Capítulo 3
Llegaron al cine tarde. La película tenía cinco minutos comenzada. Sirius fue el primero que llegó a la puerta, y se dirigió a una de las últimas filas.
-Gracias a Dios- exclamó- A tiempo
-¿Después de cinco minutos?- cuestionó Remus – Estaban parados delante de sus asientos, esperando a que James, que cargaba con la enorme responsabilidad de cargar tres baldes gigantes de palomitas de maíz, se reuniese con ellos.
-¿Pueden hacer el favor de sentarse?-suplicó una castaña detrás de ellos
-Ah, claro. Disculpa- contestó James, desplegando una sonrisa de esas suyas que compraba a cualquiera.
Sin razón, una pelirroja entornó los parpados, no antes sin mirarlo mal. Tomó asiento antes de que le dijese algo desagradable.
-Palomitas- exigió Sirius. James le pasó un balde a cada uno
-Soda-pidió James. Sirius le dio cada uno sus vasos
-Aquí están los dulces para cuando los quieran-dijo Remus
-Espero que no te comas todos los chocolates antes de tiempo-le dijo Sirius sin ánimos mirándolo de reojo- Solo bromeaba- aclaró, al verlo sonrojado. Se oyó un profundo suspiro detrás de ellos. Era la pelirroja. Los chicos decidieron callarse.
Se comieron todo lo que habían comprado. Cuando la película ya no estaba en lo mejor, por así decirlo, James y Sirius comenzaron a bromear y a reírse por todo. Remus intentó callarlos varias veces, sin ningún éxito. Como a los diez minutos, la pelirroja topó sin ceremonias el hombro de James insistentemente.
-¿Pa que soy buena guapa?-preguntó James con su mejor sonrisa
-Nos harían un gran favor si se callaran. Queremos ver la película.
-Ah, por supuesto. Lo siento.
Si la pelirroja creía que se iba a librar tan fácilmente de él, estaba muy equivocada. Era muy bella, se fijó una vez que la miró fijamente. Tenía una brillante mata de espeso y lacio cabello rojo que le llegaba a la altura de los pechos (mejor no se fijaba mucho ahí, por que podía babear al ver el volumen de ellos y no le convenía hacer el ridículo ahí mismo). Tenía unos almendrados ojos ¿verdes? No pudo fijarse muy bien debido a la oscuridad. Nariz respingoncita y altiva. Unos labios carnosos, y llenos, y rojos, y… eso.
Le secreteó algo a Sirius y Sirius a Remus. Se pusieron los tres de pie.
"¡Por fin!"-pensó Lily- ''Me libraré de este odioso y de sus dos amigotes"
ERROR. Craso error. No hicieron si no sentarse detrás de ellas. ''Maldición! "
Notó que el chico era alto y fornido. Bueno, sus dos amigos también lo eran, pero el parecía el más atlético de los tres. Tenía un cabello negro como noche sin luna y lo llevaba parado de cualquier forma. Y tenía tremendo cuerpazo. Y que trasero… Pero bueno¿a ella que le pasaba? No le importaba lo más mínimo como se viera el tipo, se reprendió mentalmente mientras miraba de nuevo hacia la pantalla. No le importaba que tan fabuloso, maravilloso, espléndido… tuviese el cuerpo. Por no mencionar los dos hoyuelos que se le hacían al sonreír con esa sonrisa…
-No sé tu, Sirius, pero opino que la pelirroja es la más guapa.-lo oyó decir detrás de ella- Tiene carácter.
-La morena también.- dijo Sirius- Me parece la más guapa. Espero que sea simpática.
-No puedo esperar a descubrir si la pelirroja lo es.
-Tu pelirroja ha dado indicios de no ser precisamente amabilísima, pero me parece que estas tan embobado con ella que no te enteras.
-Sirius…
-Les pediré que guarden sus juicios tontos- replicó Lily molesta- Y quiero que sepan de una buena vez que nosotras no salimos con imbéciles.
-Estupendo, encima brillantes. Te ruego, pelirroja mía, que me dediques tu noche entonces.
-Te crees muy listo ¿verdad?-espetó Lily- Permíteme sacarte de tu aberración.
-Vamos, Lily, imagina que no están ahí.- dijo Valeria
-¡Latina!-exclamó Sirius, al notar su acento- Me encantan.
Valeria hizo como que no oyó.
-Tal vez podemos quedar- continuo Sirius- Pero solo después de que salga con tu amiga la morena.
