Harry Potter es propiedad de J.K.ROWLING
Daniel Guevara es propiedad de Dorian-Crow (GRACIAS POR DEJARME USARLO!!!!!!)
Harry Potter y el Enigma de Elspeth
Capítulo 22
Las Raíces de la Magia
Y si todo lo que Harry y los demás habían presenciado, había sido un maravilloso ritual, con raíces antiquísimas, que se realizó con el mayor de los respetos y una solemnidad abrumadora, lo que siguió a aquello no pudo haber sido más diferente...
Tras un breve silencio, todos los magos comenzaron a hablar de manera atropellada, algunos poniéndose de pie, otros mirando a su alrededor en la forma más pura de confusión, y, la gran mayoría, solo se dedicó a susurrar (en voz bien alta) a sus magos vecinos.
El grupo más cercano a los estudiantes de Hogwarts ni siquiera intentaba ser discreto.
- ¡... Es el acabose! ¡EL ACABOSE!- Chillaba una bruja pequeñita.
La mayoría de las palabras que alcanzaban a oír los estudiantes, eran pequeños trocitos de conversaciones acaloradas.
- ... rio?... PS psss pssserio?
- ...aro!... pssss psss psssto...
- …psss psss psssmbre…
- … psss psss psss psss psssssndwitch…!
Dumbledore se aclaró la garganta y elevó ambas manos al cielo.
- Orden, mis queridos amigos...- dijo sin forzar la voz- Así jamás llegaremos a entendernos.
- ¡¿Es cierto lo que decía tu carta, Albus?!- gimió un mago con voz repentinamente aguda.
- Sí, Gerardus. Espero que ninguno de ustedes haya supuesto que era una broma...
- Claro que no pensaríamos eso, Dumbledore, pero, ¡francamente...!- dijo otro, alto y moreno.
- Sé que es algo que nos negamos a creer. Pero les aseguro que es cierto... Yo le he visto con mis propios ojos.
Todos parecieron dar un respingo, y varios de los miembros del Concilio se llevaron una mano al corazón.
- ¿Hace cuanto tiempo de eso, Albus?
- La primera y última vez que le vi en mucho tiempo fue el pasado junio.
- ¡Junio! Albus, estás tomándonos el pelo- gritó un mago de larguísima melena colorada- ¡ No vas a decirnos que se ha mantenido quieto todo este tiempo!
- ¡Svartjo tiene razón! ¿Cómo es que no hemos sabido nada de él hasta ahora?- secundaron varios a la vez.
- En realidad, - dijo Dumbledore, como si hubiese sabido que su siguiente declaración provocaría una oleada de gritos- su presencia ha estado latente durante los últimos seis años.
Y no estaba errado: gritos desconcertados, neurosis total. Sobre el montículo todo era un gran revuelo.
- ¡CALMA!- solicitó el Director- ¡Prometo que llegaremos a eso más tarde!
- Si fue hace seis años que él regresó- interrumpió la bruja de la túnica veraniega- ¿cómo es posible que Fudge no lo haya divulgado antes? ¡Algo tan grande como el regreso de Voldemort no debería ser guardado en secreto!
- Mi querida Niké, yo concuerdo contigo, pero sabemos que Cornelius siente algo de paranoia con relación a su puesto. De hecho, le informé del regreso de Voldemort hace dos años ya, la misma noche en que finalizó el Torneo de los Tres Magos...
Ignoró un rumor de voces que se elevó detrás de sus palabras.
- ¿Está usted diciendo que Fudge le ocultó esto a la Comunidad mágica durante todo un año?
- Yo no lo podría haber dicho más claro que usted, Choy.
- ¡Imposible!
- Lo cierto, mis amigos, es que nuestro querido Ministro de la Magia, tuvo que admitir que había regresado por causas de fuerza mayor... Es decir, cuando le vio con sus propios ojos, al igual que yo...
- ¡Ja! ¡Me sorprendería mucho que Fudge sobreviviera a un encuentro con Voldemort...!- exclamó un joven mago irlandés.
Dumbledore intentó ocultar una sonrisa que se dibujó en sus ojos.
- Eso es porque nuestro viejo enemigo estaba ya en plena huída...
- ¿Huyendo?- repuso el joven.- ¿Huyendo de dónde?
- Pues del Ministerio de la Magia, claro está.
Varios gritos fueron sofocados, y muchos de los que se habían puesto de pie para discutir, regresaron a sus asientos, como si aquello les pesara demasiado como para mantenerse parados.
- Así que ha cobrado el suficiente poder como para arriesgarse a entrar en el Ministerio...- reflexionó en voz alta aquel mago.
- Así es, Geoff.
- ¡Esto es ridículo!- declaró un mago italiano- Si es lo suficientemente fuerte como para entrar al Ministerio, ¿cómo es que aún no ha habido víctimas?
- Oh, sí que las ha habido- terció Dumbledore con gesto adusto.
- Según entiendo- interrumpió Geoff, mirando a Dumbledore- Ya se cuentan tres víctimas conocidas.
Todos los magos y brujas callaron de repente.
- ¿Quiénes?- se oyó un hilo de voz.
El Director explicó todas las circunstancias de las muertes del Señor Bryce y Bertha Jorkins. Los gestos de los asistentes variaban desde el desconcierto hasta la tristeza.
En cuanto dijo que Cedric había sido la tercer víctima, se oyó un rumor generalizado.
- ¿El hijo de Amos? ¡Pero era sólo un muchachito!
Dumbledore asintió.
- Y eso prueba que Voldemort no ha cambiado en nada... Que asesinará a quien se cruce en su camino... Cedric Diggory no presentaba amenaza alguna para él, tan sólo estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado... Fue asesinado la ultima noche del Torneo de los Tres Magos por el mismo maleficio que se cobró tantas otras vidas en épocas pasadas.
