HARRY POTTER Y TODOS SUS PERSONAJES SON PROPIEDAD DE J.K.ROWLING

Harry Potter y el Enigma de Elspeth

Capítulo 14

El visitante inesperado

- - ¡Harry!... ¡Eh, Harry!... ¡Te estoy hablando!

Ron le lanzó el tintero cerrado a la cara haciendo que Harry se queje sonoramente.

Era muy tarde en la noche y una composición para Pociones hacía que casi todo los de sexto de Gryffindor estén en la Sala Común.

- - ¿Por qué hiciste eso, Ron?- le preguntó.

- - Hace dos semanas que estás hecho un zombi.- le dijo inclinándose hacia él para asegurarse que nadie les oiga. – Estás así desde lo de la Torre.

Harry se aclaró la garganta muy molesto.

Las últimas semanas las había pasado como en una nebulosa.

- - Será mejor que terminemos con esto- le dijo sin más y se dedicó de lleno a los dos metros de pergamino que le quedaban por llenar.

Ron intentó quejarse, pero lo ignoró. Encogiéndose de hombros, su amigo también regresó a su pergamino dando un gruñido de reprobación.

En vez de concentrarse en su más que extensa tarea para las clases de E.X.T.A.S.I.S. de Pociones, Harry se enfrascó en sus pensamientos.

Por más que se esforzara, no podía recordar muy bien lo que había pasado exactamente la noche de la explosión.

La voz de Ron le sonaba lejana, como si le hablase desde atrás de una ventana con el cristal cerrado.

Harry casi no podía respirar. ¿Iba a desmayarse?

Poco a poco fue haciéndose consciente de su cuerpo. Primero los pies helados, luego las piernas entumecidas, las manos agarrotadas, los dedos que se aferraban a la varita. Después, de su respiración entrecortada, y, finalmente, de su corazón latiendo de manera apresurada.

Tenía descubierta la cabeza y los ojos perdidos en la nada.

- - ¿Harry?

Ron lo sacudió, una vez que hubo adivinado dónde estaban sus hombros.

- - ¿Estás bien?

Atinó a asentir con la cabeza, y luego, muy despacio, se quitó la capa.

Ginny estaba al pie de la escalera caracol sosteniendo a Crookshanks.

- - No ha pasado nada...

- - ¿Cómo que no ha pasado nada? ¡La escuela está atestada de vigilantes, ha venido McGonagall a preguntarme si estábamos todos bien!. ¡Tuve que decirle que ya te habías ido a la cama! ¿¿Y me dices que no pasó nada??

- - Había alguien en la Torre. La profesora Trelawney fue atacada. Huyó.

- - ¿La profesora Trelawney huyó?- dijo Ron disimulando una sonrisa.

- - No. El intruso. Quien quiera que haya sido. Se metió en el bosque.

Harry caminó sin darse cuenta hasta la butaca más próxima a la chimenea y tomó asiento, sintiendo como el fuego lentamente hacía que entre en calor.

- - Harry... Estás muy raro.- le dijo Ginny acercándose.

- - Tengo frío. Eso es todo- mintió él.

¿Por qué no les decía que acababa de oír a la profesora Luminous hablando en Pársel?

Se sentía tan enojado y temeroso a la vez. Y traicionado.

Quizá esa era la razón por la cual Oliver no confiaba en ella. ¿Le habría oído él también en alguna ocasión?

El sonido siseante de aquella lengua le había calado hasta los huesos. Mucho más aún que aquella gélida noche. Y no era sólo la profesora Luminous. Había alguien más que hablaba Pársel.

- - Me voy a dormir- declaró.

Ginny y Ron lo miraron azorados mientras subía la escalera.

Esa noche le fue casi imposible dejar la mente en blanco, y se durmió sin más, cuando ya el alba despuntaba en el horizonte.

Intentó evadir a la profesora tanto como le fue posible, pero se sentía tan desilusionado de ella que quería golpearla.

Le temía, era cierto. Pero también quería matarle.

No mencionó nada ni a Ron ni a Hermione, cuando ella regresó a Hogwarts.

No haberlo hecho lo ponía aún más furioso.

¿Por qué guardaba el secreto? ¿Por qué no se lo decía a todo el mundo? ¡Era casi seguro que aquella mujer sea un mortífago!

Harry apretó los puños y rechinó los dientes.