En ese momento, Dominique lo miró con unos hechizantes ojos, de lo más extraordinarios que había visto en toda su vida. ¿De que color? No se notaba muy bien. Parecían violetas. Pero el frío que se reflejó en ellos le congeló la expresión de idolatría que tenía al instante. ¿Una princesa de hielo? Se negaba a creerlo. Se negaba a creer que esa cara tan preciosa y esos ojos tan increíbles le podían pertenecer a tan fría dueña. Decidió atribuirle a la situación su expresión, y la suya propia se relajó.
-Me parece que si te empeñas en salir con ella hoy, esta noche te quedarás más solo que un huerfanito en Navidad, amigo mío.- le advirtió James
-Estoy seguro que ella le encantará salir conmigo. Y si no,- añadía al ver que su expresión no vacilaba por un instante- Siempre me queda la amiga.
-Encima machistas.-proclamó Annelise.
-Vamos, jóvenes.-dijo James- No vayan por ahí haciendo malos juicios de la gente. Eso no es sano.
-Ustedes empezaron, por si se te olvidó-gruñó lily
-Pero ya, no te enojes, pelirrojita.-se rió James.- Eres muy linda, y si peleas mucho, te arrugas.
-¡No me llames pelirrojita! Tú tienes un enorme cabezón y yo no lo me mencionado.
Remus y Sirius explotaron en carcajadas, haciendo que mucha gente en la sala volteara a verlos. James sonrió.
-No lo había notado.-dijo
-Pues te lo digo yo.
-Pero no te importa ¿verdad? Saldrás conmigo hoy¿no?
-No.
-Bueno supongo que me rendiré. Por ahora.
Les hizo una seña a sus amigos y se pusieron en pie.
-James Potter a tus pies.-dijo tomándole la mano. La retiro y se dio la vuelta para irse, cuando Lily sintió algo arrugado en su mano. Esperó a que terminara de largarse antes de abrir discretamente su puño y echar un vistazo.
J. P. 1223- 638956
24/7/365/366
-Vaya- comentó Annelise- Parece interesado.
-Ya… -replicó Lily secamente, antes de volver a cerrar el puño. Quería hacerse del dichoso papelito, pero por alguna extraña razón, algo se lo impidió. Debía estar empezando a necesitar novio ya. En cambio, intentó volver a centrarse en su película, pero no podía concentrase. Se sentía… extraña.
Después de estar sentada por media más, sin tener idea de cual fue la conclusión de la película, Lily se puso de pie y deambuló por el cine hasta llegar al Jaguar de Dominique.
-¿No es cierto, Lily?-Le preguntó en ese momento Annelise
-Perdón, no te sigo…-se disculpó
-Estas como en el aire. A lo mejor te gustó este niño Potter.-dijo por toda respuesta Annelise antes de subirse al auto.
-Oh, por supuesto.-musitó Lily sin ánimos de discutir.-Es EXACTAMENTE mi tipo-añadió con sarcasmo
-Pues no debiste rechazar su invitación-intervino Valeria con una risita
-Eso no sería muy ingles.-se rió Dominique, mientras subía al asiento de conductor.- Estos ingleses… Están todos locos.
-Siiiii… Eso lo dice que ella que ha vivido más en este país que en el suyo propio-se mofó Annelise-Eres tan inglesa como nosotras. Por tanto, estas tan loca como nosotras.-Dominique rió
-¿Ozone?-preguntó
-Dale.
-Esto está atestado.-se quejó Lily
-¡Es estupendo!-exclamó Valeria
-¡Lo mismo opino yo!- exclamó Annelise justo detrás de ella
-No puedo ni respirar-dijo Dominique sudada, a pesar del aire acondicionado
-Allí hay una mesa.
Luego de vislumbrarla, se acercaron y tomaron asiento, mientras Annelise le hacía seña a un camarero
-¿Tú que tomas, Valeria?-le preguntó antes de que llegara a su mesa.
-Un martini.
-Pues son dos martinis, un Baileys y un Cosmopolitan.-pidió Annelise por todas
-¡Que lugar más genial!-exclamo Valeria entusiasmada
-Y eso que no has ido a Mithify.-replicó Annelise.-Te encantará.
-¿Siempre viene tanta gente?-preguntó
-Bueno, por lo general siempre hay bastante gente, pero más bien se pone así cuando hay actividades.
-No escuché nada para hoy.-dijo Dominique
-Uy, nunca escuchas nada, ma chère.-replicó Annelise- Hoy es Noche de retos.
