Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling, de Warner Bros. Y de Bloomsbury, y de alguien más que no sé quién es... Y seguramente no soy yo.
Harry Potter y el Enigma de Elspeth
Capítulo 8
Consejos, novedades, interrupciones y sospechas
El sábado amaneció lluvioso.
Harry y Ron bajaron a desayunar deseando haberse quedado en la cama un rato más.
Tenían bastante tarea que hacer para Pociones y para Historia, y Hermione no hacía más que decir lo irresponsables que eran los dos por descuidar sus estudios en la última etapa de su educación. Ron casi le lanza todo su plato de tomate frito en la cara alegando que era demasiado temprano como para tener discusiones de ese tipo. Finalmente, Harry y Ron decidieron hacerle caso a su amiga sólo para que se calle.
Pasaron entonces gran parte de la mañana en la biblioteca, y, cerca del mediodía, caminaron el lodoso trecho que separaba el castillo de la cabaña de Hagrid.
- - ¡Ah!- les dijo él mientras los abrazaba casi hasta la asfixia- siempre puntuales. ¡Nunca olvidan al viejo Hagrid!
Se sentaron ante la enorme mesa, mirando de soslayo hacia la cacerola humeante que descansaba sobre el fuego.
Tras un par de bocados de sus respectivos guisos de conejo, los tres decidieron dejar de comer, más preocupados por la integridad de sus dientes que por sus estómagos vacíos.
- - ¿Y qué tal la primer semana de clases?- les preguntó Hagrid, que pareció no notar que ninguno de sus jóvenes amigos seguía comiendo.
- - Larga- reconoció Ron.
- - ¿Y qué tal esas clases de Artes Oscuras con la nueva profesora? Dumbledore me ha hablado de ellas.
Los tres se miraron con gesto dubitativo. Hermione fue la primera en responder, aunque lo hizo no muy convencida.
- - Pues… -comenzó- Ella no parece muy organizada que digamos. Sólo espero que no sea un fraude. Como Lockhart.
Hagrid rió estrepitosamente.
- - Sean pacientes. La profesora Luminous sabe muchísimo y estoy seguro que tiene las cosas muy bien pensadas… Y además- les guiñó un ojo- Les aseguro que no es un fraude.
- - ¿Y por qué estás tan seguro de eso?- preguntó Harry esperando que a su amigo se le escape más información de la debida.
- - Ah… Pues… No lo sé…- respondió él vagamente, hundiendo su nariz en su jarra de hidromiel.
- - No sé, Hagrid… - dijo Hermione en voz baja- No es como la había imaginado.
- - ¿Y cómo la habías imaginado? ¿Más alta, más vieja, con menos dientes y una verruga en la punta de la nariz?- preguntó Ron mirando horrorizado que el contenido de su plato se movía sólo de un lado al otro.
- - No seas tonto- repuso ella entrecerrando los ojos- Por supuesto que no me refería a su apariencia…
- - Hermione. Sé que la profesora podría parecerles algo rara, pero ténganle paciencia- le dijo Hagrid dándole una palmadita en la mano y haciéndole mucho daño en el proceso. – Después de todo debe ser difícil para ella, es la primera vez que…
- - ¿Es la primera vez que qué…?- lo instó Harry.
- - Que… Que regresa a Hogwarts en mucho tiempo. ¿Qué les ha parecido el guiso?
Acostumbrados a los repentinos cambios de tema de Hagrid cada vez que estaba cerca de meter la pata, le siguieron la corriente.
Fang comenzó a rasquetear la puerta con sus enormes patas como si estuviese deseoso de salir.
Harry se puso de pie para dejar salir al enorme dogo, que una vez fuera comenzó a correr como si alguien lo llamase.
Mientras observaba a Fang corriendo por el prado, Harry tuvo un extraño presentimiento, y dirigió la mirada más allá del camino enlodado. Allí estaba de pie la profesora Luminous, que extendía los brazos para acariciar al perro.
- - Que raro…-dijo Harry muy ensimismado mientras veía a la profesora acariciando a Fang amorosamente y dejando que éste la llene de babas.
- - ¿Qué dices, Harry?- Preguntó Hagrid desde la mesa.
- - Es sólo que…- comenzó a responder Harry- Nada… Olvídalo.
