Fan Ficiton: El principio y el final

Capítulo dos: El correo matutino y el tren.

Por: Lunis Jane Lupin

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Harry Potter despertó en su cama, cubierto de sudor, en su habitación en el número cuatro de privet Drive, como lo había estado haciendo todas las noches desde que había llegado a casa de su tío por las vacaciones. Tía Petunia, Tío Vernon y Dudley ya se habían acostumbrado a que el eventual habitante de aquella habitación se despertara en medio de la noche, gritando nombres, algunos que conocían y otros que no.

Había estado soñando coas así desde el inicio de las vacaciones. Quirrel, Tom Riddle, Pettigrew, Cedric Diggory, Sirius, La batalla en Hogwarts, y un eccétera contado en decenas de recuerdos, pero esta era la primera vez que soñaba con aquel recuerdo. El recuerdo de la noche en que su vida tomó un rumbo apartado a los demás magos de su generación. Un rumbo que aún ahora, a sus diecisiete años, no entendía.

Ubicados en el espacio y tiempo, estamos en el número cuatro de Privet Dirve, Little Whinging, Surrey, el viernes primero de agosto de mil novecientos noventa y siete a las 01:00 horas. Harry está sentado en su cama, en medio de un revoltijo de sábanas, con los ojos tapados por los talones de las manos, tratando de recordar hasta el último detalle de su sueño. No, Harry no había dejado la Occlumancia de lado, la seguía practicando rigurosamente cada noche. Pero con una pequeña variante. Mientras vaciaba su mente, seleccionaba un recuerdo en especial y se concentraba en él mientras borraba los otros. Esto lo agotaba mentalmente. Pero luego podía entrar en sus sueños sobre recuerdos como si estuviera metido en un pensadero. Así podía examinarlos a placer. ¿Y para qué torturarse en recuerdos del pasado? Preguntará usted. Pues para hallar respuestas. ¿Cómo he llegado hasta hoy? ¿Qué hizo que sobreviviera? ¿Qué hubo en común y qué hubo de diferente en cada situación en la que se salvó de la muerte? Aquella información era vital para él ahora. Ahora que era más vulnerable, quizás más que cuando fue pequeño y su madre murió para salvarle la vida, aún más, pues ahora Lord Voldemort sabía que era a él, Harry, a quien debía temer, por lo cual ya no tenía algo muy importante, algo que lo ayudó muchas veces antes. Ese algo, o mejor dicho, alguien, era Albus Dumbledore. Por eso estaba empeñado en buscar en los recuerdos del pasado,para ver cómo era que se había salvado. Por eso, el día anterior, que habái sido su cumpleaños, y había estado contemplando aquel libro encuadernado en cuero que Hagrid le había regalado hacía años ya, dónde habían fotos de sus padres. Al ver a la última fotografía, que había sido añadida el año anterior, su madre, la miraba fijamente haciéndose miles de preguntas, desde ¿Por qué lo hizo? Pasando por ¿qué tanto me quería para preferir morir? Hasta ¿Qué hubiera pasado si aún vivieran? ¿Dónde estaría yo?. Y por eso decidió que esa noche, despues de haberle huído varios días, decidió que ese sería el recuerdo a explorar. Por eso ahora estaba convencido que se haría de un pensadero en cuanto pudiera.

Entonces, ¿qué había visto harry Potter ene aquel sueño? Lo primero que saltaba a la vista era que su madre y su padre habían sido muy valientes al no entregar a su hijo por salvar su vidas, y también al enfrentarse a lord Voldemort cara a cara. No había duda de ello. El mismo Voldemort se lo había dicho ya. "Sí, muchacho, tus padres eran valientes... Maté primero a tu padre y luchó con valor... Pero tu madre no tenía que morir... ella trataba de protegerte..." Entonces sacó la conclusión de que a Voldemort le hubiera gustado que se pasaran al lado obscuro. Eso demostraba que, aparte que lo querían mucho, que se mantuvieron firmes a sus ideales y no traicionaron a nadie para salvarse, ellos muy bien podrían habersela echado a los Longbottom, aunque quizás no lo sabían. Pero había algo que seguía dando vueltas a su cabeza desde hacía años... "Pero tu madre no tenía que morir... ella trataba de protegerte..." ¡PERO CÓMO!