- Un momento, un momento- irrumpió el mago italiano- Según tengo entendido, la muerte de Diggory fue un episodio bastante confuso...
- Lo interpretaría de esa manera si sólo hubiera oído la versión de primera mano del Ministerio... – afirmó Dumbledore- Pero sabemos muy bien que fue muerto por la varita de Voldemort, bajo el influjo del maleficio Avada Kedavra...
- Lo... ¿Lo saben muy bien? – replicó un mago árabe.
- Sí. Hubo un testigo que vio el momento en que Cedric fue asesinado, quien luego presenció el ritual a través del cual Voldemort recuperó su cuerpo, y que logró huir tras un breve enfrentamiento con él y sus mortífagos.
- Impresionante...- comentó una bruja- ¿Quién?
- Uno de mis estudiantes- declaró Dumbledore.
- ¡UNO DE SUS...! ¡Tendrá que perdonarme, pero eso me resulta imposible de creer!...
- Y aún así, Pendragón, es cierto. Ese alumno fue Harry Potter.
Los magos se miraron unos a otros emocionados. Harry se movió nervioso en su asiento y se aseguró que su cicatriz estuviese bien cubierta de cabello.
- ¿El pequeño Harry Potter? ¡Pero él era aún más joven que el niño de Amos!- dijo una bruja, levemente ofuscada.
- Y aún siendo así, logró huir de Voldemort en más ocasiones que ninguno de nosotros.
- ¿Dice que Potter sobrevivió en más de dos ocasiones a un ataque de Voldemort Y SUS MORTIFAGOS?
- Mi querido Derhaan, es más complejo que eso... Desde hace seis años que Voldemort intenta infiltrase de alguna u otra manera en Hogwarts. En todas esas ocasiones ha sido el no tan pequeño Harry Potter y varios de mis alumnos quienes lo han detenido, postergando su regreso año tras año, hasta que fuera finalmente inevitable.
- ¡¡Esto es una broma!! ¡¿Lo que está diciendo usted, Albus Dumbledore, es que un grupo de mocosos ha estado salvándonos el pellejo durante los últimos... SEIS AÑOS y no nos hemos enterado?!
- Sí- sonrió- Eso es exactamente lo que digo, Ciato. En mi carta les narré todo acerca de una incursión al Ministerio por parte de algunos de mis aliados. En aquella ocasión, el objetivo era rescatar a un primer grupo de estudiantes que se había adentrado allí con el fin de evitar que Voldemort y sus secuaces roben algo de suma importancia del Departamento de Misterios.
- ¡Impresionante!- repitió la misma bruja de antes.
- Sí, claro. Y también muy irresponsable por parte de mis alumnos, pero eso ya lo discutí con ellos en persona. Ahora les ruego que dejemos para más tarde todos estos detalles superfluos. Lo único innegable es que Voldemort ha regresado, y que debemos decidir que pasos seguir... El objetivo de llamar al Concilio no es más que un pedido desesperado de auxilio... Necesitamos su ayuda para derrotarlo de una vez por todas, y para siempre.
Durante varios minutos, los miembros del Concilio se dedicaron a susurrar entre ellos a toda prisa.
Cuando aún se oía un leve rumor de voces, Ciato Stevens se puso de pie.
- Albus, Miembros del Concilio, lo que voy a decir es algo que comparten varios de mis colegas y seguramente muchos otros- su tono de voz era pedante y molesto- Evidentemente, es culpa de los magos ingleses que Voldemort haya regresado, y, por lo tanto, les corresponde a los magos ingleses luchar contra él... – Caminó un par de zancadas alrededor de su asiento, pavoneándose, ufano- Si un grupito de mocosos ha salido airoso, entonces no creo que encuentren mayor obstáculo en derrotar a nuestro evidentemente debilitado enemigo...
Y si hacía un rato se había armado un gran lío, lo que siguió a aquel comentario fue una hecatombe.
Magos y Brujas, todos al mismo tiempo, saltaron de sus bancos como si tuvieran resortes, y comenzaron a imprecarse unos a otros con dedos de aspecto peligroso y voces atronadoras.
Fuera del círculo, los estudiantes no podían más que mirarse unos a otros en silencio.
- ¡¡CALMA!!- pedía Dumbledore a gritos.
La voz de una bruja muy rubia se alzó por sobre el bullicio.
- ¡STEVENS, TRASGO APESTOSO! ¿¡CÓMO TE ATREVES A DECIR SEMEJANTE ESTUPIDEZ!?- el griterío cesó ante la magnitud de aquel grito- ¿¡Significa que si Voldemort hubiera obtenido su cuerpo en Albania, donde se sabe, estuvo refugiado, entonces la tarea de derrotarlo estaría en manos de los magos albaneses!? ¿¡En manos de los UNICOS CUATRO Magos de la Luz albaneses!? ¡¡RIDÍCULO!! ¡¡ES RESPONSABILIDAD DE TODOS NOSOTROS!!
- ¡Jörgen tiene razón!- gritó un mago árabe, y ese fue el primero de muchos otros gritos que siguieron.
El Concilio de los Magos se había transformado en un gallinero alborotado.
- ¡¡CALLESE, STEVENS!!
- ¡¡STEVENS TIENE RAZÓN!!
- ¡¡STEVENS... HIJO DE UNA GRAN...!!
- ¡¡MUERTE A STEVENS...!!
- ¡¡¡¡CALMA!!!!- resonó una voz femenina. - ¡SILENCIO! Con dividignos no hacemos más que empeogag las cosas...
La voz ensordecedora provenía de las enormes cuerdas vocales de Madame Maxime.
- ¡Y si aún no ha reunido la fuerza necesaria para derrotar a los magos ingleses, es sólo cuestión de tiempo!- se oyó la voz del árabe.
