Fan Ficiton: El principio y el final

Capítulo cinco: De vuelta al cuartel y un Relato de James.

Por: Lunis Jane Lupin

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Sí… pobre, no lo dejan en paz… -decía la señora Weasley- no lo dejan tomar un respiro.

Es una suerte que no lo hayan matado todavía –añadió Ron, provocando que todos le miraran molestos, ya que Harry se había aparecido justo detrás suyo¿Por qué me miran así…? –Ron se dio la vuelta y se encontró con el rostro impasible aunque relajado de Harry.

A mí también me da gusto verte vivo, Ronnie. –le dijo Harry con una sonrisa floja en la cara.

Bueno… no ha pasado mucho¿o sí? –le dijo Ron.

Luego vinieron los saludos, seguidos de las recomendaciones, la Señora Weasley tratando de hacerlos quedarse en sus habitaciones mientras los miembros de la orden entraban en reunión y luego la cena. Así transcurrieron el resto de las vacaciones de verano: sin nada en particular que contar. Los Weasley decidieron ir a Grimmauld place por diversas razones, porque Harry ahora pasaría las vacaciones allí y no querían dejarlo solo; porque Remus también estaba allí y tampoco querían dejarlo solo (no querían producir otro Sirius, aunque con Remus no corrían riesgo); les quedaba más cerca de todo por si ocurría algo (llámese ir al ministerio, al Hospital, al callejón Diagon…) y claro, también estaba el hecho de que ellos también habían visto un ataque cercano, como el de Harry.

Los Weasley viven en las afueras del lindo pueblito muggle de Ottery St. Catchpole. Exactamente del otro lado (como cruzando la calle, asumiendo que la calle sería el pueblo entero) viven los Lovegood. En todo caso sería decir que vive Luna Lovegood y su padre que llega muy tarde por la noche y llegaba muy temprano en la mañana por lo cual solo tenía las noches para ver a su hija… pero esa es otra historia. (Cabe decir que formando un ángulo de 90° estaban los Diggory y al otro lado los Fawcett). Volviendo al tema. A un kilómetro a la derecha de la casa de los Lovegood había habido una explosión similar pero en menor escala a la que había habido en Surrey (en una granja de cerditos y vaquitas, para ser exactos) pero el asunto realmente importante aquí era que información importante estaba siendo filtrada: ESTABAN DEMASIADO CERCA.

Dentro de toda la información que podían sonsacarle a los gemelos (que estaban encantados de colaborar con los más "pequeños" –como los llamaban para desesperarlos, especialmente a Ginny) podían deducir que no habían sido intentos fallidos de darles a ellos, sino avisos claros de que estaban siendo vigilados, en especial Harry, ya que habían hecho volar el sitio en el cual iban a estar supuestamente sus tíos y un sitio muy cercano al que Harry iría a terminar las vacaciones y que también habían conseguido arreglar que el Señor Lovegood se lleve a su hija al trabajo si la quería viva. De nuevo, Voldemort estaba muy bien informado… ¿Quizás un traidor cercano a Harry o Dumbledore¿Quizás Snape? Eso fue lo que dedujeron ellos solitos porque los gemelos no dirían más. En cuanto a Snape ya no decían que era un idiota (aunque se podía leer en sus ojos que lo seguían pensando) pero tampoco decía mucho de su labor.

Bueno, pero Harry no puede pasarse todo un mes especulando ¿o sí? Especialmente cuando tiene "otras distracciones". Distracciones con Nombre, apellido, cabello rojo y ojitos castaños.

Su situación no era clara aún… Eran novios, Harry se lo había preguntado y ella había aceptado, pero no habían tenido mucha ocasión de salir, estar solos o cosas así. Uno porque estaban encerrados y no habían podido salir ni a la ventana. Luego estaban los Weasley. Al principio el más paranoico con el asunto era Ron, como es lógico, a pesar de aceptar la relación (de hecho, había estado tratando de juntar a su hermana con su amigo por años), Ron sentía celos de hermanito mayor. Para eso, Harry contaba con la ayuda de la buena Hermione que lo distraía o se lo llevaba a otro lado. Lo malo fue que para cuando Ron dejó de molestar, el resto de los hermanos de Ginny, desde Bill hasta los gemelos (pasando por Charlie que había sido enterado por carta de Percy) y sus padres tenían una idea de lo que sucedía. Mientras la señora Weasley vigilaba a Hermione de cerca (la única novia de alguno de sus hijos que vivía bajo el mismo techo), Harry tenía que vérselas con media docena de familiares y uno por correo ( Charlie, que estaba en Rumania). Los Weasley querían mucho a Hermione y a Harry, como si fueran dos hijos más de la ya extensa familia, el problema era que habían llegado un poquito lejos en las familiaridades, dado que mientras que la una estaba de novia con uno de sus hijos, el menor de los varones, el otro andaba –hasta donde ellos sabían- en pretensiones con la ULTIMA y UNICA nena de la familia. Sus situaciones cambiaban un poco.

