Capítulo 2

-Hermoso. Hermoso en verdad.

En el número 17 de Cockford Place, Lily Evans, Dominique Ferrarela, y Annelise Windsor, y su recién conocida Valeria Montebello se detuvieron a admirar horas de esfuerzo. Realmente había valido la pena. La casa era pequeña y acogedora aunque espaciosa, lo cual permitió a las chicas acomodar sus cosas sin inconvenientes.

Todo armonizaba. Las paredes pintadas de lila pálido le daban a la casa un aspecto confortable y relajador. En los cuartos el inmobiliario era blanco, y cada una había colocado un jarrón de claveles rosas pálidos, encimas de sus burós. Perfecto.

-Yo me voy a dar una merecida ducha-exclamó Annelise.

-Date pronto, ¡que sigo yo!-dijo Valeria de buen humor, antes de la castaña melena de Annelise desapareciera detrás de la puerta.

Lily se dejó caer en su cama llena de suaves cojines en tonos pálidos, mientras veía a sus amigas ir y venir. Todas estaban muy emocionadas. Cerró los ojos mientras se felicitaba por haber llegado hasta allí, junto con sus dos mejores amigas, Dominique y Annelise. Valeria también parecía muy buena gente. Era argentina, e iba a estudiar medicina igual que Annelise. Sabía que se harían buenas amigas. Era bajita, esbelta, con el cabello rubio largísimo. Tenía unos bellos ojos verdes, en los que brillaban inteligencia y simpatía. La verdad era muy linda.

Después de que descansó un poco el cuerpo, se levantó y sacó la ropa que iba a ponerse esa tarde. Vería si sus amigas querían salir.

Se miró en el espejo y frunció un poco la nariz al ver su aspecto. Tenía el cabello recogido de cualquier manera en lo alto de la cabeza. La cara sudorosa y ligeramente sonrosada. Necesitaba un baño. Sacó de su closet un top negro strapless y unos ajustados capris también negros a la cadera. Como el top tenia algunas rayitas blancas, sacó un correa blanca con púas de metal, una bufanda gris y sus Converse negros. Como complemento, unas argollas y pulseras plateadas. Un look desenfadado, igual que sus planes para esa noche.

-¡Dominique, Valeria!- les gritó- ¿Salimos esta noche?

-Ya me estaba preguntando si querías salir- le replicó Dominique.

-Ese outfit se ve muy trendy, Lily,- comentó Valeria- Te debe quedar divino.

-¿Tu crees? Quiero salir.

-¿Por qué no vamos a Ozone?-sugirió Dominique, refiriéndose al moderno y exclusivo night club juvenil.

-Fabulosa idea. -corroboró Lily.- Pero son solo las cinco.

-Podemos ir al cine.-dijo Valeria

-¡Estupendo! Vamos al cine y luego terminamos la noche en Ozone. De aquí a cuando terminemos de vestirnos, ya serán casi las 7:30 para ser sinceras. –añadió al ver las caras de incredulidad.- Salimos del cine a eso de las once y luego ya saben.

-Me parece bien-exclamó Valeria- No he salido a bailar desde que me gradué… que fue la primera vez que fui a un night club.

-Queeee?

-Pues sí. En Argentina son mas encerrados…

-Pues hoy saldrás.-dijo Lily- Ozone te encantará.

-¿Y los chicos?-preguntó Lily con una cara de picardía

-Estupendos.- contestó Lily- ¿No es cierto, Dominique?

-Mmm…

Dominique, pensó Valeria, aunque agradable, era muy reservada. Según le había contado Annelise, era de ascendencia italiana, lo cual confirman su figura mediterránea y sus pómulos altos y marcados.

Era bellísima. Esbelta, con cabello ondulado muy negro y una piel lozana y juvenil. Poseía los ojos más extraordinarios que Valeria jamás había visto: de un tono violeta muy discreto, pero que brillaban como centellas, enmarcados por largas y espesas pestañas. Era una mirada cautivadora y hechizante.

Pero había algo, algo que Valeria no sabía y que era evidente que Dominique lo resguardaba muy bien, no podía dejar de pasarle desapercibido. Decidió que algún día cuando entraran en confianza, le preguntaría.

Por ahora, sólo iba a divertirse con sus nuevas amigas.