- Amin tiene razón- dijo la profesora McGonagall- Puede que sus Mortífagos estén debilitados, pero está reclutando viejos y conocidos aliados, e intenta conseguir el apoyo de otros, nuevos y más peligrosos- sus labios se crispaban y su sombrero se meneaba peligrosamente sobre su cabeza.
- ¿Entonces es cierto que los Dementores se están moviendo hacia él?- preguntó Stevens dejando de lado su pedantería y pasando a un tono que denotaba pánico absoluto.
- Eso es lo que creemos, pero no tenemos la certeza de cuantos aliados ha conseguido ya- explicó Dumbledore- Sabemos que un grupo de Gigantes está de su parte.
- Era de esperarse- refunfuñó Stevens, pero recibió un fuerte codazo de una bruja sentada junto a él.
- El tiempo apremia- dijo Dumbledore, con un dejo de súplica en la voz que sólo aquellos cercanos a él lograron notar- Necesito saber si contamos con su apoyo.
Se hizo una nueva pausa. Luego cada uno de los magos que había dejado parte del nuevo montículo central se puso de pie e hizo una reverencia.
El rostro del Director adoptó un gesto de profundo agradecimiento.
El último de los representantes fue un mago chino.
- Al parecer puede contar con todos nosotros, aunque sabe muy bien que no es demasiado lo que podemos hacer... Estamos mal preparados... Y la mayoría de nosotros tiene serios problemas en sus propios países...
- Lo que sea que puedan hacer será más que suficiente- dijo la profesora Luminous sonriendo.- Lo primero que debe hacerse es entablar conversaciones con las Criaturas Mágicas y convencerles de que no se pasen al bando de Voldemort... Eso sería de infinita ayuda.
Todas las cabezas voltearon en su dirección súbitamente.
- ¡Convegsag con las Criaturas?- exclamó una bruja con acento francés, como si la sola idea le diera asco.
- Los magos sólo podemos depender de nosotros mismos en estas situaciones...- reflexionó un hombre sentado junto a Stevens.
- Se equivoca- repuso la profesora, y una vez más sobrevino el desastre.
- ¿¡QUE DERECHO CREE QUE TIENE!?
- ... ¡¡SU CULPA!!
- ...¡Dementores para vigilar a mortífagos...!
- ¡... MINISTRO DE LA MAGIA!
- ¡¡... CRIATURAS...!!
- ¡... Recluten ustedes a sus criaturas...! ¡ES SU CULPA QUE...!
Esta vez parecía el cuento de no acabar. Volaban sombreros y bufandas. Los rostros se enrojecían, los ojos se inyectaban, los cabellos se alborotaban.
Ginny esquivó una sandalia que salió volando desde alguna parte del círculo. Un muchacho de Iliria tuvo menos suerte, y una bota de tacón casi le provoca una contusión.
Dumbledore pedía calma, pero a nadie de importaba un rábano.
- ¡... SU CULPA! ¡CULPA DE USTEDES!
- ¡DE TU ABUELA!
- ¡¡¿MI CULPA?!!
- ¡CALLESE, VIEJA DECRÉPITA!
- ¡MOMENTITO...!
- ¡...VERGÜENZA DE SUS ANCESTROS!
- ¡...CULPA DE...!
Culpa de este, culpa de aquel. Fulano, Mengano y Zutano jamás habían sido culpados de tanto.
Todos los alumnos se miraban los unos a los otros, y comenzaron a cuchichear.
Los de Hogwarts se miraron desconcertados.
Lejos del remolino, Dumbledore, Flitwick, McGonagall, Luminous y un grupo muy reducido de magos y brujas sólo miraban a su alrededor y negaban con la cabeza.
- Por Merlín...- exclamó Ron- ¡Miren como patea aquella viejita!
Una nueva sucesión de objetos salió despedida del montículo y golpeó a varios de los asistentes.
- Ah...- sonrió Ron, quitándose toda una túnica de bruja que le había caído sobre la cabeza- Magia accidental...
La cosa duró bastante más, y los alumnos ya estaban dispuestos a meterse en el lío para romper un par de narices.
Algunos ya estaban a punto de hacerlo cuando...
- ¡¡DEBERÍAN AVERGONZARSE DE SÍ MISMOS!!- La voz de la profesora Luminous casi provoca un derrumbe. Todos dejaron de gritar lo que sea que estuvieran gritando y voltearon sorprendidos. - ¡MIRENSE...! ¡MÍRENNOS!...
Un par de magos soltaron las piernas que estaban mordiendo sin ningún reparo. Otros se alisaron las túnicas nerviosamente.
- Ya dejen de buscar culpables... Tuvimos algunos años de paz, pero la reaparición de Voldemort era inevitable... Y TODOS LO SABIAMOS... Sabíamos que su ausencia y relegamiento eran sólo transitorios... Y TODOS, SIN EXCEPCION nos lo callamos... Después de todo, no era malo tener la esperanza de que no regrese... No fue malo convencernos de ello. La paz de la que disfrutamos fue invaluable, pero en el fondo, sabíamos que la esencia de Voldemort aún estaba entre nosotros... El que obtuviera un cuerpo y nuevos aliados era sólo cuestión de tiempo.
La voz de aquella mujer, de apariencia frágil y etérea, que se había mantenido impávida, era serena pero avasallante.
- ... Pero no pudimos posponer su regreso por más tiempo... Y él ha retornado... Vivo, humano, poderoso y calculador... Sigue siendo el mismo... Dejemos de lado estas diferencias superficiales. No importa quien tenga más responsabilidad en el asunto, por que si él llegara a superar los límites que con tanto esfuerzo ustedes mismos le impusieron alguna vez, será sobre todos, absolutamente todos, que recaerá su maldad... ¿Creen que se conformará con una islita? Si logra vencer a los magos ingleses, sobrevendrá una era de Oscuridad como pocas veces se vivió en nuestra historia... Magos de otrora han luchado contra ello, armados con varitas, puños desafiantes, y almas con más coraje que fuerza y poder... El último periodo oscuro duró casi cuatrocientos años... Una vez que haya conquistado la muerte y la vida, no habrá nada que lo detenga... Es el momento... La alianza se ha concretado... Estamos todos en el mismo bando... ¿Por qué seguir discutiendo? Calma y serenidad, y definamos qué es lo que haremos para llevar a cabo esta misión que tenemos entre los brazos... Podemos evitar que reclute más aliados y así demo...
