Fan Fiction: El Principio y el Final
Capítulo catorce: I don't. I do.
Por Lunis Lupin
No soy Joanne Rowling, personajes e indicia relacionada pertenecen a J. K. Rowling y Warner BROS. Las Windbag, Mark y Rose le pertenecen a la imaginación que habita en mi cabeza. La canción es "País de tus sueños" de Mar de Copas
HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
¿Qué? –Estalló Ginny, indignada- ¿Qué has dicho?
Cae la lluvia y el pesar
de
sus hombros al andar
Su respiración estaba agitada, Harry lo podía ver, el pecho subía y bajaba, sus manos sudaban, o ¿eran quizás las suyas? Un par de lágrimas se asomaron a sus ojos castaños y su miraba era de incredulidad.
No cae en cuenta de si
avanza o va,
a cada paso que da.
Lo que oíste… que yo ya… no… te… -balbuceó nuevamente, en realidad no quería repetir lo que acababa de decir.
Si es la lluvia poco da
o
una lágrima al pasar
¡No! –Lo detuvo ella- no lo repitas… no… no… -torció la nariz como lo hacía cada vez que quería evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.- No te creo… tu no, tu me sigues queriendo, Harry… no… Harry… Harry –ella repetía su nombre, como esperando que él le dijera "caíste" para ella lanzarle un encantamiento moco-murciélagos por aquella broma tan pesada, pero harry sólo asintió con la cabeza, intentando no mirarla a los ojos.
Derramando bella estampa
de
tristeza y soledad.
Yo, yo de veras lo siento, Ginny, lo siento mucho, pero me he dado cuenta que lo nuestro no tiene para más. –Repitió Harry, sintiendo como con cada palabra su corazón se iba encogiendo, se contraía en un espasmo doloroso, y lo peor de todo, lo peor era que él mismo lo estaba provocando.- Por eso… yo creo que… deberíamos dejarlo todo aquí.
Oye, príncipe en
pena, dime cuánto por sufrir es tu condena
Ginny guardó silencio, bajó la mirada, bajó la cabeza… Ginny no había bajado la cabeza nunca, sólo cuando estaban contando el incidente de la cámara de los secretos la había visto así. Le dolía tanto verla así que tenía ganas de salir corriendo a matar al idiota que le estaba haciendo llorar así, el problema era que el idiota era él.
Tu fantasma es el dolor de
mi propio corazón
Ginny, en… en verdad me odio por haberte hecho tanto daño, me gustaría ofrecerte algo más, pero no puedo… -las palabras eran inútiles, Ginny comenzó a dejar salir a las prisioneras de sus ojos que ahora se resbalaban por sus mejillas- no puedo hacerlo, nos estaríamos dañando más, lo que menos quiero es que sufras por mi culpa… en verdad lo siento… Yo… podemos seguir siendo amigos, aunque… si no me quieres volver a ver en tu vida, lo entenderé…
No –dijo de pronto, levantando la cabeza y mirándolo seriamente- no lo entiendes… claro… estás diciéndome todo esto para alejarte de mi… ¿Cierto? –Dijo ella, era tan inteligente… no, Harry, concéntrate- No quieres que corra más peligro por ser tu novia ¿verdad? –Lo que hubiera dado por un momento de frialdad…- ¿Es eso? Harry, a mi no me importa morir si es a tu lado, no te creo que no me quieres ya, no, es simplemente imposible –le cogió la barbilla levantándole la mirada y buscando sus verdes ojos- Está ahí, mi nombre escrito en tus ojos, yo sé que aún me quieres –Harry trató de mirar a otro lado- y evitas mi mirada… Harry… no seas tonto… no me dejes por esto…
No ha dejado de
llorar
cabizbajo, mírale
Yo no… -tomó aire y la miró a los ojos. Como dolía todo ello, pero era por su bien- no te quiero más a mi lado… -comenzó él, pero ella lo interrumpió.
Harry… -ella lo abrazó- yo te amo, y estoy segura de que tú también…
Yo no… -Harry trató de mentalizarse "soy un témpano de hielo, soy un témpano de hielo"
Y con el nocturno andar
de
tus labios háblame.
Está bien, como quieras… -¿Eh? Ella se separó de él y lo miró directamente a los ojos con una extraña dulzura- ¿Quieres protegerme y que no me pase nada? Excelente ¿Quieres dejarme por eso? Perfecto ¿Quieres que nos alejemos para que Voldemort crea que no me quieres? Genial. Pero tú vas a seguir queriéndome y yo a ti. Nos separaremos, pero cuando todo esto acabe… si quieres volver… puedes pasar a preguntar si aún te quiero… estoy segura que sí…
Háblame…
Tómalo como quieras –dijo Harry "soy un témpano de Hielo, estoy pegado al polo norte, soy un frío y congelado témpano de hielo…"
Es siempre recordar
No, lo tomo como es… -Ella simplemente se acercó a él hasta que sus bocas estuvieron a escasos milímetros "So-soy un… un… un… tímpano, no, un… un… témpano…"
Que estuve labio a labio con
su labio a labio y con su labio a labio
respirándole muy
cerca,
Le estaba clavando los ojos en los suyos y Harry apenas pudo concentrarse para usar la occlumancia… era muy difícil pero tenía que seguir así. Ella lo besó dulcemente y él la dejó "sólo un beso. Sólo uno, de despedida…" Sus manos acariciaron el alborotado cabello de Harry y él batallaba con sus brazos para no abrazarla, con su boca para no decirle que tenía razón. Ella lo seguía besando y él no la dejaba ir. Era triste para ambos, ella no lo quería dejar ir tan fácil y él no la quería dejar.
Labio a labio y piel a piel
con
su querer.