Por supuesto, vio cómo había sido su padre ya adulto, compensó la imagen que se llevó de él hacía más de un año en el pensadero de Snape. Alto, fuerte, valiente, muriendo para proteger a su esposa y a su hijo, toda una figura paterna. Como si te dijeran que tu padre es SúperMan. Vio a su madre, y era muy linda en verdad, más de lo que había imaginado por los relatos de los que la conocieron o visto en fotos. Dígase que ahora entendía por qué su padre se había enamorado de ella, ahora entendía algo mejor por qué él también andaba medio loquito por una pelirroja. Y era muy valiente también, y lo quería mucho, para morir por él. ¿Por qué? ¿Cómo? Era preguntas que aún no se podía responder. Pensó si al día siguiente, luego de avanzar alguna tarea, podría ir a casa de la señora Figg, a ver si le sacaba algo más de información, de la que carecía este verano al igual que los anteriores.

En ese momento un bostezo le hizo recordar que la noche anterior se había quedado hasta las cuatro de la madrugada analizando por la centésima vez al cuadrado la muerte de Sirius, que no había dormido en todo el día y que no había conciliado el sueño si no hasta las once y media. En otras palabras, estaba exausto. Cayó sobre la almohada como sea y no supo más hasta que el sol estuvo brillando en su cara a través de las cortinas de su ventana.

Una vez bañado y cambiado se dirigió a la cocina, bajando por las escaleras y sin mirar ya la alacena debajo de ellas. El grito de tío vernon le hizo recordar a Harry que esperaba correo, un par de lechuzas del Ministerio de Magia.

¡PAJARRACOS DEL DEMONIO! -vociferaba tío Vernon- ¡NO HACEN MÁS QUE FASTIDIARLE A UNO LA VIDA! ¡MUCHACHO!

Por fin .se limitó a decir harry al ver a dos lechuzas esperándolo en el respaldo de su habitual silla en la mesa cuadrada. Tomo ambas y las lechuzas se fueron. Se sentó y leyó. La primera decía:

Estimado Señor Potter:

La siguiente es paracomunicarle que de acuerdo al Decreto para la moderada limitación de la brujería en menores de edad, 1875, artículo primero, a partir del día de hoy es usted un mago calificado y mayor de edad, lo cual significa que puede disponer de su magia, en especial del uso de su varita, cuando usted lo considere necesario. Sin embargo, como sus familiares son miembros de la comunidad no-mágica, o muggles, le rogames tomar en cuenta evitar realizar magia en frente de ellos, a pesar de estar en conocimiento de su condición, como lo establecido en la sección decimo-tercera de la Confederación Internacional del Estatuto del Secreto de los Brujos.

Se despide cordialmente,

Mafalda hopkirk

Depertamento Contra el Uso Indebido de la Magia

Minesterio de magia

¿Y qué es esta vez? -gruñó tío Vernon- ¿Dice ahí cuando te vas?

Harry le lanzó un mirada asesina, la cual cambió por una sonrisa, era el momento que había estado esperando desde que supo cuantas maldiciones uno podía lanzar con la varita, sacó la suya y colocándola sobre la mesa dijo:

Nop, dice que ahora que tengo diecisiete -los Dursley se miraron, el día anterior aquella cocina parecía la lechucería de Hogwarts con las cartas de felicitación que le habían llegado de sus amigos, algunos profesores y miembros del alumnado que le agradecían por lo que había hecho en Hogwarts cuando el castillo se vio repleto de mortífagos- soy un mago mayor de edad y puedo hacer magia cuando me plazca.