- Según dicen los rumores, señorita Luminous,- dijo Stevens de repente- usted tiene en su brazo algo más que la misión de detener a Voldemort...
El silencio se hizo sepulcral. Harry miró a la profesora fijamente, esperando su respuesta.
Ella volteó hacia Stevens con parsimonia. Cuando sus ojos se encontraron con los del mago, emitían un extraño brillo desafiante.
- ¿Y qué cuernos importa eso ahora?- dijo un mago joven de tez oscura- Todos hemos hecho un pacto de lealtad al Círculo, y ella misma selló ese pacto...- Stevens miró hacia su repentino interlocutor.- Si no te conociera mejor, Ciato, diría que no quieres entrar en el conflicto, de puro cobarde que eres, nada más...
- Guevara...- dijo Stevens entre dientes, e inspiró en forma profunda, como si intentara controlarse- No puedes defender a esta mujer... No puedes obrar como abogado cuando tu propio comportamiento siempre ha sido cuestionable.
Guevara sonrió con desdén, levantando una ceja.
- Bueno, Ciato, bajo ese pretexto, nadie aquí puede decir absolutamente nada... Es más... ¿Me falla la memoria? Corrígeme si me equivoco, viejo amigo, pero... ¿No has amasado una cantidad obscena de oro en los últimos veinte años? Ah, caramba... Me pregunto si esa suma no sería parte de un magnífico soborno por parte de...
- Basta, Daniel.- interrumpió la profesora. Guevara se limitó a encogerse de hombros, como si realmente le importara un comino, pero Stevens estaba siendo sostenido por dos o tres magos que intentaban evitar que le saltara encima para molerlo a palos.- No estamos aquí para juzgarnos los unos a los otros. Nuestro deber, como el de nuestros predecesores en este Concilio, es garantizar un futuro a la Comunidad Mágica... A sus alumnos... Mírenles... Los hemos traído aquí para que vean como sí podemos llegar a unirnos... Y ustedes no hacen más que discutir por trivialidades... Aquí nos encontramos, sangre pura y mestizos, y discutimos por estupideces... ¿Qué pasó con la ilusión que dio inicio a este ritual? ¿Qué pasó con la unión indestructible que pretendíamos lograr? ¿Qué ejemplo podemos darles a ellos si ni siquiera podemos ponernos de acuerdo aquí...? ¿En este lugar sagrado? ¿Qué futuro podemos ofrecerles? Ya, hoy mismo, ese futuro está en juego...
Stevens inspiró profundamente y pareció aflojarse. Los magos que le sostenían dejaron de forcejear, y regresaron a sus asientos.
Dumbledore sonrió satisfecho.
Daniel Guevara sonreía también, como si todo aquel alboroto le hiciera mucha gracia, pero la profesora le miró con reproche, y el hombre, dedicándole una mirada de falsa inocencia, se acomodó en su asiento.
- Ahora que estamos un poco más calmados, pensemos esto con detenimiento.
- Dumbledore... ¿Ha dicho que los Mortífagos se enfrentaron a un grupo de alumnos en el Ministerio?
- Efectivamente. Fueron seis de mis estudiantes.
- Seis niños...- Meditó una bruja- ¿Cree usted que eso signifique que esos asesinos han perdido el instinto?
- No exactamente. Mis alumnos llevaban algo consigo que evitó que les atacaran mortalmente… Aún así, provocaron un buen lío...
- ¿Y salieron ilesos?
- Mucho más de lo que los Mortífagos hubiesen deseado y de lo que se hubiera esperado... Narices rotas, costillas y tobillos fracturados... Algunos latigazos, pero vivos... Las heridas de gravedad que sufrieron no fueron tanto físicas, sino en el alma... Pero contarles eso es algo para lo que no tengo autoridad...
- Inconcebible... Y... ¿Los Mortífagos?
- Como ya expliqué en mi carta, la Orden del Fénix ha estado actuando en secreto... Un equipo encabezado por quien les habla, logró vencer a la mayoría... Fueron encerrados en Azkaban, pero me temo que sin la vigilancia de esas bestias, no fue más que una prisión común y corriente...
- ¿Escaparon?
- Así es... Pero algunos de ellos han decidido prestarnos su ayuda...
- ¡Escoria!- gritó Stevens- ¿Por qué piensa usted en confiar en ellos?
- Porque tienen miedo, Ciato. Y eso es algo con lo que todos estamos familiarizados.
- Albus... – dijo Stevens, asintiendo pensativo, tras un largo silencio- Si usted confía en ellos, entonces no nos queda más que hacer lo mismo.
- Gracias, Ciato.
Al parecer, los roces habían terminado dentro del círculo.
- La señorita Luminous ha dicho algo muy sabio, y me parece que sería nuestra siguiente decisión a tomar...
- ¿Qué fue lo que dijo?- preguntó Guevara- A veces habla demasiado...
- Tú lo sabrás mejor que yo- sonrió Dumbledore, dedicándole a la profesora Luminous una mirada cargada de paternal afecto- Pero siembre me ha parecido que dice mucho, nunca que hable demasiado...
Ella se puso colorada.
- Hablemos de la unión con las Criaturas Mágicas... Solicitemos su ayuda.- Dijo Dumbledore.
Algunos magos negaron con la cabeza. La profesora Luminous volvió a tomar la palabra.
- Es hora de dejar de lado la brecha que hemos abierto entre nosotros y las Criaturas... Debemos solicitar su ayuda...