Estoy segura de que lo haces por eso, Harry, y eso me demuestra que me quieres. Y este beso me lo ha terminado de confirmar. No quiero que me dejes, pero no te puedo obligar… -dijo la muchacha- Esto es lo que haremos ¿sí? –le tomó de las manos y lo miró directamente a los ojos- Dejamos esto como está, quiero decir, nos damos un tiempo, podemos seguir siendo amigos ¿verdad? –Harry asintió pesadamente con la cabeza- Entonces continuaremos siendo amigos, como lo fuimos antes. Si esto acaba, y acaba bien, y tú todavía quieres… puedes preguntar, podríamos volverlo a intentar, yo estaré esperando… -Harry negó con la cabeza, quería que ella se olvidara de él, que lo odiara si era posible- Escúchame, seguiremos siendo amigos, y pues, si es necesario hasta fingiré tener un novio –A Harry no le gustó la idea, pero asintió- puedo pedírselo a alguien, decirle que, no sé, que te quiero sacar celos o algo, qué se yo, pero… pero en cuanto esto acabe, tendremos una charla y si aún me quieres… puedes… siempre… -Ginny se acercó a él nuevamente, pero no parecía poder resistir otro beso más, así que le dio uno en la mejilla.
Y no puedo más de
esta condena
y no puedo más que el día en que
robaron la vida y se fue.
Está bien -dijo Harry con una voz muy ronca- está bien…
Y miré al sol
no
pude en nada pensar
Ginny lo soltó y retrocedió un poco, se dio la vuelta y luego comenzó a caminar apresuradamente. Al llegar a la puerta del castillo, se echó a correr escaleras arriba, ella sabía que Harry no se perdonaría verla llorar por su culpa, pero harry sabía muy bien que lo estaba haciendo, así que no valía de mucho.
Y un amor
fue prohibido
de buscar.
Aquella tenía que contarse como una de las peores semanas de Harry en Hogwarts, siguiendo a la semana en que murió Sirius, y seguida inmediatamente por la semana en que buscaban a los desaparecidos de la batalla del año anterior y las muchas veces que la gente lo creía loco y murmuraba de él en los pasillos. Aquello no era vida, era una pesadilla. Lo que Harry hizo fue esto. Una vez que Hermione le dio la traducción del encantamiento que les había comentado la madre de Matilda, le dio una leída rápida y vio que se trataba de una de las respuestas que había buscado en su vida, pero la tendría que leer luego. Fue directamente a hablar con McGonagall a su despacho y arregló el horario de rondas por lo que quedaba del año para no tener que compartir rondas con Ginny. Si iba a hacer lo que haría, lo tenía que hacer bien. La profesora no entendió el empeño de Harry en cambiar sus turnos, pero se olvidó pronto de ello cuando Harry le mostró la traducción de Hermione, junto con el libro y le preguntó si realizarlo era posible. La profesora se quedó atontada con la información que leyó a la velocidad de la luz y le contestó que era posible con un nivel de magia altísimo, que estaba sorprendida pues no había sabido nada de dicho encantamiento desde hacía mucho tiempo, casi 20 años… "De hecho, la última vez que alguien me preguntó por él, si no me equivoco, fue tu madre." Entonces ambos quedaron en el mismo nivel. "Quiero aprender a hacer esto" dijo Harry, muy convencido. "Potter, esto es muy difícil, es de un nivel muy alto, requeriría años hacerlo…" le contestó la profesora, volviendo a darle una ojeada a los pergaminos que tenía en la mano, a lo que Harry dijo "SI ella lo pudo hacer…" poniendo ojitos de cachorrito en tienda de animales. La profesora McGonagall parecía estar peleando internamente consigo misma y al parecer terminó comprando el cachorrito de la tienda. "Pero tendremos que decirle al profesor Dumbledore lo que estás dispuesto a hacer, Potter, esto requiere la muerte voluntaria de alguien a punto de ser asesinado y no queremos…" comenzó la profesora tratando de retomar el tono serio de su voz, pero Harry estaba dispuesto a saber como se hacía. "Sé lo que requiere, sé lo que se arriesga, sólo quiero saber cómo se hace."
Luego de dejar a McGonagall bien convencida de que no andaría dejándose matar por ahí, se dirigió derechito al despacho de Dumbledore. Ni siquiera se detuvo al ver que Matilda y Mark estaban haciendo sabía Merlín qué cosas cerca de la estatua de la bruja tuerta, seguro planeaban venganza, pero no tenía tiempo para ello. Llegó a la gárgola y tomó una respiración profunda antes de recordar que no tenía la nueva clave porque había estado distraído haciéndole cosquilla a Ginny en la reunión de prefectos y Premios anuales. Para su buena suerte, alguien lo llamó desde atrás.
Harry, has venido a darme una visita… -dijo el director de Hogwarts, con una media sonrisa- a qué debo el placer…
Entraron a su oficina y Harry le narró el primer sueño y repitió lo que había podido recordar del segundo. El director escuchaba atentamente lo que Harry le decía sobre lo que había descubierto hasta ahora, su sospecha de que lastimaran a los que estaban cerca de él y sobre lo que su madre hubiera podido hacer con el "Proteggo mortale" hacía casi diecisiete años.
Veo que has madurado bastante, Harry, ahora casi no tengo que decirte lo que creo pues tú lo has pensado muy bien, sin embargo, me preocupa eso del primer sueño. –El profesor lo miró a través de sus gafas de media luna- Es evidente que Voldemort atacará a los qué más quieres porque es la regla de oro de todo villano, no atacar directamente al héroe, si no a los que ama. Sin embargo no es motivo para que alejes al joven Weasley y a las señoritas Granger y Weasley, -harry se sonrojó un poco y Dumbledore apartó la mirada para que no se sintiera incómodo- "El hombre no es una isla". Recuérdalo siempre, Harry. –Dumbledore comenzó a juguetear con sus pulgares- Ahora, la segunda parte de ese sueño, ¿reconociste el lugar?
No, señor, me pareció conocido, como que he estado allí antes, -contestó Harry, moviéndose un poco en el asiento, se sentía muy incómodo ya que sabía que Dumbledore estaba intentando escanear su mente- pero no recuerdo qué sitio es.
Bien –dijo el director- es posible que tu cerebro haya encontrado una forma de decirte lo que pasa por la mente de Voldemort, o quizás les está avisando de algo, ¿me equivoco?
Harry miró de vuelta al director. Este se llevó una mano a la frente y negó con la cabeza. Sacó un pensadero y se ocupó de no mirar a Harry.