Los tres Dursley palidecieron tanto que la piel parecía transparente. Tío Vernon miraba de la varita a Harry y viceversa para asegurarse de que no se había movido, y por lo tanto todavía no lo había convertido en un sapo verrugoso. Dudley automáticamente se llevó una mano al trasero fofo que aún no lograba bajar, a pesar de la dieta altamente estricta a la que había sido sometido en San Bruto, y la otra a la boca; sus experiencias con magos adultos no habían sido buenas nunca. Tía Petunia , sin embargo, dado a que ya se portaba ligeramente mejor que ante para con sus sobrino (sólo ligeramente, pero era un gran avance para los 16 años que había sido una verdadera arpía)sólo lo miraba atentamente, como esperando que Harry empezara a lucirse.

No hablarás en serio -se atrevió a soltar Tío vernon.

Harry encogió los hombros, tomó la varita, ocasionando que tío Vernon y Dudley se echaran para atrás, y dijo- Wingardiun Leviosa -atrayendo la tetera de agua caliente hacia sí para servirse el café. Por supuesto, "la sección decimo-tercera de la Confederación Internacional del Estatuto del Secreto de los Brujos" le tenía sin cuidado, los Dursley sabían demasiado bien que era un mago. Harry sonrió satisfecho al ver la cara que pusieron los Dursley. Harry cogió la segunda carta con la mano que la taza de café le dejaba libre y leyó.

Estimado Señor Potter

Le informamos que su exámen de aparición, el cual aprobó con excelentes notas, amerita la expedición de su carnet de aparición (adjuntado) el cual deberá portar cada vez que desee aparecerse en algún lado,para evitar eventualidades. También se le comunica que deberá realizar un chequeo en el ministerio cada diez años para comprobar que sigue estando usted en sus facultades y de igual manera, que este puede ser retirado si se le usa e manera inadecuada. Si tiene alguna duda, no dude en enviarnos una lechuza.

Atentamente

Elizabeth Windbag

Departamento de Transportes Mágicos

Ministerio de Magia

¿Y esa? -preguntó Tío vernon, esperando que le caiga un rayo encima y TRATANDO de sonar amable.

Pues, es mi carnet de aparición. -contestó Harry restándole importancia, y pensando en formas de asustar a Dudley.

OH! -exclamó tía Petunia- A ella... -Harry la miró a los ojos. Sabía que le hacían recordar a Lily- a tu madre le llegó uno de esos, empezó a presumir apareciéndose cada dos segundos.

¿A sí? -preguntó Harry, tratando de imaginarsela apareciéndose y desapareciendo mientras su tía chillaba. Pensó en hacerles él también una demostración, pero como no se le ocurría a donde irse a aparecer, decidió irse al único lugar de la casa donde no lo encontrarían aunque lo buscaran, pues no entraba allí desde que se fugó de casa una noche de verano, cuando infló a su tía Marge.- Con permiso, ya vuelvo.

Se puso de pie y se apareció en la alacena debajo de las escaleras desde donde podía oir a su tía chillando, a su primo callendose de la silla del susto, y a su tío maldiciendo hasta los calzones de Dumbledore.

Entonces, mientras trataba de pensar a dónde sería bueno aparecerse, prendió su varita y se puso a ver aquel lugar que lo había albergado por años. Ahora estaba vacío y lleno de polvo. Ahí había habido una repisa para sus libros de la escuela y aquí su cama, donde seguramente ya no entraría, y en la esquinita, un para de canastas, una para la ropa limpia y otra para la ropa sucia, toda de Dudley. Aún llevaba un suéter que recordaba que le habían pasado días antes de recibir su carta de Hogwarts. Se sentó en el suelo, donde usualmente buscaba sus calcetines, pues la canasta de ropa tenía un agujero al fondo. Miró a su alrededor, y luego al suelo. Había una tabla suelta. Nunca antes la había visto, quizás porque antes, su cama había estado ahí, y no era un sitio muy iluminado que digamos, y luego su baúl con sus cosas, nunca le había prestado atención. Levantó la tabla y entonces encontró algo. Un Libro. Un libro encuadernado. Un libro de magia.

