Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K. Rowling y su combo de contadores... ¿Alguien tiene alguna idea de la cantidad de dinero que ella está ganando?

Este fanfic está dedicado a mi amiga Barby y su obsesión Harrypotteriana...

Éste capítulo va específicamente dedicado a su hermano, LISANDRO, quien por más de un año quiso meternos en un neuropsiquiátrico, tildándonos de insanas por nuestra obsesión por el Harrypotterismo; y quien hoy está ansioso por leer Harry Potter y la Cámara Secreta... JA!

Y claro está, también va dedicado a la mamá de ambos, que es quien actualmente tiene La Cámara Secreta, razón por la cuál Lisandro no puede leerlo... La Familia HARRYPOTTERIANA!!!

MUCHOS SALUDOS!!!! ESTÁN HARRYPOTTERIANDO???

Harry Potter y el Enigma de Elspeth

Capítulo 11

Otra Saeta de Fuego

El crepitar de la madera despertó a Harry repentinamente. Por un momento le costó saber dónde estaba.

Se había quedado dormido en un sillón de la sala común.

Con una mano comenzó a masajearse su dolorido cuello. Fuera de la ventana, el sol estaba asomando.

Se desperezó ampliamente, preguntándose qué hora era.

El hueco del retrato se abrió haciendo que dé un saltito de sorpresa.

- - ¡HARRY!- dijo la Profesora Luminous llevándose una mano al pecho.- Me asustaste… ¿Madrugando?

- - A… Algo así- dijo Harry sintiendo la garganta seca y mucho dolor en los brazos.

- - Estoy haciendo las rondas.

- - No sabía que incluían las Torres- dijo Harry aplastándose como podía el alborotado cabello.

- - Si… Generalmente sólo le pregunto a la Dama de Rosa, pero estaba muy dormida, así que entré. ¿Todo bien por aquí?

Asintió con la cabeza.

- - Todavía falta un rato para que el desayuno esté listo. Si quieres le pido a los elfos domésticos que te preparen algo- le dijo mirando de reojo un pergamino que había sobre una de las mesas.

- - No… Está bien, gracias. No quisiera causar molestias.

Dijo esto último un poco más alto para disimular el tímido sonido que emitía su estómago vacío.

- - No es problema. Ahora mismo les diré que te traigan algo. Nos vemos en la tarde.

Desapareció por el hueco, dejándolo bastante atontado.

No había alcanzado a regresar a su sillón cuando una voz chillona lo aturdió.

- - ¡¡HARRY POTTER!!

Dobby dejó una bandeja en el suelo y saltó a abrazar una de las piernas del muchacho.

- - ¡¡DOBBY SABIA QUE ERA USTED!!

- - Hola, Dobby. ¿Cómo estás?

- - Dobby ha estado muy preocupado por Harry Potter… ¡¡TAN PREOCUPADO!!

Sacó un gigantesco pañuelo cuadrillé de debajo de uno de los tantos sombreros que llevaba puestos y se secó un par de lagrimones que rodaban por sus mejillas. Luego se sonó la nariz estruendosamente.

- - Dobby se ha enterado, Harry Potter, de lo que ocurrió.

Harry tragó saliva muy nervioso.

- - E… Estoy bien, Dobby. Ya puedes dejar de preocuparte.

Escapó justo al tiempo que Dobby intentaba aferrarse a una de sus piernas nuevamente.

- - La Profesora Luminous me ha pedido que le traiga el desayuno a un estudiante en la Sala común de Gryffindor, y Dobby supuso que era Harry Potter, porque anoche, señor, cuando Dobby vino a limpiar, lo ha visto durmiendo en el sillón.

- - ¿Por qué no me despertaste?- preguntó Harry intentando relajar el cuello.

- - Oh, no, Señor. Dobby no podría. No. Limpié todo muy callado y me fui sin molestarle.

Recogió la bandeja que había llevado y la acercó al sillón.

- - Gracias, Dobby. No tendrías por qué haberte molestado.

- - No es molestia. Dobby haría cualquier cosa por Harry Potter. Además fue ella quién le avisó a Dobby.

- - Sí. Lo sé. Estuvo aquí.

- - Dobby quiere agradecer a la Profesora Luminous por los presentes que ella le ha hecho.

- - ¿Te ha hecho regalos?- preguntó Harry mordisqueando un bollito.

