Capítulo 4
-¿Tú?
Inmediatamente de vuelta a la realidad, se encaró con el chico que estaba invadiendo su mente desde que la dejo en el cine.
-¿Qué haces aquí?-musitó Lily-En ese momento no pudo evitar fijarse en sus ojos color caramelo, mientras que el se fijaba en los de ella que eran de un intenso verde oscuro.
-Mira a tu alrededor. La pregunta de lugar es que haces tú aquí. Este es…
-¡Coño, que mierda¡Y él también esta aquí!-chilló Lily. Se fijó en los orinales. Oh Dios. Era el baño de hombres. Sirius solo giró la cabeza, estaba inclinado frente a un orinal. Esbozo una sonrisa pícara.
-¿Me ayudas a hacer pis? Es que el médico me dijo que no levantara cosas muy pesadas, no se si me entiendes.
-Sirius…-murmuró James.
-Ah, lo siento-giró la cabeza y se oyó el sonido de un zipper cerrase, y a Sirius dirigirse hacia el lavamanos. En ese momento ella reaccionó y se preguntó que diablos hacía allí en ese baño de porquería. Se dirigió lo más tranquilamente que pudo a la puerta mientras creyó escuchar la voz de James llamándola detrás de ella. Lily se apresuró a su mesa, ya que ahí vio a las chicas.
-¿Y Valeria?
-Y se te fue la pelirroja. -rió Sirius entre dientes.-¿Estas perdiendo tu encanto, Prongs?
-¡Me la espantaste, viejo!-se quejó James antes de darle un manotazo en la cabeza
-Eh¡calmado! Que me despeinas.-se quejó Sirius
-La espantaste con tus graciosos comentarios, Padfoot.
-Sólo bromeaba. Será que no tiene sentido del humor y que tu te colaste.
-Por favor, Sirius. ¿Yo, colarme¿Cuándo me he colado yo por una mujer, Sirius?
-Déjame ver espera…-dijo Sirius empezando a hacer cálculos con los dedos, y luego soltándolos de repente en señal de rendición.-Bueno ya ves. Perdí la cuenta. Yo lo que quiero es ligarme a su amiguita, la morena.
-Muy seria para ti, Padfoot. Mejor sigue con tus rubias tontas hasta que te canses y te decidas por alguna.
-¡Que yo no me decido por ninguna! Me gustan todas. Punto.
-Claro, Sirius.
-Cállate, salgamos y déjame en paz.-gruñó Sirius
-Será mejor, que te me pones pesado.
Le dio una palmada en el hombro y se reunieron en la mesa con Remus, que acababa de llegar a la pista.
-Y este es el tranquilo Sr. Lupin.-dejó caer James
-Veo que descubriste a tu pelirroja y su corro- comentó Sirius
-¿Por qué lo dices?-pregunto inocentemente, casi esbozando una sonrisa antes de darle un sorbo a su trago.
-No pongas esa cara de quien no se entera, que te vimos bailando con la rubia petite.- dijo James-Y eso que no bailas.
-El Sr. Lupin se las ligará primero que nosotros, Prongs.- dijo Sirius- Está rápido últimamente. ¿O nosotros rezagados?
-Tú, rezagado con mujeres, jamás- rió James- Remus rápido últimamente, sí. Es que tanto tiempo controlando las hormonas, el pobre… Ya te decía yo que algún día se les rebelarían.
-Sí. Ya era hora.
-Pues sí.
-Me alegro por él.
-Y yo.
-¡No hablen de mí como si no estuviese aquí!-intervino Remus, medio cabreado
-Vamos. Estamos orgullosos de ti, Moony.
-Por favor…
-¿Por favor qué?
-Algo debo aprender yo de ti.-replicó el castaño, con media sonrisa enigmática. Los chicos hicieron un brindis silencioso, pero bastante cómplice.
-Adelante, hombre.-dijo Sirius. James asintió- Dinos¿Te gusta?
-Sirius¿lo preguntas?- dijo James y luego rió de la mirada que le lanzó Remus- ¿Ves? Es obvio.
-Ustedes son imposibles.
-Realistas-replicaron James y Sirius al unísono.
-Ufff… -dijo Remus mientras se paraba
-Y el Sr. Lupin de nuevo al ataque.- vociferó Sirius. Remus solo agitó la mano mientras se alejaba.
-Debes estar loca, cariño.- dijo Annelise
-¡No puedo creer lo que te dijo el atrevido ese!- soltó Valeria indignada, que llegó hacía ratito
-¿Y que hizo el otro?-preguntó Dominique
-¿Qué va a hacer? Bueno, ya no quiero hablar más de ello.
