Fan Fiction: El Principio y el Final
Capítulo diecinueve: Crónica de una muerte anunciada.
Por Lunis Lupin
No soy Joanne Rowling, personajes e indicia relacionada pertenecen a J. K. Rowling y Warner BROS. La canción es Héroe, de Enrique Iglesias, que no me gusta, pero la canción se ajusta.
Nota de la autora: Como habrán notado, en todos los capítulos anteriores, había una parte de la época de Harry y otra de la época de sus padres. En este capítulo, debido a lo simultáneo tanto de la acción como de la canción ambos tiempos estarán en el mismo lado. Para contribuir al entendimiento del lector, el texto en cursiva se refiere a la época de Lily y James, el texto normal al tiempo de Harry y el texto en negrita a la canción. Gracias por su comprensión y disfruten el capítulo.
H-LJ-H-LJ H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ- H-LJ
James, no sé qué es, pero algo malo está por suceder… -le dijo la mujer a su marido, mientras tomaban la cena, luego de haber puesto al niño a dormir; afuera, cual presagio de lo que venía, comenzó a llover fuertemente- algo muy… muy... –su voz se quebraba- James, tengo miedo…
Lily… -la joven mujer esperaba palabras de aliento y calma de su marido- yo también tengo miedo, y también tengo una sensación de que algo malo sucederá –su mujer empezó a derramar lágrimas silenciosas, él no soportaba verla llorar, y si tenía que dar su vida por ella mil veces, las mil veces la daría con gusto y aún mil veces más- pero pase lo que pase, tienes que saber que siempre te voy a amar, a ti y a Harry. –Le tomó la mano a su mujer, quien estaba aguando la sopa con las lágrimas- En el caso de que nos descubriera… Lily, debes irte, tomar a Harry y huir lo más rápido posible, ve a donde Dumbledore, sabes como ubicarlo, huye de aquí –la mujer fijó los ojos en su marido y negó con la cabeza- huye, que yo detendré a Voldemort, nunca le diré donde están, así estarán bien, tú y Harry… -la mujer comenzó a sollozar, negando con la cabeza- Harry te necesitará más a ti que a mi, huye con él y sálvense, ve donde Dumbledore y dile lo que sucede, él vendrá a ayudarme…
No, James –pudo decir por fin la mujer, entre sollozos- no puedo dejarte sólo –temblaba de pies a cabeza mientras a su marido comenzaban a empañársele los ojos castaños detrás de las gafas- no podría irme… -Lily se apartó de la cocina y se aferró a los brazos de su marido, lo abrazó fuerte, como si fuera la última vez y él le correspondió de la misma manera, si no más- no podría dejarte… no te quiero perder… podemos huir juntos, o pelear juntos, pero no… -ya no sabía qué argumentar, pero sabía que no era posible, que su marido tenía razón.
Se oyeron pasos dirigiéndose a la puerta principal.
¡LILY COGE A HARRY Y VETE! –Le dijo James a Lily, besándola por última vez y levantándose- ¡ES ÉL! ¡VETE! ¡CORRE! Yo lo detendré…
Ginny:
¿O debería llamarte amor? ¿Debería poner "Querida Ginny"? Han pasado tantas cosas que ya no sé como empezar esta carta.
Y lo admito, aun así no necesites que lo admita, pues lo sabes: Te amo. Nunca dejé de amarte, y nunca quise alejarte, pero quiero que entiendas algo, estar muy cerca de mí sólo empeoraría las cosas. Me aparté de ti, Voldemort lo sabe, y sabe que eso bastaría para hacerme sufrir más. Eso es lo que él quiere, al fin y al cabo, mi muerte lenta y dolorosa es mejor para él. Mientras tanto yo sabía que eso te mantendría a salvo. No creas que ha sido fácil para mí esto de verte y no poder tocarte, besarte, ha sido un infierno, pero sabía que estaba funcionando, y sabía que Voldemort no entendería por qué lo estaba haciendo, eso me da ventaja, ¿no?