- - Oh, sí. ¡Dijo que había oído de dos elfos libres en Hogwarts y les ha traído a Dobby y a Winky túnicas de fiesta! ¡A Dobby le ha gustado mucho! Y seguramente a Winky le habría gustado también si hubiese estado sobria…

- - Me alegro por ti, Dobby. ¿Te gusta la Profesora Luminous entonces?- preguntó Harry más para asegurarse él mismo que era de fiar, que por interés.

- - Oh, sí, señor. Ella es muy gentil con Dobby y con los demás, aunque el resto no sea libre. Ella siempre dice "por favor" y "gracias".

Harry sonrió de lado.

- - Eso es bueno.

- - Ahora Harry Potter debe disculpar a Dobby, pero este elfo tiene que ir a preparar el desayuno.

- - Sí. Por supuesto. Gracias.

Dobby sonrió complacido y se metió por la chimenea, dejando a Harry meditando sobre su taza de café con leche.

- - Quizá…- dijo para sí- ... Ella haya venido para… Eso…

Pensó que si ella fuese peligrosa, Dobby le hubiese dado alguna señal, tal y como solía hacerlo. Y si ella era una Mortífago, el elfo, con todos sus años al servicio de los Malfoy, lo sabría.

Algo aliviado, terminó su desayuno tranquilamente, pensando en una que otra táctica para la tarde.

Un inesperado chaparrón los sorprendió durante la práctica, y al cabo de dos horas tuvieron que abandonar el campo, ya que la lluvia impedía que vieran nada. Además un rayo casi había alcanzado a Harold Meadowcroft, dejándole todos y cada uno de sus cabellos de punta.

Para fortuna de Harry, la lluvia torrencial había hecho que olvide que Wood estaba de pie en el medio del campo, sin hablar, con la mirada clavada en la profesora Luminous.

- - Eso ha estado bastante bien- dijo Ron mientras Hermione intentaba enseñarle el hechizo liberador de aire caliente.- Considerando la lluvia y todo…

Tuvo que guardar silencio porque de alguna manera había creado un pequeño tornado que perseguía a Crookshanks por toda la sala.

- - Pero de cualquier manera, el odio de Wood es impermeable.- dijo Harry sacudiendo su varita sin demasiados resultados.- Ya estoy harto.

- - ¿Por qué no hablan con la profesora McGonagall…? Civilizadamente, RON… A lo mejor sí los escucha- sugirió Hermione.

- - Yo creo que podríamos explicarle tranquilamente como es la situación- acotó Sean Cormwell mientras se secaba las medias junto a la chimenea.- Mejor dicho… Creo que Harry podría explicarle tranquilamente. Es nuestro Capitán, después de todo.

Harry tragó saliva. Después de presenciar aquella discusión en el despacho de McGonagall, no le interesaba presentar quejas acerca de la profesora Luminous. Volteó a mirar a su empapado equipo.

Siete pares de ojos con brillo en las pupilas, incluidos los de Hermione, estaban clavados en él.

- - Oh… Está bien- se rindió- Voy ahora… Cuanto antes mejor.

- - Te acompaño- dijo Ron sacudiendo la cabeza como un perro para librarse del exceso de agua.

Al llegar al pasillo donde se encontraba el despacho del jefe de Gryffindor, notaron un sendero de enormes charcos que terminaba justo ante la puerta.

Un murmullo crecía dentro de la sala a medida que se acercaban.

De repente, la voz de Wood resonó como un trueno.

- - ¡ESTO ES INACEPTABLE, MINERVA! YA LE HE DICHO QUE ESTOY AQUÍ PARA PROTEGER A LOS ALUMNOS DE PELIGROS EXTERNOS Y TENGO QUE DEFENDERLOS DE QUIEN SE SUPONE DEBE CUIDAR DE ELLOS… ¡PUES, ME NIEGO!… ¡¡PIENSO ELEVAR MI QUEJA AL MINISTERIO!!…

Harry y Ron pegaron las orejas a la puerta.

- - Oliver. El Consejo y el Ministerio han aprobado la presencia de la profesora en este colegio. No tiene sentido que eleve nada…

- - LOS CHICOS NO PUEDEN CONCENTRARSE CON ELLA AHÍ…

- - Yo creo que más bien es con ÉL ahí…- susurró Ron.

- - ¡MINERVA, DEBE TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO!

- - ¡Ya le he dicho que no! ¡Se lo he dicho una y otra vez desde hace un mes! ¡BASTA!

