CAPITULO 16: FELIZ CUMPLEAÑOS

Habían pasado ya tres días desde que había sido secuestrada por el mismísimo Lord Voldemort en las cercanías de su propia casa. No sabía como había hecho para soportar tanto tiempo alejada de sus padres, de sus hermanos, de sus amigos. Solo se podía mover a unos cuantos metros de una pared a la que estaba atada de las manos por unas cadenas. Había comido unas cuantas veces nomás, a pesar de que no aguantaba más el hambre.

A través de un pequeño agujero en la pared, podía ver si era de día o de noche. Esa mañana hacia poco que había amanecido. Era el día de su cumpleaños numero 15. Estaba sentada con la espalda contra la pared, las piernas flexionadas sobre su cuerpo y los brazos rodeando sus rodillas, aun sintiendo el frió bajo sus pies. Tenía el pelo sucio, enredado y completamente desordenado. Su cara un conservaba un corte sobre su ceja izquierda desde el día de su secuestro, mezclado con algo de suciedad y barro del propio lugar. El llanto era constante, lloraba en silencio, de vez en cuando más fuerte, pero ya no gritaba. Se había cansado de hacerlo ya que no recibía respuesta alguna.

¿Cómo estará mi familia? Se pregunto más de una vez sentada en su lugar. Seguro que todos la estaban buscando. Seguramente la Orden por completo se desplegaba por el mundo en su búsqueda. Tonks, el Profesor Lupin, Hagrid. Sabía que les importaba a todos ellos, que seguro estarían ayudando a su familia.

Ginny sintió unas voces raras. Había estado soñando que volaba en una escoba nueva por sobre los terrenos de su casa y veía como todos sus hermanos la miraban contentos y orgullosos, alrededor un montón de golosinas de todos los sabores volaban, junto a unas mariposas de todos los colores.

-¿Por qué no la golpeamos para ver si se despierta?-escucho preguntar a uno de los gemelos.

-Si, voy a buscar un palo-dijo el otro al que reconoció como George. Este casi no tenia voz por jugar en la nieve sin zapatos, su madre casi se desmaya al ver el estado en el que quedo después.

-¡Quieto ahí, George Weasley!-le ordeno su madre.

-Mama tengo sueño-dijo Ron-¿Porque no mejor hacemos de cuenta que nos olvidamos y vamos a dormir?

-Nada de eso Ron, hoy es el cumpleaños de tu hermana-dijo su papa pero sin poder contener un bostezo.

¿Cumpleaños?…si, hoy era su cumpleaños numero 4. Ginny abrió los ojos rápido y se encontró con toda su familia a su alrededor sonriéndole. Bill y Charlie, eran los únicos que faltaban ya que estaban en Hogwarts. Estiro los brazos y su papa la alzo contenta.

-¡Feliz cumpleaños, Ginny!-le dijo al oído. Ella sonrió y vio como Fred y George sacaban una caja chiquita del bolsillo, sabia que no era algo bueno.

-¡Felicidades pequeña!-la saludo su madre dándole un beso en la frente y sentándola con comodidad en la cama.-Aquí tienes tu regalo-le dijeron al tiempo que sacaba un paquete forrado de rojo y dorado-Este lo mandan Bill y Charlie-Ginny lo abrió y se encontró con dos cajas de ranas de chocolate y una de brujas fritas, levanto las cajas con cuidado y abrió una de las de ranas.

-Felicidades Ginny-dijo Ron apareciendo entre sus padres, pero cuando estaba por darle un beso se distrajo con los chocolates-¿Me convidas?-le dijo dejando caer una poco disimulada gota de baba. Ginny se asqueo un poco pero le sonrió.

-Si. Come Ron-le dijo. Los gemelos comieron también y con la boca llena la saludaron contentos. Le dieron una cajita pequeña forrada en azul, que su madre le quito porque seguramente no era nada bueno. Percy por su lado le regalo una pluma bastante cara, que Ginny no sabía utilizar, porque según el, era para solo escritura, nada de dibujos. Ron le había regalado una foto de ellos dos con sus padres en la que Ginny sonreía siendo una bebe de 2 años, y Ron le sujetaba el pelo mirándolo con fuerza, segundos después el pelo comenzaba a arder con fuerza.