Esta noche es cuando. Tú sabías que llegaría, sabías que llegaría este día, y sabes que estoy a punto de irme para quizás no volver. Pero no podía irme sin antes decirte que te amo y que lo hice por que estuvieras a salvo. No sé si volveré de esta. Pero si no vuelvo, quiero que sepas que te querré siempre, desde donde esté, quiero que me perdones por dejarte, que te enamores de otro, que seas feliz, que tengas muchos hijos y que siempre me recuerdes con cariño. Si he de perder en esta, ten por seguro que nada malo te pasará, te lo prometo, no importa quien gane, nada podrá tocarte. Huye y escóndete, llévate a los que puedas contigo…
Si he de volver… si he de volver, espero que perdones lo que te he hecho sufrir y me aceptes de nuevo…
Nunca olvides que te amo.
Harry James Potter.
Harry terminó la segunda carta, más concisa y más directa que la anterior … Acababa de despertar luego del almuerzo, había soñado otra vez. Esta vez era definitivo, esta vez era la que mandaba, la mera, mera. Miró el calendario "31 de Octubre de 1998" unas palabras llegaron a su mente "… y será igual que la primera vez…" aquel sueño en que aparecía en las ruinas de una casa que le resultaba familiar. Las casas vecinas (a más de cien metro separadas de las ruinas) tenían adornos naranjas y negros, por lo que alcanzaba a ver. Se puso de pie en lo que hubiera sido la puerta principal… Sabía a donde tenía que ir, sabía que era la hora. Lo sabía, y a decir verdad siempre lo supo. Pero antes de partir al Valle de Godric a conocer su destino final, escribió unas líneas más a Ginny. Nunca se perdonaría irse sin dejarle claro que la amaba. Se puso la capa negra que Ginny le había regalado, en la manga llevaba bordados sus nombres "Nunca olvides de lo que tuvimos". Bajó y al ver que ni Ron ni Hermione estaban en la sala de estar de la pequeña casa que compartían cerca de a academia de Aurores, dejó los sobres de pergamino en la mesa, donde pudieran verlo ni bien regresaran, que sería pronto al ver que Harry no llegara a las clases de la tarde. Harry se ajustó la capa y buscó las llaves de la motocicleta que le había dejado Sirius.
Al Valle de Godric –susurró, luego de tomar una profunda respiración.
Si una vez yo pudiera llegar
A erizar de frío tu piel
A quemar, qué sé yo, tu boca
Y morirme allí después
Tras asegurarse de que Lily estaba en el segundo piso, yendo a recoger a Harry, James se dirigió al recibidor de aquella casa muggle.
Alohomora –dijo una voz siseante y escabrosa. La puerta se abrió y una mano blanca de dedos largos abrió. Una risa macabra y aguda llenó el sitio.
Lord Voldemort… -no había tiempo para pensar en cómo había llegado a ellos, ni en cómo era posible que Peter hubiera cedido- No te cansas de mí, ¿eh? –dijo, en voz altanera.
Crucio –exclamó el recién llegado, levantando la varita contra el anfitrión- Nunca aprenderás, ¿verdad chiquillo insolente?-dijo la fría y aguda voz desde la puerta, viendo James se ponía de pie, luego de haberse retorcido en el suelo de dolor- debería enseñarte algo de obediencia antes de matarte, inclínate ante mí... –rió. James se irguió plantándose de frente a s agresor- y consideraré dejarte con vida... luego de matarlo, claro está.
No importa lo que hagas, no lograrás lo que pretendes... -dijo James con voz potente, aunque con miedo, segura y vacilante a la vez, llena de amor a los dos seres más importantes de su vida, y de odio al ser que le perforaba la mirada con esos ojos rojos de ira. No se dejaría vencer tan fácil.
Eres necio de veras, pero valiente, y yo aprecio la valentía, se lo diré a tu hijo antes de acabar con él. –dijo Voldemort, acercándose lentamente a James- Te daré una última oportunidad. Puedes unirte a mí. Serías uno de los más útiles y PODEROSOS Mortífagos a mi servicio, o podrías seguir en tu necedad y morir, por gusto.
