Fan Ficiton: El principio y el final

Capítulo tres: El carnet de aparición y un oscuro secreto.

Por: Lunis Jane Lupin

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¡Harry! -exclamó Ginny al verlo aparecer en la cocina, donde estaban tomando el desayuno- ¡pasaste el exámen!

¡Harry! -saludó Ron- Qué tal, compañero, vaya, ya te puedes aparecer... ¿Cuándo te dieron el carnet?

Me lo acaban de dar -respondió Harry, saludándole.- Y pues, quería probarlo.

Hermione llegaba a la cocina en aquel momento y al verlo pegó el grito en el cielo.

¡HARRY! -dijo corriendo a darle un abrazo- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste?

¡Magia! -dijo Harry- Ya me entregaron el carnet de aparición y quise probarlo.

Pero, Harry, -dijo la muchacha algo contrariada- ¿le has preguntado a Dumbledore si puedes...?

De acuerdo con el Ministerio de magia, soy un mago mayor de edad y puedo hacer con mi magia lo que me plazca. -dijo Harry.- Ya le diré luego a Dumbledore, aunque lo más probable sea que ya sepa que estoy aquí.

Está celosa porque tú y yo nos podemos aparecer y usar magia fuera del colegio y ella no porque aún es menor. -dijo Ron mirando a su novia. Está demás decir que a ella no le gustó ni un poquito ese comentario.

¡Eso no es verdad! -exclamó- Además no...

No hubieramos pasado el exámen de aparición de no haber sido por ti, Hermione. -dijo Ron, acercándose a ella.

Es cierto. -dijo Harry, para ayudar a su amigo.

Tú no lo ayudes... -dijo Hermione, y entonces se armó la de Troya entre Hermione y Ron. Ginny, que había permanecido un poco al margen se le acercó a Harry por detrás y le susurró al oído.

Mejor nos desaparecemos antes que esto se ponga peor -dijo. Harry asintió y como quien no quiere la cosa, la tomó de la mano cuando se dirigían al jardín. Por supuesto, había muchas cosas que conversar con Ginny.

La última vez que se habían visto, había sido en la estación de Kings Cross. Ginny y él se habían besado en frente de las familias de ambos, la de Hermione y todas las personas que andaban alrededor en aquel momento. Sin embargo, las cosas no podían quedar allí. En sus cartas a Ron y a Hermione, preguntaba por Ginny y mandaba recados para ella de las formas más camufladas posibles. Se podría decir que de una carta para Ron, 80 era sobre Ginny y 20 sobre Ron. Las de Hermione eran sólo un ¿cómo estás? Y el resto sobre Ginny. Todo con peguntas inderectas y nunca mencionado su nombre. A su vez, ella también hacía lo suyo enviándole mensajes ocultos en las cartas de Ron y Hermione. Ahora, aprovechando que estaba allí, intentaría por fin pedirle que sea su novia.

Y ¿cómo están las cosas por aquí? -preguntó Harry, avergonzándose de aquella froma de iniciar una conversación, ese tipo de conversación.

Pues, bien, aquí todo como siempre, Papá trabajando, Mamá ha ido a ayudar a la limpieza semanal a Remus, Bill también, Charlie en Rumania, Percy consiguió que los gemelos le dieran trabajo de secretario en su tienda. Fred y George tratando de abrir una sucursal en Hogsmeade, Ron presumiendo su carnet de aparición cada tres pasos, pero no hace magia porque Hermione está aquí y no le hace mucha gracia presumir tanto delante de ella porque todavía no puede... y yo... pues, bien.

Ah... -A Harry le dio la impresión de que había ensayado esa respuesta. Decidió lanzarse de una vez.- Ginny, yo...

No, Harry, lo del tren... pues, si tu no quieres nada, no hay problema, yo... estoy bien así... de veras... -dijo haciéndose la fuerte. Harry no podía creer que le estuviera diciendo eso.

Entonces si hay un problema -dijo, rascándose la cabeza- Porque yo no quiero nada, quiero mucho, te quiero mucho. -tenía la cara roja como un tomate, pero ahí estaba y pues que le caiga el mundo encima si ella decía que no.

Harry, yo... -balbuceó la muchacha- yo también te quiero mucho...

Ginny, em... yo... -Harry pensaba una y otra vez en cómo preguntarle, decirle, era muy fácil, se lo pedía y ya, pero no podía. Pero tenía qué, su corazón se lo pedía a gritos.- ¿queriesresminoiva... AUCH! -se había mordido la lengua. Era un estúpido, no servía para estas cosas, nunca le podría pedir a Ginny que sea su novia como se debe. Pero Ginny parecía pensar diferente. Le acarició la cara recién afeitada con su mano derecha y lo miró tiernamente. Harry sentía que se derretía por dentro.- ¿Quieres ser mi novia? -le volvió a preguntar. Era ella misma lo que necesitaba para darse valor, era su apoyo.