-Esto es de nosotros-le dijo su papa dejando sobre la cama un paquete más grande que todos y de color amarillo brillante, con pequeños dragones verdes que volaban tirando fuego. Ginny lo abrió sonriendo y se encontró con un kit de magia. Venia una varita, un caldero, unos cuantos polvos de colores que simulaban ser pociones y un libro de hechizos simples. Ginny les sonrió, aun no sabia leer, pero seguro que Ron se lo leería, y sino estaba Bill en las vacaciones.

-Gracias-les dijo sonriendo a todos. Sus ojos querían dejar salir unas lágrimas, pero seguro después Charlie la retaría. Siempre le dijo que tenia que ser fuerte, una mujer fuerte. Y eso es lo que seria al creer.

Miro con desgano el agujero por el que entraba la luz. Seria un día soleado. Perfecto, caluroso, para ser cerca de navidad. Siempre le había gustado jugar en la nieve el día de su cumpleaños, aun cuando estaba en Hogwarts lo hacia, pero siempre su mama se enteraba y se enojaba porque andaba desobedeciendo reglas.

Mama. Seguro ella esta peor que todos. Desde chica la relación con su madre había sido muy cercana. Siempre había estado a su lado. Le explico todo lo que siempre quiso saber, le enseñó a escribir, sus primeros hechizos, a cocinar. Con todas sus ganas agradeció tener a su padre allí siempre. El era de esas personas fieles en todo momentos, cariñosas, sinceras, justas, pero todavía conservaba el niño que todos tenemos adentro, era una copia de Ron en adulto. Fascinado por los muggles. Ginny definitivamente amaba a su padre. Era el hombre que más quería en su vida. Y eso que hay demasiados hombres en mi vida, pensó por primera vez en varios días divertida.

Bill era sin duda su hermano favorito. Cuando pequeña le había enseñado a jugar al Quidditch, y siempre era el quien la defendía de todo, aunque reconocía que a veces su rol de hermana menor y única mujer de la familia tenia un aspecto importante, a la hora de repartir los castigos por parte de sus padres. Charlie por otro lado, era como tener un hermano serio pero juguetón a la vez, le había fascinado cuado Ginny se intereso por los dragones, pero ella solo lo hizo porque extrañaba pasar el tiempo con el. Percy, era un caso completamente distinto, a veces no soportaba que fuera tan serio, aunque admiraba su gran inteligencia. Ginny rogó entonces que se haya acercado a sus padres, aunque sea solo por su ausencia. Sabía que a su madre la vuelta de Percy le alegraría, aunque sea solo por un tiempo. Fred y George eran quienes siempre la hacían reír, cuando estaba triste ellos le levantaban el animo como nadie mas podía hacerlo y de ellos es que había adquirido su sentido del humor y su alegría por las cosas mas pequeñas. Ron era mas que todo eso, era su hermano más cercano, era con quien peleaba, con quien se amigaba más fácil, el que mas la cuidaba, al que ella mas celaba. Ron era, por así decirlo, su mejor amigo; claro que ella nunca se lo diría, porque sabia que el se aprovecharía de la circunstancia.

Ginny entonces doblo la cabeza y sonrió tímidamente recordando a su familia.

-¡Ron, cuidado con ese helado-grito Molly Weasley cargando un montón de bolsas, en plena tienda del Londres Muggle. Era la primera vez que irían a comprar ropa muggle para parecer mas como ellos. Esta vez solo eran Ron, su mama y ella. Los gemelos habían ido de campamento con un grupo que intentaba hacer a los chicos magos mas pequeños controlar un poco su energía, ya que ellos eran de por mas acelerados; mientras que Percy estaba en su primer año en Hogwarts, Charlie en tercero y Bill ya en quinto.

Ron había estado tomando un helado de chocolate con chispas de frambuesa, cuando casi choca con un chico de pelo castaño. Ginny apenas tenía unos seis años e iba bien sujeta de la mano de su mama, cuando sintió algo helado caerle en la cabeza.

-¡RON!-grito culpando a su hermano, pero después vio que el pelirrojo la miraba aun tomando su helado de chocolate que tenía en la mano y mirándola como desafiándola a que diga algo mas.