- Y, díganos, señorita. ¿Cómo se trata exactamente con Criaturas Mágicas?- preguntó Amin.
Esto pareció desconcertar a la profesora.
- Pues... Dialogando... ¿De qué otra manera?
- Y con concesiones... – replicó el mago.- Sabemos que las criaturas no harán nada a menos que les cedamos algo...
- Entonces debemos hacer concesiones...
- Nos ha tomado siglos ocupar el lugar que tenemos en el Mundo Mágico, evitar que las Criaturas tomen posesión de nuestras tierras... ¿Debemos retroceder ahora?
- Debemos unirnos, no acentuar las diferencias...- terció ella algo molesta.
- Yo creo que las Criaturas no deben formar parte de esta alianza- dijo una bruja.
- Desde hace siglos que los magos y las Criaturas no colaboran los unos con los otros...
- Pero no es un imposible- apuntó la profesora- Las Nixinas han declarado estar de nuestra parte.
- Haditas suecas...- apuntó un mago de color- Vaya ayuda...
- No deja de tener importancia... Si tenemos su asistencia es un paso importante para tener la colaboración de todas las criaturas de la península Escandinava...
- ¿Escandinavia? ¿Y que hay de las criaturas inglesas? ¡Podríamos obligar a los elfos domésticos a luchar!
- Eso jamás lo permitiría- interrumpió Dumbledore- Es bajo nuestro yugo que los Elfos Domésticos y sus enormes poderes han sido reducidos a la condición de esclavos...
Nadie dijo nada.
- ¿Y que hay de los Centauros?
- Por las mismas razones, ellos se encuentran hoy reticentes a prestarnos su ayuda, pero estamos trabajando en ello...
- ¿Y las Hadas Galesas?
- Recluidas- respondió la profesora- No piensan interferir. Pero tampoco piensan apoyar al lado Oscuro...
- Eso significa que las Walkyrias tampoco nos prestaran su ayuda...
- Me temo que tienes razón, Eugenius. Aún así, sería muy positivo mejorar nuestra relación con las Criaturas... Y hacer concesiones si esto fuera necesario. Los Dementores, los Gigantes y los Kiminos ya están de parte de Voldemort, y esto significa que se ha hecho de poderosos amigos... Entonces... ¿Podemos comenzar la votación?
Los magos y brujas se sumieron en un nuevo debate. Algunos levantaron las manos.
- Una escasa mayoría... Pero mayoría al fin- sonrió el Director.
Cuando aquel escabroso tema parecía haberse solucionado, el sol ya asomaba por sobre las filosas montañas, descubriendo los verdes prados y valles, que brillaban como esmeraldas.
- He escuchado rumores- dijo una bruja en voz casi inaudible- acerca de Sirius Black y Peter Pettigrew...
Harry movió las piernas entumecidas, pero puso los oídos alerta.
- Son ciertos, Daleela. Fuimos engañados durante todos estos años...
- Caramba, Albus... ¿Black murió sin poder limpiar su nombre?
- Me temo que así fue.
- Es una pena- dijo la bruja- Era un gran mago...
Varios asintieron con la cabeza, pero Harry sintió una punzada de odio en alguna parte... Le parecía injusto que recién entonces, cuando ya Sirius no podría saberlo, aquellos magos reconocieran sus cualidades.
- Albus- dijo McGonagall- ¿Podríamos tratar ahora el tema de los jóvenes magos?
Dumbledore asintió, y durante largas horas, cada representante explicó los temas desarrollados durante las clases de Artes Oscuras. Al parecer cada colegio tenía sus prioridades.
Los de Hogwarts habían recibido, mayormente, instrucción en Magia Defensiva y Tácticas para la Detección de Oscurantismo.
Otros colegios se habían dedicado a tácticas de ataque, que incluían hasta formaciones de cuadrillas para una situación de combate cuerpo a cuerpo.
Los magos chinos, por ejemplo, hasta habían provisto a sus alumnos de armas mágicas, como espadas encantadas y lanzas obstaculizadoras.
Los magos rusos se habían centrado en enseñar a sus alumnos tácticas de ataque mediante el manejo de los elementos.
Dumbledore permanecía en silencio, escuchando con atención lo que cada representante explicaba.
Cuando finalizó el turno de la profesora Luminous, el Director volteó rápidamente hacia los estudiantes.
- Jóvenes- dijo, hablando directamente al grupo de testigos del Concilio- Memoricen sus rostros, recuerden su procedencia. La unión, la alianza que hoy hemos alcanzado, les incluye también a ustedes. Si alguna vez se encuentran en una situación apremiante, ya sabrán a quien podrán recurrir. ¿Estarían de acuerdo, mis amigos, a que nuestros alumnos se conozcan?
Todos asintieron, y Harry, quien debido a estar tan quieto durante tanto tiempo sentía urgencia por ponerse de pie, ya no sintió ganas de nada más que no sea enterrarse en una fosa y pasar desapercibido.
Por orden alfabético, la profesora Luminous fue llamando a las escuelas, alumnos y profesores. Uno a uno fueron presentándose, los jóvenes sintiendo el terrible peso de tanto mago mirándole con atención.
Harry supuso que su nombre causaría cierto revuelo por allí, y se alivió al notar que, por ser demasiados (los de Hogwarts eran notoriamente más numerosos que los de las demás escuelas) la profesora se limitó a nombrar sólo a Hermione como delegada.
La muchacha se puso muy colorada y miró a su alrededor algo avergonzada, aún cuando la sonrisa en su rostro delataba que se sentía orgullosa.
Harry sonrió también. El por qué de nombrar a Hermione como delegada del grupo iba más allá de su conocimiento, pero sin saber muy bien por qué, por su cabeza se cruzó la PEDDO.
Enojado por pensar en tamaña idiotez, Harry parpadeó un par de veces e imitó a sus compañeros, que se sentaron después de una breve inclinación de cabezas.