Ginny le había dicho a Harry que a ella no le importaba que les dijeran a sus padres que eran novios, que si por ella fuera, mientras menos se enterasen, mejor. Pero Harry no se sentía bien jugando a las escondidas con Ginny. Número uno, porque no quería dar la impresión de avergonzarse de Ginny, lo cual estaba fuera de dudas, la adoraba. Número dos, porque sentía como si estuviera haciendo algo malo. Número tres, porque los señores Weasley lo habían tratado siempre tan bien, habían llegado a ser una familia sustituta para él que sentía que debía ser honesto con ellos. Y número cuatro… no hay número cuatro. Además, si Ron ya sabía, Harry pensaba que la reacción de los otros no sería tan mala, considerando el carácter de Ron.

No tienes ni idea… -le dijo Ginny meneando la cabeza en actitud negativa cuando Harry se lo dijo.

Para su fortuna… o no, Harry no tuvo que esperar mucho. Y tampoco tuvo que esforzarse porque fue a Ginny a quien se le escapó. Estaban una tranquila mañana de fines de Agosto sentados en la mesa de la ya-no-tan-lóbrega cocina del cuartel, cuando Ginny, como acto reflejo, le tomó la mano a Harry, que estaba a su costado, y lo llamó "amorcito" sin pararse a pensar que estaban delante de El señor y la señora Weasley, entre Fred y George, Bill al costado del primero y Percy al costado del segundo, y frente a Ron y a Hermione (Remus estaba "fuera" porque estaban en fase de luna llena, seguía haciendo experimentos). Ginny los miró a todos poniéndose diez veces más roja a cada milisegundo y de alguna forma se las arregló para tirar su tazón de gachas de avena para que "no notaran lo roja que estaba", o eso fue lo que supuso Harry. Claro, ahora todas, o la mayoría, de miradas se clavarían en "el soltero más codiciado". La señora Weasley ponía una cara entre mal disimulada sorpresa y encanto. El señor Weasley ponía una especie de mezcla entre seriedad y alivio. Harry no podía ver bien a Bill, aunque veía su mano tomar la taza de café y llevársela a la boca, lamentablemente, Percy no era tan discreto y se había asomado en la mesa para ver a Harry y luego debajo de ella para ver a su hermana, la cual había terminado de recoger hojuela por hojuela en el tazón. Fred y George lo miraban con cara de "¡por fin!" y Ron y Hermione trataban de mirar a otro lado para no soltar las carcajadas del siglo.

Harry, tratando de no perder la calma mientras era conciente de que todos lo miraban y de que la sangre se el estaba acumulando alarmantemente en las mejillas, tomo una respiración profunda cerrando los ojos, le ofreció una mano a Ginny para que se terminara de levantar del suelo y habló. Habló con la naturalidad con la que le cuentas a tu madre que hoy, en la escuela, la profesora les enseñó todo sobre el sistema solar y que luego hizo preguntas orales y tu respondiste mejor que nunca en tu vida. "Señor y Señora Weasley, bla-bla-bla, Yo quiero mucho a Ginny, más-bla-bla, le pregunté si quería ser mi novia, ella dijo que sí, otro poco más de bla-bla-bla, y eso fue todo"