Harry, ha habido una pequeña profecía, hecha por la profesora Trelawney, no es tan determinante como sus predicciones anteriores –se apresuró a decir cuando Harry se inclinó hacia delante y dispuesto a preguntar por qué él no sabía de esto- y ahora tiene perfecto sentido.
El profesor puso la varita en su sien y luego haló un hilo plateado y lo dirigió hacia el pensadero. La profesora Trelawney se levantó y comenzó a hablar con la voz ronca con la que Harry le había oído dar predicciones reales.
El final de un bando se acerca, y tanto el Señor tenebroso como aquel que marcó como su igual lo presienten, y será igual que la primera vez, pero el final lo definirán ambos y ese será el final de uno o de otro… el final de un bando se acerca…
Esa voz… estaba en el segundo sueño –dijo Harry, distrayéndose de sus deseos de reclamar- eso ha estado en mi sueño…
Entonces se ha cumplido ya esta profecía. –dijo el director- Si recordaras el sitio en el que encontrabas a Voldemort sabrás el sitio en el que te enfrentarás a Voldemort por última vez –la voz del anciano era firme y aparentaba cierta tranquilidad perturbante, aunque Harry no pudo dejar de distinguir un deje de tristeza en ella- y probablemente la fecha también…
Entonces… ¿el final se acerca? –Dijo Harry, luego del rato que le tomó asimilar la idea de que su probable fecha de muerte estaba cerca- ¿tengo que descifrar esos sueños para saber cuando y dónde…?
Mira en qué te han
convertido
en recuerdos nada más
Harry, no quiero que estés pensando en eso, cuando llegue el momento, llegará, y hasta eso… -el director le dio una mirada bastante elocuente- cuida lo que tienes…
Te expulsaron del camino
y
ya no te encuentro más
"Cuida lo que tienes" le había dicho. "Cuida lo que tienes" No había otra opción, Ginny tenía que vivir, y él se encargó de que ella se mantuviera al margen. Sabía que nadie le iba a creer que no quería estar con la pelirroja, era demasiado obvio, pero ya que lo habían conversado, iban a ser amigos, solo amigos y fingirían que las cosas no habían funcionado. Por supuesto, Hermione y Ron no se lo creerían jamás.
Proteggo Mortale
El encantamiento de protección de la muerte es uno de los más poderosos en cuanto a protección a terceros, así como el que requiere el mayor de los sacrificios. Proteggo Mortale protege contra aquel que intente dañar de cualquier forma, e incluso hacer rebotar a la muerte. Esta protección residirá en la sangre y el la piel, de manera que si alguien con malas intenciones hacia el protegido lo tocara siquiera, sufrirá un dolor más allá de los umbrales conocidos del dolor, y será tan poderosa la barrera que, de no soltar al protegido a tiempo, el atacante morirá.
Este encantamiento requiere de un gran sacrificio, la vida propia por amor del protegido. Proteggo Mortale deberá ser pronunciado claramente justo antes de dar la vida voluntariamente a cambio de salvar al protegido. Tanto el protegido, como el que brindará su sacrificio deben estar atados por un fuerte lazo de afecto, mientras más fuerte sea este, más poderoso y duradero será.
Los seis versos deberán ser pronunciados antes de entregar su vida, no necesariamente en voz alta, lo cual es recomendable de haber hallado el agresor un contrahechizo. Si a esto se le añade una demostración física de afecto hacia el protegido, la barrera a formarse será aún más fuerte. Luego de esto, sólo queda esperar a que el agresor se acerque y ofrecer la vida a cambio de la del protegido.
(Letra cursiva de Hermione)Este encantamiento tuvo su origen en el territorio Romano ocupado por los Reyes Etruscos, que dio origen a los Magos Romulus y Remo, hijos de Marte y herederos del trono, fundadores de la ciudad de Roma que fueron arrojados al río Tíber por su tío muggle, Amulio, al enterarse de los poderes que poseían, y temiendo que lo convirtieran en algo desagradable, además de que ambicionaba el trono, decidió deshacerse de ellos. Su madre, la bruja Rea Silvia, pronunció las palabras que conforman el encantamiento antes de morir, como vaticinando lo que les deparaba a sus hijos. Romulus y Remo fueron llevados por el río y amamantados por una loba. De hecho, el único que pudo hacer daño fue el mismo Rómulo, quien asesinó a su gemelo cuando este traspasó la barrera que marcaba los límites de Roma, de esta forma quedó como el único dueño de la ciudad que reinó por 37 años.
Así que por eso era… -dijo la voz de Hermione, interrumpiendo la millonésima leída que Harry le daba a la traducción que ella misma le había hecho- quieres protegerla…
¡AH! –exclamó harry, recuperándose del susto- ah, Hermione, eras tú… McGonagall me pidió que te felicitara por la excelente traducción e investigación de esto… -señaló a los pergaminos que tenía en la mano- está sorprendida.
No me cambies el tema, Harry, -le dijo la muchacha, sentándose a su lado en el sofá de la sala común- ¿Sabes que Ron me ganó en ajedrez y por eso tuve que venir a hablar contigo?
¿Se echaron una partida de ajedrez para ver quién hablaba conmigo? .dijo Harry, algo divertido, algo ofendido- ¿No los he mordido o lanzado un maleficio hasta ahora, o sí?
No es eso, era que Ron no quería venir conmigo, -dijo Hermione, despreocupadamente- dijo que era capaz de golpearte si no dabas una buena excusa, y no quería patearle el trasero a su mejor amigo.
