéndose confundido y culpable. El vacío volvió a su ser y cambió de forma para huir de la situación.

-Él no me quiere, no le importo… no siento nada, Yukito… me siento vacía.

-No digas eso, Sakura, me asustas. Cuéntame con detalle lo que ocurrió.

-Cuando lo vi corrí hacia él, no sabes la emoción que sentí al verlo. Lo abracé y él no respondió por unos minutos pero después me abrazó. Le pregunte si me odiaba y dijo que no; le dije que lo quería y me dijo que sí… y entonces me dijo que no quería confundirse, quería ser solo mi aliado pero le dije que yo quería más que eso y se puso muy nervioso. Me dijo que mejor lo olvidáramos y… no sé qué le pasa… él siempre había tenido respuestas para todo y ahora…

-Está confundido –suspiró limpiándole la cara a Sakura.- Eres una niña hermosa, Sakura.

Ella negó con la cabeza y se mordió los labios.

-No me gusto…

-¿Por qué no? Tienes muchas cosas y eres muy linda.

-No lo soy –dijo sonrojándose un poco.- Si lo fuera le gustaría a Yue…

-Él está confundido. Estoy seguro que lo nota todo el tiempo, como yo y todos.

-Lo dices para animarme… no es el momento –se levantó de la cama y se sentó en la silla de madera.

-¿Dónde esta Kerberos?

-No lo sé, ¿sabes? –Dijo confundida abriendo el cajón en donde dormía Kero.- Debe estar con Tomoyo, ahora últimamente se va de vago a su casa todo el tiempo.

-Esperemos que al despistado nunca lo vean.

-Sí –sonrió levemente.

Yukito la observó por un momento, sintiendo un calor tibio y a la vez abrasador en su pecho, suspiró dándose cuenta de lo hermosa que era Sakura. Sus ojos verdes deslumbraban con las lágrimas sobrantes y el sol pegándoles levemente en el ocaso. Sus labios rojizos y brillantes por el brillo labial. Pestañeo rápidamente y negó con la cabeza: no podía verla así en esos momentos. Se tranquilizó un poco y se incorporó.

-Debo irme.

-¿Tan pronto? ¿No quieres que te prepare algo o no sé… lo que quieras?

-No, Sakura, debería estar haciendo tareas. –Rió divertido abriendo la puerta.- Quédate aquí, yo bajaré solo, ya me sé el camino.

-No, como crees, te acompaño.

-En serio, mejor descansa.

-Sería una grosería hacerte eso, además tengo que bajar y preparar la cena. ¡Quédate a cenar!

-No, Sakura, en serio. Tengo mucha tarea, mejor en otra ocasión ¿de acuerdo?

-Está bien –dijo con voz cansada.- Aun así te acompañare.

Bajaron juntos, Sakura ya no se sentía tan sola con Yukito a su lado. Le debía agradecer de alguna forma.

-El sábado no lleves mucho dinero, te debo muchas y debo pagarte con algo –sonrió en el marco de la puerta.

-¿De qué? Si somos amigos, déjalo así, es más, tú no lleves dinero, yo te comprare lo que desees –dijo acomodándose la mochila.

-¡Te haré unas galletas! –dijo sonriente.

-Pues yo… (Ay no sé cocinar bien, pensó distraído) ¡¡Te comprare cinco peluches!!

-¡¡Te haré doscientas galletas!!

La plática se alargó hasta que Yukito decidió irse riendo. Sakura lo despidió.

NOTAS DE LA AUTORA: ¡¡Hace mucho que no escribía!! Quería algo cómico pero a la vez dramático y pues… ¿qué tal? ¿Les gusto? Espero que sí. Mmm… pues les aviso que la pareja no ha cambiado, obviamente Yue no aceptara de volada tener un romance con Sakura, el real Yue ni siquiera lo hubiera hecho jaja pero esto es ficción xD!! Pues no tengo mucho que decir, solo que lamento no haberme apresurado, me ando metiendo en el mundo de diseño de páginas web o diseño gráfico, como sea, y pues ya me piqué jajaja pero no me olvidare de estos fics inconclusos, así que… adiós.