Ginny volteo a ver quien le había tirado el helado en su cabeza y se encontró con un chico de unos diez años que la miraba riéndose a carajadas. Ginny lo miro furiosa, pero no pudo evitar que unas cuantas lágrimas comenzaran a caer.

-Ya Ginny, no llores-le dijo su madre acariciando su mejilla. Mientras que la risa del chico no cesaba.

-¿Qué te parece tan gracioso, idiota?-preguntó la voz de Ron a sus espaldas, mientras la risa del chico castaño disminuía.

-¿Qué?-le pregunto este, pero no dijo nada mas cuando Ron le puso todo su helado de chocolate en su cabeza. El castaño, que era de igual altura que Ron, cuando sintió el frió abrió los ojos lo mas que pudo y empujo a Ron en el pecho haciendo que este caiga sentado al suelo. Pero su hermano inmediatamente se paro y corrió nuevamente hasta el chico empujándolo ahora el.

Así comenzaron a golpearse los dos con fuerza, con los gritos desesperados de su madre para que Ron soltara los pelos del castaño, que habían comenzado a formar una masa ya con el helado. Mientras que otro chico de su misma edad, intentaba golpear a Ron.

-¡RON, BASTA, POR FAVOR!-gritaba su mama. Pero Ginny había olvidado por completo que tenía el cabello sucio y sonreía feliz, mientras alentaba a su hermano.

-En la mejilla, Ron. En la mejilla.

Ginny se sentó bien, aun recargando la cabeza en la pared, pero esta vez sonriendo ante el recuerdo de Ron. Ya estaban todos más grandes, pero el seguía defendiéndola como si aun tuviera seis años, claro que ahora, tenia que compartir a su defensor con Hermione. A Ginny le encantaba que Ron estuviera enamorado, si ella misma hubiera tenido que elegir alguien para el, ese alguien sin ninguna duda hubiera sido Hermione.

Cuando escucho su conversación en la Sala Común, se dio cuenta que ya no eran niños, ya eran casi adultos, pero ¿Qué mas se puede ser en medio de una guerra?, los niños no podían ser niños, porque debían estar pensando en que es lo que pasaría si fueran atacados. Entonces a su mente voló hacia una tercera persona, y todo su mundo se resumió en dos palabras: Harry Potter.

Harry era aun su amor imposible. Aquel héroe de su infancia que había intentado olvidar, pero que últimamente la había sido imposible. El chico había llegado a su casa como un amigo de Ron, pero ahora era como un miembro más de la familia. Sus padres lo querían como a un hijo, sus hermanos como a un hermano más, pero ella…ella lo quería, si, eso estaba claro, pero la confusión sobre si era solo cariño de hermano o algo más, había vuelto a su cabeza recientemente.

Cerró los ojos para recordar cuando vio al chico de ojos verdes por primera vez. Y los cerro aun más, dejando una lagrima caer, al recordar lo que les había dicho de la profecía. Abrió los ojos de repente como dándose cuenta de algo, recordando una de las tantas peleas que habían tenido durante el verano. Harry había dicho que le hubiera gustado morirse junto a sus padres haciendo a su madre y a Hermione llorar. Es un estúpido, pensó Ginny no realmente creyendo lo que acababa de pensar.

¿Realmente Harry podría con el que no debe ser nombrado? seguro que seria difícil, y el sabe más que nadie que no estaría solo. Aunque conociendo lo cabezota que era, seguramente querría irse solo a luchar contra Voldemort. Si, seguro que eso va a hacer el muy tonto.

Ginny apoyo su cabeza nuevamente contra la pared, y sonrió al recordar el beso que le había dado cuando estaban bailando. Harry la había mirado diferente. Solo una vez lo había hecho antes, durante las vacaciones, los primeros días después de su vuelta a la madriguera.

Ginny corrió escaleras abajo apresurada sabiendo que si no llegaba a tiempo no le quedaría nada de desayuno. Cuando entro a la cocina diviso un plato en el que solo quedaba un postre de chocolate, y vio como la mano de Fred se dirigía a el peligrosamente. Corrió y lo tomo más rápido.

Fred no le dijo nada. Ginny comenzó a comerlo y cuando por fin levanto la vista de su postre, se dio cuenta de la tensión que había en el aire en ese preciso momento.