¡Ja! –Bufó Harry- que graciosillo, pero supongo que me lo merezco… por cierto… gracias por seguir dirigiéndome la palabra, pensé que seguirías el ejemplo de Ron…
¡Vamos Harry! –contestó Hermione miándolo incrédula- ¿Me has visto cara de Ron? Además, es su hermana…
Y es tu amiga… -continuó Harry- supongo que me lo merezco…
Harry, déjalo, ¿está bien? Todo el mundo sabe que tú adoras a esa pelirroja, los ojos se te van por ella. –Harry comenzó a mirar a sus pasadores- Sólo bastó que Colin Creevy se solidarizara un poco con ella y tú ya estabas poniéndolo de víctima en el ED, luego de mirarlo como si quisieras hervirlo vivo en aceite
Harry soltó una risita amarga mientras se sentía culpable por ese pequeño momento de debilidad. Es que los celos eran grandes… y Creevy era un entrometido…
Tú sabes que nadie se lo cree. ¡Hasta Ron lo notó de inmediato! –Dijo la premio anual- Y ya sabes que eso es decir demasiado…
Hermione, el domingo tuve que bajar de la pared, desatar y quitarle las mordazas a Matilda Windbag que Malfoy le había puesto ¿Sabes por qué lo hizo? –Hermione negó con la cabeza- Porque ella no le quiso decir donde estaba yo, no que lo supiera, pero lo mandó a rodar. –Hermione abrió los ojos como platos- por supuesto que lo reporté, ¿Por qué crees que estaba tan tranquilito y obediente en el último ED? Bueno, aparte de que tenía el brazo roto, supongo que eso fue un recuerdito de industrias matilda y Mark… -Harry se había explayado en el tema, esperando que Hermione se horrorizara y se pusiera a renegar contra Malfoy y contra lo traviesa y revanchista que era matilda, pero Hermione se limitó a mirarlo y preguntar.
¿Y el punto aquí es…?
Harry tomó aire y dijo- El punto es que Malfoy fue a buscar a Matilda porque sabe que amiga de nosotros, que la atacó porque ella se negó a darle información, el punto es que está buscando a los que saben que están cerca de mí para atacarlos…
¿Tiene que ver con el sueño raro que tuviste el domingo? –preguntó entrecerrando los ojos.
Exacto, tengo que hacerle creer a todos que Ginny ya no me interesa… -respondió Harry, pensando que Hermione entendería.
¡LO SABÍA! –chilló Hermione, Harry le hizo señas para que bajara la voz
Shhhhh. Voldemort la usó de carnada ya dos veces, no quiero arriesgarla a una tercera vez… -Harry estaba mirando a los lados mientras murmuraba tan bajo que hermione apenas si escuchó.
No estoy de acuerdo, harry, es ridículo –Hermione lo miraba con una expresión entre pena y enojo- nadie se lo va a creer, Malfoy no es tan idiota, y se lo va a decir a sus amiguitos…
Por si no lo has notado, Malfoy cambia de chicas como de túnica… -o al menos eso había oído de las chicas en los pasillos, en sus rondas de premio anual- por supuesto que entenderá si riego el rumor de que me aburrí de Ginny.
Si, pero… -hermione estaba empezando a quedarse sin argumentos, eso estaba mal- Harry…
Rompieron
tu corazón, del que nunca será dueño y siempre
solo
espero
en el país de tus sueños.
Probablemente esta sea la última vez que lo admita, al menos en mucho tiempo, pero yo quiero a Ginny, la quiero demasiado como para dejar que le suceda algo… -la miró y luego miró de reojo hacia la puerta por donde Ron acababa de desaparecer- díselo a él si quieres, sería una lástima que me pateara el trasero, pero yo me dejaría, por supuesto… Pero a nadie más, menos a ella, se lo confirmarías.
¡NO PUEDO EVITARLO! –Articuló Hermione, ya que estaban hablando tan bajito- Harry, lo quieras o no, ella y todos nosotros estamos metidos en esta maldita guerra, hagas lo que hagas, así nos dejes de hablar a Ron y a mi, no es una guerra exclusivamente tuya, todos estamos en esto, lo queramos o no.
Prométeme que no se lo dirás a Ginny… -le pidió Harry- si esto acaba bien… algún día… si no me odia, aunque sería bueno que lo haga…
¡ERES UN CABEZA DURA; HARRY POTTER! –le dijo Hermione, asintiendo con la cabeza, en señal de que no le diría nada a Ginny.
¿Se la ablando? –dijo la voz de Ron detrás de Harry, haciéndolo saltar. El pelirrojo tenía ambas manos en puño.
¡Ron! –Chilló Hermione, levantándose y llevándoselo casi a rastras- ya nos vemos luego, Harry…
LJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJLJ
¡Evans! ¡Cariño! –exclamó James, un muchacho de 17 años mientras se despeinaba- El destino te ha vuelto a poner en mi camino, esa es una clara señal...
De que tu cerebro es incapaz de entender una frase tan simple como "aléjate de mí si quieres llegar a viejo" -Contestó Lily, una chica de la misma edad, bastante fastidiada.
Evans –dijo James con una voz encantadora- Por favor, es un día hermoso –afuera sonó un trueno y comenzó a llover- bueno, la lluvia es hermosa, no la echemos a perder peleando.
Potter ¿Qué bicho te picó ésta vez? –Exclamó la pelirroja de ojos verdes
¿No te gusta la lluvia, Evans? –Dijo el ciervo acercándose a la ventana.
Pues sí, me gusta –dijo ella acercándose también a la ventana y cerró los ojos, luego los abrió y miró al muchacho que se encontraba a su costado viendo las gotas caer, como dudando- ¿Y a ti?
Pues también –dijo el chico despeinado sonriendo-. Otra cosa que no sabías que teníamos en común –dijo recuperando el tonillo arrogante.
¡OH, El gran Potter y su gran Ego otra vez al ataque –exclamó la muchachita.
¡Vamos Evans! Admítelo, te agrado. –dijo James, echando su cabeza para atrás en señal de suficiencia.
Mira Potter, o te callas y me dejas en paz, o me encargo de quitarte la facultad de engendrar ahora mismo -contestó la pelirroja.
Evans... –comenzó a decir James, pero...
¡Potter! ¡Evans! –era la profesora McGonagall- los premios anuales, qué bueno que los encuentro... –venía corriendo y jadeando con un bulto en los brazos
Sí profesora –dijo Lily dejando el tono agresivo automáticamente y acercándose a la recién llegada.
Evans, querida, necesito que me hagan un... –comenzó a decir la profesora, pero un grito ensordecedor la interrumpió.
BUUUUuuuuuuuuuuuuuAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaa –chilló el bulto.
...favor. -La profesora McGonagall llevaba una criatura de unos diez meses de edad en brazos que lloraba, al parecer, con toda la fuerza de sus pulmones.