- - ¿Participarás de las clases de la profesora, Hagrid? Todos lo harán, al parecer- dijo Ron con un dejo de enojo hacia las últimas palabras.
- - Ah… No lo sé… Sólo he cruzado un par de palabras con ella, no hemos hablado nada serio…
Harry se quedó en el umbral mirando hacia el lodazal que eran los terrenos de Hogwarts. Hagrid tenía razón. Deberían tenerle paciencia a su profesora. Dumbledore no le hubiese encomendado la complicada tarea de enseñarles las Artes Oscuras si no fuese de Fiar.
Harry arrugó la nariz recordando algo… El instinto del director no siempre era bueno.
Cuando la tarde comenzó a caer sobre la cabaña, Hagrid se ofreció a acompañarlos hasta la puerta de entrada al castillo.
Al llegar a la sala común se encontraron con un cartel que anunciaba la primer visita a Hogsmeade justo antes de Halloween.
- - Debemos anotarnos en una lista- observó Hermione mientras leía el pergamino.- Antes del 15 de octubre.
- - Genial. Les escribiré a Fred y George para que nos visiten- Dijo Ron ya subiendo las escaleras en busca de un pergamino y una pluma.
- - Espero que puedan venir… Ya se me están acabando las bombas fétidas… - dijo Ginny que acababa unírseles.
- - ¿Se te están acabando…? No ha pasado ni un mes, Ginny- dijo Hermione dándole una mirada extrañada.
- - Ah… es que…- respondió ella poniéndose casi tan colorada como su pelo- Las he usado… a casi todas… Se las he lanzado a Malfoy en la biblioteca…
- - ¡GINNY!- chilló Hermione
- - Shhh… no digas nada… Pero era la oportunidad perfecta… él se agachó a recoger un libro que se le había caído… Caramba, Hermione…Ni tú te hubieras resistido. Bien… se las lancé a todas con mucho disimulo…
Hermione se quedó estupefacta, pero intentó buscar apoyo en Harry para decirle a Ginny que lo que había hecho era incorrecto, pero no lo encontró. Harry hacía esfuerzos enormes para no caerse de la risa.
La mañana siguiente, Harry intentó abrir los ojos pegoteados. El sol le dio de lleno por entre las pestañas.
Bufando, se cubrió completamente con la frazada, pero ya estaba completamente despierto.
Echó un vistazo a las camas a su alrededor y vio que era el único que seguía durmiendo, aún siendo domingo.
Se vistió a paso lento y, todavía bostezando, bajó a la sala común.
Ron se encontraba allí. Estaba sentado en un sillón con el rostro tenso. Hablaba con alguien que Harry no podía ver, ya que ocupaba el otro sillón y éste estaba de espaldas a él.
- - … Y dime Ron… ¿Tú sabías o que iba a pasar?… ¿Te lo comentaron? ¿Los ayudaste? ¿Qué dijeron tus padres? ¿A qué se dedican ahora? ¿Vendrán a visitarte?
Ron miró a Harry con ojos desesperados. Colin Creevey escribía como loco en un pergamino.
- - Ah, hola Harry- dijo el muchacho con el mismo tono entusiasta de siempre- Estoy entrevistando a Ron parta el boletín de Hogwarts que saldrá en Halloween. Tendremos una sección especial acerca del "Asombroso escape de los Mellizos Weasley" y además...
"SALVAME" le gesticuló Ron a Harry.
- - Ah... si... Eeeehh... Roooonn... Hermioneee... nos espera en la... ya sabess...- masculló, intentando que su cerebro le funcione.
- - SÍ- dijo Ron saltando del sillón como un resorte- BIBLIOTECA. SÍ. HERMIONE. SÍ. ADI"S, COLIN.
- - Pero... Ron... la entrevista...
- - Adiooosss Colin- canturreó Ron arrastrando a Harry por el brazo a través del hueco del retrato.
- - Me preguntó si podía hacerme una pregunta y yo, como un imbécil, le dije que sí.- Explicaba Ron mientras bajaban las escaleras- Y así como así comenzó a preguntarme cosas sin parar...
Harry, todavía algo atontado por el sueño, parecía incapaz de emitir opinión alguna.