La tediosa clase de Transformaciones para los E.X.T.A.S.I.S. terminaba al sonido de la campana.

Harry soltó el pupitre, al cual había estado clavando las uñas durante toda la mañana.

- - Ya puedes dejarlo ir, creo que es bastante inofensivo- dijo Ron muy serio, mirándole los nudillos colorados.- Estás hecho un manojo de nervios.

Soltó el pupitre.

No había podido practicar Oclumancia en todos esos días. La angustia, con toda la energía de quien ha estado hibernando, había regresado a él.

Ella era un espía... Un espía de Voldemort.

Seguramente no había estado en el bosque aquella noche que decía haber seguido al intruso también. Harry no recordaba haber visto las huellas de una tercera persona. No. ¿Por qué iba a perseguirle si el intruso era su aliado?

Quizá por eso Snape estaba tan enojado con ella... Quizá Snape sabía...

Harry soltó un gruñido muy audible. ¿De repente Snape le parecía confiable?

Caminaba por los pasillos del colegio, mirando las baldosas, pero perdido en sus propias conjeturas.

Chocó con algo que hizo que caiga al suelo.

Malfoy le había hecho caer de un sólido y único codazo.

Algo dentro de Harry hizo ¡Crack!.

- - No pierdas el control...- se repetía, pero ya caminaba hacia Malfoy con la varita firmemente en su mano.

- - ¡Eh, tú! Imbécil...CUIDADO POR DONDE VAS.

El muchacho de cabello platinado volteó desafiante.

- - Has estado muy calladito todo este tiempo. ¿Te da vergüenza que tu papi esté en la prisión?

Las palabras se le atropellaban a medida que brotaban de su boca como veneno.

- - ¿No te has pavoneado siempre diciendo que cuando Voldemort regrese, iba a ser nuestro fin? ¿Le ha salido a papi el hechizo por la culata? ¿Te ha gustado su nueva casa? ¿O te asustaste cuando lo fuiste a visitar? Ah, no, claro... Supongo que estarás demasiado avergonzado como para visitarlo.

¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué estaba hablándole de esa manera?

- - Cállate, Potter- le espetó Malfoy, dejando entrever como una vena en su sien palpitaba amenazante.

- - Ah... Supongo que creíste que Voldemort le rescataría... Eres un pobre diablo. Hasta tu padre sabía que a su OH GRAN SEÑOR no le importa un bledo lo que le pase a sus esclavos.

- - Cierra la boca- siseó Malfoy sacando su varita.

- - Pero claro. Tu padre fue muy valiente durante el mundial, aterrorizando Muggles con la cara cubierta... Lástima que cuando Voldemort regresó no se le veía tan enérgico... Es más... Creo recordar que se había meado la túnica.

Malfoy parecía un gran tomate humanoide. Tenía rojo hasta el blanco de los ojos.

- - ¿Y que pasa con Crabbe y Goyle? ¿Dónde están tus amigotes? Ah, si. Mismo caso. Pero tú eres tan cobarde que andas incitando a la gente con miraditas y luego escondiéndote como una cucaracha...

- - Potter... – siseó.

Harry sintió un dolor punzante en el cuello. Malfoy prácticamente estaba clavándole la varita justo bajo el mentón.

- - No tienes idea de lo que dices, imbécil- le dijo Malfoy entrecerrando los ojos.

A pesar de su incómoda situación, Harry solo quería golpearlo, hechizarlo, dejarlo inconsciente.

Había tocado una tecla que había hecho que Harry se salga completamente de sí.

Rechinó los dientes, y con un rápido movimiento, logró casi clavarle la varita en el corazón.

- - ¿¿¡SE PUEDE SABER QUE ESTA SUCEDIENDO AQUÍ!??

La profesora McGonagall estaba de pie junto a ellos.

Pero Harry no oía nada.

¿Cómo se atrevía Malfoy? Su padre era un mortífago y él se pavoneaba por ello.

Por el rabillo del ojo, Harry vio una mano blanca de dedos largos que aferraba a Malfoy por el cuello. Al tiempo que lanzaban a su contrincante hacia atrás, Harry sintió como una mano enérgica le aferraba por el hombro.

Harry volvió a la conciencia repentinamente.

Snape jalaba a Malfoy por el cuello de la túnica mientras el muchacho pataleaba.

Quien sostenía a Harry era el mismísimo Dumbledore.

- - ¿QUÉ ESTAN HACIENDO?- dijo McGonagall muy enojada.