Ese fue uno de los días más largos en la vida de Harry, si no el más. El señor Weasley lo apabulló primero con una charla "de hombre a hombre" como las que tiene el padre de su nena con el "noviecito" (de esas que empiezan con "Los chicos de hoy…"). Luego le dio un descanso de treinta y siete minutos y medio, en el cual Percy le dio un sermón parecido. El señor Weasley lo rescató de la perorata larga, aburrida y redundante de Percy, sólo para someterlo al más arduo interrogatorio el cual incluía preguntas del tipo ¿Desde cuando te interesa mi hija de manera más que amistosa, o ¿Cuántas veces han estado solos antes de ser novios? Y también ¿Cuánto tiempo crees que dure esto? Sin olvidar ¿Crees que tu… fama la haga victima de acosos, burlas, calumnias, envidias o sentimientos negativos hacia ella por el hecho de ser tu… no-no-novia? Bill no parecía tener nada que decir hasta que a la hora del almuerzo se sentó a su costado (Ginny había quedado del otro extremo de la mesa como por arte de magia) y le lanzó una versión resumida, aunque también más optimista de la charla de "hombre a hombre" mencionada anteriormente. Harry pensó que su vida mejoraría a partir de la tarde, hasta que los gemelos lo abordaron de camino al cuarto de Buckbeak a donde se dirigía con su bolsita llena de ratas muertas para alimentarlo. Allí le dieron un sermón algo distinto, aunque al final era casi igual. De esos que comienzan con "Si le haces algo a mi hermana…" y luego mencionan toda clase de torturas posibles e imposibles, imaginables o no, mágicas o muggles que se sabían y que terminaba en "Confiamos en ti". Luego regresó a la cocina a dejar la bolsa de las ratas, pero lamentó haberlo hecho porque la señora Weasley, que estaba alistando todo para la cena (aquella noche no habría reunión) le lanzó la cháchara de que estaba encantada de que él hubiera elegido a su niñita, y que era muy afortunada, y que ella, Ginny, era una buena chica y más bla-bla-bla. Para cuando Harry subió a su habitación, hubo cerrado la puerta y lanzado un gran suspiro pensó que sus oídos se quedarían sordos. Se sentía mareado y extenuado como nunca, quizás un poco menos que después de una batalla con Voldemort pero no por mucho. Rió de su ironía y se sentó en la cama. Entonces entró Ron.

No me digas –le espetó antes que terminara de abrir la boca, extendió el dedo en forma autoritaria e imitó en algo el tono de Percy- "Los chicos de ahora…"

¡Nah! –Respondió haciendo un gesto con la mano para restarle importancia- Ya te torturaron suficiente por hoy. Además tengo todo el año para hacerlo… �� me lo han encargado… Abajo está Dumbledore y quiere verte.

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¡FELIZ NAVIDAD JAMES! –dijo Sirius, despertándolo, saltando sobre su cama¡VAMOS¡Arriba, princeso bello durmiente!

¡Cállate, Príncipe azul! Quiero dormir… -le gruñó el chico de doce años- ñam, ñam, ñam –se acomodó y se tapó con las mantas hasta la cabeza.

�¡DORMIR¿EN NAVIDAD¿Cuándo hay regalos por abrir y bromas por hacer? –gritó Sirius escandalizado que seguía saltando.

Sí –exclamó la voz chillona de Peter en un gritito¿Quién será la víctima hoy¿Snape, otra vez¿O un pez más gordo¿Quién?

Peter, cálmate… -dijo la voz serena de Remus- James, feliz navidad.

Flz Nvdd –musitó James- ya qué…

James, te estábamos esperando para bajar a desayunar… y tenemos hambre. –añadió Remus tranquilamente.

Si lo pones así –suspiró James.- Pero dile a Sirius que deje de saltar…

¡NO! Mejor ven y salta¡ES DIVERTIDO! –decía Sirius.

Está bien… -Remus subió, ya que Peter estaba subiéndose. Saltaron durante cinco minutos alrededor de James hasta que este, en un movimiento acrobático entre tanto salto, consiguió hacerlos saltar fuera de la cama, o sea, los botó. Lo malo fue que cayeron encima de él.

Apúrate –le dijeron cuando finalmente los convenció de que se fueran adelantando. Pasar las navidades en Hogwarts en vez de ir a su casa era para Sirius como darle un chocolate súper concentrado a un niño hiperactivo. Remus se sentía mejor, ya que cuando iba a su casa (y había luna llena) tenía que pasar mucho tiempo solo, su madre y padre trabajaban. Peter siempre hacía lo que sus amigos hacían y James sentía que debía quedarse acompañando a sus amigos.