Hermione se cruzó en su camino llevando un montón de libros en las manos.
- - Hola- les dijo sonriendo- Vengo de la biblioteca.
- - Se nota, pero...- comenzó Ron- Es domingo, es temprano, ¿se puede saber qué...?
Una mirada de Hermione hizo callar al joven Weasley.
Harry no estaba demasiado interesado en escuchar. No sabía muy bien por qué, pero se sentía muy cansado, y el suave murmullo del resto de sus compañeros comenzaba a aturdirlo.
- - Harry, ¿te encuentras bien?- preguntó Hermione.
Harry asintió.
- - Sólo me duele un poco la cabeza. Eso es todo.
- - ¿QUÉ TE DUELE LA CABEZA?- gritó Ron.
- - Si... ¿Qué...? No, Ron, me duele la cabeza, no la CICATRIZ, ya siéntate, la gente está mirando...
Ron se llevó una mano al pecho, como si su corazón hubiese amenazado con salírsele.
- - Eres un paranoico- le susurró Hermione enfadada.
- - Hubieras visto tu cara- bufó Ron.
Harry se piso de pie lentamente.
- - Voy a salir a tomar aire.
- - Vamos contigo- dijo Hermione débilmente.
- - No... Está bien. Nos vemos en el almuerzo.
Hermione miró a Harry con aire preocupado, pero Ron le hizo un gesto para indicarle que no diga nada.
Harry caminó por el prado cercano al lago a paso lento, sintiendo el pasto lleno de rocío mojándole los bordes de la túnica. Se sentó bajo un abeto y apoyó el mentón sobre las rodillas.
- -Demasiado ruido- dijo en voz baja.
Hace una semana que ni siquiera tenía tiempo de pensar en nada, lo cual era relativamente bueno, considerando sus vacaciones en aislamiento.
Pero por otro lado, tenía que pensar seriamente en varias cosas.
Tenía que tomar una decisión acerca de contarles o no a Ron y Hermione sobre el contenido de la profecía perdida.
Era un tema delicado, y sinceramente, no sentía ganas que sus amigos le tengan lástima. Además implicaría que no le dejarían solo ni por un minuto.
También tenía que pensar acerca de las verdaderas intenciones de Dumbledore al agregar el entrenamiento de Auror a su educación mágica.
Sintió el sonido de pasos acercándose.
- - Hola, Harry- le saludó la profesora Luminous- ¿Tomando aire fresco?
Harry asintió con la cabeza.
- - Ah, perfecto... Yo estoy montando guardia- dijo casi en un susurro.
La profesora suspiró profundamente con una sonrisa en los labios. Luego dirigió la mirada hacia el lago y...
- - ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HOLA CALAMAR!!!!!!!!!!
Harry dio un salto cuando el grito de su profesora rompió el silencio en un millón de pedazos.
Aún temblando, vio como el calamar se asomaba en la superficie espejada.
- - ¿No es hermoso?- preguntó ella muy emocionada, pero sin esperar una respuesta.
Harry forzó una sonrisa, pensando que sólo Hagrid y ella considerarían al calamar gigante un bicho hermoso.
- - Bueeeeeno. Tengo que seguir la ronda- dijo ella volteando sobre sus talones- Ah, Harry... Trata de no acercarte demasiado al bosque...
- - ¿Por qué?
- - Eh... No creo que sea demasiado seguro en estos días... He estado observando cosas extrañas...
Como si el bosque mismo le hubiese escuchado, una bandada gigantesca de pájaros remontó vuelo repentinamente desde la espesura.
- - Nos vemos.- le dijo ella alejándose.
Harry tragó saliva. Aunque no podía asegurarlo, los pájaros parecían haber salido desde un lugar no muy lejano a aquel en el cual habían visitado a Grawp por última vez. Las ventanas de la cabaña de Hagrid le indicaron a Harry que quizá no estaba muy errado y que a lo mejor su amigo se encontraba visitando a su hermano "pequeño".
Una vez más se enfrascó en sus pensamientos. Harry comenzó a hacer memoria de lo que había sucedido durante el último tiempo.