No era muy grande, sin embargo tenía arriba un título en Runas Antiguas y abajo otro en inglés. Este decía "La magia más antigua" Aquella podría ser la respuesta a sus preguntas. Lo abrió y vió una dedicatoria en runas escrita con tinta verde y las iniciales "E.L.". Abajo había otra que decía: Sé que te gusta leer sobre cosas inusuales. Este no lo tienen en la biblioteca, esperamos que te guste. R.O." Harry se apareció entonces en su habitación, donde había más luz. Oyó pasos que se acercaban y lo escondió en el baúl. Se le ocurrió ir al único lugar en donde sabía que se alegrarían de verlo aparecerse con el carnet, al único sito donde había sabido, ya de grande, lo que era una familia. Un sitio al que no iba hacía un chorro de años. A un sito al que se moría por ir, lleno de personas a las que quería ver. En especial a una.

¡Harry! -exclamó Ginny al verlo aparecer en la cocina, donde estaban tomando el desayuno- ¡pasaste el exámen!

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- Pero papi, estoy a punto de perder mi tren... -dijo la muchacha rubia, dándole la espalda a su hermana.

- Cariñito, tu hermanita necesita que la... -le decía el hombre que las acompañaba.

- No, no lo necesita, ya la ayudaran... la gente como ella... vamos... -insistió la chica arrastrando a su padre hacia el andén cinco, sin dejarle la posibilidad de desearle buena suerte a su otra hija.

- Pero...

- No te preocupes papi -dijo la niña observando a su padre siendo arrastrado por su hermana. Suspiró- estaré bien.

La niña estaba de pie en medio de la estación de trenes Kings Cross, con un gran carrito de carga, llevaba un baúl inmenso repleto de ingredientes para pociones, túnicas y sombreros de bruja, libros de hechizos, un caldero y una varita. Y sobre el baúl estaba su gato negro Michifus. Estaba algo confundida, ya que era nueva en aquel mundo. Sacó un papelito de su bolsillo en donde había anotado las instrucciones para entrar al andén 9 y 3/4 donde se suponía que debía tomar un tren a su nueva escuela: Hogwarts.

- Colóquese en frente de la barrera entre los andenes 9 y 10, avance derecho y traspásela. Al instante se encontrará en el andén 9 y 3/4 . -Repitió la niña, aún sin entender como rayos iba a atravesar la barrera.

- Estaré en el vagón detrás del de los prefectos...

- Esperando a tu novio, lo sé Jane.

- Por eso te quiero, hermanito.

- Descuida. -un muchacho con pinta de no haberse peinado jamás despedía a una muchacha mayor de cabello castaño y cola de caballo que atravesaba mágicamente la barrera. El chico se dio cuenta de que allí había alguien más, con cara de estar en Japón y no saber ni siquiera qué significa "konichiwa" ni "arigato" ni "sayonara". La niña, una pelirroja con trenzas, observaba contrariada la barrera como queriendo y a la vez desconfiando de que por ahí se podía pasar.

- Pero cómo rayos... -decía, rascándose la cabeza y mirando un papel.

- Si deseas, te puedo ayudar -dijo el muchacho. Sus padres y hermana le habían enseñado a ser amable con los demás, fueran magos o muggles, y esa niña era claramente hija de muggles, o sabría como cruzar.

- Gracias, ya casi lo tengo... -dijo la niña sin mirar al que le interrumpía- pero no sé cómo es que se traspasa esa cosa, ¿hay que tocarla con la varita o...?

- Sólo caminar a través de ella, corres si estás nerviosa... pero no tengas miedo de chocar. -dijo con aire de entendido, cuando sólo lo había hecho una vez el eño anterior y tuvo que correr a toda velocidad pues temía estrellarse.