- ¿Y tú que, ah querida?-interrogó Annelise- Te encontré muy concentrada bailando con el amigo de los cabrones esos. El castaño.
-¿Qué con eso? Se puso a bailar conmigo…-contestó Valeria febrilmente, sonrojándose.
-Mmm… Mmm…-Lily hizo como que pensaba
-Te concederemos el beneficio de la duda¿vale?-dijo Dominique, sonriendo
-Pero no te acostumbres.
-Y hablando del diablo…-dijo Annelise
-Buenas noches, chicas.
Las cuatro chicas vieron al alto castaño parado ante su mesa mientras sonreía tranquilamente.
-¿Les molesta si les robo a su amiga un momento?-dijo
-¡Para nada!-respondió Annelise, con una gran sonrisa. Lily y Dominique solo lo miraron
-Que bien. Creo que no me quede con tu nombre la última vez.-dijo dirigiéndose a Valeria- ¿Cómo es que te llamas, guapa? Y disculpa mi descuido.
-No te preocupes. Soy Valeria Montebello.
-¿Eres española, Valeria?
-Argentina, de hecho.
-¡Vaya¿Y ustedes, damas?
-¿Te mandó el cabezón a averiguarnos, por que te consideramos el más diplomático?- preguntó Lily recelosa
-No…-respondió después de soltar una risita tenue.- Lo pregunto yo, si no es mucho pedir.
-Soy Lily Evans.
-Dominique Ferrarella.
-Y yo soy Annelise Windsor.
-Encantado.- dijo tomando sus manos y depositando un beso en cada una de ellas- Soy Remus Lupin. Mis amigos son James y Sirius. Son un poco arrogantes, pero no se lo tomen a mal, es algo genético. Son realmente excelentes. Sirius a pesar de su aspecto de gamberro es todo un genio. Ni hablar de James. Ahora, si me disculpan…-terminó ofreciéndole su brazo a Valeria. Se dirigieron a la pista y ya se estaban riendo antes de llegar.
-No puedo creerlo- dijo Lily indignada
-No pelees. ¿No ves como es el chico? -dijo Annelise soñadora- Una monada.
-Confórmate con que parece ser buena gente, al menos por ahora.-dijo Dominique antes de darse un trago de Baileys.
-Y nos encontramos de nuevo, pelirrojita.
-Tú… de nuevo
"Estoy condenada"-pensó Lily
Se le encaró. Venía acompañado de su amiguito el gracioso. Ambos llevaban camisetas ajustadas, James una Vans azul y Sirius una gris plomo que decía "I know U want me" (Sé que me quieres), y jeans que les quedaban… De acuerdo, bárbaros.
-¿Quieres bailar conmigo?-le preguntó el maldito morenazo, con una sonrisa que evocaba pecado.
-¿Tu que crees?-murmuró apenas, conteniéndose
-Sí, bueno ya se que te morías por bailar conmigo, pero tenía que hacerte la pregunta, guapa. No podía venir y simplemente llevarte a la pista.
-Ya me gustaría verte intentándolo.-siseó ella en respuesta
James se la quedó mirando. Alzó una mano, le levantó la barbilla y la deslizo hasta su mejilla, la cual acarició.
-Nunca luches contra lo inevitable
Se miraron a los ojos un instante, luego Lily alejó la mirada como avergonzada, pero solo por un segundo por que inmediatamente la alzó y lo volvió a mirar desafiante.
-Nunca lo hago.
-Sí que lo haces.
-No me juzgues. No me conoces.
-Ni tú a mí. Pero podríamos.
-Ja, claro. Además no se a que te refieres con inevitable. Se te habrá ido la olla.
-Lo sabes, es solo que no quieres reconocerlo.
-Tonterías.
-¿Eres una miedosa? No lo hubiese creído de ti, chérie.
- Ya te dije que no me conoces.
-Y ya te dije que tú tampoco me conoces.
Y se hizo el silencio.
-Vaya, es mejor que un partido de tenis.-comentó Annelise
-¿Alguien va por palomitas?-preguntó Sirius, que se había acomodado entre Dominique y Annelise, y que en ese momento sacaba la billetera.- Es que no quiero perderme de la telenovela de las 2.
Todos se quedaron callados ante el comentario, mientras intentaban no reírse, pero Annelise bufó y soltó una carcajada contagiosa que hizo a todos reír. Lily tardó casi un minuto en recuperar la compostura. Debía ser el alcohol, y el calor.
-¿Me siento?-le preguntó James a Lily. La chica lo miró y se encogió de hombros
-No hay remedio.
-Bueno, ya estamos todos.-dijo Sirius
-Una pregunta, a propósito-dijo Dominique- ¿Tú como llegaste a ese lugar que ocupas?