Lupin le había mencionado que le habían perdido el rastro a Voldemort, y a esto se sumaba que su cicatriz no le había molestado en todo el verano. Tampoco había tenido aquellos horribles sueños ni las visiones que lo acosaron durante los últimos dos años. Se preguntó si esto no se debería a que había logrado bloquear su mente, tal y como Snape había intentado enseñarle, aunque sabía que eso no era demasiado probable.
Cerca del mediodía, regresó al castillo con la cabeza bastante más clara, pero con el peso de los recuerdos sobre él.
Después de la cena, Ron, Harry y Hermione se unieron a sus compañeros camino a la Torre de Gryffindor.
Justo al salir del gran salón se encontraron con Dumbledore que les deseó a todos las buenas noches.
Cuando los tres pasaron junto a él, el director les hizo una seña para que se detuvieran.
- - ¿Podría robarles algo de su tiempo?- les dijo en su voz característica, y con una mano les indicó el camino hacia su despacho.
Fawkes estaba posado en su gancho y gorjeó alegremente cuando los tres se acercaron a acariciarlo.
- - Tomen asiento, por favor.- Les dijo Dumbledore haciendo que tres sillas le acerquen al escritorio- Me gustaría hablar un minuto con ustedes tres acerca de las normas de seguridad.
Dieron un respingo nervioso. En sus seis años en Hogwarts ya habían roto la mayoría de las reglas del colegio, y ni hablar de las normas de seguridad transitorias, por las cuales jamás habían tenido el mínimo respeto.
- - Me temo que este año deberé pedirles muy encarecidamente que no salgan a hurtadillas de la Torre de Gryffindor o del castillo durante las noches. Además deberé pedirles que no usen la capa de invisibilidad de Harry no el Mapa del Merodeador para hacerlo. ¿Por qué? Creo que el profesor Lupin te ha comentado algo, Harry. Actualmente no tenemos rastro de Voldemort, pero tememos que no esté lejos de aquí. El colegio se encuentra en alerta máximo y dado el historial de ustedes tres tengo que pedirles que no corran ningún riesgo innecesario. Si tienen algo urgente que decir, acudan directamente a mí, a cualquiera de los integrantes de la Orden o a la profesora Luminous.
Hermione no pudo evitar hacer un gesto, casi imperceptible.
- - Ah... Hablemos de la profesora Luminous entonces. ¿Quieren preguntarme algo acerca de ella?
- - ¿La conoce usted desde hace mucho tiempo, profesor?- preguntó Hermione tentativamente.
- - Sí. Desde su nacimiento... Si los hace sentir más tranquilos, deben saber que ella goza de mi absoluta confianza. Es una de las pocas personas a las cuales no sólo le confiaría mi vida, sino también las de mis alumnos.
Los ojos de Dumbledore brillaron como si hubiese recordado algo muy divertido.
- - Acepto que no darme cuenta que Alastor no era en realidad Alastor, fue un error garrafal. Un error no muy difícil de cometer ya que la poción multijugos es muy difícil de detectar...
Por un momento, les pareció que les dedicaba una mirada cómplice. Sólo Harry sabía que Dumbledore podía leerles la mente.
- - Hagrid me ha comentado acerca de sus dudas. Me lo dijo justamente hoy cuando fui a tomar el té con él. Comimos unas exquisitas galletas de frambuesa, y eso que yo prefiero las de limón, sobretodo si son de HoneyDuke's, que están cubiertas con una deliciosa capa de...
- - Profesor- dijo Harry, un poco porque Dumbledore había empezado a divagar y otro poco porque tenía mucho sueño.- ¿Dónde conoció a la profesora Luminous? Si no le moleta que pregunte...
- - Nunca me molestaría que me preguntes algo, pero hay cosas acerca de ella que yo no puedo responderles. En cuanto a lo que me estás preguntando, sí. Conocí a sus padres hace mucho tiempo. Ambos dejaron de existir durante el Reinado de las Tinieblas. Una triste historia, digo yo, que no puedo contarles.
- - No parece haber crecido aquí en el país... – mencionó Hermione.
- - Eres una buena observadora. La profesora vivió en varios países, pero pasó muy poco tiempo aquí. Volvió para estudiar en Hogwarts, pero no terminó su educación mágica aquí.
- - Ella... Parece muy poderosa, ¿verdad?- dijo Hermione como si hubiese estado guardando este pensamiento durante algún tiempo- la mayoría de los magos hace florituras para no confundir los hechizos... Ella en cambio sólo apunta y ¡bang!