- Gracias -dijo la niña, entre agradecida y algo cohibida por necesitar ayuda, después de todo, si realmente era una bruja, debía ser capaz de hacer esas cosas así no más...

El muchacho se ofreció a cruzar junto con ella, se estaba haciendo el valiente pues su madre cruzaba con él de la mano, pero su madre estaba en un viaje con su padre y había ido sólo con su hermana. La niña aceptó, por no hacerle un desplante al chico que había sido tan amable, y también porque más que nerviosa, tenía miedo, no sólo de chocar, si no de lo que fuera a encontrar en aquel nuevo mundo para ella.

Pasaron y se encontraron en el andén nueve y tres cuartos. Nada fuera de lo común, pensó la niña. Había mucha gente vestida con túnicas, cargando carritos, llevando lechuzas y gatos. Y un tren con la locomotora pintada de rojo escarlata. El chiquillo la miró, como esperando que emitiera su opinión.

- Vaya -dijo la niña- genial. Soy Lily Evans. -dijo la niña extendiendo la mano.

- James Potter. -dijo el niño estrechándo la mano ofrecida- Son muy parecidos a los de los muggles. Tú eres de familia muggle, ¿no? -preguntaba el niño mientras subían al tren (con alguna dificultad lograron que los ayuden a subir los baúles) y buscaban algún compartimiento vacío.

- ¿Muggles? -preguntó Lily. El instructor que había ido a su casa a explicarle lo que debía hacer mencionó la palabra varias veces, pero tenía cara de aburrido y apurado y no le pudo preguntar.- ¿Qué rayos es eso?

- Un Muggle es una persona sin magia. Alguien nacido de Muggles es un mago o una bruja que ha nacido en familia muggle, como tú. -explicó James con simpleza, restándole importancia al asunto pues sabía que eso no era importante al final. Opinión que otros no compartían.

- En pocas palabras, eres una sangre-sucia. -murmuró, aunque audiblemente, un muchacho de cabello negro y corte hongo (de esos que le ponen a uno el tazón en la cabeza y cortan lo que está debajo) y lo llevaba muy sucio.

Todos los que pasaban alrededor miraron al muchacho recién llegado bastante sorprendidos y alarmados, como si hubiera lanzado una horrible palabrota. Lily no había entendido, sin embargo James lo había entendido perfectamente.

- ¡¿Cómo te atreves?! -exclamó furioso- ¡Pídele disculpas en este mismo instante! -Lily lo miraba con cara de "What just happened?"

- Y quién me lo pide, -el chico,que llevaba una túnica negra puesta lo miró de arriba abajo- ¿Tú?

- Más que suficiente, si no le pides perdón, te las verás conmigo. -respondió James, mirando con odio al chico. Este torció el gesto en una macabra sonrisa.

- Así que buscas problemas sin haber llegado todavía... -murmuró el chico de negro señalando al vagón de prefectos (había un letrero) que estaba a unos dos o tres compartimientos de distancia.

- ¿Por qué no te callas y te vas a lavar el pelo, Snape? -intervino otro muchacho, de cabello oscuro muy bien peinado, ojos claros y un poco más alto que James y el de negro que se llamaba Snape.

- No me hables en ese tono, Black, tu madre no podrá resistir otro disgusto de su hijito mayor... -dijo este último.

- ¿A sí? Claro, es lógico que te de envidia que al menos a mí me regañan. Como a ti tus padres ni caso te hacen... -respondió el chico que se llamaba Black.

¡BASTA! -exclamó Lily con las mejillas sonrosadas, que hasta ahora no entendía por qué el alboroto, aunque iba captando la idea- Basta, tú -dijo señalando a Snape- deja de... meter las narices en donde no te llaman -casualmente Snape tenía unas nerices particularmente... llamativas. James y Black se miraron y apartaron las miradas para reirse por lo bajo.

