Hola

Gracias a todos los que alguna vez se han parado a leer mi fic y bienvenido a todo aquel que lo esté leyendo ahora por primera vez. Me había quedado estancada en el capítulo 5 pero aqui vuelvo con el 6

Espero que os guste


Capítulo 6: Kayla investiga.

El olor a moho de las paredes se quedaba impregnado en la túnica de la chica mientras se dirigía a la celda más oscura de todo el castillo. "¿Snape no se podía buscar un sitio mejor?" se preguntó. Mientras desciende la escalinata se percata de que no hay más alumnos a su alrededor y continua su camino extrañada. "¿Qué le ha pasado a todo el mundo? Acaso… ¿Llego tarde?" Sus músculos se tensaron y un sudor frío recorre su espalda provocándole escalofríos. Kayla corre escaleras abajo y comprueba que la destartalada puerta que lleva al aula de pociones está cerrada. Alargó el brazo, temblando, deseando haberse equivocado y esperando los gritos, burlas y resto de humillaciones por parte del peor de los profesores. Su mano está en el picaporte, lo gira…

-¡Kayla despierta! Estás teniendo una pesadilla – una de sus compañeras se había acercado al borde de su cama y le agitaba levemente para que despertara y saliera de aquel horrible sueño – ¿Se puede saber que soñabas?
-Snape… - la chica miró asombrada a Kayla que empapada en sudor intentaba incorporarse en la cama con cierta dificultad – hoy… llegaba tarde a clase.
-¿Quién¿Snape? – preguntó la chica mirando al resto de sus compañeras que susurraban algo que no podía escuchar – Quizá sea una premonición y podemos retrasarnos un poquito.
-No, Snape no. Yo llegaba tarde a clase. –
-¿Y has tenido una pesadilla? Y eso que estamos en el primer día ¡Que estrés! Gracias a Merlín que no sigo en esa asignatura. – la chica se levantó de la cama y cogió su túnica – Levántate ya o se hará realidad.

Cuando se hubo quedado sola en la habitación, Kayla salió de la cama y se vistió lentamente. Tenía el estómago revuelto y no sentía ganas de ir a desayunar pero sabía que luego se arrepentiría así que procuró darse prisa. "Si realmente Snape me tiene tan atormentada ¿por qué demonios sigo yendo a su clase este año?" La maleta estaba a unos pasos de distancia, sacó las alianzas del bolsillo de su túnica donde las había dejado ayer después de su encuentro con Misha y las metió en la maleta que se colgó al hombro. Sin darse cuenta había llegado al pasillo del retrato de la Señora Gorda y se encontraba caminando hacia el Gran Comedor. Como era de esperar, a esa hora las mesas estaban repletas de alumnos hambrientos que devoraban ferozmente sus desayunos. De lejos pudo divisar donde se encontraba Alex pero al acercarse vio que su amigo Bobby estaba a su lado así que, sin que se notase demasiado, se giró a donde estaba Joel y se sentó a su lado. Pero justo en ese instante Alex había levantado la mirada percatándose de todo lo que estaba pasando. El chico se levantó y con la excusa de que tenía que ir a clase de Snape con Kayla y Joel se despidió de Bobby que pronto hubo limpiado el plato de comida y se dirigió a la puerta donde se encontró con Marcus. La chica, que había estado mirando la escena en todo momento por el rabillo de ojo, se giró para seguir la conversación que Joel intentaba mantener con ella mientras Alex se acercaba. Por un momento parecía dirigirse hacia la salida para encontrarse con sus amigos pero, para su sorpresa, se dejo caer al lado de Kayla pasándole un brazo por los hombros.

- Buenos días parejita. – Alex saludó a sus dos amigos - ¿Preparados para una sesión doble de Pociones?
- Eso es pan comido. Snape es un corderito a mis pies - dijo inflando el pecho. Alex notó que los músculos de Kayla se tensaron al oir el nombre de Snape.
- Si, esto... va a ser super divertido. - miró al suelo sin saber que decir.
- Nosotros haremos que pases las mejores dos horas de tu vida ¿verdad que sí Joel? - Alex que seguía rodeando los hombros de Kayla la atrajo hasta él.
- Por supuesto. Ya verás lo que tengo preparado bajo la manga. - Joel le guiñó un ojo a Alex antes de que Kayla pudiera reaccionar y darse cuenta.
- ¿Qué... qué vais a hacer vosotros dos? - pregunto entre asustada y curiosa mirando a cada uno de ellos.
- Será una sorpresa ¿no? - a Joel parecía divertirle a situación - Sera un verdadero espectáculo. – una sonrisa le recorría de lado a lado la cara - Es para que Snape sepa que los empollones seguimos siendo los mejores Gryffindor.- Dicho esto le dio un beso en la mejilla a Kayla y se levantó de la mesa. - Voy a reunirme con Marcus ¿nos vemos en clase?
- Esto… vale – Kayla se quedó mirando casi ida como salía Alex del comedor y luego miró a Joel con el ceño fruncido - ¿Qué creéis que vais a hacer? No el primer día, no con Snape.
- Tranquilízate pequeña, se hará lo que se tenga que hacer. – Joel se levantó y se giró para ir hacia la puerta – ¿No vienes? Vamos a llegar tarde.