Su madre me la dejó un momento y necesito encontrarla –decía desesperada- ¿me la pueden cuidar un rato? –Dijo, y sin esperar respuesta se la entregó a Lily en brazos- Gracias, los buscaré en la sala común en cuanto encuentre a la madre –y se fue sin decir más.
¡Oich! ¿Y ahora que hacemos? –Dijo la muchacha- ¡Yo tenía que encontrarme con Beth y Rose en Hogsmeade!
¿Cómo que Qué hacemos? –preguntó James, alejándose un paso y llevándose la mano una vez más al cabello. Eso era algo difícil de controlar, aunque llevara un año intentando contenerse.
Tu cerebro me sorprende, -dijo ella, en tono sarcástico- ¿Copias en los exámenes? Estamos en un gran pro...
¿Estamos? Me suena a manada, -James se alejó un paso más, mientras que Lily avanzó hacia él con la criatura en brazos chillando a más no poder- yo no soy el que tiene a una criatura en brazos –la cual seguía berreando- Señorita Lily "Haremos lo que usted diga profesora" Evans.
¡No me vas a dejar aquí sola con esto! –Gritó Lily- ¿No querías acompañarme? ¡Aprovecha!
No, a mi no me mires, -exclamó James- yo no me voy a hacer cargo de algo que ni siquiera acepté hacer…
Y yo sí acepté… -dijo Lily, acomodó a la criaturita en una mano y tomó con la otra la manga de la túnica de James y lo fue arrastrando hacia la sala común, los estudiantes que quedaban en los pasillos los miraban bastante sorprendidos, pues la escena dejaba mucho que decir.
Ese es tu problema, Evans… eres una presumida en clase, urges en ganas de darle el gusto a McGonagall… -James podía escuchar la voz de Sirius en su cabeza diciéndole que estaba metiendo la pata de nuevo, pero no le importaba, un año de espera paciente estaba terminando con la poca paciencia que le quedaba.
Y tú te puedes hacer todo lo buenito que quieras, pero yo sé que sigues fastidiándoles la vida a algunas personas… -dijo ella- y sé que en el fondo no eres más que un latoso muchachito engreído "Halux Valgus" –dijo al retrato de la señora gorda antes de continuar- hijito de mamá, egocéntrico, cabezón…
Bien, y se supone que debo aceptar que soy todo lo que dices que soy… -dijo James.
Si, porque lo eres –contestó Lily.
Y digamos que lo acepto… -aventuró James- que sucede entonces…
Lily levanto una ceja y luego negó con la cabeza- No cambias ¿cierto? A veces me pongo a pensar que quizás es que extrañas la sensación de coliflores cayendo de tu nariz… Genial, esta cosa no se calla –renegaba la chica pelirroja.
¡Nah! La estás asustando con tanto grito –fue lo que obtuvo como respuesta.
A ver pues, señor James "yo lo sé todo" Potter, hágalo usted si tanto sabe... –dijo la pelirrojo, segura de que Potter, como hombre que era, no tendría ni idea de cómo hacerlo.
Dámela –dijo James, y la chica se la dio- A ver pequeñita, qué linda eres –la mecía de arriba abajo- ¡Uy! Qué bonita nenita.
¡Adulador! –masculló Lily, algo molesta, la nena se estaba empezando a calmar.
Uy, tú sí que eres una niña buena ¿no? –Decía, pero miraba a la chica a su costado como diciendo lero, lero, ya que la pequeña se había callado y ahora hasta sonreía- no como ciertas niñas groseras que yo conozco...
Ejem, ejem. –Lily no estaba dispuesta a dejarse vencer en algo que le debería salir naturalmente, instinto materno, el problema era que no le estaba saliendo…
Uy, qué linda ¿Lo ves, Evans? –sonrió James, ¿Por qué tenía que tener una sonrisa tan condenadamente linda?- Sólo tenías que ser amable.
¿Dónde aprendiste a hacer eso? –Preguntó la chica sorprendida de las habilidades paternales de su compañero.
Mi hermana tiene un peque de dos años, y a veces lo lleva a casa –dijo James, agradeciendo que Jane llevara tan seguido a Jeremy, su hijito, a casa- y pues viendo se aprende ¿no crees?
Mñspqssmrnthgjskdfldhf –masculló Lily
¡MsmsmsbuuuuuuUUUUUUAAAAAAAAA! –volvió a chillar la pequeña con pulmones de acero.
¿Y ahora QUÉ? –Gritó ella impaciente, más bien, como una loca desquiciada.
Paciencia –lo cual era imposible ya que el ruido era tal, que causaba migraña - hay que ver qué le falta.
¿Huh? -preguntó Lily, algo confundida, esto parecía un examen y ella ni siquiera sabía qué era lo que le estaban tomando.
Los peques no hablan a esa edad, entonces lloran cuando algo les falta. –Respondió James, imitando el tono lo-sé-todo-pero-soy-modesta-al-respecto que utilizaba Lily en clase.
¡Lo sé Potter! –chilló Lily. La niñita gritó aún más fuerte.
Bien, pero primero, no grites, la asustas cariño –miró a Lily pícaramente, y como ella le devolviera una mirada asesina y se abalanzara contra él, miró a la peque como diciendo "contigo no es"- A ver dulcecito, qué te falta... ¡UF! –Dijo oliendo el pañal- cambio, necesita un cambio... ayúdame ¿Quieres?
Qué hago -Lily hizo una mueca.
¿Tendrás una toalla o tela limpia que nos sirva de pañal? –preguntó James, haciéndose el experto mientras echaba a la bebé en el sofá.
Sí, accio. –Dijo la chica con la varita lista, como si estuviera en una misión de captura a un mago tenebroso. Al menos eso le salió bien…
Bien, tú entretén... no, la entretengo yo, tú harás lo que te digo -dijo James, pensándolo bien, como si estuviera armando una estrategia de ataque para el siguiente partido de Quidditch contra Slytherin.
Claro, me dejas el trabajo sucio. –refunfuñó Lily.