Concluyó el comentario con el gesto de "apunta y ¡bang!", cosa que pareció divertir a Dumbledore.
- - Una vez más, Hermione, tu sentido de observación no te falla. Sí. Es muy poderosa, y posee esa cualidad. No necesita hacer florituras. Siempre olvido preguntarle cómo lo hace... Bueno, ya es bastante tarde. ¿Les molestaría esperar a Harry afuera unos minutos?
Ron y Hermione obedecieron. Harry los siguió con la mirada mientras salían de la sala redonda.
- - ¿Cómo has estado, Harry?
Harry asintió con la cabeza, recordando su última conversación con Dumbledore en ese mismo lugar.
- - Si no me equivoco, la cicatriz no te ha molestado... Y tampoco has tenido sueños relacionados con Voldemort...
Asintió una vez más.
- - Bien.
- - ¿Profesor?
Dumbledore le dedicó una mirada seria.
- - Es probable que Voldemort haya bloqueado su conexión contigo...
- - ¿Ayudaría en algo que yo intentara conectarme con él?
- - No. Es mejor así.
- - ¿Es verdad que no tienen idea de dónde está?
- - No. Siempre tenemos sospechas. Sabemos que no ha dejado Inglaterra, y suponemos que no está lejos... Harry, ¿puedo pedirte que practiques Oclumencia? Es fundamental para que estés a salvo.
Harry asintió poniéndose muy colorado, pero agradeciendo que no mencione a Sirius en la conversación.
- - Profesor, ¿por qué creen que aún sigue en Inglaterra?
- - En Junio aprendió una lección. Si un grupo de estudiantes pudo detener a sus mortífagos quiere decir que han perdido el instinto. Necesita otros aliados. Las criaturas oscuras han comenzado a moverse últimamente. Está reclutando aliados.
- - ¿Es por eso que ELLA está aquí?
- - Muy pocos expertos en las Artes Oscuras tienen el conocimiento que ella posee acerca de las criaturas. Sí. Esa es una de las razones... Bueno. Sólo quería preguntarte cómo estabas. Ahora ve con Ron y Hermione, y vayan directamente a la Torre, ya ha pasado la hora...
Harry salió corriendo del despacho y apenas alcanzó a sus amigos comenzó a narrarles la conversación con el director que se habían perdido.
- - ¿Así que es verdad? Le han perdido el rastro... Maldito- musitó Hermione.
- - Shhh
Ron se llevó un dedo a los labios y señaló con la otra mano hacia el pasillo.
Sentados en una escalera, bebiendo sendas tazas de té, la profesora Luminous y Snape conversaban y reían en voz baja.
Sin necesidad de decirse nada, Ron, Harry y Hermione se resguardaron tras una enorme armadura y se les quedaron mirando.
Jamás habían visto a Snape tan a sus anchas.
De repente, la profesora Luminous se puso de pie y caminó directamente hacia ellos.
Hermione, muy nerviosa, casi voltea la armadura.
- - Buenas noches, chicos. ¿Creen que Dumbledore ya esté desocupado? Tengo que hablar con él...
Ron asintió.
Como si hubiese salido de la nada, Snape se asomó por sobre el hombro de la profesora.
- - ¿Qué hacen tres Gryffindors vagando por los corredores cuando tendrían que estar ya en la Torre?¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Qué planean? Tus bolsillos, Potter, ¿qué traes en ellos? Diez puntos menos pasa...
Snape se detuvo sólo cuando vio que la profesora lo miraba boquiabierta.
- - ¿Tienes algo que decir, Asellus?- preguntó Snape levantando una ceja.
- - ¡No has cambiado en nada, Severus! Antes que nada, los tres Gryffindor tienen nombres y los conoces. Segundo, vienen de hablar con Dumbledore, quien por cierto mencionó claramente durante la cena que se haría una excepción a las normas con ellos sólo por esta noche. Tercero, van a la Torre de Gryffindor, que, seguramente recuerdas, queda en aquella dirección. Y supongo, planean irse a dormir. Y por último... ¡Lo que Potter traiga en sus bolsillos no es problema tuyo!... En caso que quieras revisar los bolsillos de Harry, muéstranos qué traes tú en los tuyos.