- - ¡NO!… ¿MINERVA? ¿Mi… Minerva?… ¿¿QUÉ HACE??… ¡Profesora McGonagall…!

Siguió a eso un silencio opresivo.

- -¿Crees que lo ha asesinado?- susurró Ron riendo.

Harry respiró profundamente y golpeó. Nadie respondió. Ron golpeó una segunda vez.

- - Eeehhh… ¿Quién es?- se escuchó débilmente la voz de la profesora.

- - Somos Potter y Weasley. Queríamos hablar con usted.- respondió Harry intentando ver algo a través del rabillo.

- - Ejem… Sí… De acuerdo… Pasen, pero…

Harry abrió la puerta y dejó entrar a Ron.

- - ¡CIÉRRELA, POTTER!- bramó la profesora McGonagall.

Obedeció, algo nervioso y un poco ensordecido por el grito. Cuando volteó a mirar a su profesora, notó que Ron se sacudía intentando contener una carcajada.

- - Necesito que me hagan un favor.- les dijo McGonagall con voz cansina.- Que me ayuden con ÉL…

Recién en ese momento Harry se dio cuenta que Wood estaba atado a una silla. Había sido hechizado con un encanto enmudecedor, por lo que por más que gesticule como un histérico, ninguna palabra salía de su boca.

- - Quiero suministrarle una poción relajante, pero en cuanto me acerco, lanza dentelladas al aire y temo que me mastique un dedo.

- - ¿Y por qué no lo hechiza?- preguntó Ron, y tuvo que esquivar un salvaje cabezazo que intentó propinarle Wood.- ¡EH!

Harry intentaba no reírse, pero fallaba miserablemente, sobretodo después que Ron gesticule "MATELO" y una vez más tuvo que alejarse de él para evitar recibir un narizazo de Oliver.

- - Potter. Tenga esto y cuando le diga, déselo de beber.

Tomó una botellita y la destapó.

- - Weasley, usted se encargará de abrirle la boca.

- - No entiendo por qué simplemente no lo hechiza, profesora… Sería mucho más fácil- dijo Ron temiendo recibir un mordiscón de Wood.

- - Claramente, Weasley, no quisiera tener que hechizar a un profesor… Sería una vergüenza. Sólo voy a inmovilizarlo por un momento y a darle el relajante. Weasley, no me mire así, para eso está Wood… Bueno… A la cuenta de tres…

Con la velocidad de un rayo, una vez inmovilizado Wood, Harry le dio de beber todo el contenido del frasquito. Cuando la profesora lo regresó a la normalidad, el ex capitán tenía una mirada perdida que se colaba por entre sus ojos entrecerrados, y una sonrisa extraña en los labios.

Visiblemente cansada, McGonagall tomó asiento.

- - Bueno… Ustedes querían hablarme de algo.

Harry y Ron intercambiaron miradas sombrías.

- - Sólo queríamos preguntarle si era realmente necesario que la Profesora Luminous estuviese presente en los entrenamientos, pero ya sabemos la respuesta…- dijo Ron.

- - Sí, Weasley. Es necesario… Aunque Wood no lo comprenda. Al parecer sus propias opiniones son ¡MÁS IMPORTANTES QUE EL EQUIPO!- le dedicó una mirada salvaje- No puedo hacer que la profesora Luminous se aleje de los entrenamientos.

- - Nos preguntábamos si no podría Madame Hooch ocupar su lugar… Wood parece muy incómodo con ella- dijo Harry con timidez.

- - Si Wood es quien tiene el problema- dijo la Profesora McGonagall lanzándole una mirada prácticamente asesina al semi consciente muchacho- ENTONCES BUSCAREMOS OTRO CONSEJERO…

Y a pesar de estar extremadamente relajado, Oliver logró abrir mucho los ojos.

- - WOOD ES QUIEN TIENE QUE CAMBIAR DE ACTITUD, y espero que piense en ello en las dos semanas que estará ausente…

- - ¿Ausente?- preguntaron Ron y Harry al unísono.

- - Ausente. Wood tiene que jugar con su equipo en una quincena.

- - ¿Y quién lo substituirá?- inquirió Harry.

- - Ya tenemos quien lo haga. ¿Algo más?

- - No- dijo Ron codeando a Harry- Muchas gracias, profesora.

Salieron del despacho justo en el momento en que Wood parecía salir de su forzoso sopor.

- - Al menos lo hemos intentado- se quejó Ron.