Mátame entonces, pero te arrepentirás, eso te lo juro. Por la vida de mi hijo te lo juro -exclamó el hombre de pie en el recibidor, irguiéndose y sin ceder un centímetro.
Yo no juraría por una vida que está a punto de fenecer... pero que conste que tú lo quisiste así, Potter, tú lo quisiste así... –levantó la varita entornando los ojos y sonriendo malévolamente.
Veo que supiste interpretar ese sueño… -le dijo la voz siseante de su pesadilla viviente en cuanto pasó el umbral de la destruida puerta- Igual que la última vez… Tu casa era bonita, Potter, aún para ser demasiado muggle…
Y tú sigues confiándote, ese es un grave error… -respondió el muchacho, tratando de contener su ira…
Es increíble como puedo llegar a recordar los colores de las paredes, -continuó Voldemort, tratando de hacer que Harry se lanzara a él primero- las fotos sobre el estante de la chimenea, el rojo de la sangre de tu padre en el suelo… el olor del miedo…
¿Tenías miedo de que un niño te matase? –Contestó Harry, tratando de rebotar la ira hacia él, chascó la lengua- tsk, tsk, tsk, ¿qué te iba a hacer una criatura de un año…? un pobre huerfanito sangre mezclada ¡OH! Espera… Tú también eras un huerfanito de sangre mezclada… -harry abrió los ojos al máximo al ver la que la cara blanca como la tiza de su oponente se contorsionaba ahora de ira- Claro, elegiste a alguien igual a ti… en contra de las mentiras que les dices a tus mortífagos.
Tendrías que dejar de hablar y comencemos… -dijo Voldemort, sabiendo que tendría más ventaja.
Que gane el mejor huérfano sangre mezclada –dijo Harry, haciendo una inclinación ante su adversario, quien también hizo una leve reverencia.
Si pudiera ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Que salvarte a ti mil veces
Puede ser mi salvación
James Potter y Lord Voldemort se enfrentaban en un duelo a muerte, uno por su propia vida y otro por las vidas de su esposa e hijo amados. Crucios, Impedimentas, Accios y Repelos, Cortes y quemaduras, escudos y destellos cortantes, iban y venían en una danza de mortal belleza, la sangre de uno empezaba a bañar el suelo de pulida madera, brillante como espejo.
Avada Kedavra –dijo finalmente el inoportuno invitado a la casa de los Potter.
Si supieras la locura que llevo
Que me hiere y me mata por dentro
17 años después, en el mismo espacio, ahora en ruinas, enterrado y con la hierba crecida alrededor, Harry Potter luchaba por su vida y la de tantos otros mientras que Voldemort seguía luchando por la suya propia y por librarse del estorbo que representaba Harry Potter para él. Crucios, Imperios, Avadas bloqueados y escudos protectores, campos de fuerza y rayos de todos los colores danzaron esta vez, más complejos y más peligrosos, vueltas y vueltas, giros y curvas, agacharse y saltar… correr y parar. Aquella cruel batalla estaba ahora salpicando de sangre a la hierba crecida sobre la madera podrida por el tiempo y las paredes que quedaban con la pintura desconchada por las lluvias y el sol. La noche caía y las estrellas salían siendo pronto tapadas por nubes de lluvia. Un par de gotas apresuradas caían sobre los contrincantes, quienes no las notaron, ni siquiera cuando ya estaban empapados.
Un haz de luz verde le dio en la cabeza a Harry, una luz incandescentemente verde le dio de lleno a James. Ambos cayeron al suelo, uno muerto, el otro mortalmente adolorido.
Y qué más da, mira si al final
Lo que importa es que te quiero.