Sí, Harry, sí quiero ser tu novia -le respondió ella, sonriéndole con su carita de niña traviesa. Harry entonces, con manos temblorosas, la tomó por la cintura, acercándola a sí mismo, ella le rodeó el cuello con las manos y se besaron.

Pasaron un rato más conversndo sobre todo y nada a la vez hasta que se dieron cuenta que Ron y Hermione los andaban buscando. Al parecer se habían dado cuenta que habían sido dejados solos mientras peleaban y se les pasó al ver a la flamante pareja de Hollywood paseando por los jardines.( "oh, Ron, míralos, ¿no se ven lindos? " "TT Crecen tan rápido TT" "No me estaba burlando�" "Yo tampoco...")

¿Qué hacen? -preguntó Hermione al acercarse.

Corrección -añadió Ron con el semblante serio- ¿Qué hacían los dos SOLOS?

Harry y Ginny se pusieron rojos cuales tomates y no consiguieron más que balbucear. Estaban entrando a la casa cuando llegó la Señora Weasley.

Vaya, ya casi no tengo trabajo cuando voy allá. Ese Dobby es realmente eficiente. -decía mientras colocaba su bolso en la mesita de la cocina.- Hola Ron, cariño, cómo estás. Y Ginny, ¿ya llegaron tus notas de los Timos? -Ginny negó con la cabeza- Bueno, ya vendrán. Hermione, querida, ¿cómo se han portado estos chicos?

Bien, señora, ¿cómo está Remus? -respondió Hermione saludando a la señora Weasley con un beso en cada mejilla.

¡Ah! Muy bien -dijo esbozando una sonrisa- Es un buen muchacho pero anda muy solo, pobre, con su condición, pero no le importa, sigue con eso de las pociones, sigue haciendo cosas extrañas en el cuarto donde antes estaba... bueno, y el profesor Snape lo sigue ayudando...

¿Lo sigue ayudando? -preguntó Harry. Seguía sin confiar un poquito en el profesor Snape. No importaba que para la última batalla hubiera conseguido controlar la transformación licántropa, podía ser un veneno de acción lenta. Muy lenta.

¡HARRY! ¡CIELO! -exclamó la señora Weasley levantándose de un salto del asiento- No sabía que llegabas.

Nosotros tampoco, -dijo Ron- se apareció esta mañana.

Oh, bueno, entonces... ¡¿Se apareció?! -dijo la señora Weañsey poniendo la misma cara que Hermione.- Entonces te dieron el carnet, pero, hijo, no puedes andarte apareciendo y desapareciendo...

Está bien, señora, sólo vine a darles una visita, debo regresar a casa... -dijo Harry poniendo cara de cachorrito degollado con las tripas salidas y a medio morir. A ver si lo dejaban quedarse hasta el inicio del último curso.

¡AY Harry! He hablado con Dumbledore de eso... -dijo la Señora Weasley, parecía que era algo que le venía diciendo desde el inicio de las vacaciones- dice que derrepente en una semana o dos te dejará venir. Ginny, cariño, ¿tienes fiebre? -dijo poniéndole la mano en la frente para verificar su temperatura- Estás toda colorada, y callada, de seguro has estado tomando cosas heladas... -la señora Weasley se cayó cuando vio que Ginny miraba a Harry de reojo y este se ponía igual de rojo.

No, mamá, es que... ya es hora del almuerzo y no hemos hecho nada, Hermione, ¿Me ayudas? -le dijo a su amiga, como rogando su apoyo.

Claro, Señora Weasley, hoy cocinamos nosotras... -dijo ella.

Entonces voy buscando el número del repartidor de comidas Magic Burger... -le susurró Ron a Harry.

Bien, gracias chicas, son muy amables, mientras tanto, Harry, ven a la sala para que me cuentes cómo te ha ido. ¿Te llegaron nuestros obsequios? -preguntó la madre de Ron llevándose a Harry a la sala de estar.

Sí señora, me llegaon todos...

Iban a sentarse cuando se aparecieron Fred, George y Percy en dicha sala. Genial, pensó Harry, más hermanos de Ginny.

Vaya, miren a quién tenemos aquí... -exclamó Fred.

Justo hoy que decidimos venir a casa a almorzar. -continuó George.

Hola Fred, George, Percy... ¿qué tal? -dijo Harry.

Pues, nosotros, bien, trabajando duro... -dijo Fred, dándole una palmadita en el hombro a Percy- ¿Y tú? ¡Qué milagro vienes por aquí! -dijo con voz algo embelesada.