- Bueno, ha llegado el momento esperado por todos...- dijo Dumbledore tras dar tres palmadas- ¡EL DESAYUNO!
Hubo un suspiro de alivio generalizado, y los magos se dispersaron de modo relajado, parloteando entre ellos, abandonando el Círculo al tiempo que realizaban ejercicios de estiramiento.
Hermione ya no pudo contenerse más, y comenzó a hablar apenas Dumbledore hubo terminado.
- ¡QUE EMOCION! ¡QUE EMOCION!- decía sin parar- ¡ESTO ES LO MÁS EMOCIONANTE QUE ME HA OCURRIDO!
- ¿Más que cruzarse con el Innombrable, más que ser petrificada, más que salvar a Sirius, más que ser la noviecita de Krum, más que meterse ilegalmente en el Ministerio...?- refunfuñaba Ron por lo bajo.
- Esperemos que se le pase pronto- le dijo Ginny a Harry al oído- O no habrá quien la aguante...
- A excepción de Ron... En cuyo caso tendríamos que poner más empeño en soportarle a él que a ella- le susurró Harry, a lo que Ginny tuvo que ahogar una risita.
La profesora Luminous se acercó al grupo.
Muchos de los alumnos de los otros colegios le miraban con ojos entrecerrados.
- ¿Qué les ha parecido? ¿Hubo algún herido cuando comenzaron a volar los zapatos?
Fue Hermione la primera en emitir su comentario. Tras una breve explicación de quien era quien en el Círculo, la profesora miró a su alrededor.
- Bueno, hablaremos de ello más tarde. Ahora acérquense a la mesa, desayunen tranquilos e intenten conocerse entre ustedes, que en parte, para eso también les hemos traído... Los de verde son de Iliria, los de blanco Newschanstein... Todos ellos hablan inglés... La verdad es que no conozco mucho acerca de los demás, pero estoy segura que no habrá problemas...
Tras ponerse de pie, se estiraron levemente y siguieron a la multitud montaña abajo.
Allí, en lo que parecían las ruinas de una torre, se había dispuesto una larga mesa, rebosante de toda clase de refrigerios.
Con una taza firmemente asida entre las manos, Justin Finch-Fletcheley hablaba con excitación.
- ¿Pueden creer que estemos en Avalon? ¡Es sorprendente…!
Harry entendía muy bien lo que aquello significaba: les había sido revelada la ubicación de la última morada del Rey Arturo, Merlín y sus caballeros. Pero lo que él sentía era más bien diferente.
No estaba emocionado por ello, exactamente. Al menos eso creía.
Lo que en realidad sentía era como si el verde de las praderas le llevaran a una calma absoluta, como si el mar, apenas visible más allá del Valle, le llenara de vida.
Sin darse cuenta, se había apartado del grupo, ensimismado.
- ¿Estás bien?- le preguntó la profesora Luminous, que se encontraba a unos cuantos metros de él.
- ¿Puedo preguntarle algo?- dijo él, y ella, como siempre, asintió.- ¿Por qué no nos nombró uno por uno?
- Ah, supuse que algunos de ustedes no querían ser nombrados. Hermione es la alumna con mejor promedio general del grupo… Verás… Todo lo que sucede en Hogwarts, trasciende sus muros. Ginny, Luna, Neville y tú no son desconocidos para la Comunidad Mágica…
- Por supuesto… - dijo Harry, pero en realidad, la respuesta significaba muy poco para él.
Aquella tierra verde le inspiraba preguntas que no sabía muy bien como formular con palabras.
- ¿Dónde estamos?- preguntó.
- En mi hogar- dijo ella con la voz embargada de emoción- Ya conociste el lugar donde vivo, ahora conoces el lugar donde nací.
- Es un lugar bellísimo.
- Así es… Uno nunca puede alejarse de aquí por mucho tiempo. El destino, o nuestros mismos pies siempre nos traen de regreso… ¿No crees?
Harry no lo sabía, pero estaba casi seguro de que volvería allí algun día.
- Nunca antes había estado aquí, pero podría quedarme por siempre- susurró casi para sí mismo.
- Ah, pero, Harry, ya has estado aquí… ¿No lo sabías?
Él negó con la cabeza, confundido.
- Yo jamás…
- Tus padres vivían aquí, Harry. En Godric's Hollow… No queda mucho más allá de estas colinas…
Sintió una punzada de emoción. Se puso en puntas de pie, como si de esa manera alcanzara a ver el lugar que alguna vez había sido su hogar.
¿Cómo era posible que nadie se lo dijera? ¿Por qué ocultarle semejante trivialidad, y a la vez tan importante dato acerca de su vida? Apenas sí podía respirar.
La profesora le miró con ojos tristes.
- Pero ya no queda nada…- explicó suavemente- Me temo que desapareció con tus padres…
Harry no dejó de mirar el horizonte, pero sí de sonreír.
Guardaron silencio durante un rato, mientras un torbellino de emociones le empapaba de pies a cabeza.
- Y usted… ¿Dónde nació?- preguntó, sintiendo una vez más aquel lazo invisible que les unía de manera inquebrantable.
- Tierra adentro. En un lugar al que ya no puedo regresar.
- ¿Por qué?
- Porque… Ya no tengo nada allí…
- ¿Y su familia?
- Ya no queda nadie.
Ron le llamó desde la mesa para ofrecerle una taza de café, a lo que Harry accedió sin darse cuenta.
La profesora le instó a acercarse a los demás y a que coma algo.
Una vez que hubieron llegado hasta la mesa, un mago se acercó a ellos.
- Asellus… Has causado un buen lío allí arriba…
- Daniel- sonrió ella- Claro que lo he hecho… Si no hacía, todo habría sido muy aburrido…
Se abrazaron como viejos amigos, y luego ella volteó hacia sus alumnos.
- Este es Daniel Guevara… Trabajó conmigo en Perú.