La profesora hablaba enfadada, pero en su mirada había algo que mostraba que estaba tomándole el pelo.
Snape resopló, insinuó una sonrisa, dio media vuelta y se alejó del grupo, seguido por su capa negra que flotaba tras él.
- - Vuelvan a la Torre, chicos, ya es tarde.
Los tres obedecieron y casi corrieron hasta el retrato de la Dama Gorda. La sala estaba repleta y no había lugar. Se sentaron en la escalera caracol todavía algo aturdidos.
- - Ustedes creen que... interrumpimos... ¿algo?- Dijo Ron frunciendo el entrecejo.
- - Bueno... Los dos conversaban bastante amistosamente- dijo Harry- y se reían...
- - Yo ni siquiera sabía que Snape tenía dientes- agregó Ron- Ustedes creen que ellos dos... sean...
- - No.- declaró Hermione- No lo creo. Parecían viejos amigos... Pero no... Novios... Vamos, ella debe tener unos treinta y cinco años y él... También, pero es un amargado...
- - Oigan- dijo Harry abriendo mucho los ojos- ¿No creen que ambos hayan sido mortífagos? ¿Y hayan cambiado de bando al mismo tiempo?... ¿No creen que eso podría ser posible?
Hermione asintió pensativa.
- - Es muy posible... Piensen... Ella lleva esos guantes, podrían esconder la marca tenebrosa... Atrapó algunos mortífagos que se creía estaban muertos... Desapareció durante mucho tiempo...
- - Bill me dijo que a mucha gente no le agrada la idea que ella esté dando clases aquí... Y, escuché a mis padres hablando una noche acerca de lo que podrían llegar a decir algunos magos del Ministerio si se enteraban de eso...
- - Chicos... Ella me dijo que Snape le había dado clases, y que la trataba muy bien- recordó Harry.
- - Eso no puede ser... Algo no cuadra- dijo Hermione apretando los labios.
- - Me lo dijo cuando íbamos en el auto camino a Londres. Me digo que cuando estaba aquí en Hogwarts, Snape le trataba bien...
- - Entonces eso puede decir muchas cosas, Harry. Puede decir que Snape fue su compañero, no necesariamente su profesor...- comentó Ron.
- - No lo recuerdo bien... Pero creo que mencionó que había sido alumna suya.- Dijo Harry haciendo fuerza para acordarse. – De cualquier manera, lo que sí podría significar es que ella haya sido una Slytherin.
- - Algo no cuadra- repitió Hermione.
- - Le escribiré a Bill para preguntarle- dijo Ron- pero los guantes no quieren decir nada. Están de moda.
Hermione y Harry voltearon repentinamente.
- - ¿¡Qué!?- dijo Ron poniéndose muy colorado.- Con Harry en casa de sus tíos, papá trabajando todo el día, Percy que no nos habla, Charlie en Rumania y el resto en Londres, he pasado todo el verano con Ginny y mamá... Hasta me han usado de maniquí para confeccionarse unas túnicas... Y me han hecho leer Corazón de Bruja... Ha sido horrible...
- - Los guantes están de moda, ¿eh, Ron?- le molestó Harry.
- - Basta. Pero sí... En todos los desfiles de moda de Italia y Francia, las brujas llevaban guantes iguales, de todos los colores... Estampados, de piel...
- - Ya cállate, Ron- se rió Hermione.
La profesora McGonagall solicitó una reunión con Harry la semana siguiente.
Comenzaba a sentirse una celebridad. Mucha gente le llamaba para reuniones.
Llegó al despacho preguntándose qué era lo que sucedía.
- - Siéntate, Potter, por favor- le dijo con voz estricta pero amable.- Y tranquilízate que no es nada grave.
Harry se acomodó frente al escritorio.
- - Es sobre el equipo de Quidditch.
En tan solo un momento, mil imágenes atravesaron la cabeza de Harry: hacía un año que no jugaba... ¿Quería decirle que estaba fuera del equipo?
- -Johnson y los Weasley han dejado el colegio ya. Eso te hace a ti el miembro más antiguo del e quipo. He decidido que tú serás el capitán.
Harry se quedó boquiabierto.