Vaya, la sangre-sucia debería cerrar la boca y tener cuidado con quienes se mete. -respondió Narizota... digo, Snape.

Y tú también, Snape, lárgate si no quieres que te vuelva a poner hocico de burro. -exclamó Black. Por lo visto, esos dos ya se conocían. Snape lo miró, tratando de esconder el espasmo de susto que apareció en su rostro pálido, al parecer por el horror y la vergüenza del recuerdo. Les dedicó miradas de odio a cada uno de los tres y se marchó.

¡METICHE! -le gritó el chico del cabello bonito que se llamaba Black.

Bueno... -dijo Lily, razonando debajo del cabello rojo como la sangre- tú también te metiste donde no te llamaban -comenzó pensativa, pero luego, al ver la cara que ponía el chico añadió- pero gracias por hacerlo.

Sirius Black -dijo el chico extendiendo la mano hacia Lily. Ella la estrechó.

Lily Evans -Contestó. Luego el muchacho tendió la mano hacia James.

James Potter -respondió el chiquillo estrechandole la mano.

¿Y qué significa eso que dijo...? -preguntó Lily mientras ingresaban a un compartimiento vacío hacia el centro del tren.- ¿Sangre... sucia?

James volvía a parecer molesto y Sirius, triste. Ambos se miraron y miraron a Lily, que seguía algo confundida, aunque más o menos iba deduciendo que podría significar.

Es una forma muy fea de llamar a los hijos de muggles... -dijo James con voz baja, bastante apenado, como si el que hubiera dicho eso hubiera sido él.

Hay muchos magos y brujas que se piensan que son lo mejor porque son "sangre-limpia", que no hay muggles en sus familias... mi familia es así, no sé por qué, no hay anda de malo en los hijos de muggles -dijo el muchacho recostándose en el respaldar del asiento y poniendo los brazos detrás de la cabeza.

Exacto, es muy feo decirlo de esa forma, es como si fuera algo muy malo se hijo de muggle. -concluyó James.

No hay nada de malo con los mu-muggles -dijo Lily, tratando de defender su lado, ya que era la única bruja en su familia. De hecho, su hermana la había llamado rara por ser bruja y ahora resultaba que también era rara entre los brujos- mis padres son geniales y... mi hermana... mi hermana... bueno, a ella no le fascina la idea de la magia, pero en general, los muggles están bien.

Bienvenida al club -dijo Sirius- mis padres creen que soy raro porque pienso que no hay nada de malo con los muggles. Y me andan diciendo que debería ser más como mi hermano menor, muy obediente y demás.

Bueno, mis padres me enseñaron que los muggles y los nacidos de muggles son iguales a los magos. Y mi hermana tiene un novio nacido de muggle que es prefecto. Pero los magos de al lado decían que eramos raros. Por cierto, ¿tú ya conocías a ese chico? -le dijo a Sirius que se hayaba a su costado.

¿A Sanpe? -dijo Sirius poniendo un gesto desagradable- sep, ya tenía la malagracia de conocerlo. -hizo un gesto con la mano para restarle importancia- Sus padres andan llendo a mi casa a cenar cada dos por tres, son insoportables. En especial cuando se ponen a alabar las nobles cualidades que poseen Severus y Regulus... -luego imitó una voz femenina- "Pero yo quisiera que mi Sirius fuera un poquito más como su hermanito..."

Había oído decir que los Black eran algo snobs, pero eso es terrible, ¿Te adoptaron? -preguntó James. Lily pensó que eso fue un poco rudo, pero al parecer Sirius apreció aquel sentido del humor.

Ya quisiera, pero no, -dijo el niño, y luego esbozó una sonrisa- es que paso mucho tiempo con mi tío Alphard que me enseñó a ser más o menos decente y a volar en escoba...

¿¡Tú también vuelas?! -exclamó James emocionado, Lily sentía que iba perdiendose la conversación por no saber ese tipo de cosas.- ¿Qué posición te gustaría jugar en el Quidditch?