-¿Qué pasa?-preguntó mientras daba otro mordisco.

-Nada Ginny, déjanos solos-dijo su madre con los ojos rojos. Ginny pasó su vista por la habitación. Harry estaba sentado en el medio de la mesa con la vista baja, Fred, George, Hermione, Ron y su madre estaban mirándolo fijamente.

-¿Me van a decir que pasa?-les volvió a preguntar.

-Nada, Gin…Harry esta un poco mal…-empezó Hermione.

-¿UN POCO MAL, NO ESTOY UN POCO MAL, ESTOY CANSADO, ESTOY HARTO DE TODO-grito Harry asustando un poco a Ginny. La pelirroja vio como los ojos de Hermione y de su madre se volvían a llenar de lágrimas.

-No le grites a Hermione, Harry-dijo Ron pasando un brazo por la espalda de Hermione acariciándola.

-YO NO LE GRITO SOLO A ELLA. LE GRITO A TODOS LOS QUE QUIERAN ESCUCHAR-concluyo furioso.

-Harry, estas haciendo llorar a mi mama-le advirtió George.

-Perdón Señora Weasley, no fue mi intención-le dijo arrepentido realmente-yo debería…todo es mi culpa…

-¿Tu culpa?-preguntó la Sra. Weasley.

-Si…-dijo Harry soltando un gran suspiro-yo debería haber muerto con mis padres, así todos estarían más tranquilos…

Molly Weasley no aguanto más y empezó a llorar. Fred y George corrieron hasta ella abrazándola y mirando a Harry entre enojados y asustados. Hermione se abrazo a Ron con fuerza comenzando a llorar más fuerte. Ginny entonces no aguanto más.

-¿SE PUEDE SABER QUE TE PASA?-le grito furiosa a un Harry que solo bajo su vista, y camino hasta la sala donde estaba la chimenea apagada. Un sillón al frente y varios almohadones tirados.

-¿Qué?

-¿SOS TONTO O QUE?-le volvió a gritar.

-No entendes nada Ginny, así que no te metas.

-SABES LO QUE SOS, SOS UN EGOISTA, ESO SOS.

-¿EGOISTA, NO TE DAS CUENTA QUE TODO ESTO PASA POR NO SER EGOISTA.

-SI SOS UN EGOISTA, PORQUE MIRA COMO DEJAS A MI MAMA Y A HERMIONE QUE ES TU AMIGA, ¿NO TE IMPORTA QUE ELLAS ESTEN MAL?

-¡NO ESTARIAN MAL SI YO NO ESTUVIERA AQUÍ!

-¡QUE SOS IDIOTA! ESTAN MAL PORQUE ELLAS SABEN QUE LO DECIS EN SERIO. TODOS ESTAMOS ARRIESGANDO ALGO AQUÍ, NO SOLO VOS.

-NADIE SE LOS PIDIO.

-PERO SIN EMBARGO TE ESTAN AYUDANDO, SOS UN ESTÚPIDO.

-Y VOS SOS UNA HISTERICA.

-NO TE AGUANTO.

-YO TAMPOCO

Y así siguieron por largo rato, diciéndose cosas que no venían al caso, en un momento ya ninguno escuchaba lo que el otro le decía. Ginny lo único que sabia, es que ella no iba a perder esta discusión con el. Era la segunda que tenían y Harry hacia apenas tres días que había llegado a la madriguera. Por un costado pudo ver como su madre los miraba fijamente y como Fred y George se reían, seguro de lo estupidos que se veían gritándose así. Ron y Hermione seguían abrazados, pero miraban a uno y a otro de sus amigos.

-ME TENES HARTA-grito Ginny, quedándose ya sin vos.

-PIENSO EXACTAMENTE LO MISMO. AGRADECERIA QUE NO ME HABLES EN TODO LO QUE QUEDA DEL VERANO.

-YO TAMBIÉN LO AGRADECERIA, IDIOTA.

-HISTERICA

-ESTÚPIDO

-GRITONA

-CARA MARCADA

-….EH…ENANA

Ginny no aguanto más y se acerco con furia hasta el, quedando bastante cerca.

-Repetí lo que dijiste-le ordeno. Pero Harry no dijo nada completamente perdido en la mirada de Ginny. Harry la miro un poco más, como si la estuviera viendo por primera vez, y se alejo de ella.