- - Las pruebas comienzan el 15 de septiembre, ¿de acuerdo?
- - Ehh... ¿con qué?
- - Con que serás el capitán.
- - ¿Y qué tengo que hacer?
- - ¡Potter! ¿No sabes qué es lo que hace un capitán?
La verdad era que no tenía la más pálida idea. Wood sólo les daba discursos, y prácticamente no había participado en el equipo de Angelina.
- - Eh... No estoy muy seguro...
La profesora McGonnagall enderezó la espalda y se acomodó los anteojos sobre la nariz.
- - Presenciarás las pruebas para los nuevos integrantes y verás qué jugadores puede que funcionen. Antes debes asegurarte de las posiciones que tienen tus actuales jugadores. Creo recordar que necesitas bateadores, cazadores... y Ginny Weasley está ocupando tu puesto...
- - Ella quiere ser cazadora.
- - Bien. También te encargarás de programar los entrenamientos, de reservar el campo, de hablar con...
- - ¿Todo eso?
- - Sí, Potter, todo eso. Está decidido. Ya puedes irte.
- - Pero...
- - Potter, eres el que tiene más experiencia en un equipo...
- - Pero yo... Realmente no sé cómo ser capitán...
- - ¡Potter!¡Me extraña de ti!... No pienso nombrar a ningún otro, así que más te vale acostumbrarte.
Y eso fue todo. No tenía más que decir. No había más que hacer. Harry sintió cómo su estómago se retorcía debajo de su túnica y como le sudaba el cuello.
- - Gracias, profesora
- - Jamás tuve que obligar a nadie a ser capitán- masculló airada la profesora- Puedes solicitar el campo para practicar cuando lo decidas. Recuerda las pruebas y procura hablar con tu equipo antes de que pongamos el cartel de los puestos disponibles. No me mires así, Potter, estoy segura que tienes un cerebro debajo de todo ese pelo. Y además... Potter, no me gusta esa mirada de desesperación. Deja ya de preocuparte tanto, tendrán a alguien supervisando los entrenamientos, ya que no se permitirán las prácticas sin vigilancia. Eso es todo, Potter, ya puedes retirarte.
- - ¿Qué pasa conmigo?- Pensaba Harry para sí al salir del despacho de la profesora de Transformaciones.- Me negaba a ser capitán del equipo... Yo... yo sé lo que tengo que hacer... Pero... Es una responsabilidad más... Una gran responsabilidad... Como si ya no tuviera mucho en qué pensar...
Esa misma noche, Harry reunió a los integrantes del equipo, lo que sólo incluyó a Ron y Ginny.
- - Así que...- dijo Harry anotando en un papel.- Necesitamos dos cazadores y dos bateadores. Pondré los carteles mañana.
- - Oí que Sean Cormwell quería entrar en el equipo- dijo Ginny- Pero él está en séptimo.
- - Eso nos dejaría sin un miembro el año entrante. Además tienen montones para estudiar, no sé si tendrá tiempo para las prácticas.
- - Pero él tiene una Nimbus nueva, Ron.
- - ¿Sí?- Harry se llevó la mano a la barbilla- tenemos que pensar en eso, Ron.
- - ¿Podremos presenciar las pruebas?- preguntó Ginny.
- - No lo sé. Le pediré a McGonnagall que los deje. En Noviembre comienza la temporada...
- - Eso nos daría todo un mes para practicar con los nuevos- mencionó Ron
- - Sí... Supongo que Madame Hooch nos será de algo de ayuda.
- - ¿Madame Hooch?- Preguntaron los dos Weasley al unísono.
- - Ah... Si... Ya saben, los entrenamientos serán supervisados. Supongo que los supervisará Madame Hooch, como siempre...
Hermione entró en la sala común acompañada por Crookshanks y se sentó junto a ellos.
- - ¿Dónde estabas?- le inquirió Ron
- - Pedí permiso para mandar una carta a mis padres
- - ¿Te sientes bien?- le preguntó Ginny algo preocupada.
- - Si claro... Me voy a dormir. Hasta mañana
Y tan de repente como había llegado, se marchó.
Ron la siguió con la mirada mientras subía la escalera y desaparecía tras la arcada.