Harry asintió con la cabeza al tiempo que estornudaba. Estaba decidido a que los conflictos entre Wood y sus profesoras no le afecten. Tenía que concentrarse.

Aún así el hecho que Oliver estaría ausente durante dos semanas lo llenaba de una feliz preocupación.

Con el rostro cabizbajo, Wood dejó Hogwarts al día siguiente, no sin antes despedirse de Harry como quien se despide de alguien por última vez.

El entrenamiento sería tres días mas tarde. Había que comenzar a pensar seriamente en el partido contra Ravenclaw.

Al llegar al pasillo de las armaduras azules, se sorprendieron mucho al encontrar a Bill Weasley esperándoles junto a la Profesora Luminous.

Al entrar al aula de los Dragones Dormidos, Ron abordó inmediatamente a su hermano mayor.

- - ¿Cuándo llegaste? ¿Cómo no escribiste para decir que venías?

- - Pero lo hice. Le escribí a Ginny ayer.- respondió Bill sin darle mayor importancia.

Y si bien Ginny fingía no escuchar, Harry notó que se sonreía satisfecha.

- - ¿Recibiste su carta?- le preguntó Harry en voz baja.

- - Claro. No le dije porque quería ver qué cara ponía al ver a Bill. A veces pone caras graciosísimas… Es tan tonto…- dijo Ginny guiñando un ojo.

Ron le dirigió a Ginny una mirada interrogante a la cual ella respondió con encantadora indiferencia.

Entre tanto, el resto de los alumnos observaba con recelo al pelirrojo de pie al frente del salón.

- - Chicos- dijo la profesora Luminous sonriendo.- Esta será una clase especial. Tenemos con nosotros al señor William Weasley, quien prefiere ser llamado Bill. Hoy será él quién les dé clases. Mientras tanto yo pretendo sentarme por aquí, muy calladita y tomándome un tesito.

Nadie estaba muy seguro de tomárselo como una broma, pero Bill comenzó a hablar antes que ninguno decida si reír o palidecer.

- - Buenos días. Como les dijo Asellus, mi nombre es Bill. Yo también fui alumno de Hogwarts.

Un murmullo proveniente del fondo de la clase llegó al frente. Dos de las chicas de Hufflepuff reían tontamente mientras cuchicheaban acerca de lo guapo que era el nuevo profesor.

La profesora Luminous, quien parecía tener un oído privilegiado, casi se ahoga con el té al intentar contener una carcajada.

Ignorando la tos de la profesora y los suspiros de las alumnas, Bill prosiguió con la clase.

- - Todos han estado en Gringotts, ¿verdad?. Perfecto. Deben saber entonces que es uno de los lugares más seguros del mundo. Nadie sabe con exactitud qué cosas se guardan en las bóvedas o la cantidad de dinero dentro del banco. Hay bóvedas que han permanecido cerradas por siglos y hay muchas otras que fueron encantadas por sus dueños y que hoy siguen siendo un misterio. Mi trabajo es romper cierto tipo de maldiciones que personas ajenas al banco intentan arrojar sobre las bóvedas, para robar su contenido, o para evitar que se conozcan las cosas que guardan o por cualquier razón. Hemos lidiado con toda clase de magia, antigua y actual, oscura, desaparecida. Es un trabajo continuo. También tenemos que aplicar diferentes hechizos a las bóvedas para evitar  que sean vaciadas ilegalmente. Estos hechizos son muy complicados, pero no son inquebrantables. Es por eso que debemos estar atentos ante cualquier anormalidad.

Con lujo de detalles, Bill describió los efectos de las maldiciones egipcias y la magnitud de la magia de los duendes, quienes habían llegado hasta desafiar, en algún momento de la historia, a los magos oscuros más poderosos del momento.

Se desplazaba con toda tranquilidad entre los atentos alumnos, y más de una vez se acercó a las chicas de Hufflepuff para dedicarles una sonrisa.

- - Podemos decir que la frase "Gringotts es el lugar más seguro del mundo" es verdadera…

Harry recordó aquello que Hagrid le había dicho una vez, que sólo Hogwarts era más segura que Gringotts. Considerando todo lo que había sucedido en el colegio durante los últimos cinco años, Harry llegó a la conclusión que sería mejor que los magos guarden todo su dinero debajo del colchón.