- - ¡EL EMPEZO!- chilló Malfoy- Yo sólo tropecé con él por accidente.

- - ¡Eso no es cierto!- Mintió Harry descaradamente. Sabía muy bien que había sido él quien había reaccionado.

- - Suficiente- dijo Dumbledore- Ambos saben que los enfrentamientos en los pasillos están prohibidos. Severus. Haz el favor de llevar a Draco al Gran Salón. La cena está a punto de servirse. Gracias, Minerva. Yo me encargaré de esto.

La profesora McGonagall asintió con la cabeza y se retiró.

Dumbledore soltó el hombro de Harry e inspiró profundamente.

- - ¿Quieres decirme qué pasó, Harry?

Bufó molesto. Sabía que tenía que dar una explicación.

- - Él me empujó a propósito- dijo finalmente.

- - Harry...- dijo Dumbledore, como meditando lo que estaba a punto de decir.- Creo que ya eres bastante grande como para que eso cause semejante revuelo.

¿Dumbledore estaba dándole una reprimenda? Apretó los puños.

- - ¿Hay algo que te esté molestando?- le dijo, mirándole fijamente a los ojos.

Harry bajó la mirada. Sabía que Dumbledore estaba intentando leerle la mente.

- - Todo...- respondió sin ganas.

- - Pues, Harry... Eso es mucho, realmente.

Reunió coraje.

- - Profesor... ¿Saben algo de Voldemort?

Dumbledore comenzó a caminar en círculos.

- - Siempre- respondió simplemente.

- - El profesor Lupin me dijo que no sabían nada.

Sí. Fingir que estaba preocupado por Voldemort era la mejor ruta de escape.

- - Como sabrás, Remus solo quiere protegerte.

- - Quisiera que no se me oculten tantas cosas. Después de todo, él quiere matarme... Y yo seré quien determine si él vivirá o no... ¿cierto?

Dumbledore guardó silencio.

- - No puedo obligarte a que me digas lo que realmente te está molestando. Pero quizá hablar de ello te ayude.

Harry tragó saliva.

- - ¿Es posible que alguien más hable Pársel?- preguntó casi en un susurro.

Dumbledore pareció inusualmente sorprendido por la pregunta.

- - ¿Puedo saber por qué preguntas?

No respondió.

- - Bueno. Supongo que sería posible. Aunque raro.

- - Me preguntaba si los Mortífagos hablarían Pársel.

Harry no entendía muy bien por qué, pero Dumbledore parecía realmente desconcertado.

- - Dudo mucho que Voldemort le enseñe Pársel a sus Mortífagos. Son sus sirvientes, no sus iguales. Además el Pársel no puede enseñarse. Es una habilidad que se adquiere de nacimiento. Ni siquiera es hereditaria. Y a veces se adquiere de maneras menos convencionales, como tú.

- - Profesor...

Las palabras le picaban en la garganta. Estaba a punto de decirle que la profesora Luminous hablaba Pársel.

Pero el sonido de pasos al final del pasillo evitaron que hable.

- - Director...

Harry reconoció la voz al instante. Y por instinto, apuntó directamente sobre el visitante, preparándose para atacar.

Lucius Malfoy estaba de pie al final del pasillo.

Se veía visiblemente demacrado y parecía haber recorrido varios kilómetros al trote, porque estaba muy agitado.

- - Director...-repitió.

Harry recordó vagamente aquella vez en que había visto al Señor Crouch saliendo del bosque.

Dumbledore se acercó a Malfoy a paso muy tranquilo. No parecía perturbado por su presencia.

Pero Harry no cabía en sí. Malfoy había logrado escapar de Azkaban, había logrado, seguramente, evadir múltiples guardias del Ministerio y había logrado entrar en Hogwarts.

- - Calma, Lucius. Recupera el aliento- le dijo Dumbledore poniéndole una mano en el hombro. Luego volteó hacia Harry- ¿Podrías hacerme el favor de decirle a la profesora Luminous que se encuentre conmigo en mi despacho? Y que por favor, también avise al profesor Snape.

Harry se quedó inmóvil, mirando fijamente al señor Malfoy, quien no parecía darse cuenta de su presencia.

Dumbledore le sonrió.

- - Harry. Por favor- repitió- Dile a la profesora Luminous que se reúna conmigo en mi despacho... Harry, está bien...

Comenzó a caminar hacia el Gran salón.