Sirius se inclinó hacia ella y le susurró al oído:
-Es un secreto. Pero te diría si bailas conmigo.
Dominique lo empujo ligeramente, y Sirius se fijó que su rostro era completamente inexpresivo en el momento.
-No gracias.
-Me odia tu amiga¿eh pelirrojita?-preguntó él, como quien no se entera.
-El nombre es Lily, joder, y tal vez no te odiara si tú no fueras tan…tú.
-¡Ah, vaya!-exclamó indignado el aludido- ¡Eso lo explica todo! Y como soy yo a ver.
-Arrogante y depravado.-sentenció Lily
-Bueno, te tomo lo de arrogante. ¡Discúlpame es una mal de familia¡Además no tengo la culpa de ser tan bello e inteligente¡Ni que yo lo eligiese!-terminó dramáticamente el moreno, echándose el cabello hacia atrás.
-No, pero podrías elegir la modestia.-refutó la pelirroja. El moreno gruñó.
-¿Y lo depravado¿También es de familia?-dijo Annelise irónicamente-Lástima, ya te iba a decir que me presentaras hermanos o primos.
-¿Por lo del baño? Por Dios, solo bromeaba. Además, yo no suelo coquetear con las mujeres de mis amigos hermanos.
-¿Perdón?-dijo Lily visiblemente irritada
-Diiiigo… Que no coqueteo con las chicas que les gustan a mis amigos.
-Ah…
Se hizo el silencio. Todos miraron la pista y se fijaron en Remus y Valeria que se lo pasaban de lo lindo.
-Patético-dijo Sirius, rompiendo el silencio- Ellos allí pasándolo de lo lindo y nosotros aquí discutiendo. Me parece que todos vinimos con el propósito de pasarla bien ¿no¿Que tal si toda esta gente bella, o sea nosotros, deja de pelear y se divierte entre sí?
Sin darle tiempo a reaccionar, James se puso en pie, y haló a Lily para llevarla a la pista con él.
Lily tuvo que reconocer que se lo estaba pasando fenomenal con el chico, además de que era tremendo bailarín. Lo malo era que tal vez le estuviese tomando demasiado gusto a que sus cuerpos se acoplaran tan a la perfección. Como señal no sabía si buena o mala, en ese preciso instante sonó una balada.
"Bien, Lily"-pensó para sus adentros.-"Calmada. Solo es una balada"
Pero no. ¡No podía! Le daba vergüenza colocar sus brazos alrededor de sus hombros. Sabía que se sentiría… Violenta. James la miró con cara seria y ella lo miró a su vez. Él esbozó media sonrisa y tomó sus manos suavemente.
-Sólo es una balada.-dijo. Colocó sus brazos alrededor de su cuello y pasó los suyos propios alrededor de la cintura de la chica, y la estrechó hacia su propio cuerpo. Lily sintió las mejillas calientes. Comenzaron a moverse lentamente.
Al principio, Lily estaba muy tensa, rígida, pero poco a poco se fue dejando llevar por el suave ritmo de la música y por el calor que salía del cuerpo de James. Se relajó en sus brazos y colocó su mejilla en el pecho de James, mientras sentía el suave aliento del chico sobre su otra mejilla. En ese momento pudo apreciar lo verdaderamente alto que era el chico y lo pequeña y femenina que se sentía ella a su lado. No se había dado cuenta como había llegado su nariz al cuello de él, pero sin detenerse mucho a preguntárselo, se fijó en lo bien que olía. A sándalo, a océano, a testosterona, a ¿confianza?
No supo cuanto tiempo había pasado antes de que volvieran a la realidad, ni cuanto tiempo pasaron literalmente abrazados, sin mover los pies, solo ahí palpándose el uno al otro.
-Pelirrojita, cariño, se ha terminado…-dijo James suavemente sin romper el contacto
-Ah… ¿Qué?-Lily lo soltó abruptamente como si se hubiese tornado azul y de olor fétido- ¿Me has vuelto a decir pelirrojita, cabezón de mierda¿Y cariño?-exclamó. Salió de la pista hecha una energúmena y se dirigió al baño esta vez fijándose que era el de mujeres.
-¡Pe… Lily¡Auuu!
La puerta le dio de bruces contra la cara y sintió la sangre saliendo por su nariz. Soltó un gorgidito exasperado y fue al baño de hombres.
Tomó papel y se limpió el desastre. Ya vería que esa duendecito ojos verdes le iba a traer más de un problema. Aún así, no pudo evitar sonreír frente a la expectativa. Era su nueva conquista, y apostaba a que sería un gran reto.
Salió del baño y vio un montón de gente congregada cerca de una de las tarimas. ¿Que? Pero…
-¿Qué coño crees que estas haciendo, Sirius?