James se fue levantando lo más parsimoniosamente que pudo. Tenía una flojera de la patada. Se dirigió al baño. Había tenido un sueño muy raro, él se había subido a una escoba y se acercaba a un dragón, un cola cuerno húngaro como los que había visto en el libro de su hermana e intentaba coger la snitch que se hallaba debajo, entre los huevos grises del dragón. Había tenido esa clase de sueños desde que podía recordarlo: Que un chico gordo y rubio lo aplastaba, que lo seguía un perro enorme, que había un perro de tres cabezas, que lo seguía una serpiente gigante… y así. El que más le gustaba recordar, sin embargo, era el que había tenido el día que recibió su carta de Hogwarts. Por la chimenea empezaron a caer millones de cartas que volaban alrededor suyo. Por eso, durante el desayuno se la pasó mirando con ansias a la chimenea hasta que su madre le preguntó si era alguna de sus bromas, porque cuando una broma empezaba a fallarle, el miraba impaciente hacia el lugar crucial. – No, madre, no… -respondió en un tono tan sincero como ensimismado. Media hora más tarde, una lechuza mediana color pardo entró por la ventana con un lindo sobre de pergamino atado a la pata y escrito con tinta verde esmeralda. Estaba dirigido al señor James Potter, La habitación con vista al jardín, Lion Road, Godric's Hollow. Y cómo olvidar aquel día. Al principio se quedó algo decepcionado por la falta de cartas volando a su alrededor, pero luego su madre, llamada Mary Jane Potter, y su padre, llamado William Rett Potter (aunque todos lo llamaban Hill, excepto la madre de James cuando se enfadaba con él) no paraban de repetir lo orgullosos que estaban porque su hijo menor había logrado ingresar y que estaban seguros de que sería el mejor y que llegaría a premio anual y un montón de cosas más… Mientras que su hermana, Jane, era un encanto, y se adoraban mutuamente, de hecho, ella nunca le podía negar nada, especialmente cuando se la quedaba mirando con cara de corderito degollado con las tripas afuera: "no me mires así, James, esta vez no conseguirás nada… -le decía cuando estaba a punto de ceder. A cambio, él le hacía todos los favores que ella le pedía, pues era su hermana y la adoraba. Esa era su familia. Por supuesto, la vida de james no se limitaba a su casita, no. Ahora Hogwarts era su segundo hogar y en el tenía amigos que casi podrían ser sus hermanos. Bueno, Peter era más como el primo… pero era buen chico. James lo había "adoptado" pues al principio los demás lo consideraban algo extraño y lo dejaban solo. James no soportaba ver a nadie solo (de hecho, en esos sueños raros que tenía, se sentía excepcionalmente solo) y por eso lo añadió a su círculo íntimo de amigos. Eso y que había descubierto lo de Remus. Remus era una persona especial. Era el mejor confidente que uno pudiera tener, siempre escuchaba y siempre tenía una palabra de consuelo o un consejo, además, sabía ponerse serio en el momento más apropiado. Sus dos únicos problemas consistían en que:

Nº 1: tenía la autoestima algo baja y le importaba mucho lo que la gente dijera de él… quería caerle bien a todo el mundo, lo cual, aun para Remus, era imposible… y

Nº 2: el insignificante detalle de que Remus era un Hombre Lobo. Y era insignificante porque James había amenazado a Peter y a Sirius con partirles la cara a puñetes y no volver a hablarles nunca más si siquiera se les cruzaba por la cabeza la idea de que la licantropía de Remus era algo MALO. En conclusión, Remus era el mejor amigo que CUALQUIERA pudiera tener, pero James no era cualquiera por sólo una razón: Sirius.

Sirius Oberón Black era algo así como un hermano gemelo para James, no era algo que se encontraba al voltear de cada esquina, era como si tuvieran la capacidad de comunicarse telepáticamente, o con una mirada saber lo que el otro quería decir, en especial cuando se trataba de embromar a alguien. Sirius había sido su mejor amigo desde que entraron a Hogwarts y ya desde la primera semana quedó patente, en las palabras de la Profesora McGonagall, Jefa de Gryffindor, que habían llegado un par de alborotadores a Hogwarts, de hecho establecieron un nuevo récord en castigos pasando su primer fin de semana en el castillo lavando los baños de los chicos del séptimo piso con cepillos de dientes y sin magia. Y era que Sirius podía ser la mejor persona que james encontrara en este mundo para conspirar y hacer bromas, era algo tan natural… algo innato eso de andar poniéndole zancadillas a la gente cuando pasa, hacerse el payaso en clase, vaquearse (ratearse, hacer la vaca, tirarse la pera, no ir a clases solo porque si), encantar bolitas de papel para que persigan a golpes a algún estudiante, y todo eso sin remordimiento alguno, sino más planes. Especialmente cuando se trataba de Severus Snape.