¿No te gustaría pasar a tomar una tacita de café? -le siguió George.

¿No será mucha molestia? -contestó Fred.

Claro que no, ¡qué ocurrencia! -dijo George, simulando que se sacaba un sombrero- Pase usted...

Después de usted. -dijo Fred haciéndose el halagado, y fueron hacia la cocina, a ver que estaban preparando las chicas.

Papá consiguió hacer que una tevelisión funcionara y le puso clabe... Han estado así desde entonces... -dijo Percy, negando con la cabeza- Me voy a lavar las manos, permiso.

Sigue -contestó Harry, calmando la risa contenida mientras que Ron miraba a otro lado, al parecer Percy había recuperado algo de su antigua petulancia al tener trabajo. Sería divertido ver a Percy con Fred y George de jefes, pensó Harry.

Y dime, Harry -dijo la Señora Weasley, mirándolo fijamente a los ojos, casi como miraba a sus hijos cuando quería saber si habían hecho alguna travesura- ¿Qué novedades?

Ah... uh... eh... -balbuceó Harry- pues...

Entonces se apareció el Señor Weasley en medio de la sala. A Harry no le gustaba que toda la familia se estuviera reuniendo para almorzar, todavía no habían decidido cuando decírselo a los demás.

Arthur, cariño, mira quién ha venido a visitarnos. -dijo la señora Weasley señalando a Harry, que parecía tener sus tres litros de sangre en la cara. Afortunadamente, el señor Weasley venía acalorado y algo rojo, así que le podía hechar la culpa al calor.

¡Hola Harry! Qué gran sorpresa, -Dijo el Señor Wealey, sentándose al lado de su mujer- Molly y yo nos estabamos preguntando si podrías venir a pasar unos días con nosotros. ¿Te dieron el carnet ya?

Sí, señor Weasley, me lo dieron esta mañana -respondió Harry- y me pareció que sería una buena idea venir a darles una visita. -dijo, rascándose la nariz.

Qué bueno, y que bueno que se me ocurrió venir a almorzar a casa hoy, ¿no Molly? -le preguntó a su mujer. Percy bajaba las escaleras y Fred y George eran echados de la cocina por Hermione y Ginny, que como no podían usar sus varitas, los amenazaban con los sartenes y cucharones.- Vaya, la familia Weasley en pleno, con hijos adoptivos y todo -exclamó el señor Weasley- Y Bill me ha dicho que viene a almorzar con su novia, Molly, sólo faltaría nuestro Charlie... -Harry estaba que ya no podía más. Quería salir de allí corriendo- ¿Te quedas a almorzar, Harry?

Ah... Claro, Señor Weasley... -miró de reojo a Ginny que regresaba a la cocina siendo arrastrada por Hermione que le decía que aún les faltaba cocinar el puré de papas para Rufino Pepino, el gato de Matilda- será un placer.

Y ¿Qué hay de nuevo, Harry? ¿Qué nos cuentas? -preguntó Arthur mirando a su mujer.

Justo eso le estaba preguntando -añadió esta. Ron parecía muy divertido, pero...

Creo que me voy a ayudar a las chicas a poner la mesa... -dijo en el momento en que aparecieron dos personas más- Hola Bill... Hola Fleur. -y se dirigió a la cocina.

Hola, hermanito, mamá, papá... ¡Harry! ¡Qué sorpresa! -dijo Bill, estrechándole la mano a Harry- Tenía tiempo sin verte... ¿vendrás a pasar unos días?

Eso depende de lo que diga Dumbledore, cielo -dijo tajantemente la señora Weasley- está de visita, ya le dieron el carnet.

Genial, qué bueno... ¡Mira si soy maleducado! Harry, esta es mi novia, Fleur Delacour, Fleur, c'est Harry Potter.

Sí, ya nos conocíamos, ¿qué tal te va, Hagui? -le preguntó la muchacha, acercándose y dándole un beso en cada mejilla.

Bien, gracias Fleur, ¿Y a ti? -le preguntó.

Oh, pues bien, ya he mejorrado bastante mi inglés, todo ggracias a mi prgrofesor -abrazó cariñosamente a Bill- Tragbajamos en el mismo depargtamento del Ministergrio.

Ha progresado bastante, -dijo Bill, mirándola orgulloso- ya pronto lograremos perfeccionar la "erre" ¿verdad?

Clagro que sí... -respondió Fleur.- Y dime, Hagui, ¿tú no andas con novia?

¡A comer! -llamó Ginny, entrando a la sala en el momento más oportuno- Ya está listo, pasen al jardín...

Bien, si me permiten, iré a lavarme las manos -se escusó Harry.

Claro, sigue... -le dijo el Señor Weasley.