- - ¿Qué pasa? ¿Me he perdido algo?- preguntó Harry
- - ¿Qué no lo has notado?- respondió Ron, aún mirando hacia la escalera- Casi no come y apenas habla cuando está con nosotros.
- - Es verdad- asintió Ginny.- Está muy rara.
- - No... No lo había notado... Para mí está igual que siempre...- Se sonrojó Harry. Tenía tanto en la cabeza que apenas había estado prestando atención a sus amigos.
Ginny hizo un gesto con las cejas y luego volteó a Ron.
Entonces Harry notó que su amigo aún tenía la mirada perdida en la escalera.
Antes del fin de mes, lo que quedaba del equipo de Quidditch se reunió para practicar bajo la mirada de Madame Hooch.
Las pruebas se realizaron sin mayor problema y para mediados de octubre ya tenían un equipo hecho y derecho, y comenzarían a entrenar esa misma semana.
Ginny parecía desenvolverse muy bien como cazadora y Sean Cormwell y su Nimbus podrían llegar a ser clave en el ataque.
Harry casi se cae de su escoba cuando se enteró que la profesora Luminous sería quién supervisaría los entrenamientos oficiales, pero tras un par de prácticas, todos se habían acostumbrado a que ella los observe tranquilamente desde las gradas.
Las cosas no fueron mucho mejor para la atareada cabeza de Harry. Todas las noches sacrificaba algo de sueño y algún que otro porcentaje de su cerebro, pensando en estrategias, tácticas y movimientos para el equipo.
Durante el resto del día, Harry comenzó a observar a Hermione.
Notó que Ron tenía razón. Casi no tocaba su comida y hablaba muy poco tanto en clases como fuera de ellas.
Comenzaba a preocuparse seriamente por ella. Y, si no estaba equivocado, Ron había estado preocupado por ella desde el inicio del semestre.
N/A o La odisea de escribir
Después de mucho mucho mucho tiempo, he subido otro capítulo. Está escrito desde hace un tiempo y no había tenido oportunidad de pasarlo a computadora.
Espero que les guste, aunque yo misma no esté demasiado conforme. Es un capítulo para sumar elementos de los libros que deben agregarse, como por ejemplo, una visita a Hagrid, el equipo de Quidditch, etc.
La verdad es que me hice un lío mientras escribía esto, porque no sabía muy bien cómo incluir tanta información en un solo capítulo, pero bien. Aquí está el terminado.
El nombre del capítulo fue otro lío, ya que, por ejemplo, antes se llamaba "El consejo de Dumbledore". Luego, en la reescritura, tuve que trasladar partes pertenecientes a otros capítulos a éste para darle sentido.
En fin... Espero que les guste, es algo divertido.
Ahora:
Santiago: gracias por lo que me has escrito en tu review... Me he puesto colorada! (si... es cierto... vivo poniéndome colorada!)
HermiD: Me alegra que te guste la profesora Luminous! Snif... yo quisiera ser como ella...
Lady Origin: Ja... si... es muy posible que te hayas cruzado con la antigua versión de esta misma historia que publiqué el año pasado, antes de leer la Orden del Fénix. No te preocupes, que aquella versión la quité de este sitio y la sometí a una rigurosa reescritura, para hacerla un poco más interesante. Pero si, es muy posible que hayas leído esos dos capítulos hace mucho XD
Y al resto de los lectores... GRACIAS POR SU TIEMPO!!!!!
Además, si les interesa conocer otros de mis escritos, en www.fictionpress.net bajo este mismo seudónimo encontrarán una historia que escribí hace mucho, muchísimo tiempo, que no he actualizado porque nadie la ha leído... Si les interesa, es una historia acerca de un grupo de amigos tras un cataclismo mundial... (Que original... Estaba en la época Evangelion y La marejada Increíble... snif...) Sin embargo, creo que tiene algunas cosas buenas
Y POR ULTIMO!!!
SIIII... HA LLEGADO EL Día!!!
Qué mejor regalo de cumpleaños puedo recibir??? El 20 de febrero es mi cumpleaños y el 21 a las 00.00 hs sale a la venta La Orden del Fénix aquí en Buenos Aires!!!! SIIIII!!!! IUUUUPIIIII!!!!
Saludos a TODOSSSSSSS