-No tiene caso-fue lo único que dijo comenzando a subir las escaleras, pero cuando estaba en el medio se detuvo y la volvió a mirar como queriendo preguntarle algo, pero no lo hizo, y rato después se escucho sonar con fuerza a la puerta de la habitación.

Ginny respiro cansada, y dejo salir toda su bronca pateando un almohadón que le había largado a Harry en medio de la discusión.

-Eso si que es tener carácter, hermanita-dijo George divertido acercándose a ella.

-Pobre Harry si se casa contigo…-lo siguió Fred.

-Pobre los vecinos diría yo-dijo su madre haciendo a todos reír.

Ginny sonrió cansada. Tenía hambre y sueño. Sabia que no podía dormir bien temiendo que algo pasara. Cerró los ojos solo prometiendo cerrarlos un rato.

La pequeña puerta detrás de un gran mural se abrió dándole paso a un hombre de pequeña estatura y rasgos de rata. Ginny lo reconoció inmediatamente. Peter Pettigrew, la miraba con sus ojos fríos llevando con el una bandeja.

-Te traje tu comida, niña-dijo el hombre acercándose tímidamente hasta ella. Ginny ni lo miro. La rata dejo una bandeja sobre el suelo, en la que se veía una masa blanca que parecía ser cereales con leche. Ginny contuvo las ganas que tenia de vomitar al ver semejante plato.

-No gracias, Scabbers-le dijo provocando que el pequeño hombre se alejara un poco de ella.

-¿Scabbers?-le preguntó-Scabbers dejo de existir hace mucho tiempo, niña.

-¿Estas seguro?-le preguntó Ginny viéndolo con asco-Para mi sigues siendo la misma rata de siempre-le dijo furiosa-La misma rata que dormía en una casa cómodamente mientras Sirius estaba en Azkabán, pagando por algo que nunca hizo…-le dijo pero no pudo terminar porque Pettigrew le dio una cachetada con fuerza.

-¿Qué sabes vos de eso, ¿Crees que Sirius era un santo?-le dijo enojado. Ginny nunca creyó que pudiera mantenerse en pie por la forma en que temblaba-No sabes lo que era vivir a la sombra de Sirius y James durante todos mis años de colegio.

-¿Y eso merecía la muerte, seguro que si la situación hubiera sido al revés, ellos hubieran preferido morir a entregar a un amigo-le dijo Ginny, aun mirándolo con asco.

-¿Qué sabes si no los conocías?-le pregunto la rata.

-A James no lo conocí, pero a Sirius si, y el era la persona más leal que…-pero se vio interrumpida.

-Si, leal-dijo sarcástico-seguro que por eso quiso matarme, ¿no?

-TE QUISO MATAR PORQUE VOS MATASTE A LOS PADRES DE HARRY PRIMERO.

Pettigrew la miro por un rato. Negó con la cabeza y se sentó alejado de Ginny mirando algún punto perdido en la oscura habitación. Ginny lo vio con bronca, agradeció tener a sus amigos. Ellos nunca me harían lo que el les hizo a James y Sirius, pensó con seguridad. Entonces recordó su primer año, y todo lo que había pasado. Ella podría haberlos lastimado, llego incluso a herir a Collin indirectamente, claro. Todavía mirando a Pettigrew recordó su primera charla con su mejor amigo.

Entro con cuidado a enfermería. Sabía que si Madame Pomfrey la veía la retaría, pero no le importaba, quería…más bien necesitaba pedir perdón.

Hermione estaba acostada en una cama cerca de la ventana leyendo un libro que Ginny reconoció como Historia de Hogwarts. Se acerco sigilosamente a la cama.

-Disculpa, Hermione-le dijo con casi nada de voz. La castaña bajo el libro y la vio allí parada.

-¿Qué paso, Ginny?-pregunto.

-Quiero pedirte perdón por lo que te paso, todo es mi culpa, yo se que Harry no va a decir nada, pero fui ya la que abrí la cámara, soy yo la culpable-dijo ya dejando las lagrimas, que le golpeaban el pecho, salir con furia.