- - Ah, Harry.

Cuando estaba llegando a donde el pasillo se torcía para desembocar en el comedor, Harry volteó para mirar al director.

Dumbledore se llevó un dedo a los labios, indicándole que mantenga la presencia de Lucius Malfoy en secreto.

Harry estaba muy confundido, pero se dispuso a realizar el pedido del director.

Atravesó el Gran Salón y llegó hasta la mesa de los profesores, donde la profesora Luminous atacaba vorazmente una porción de tarta de manzana.

- - Profesora- Harry se acercó a ella evitando mirarle a los ojos.- El profesor Dumbledore quiere que usted y el profesor Snape se reúnan con él en su despacho lo antes posible.

La profesora soltó el tenedor con tranquilidad y le sonrió.

Sin embargo, cuando sus ojos se clavaron en los de Harry, notó que más allá del velo de tranquilidad que la cubría, había preocupación y urgencia.

- - Ha llegado alguien, ¿verdad?- le susurró.

Harry asintió levemente.

Muy despacio, la profesora se puso de pie y sonrió.

- - Gracias, Harry, muy amable.

Luego se dirigió a Snape y le dijo algo al oído, a lo que el profesor no respondió.

Ambos abandonaron el Gran Salón sin que nadie más que Harry lo notase.

Se sentó a la mesa y por arte de magia, un plato con sandwiches apareció frente a él.

- - ¿Dónde estabas? – inquirió Hermione.

- - Les contaré luego- dijo Harry de mala gana mientras bebía un largo sorbo de jugo de calabaza.

- - Les digo que si antes creíamos que ella había sido compañera de Snape, esto lo certifica. Dumbledore hizo que sólo ellos dos se reúnan con él....

Harry les narró a Ron y Hermione, con lujo de detalles, el encuentro con Draco. Una vez más decidió callar el hecho que la profesora Luminous hablaba Pársel.

- - ¡Lucius Malfoy!- susurró Hermione mirando desesperadamente a los lados para asegurarse que nadie de oiga- ¡Lucius Malfoy en Hogwarts!

- - Imposible...- musitó Ron- Estaba en Azkaban.

- - Creo que Luna tendría un par de cosas que decir acerca de tu comentario- dijo Harry.- Claramente, se escapó...

- - ¡Pero que venga a Hogwarts!- repitió Hermione.

- - Parecía muy asustado.

- - Puede que sea un espía- comenzó a desesperarse Hermione- puede que esté siendo manipulado...

- - No creo que a Dumbledore se le pase un esp... Ah... no... Nada... Olvídenlo.

Harry guardó silencio tras su comentario fallido. Pero se quedó pensando en que Malfoy no le había inspirado temor alguno. Es más, parecía desesperado, como un animal asustado que huye de su predador.

- - ¿Crees que siga aquí?- susurró Ron mirando hacia la puerta, como si Malfoy pudiese atravesar el hueco del retrato en cualquier momento.

- - Así que Malfoy hijo volvió de donde sea que haya estado...- comentó Hermione frunciendo el ceño- Y justamente el día que su padre  vino a asilarse al colegio... ¿Crees que sepa que el Señor Malfoy está aquí?

Negando con la cabeza, Harry le dio una oportunidad a la duda, pero no creía que fuera así. Aunque ya no podía estar seguro de nada.

Esa noche se fueron a dormir con las caras arrugadas por la preocupación.

Harry se tendió en la cama mirando a la nada.

Sentía una necesidad desesperada de hablar con Sirius. De preguntarle tantas cosas. Era el único que había querido contarle absolutamente todo. Parecía haber sido el único en creer que Harry era merecedor de toda la verdad.

Frunció la boca. Se sentía tan excluido que le daban ganas de gritar.

Se tapó la cara con las manos.

La profesora  Luminous también parecía ansiosa de hacerlo parte de aquellos silencios en los que se sumía Dumbledore.

Pero la revelación acerca de ella a la que había sido sometido hacía que se le pongan los pelos de punta.

Había pasado de la fascinación al disgusto... Y al temor.

Cerró los ojos, molesto por los pensamientos que lo acosaban.

Sintió una suave brisa que lo despeinaba. Sin saber cómo, se encontraba sobre un bote que atravesaba un lago de aguas extremadamente calmas, en el que el cielo se reflejaba tan nítidamente que si uno miraba hacia el horizonte, no distinguía dónde terminaba el agua y dónde empezaba el firmamento.