Esas palabras actuaron sobre Kayla como un resorte y se levantó corriendo. Ese sueño no se podía cumplir. Caminaba por los pasillos lo más rápido que podía sin tener en cuenta los continuos quejidos de su amigo que le gritaba que se esperara por él. Pronto comenzó a notar que el aire viciado del interior más oscuro del castillo donde se encontraba el aula de pociones le llenaba los pulmones. "Definitivamente esto no es sano" pensaba mientras corría escaleras abajo rodeada de otros alumnos esta vez e intentando respirar ese aire corrompido lo menos posible. Llegó a la puerta del aula y pudo comprobar que muchos ya estaban ocupados por sus compañeros y optó por esconderse en uno de los rincones de la clase para pasar desapercibida ante las miradas de Snape y el resto da los alumnos. Desde allí vio entrar a Joel y Alex junto a Marcus que se sentaron en las filas de adelante sin fijarse en ella. Pronto comprobó que todos estaban ya en su sitio. Con su habitual portazo, Snape se encaminó hacia la parte delantera del aula, ahora sumida en el más profundo de los silencios, donde se giró con tal ímpetu que su capa volvió a realizar ese sonido que tanto le caracterizaba.

-Veo demasiadas caras conocidas por aquí – dijo con su voz profunda y casi susurrante – Y no precisamente bienvenidas. Vaya, me alegro de verle Señor Potter. Es inevitable pensar que pueda haber una cierta relación con ser usted quien es y el hecho de verle por aquí¿o acaso me equivoco? – por detrás podía oírse la risita de Malfoy ante la sugerencia del Profesor Snape.
-No se de que está hablando Profesor – Harry le miraba directamente a los ojos.
-Pues quizá deberíamos repasar sus notas del curso anterior y así refrescarle la memoria – la risa de los Slytherin se hacía cada vez más sonora mientras Snape rebuscaba entre sus papeles. Todos a excepción de Marcus se habían girado para seguir la conversación.
-No creo que eso sea necesario Profesor – intervino Hermione intentando que todo quedara allí. Harry parecía bastante furioso. – Harry ha aprobado con Excelente su TIMO en pociones y por eso está aquí…
-Creo que eso es evidente Señorita Granger. Lo que no es tan evidente es porque ha abierto usted la boca para meterse donde no la llamaban. Diez puntos menos para Gryffindor. – y se giró dejando a una Hermione sorprendida y un Harry furioso tras de si. – Estos cursos serán vuestra preparación para los EXTASIS y si habéis llegado aquí, lo que en algunos casos me sorprende, ya no os podéis quedar atrás porque ninguno de mis alumnos para los EXTASIS ha suspendido. Lo primero que haremos será dividiros por parejas. Pero tenéis que saber un detalle importante. Cada error que cometa vuestra pareja será considerado un error vuestro y, por lo tanto, os restará puntos. Ahora os asignare a vuestro compañero. Señor Mallfoy, usted con el señor Günter, Potter y Granger, Sauer con Ares, Hamasaki… Digame Señor Malfoy, - Draco había levantado la mano nada más oir el apellido de Misha.
-Me gustaría proponer un compañero para la Señorita Hamasaki – dijo con una maléfica sonrisa y un horrible brillo en sus ojos grises mientras que Misha le miraba entre furiosa y asqueada.
-Callate Malfoy – le dijo ella casi en un susurro lo que afianzó la sonrisa del chico.
-Continúe – Snape disfrutaba visiblemente a pesar de ser ambos de la misma casa se podía ver quien era su favorito.
-Bueno, mi propuesta es que la pareja de la Señorita Hamasaki sea la Gryffindor Williams – al oír su apellido, Kayla dio un saltito en su silla. Notó como todos los ojos de la clase se posaban el ella escondida en su esquina, algunos como los de Alex, Joel o, incluso, Marcus con preocupación, otros con curiosidad. Los ojos de Misha seguían clavados en Draco como intentando matarle con ellos. -¿La antisocial Williams? –dijo entonces girándose hacia ella - No creo que sea adecuado, una Gryffindor y sangre…
-Estoy convencido que ayudara a afianzar los lazos de unión entre las casas, como nos ha pedido el Sombrero estos últimos años. – el brillo en los ojos de Malfoy se hacía cada vez más intenso y Snape parecía indeciso pero dispuesto a seguirle el juego.
-Entones… ¿cree usted que esto ayudará a cumplir los deseos del Sombrero? – preguntó muy seriamente.
-¡Por supuesto que no! – grito Misha en un último intento de librarse de aquello.
-No le he preguntado a usted. ¿Señor Malfoy?
-…- Malfoy dirigió hacia Misha sus ojos frios y grises y respondió – Por supuesto que sí, Señor.
-Muy bien, Hamasaki y Williams juntas – Kayla estaba rígida en su silla bajo la atenta mirada de Alex. Cuando acabó de asignar las parejas, Snape apuntó los deberes para la siguiente clase en la pizarra y dio por terminada la clase bastante antes de lo que esperaban. – Qué esto no sirva de precedente- dijo mientras los alumnos salían del aula. Kayla ya subía por las escaleras cuando sintió que alguien tiraba de su brazo con fuerza y la llevaba a un rincón empujándola contra la pared. Al levantar la los ojos hacia su atacante pudo ver a Misha cruzada de brazos, altiva y muy furiosa.
-Te lo advierto Williams. Como cometas el más mínimo error me las pagaras muy caro.
-¿Cómo estas tan segura de que no serás tú la que falle? –preguntó Kayla dejando escapar el sentimiento de rabia que la embargaba.
-¿Fallar yo? – rió falsamente y se acercó un poco más a Kayla – No llegará el día en el que me veas fallar maldita sangre su… -¡Déjala en paz Hamasaki! – la voz de Joel salió de detrás de Misha que se giró sobre si misma para no darle la espalda. Por encima del hombro de la chica, Kayla pudo ver a Joel acompañada por Alex.
-¡Oh, tus caballeros andantes! – dijo sarcástica – Yo no le estaba haciendo nada a vuestra princesita. Sólo estábamos hablando ¿verdad Williams? – y miró a la chica sin girarse del todo esperando una respuesta.
-Si, sólo hablábamos – dijo Kayla en voz queda.
-¿Lo veis?
-Más te vale. – respondió Joel mientras Alex miraba a Kayla sin pronunciar una sola palabra. Cuando Misha se alejó, los dos chicos caminaron hacia la chica que tenía una expresión de odio profundo.
-¿Estás bien? – preguntó Alex a su lado.
-No podría estar mejor. Vamos o llegaremos tarde.