Lily corrió escaleras arriba y se ocultó en el rellano del segundo piso. Trataba de ver, de oír, de asegurarse de que James estaría bien. Pero al oírlo gritar de dolor, su corazón no pudo más y se fue a ocultar en la habitación de su bebé. Lo miró, vio que el ruido había lo había despertado. El niño miraba a su alrededor, con los ojitos verdes iluminados por la luz de la luna que entraba por su ventana.
Mami –balbuceó el infante- ¿Papi?
A Lily se le nublaron los ojos, aquel niño podría quedarse huérfano en ese instante, su hijo, no podía permitirlo, no debía permitirlo y sin embargo, algo en su aguda mente maquinó un plan, un plan que requería que el niño se quedara huérfano. La madre se acercó a la cuna del niño. Lo tomó en sus brazos y lo abrazó fuerte y le susurró estas palabras
Papi se irá, y mami también. Papi y mami te quieren mucho y morirán para que tú puedas vivir, cariño. –una fuerte sacudida estremeció su corazón, llenándolo de un indescriptiblemente triste vacío.- James –susurró, para luego dirigirse al niño- Tu padre ya se ha ido, y ahora me iré yo, pero no porque quiera –besó a su hijo en la frente, sus lágrimas mojaban el cabello negro azabache del niño que había heredado de su padre- es necesario para que sobrevivas, pequeño mío, no estés triste –la joven mujer miró a su hijo, quien la miraba confundido- no olvides nunca que papi y mami te quieren con todo su corazón y que nunca dejarán de quererte, así no estén contigo –unos pasos comenzaban a hacer crujir las escaleras- No olvides que te amo, Harry…
Harry podía ver las caras, oír las voces de todos los que habían muerto, de los que lo habían ayudado, de los que habían estado cerca de él de verdad, un escalofrío lo recorrió, unas palabras susurraron en su oído algo olvidado ya por el tiempo "Para que tú puedas vivir… es necesario para que sobrevivas…" Harry se levantó. Supo lo que tendría que hacer. Tenía que levantarse y pelear, no importaba si luego moría, dependía de él que los demás vivieran, que no sufrieran más… Que Ginny sobreviviera…
Si pudiera ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Que salvarte a ti mil veces
Puede ser mi salvación
Proteggo dalla morte mia amavate essere li
proteggo da danni che malato-disposti di
la mia vita sarà data nel ritorno
a questa persona trasporto qualunque sono degno
proteggo dalla morte mia amavo essere le
proteggo da danni malato-disposti di
la voz susurrada rápidamente produjo una especie de calma, de silencio en el ambiente. La mujer abrazó fuertemente a su hijo y le dió un beso en la frente. El pequeño la miró confundido una vez más, y ella le sonrió, no quería que el último recuerdo de su madre fuera llorando, así que sonrió, sin darse cuenta que las lágrimas rodaban por sus mejillas incontrolablemente. Los pasos de alguien se acercaban lentamente. La puerta que había sido cerrada con magia fue abierta en un destello de luz plateada. La mujer gritó del susto y corrió a poner a su niño en la cuna.
Harry estaba de pie, frente a frente a Lord Voldemort, al asesino de sus padres, al asesino de muchos, al destructor de familias, de vidas, al principal responsable de que las personas que más lo quisieron estuvieran muertas y de que su vida haya estado llena de desgracias y pérdidas. No podía más que sentir odio hacia él, ira, rabia, pura cólera. Odio infinito hacia quién quería ahora matarlo para tener camino libre y conquistar el mundo. No se lo merecía. Harry no lo dejaría. Habí pasado demasido había perdido demasiado, había llorado demasiado, había sufrido demasiado, había esperado demasiado, había llegado el momento de acabar con todo aquello. Por un futuro con Ginny, porque todos tuvieran futuro, porque valiera la pena todo lo pasado.
Déjame tocarte
Quiero acariciarte
Una vez más
Mira que al final
Lo que importa es que te quiero.
Vaya, vaya, vaya, la niñita sangre sucia de las rojas trencitas defendiendo a su único vástago... Demasiado joven para enfrentarse a mí -dijo el hombre que entraba a la habitación con una varita de madera de acebo que contenía una pluma de fénix de veintiocho centímetros, en la mano. La mujer se irguió de orgullo- demasiado joven para ser madre -la mujer sacó la varita- demasiado joven -el hombre sonrió malignamente- para ser viuda...