Cada vez que empiezas a hablar se pone a llor... –respondió James, elocuentemente, pero la muchacha al parecer estaba con el SPM porque no le aguantaba ni media.
¡Bien! Entendí, qué hago -dijo Lily, con la varita dispuesta y preguntándose como sería cambiar de pañales con magia.
Bien, ábrelo -dijo James mientras le hacía caras a la pequeña, que se estaba riendo.
¡Puaj! Es una... –Lily casi se desmayaba por el olor del contenido del pañal.
Se cariñosa... –le recordó James.
Preciosidad. –corrigió Lily de mala gana.
Ya, ahora utiliza el encantamiento de limpieza suave. –continuó James.
Scourfigy -de hecho, estaba resultando más fácil que cambiarles los pañales a los niños a los que había cuidado en su cuadra por unas cuantas Libras. Aunque a ellos sólo los tenía que cuidar un rato. Las vecinas de Privet Drive eran muy estrictas a las horas de cambios y comidas, por lo que Lily nunca tuvo necesidad de cambiar un pañal.
Listo. Bota eso y dobla la tela en un rectángulo y ponlo como estaba antes. –siguió James, observándola empeñarse en la tarea. Le faltaba entrenamiento, pero seguro sería una buena madre en cuanto aprendiera. Luego James negó la cabeza. ¿En qué había estado pensando?
Listo -dijo la muchacha, dándose una palmada con las manos y feliz de haber terminado con la parte más sucia del trabajo.
Ahora di "ciérrate Sésamo" –dijo James, medio en broma, medio en serio.
Ja, ja, muy gracioso. –rezongó Lily.
En serio, hazlo. –le indicó James.
Ciérrate Sésamo. –El pañal se cerró con un lindo moñito.
Travesura realizada. –james dejó escapar aquella frase que usaba tan a menudo para cerrar el mapa del merodeador.
¿Perdón? –se extrañó Lily.
No, nada. –dijo James.
Ya ves pastelito, tía Lily te cambió el pañal y ahora será más agradable contigo. Te quedarás clamadita ¿verdad princesa? –James era realmente bueno convenciéndola de quedarse tranquilita… era como estar domando a una mini fiera.
Lily ponía los ojos en blanco- No sé que tienes que la mayoría de chicas caen rendidas a tus pies.
Tú lo has dicho, la mayoría, pero hay una por ahí que es la excepción, y es ella precisamente la que a mí me interesa...
James estaba haciendo un papel excelente, de seguro sería un buen padre, pensaba Lily, mientras el muchacho le hacía caras a la pequeña, la que se casara con él sería muy afortunada, de seguro sería un gran padre… ¡UN MOMENTO, se paró de pronto a pensarlo bien, ¡ES JAMES "Chicas babeen por mi" POTTER, la pequeña comenzó a babear un poco, ¡Claro, pequeño monstruo babeante por Potter, tienes que caer en sus redes también…
A ver cómo lo haces, Evans, dile algo agradable a la pequeña. –dijo James de pronto.
A ver pequeña, que bonita –decía casi si ganas. James la miraba serio- Veamos, em, preciosa muñeca, ven aquí para darte unos consejitos de la tía Lily. Ves a tío James, aquí, sí, de esos es de los que más te debes cuidar cuando seas mayor, porque te dejan botada después de una semana. Tú te debes buscar a un chico inteligente ¿ Está bien?
Claro, échame lodo. –murmuró James.
¡Tú te lo echas solito! –replicó Lily.
No me fastidies -contestó el muchacho
Buuuuuuuuaaaaaaaaaaa -lloró la criatura de nuevo.
¡Oh no!
¿Ves lo que hiciste?
¡Lo hiciste tú!
No importa...
BuuuuuUUUUUAAAAAAA
¿Qué querrá ahora, tendrá hambre?
No lo creo, de repente quiere dormir –dijo James.
Ya, y qué hago –dijo Lily
La haces dormir –dijo El buscador.
¿Y cómo hago eso, Einstein? –replicó la pelirroja.
¿Quién? –James pensó que Lily lo acababa de insultar, lo cual no serpia una novedad.
Un genio muggle que descubrió... –comenzó a explicar Lily, en tono de suficiencia.
Si, si, como quieras. –interrumpió el chico.
Y cómo lo hago
Pues, yo que sé.
¡Oich! En qué me meto.
A ver, algo que haga Jane –pensó el chico- ¡Ya sé! La paseamos de un lado a otro ¿Lo intentamos?
Ya qué…
Después de casi una hora, cada uno la había paseado media hora y la criatura nada de callarse. Tenían los tímpanos destrozados y los nervios hechos trizas.
¿Es que no se cansa?
Mmm, -James seguía intentando pensar con el ruido- ya sé, mi hermana canta canciones de cuna.
Adelante. –dijo Lily, pensando que ahora todo estaría solucionado.
No, atrás, qué te pasa, canta. –dijo James. Eso era cosa de mujeres y aquí él lo estaba haciendo todo.
¿YO? –chilló Lily, aterrada, ella no cantaba ni en la ducha, menos iba a exponerse a la vergüenza de cantar frente a James.
Sí, tú. ¿Dónde está tu sentido maternal, Evans? Compadezco al que sea el padre de tus hijos. –A lily le dolió un poco aquel comentario. En el fondo, ella quería que él fuera el padre de sus hijos, pero muy en el fondo.
Pero yo no sé ninguna. –dijo, algo avergonzada, pero sin dar un paso atrás.
Ay, pero yo tampoco. Ya, mira, si no nos clamamos, seguiremos aquí hasta el año 2000, ya me cansé de estar parado... –dijo James, sentándose, lo que le sirvió para…
BuuuuuaaaaaaaaaAAAAA
¿Y si inventamos una? –Inquirió el muchacho con voz desesperada.
Ahora soy yo la que escucha manada. –dijo Lily.
Mira, Lily si trabajamos juntos y en paz, terminaremos más rápido, tú irás a Hogsmeade y yo esperaré a McGonagall. –propuso James, viendo que la muchacha no se lo estaba pasando de lo mejor, definitivamente no era como lo había planeado.
Está bien, pero no me iré, estaré contigo hasta que llegue McGonagall.
Qué amable.