- De hecho,- repuso éste- Yo era el jefe del equipo, pero ella siempre me roba la gloria…
Mientras los dos se alejaban para hablar, Harry intentó concentrarse en el centro de su taza.
Ginny le sonrió por sobre la suya.
- Pareces algo atontado- le dijo con un gesto de franco interés en el rostro.
Él asintió.
- Acabo de enterarme de que nací cerca de aquí…
Ella levantó las cejas.
- ¡Realmente!- comentó, sorprendida- Dime, Harry, ¿te molesta si te pregunto algo?
- Claro que no…
- ¿Qué se siente…? Digo, que otros sepan más de tu vida que tú mismo…
Harry sonrió amargamente… Detestaba aquello.
- Raro.
- Claro, claro…- murmuró la muchacha, y luego se acercó a él como si fuera a hacerle una confidencia- ¿Sabes algo? Bill me dijo una vez que estas tierras tienen algún tipo de encantamiento… Dijo que este país tiene tanta magia en sus raíces que toda persona que posa apenas un dedo sobre ella, siente como electricidad… Pero la verdad es que yo no me siento rara…Me siento como en casa…
Él le miró fijamente, sin comprender lo que acababa de decirle. Buscó alguna explicación en sus ojos, pero ella ya había desviado la mirada y observaba por sobre su taza como Ron, con manos temblorosas, le entregaba un pocillo de té a Hermione.
La menor de los Weasley sonrió.
- Ya pensaré en algo- dijo como si hubiera llegado a la solución de un largo problema.
Harry sonrió. Eso sí que lo había entendido. Y aunque le pareciera una buena idea, no pudo evitar sentirse preocupado. Ginny podía ser, en ocasiones, impredecible. Se compadeció de su amigo por lo que podría depararle el destino o lo que escogiera su hermana para él.
Bajando la cabeza, Harry se quedó mirando sus propios pies: La verde hierba parecía colársele por debajo de las suelas de sus zapatos.
Tuvo que reprimir sus deseos de echarse en césped y sólo dormir allí.
Volvió a acercarse a la mesa, conteniendo las ganas de salir corriendo de aquella fortaleza en ruinas, de atravesar aquel asombroso paisaje, y llegar a aquel lugar que no recordaba, para embriagarse de todo aquello que alguna vez había sido suyo y que le habían arrancado de cuajo tan brutalmente, junto con la vida que ya jamás conocería.
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NOTAS
Bueno
Antes que nada quería agradecer a todos los que me mandaron reviews para decirme que les había gustado mucho el capítulo. Me hizo muy feliz saberlo, ya que es uno de los que más tiempo me ha tomado escribir, junto con el presente, y debo admitir que hasta ahora son los dos capítulos en los que más me costó llegar a la versión final (aunque aún no me convencen del todo).
Ahora, como algunas personas estaban interesadas en conocer un poco más acerca del material de investigación que utilicé para escribir estos dos capítulos, así que, acá va.
A aquellos que no les interese demasiado el tema, hasta aquí llega la cosa.
En general uso Internet como una herramienta de investigación, pero para este capítulo, y ¿para qué mentir?, para todo este fic, he utilizado una variedad de libros de todos los tamaños, autores y editoriales.
Creo que el principal para averiguar sobre algunas plantas y otras criaturas del mundo de la magia, utilicé el magnífico libro "Hadas" del maestro Alan Lee conjuntamente con Brian Froud (o "Hadas, descriptas e ilustradas por Alan Lee y Brian Froud", de editorial Mondadori, 1978-esta fue su primera edición en ingles, no tengo la fecha para la española…) Alan Lee es, para aquellos que no le conocen, un hombre que ha hecho la versión ilustrada del Hobbit, de Tolkien y una variedad asombrosa de libros ilustrados sobre todo lo que tenga que ver con el mundo faérico. "Hadas" es un libro fantástico, lleno de leyendas, ilustraciones de criaturas, maravillosas piezas de arte y explicaciones bastante satisfactorias (la parte de diseño de arte sigue siendo lo más impresionante que tiene y la verdad es que vale la pena comprárselo sólo por ello). Es uno de mis libros favoritos y en su momento solo me costó U$S 32. Toda una ganga hace seis años.
Otro libro que me ha ayudado y al que he acudido como si fuera la Biblia, es "Diccionario de Símbolos y Mitos" de José Antonio Perez Rioja (editorial Tecnos). A decir verdad, a este libro le falta mucho para ser fantástico. Tiene explicaciones insuficientes, cortas, no tiene ilustraciones, y es extremadamente localista (ahonda muchísimo en personajes del folklore Español y a aquellos que no somos españoles nos deja en medio de la neblina). Imaginen un libro de 30x20x2 donde intentan abarcarse toda la mitología griega, romana, teolo-liturgica, mitología numérica, y una barbaridad de cosas mas... Realmente imposible. Aún así, para quienes le interese, es un práctico libro de consulta, bastante variado, con explicaciones sencillas y cortas, pero nada más allá.
Lo que sí es una verdadera pieza de colección son los dos tomos de "Mitologías", de editorial Larousse. El primer tomo se titula "Mitologías: De las estepas, bosques e islas" y el segundo "Mitologías: del Mediterráneo al Ganges". Son volúmenes muy completos sobre los orígenes de la mitología en cada uno de las regiones del Antiguo mundo. Un fantástico material, extremadamente específico que para el fanático en extremo, no tiene desperdicio. Eso sí, no estoy muy segura de su fecha de edición porque hace mucho, pero mucho tiempo que están en mi biblioteca. Tampoco es para aquellos osados que se mandan a leer sin conocer... Es un material, diría yo, para los que se dedican a ello.