El bote se movió casi imperceptible, anunciando que había llegado a la orilla.

Dio un paso fuera de la embarcación y sintió el suelo ceder levemente bajo su peso.

Unos pocos metros más allá de donde estaba, podía ver una espesa cortina de niebla. Y algo más alejado, un bosque muy tupido que se perdía en la ladera de una montaña.

Dudó antes de seguir caminando, pero inspiró profundamente y se dirigió hacia la niebla.

Los sonidos del bosque callaron inmediatamente, y los árboles parecían abrirse a su paso.

Repentinamente, se sintió muy cansado. Cayó de rodillas y tuvo que cerrar los ojos por el dolor provocado por las pequeñas piedras que cubrían la tierra.

Pudo ver como su túnica se impregnaba con la sangre que le brotaba como un manantial de las rodillas huesudas.

Harry despertó muy agitado y corrió las frazadas para asegurarse que sus rodillas no sangraban.

El sueño había sido extrañamente real.

La cicatriz no le molestaba, pero sentía la cabeza pesada.

El entendimiento cayó rápidamente sobre él.

- - ¿Ha sido él? ¿Lo he encontrado yo?- pensó Harry mientras se quitaba el pijama y sacaba algo de ropa limpia de su baúl.

La luz se colaba débilmente a través de la ventana, pero al menos era de día.

Salió de la sala común y lo invadió el olor de las antorchas que los vigilantes habían llevado consigo en las rondas nocturnas.

Ya no volvería a caer en la misma trampa. Esta vez se lo contaría a Dumbledore inmediatamente.

Si el sueño era lo que Harry suponía, entonces había visto el lugar en donde estaba Voldemort.

Cuando llegó a la gárgola, se encontró con el profesor Flitwick.

- - Buenos días, señor Potter- le dijo- ¿Despierto tan temprano?

- - En realidad, buscaba al director.

- - Ah. Lo siento, Potter. El director regresará hasta el mediodía.

- - Ah... Bueno...-dijo Harry sorprendido- Gracias, profesor.

Regresó en sus pasos. Si Dumbledore no estaba allí, entonces McGonagall tampoco se encontraría en su despacho.

Aunque sospechaba que el hecho que no estuvieran en sus despachos no necesariamente significaba que estuvieran fuera de Hogwarts.

No sentía deseos de regresar a la Torre, el desayuno aún no estaba listo, pero faltaba lo suficientemente poco como para que Dobby esté demasiado ocupado en las cocinas. Hagrid, probablemente, tampoco estaría en su cabaña.

Se detuvo en un pequeño salón de paso y se quedó sentado bajo una antorcha.

Casi se felicitaba a sí mismo por la tranquilidad con la que se había tomado lo que acababa de sucederle.

Realizó una floritura con la varita y comprobó que había logrado controlar el hechizo liberador de aire caliente.

Luego, comenzó a realizar un gráfico con flechitas y circulitos que se movían en una cancha de Quidditch imaginaria, planeando una posible estrategia para el próximo partido.

Los circulitos y las flechitas se abalanzaron unos sobre otros y desaparecieron haciendo ¡puf!

Harry se había puesto de pie tan rápidamente que golpeó la antorcha con la cabeza.

Una señora muy abrigada que dormitaba en uno de los retratos, dio un saltito de sorpresa.

- - Sangraba- dijo Harry en voz alta- ¡SANGRABA!

- - ¿Sangrabas? Deberías ir a la enfermería- dijo un señor desde un cuadro.

No respondió y comenzó a caminar en círculos.

- - Claro... Sangraba... Estaba cansado...

De repente supo que era muy importante que hable con Dumbledore. Tenía que encontrarlo.

Subió las escaleras de a tres escalones por paso. Conocía el camino tan a la perfección que le pareció estar caminando por puro instinto.

El Aula de la Necesidad debía estar allí, pero no estaba muy seguro de querer irrumpir en medio de una reunión de la Orden... Porque estaba casi seguro que esa era la razón por la que el director y la subdirectora no estaban en su despacho.

La puerta apareció frente a él, pero se quedó quiero.

Sin que le sorprendiera demasiado, la puerta se entreabrió.

La profesora Luminous, radiante aún cuando era tan temprano, asomó la cabeza por la abertura.

- - Bueno, Harry. ¿Puedo ayudarte en algo?