Para terminar la clase, Bill les enseñó un maleficio de intangibilidad que todos estaban ansiosos por poner en práctica. Desdichadamente, la profesora Luminous les aclaró que si llegaba a saber que lo habían usado fuera de la clase, los iba a expulsar. Y Harry estaba seguro que ella se enteraría, por más que lo practiquen en el más absoluto de los secretos. Ella parecía estar presente a toda hora, en todo lugar, en cualquier situación.

Tras aquella clase, Bill pareció desaparecer de la faz de la tierra. No fue sino hasta el mismo día del entrenamiento que se les acercó durante el almuerzo. Llevaba ropas algo menos elegantes que de costumbre.

- - ¿Serás nuestro consejero, Bill?- le preguntó Harry al verlo.

Él sonrió de lado.

- - No. Asellus será quien reemplace a Wood.

La ansiedad de Harry se acrecentaba a medida que Bill y la profesora Luminous se acercaban al campo.

Esta vez, fue perfectamente conciente que no podía dejar de mirarla y decidió concentrarse a más no poder en una estrategia que había logrado planear la noche anterior.

Por otro lado, Ron era menos sutil, y prácticamente podía verse un hilo de saliva que se escapaba por las comisuras de su boca semiabierta.

- - Bueno chicos- dijo ella refregándose sus enguantadas manos. – Hoy yo seré su consejera y Bill aquí, hermano de Ron y Ginny, será quien nos cuide a todos desde las gradas. Antes que nada, aquí les traigo las túnicas nuevas…

Harry se acercó a Bill.

- - Oye… ¿En qué piensa volar?

- - Ella tiene su escoba, tonto. ¿Qué no la viste cuando la sacó de su bóveda?- respondió él, sorprendido.

- - ¡Harry! Te necesito por aquí- le llamó ella.

Intentando no mirarle a los ojos, se le acercó. Aún cuando no dejaba de mirar el césped, Harry podía sentir los ojos de la profesora sobre él, embargándolo de aquella feliz incomodidad que sentía cada vez que ella estaba cerca de ella.

- - ¿Has pensado algo?

- - Ehh- era difícil concentrarse estando de pie junto a ella.- Sí. Pero no he hecho ningún gráfico…

- - Perfecto. ¿Te parece si para entrar en calor formamos dos equipos y jugamos un poco?

Harry asintió con la cabeza.

- - ¿Usted jugará con nosotros?- preguntó. Ella asintió.- Bien. Entonces… ¿Qué le parece si Ginny, Harold y Eliza juegan con usted y el resto conmigo?

Ella sonrió y llamó a sus compañeros de equipo.

- - Bill… ¿No quieres jugar?- le preguntó Harry, pero Bill se negó cortésmente y se sentó en las gradas al tiempo que Hermione llegaba al campo y se ubicaba junto a él.

Harry reunió a su equipo.

- - Ron, guardián. Sean… Veamos cómo te va como bateador. Victoria, vas como cazadora. Tienes una Barredora como la de Ginny, así que estará bien. ¿De acuerdo? Intentémoslo así y luego podemos cambiar de puestos.

Se reunieron en el medio del campo.

- - ¡Bill! ¿Qué haces ahí? ¿¿Quién se supone será el árbitro??- le gritó la profesora- ¡Trae tu trasero para aquí…! Harry… ¿Ya está?. Bien. Yo seré la buscadora, Ginny cazadora, Harold el bateador y Eliza la guardián. ¿Te parece si dividimos el partido en dos tiempos? Así podemos cambiar de posición y practicar en todos los puestos… Perfecto… Bueno… ¡Accio Escoba!

Un agudo siseo cortó el viento y, en un vendaval verde, la escoba de la profesora se posó a su lado con toda precisión.

- - ¡Una Saeta de Fuego!- chilló Harold Meadowcroft. Y luego sus ojos se posaron en la escoba de Harry- ¡DOS Saetas de Fuego…!

Ignorando la emoción del equipo y su propia ansiedad, Harry montó su escoba.

- - ¿Empezamos, profesora?

- - Claro, claro. ¿Bill?

Al silbato, todos remontaron vuelo.

Harry decidió no elevarse mucho, ya que eran estaba decidido a observar cuidadosamente el desempeño del equipo.

Ron atrapó magistralmente una Quaffle lanzada por Ginny, pero fue golpeado por la única Bludger que usaban. Victoria Macheareth atrapó la pelota roja y salió a toda velocidad hacia los aros contrarios intentando esquivar a Harold, que revoleaba su bate como un desesperado. La cazadora logró llegar hasta el anillo que vigilaba Eliza Grant, y sin pensarlo dos veces, le lanzó la Quaffle marcando el primer gol de la práctica.