Harry se metió al baño y apoyó la cabeza contra la pared. Aquella comida iba a traerle algunos problemas. Pensó en dar una excusa para irse, pero su tía iba a dar de almuerzo queso de dieta sin sal y coliflor. Abrió el fregadero y se lavó las manos y la cara, tendría que salir de allí y enfrentar a la familia de su novia en pleno, incluyendo "concuñadas", más de lo que había esperado en la mañana cuando llegó. Salió del baño y se dirigió al jardín.

El almuerzo no resultó tan mal como Harry lo había pensado. La comida estuvo tan deliciosa que no tuvieron que llamar a "Magic Burger" como dijo Ron. Además estuvo sentado en frente de Ginny. Ambos se daban miradas fugaces que pasaban desapercibidas, o al menos eso pensó Harry. Pero Fleur y Bill estaban algo melosos hacia el final del postre, y lo mismo pasaba con Ron y Hermione. Harry decidió que definitivamente era hora de irse.

Pero, Harry, ¿no te quedas a tomar el té? -preguntó la señora Weasley.

No, debo ir a casa, no le dije a mi tía por cuanto tiempo estaría fuera, aunque mientras más demore, mejor para ellos, pero, ya vendré luego, señora, ahora me puedo aparecer -le ofreció una sonrisa que la dejó contenta.

Entonces te esperaremos. Y ya te avisaré cuando Dumbledore nos deje traerte. Y no sería mala idea que vayas a visitar a Remus uno de estos días.

Sí, creo que iré mañana -dijo Harry, pensando que sería una muy buena idea hablar con él- nos veremos seora, y gracias por todo.

No te preocupes, cielo, ya sabes que en esta casa tú eres un hijo más.

Harry se despidió de todos y Ginny se ofreció a acompañarlo a la puerta. Felizmente nadie más se ofreció y Harry pudo despedirse con tranquilidad de Ginny.

¡Vaya! Todos vinieron a almorzar hoy... -dijo Harry.

Lo sé... tuve que cocinar para un chupo de gente... -le dijo, mirandolo.

Estuvo riquísimo -le dijo, dándole un beso en la frente- Ron dijo que tendríamos que llamar a magic Burger, pero no fue necesario...

Lo voy a matar -dijo Ginny- anda fastidiándonos cada vez que nos toca cocinar...

No importa, entonces... -Harry se acercó un poco, ahora que estaban solos...

Entonces... -Ginny también se acercó.

Nos vemos luego... -dijo Harry. Le dio un gran beso de buenas noches que le hizo olvidar lo bochornoso que había sido el día.

Definitivamente. -respondió Ginny. Harry desapareció. El problema fue que no le gustó lo que vió en cuanto se apareció en su habitación de Privet Drive.

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Que te digo que algo le pasa a ese chico -le insintía James a Sirius por centésima vez en la mitad de la clase de Defensa contra las artes oscuras.

Déjalo ir, a ver a su madre. -decía Sirius, repitiéndole a James por la centésima vez que lo dejara en paz- Si ella lo quiere, que lo disfrute. Yo no iría a ver a mi madre enferma asaí me amenazaran con borrarme del tapiz...

¿Tapiz? -preguntó James con curiosidad.

Chiste malo -le respondió restandole al asunto.

Como sea, -continuó James- el tema es que aquí hay algo que no me cuadra, ¿te has dado cuenta? Es como un reloj, cada tres o cuatro semanas tiene que ir a ver a su mamá. A mi me parece que es algo más, quizás está en problemas...

Bueno, hasta ahora lo ha hecho bien, ¿o no? -le dijo Sirius, haciendo como que copiaba algo que el profesor acababa de anotar en la pizarra- Debes dejar de meterte donde no te llaman, James, ya hemos tenido suficientes castigos este año por andar espiando en cosas que no nos incumben...

Tu bien que me sigues -le djio sonriendo. Sirius también sonrió- además, ¿por qué nos metimos al despacho de Filch?

Porque quería recuperar mi búmerang de colmillos -respondió Sirius.

Y ¿por qué nos quedamos allí sacrificando la escapada perfecta? -continuó James.

Porque quería ver el expediente de Snape... -admitió Sirius.

Y ¿Por qué nos atraparon? -preguntó James.

Porque empecé a mirar los expedientes de los Slytherin...

Y ¿Por qué nos castigaron durante el castigo? -insistió James.

Porque quise ver que hacía Snape en el patio... -dijo Sirius.

¿Y qué más...? -dijo James, disfrutando de hacerle confesar a Sirius que era su culpa de que tuviera un cayo en el dedo índice a la edad de once.

Y le lancé mi búmeran de colmillos... -susurró Sirius.

¿Y...?