-Oh, Ginny-Hermione se sentó bien en la cama y le dio un tierno abrazo-Tranquila…ya paso…yo estoy bien…y no fue tu culpa-le dijo abrazándola. Pero Ginny no se convenció. Estuvo un rato con ella, hasta que escucho un estornudo del otro lado de la cortina.

-¿Quién esta allí?-le pregunto a Hermione.

-Collin Creveey… ¿lo conoces?-le pregunto la castaña. Ginny asintió con la cabeza. Collin Creveey era un compañero suyo, de su propia casa, con el que solo había intercambiado unas cuantas palabras, las mayoría sobre Harry. Miro a Hermione como pidiendo permiso y se alejo para ver a su compañero.

-Hola-le dijo al verlo allí mirando unas fotografías.

-Hola… ¿Ginny es tu nombre verdad?-le pregunto despacio para no ser escuchado.

-Si, soy Ginny Weasley-le dijo acercándose despacio a la cama del chico.

-Mucho gusto-le dijo dándole la mano-Soy Collin Ezequiel Creveey. Pero prefiero solo Collin-le dijo al tiempo que volvía a ver las fotos.

Ginny se quedo mirándolo en un incomodo silencio para su gusto, pero el chico no parecía estarlo.

-Eh…Collin…-dijo llamando su atención.

-¿Si?-le pregunto el.

-Quería…yo quería…bueno, pedirte perdón…-le dijo sonrojándose al extremo-lo que te paso…bueno lo de tu petrificación…bueno fue mi culpa…yo tengo la culpa.

-¿Vos? ¿Segura?-pregunto el chico como analizándola con la vista.-No creo…

-Si, fui yo…yo se que estuve mal…pero en realidad no era yo…yo, este…era…-dijo, pero no sabia que más decir ¿Cómo le decís a alguien que el Innombrable te poseyó?, se pregunto pero no dijo nada.

-Esta bien-dijo Collin asustándola un poco-te perdono.

Ginny se quedo mirándolo entre sin entender y un enorme alivio. Por un momento pensó que el chico comenzaría a gritarle con furia.

-Gracias, yo…-pero Collin la interrumpió.

-¿Quieres ver las fotos que tome de mi familia?-dijo mostrándoselas.

-Si, claro-dijo Ginny sonriendo. Se acerco sentándose junto a el y miro las fotos divertida, mientras el chico le explicaba quienes aparecían y que estaban haciendo. Aunque Ginny encontró extraño que las imágenes no se muevan, eso poco le importo. Estaba por primera vez desde que entro a Hogwarts sintiéndose cómoda con alguien. Quizás, solo quizás, logremos ser amigos, pensó con una sonrisa. Mientras se reía de la explicación de su nuevo amigo sobre lo que era un calefón.

Luego de un rato, se dio cuenta que Pettigrew la estaba mirando. Ginny le devolvió la mirada con furia lista para volver a gritarle sobre Sirius.

-No era tarde, si pedías perdón Sirius te hubiera perdonado-le dijo ahora tranquila.

-Si, seguro mandándome a Azkabán-le dijo dejando salir un gran suspiro.

-ES LO MENOS QUE MERECES POR HACER LO QUE HICISTE-le grito ya fuera de si.

-No sabes nada niña, mejor come-le dijo acercándole el plato de comida.Pero Ginny pateo el plato haciendo caer todo.

-PREFIERO MASTICAR BARRO A COMER ESA PORQUERIA-grito furiosa, e intentando golpearlo a el con patadas. Pettigrew la miro negando con la cabeza, y finalmente pareció tener control sobre lo que hacia allí.

-Se acabo-le dijo sacando de su túnica la varita. Ginny se quedo quieta mirándolo, no quería mostrarle miedo.

-¿Acaso la sabes usar?-le pregunto. El retrocedió un poco, pero después levanto la varita apuntándola.

-¿Querés ver?...CRUCCIO-dijo mirándola con el ceño fruncido. Ginny vio un rayo salir de la varita y golpearle el centro del pecho. Sintió como si mil espadas se le clavaran en el cuerpo, y una vez clavadas comenzaban a moverse dentro de su cuerpo.Ginny grito del dolor al tiempo que unas lágrimas salían de sus ojos.