Harry sonrió satisfecho y le hizo una seña a Victoria para que regrese lo más pronto posible al otro lado del campo.

La profesora Luminous flotaba tranquilamente sobre su escoba, ajena a lo que acontecía metros abajo.

De repente, Harry vio un resplandor no muy lejos y se lanzó en dirección a la Snitch.

Aún no podría verla claramente, pero aumentó la velocidad. Un sonido junto a él le indicó que la Profesora también había visto la Snitch.

Sin apartar la vista de la bola alada, intentó realizar un amago, pero se dio por vencido incluso antes de hacerlo. De alguna manera estaba seguro que no funcionaría.

Como si supiera que dos buscadores iban tras ella, la Snitch comenzó a realizar bruscos cambios de dirección y a meterse en cada recoveco.

A Harry se le hizo muy difícil seguirla, y más aún teniendo a la profesora siguiéndole como una sombra.

Tuvo que atravesar varios árboles, atropellar varias bandadas de pajarillos y casi destrozar una de las gradas antes que la Snitch se perdiera definitivamente de vista.

Con las manos sudadas debajo de los guantes, Harry detuvo su escoba bruscamente, agotado y emocionado a la vez por la persecución. Junto a él, la profesora detuvo su Saeta de Fuego perezosamente.

- - Eso estuvo fantástico, ¿verdad?- le dijo acomodándose la algo alborotada cabellera.- ¿Te parece si detenemos el partido y aprovechamos para cambiar de posiciones ahora?

- - Si, claro- sonrió Harry- Sería bueno...

Hizo una seña a Bill que pitó el silbato inmediatamente.

Se reunieron en el centro para una charla táctica.

Harry ocupó el puesto de Guardián, Ron el de cazador, Sean el de buscador y Victoria el de bateadora.

En el extremo puesto del campo, Ginny tomaba posición delante de los anillos. La profesora tomó el bate, Harold sería el cazador y Eliza la buscadora.

Una vez comenzado el segundo tiempo, Harry aprovechó cada momento para observar los movimientos de todos los miembros del equipo.

Tras atajar un par de pelotazos débiles, su atención se centró en la profesora.

Cada vez que lanzaba una Bludger, parecía un tiro desviado, pero luego Harry comprendió que no intentaba golpear a los contrincantes, sino distraerlos. Por momentos, la bola despeinaba a Ron, haciendo que se ponga pálido de la impresión.

Ella se movía a la misma velocidad que las Bludgers que golpeaba. Era muy superior a muchos jugadores que Harry conocía. La escoba parecía una elongación de su cuerpo. No había ningún error en sus movimientos, como si el viento mismo estuviese de su parte.

El silbatazo, fuerte y claro, lo sacó de su trance para aplaudir a Sean que había atrapado la Snitch.

Una vez en los vestuarios, la profesora se sentó al fondo, junto a Bill.

- - Eso ha estado bien- dijo Harry de pié al frente de su equipo.- ¿Alguien tiene algo que agregar?

- - ¿ Podríamos practicar más seguido? Los partidos contra Ravenclaw y Slytherin son dentro de poco.

Eliza y Sean, ambos de séptimo dijeron que era poco probable, pero creían que podrían llegar a hacerlo.

Muy conformes, el equipo se retiró del campo antes que caiga la tarde.

Hermione los esperaba en la puerta, abrazando a Crookshanks. Parecía muy emocionada.

- - ¿LA VIERON? ¡Fue impresionante!

- - Es cierto, Harry- dijo Ron- Por un momento pensé que alguno de los dos iba a incrustarse contra un muro del castillo... Fue... Vertiginoso...

- - Ella... – dijo Harry.

La profesora Luminous caminaba rítmicamente junto a Bill, dando saltitos de vez en cuando. Parecía inmensamente feliz.

- - Ella es diferente...

- - ¿En qué sentido?- preguntó Hermione.

- - En todo sentido- respondió Harry, vagamente- pero cuando nos detuvimos después de perseguir la Snitch... Me dolía todo el cuerpo por el esfuerzo, tenía las manos sudadas y las piernas acalambradas por la fuerza de los virajes... Pero ella... Ella estaba muy relajada, como si acabara de montar y estuviese realizando un vuelo de prueba...