El resto del día discurrió con normalidad a pesar de las montañas y montañas de deberes que ya tenían sólo con dos días de clase. La Profesora McGonagall les había mandado a escribir una redacción de metro y medio sobre los efectos de un hechizo de transformación en cuchara mal realizado sobre pequeños mamíferos. Buscar información les llevó a los alumnos de sexto curso la mayor parte de lo que les restaba de tarde y Kayla, Joel y Alex estuvieron encerrados en la biblioteca mirando entre pilas de libros que Joel había seleccionado. Después de la cena, los tres chicos subieron a la sala común y se sentaron en una de las mesas que no estaba ocupada para terminar el trabajo. Pronto la sala se fue vaciando hasta que sólo quedaron un par de alumnos a parte de ellos. Agotada, Kayla se sentó en uno de los grandes sillones frente a la chimenea y Alex la siguió desplomándose a su lado. Joel por su parte se despidió de sus amigos y subió a la habitación. Pronto Alex se percató que solo quedaban ellos dos en toda la sala. De pronto, Kayla se levantó como picada por una aguja y corrió hacia su maleta, sacó algo y volvió al sofá.

-Tenía pensado dártelas esta mañana pero con lo de la clase de pociones se me ha olvidado todo - dijo ella aún disgustada.
-¡Es verdad! - la miró con una sonrisa maliciosa - en realidad iba a decirte que me había olvidado de ellas, pero mentiría - y se poso a reír. Alex las tomó en su mano e intentó atarse la cadena al cuello. Pero por más que lo intentaba no conseguía abrir el broche porque sus uñas estaban muy cortas. Kayla comenzaba a ponerse de los nervios viendo a Alex, así que se colocó mirándole de frente, llevando sus manos hacia las del chico rodeando su cuello con los brazos y acercándose a él intentó abrocharle la cadena.
-Déjame... déjame a mi - dijo ella un poco nerviosa por la situación. Alex apartó las manos lo suficiente para dejarle espacio a Kayla pero suficientemente cerca para sentir las manos de la chica moverse. Un cosquilleo recorrió todo el cuerpo de Alex y casi pudo sentir el calor de Kayla. Ella logró por fin su objetivo pero no apartaba sus manos de la nuca del chico quedando los dos prendidos un momento. La respiración de Alex se aceleraba y, como si estuviera siendo movido por unas manos invisibles, casi contra su voluntad, se fue acercando más a ella. Estaba ya tan cerca que sus labios se rozaban pero, de repente, un ruido en las escaleras a su espalda hizo que Alex se separara bruscamente y, acto seguido, carraspeara sonoramente.
-Creo que tienes lago en el ojo... - la miró profundamente - ¡tienes la pupila! - y se echó a reír para sacarle importancia.
-Esto... si jeje - Kayla miró por encima del hombro del chico hacia las escaleras - Erm... si, que ya está. Ya te lo abroché.
-Gracias, hasta en eso eres la mejor ¿nos vamos?
-Si, Voy a recoger mis cosas.


Bueno solo queda decir que dejeis algún comment del tipo que sea
Kisses