¡Ya! Ya sé que nos volvieron a castigar, me vlvieron a quitar el bendito búmerang, y tuvimos que pasarnos tres semanas lavando los baños de la fantasma llorona con cepillos de dientes y sin magia... Pero Snape se pasó las tres semanas caminando medio chueco por el golpe y eso lo compensa -justficó el chico.

Tienes razón, pero creo que nos salimos del tema. Remus está en problemas y como buenos Gryffindor, debemos ayudarlo, -dijo James tajantemente, luego sonrió un poco- además, es buena gente y no nos ha delatado con McGonagall por ponerle un chicle en la tiza. ¿Estás conmigo?

¿Nos castigarán por esto? -preguntó Sirius algo dudoso, como si no quisiera más castigos.

Es lo más probable -contestó James, y añadió en tono que invita a la aventura- ¿Qué? ¿Te quieres portar bien ahora?

No seas idiota, es que quería saber que se siente tener las tardes de una semana sin castigos... -dijo dramáticamente- pero no se puede tener todo en la vida.

Así se habla. -dijo James emocionado sin darse cuenta que el profesor estaba detrás de él- ahora...

Ahora, Potter y Black me van a hacer el favor de callarse o decirme que es eso en lo que llevan discutiendo ya quince minutos de mi clase. -les dijo el profesor, invitándolos a quedarse calladitos por el resto de la clase. Sin embargo, no contaba con que esos dos traviesos eran los más inteligentes que Hogwarts había visto en años.

Estábamos comentando sobre el tema de clase, profesor -dijo James con voz inocente y cara de angelito.

Entonces tendrán comentarios de provecho para toda la clase. -dijo el profesor, tratando de dejarlos en evidencia.- ¿Sobre qué comentaban?

Pues, le decía a Black -habló James con tono de experto- que refiriéndonos a las criaturas nocturnas, los vampiros, que vimos la clase pasada, son mucho mpas peligrosos que los hombres lobo, que estamos viendo hoy.

Y yo le decía lo contrario a Potter. -añadió Sirius- Los hombres lobo son más peligrosos.

Explíquennos entonces sus puntos de vista. ¿Black?

Pues el hombre lobo es más peligroso porque es más salvaje y se lo puede comer a uno entero, - dijo Sirius simplemente- y de salvarse, puede hacer lo mismo con alguien más.

Interesante... -dijo el profesor rascándose la barbilla- ¿Potter?

Pues yo decía que aún con todo, el lobo muere cuando lo hace el hombre, o cuando se le hace tomar algo de plata, lo cual es fácil atrayendolo con un señuelo. -dijo James con un tono más sabelotodo- En cambio, el vampiro es mucho más dificil de matar. Y de no hacerlo, puede vivir por toda la eternidad alimentándose de sangre humana y dejando más vampiros.

Ambos tienen algo de razón -dijo el profesor, impresionado- si bien el hombre lobo es más salvaje, se necesita un mago bastante preparado para vencer a un vampiro. Quince puntos para Gryffindor cada uno, pero la próxima vez hagan sus comentarios para toda la clase. Como seguía diciendo...

la clase entera estaba impresionada, pues no sólo se habían salvado del castigo por conversar en clase sino que además habían ganado puntos, cuando todos sabían que habían estado hablando de cualquier cosa menos los hombres lobo y los vampiros.

La salvaste -le garabateó Sirius a James en el libro.

Sí, pero todavía debemos investigar...

El hombre lobo -continuaba el profesor, ahora al otro lado de la clase.

Todavía no sé qué puede ser... -susurró James.

... Hace su transformación cuando la luna está en fase llena... -el proesor hacía notas en la pizarra.

Creo que casi lo tengo... -James fruncía el ceño.

... Como esta noche, si le preguntan a su profesora de astronomía...

James metió su mano al bolsillo de la túnica y encontró un cromo de ranas de chocolate que Lily le había dado hacía un par de días.

"Lord Elmond Bay City Roller (1615-1689), primer mago en admitir que era un Licántropo en la comunidad mágica. También conocido por hacer los primeros intentos de elaborar pociones matalobos. Murió cuando su anillo de plata cayó a uno de sus preparados sin que se diera cuenta y se lo tomó."

¡Eso es! -escribió James en el libro.

¿Qué? -escribió Sirius.

Es luna llena... -escribió James emocionado.

¿Y qué? ¿invitarás a Snape a una caminata romántica a la luz de la luna? -Sirius puso un gesto de asco.

¡Claro que no, cerebro de papa! -le escribió James con letra lo más elegante que pudo garabatear- ¡¡¡Remus es un hombre lobo!!! –y le enseñó el cromo.

OH! -dibujaron los labios de Sirius sin emitir sonido alguno- Oh!-:O- Oh! -�- Oh!:(...