Al parecer, aquel hombre de cabellos oscuros y mirada sanguinolenta había dado en el clavo, pues la mujer dio dos pasos hacia atrás tapándose la boca y murmurando un nombre que nadie oyó.
El hombre rió y dijo- Demasiado joven para morir... no niña, eres muy joven para morir, lástima que seas una sangre sucia, aunque me han dicho que tus habilidades de bruja casi compensan la falla de la naturaleza al ponerte en una familia de... muggles. Podrías, a pesar de ello, -dio una risa pervertida, mirando a la joven que estaba en ropa de casa, que aunque aterrada y con los ojos llenos de odio, estaba muy guapa- unirte a mí...
¡ESO NUNCA! -gritó la mujer llena de cólera hacia aquel repugnante ser- ¡YO LO Amaba... AMO A ÉL!... ¡Y NO MATARÁS A MI HIJO! -la mujer demostraba firmeza en cada una de sus palabras. Sus ojos verdes echaban chispas.
Igual de terca que tu marido, qué desperdicio de magia. Pero sí mataré a tu hijo porque, como ya te habrá informado el mequetrefe-bueno-para-nada de Dumbledore, me estorba. -dijo el hombre acercándose a la mujer que estaba de pie y firme delante de la cuna donde su bebé se hallaba jugando con su juguete de peluche favorito, hasta el momento, ignorante de la situación por la que su madre estaba pasando- Apártate muchacha.
¡A HARRY NO! ¡A HARRY NO! ¡POR FAVOR! -gritó la mujer al ver a aquel con la varita abalanzarse hacia la cuna- ¡HARÉ LO QUE SEA! -sollozó.
Hazte a un lado, hazte a un lado, niña -se limitó a decir aquel hombre de mirada fría, al ver el intento desesperado de aquella mujer por proteger a su hijo. Estaba de rodillas en el suelo, dispuesta a intercambiar su vida, a traicionarse a sí misma con tal de que su hijo siguiera vivo.
¡POR PIEDAD! -gritaba la mujer desesperada. Pero sus ruegos no fueron escuchados.
AVADA KEDAVRA. –dijo aquel despiadado hombre, mientras reía con frenesí.
¿Te había dicho alguna vez que tu padre murió de pie, el muy valiente, dispuesto a defenrte a tí y a tu madre? –dijo Voldemort- Si, él dió muy buena lucha, peleó hasta el final... lástima que no se quisiera unir a mi, habríamos logrado tanto... le prometí que te diría esto... antes de que cayera muerto al suelo... ahí, justo donde estás parado. –Harry sintió el odio recorrer sus venas a una velocidad vertiginosa- ¿Te apetece que te mate ahí, o en donde murió tu madre, diciendo que haría lo que fuera por salvarte?
No me matarás como no me mataste antes, pero yo sí que lo haré... –respondio Harry.
En medio del murmullo de la lluvia al caer, varios ¡PACK! Sonaron. Albus Dumbledore, Ron Weasley y Hermione Granger aparecían en la escena, justo unos metros detrás de Harry, así como figuras encapuchadas detrás de Voldemort.
Hummmm... –dijo el Lord- veo que tenemos audiencia, ¿listo para dar un buen espectáculo?
Al momento, así como más mortífagos y aurores iban apareciendo, Harry sintio la inconfundible presencia de Ginny. Volteó a ver, allí estaba ella, podia ver su cabellera roja empaparse, miró al frente y allí estaba Voldemort, sonriendo levemente.
Tu novia vino a ver como mueres –musitó el mago pálido en un siseo maligno.