No permitiré que te quedes con el crédito. –afirmó Lily.
Convenida –dijo James.
Bueno, bueno, veamos...
L: A dormir, a dormir, mi pequeño angelito...
J: Que es la hora de soñar, no te vas a despertar... no, eso no.
L: Que es la hora de...
J: ¿Comer? L y J: ja, ja, ja
L: Soñar, no, ya dijimos eso.
J: Volar...
L: Casi, pero no, murmurar...
J: tampoco
L: Creo que despertar estaba bien.
J: Espera, casi lo tengo... En tus sueños volarás.
L: Precioso. Desde el comienzo.
L y J: A dormir, a dormir, mi pequeño angelito, que es la hora de soñar, en tus sueños volarás...
Ambos se acomodaron en el sillón de manera que los dos tenían a la pequeña en brazos. James parecía feliz de tener a Lily tan cerca, la abrazó y ella no sólo no lo evitó, si no que se acurrucó en su hombro, estaba perdiendo las defensas. La bebé se dormía y poco a poco ellos también lo hacían al ritmo de la canción que habían inventado para ella y que más adelante cantarían a su propio hijo.
Espera Merodeadores ¡retirada! –dijo una voz que despertó a Lily, le sonaba muy conocida, se movió un poco, entre dormida y despierta. James despertó por el movimiento y miró a su alrededor. Sonrió.
Mi bella Lily, si me aceptas, te juro aquí y ahora por lo que más quiero, que eres tú, que te haré la mujer más feliz del mundo, me casaré contigo y tendremos cantidades industriales de peques, y que seremos muy –le besó la frente-, muy –le besó la mejilla-, muy felices –acarició sus labios con los dedos, mirándola.- Te quiero mucho, con toda mi alma.
Lily despertó sonriendo.
James no era tan idiota después de todo, pensaba Lily mientras seguía haciéndose la dormida, había puesto una barrera a prueba de James hacía mucho tiempo, pero aquella tarde, James había logrado derrumbarla y que Lily admitiera para sí misma que ese chico le gustaba demasiado y que no quería separarse de él nunca más. La muchacha abrió un ojo y se encontró con unos ojos color avellana que la miraban, deslumbrados.
¡Despertaste, mi bella durmiente! –Dijo él acariciando los mechones de cabello rojo que le caían sobre la frente, se estaba arriesgando a derramar coliflores por la nariz, pero no la iba a dejar ir esta vez, hacía más de seis meses que no la besaba y pensaba que esta vez había sido demasiado- ¿Soñaste con los angelitos?
Con uno solo –dijo ella sonriendo pícaramente.- Uno muy guapo que me prometía que me haría la mujer más feliz del mundo si lo aceptaba.
¿En serio? –Dijo el muchacho sin poder ocultar su emoción- ¿Y tú qué le respondiste?
Pues, verás... –dijo ella acomodándose en su hombro- le dije que ya había otro en lista, esperando hace mucho tiempo, pero que estaba a punto de perder su oportunidad para siempre, así que era probable que se pudiera.
¿Ah sí? –Preguntó el chico con una sonrisa nerviosa esta vez. James, que no captó la indirecta, se preguntó ¿Quién mierda será el imbécil en la fila?
Pues es un tonto con una cabeza enorme, no sé cómo logra que la escoba se eleve con semejante cabeza y semejante ego. –James entonces captó la indirecta, no lo podía creer, Lily Evans le estaba diciendo indirectamente que quizás hubiera una posibilidad- Si, su ego es dos veces más grande que él.
¿En serio? –Esta vez la sonrisa era más segura. De hecho, era el rostro de un niño en su cumpleaños, listo para recibir el obsequio que había pedido
Sí, en serio, si no fuese por su ego, hace ya mucho que hubiera conseguido lo que quería. –dijo Lily, sonrojándose mucho ante esta confesión, estaba dejando salir demasiada información
¿Así que el ego titánico de tu amigo es lo que lo mantiene fuera, haciendo fila? –Dijo el muchacho acercándose. Aún tenía miedo de acercarse, ¿y si era una trampa y terminaba sacando un mercado de verduras de la nariz?
Así es –dijo ella mirándolo a los ojos.
De repente, la nena se movió un poco. Bajaron la voz, la acostaron a un lado del sillón, la arroparon y le pusieron cojines para que no se cayera del sillón. Luego se sentaron mirándola, y luego se miraron. James la besó, todas las ganas que le tenía desde hacía tanto, todo lo que le había costado aguantarse las ganas de tomarla entre sus brazos y abrazarla fuerte salieron en ese momento. Y la respuesta fue aún mejor, pues Lily se había aguantado las ganas aún más que él, gastando vanamente sus energías en negar lo que sentía por James. Lo estaba besando y se sentía libre, no tenía necesidad de fingir que no le estaba gustando el beso.
Menos mal que la encontré, venga por aquí –decía la voz de la profesora McGonagall desde afuera de la sala común.
Lily y James se separaron automáticamente y justo a tiempo para que las que entraban en la sala común no se dieran cuenta de lo cerca que habían estado el uno del otro hacía escasos segundos.
¡OH! Pero, si está dormida ¿Cómo lo lograron? –Decía una mujer joven de cabello oscuro.
Potter, Evans, esta es la madre de la criatura, Ana María, ellos son Lily Evans y James Potter, ellos me ayudaron. –dijo McGonagall con un leve dejo de orgullo de sus Premios Anuales.
¿Lily? Ese es el nombre de mi hija. –dijo la mujer que se llamaba Ana María.
¡Vaya coincidencia! –dijo McGonagall
Tienen mucho en común –oyeron susurrar a James, Lily le pisó el pie.
En realidad, pensaba que si fuera niño, le hubiera puesto Harry, pero cuando nació, pensé que Lily era muy bonito. En fin, será mejor que me vaya, ya causamos muchos problemas por hoy. –dijo finalmente la mujer, algo sorprendida.
No se preocupe –dijo Lily
Fue todo un placer –dijo James, mirando de reojo a James, hasta que se dio cuenta de que McGonagall los miraba algo intrigada. Quizás por el cese de hostilidades entre ambos.