Sí, OH!...

Al final de la clase, tenían varias preguntas para el profesor.

Profesor O'Callaghan tenemos algunas preguntas... -dijo James acercándose al pupitre.

Díganme, muchachos... ¿no será que quieren excusarse de su tarea porque estarán castigados de nuevo? –dijo en forma de chiste. Los miró y al ver sus caras muy serias añadió- ¿No es eso?

Queríamos saber... sería posible, -comenzó Sirius- hablando hipotéticamente, que alguien que es un...

Un licántropo... pueda tener una vida, -continuó James- digamoslo así... ¿normal?

Definan normal –contestó el profesor mientras alistaba su maletín para irse a la sala de maestros. James y Sirius ya se sabían más o menos las rutinas de los profesores de manera que les era más fácil hacer lo suyo.

Por ejemplo, para un adulto, ir al trabajo, tener familia... –aventuró Sirius.

O para un chico, digamos como nosotros... ir a la escuela... –dijo James casi en un susurro.

El profesor O'Callaghan se irguió, los miró escrutadoramente y se volvió hacia su maletín. Lo cerró y les dijo- En teoría, mientras se tomen ciertas precauciones en los días en que la luna está llena, sí, la persona cuya condición sea la licantropía puede vivir tan normalmente como cualquiera que no tenga esta condición. Lo que pasa es que usualmente la gente suele discriminarlos por su condición, pero no tiene nada que ver con cómo es en realidad la persona.

Los chicos sospecharon que el profesor sabía algo más de lo que decía.

Ustedes dos son buenos chicos, -les dijo el profesor, cogiendo su maletín y colgándoselo en el hombro- excepto cuando estan haciendo travesuras, pero buenos chicos al fin... –garabateó una nota en un pedazo de pergamino que había sobre el pupitre- este libro les podría ayudar... en su investigación. Ahora, si me permiten, tengo que irme a dar clase. Ustedes, me parece que tienen hora libre, podrían ir a la biblioteca como buenos chicos...

Gracias profesor... –dijeron al unísono ambos. Leyeron el papelito.

"Hocico peludo, corazón humano" Anónimo, Whizz Hard Books, 1975.

Horas después, cuando regresaban a la sala compun de Gryffindor, ambos estaban impresionados y tristes a la vez. El relato presentaba tantas similitudes con la forma de actuar de su compañero. Ahora entendían porqué era tan callado y no parecía querer tener amigos, aunque era muy buena persona, por lo que habían podido ver en lo que iba del año.

Sirius... –dijo James seriamente dándole una palmadita en el hombro- creo que este chico necesita nuestra ayuda.

- Tienes razón, igual que el otro... nunca me acuerdo de su nombre... –le dijo Sirius haciendo inflando los cachetes.

- Sirius... –dijo James mirando a su amigo seriamente- Peter también es amigo nuestro.

- Lo sé, pero en verdad le hace honor y mérito a la cara de tonto que tiene.

- Pero es buen chico...

- Me asustas... uno de estos días me saldrás con que Snape es un buen chico...

- ¡HEY! Sirius, eso no es gracioso.

- Bien... está bien.. ¿entonces ahora qué debemos hacer, mamá?

- Sirius, te pasas. Ahora debemos esperar que venga.

Al día siguiente, como cada vez que desaparecía, reaparecía a los tres días como si nada hubiera sucedido. Aunque algo más delgaducho y ojeroso que de costumbre, llegó hacia la medianoche a la sala común, donde dos personas lo esperaban (todavía no le contaban a Peter, pues pensaron que primero debían hablar con Remus).

Hola Remus –dijo Sirius- te estábamos esperando.

Sí, la verdad, es que queríamos saber que era lo que tenía tu mamá. –dijo James.

Es que hemos notado que cada veintiocho días se enferma tanto que tienes que ir a verla. –le siguió Sirius. El muchacho los miraba serio, levantando una ceja.

Casualmente te vas el primer día de Luna llena. –añadió James. Al pálido muchacho se le enrojecieron un poco las mejillas, haciendo resaltar un pequeño rasguño que tenía cerca del ojo.

Y sabes que no deberías andar por ahí tú solito, te podrías... –Sirius quería obligarlo a decir su verdad, pero James opinaba diferente.

Perder. –dijo James- Nos gustaría que confiaras más en nosotros, ¿sabes? Para eso están los amigos.

Que ustedes dos sean amigos, no quiere decir que sean mis amigos –musitó el muchacho, algo cohibido, pues estaba por ser descubierto.

Pues a nosotros nos gustaría que lo fueras, porque... a mi me caes bien. –dijo Sirius sinceramente. James lo miró y Sirius respondió- ¿Qué? Yo nunca dije lo contrario...