Permaneció indiferente a la sonrisa de la mujer.

- - Yo quería hablar con el profesor Dumbledore.

- - ¿Está todo bien?- le dijo en tono preocupado.

- - No es nada malo. Pero es urgente.

Ella asintió y volvió a desaparecer tras la puerta.

Al cabo de unos minutos, Dumbledore salió al pasillo.

- - Buenos días, Harry. Siento haberte hecho esperar. ¿Querías hablarme?

- - Profesor... Tuve un sueño y quería contarle... lo que vi.

A Dumbledore se le iluminaron los ojos y sonrió levemente.

- - ¿Cree que sea seguro que se lo diga?- susurró Harry.

- - Dime, Harry. ¿Eras tú?

- - Fue diferente esta vez, profesor. Era yo pero sabía que en realidad no era yo... Es decir- se puso algo colorado.- Él no me estaba guiando. No creo que se haya dado cuenta que yo le veía.

- - ¿Y qué fue lo que viste?

- - Estaba un lago. Desembarcó cerca de un bosque. Pero estaba muy cansado, profesor- Harry comenzó a emocionarse- Y cayó de rodillas... Y sus rodillas sangraban.

Dumbledore asintió con la cabeza.

- - ¿Has estado practicando Oclumancia, Harry?

- - Sí.- dijo con seguridad- En realidad, no estoy muy seguro. He intentado despejar mi cabeza por completo antes de dormir. Pero anoche me quedé dormido sin darme cuenta...

Durante interminables segundos, el director se le quedó mirando fijamente.

- - Muy bien, Harry- le sonrió ampliamente- aprecio mucho que hayas decidido contármelo. Ahora... Me gustaría que realices un entrenamiento algo más intensivo de Oclumancia.

- - ¿Hay algún problema? ¿Cree que el sueño...?

- - No, no- se apresuró el director- Creo que tienes razón en cuanto al sueño, el no se ha dado cuenta que pudiste verlo. Pero eso también significa que tu conexión con Voldemort sigue siendo fuerte, Harry. ¿Comprendes?

Harry asintió.

- - ¿Qué te parece si practicas con la profesora Luminous?


A Harry se le hizo un nudo en el estómago. ¿Prefería practicar Oclumancia con una mujer que hablaba Pársel o con su declarado enemigo, un profesor que por cierto le había enviado al Bosque Prohibido sólo en medio de la noche con nada más que un mapa y un frasco?

- - ¿Qué no podría recomendarme un libro? Practicaría con Hermione... Verá... No tengo mucho tiempo...- se excusó pobremente.

- - ¿Albus?- la profesora McGonagall se asomó por la puerta.

- - Enseguida, Minerva.- Volteó hacia Harry- Tengo que irme. Hablaremos más tarde.

Se quedó solo en el pasillo, con la satisfacción de haber hecho lo correcto.

Y con la satisfacción de saber que Voldemort había vuelto a cometer un error.

Ahora era humano. Más humano aún de lo que él mismo creía. Y tanto Dumbledore como Harry lo sabían.

* * * * * *

N/A:

Un capítulo más... Me ha salido un poco corto, pero creo que está bastante bien.

LES GUST" EL CAPITULO ANTERIOR???

Espero que sí, es uno de mis favoritos.

Y no se preocupe, todo el mundo, todas sus respuestas llegarán a su debido tiempo. Todo tiene respuesta. (aunque aún no las haya pensado con detenimiento... JAJAJA... Mentiritas)

Bueno... no tengo mucho que decir sobre este capítulo en particular.

Cualquier comentario, sólo vayan a Review. Estaré más que contenta de saber lo que quieran decirme.

Ahora... ESCENAS DEL PRRRROOOOXIMO CAPITULO... (llevo tan solo dos hojas escritas... pero promete mucho.)

**

- - ¿Harry?

Sin poder evitarlo, volteó.

- - ¿Me temes?

**

- - No se preocupen, chicos. Ya me siento mucho mejor.- se puso derecha como para demostrar su integridad- Llorar no es la respuesta... Creo que cuanto más enterados estemos de todo, las cosas irán mejor. Así que... Creo que tendremos que hacer algo de espionaje...

Y OTRA COSA... Pueden recomendarme algún buen libro? Tengo ganas de leer y no se me ocurre qué leer... (Ya he leído Harry Potter varias veces... busco un poco de variedad... jejeje)

MisaKats