Harry entendió inmediatamente que ni Ron ni Hermione habían comprendido la magnitud de lo que estaba diciendo. Pero para él, aquel entrenamiento significó tanto que aquella sensación de incomodidad que sentía ante la Profesora Luminous, se le sumó una profunda y pura admiración.

Ahora, más que nunca, estaba seguro que ella era una persona excepcional, única.

Si bien el hecho que ella y Bill sean tan cercanos, lo reconfortaba levemente, no estaba seguro de querer tenerla cerca de solas, aunque sabía muy bien que había algo sus ojos que hacía que quisiera estar con ella.

Y a pesar de haber tenido una práctica fenomenal, Harry comenzó a desear desesperadamente que Wood regrese, para recordarle sus temores y sus dudas. Para evitar que confíe en ella. Quizá para evitar que caiga en una trampa.

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N/A: PUFFFFFF... qué lío que me he hecho con este capítulo... Uno más que estaba escrito desde hace un año y que tuve que adaptar minuciosamente... Y también tuve que agregarle una clase que impartiera Bill... En fin.

Una vez más conocemos las aptitudes de la profesora Luminous.

Aah... Dobby ha llegado!... Aún no estoy muy segura de la importancia que jugará finalmente nuestro elfo favorito en esta historia, pero tengan por seguro que será bastante relevante su presencia.

Y ya que mencioné la palabra lío... El próximo capítulo es un verdadero lío... Aún estoy editando-escribiendo-rescribiendo... Desafortunadamente, el original de la mitad de este capitulo quedó olvidado en la computadora de la casa de mis padres, así que tuve que rescribirlo completamente y aún estoy en eso, aunque ya casi está listo.

En fin

Como siempre, HERMYD!- Gracias, miles, por tu apoyo! Me encanta leer tus reviews!!!

Blackspirit; HOLAAA!!! En fin, no sé si seguirás leyendo mi fic, pero en caso que sigas haciéndolo, TE LO AGRADEZCO!!! Eres mi modelo de constancia! (para quienes no conocen su fic-que es im-pre-sio-nan-te- casi siempre actualiza muy muy rápido!!!!)

Ithae, también, muchísimas gracias por tomarte tu tiempo y leer mi fic:)

Garry: Si... siento mucho no poder actualizar más seguido, pero la verdad es que estuve muy, muy, pero muy dedicada a la universidad durante dos meses y no tuve demasiado tiempo para escribir :( Espero poder mantener al menos un ritmo constante a partir de ahora.

Un comentario acerca del capítulo anterior.

Como HermiD me dijo en su review, el miedo que quise reflejar en los chicos es exactamente ese... Verán... Yo tengo una teoría acerca del miedo. Yo sinceramente creo que el miedo (dejemos de lado las fobias que generalmente son infundadas) se basa en nuestro desconcierto. Creo que aquello a lo que más tememos es lo que desconocemos (lo menciona la profesora Luminous en una ocasión). Para aquellos de nosotros que vivimos en países que han pasado por dictaduras militares, el miedo al "podría llegar a suceder otra vez" es exactamente lo que quise describir. No estoy comparando ni por un instante la ficción con la terrible realidad, me he basado simplemente en mi propio temor para desarrollar  en esta etapa en la historia que escribo (y del mundo de Harry Potter en general).

Otra cosa... Me pareció pertinente presentar al nuevo equipo de Gryffindor, ya que no había tenido la oportunidad...

Bueno. Creo que no tengo más comentarios que hacer.

Dudas? Sugerencias? Comentarios? Hagan clic en REVIEW! Estaré ansiosa por leer lo que quieran decirme.

Ah... Cambiando de tema... Tengo algunas ilustraciones para este fic pero no tengo dónde cargarlas, así que si les interesa, pueden enviarme un mail a mi casilla misa_kats@hotmail.com y estaré muy contenta de enviarles un par.

EN FIN!

El próximo capítulo:

Título (sujeto a cambios... de ánimo): Las sombras en la oscuridad

Hasta ahora, podrán encontrarse con lo siguiente:

- - Bill y la Profesora Luminous... ¿cómo se conocieron?

- - EL castigo de Snape... ¿entrar al Bosque Prohibido? ¿Sólo?

Y hasta ahí ya hay un buen número de páginas... Ya veremos si se me ocurre algo nuevo... :P

ME CALLO!

MisaKats