A mi también me caen bien, y a Evans y a Pettigrew y a todos los chicos de Gryffidor. –dijo el muchacho, cortantemente- Genial, si me permiten, estoy cansado del viaje y me gustaría despertar temprano mañana.

Sólo queríamos que sepas que más o menos sabemos lo que te pasa. –dijo James, algo desesperanzado. De veras quería ser amigo del chico- Nadie nos lo ha dicho y no se lo hemos dicho a nadie, pero... nos gustaría que nos lo dijeras cuando estuvieras listo.

Flash Back

3 días antes

¿Remus? –llamó la muchachita de las trenzas rojas- ¿estás bien?

Sí, Lily, muchas gracias, estoy bien. –respondió Remus. Se le hacía algo tarde para ir a la enfermería.

Remus, -dijo Lily seriamente, poniéndole una mano sobre el hombro- Quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que sea.

Te creo, pero se me hace un poco tarde, luego hablamos.

¿Te vas a la enfermería para que la señora Pomfrey te lleve a algún sitio donde te puedas transformar sin lastimar a nadie? –le susurró al oído- Lo sé, no me preguntes cómo. Pero, quiero decirte que no tiene nada de malo. A mi me parece que no tienes por qué andar sin amigos porque eres... ya sabes, y si no quieren ser tus amigos, no saben lo que se pierden. Yo sí quiero ser tu amiga.

Remus estaba perplejo. Nunca nadie le había dicho eso, salvo su madre. Su padre no se lo había dicho, pero le decía que lo quería mucho y eso era suficiente. Ella era la primera persona que le ofrecía su amistad a sabiendas de a lo que se metía.

Gracias, Lily. –dijo sonriendo- Muchas gracias.

De nada, ahora date prisa, la señora Pomfrey te debe estar esperando.

Lily verdaderamente quería ser su amiga, eso era bueno, pensó Remus mientras entraba a la enfermería y era regañado por la impaciente enfermera del colegio.

Mientras tanto, Lily se iba corriendo a la sala común, donde había dejado sus libros abiertos y su tarea a medio terminar por salir corriendo detrás de Remus. Había estado observando el extraño comportamiento de Remus desde que había empezado el año y había estado investigando. Sólo dio con la respuesta cuando se dispuso a leer por adelantado el capítulo de las criaturas nocturnas para el profesor O'Callaghan de Defensa contres las artes oscuras. Ella no se sentía completamente cómoda con ser nacida de muggle, y pensó que si conocía a gente que tampoco fuera completamente sangre limpia se sentiría mejor. Luego se le acercaron James Potter y Sirius Black y pensó que ellos no parecía sangre limpia, no al menos como Snape, pues andaban con cualquiera que quisieran, como por ejemplo aquel muchacho Pettigrew. Era algo torpe, pero en general caía bien. Aunque, Lily lo había notado, era algo chismoso y le gustaba andar sabiendo las idas y venidas de todos, en especial de los muchachos que le dirigieron la palabra a la pelirroja en aquel momento.

Hola, Lily –saludó James. Se llevaba relativamente bien con él.

Hola James, hola Sirius –saludó ella levantando la vista de su ensayo sobre los vampiros.

Hola Lily, nos preguntábamos si has visto a Remus. –le dijo Sirius- Le estamos buscando para ver si quería cambiar cromos de ranas de chocolate.

Me parece que... se fue a ver a su mamá. –respondió Lily, no le parecía decirles a ellos el secreto recién revelado, aunque ellos también parecían preocupados por el asunto.

¿Otra vez? –exclamó James, y luego susurró para Sirius, aunque no lo suficiente como para que Lily no lo escuchara- Algo se trae entre manos, eso de la mamá no me convence.

Déjalo, si dice que su mamá está enferma, algo tendrá, y si no es eso, ya algún día nos dirá si confía en nosotros.

Los muchachos se iban alejando, cuando Lily pensó que no sería tan mala idea que Remus tuviera un par de amigos más, para cuando ella estuviera ocupada con Rose y Liz hablando de cosas de chicas.

James –lo llamó, pues su gato se le acababa de subir al regazo, y el muchacho giró la cabeza sobre el hombro. Lily le hizo una seña para que se acercara y este lo hizo- Toma, pensé que te gustaría este cromo, yo no los colecciono –lo cual era mentira porque ya tenía como cien antes de navidad de tantos chocolates que se había comido. Las ranas de chocolate le gustaban mucho más que las barras de chocolate muggle. Podía comerse tres en un día, cinco si se arriesgaba a un dolor de barriga.- Y hazme el favor de darle esto a Remus cuando llegue –le entregó una caja con dos ranas de chocolate- será buena idea.