Si pudiera ser tu héroe
Si pudiera ser tu dios
Que salvarte a ti mil veces
Puede ser mi salvación
Lily Mary Evans cayó muerta al suelo, sin gracia ni gloria al suelo, muerta, fría, con la expresión de terror en el rostro, aunque una leve curvatura en sus labios. Había muerto por su hijo y si todo salía bien, este no moriría. Si no moria esta noche, su plan habría triunfado, brindándole a su hijo una protección que nadie le podría quitar. Además, se iba con James, se iba con el amor de su vida a donde fuera que este se hubiera ido, se lo habían prometido "A donde tu vayas, yo iré, donde te encuentres te seguiré, incluso a las fronteras de la muerte y más allá" no hubiera podido evitarlo, no hubo tiempo de contactar a Dumbledore, no hubo tiempoi de nada, más que de decir adios.
Lord Voldemort pasó por encima del cuerpo de la muchachay miró sonriendo triunfantemente hacia la cuna.
Harry ni siquiera lo pensó, las palabras salieron de su boca en un murmullo inaudible, tan rápido como si de ello dependiera su victoria.
Proteggo dalla morte mia amavate essere li
proteggo da danni che malato-disposti di
la mia vita sarà data nel ritorno
a questa persona trasporto qualunque sono degno
proteggo dalla morte mia amavo essere le
proteggo da danni malato-disposti di
Su mente se concentraba en la pelirroja que estaba detrás tuyo. Brindaría protección de la muerte a Ginny y además le pasaría la protección que su madre le había dejado hace ya tiempo. Ella huiría con los que pudiera salvar, sabía que no se quedaría a pelear cuando hubiera leído aquella carta, que cumpliría su voluntad por amor a él.
Ella se salvaría.
Ella lo salvaría.
Quiero ser tu heroe
Si pudiera ser tu dios
Porque salvarte a tí mil veces
Puede ser mi salvación...
¿Así que tú eres quien me va a derrotar, cierto? –dijo Voldemort, mirando fijamente a la criatura que le devolvió la mirada- No... –rió malévolamente, con esa risa tan fría y aguda, característica de él cuando iba a matar- me parece que serás tú el que morirá esta noche...
El niño lo miraba fijamente- ¿Mami? ¿Papi? –balbuceó, buscándolos con la mirada.
Voldemort rió aún más fuerte- ¿Mami y Papi? –se llevó una mano a la frente- Y esta cosita que llama a su mamá y a su papá me va a matar... –se dirigió al niño- Mami y Papi se fueron a dar un paseo... y tú irás a acompañarlos... –rió por última vez, y sonriente, triunfante, al fin con el camino libre como creía, libre de ningún obstáculo, pronunció las palabras que habían dejado a aquel pequeño huérfano de padre y madre, abandonado a su suerte- Avada Kedavra...
Avada... –dijo Harry
Avada... –dijo Voldemort
¡KEDAVRA! –dijeron ambos, uno lo hizo una milésima de segundo antes. Ambas varitas lanzaron el hechizo mortal, una dirigida al oponente, la otra a una muchacha que estaba por fuera de la Escena, gritando el nombre de el que recibió la maldición lanzada hacia ella.
... Puede ser mi salvación...
Una Luz verde llenó la habitación, destruyendo todo a su paso. Le dio de lleno al niño, se empezó a concentrar en la frente, en el lugar donde su madre había dejado un beso para él entonces lo increible sucedió, porque de ese mismo sitio empezó a rebotar la luz verde dirigiéndose a su convocador y dándole de lleno, destruyendo su materia viva, causándole un gran dolor, separándolo de su cuerpo, destruyendo todo el perímetro. El niño lloraba, pues tenía ahora una herida en la frente.
Harry cayó al suelo lleno de barro. No se levantó. Lo último que oyó fue a una mujer gritando su nombre...
... Quiero ser... tu héroe...
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No iba a poner ni media palabra aquí, pero no puedo evitarlo. Ya quiero que sepan que sucede, ¿se levantará Harry o estará muerto? ¿Habrá vencido Voldemort? Dejen sus reviews diciéndome qué creen que vaya a suceder... ya quiero ver que opinan...