-Mmm… Eso no me huele a nada bueno-contestó la morena
-Suena interesante.-dijo Lily. En ese momento llego el camarero y cada una tomó sus bebidas.-Ah… Me hacía falta un trago de Cosmopolitan.
-Y a mí de un buen martini-dijo Annelise
-A ver¿de que trata ese asunto de la ''noche de retos"?
-Noche de retos…-dijo Annelise, soñadora. Luego de que volvió a la realidad, dijo-Van a retar a la gente a hacer una serie de cosas. O eso oí. Si no cumples, te ponen un castigo. Entre los premios hay efectivo y un show privado con una goo goo.
Valeria se fijó que el rostro de Dominique se tornaba inexpresivo. Y Valeria se calló abruptamente, con expresión de arrepentimiento.
-Con razón hay tantos chicos aquí.-dijo Lily
-Y muy guapos-chilló Valeria entusiasmada.-Ya quiero ligarme uno.
-No te lo aconsejo-razonó Dominique con una sonrisa enigmática- Casi todos los chicos que están aquí andan tras la goo goo que van a… rifar.-terminó con desdén. Hubo un pequeño silencio incómodo.
-Eh… ¿Vamos a bailar?-sugirió Lily, súbitamente muy animada. Se fijaron que estaba puesta una de sus canciones favoritas y era muy movida.
Las cuatro chicas se levantaron de su mesa y fueron al centro de la pista, arrastrando todas las miradas masculinas sobre ellas.
Dominique había decidido ponerse una mini pero muy mini de mezclilla oscura, un sexy top violeta de satén, cinturón ancho, y unos stilettos altos, que la hacían lucir como una súper modelo por lo alta que se veía. Llevaba el sedoso y largísimo cabello negro suelto, que caía graciosamente con el corte en capas que se había hecho hacía poco.
Annelise se puso unos jeans muy a la cadera y blusita de tirantitos turquesa con encaje, llevaba una bufanda de seda de varios tonos azulados con dorado en la cintura. Llevaba su cabello castaño recogido de un modo simple pero muy mono, con flequillo y varios bucles cayéndole en la cara.
Valeria se había puesto una falda por las hasta los tobillos blanca con vuelos, encajes y cintas, muy preciosa, y una blusita verde jade, que dejaba los hombros y el vientre plano y bien tonificado de la argentina a la vista. Llevaba unas sandalias planas, una pulsera de plata en los tobillos y el cabello suelto en suaves bucles. Iba maquillada muy naturalmente, lo que aumentaba su atractivo, además de que parecía haberse hecho algo para que los ojos parecieran aun más verdes.
Lily, su look medio roquero que la hacía sentir comodísima, además de que así no se cansaba tanto cuando bailaba, debido a que llevaba Converse y no tacones.
Aún así, llamaba la atención igual que sus amigas, y mientras se dirigían a la pista los chicos se quedaban mirándolas embobados por la exótica combinación que hacían.
Una vez en la pista comenzaron a moverse al son del contagioso ritmo. No estuvieron solas nada. Al minuto todas tenían pareja. Bailaron largo rato, todo cuanto sonaba. Bailaron canciones muy movidas, y otra que exigía, cierto roce y cercanía. Lily y su compañero bailaron sinuosamente hasta que la canción terminó y empezó una romántica. Lily miró al chico con que estaba bailando. Tenía el cabello oscuro y le estaba sonriendo. No podía ver sus ojos bien, por que no había tanta luz en la pista. Se le pareció de repente a James Potter. Ridículo. Sintiéndose súbitamente hastiada consigo misma, se disculpó con su pareja de baile, el cual le guiño un ojo.
-Claro, guapa- el chico se dio la vuelta
-Soy Lily.- dijo sin pensar. El chico se giró de nuevo y sonrió.
-Colin.-la miró un momento y luego sonriendo se fue.
Lily se dirigió al baño un poco ofuscada. "Tonterías" se dijo. Abrió la puerta aún medio ida de uno de los sanitarios. "No estoy pensando en él. ¿Por qué habría de hacerlo?"
Frustrada consigo misma de que un perfecto extraño, que parecía un perfecto cabeza hueca, y al que nunca volvería a ver la trastornara como nadie había hecho en mucho tiempo desde que decidió dejar de tomarse en serio a los hombres, salió del sanitario cuando una voz familiar y burlona la sacó de su ensimismamiento.
-¡Vaya¡Hasta al baño me sigue¿Acaso el baño femenino estaba muy lleno o solo me seguías inconscientemente?
-¡Tú…!