Em... gracias. –dijo James guardándose la caja y el cromo en el bolsillo de la túnica.

¡Ah! Casi lo olvido, Lily me dijo que te diera esto. –dijo James cuando ya estaba por subir las escaleras a los dormitorios de los chicos, se acercó a él y le entregó la caja doble de ranas de chocolate.- al parecer también se preocupa por ti.

Ella te dijo, ¿verdad? –le dijo, frunciendo el ceño haciendo que le aparezca una pequeña línea entre ambas cejas- Ella te dijo sobre mí. –Remus había pensado que Lily había sido sincera y todo lo demás, pero ahora se sentía traicionado.

¿Lily lo sabía? –le preguntó James, algo sorprendido- eso explica algunas cosas. Pero no, no me dijo, de hecho, para que te quedes tranquilo y Lily no quede mal, ella nos dijo que te habías ido a lo de tu mamá cuando le preguntamos. –James le hizo una seña como para despedirse, se dio la vuelta y se dirigió a subir a su dormitorio, donde probablemente Sirius ya estaría roncando.

James... –llamó Remus. El muchacho sólo giró la cabeza sobre el hombro- Gracias por... por lo de que les gustaría ser amigos míos, aun sabiendo... lo que saben...

James se limitó a hacer un gesto con la mano para restarle importancia y continuó subiendo. Al día siguiente, Remus hablaría con él y con Sirius y les diría su situación, les contaría cómo lo mordieron, cómo lo aceptaron en Hogwarts y las condiciones en las que se transformaba. También les pediría que se mantuvieran al margen de ello y que mantuvieran su secreto como estaba, secreto. También se daría cuenta de que Peter Pettigrew había escuchado todas y cada na de sus palabras al andar siguiendo a James y Sirius a ver si le volvían a hacer algo "divertido" a Snape. James convencería a Remus y a Sirius que podían confiar en Peter y en ese momento decidieron que irían los cuatro juntos siempre y que serían siempre amigos, James y Sirius les enseñarían el sitio donde se escondían cada vez que huían de Filch, sin el cual habrían pasado castigados más tiempo que en clases, y eso que estaban en primer año.

Así que ahora, Remus Lupin tenía tres amigos y una amiga, y eso le dio más confianza en sí mismo. Comenzó a demostrar que podía en clase tan igual o mejor que James y Sirius, por lo cual se dedicaban más a ayudar a Peter con los cursos que en estudiar para ellos mismos. Sirius quizás desarrolló demasiada confianza en sí mismo. A James le causaba gracia, pero no se dejaba vencer. Empezó a estudiar cuando no lo veían para que pensaran que no lo necesitaba. Lo que no sabía era que Sirius hacía lo mismo.

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Siiiiiiiiii, volvi y me alegra que les alegre verme!!!!!! Ajá! Sí, yo otra vez, aburriendolos con mis pavadas mientras escucho a los backstreet boys (Lunis tararea: Let's have a paaaaaartyyyyy) bueno, ya ven, Harry ya tiene sus carnetcitos y ya se jura. El muy malcriado se va de casa sin permiso. Encima se va a ver a su novia... pobrecita... y luego llega a su casa y pone cara de po...tter ¿por qué será? Me pregunto yo.

Y también, de cómo nuestros queridos amigos descubrieron el secreto de mi papito el chocolobito. que lindo suena... chocolobita, la hija del chocolobito... (Tonks Nymfadita Black: ¡Lunis! ¡Regresa de Lunis-llamando-por-teléfono-a-Dianis-porque-se-te-ocurrió-una-idea-Feliz-Landia!) ejem... como seguía... cuando le descubrieron... tambien pondré un one shot sobre esto. Ahora me tengo que ir porque tengo que escribir un informe para antes de las doce y son once y cuarentaicinco... además luego tengo que alistarme para ir a estudiar�. Nos vemos luego luego! Ah... es q... verá.. estoy de exámenes parciales y pues... ya saben... Ahora los rr!!!! YA SON TRECE soy feliiiiiiz

tabatas orla potter airam dany-kanuto lizzy d jareth dianis black ying-fa-aome galadirel tonks fash jalogon chicos, son lo máximo... SI, estoy loca poniendo los dos al mismo tiempo, y No, no habrá romanmce entre Remus y Jo, porque... ya veran... ahora, no me pidan q sea puntual ni q no me demore mucho porque este ciclo voy a estar bastante ocupadita, pero ya es el último y eso es bueno, en abril estaré libre y podré escribir y terminar antes de que Rowling ponga el libro en las tiendas... así que ya verán... la historia... bueno, esta planeada... pero como sigo sin computadora no puedo avanzar la gran cosa....� en fin, nos vemos la proxima.

Lunis Jane Lupin

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