¡Golpeador! -exclamó el chio, también emocionado- ¿Y tú?

Cazador, pero... -dijo James- mi hermana siempre me dice que yo debería ser Buscador, siempre que algo se le pierde, yo lo encuentro, es muy despistada.

¿Quidditch? ¿Cazador? ¿Golpeador? ¿Buscador? ¿De qué rayos estaban hablando ahora? Se preguntaba Lily. Y us preguntas fueron inmediatamente contestadas por aquellos dos, una especie de anfitriones en el mundo de la magia.

Quidditch es un juego de magos. Se juega volando sobre escobas y... -empezó a explicarle James. Así se pasaron la tarde, hablando de cosas y explicándole a Lily, y ella también les explicaba cosas de muggles. Al caer la noche, llegaron a una estación donde los esperaba un hombre enorme de sonrisa bonachona que se llamaba Hagrid, que los condujo por un camino hacia un lago en donde tomaron unos botes que los llevaron al castillo de Hogwarts. Allí los esperaba una señora algo entradita en sus años, con túnica y sombrero de bruja. Luego los llevó a un comedor inmenso, repleto de estudiantes mayores separados en cuatro mesas. En frente había una mesa más donde habían adultos, los profesores y también un banquillo de cuatro patas sobre el cual había un sombrero bastante viejo. Supuestamente se lo tenían que poner en la cabeza para saber a que casa irían.

Black, Bellatrix -dijo la Profesora McGonagall, la bruja que los había llevado hasta allí.

¿Es tu hermana? -le preguntó James al oído a Sirius.

Mi prima, es una pesadilla. -respondió Sirius.

¡Slytherin! -gritó el sombrero y la niña se dirigió contenta hacia la mesa de la izquierda, no sin antes mirar despectivamente a su primo.

Black, Sirius -dijo la Profesora McGonagall.

Sirius se sentó en el banquillo y el sombrero pareció tomarse más tiempo en pensarselo que el anterior, Avery, que fue a Slytherin igual que con su prima.

¡Gryffindor! -gritó el sombrero. Sirius se vió bastante aliviado de no ir a Slytherin. Les había comentado en el tren que su madre le había dicho que le ruegue al sombrero entrar a aquella casa, mientras que él dijo que le iba a rogar que lo pusieran en Gryffindor, sólo por dar la contra. Sirius fue hacia la mesa de la derecha, al otro lado del salón.

Evans, Lily -Lily se puso nerviosa. No quería ir a Slytherin, le habían dicho que allí no querían a los hijos de muggles.

Suerte -le susurró James al oído cuando la chica se adelantaba.

¡Hum! -le susurró al oído una voz cuando se puso el sombrero- Así que tienes una varita de sauce, veintiséis centímetros, elástica y con una pluma de fénix, -La niña se lo había memorizado, por si se lo preguntaban.- Muy buena para encantamientos. Veo que eres muy inteligente, ¿te pondré en Ravenclaw? Y muy trabajadora, ¿Te iría bien en Hufflepuff? Aunque... veo que quieres hacerlo bien a toda costa, Slytherin estaría orgulloso de no ser porque no eres de sangre limpia... Pero qué veo aquí... mucho valor, una niña muy valiente... excepcionalmente valiente y noble de corazón... Gryffindor estaría más que encantado, ¿por qué no? Me parece que tienes un destino que cumplir en... ¡GRYFFINDOR! -gritó sólo la última palabra. ¿Un destino que cumplir? ¿Qué rayos significaba eso?

Lily se adelantó a la mesa y saludó a Sirius, que ya estaba allí sentado, aplaudiendo con el resto de los Gryffindor.