-Ni siquiera sabes hacer un buen Cruccio-dijo una voz que estremeció a Ginny. Abrió los ojos ahora toda tirada en el suelo, y miro a Lord Voldemort mirándola fijamente.-No sufrió nada comparado con lo que le hubiera hecho una maldición mía.

-Eh…este…señor…yo…-empezó Pettigrew.

-Calla-le ordenó su amo-¿Ya hiciste lo que te pedí?-pregunto sin mirarlo.

-Eh…este…todavía no., amo-le respondió arrepentido.

-PUES HAZLO YA-grito enojado y mirándolo por primera vez desde que entro.

-Si, Señor- Pettigrew se acerco a Ginny que seguía aun en el suelo y le sujeto la muñeca. Saco del bolsillo un cuchillo de corta daga y lo miro detenidamente.

-¿Qué…que vas a hacer con e-eso?-pregunto Ginny, pero no tuvo tiempo de separarse de la rata. Primero porque su cuerpo no tenía las suficientes energías, y segundo porque Pettigrew estaba cortando con el cuchillo la palma de su mano. Ginny grito del dolor.

Vio a Pettigrew sacar una botellita pequeña y guardar algo de sangre en ella. Cuando creyó que era suficiente la tapo con un corcho y se alejo en dirección a Voldemort. Le tendió la botellita, y el hombre alto la sujeto con unos finos dedos.

-¿Qué van a hacer con eso?-pregunto Ginny apretando la palma de la mano contra su túnica para que dejara de sangrar.

-Trae el collar, Peter-le ordeno Voldemort a su asistente. El hombre-rata camino hasta Ginny que se alejo de el lo más que pudo hasta dar con la pared. Ginny choco con la pared, al tiempo que Pettigrew le arrancaba del cuello el colgante que Hagrid le había regalado.

-Eso es mío-dijo celosa de sus cosas.

-Ahí te equivocas pequeña-le dijo Voldemort.-Me pertenece a mi-Ginny abrió los ojos lo más que pudo.

-Aquí tiene mi Señor-le dijo Peter entregándole el colgante.

Voldemort lo miro por un rato y luego frunció el ceño furioso.

-¿QUE ES ESTO PETER?-grito furioso.

-El colgante que me pidió…

-¡NO, este es otro…no es el que te di-le dijo.

-¿Señor?...yo no entiendo-dijo Pettigrew arrodillándose y comenzando a temblar.

-ESTUPIDA RATA-grito Voldemort al tiempo que sacaba su varita y lo apuntaba-VAS A APRENDER LO QUE ES UN CRUCCIO….CRUCCIO-grito. Ginny cerró los ojos, no podía ver. Suficiente era con escuchar los gritos de dolor de Pettigrew para saber que ella no quería lo mismo.

Al rato se hizo el silencio. Escuchaba solo la agitada voz de la rata de Peter Pettigrew quejarse del dolor.

-En realidad no lo siento, mi niña-la obligó a abrir los ojos. Ginny lo hizo lentamente con lágrimas en los ojos, pensando que ahora era su fin. Voldemort le apunto el pecho con la varita.-DESMANIUS.

Ginny sintió una ráfaga helada recorrerle el cuerpo y cayo inconsciente.

Este capítulo es medio triste y bastante personal, pero espero que igual les guste, me ayudo mucho que no estaba en uno de mis mejores momentos cuando los escribí, aunque realmente me sea difícil escribir momentos y sentimientos tristes, prometo que a partir del próximo capitulo las cosas mejoran.

Creo también que quedo claro: odio, repito odio a la maldita rata de Pettigrew. Es insoportable, será que yo soy capaz de dar todo por mis amigos que nunca haría una cosa así, menos jugar con sus vidas. Lo único que espero es que Lupin lo mate o por lo menos lo mande a Azkabán.

El capitulo que viene Ginny esta de vuelta en Hogwarts, así que las cosas mejoran. Para los que no entendieron la parte del colgante les va esta pequeña explicación: Hagrid le regalo, anticipadamente un colgante en forma de sol a Ginny para su cumpleaños, que seguramente lo consiguió de algún lugar estratégicamente colocado allí por Voldemort, pero parece ser que Pettigrew hizo algo mal lo que ocasiono que no fuera el mismo colgante.

Ahora si los dejo. Dejen sus reviews please. La próxima si, prometo contestar reviews…YOGINNY