James realmente no tenía nada contra las personas a las que hacía bromas, pero Snape era una GRAN EXCEPCIÓN. Desde el momento que se vieron en el tren, se odiaron mutuamente, algo en el interior de James hizo que las tripas se le encogieran produciéndole una sensación desagradable. Snape era un bicho raro, flacucho, con el cabello negro y grasiento bailando sobre sus oscuros y fríos ojos, muy pálido y serio. Snape era de sangre limpia, y proclamaba estar muy orgulloso de serlo. Conocía más maldiciones y artes oscuras que todos los de séptimo juntos y las utilizaba cruelmente contra los nacidos de muggle. James sabía que gastarle una broma a cualquiera era una cosa, pero echarle una maldición a alguien sólo porque era un "sangre… nacido de muggle" (James no podía con esa palabra, y eso que su vocabulario no era lo que se dice impecable) era otra cosa muy diferente. Era este desprecio a los nacidos de muggle lo que lo hacía despreciable a los ojos de James. Por eso, James también era conocido entre los Slytherin como el salvador de los "sangre sucia" que molestaban, en especial a Lily Evans.

En el año y medio que llevaba en Hogwarts la había rescatado de las sucias garras de Snape y su pandillita de amigos de Slytherin trescientas veinticinco veces (James: pero quién está contando). Parecían tenerle especial "afecto" por ella, ya que cada vez que la fastidiaban, sabían que uno podía apostar su cuello a que James Potter no tardaría en venir a darles su merecido, no importaba el día, la hora ni el lugar, estuviera castigado o no, siempre iba a su rescate. Le tenía cierto aprecio a su compañera, lo había ayudado mucho a él, y a Remus el año anterior y ahora conversaban ocasionalmente, era muy simpática, alegre, divertida, respetuosa y de vez en cuando le recordaba a su hermana mayor, en especial cuando la convencía de hacer algo poniendo la cara de gatito abandonado en una caja de cartón. Ella no se llevaba bien con su hermana, por lo que le había dicho, la consideraba un bicho raro por ser una bruja y ahora resultaba que era rara (por rebajar los apelativos que le ponía Snape) entre los magos. James le había dicho que no se ocupara de ello y que estaba seguro que sería la mejor de su clase. De hecho, si no fuera porque él y Sirius andaban castigados la mitad de las tardes del curso, Lily vendría después de ellos. "Brillante" decía la profesora McGonagall. Pero lo que a James más le gustaba de ella (aparte de sus rojas y largas trenzas) eran sus ojos verdes. James sentía que podía leer lo que quería decir en ellos como si fueran un libro. Eran muy transparentes y dejaban ver que la chica era muy sincera. Y quizás por ello, pensaba mientras llegaba al gran comedor y se acercaba a sus amigos, que no quería hacer la broma que llevarían a cabo aquel día, en que la víctima sería la hasta ahora única invicta del castillo de las bromas de James y sus amigos, Lily Evans.

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Lo lamento por demorarme tanto pero, por razones aburridas explicadas en mi file no puedo seguir escribiendo hasta el cuatro de abril… de ahí en adelante les prometo poner un capi cada semana SIN FALTA. Por cierto, si alguien se pregunta que hace jo en la Orden del fénix, les recomiendo leer todo lo concerniente a las windbag en la deuda pendiente y todo lo que PUEDAN ENCONTRAR en este. Y ahora los reviews…

Mikelodeon: nuevo lector…que bueno! Gracias por leer y espero que te haya gustado la Deuda y te esté gustando este. Y no te preocupes, poco a poco irá tomando sentido.

lizZyd: confirmado: ESTÁS LOCA DE REMATE… pero así te quiero y ya extrañaba tus lindos y cariñosos reviews llenos de amenazas de muerte si no escribo pronto espero que no me mates por dejarlo hasta el cuatro de abril.

airam mmm, no a todos, en cuanto lleguen a Hogwarts te vas a enterar.

Sep, busque que allí hay una historia y nadie se está dando cuentaya verás…

Aquí está la primera parte de la respuesta, es muy tonta, pero… ya verán…me cuidaré y seguiré en cuanto pueda.

dany-kanuto : jajajajaja, esa es buena… pero Matilda adora el castillo y no lo hará volar, quizas los invernaderos…, o mejor la sala de Slytherin pero con todos los Slytherin adentro… muajuajuajuajuaNo te arriesgues a ser castigado por mi culpa, date una vuelta cuando sea el 4 de abril… pero q no te castiguen por mi culpa, no soportaría esa carga!

CoNnY-B: es q me sentia en falta… . con lo del policidio CASI ME MUERO TT /pa q veas lo lacra q es Lucius Malfoy, pero ellos ya no lo veran hasta dentro de muuuchos años edetras de su mascara de mortifago… el hecho d q haya una pc no quiere decir q uno escriba mas rapido y tu lo sabes… byes! Y conectate a una hora en q t ncuentr!

Nos VEmos

LUNITA