Hacen una linda pareja, estoy segura de que serán excelentes padres –dijo la señora sonriendo, causando que los dos se pusieran rojos.
Jijijiji –se oyeron unas risas que venían de las escaleras.
Bien, gracias muchachos –Dijo LA Profesora McGonagall. Y luego susurró- cincuenta puntos para Gryffindor por ayudarme a salir de este paso. Y se marcharon por el agujero del retrato.
Bueno, y ¿Ahora? –Preguntó James mirando dubitativamente a Lily.
Quiero preguntarte algo. –dijo Lily, poniéndose muy seria.
Lo que mi chica favorita quiera. –dijo James, perdiendo algo de su sonrisa ganadora.
¡Payaso! –bufó Lily, mirándolo con los ojos entrecerrados, pero luego no pudo con la cara que James le estaba poniendo y sonrió, sus mejillas se colorearon un poco.¿Es verdad todo eso de que me quieres tanto? –preguntó sonrojándose en extremo.
Te amo desde que te vi por primera vez y desde entonces no hay día que pase que no piense en ti, antes de dormir, lo último y al levantarme, lo primero en que pienso es si algún día podrás aceptarme. –Dijo acercándose a ella. También estaba rojo.
No te creo –dijo ella retrocediendo un poco.
Se lo puedes preguntar a mis amigos cuando quieras. –dijo James, con el tono que usaba cuando quería convencer a jane de que él no le había atado un sombrero al gato.
A ver pues, –Dijo ella y miró hacia las escaleras de los dormitorios de los chicos- Ustedes tres, escondidos por la escalera ¿Es cierto lo que dice James?
James miró sorprendido hacia Lily y luego, algo furioso hacia la escalera. Los tres invisibles, se quitaron la capa primero y luego salieron con cara suplicante de borreguito a medio morir.
Es cierto –dijo el joven Remus- Habla de ti toooodo el tiempo.
Si, y la verdad es que estabamos un poquito... hartos. –dijo Canuto
Muy hartos –dijo el animal rastrero, perdón Peter.
Bueno, señor Potter –dijo Lily en tono muy serio- Creo que, si su gran ego no lo arruina, podría usted tener su oportunidad.
James cambió la cara de pocos amigos a una cara de mañana de Navidad en que al parecer papa Noel te ha traído lo que le habías estado pidiendo desde Julio.
Erm, bueno, nosotros debemos... –dijo el joven Remus.
Ir a hacer los deberes. –Completó Sirius.
Yo ya los hice –dijo la Peter.
Entonces nos ayudas –masculló Sirius entre dientes dándole una significativa mirada- vamos.
Tus amigos sí que son oportunos –dijo Lily- se nota que te quieren mucho…
Pero en este momento, ellos no son lo que importa…-dijo James, acercándose peligrosamente a lily y poniéndole una cara por la que Lily daría mil galeones.
¿Y qué importa ahora? –preguntó Lily.
Tú y yo… -contestó James, volviéndola a besar.
Pasaron el día paseando por los terrenos de Hogwarts, hablando como no lo habían hecho desde hacía mucho tiempo, recordando cuantas veces Lily le había hecho derramar verduras a james por la nariz, y por cada vez, ella le daba un beso. El día se les hizo muy corto, y al final, como tenían hambre, pues sólo habían desayunado, fueron a cenar al gran comedor. Un gran silencio se produjo cuando ambos entraron tomados de la mano, frescos como lechugas. Sin hacer caso a los murmullos de odio de la mayoría de chicas y de incredulidad de los chicos, en especial los que habían salido alguna vez con Lily para luego ser "convencidos" por James de que se olvidaran de ella.
La mayoría les dio una semana para que terminaran peleándose. Algunos daban un mes antes de que terminaran arrancándose los cabellos a mordiscos. Pocos decían que no sobreviviría el uno a la otra luego de terminar la escuela. Dos supieron lo suficiente para asegurarse de que ambos se casarían y tres fueron testigos del matrimonio.
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¡HOLA DE NUEVO! Aquí vengo con dos capítulos más, espero tener uno más para mañana. En fin, ¿me extrañaron? Esta vez estoy segura de que valió la pena porque estos dos capítulos son ¡ENORMES! Y los he pasado a la computadora en menos de 24 horas, ¡lo cual es un récord! Jejeje, es que el nuevo libro me tiene muy emocionada, al punto que estoy escribiendo a un ritmo imparable. La próxima semana espero poner tres capítulos más con lo que estaría terminando el fic. SIPIS! Y, bueno, para los que se quieran acordar de que el año pasado me la pasé escribiendo un capítulo de la deuda pendiente… ¡EL MARTES ES MI CUMPLEAÑOS! ¡YUPI! Bueno, ejem… sólo si quieren saludarme, enviarme algún obsequio, regalarme el sexto libro de harry Potter, no sé, lo que quieran… ji, ji, ji, bien, ahí van los CINCO reviews que me dejaron la semana pasada…no es justo, ¿o sea que si no los amenazo no me dejan reviews?
Ying-Fa-Aome: Gracias que linda, me dan tantos ánimos que he escrito unos capítulos ¡ENORMES!
Tabatas: Gracias por tomarte un tiempecito para leer mi fik! de veras que todos ustedes hacen mis días felices: P
Fash: Bueno... ¡AL FIN KLE CREYÓ! Y todos felices y contentos, qué bonito. Y eso del puente se lo oía decir a mi madre doce mil veces.
Dany-kanuto: Lo que sucede es que quiero terminar antes de que salga el ¡HBP! ¡FALTAN 15 DÍAS!
Tonkis Black: plop! Te quiero mucho, hermana loca.
Nos vemos mañana si es que termino. Byes…
Este capi está dedicado a los quetzales que inconcientemente colaboran con este fic: Snade, Tonkis, Dianis, Lizzy (mi torturadora personal), Ale, Lechu, el Profe Librado…
Matilda: ¡Y NO TE OLVIDES DEL SEÑOR ESCUALITO LEONHARTITO! Él te pasó la canción de mar de Copas…
Lunis: Gracias, matilda, a él también y bueno, a todos los que ayudan en esto lo quieran o no…: P