También tendría que poner como material de consulta (aunque no sea específicamente "material") a mi madre, que fue profesora universitaria de Historia Antigua y desarrolló una notoria pasión por los temas mitológicos… De pequeña, a mí, mi madre no me leía Caperucita Roja o La Bella Durmiente… Me leía Teseo y el Minotauro, la tragedia de Edipo, me contaba la historia de Ulises y Penélope…
Otro pequeño material de consulta (y uno de mis libros favoritos) es "Atlas de los lugares legendarios"(creo que es de editorial Debate). Una VERDADERA maravilla de libro. Muy cómodo y fácil de leer, y por sobretodo, con fotografías IM PRE SIO NAN TES. (Este libro es mi gran favorito, realmente, y ahora más que nunca, porque lo he sacado a hurtadillas de la biblioteca de mi madre...)
Basándome en mi experiencia, en internet van a encontrar un bombardeo de cosas. Personalmente les recomiendo que no busquen a lo loco sobre mitología, porque van a quedar apabullados. Busquen primero en algún diccionario de mitos y pasen de ahí a buscar cosas más específicas.
Ahora voy a hacer un apartado acerca de estos capítulos: Hace tiempo que había leído la historia de Artus y la verdad es que no entendí demasiado (está escrita en castellano antiguo y uno no terminé de entender muy bien las expresiones).
Ahora, es interesantísimo ver como escritores famosísimos han tomado parte del folklore hasta convertirlo en propio (Tolkien, por ejemplo, creando su indescriptible obra basándose en las criaturas del folklore nórdico...) Lo mismo hace Rowling una y otra vez, recreando y rescribiendo viejas historias a su manera.
Ahora voy a hacer un pequeño apartadillo dentro de este gran apartado, al parecer no soy la primera ni la última en hacer un fic de Harry Potter que se relacione con la leyenda del rey Arturo. Bueno, la verdad es que estos capítulos son la única relación que este fic tendrá con la leyenda del Rey Arturo... Necesitaba una locación para que se realice el Concilio, y Avalon me pareció el lugar más apropiado... Desafortunadamente luego me enteré de que hay cierta clase de Cliché en cuanto a Harry Potter y Arturo... les pido perdones si esto ha pasado la incierta línea de la mediocridad y la poca originalidad... A decir verdad no he leído demasiados Fics de Harry Potter como para haberlo sabido. Solo he leído unas cuantas cosas, y más que nada, leo los fics de la gente que me deja reviews…
Así que, bueno, voy a explicar un par de cosas.
Referencias del capítulo 21:
Lo primero que tengo que decir es que el Concilio se reúne formando un círculo, que es la manera en que se simboliza lo eterno y lo inquebrantable.
La reunión se realiza en Avalon. Para su ubicación he tomado como referencia la teoría de que Avalon se encontraba en la isla de Bradsey, en la Costa Norte de Gales. Esto no es definitivo, ya que no se sabe a ciencia cierta si el Rey Arturo realmente existió, y mucho menos se sabe si fue enterrado en la isla de Avalon (Bradsey en una de las tantas posibles locaciones de este lugar)
El escudo que utilizan como Gong es el llamado Escudo de sir Galahad, uno de los doce hombres llamados "Caballeros de la Tabla Redonda". Estos eran Lancelot, Kay, Gawaine, Bors, Lamorak, Geraint, Gaheris, Percivale, Gareth, Bedivere, Tristan y Galahad.
Este último, se supone, habría sido el hijo natural de Lancelot. Se le llamaba "El Caballero Perfecto" (por ser perfecto en cuanto a coraje, amabilidad, cortesía y caballerosidad), y para llevar a cabo la "Cruzada del Santo Grial" le fue otorgado un escudo hecho por Evelake, sobre el cual estaba pintada la cruz de José de Arimatea (blanco en el fondo, con la cruz pintada en rojo sangre). Galahad logró llegar al Grial, y le fue otorgado su deseo, que era morir.
La bruja que clama ser de las tierras de Circe es una bruja Griega, por supuesto. Circe era una hechicera, hija de Helios y una ninfa, o bien era hija del día y la noche. Si bien se la consideraba malvada, algunas versiones le describen como una mujer bellísima, que debido a sus encantos provocaba tragedias que luego trataba de remediar. Se le atribuyen varios poderes, entre ellos el don de la sanación.
El mago que clama ser de las tierras de Myrddin es proveniente de Irlanda, ya que Myrddin es el nombre original de Merlín, y se cree que provino de esa isla, al igual que los gigantes (también se cree que habitaban las tierras escocesas).
Gwion (McGonagall clama venir de sus tierras) era un vidente en tiempos arturianos.
En cuanto a este capítulo:
Las Nixinas pertenecen a la mitología Nórdica. Son la personificación de las aguas. A veces son beneficiosas para los hombres y les aconsejan. También anuncian el porvenir. Junto con las nixinas se agrupan las sirenas y las ondinas.
Las Walkyrias son Diosas Guerreras. Se creen, son mensajeras de Odin, y conducen a los Héroes. Son la personificación de las virtudes y las cualidades de los héroes.
Los Kiminos no sé lo que son, lo encontré en el manuscrito de este capítulo y no logro encontrar dónde he dejado su significado… Así que eso, lo siento.
Y otra cosa: decidí que Godric's Hollow quedara en Gales, ya que Hagrid vuela sobre Bristol en la Piedra Filosofal, y me pareció un buen lugar. Gales es el "país mágico" por excelencia en Gran Bretaña, y francamente, me parece un lugar bellísimo, así que así es… En este fic, Godric's Hollow está en Gales…
Esas son varias o todas las explicaciones que puedo darles por el momento.
Los agradecimientos vendrán en el próximo capítulo (ya me he extendido demasiado en éste), dónde verán como el Concilio finaliza de manera algo abrupta, donde Krum vuelve a aparecer, y donde Harry y los demás se dan cuenta que el Bosque Prohibido no es el único Bosque Encantado de Gran Bretaña…
Muchos saludos a todos y un millón de gracias!!!!
MisaKats