Lestrange Rodolfus fue a Slytherin, mientras que Lindon Elizabeth, una chica de largo cabello negro que tropezó al subir a la silla, fue a Gryffindor, igual que Lupin Remus, un muchacho de rostro cansado, algo ojeroso, cabello castaño oscuro y ojos a juego, aunque con extraños destellos amarillos. McDowel Elmer fue a Ravenclaw y Green Alice, una muchacha de rostro redondo, fue a Hufflepuff. Owens Rose, una chiquilla bastante menuda y simpática de ondulado cabello castaño claro, fue también a gryffindor. Al igual que un chico regordete al que Lily no había notado antes, Pettigrew Peter. Luego fue el turno de...

Potter, James -llamó la Profesora. A James le temblaron hasta los dedos de los pies. Tomó un poco de aire y sonrió.

¡Ajá! Potter, te andaba esperando. Envíale recuerdos a tu padre, buen alumno. Y también a tu madre, una bruja ecepcional. Veamos... vaya, no dejas opción a otra casa ¿cierto? -preguntó el sombrero.

¡Es que soy valiente! -pensó el chico.

No veo por qué ponerte en otra casa, y está el hecho de que veo algo grande venir hacia ti en ¡GRYFFINDOR! -la última palabra fue oída por el resto del colegio. ¿Venía algo grande hacia él en Gryffindor? Seguro que sería el mejor buscador de la historia de Hogwarts, pensó James mientras se acercaba sonriente a la mesa de Gryffindor, tomando asiento al lado de Sirius y al frente de Lily. Y allí, mientras la niña lo aplaudía, al igual que sus compañeros, la miró a los ojos por primera vez. Ella de veras tenía los ojos más bonitos que James había visto en su vida, verdes, muy verdes. Años más tarde recordaría ese momento y lo atesoraría hasta su último suspiro, pero eso ocurre años más tarde y no tiene importancia por ahora. Limitémonos a saber que Rosier, Wilkies y Snape fueron a Slytherin.

En cuanto a Lily, durante la cena estuvo conversando con los demás chicos de la casa, por ejemplo, el tal Remus Lupin, era "media sangre", mientras que Elizabeth Lindon, que quería que la llamen Beth, y Rose Owens eran de sangre limpia. Estaba ahora muy interesada preguntando las distintas opiniones de los miembros de la casa, mientras que otros (entiéndase, Sirius, James y aquel muchacho que a Lily le parecía algo extraño, Pettigrew) conversaban sobre Quidditch. Al final, el director dirigió unas palabras a los estudiantes y los envió a dormir. Aquel era un hombre que parecía muy inteligente al que Lily quería conocer. Aquel hombre que a James le pareció que era genial, y que probablente conocería luego de hacer lo que había planeado con Sirius para fastidiar a Snape, de seguro que lo enviarían a su oficina. Aquel hombre que más tarde, se colocó el sombrero seleccionador como lo hacía cada año. Aunque esta vez escuchó bastante información interesante, más de lo usual. Este año parcía que habían llegado los estudiantes más interesantes que había visto en sus años en Hogwarts. Aquel hombre cuyo nombre era Albus Percival Brian Wulfric Dumbledore.

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Sí, yo otra vez. No les preguntaré si demoré porque no lo hice. Jajajaja. Qué les pareció este capi? Ya me muero por decirles que hay en el librito, pero eso tendrá que esperar. Mientras tanto, vean a James, Lily, Sirius y co. En su primer año, jejejeje. Ya pronto, ya pronto... Y mientras tonto, digo, tanto, leean los one shots... tan relacionados. No creo necesitar decirles q un review no le hace daño a nadie... Por cierto, SE ME OLVIDABA DECIRLES que la subida de capis no va a ser regular como anteriormente sino que voy a poner cada vez que tenga dos capitulos completos y dos mas avanzados, para asegurarme de no dejar el fic a medias. Así que esperen que no terdaré mucho... espero, el mayor problema que stengo es que....NO TENGO COMPUTADORA así que puede tomar algo de tiempo. Sepan que igual los quiero....nos vemos luego!

Luna J. Lupin