Hola de nuevo, os traigo ya el primer capítulo de la historia, después de los dos prólogos... Espero que os guste! Ciao

Resumen: Todo empezó una fría noche, cuando dos familias fueron profanadas en medio de la noche... Ahora hay dos niños que, según como termine su destino, llegarán a hacer el bien o el mal.

Dis.: Todos los personages pertenecen a la muchimillonaria J.K. Rowling XD Aunque me gustaría que fuesen míos... sólo mios jujujuju Alguno de los personages, bastantes, son mios, ya les conocereis!

Dejadme reviews, please, me hacen ilu XD juju

Aidee: Holas! Me alegro que te haya gustado. Aquí tienes otro capítulo!

Muriel Wistle: Muchas gracias!Me animais mucho con los reviews. Nos vemos!

Kisses!

Nyssa Black


"Harry Potter y el espejo negro"

El sexto curso en Hogwards

Cap. 1: Una carta inesperada

Aún era oscuro cuando cuatro o cinco lechuzas volaban en dirección a Privet Drive, silenciosos como los gatos, con pergaminos colgando de sus patas. Pasaron cerca de las chimeneas de ladrillo que coronaban las casas, todas iguales con sus jardines y garajes bien cuidados, hasta llegar a la ventana del número 4. Sus picos afilados dieron golpecitos en el cristal para despertar al joven de dieciséis años, acabados de cumplir, que se estaba poniendo las gafas para ver qué era ese ruido.

Harry se incorporó y abrió la ventana con miedo por si esas lechuzas armaban demasiado ruido y despertaban a sus tios o su primo, que a media noche se levantaba a mear.

Las cuatro lechuzas bien despiertas entraron revoloteando y se posaron al lado de la jaula de Hedwig para beber. Una de esas lechuzas, sin duda, era la de Ron. Las otras debían ser de Hermione, Hágrid, aunque la última no tenía ni idea.

Estaba desesperado por leer las cartas y saber cómo iba el tema Voldemort. Ese junio pasado había luchado contra él, junto con sus amigos y los miembros del Orden; pero ahora le habían vuelto a abandonar, como siempre, en casa de sus tios sin que pudiera saber nada. Lo que más le fastidiaba era que no podría ver nunca más a su padrino Sirius, que desapareció detrás de esa cortina negra y que, según Dumbledore, había "muerto".

Se quedó todo el verano sin ánimos para nada, incluso sus tios estaban algo ¿preocupados por él? Quién sabe. El caso es que el chico apenas comía, no salía nunca de su habitación, ni enviaba tantos "búhos" como los que ellos odiaban. Parecía que hasta los insultos no le afectaran. Pero es que el chico no tenía esperanzas para nada: su peor enemigo se había escapado por suerte y había sobrevivido, su padrino había muerto y él volvía a pasar el verano en esa casa de locos de la calle Privet.

En ver que las lechuzas empezaban a moverse con nerviosismo, abrió la jaula para que bebiesen agua, aunque Hedwig se los mirara con odio. Abrió la carta de Ron primero.

Hola Harry!
Espero que el verano no te sea una tortura. Supongo que tienes sed de noticias, pero es que no te podemos decir nada. Ultimamente las cosas por aquí van algo mal: mi padre se está hasta tarde en la oficina, no para de venir gente a casa y... bueno, es igual. Espero que no te tortures con lo que pasó en junio, no fue tu culpa! Al fin y al cabo te salvaste, y eso ya es mucho ya.
Mi padre dice que a lo mejor te puedes venir aquí en casa dentro de unos días.
Espero que te guste mi regalo, felicidades Harry!
Hasta pronto y no te hundas,
Ron Weasley

Harry no se lo podía creer: Ron veía una suerte que se hubiese salvado¿Pero a qué precio? a no poder ver a su padrino nunca más... Cada día que pasaba Ron tenía menos tacto, pero un detalle por su parte darle esperanzas para ir a La Madriguera en unos días, por lo menos se podría distraer un poco.

Pero él donde quería ir era a la casa de los Black, donde pasó sus "mejores" días, junto con la gente que quería. Pero no sabía del todo si ahora se lo pasaría bien ahí, ya que su padrino ya no estaba y esa casa estaba llena de sus recuerdos...

Meneó la cabeza para sacarse esas ideas, y abrió el paquete del regalo de Ron. Era una bolsa llena de dulces de los que siempre había compartido con su amigo. Le estaba muy agradecido, pero no tenía hambre.

Cogió el siguiente pergamino de una de las lechuzas, la más grande, la que usó Hermione. Ella era la persona más razonable de todos, pero la que menos cosas le diría.

Hola Harry,
Supongo que debes estar enfadado porqué en todo el verano no te hemos dicho nada, verdad? Pero es que no te podemos decir gran cosa. Primero porqué no nos dejan y segundo porqué no sabemos nada que tú no sepas ya.
Hace mucho que no nos vemos, espero que no crezcas tanto como Ron, porqué ya me pasa palmo y medio! Cuando abras el regalo tranquilo que ya me podrás contestar, ya lo verás. Espero que nos veamos pronto, ya sea en La Madriguera o en otro sitio.
Besos, y muchas felicidades:
Hermione Granger

¿Quién narices era este "nosotros"¿A caso Ron y Hermione volvían a estar juntos otro verano? No se lo podía ni imaginar, cada vez su rabia crecía más. Eso era como una traición! Hacia él, claro, que se tenía que estar amargado en esa maldita casa con toda su pena guardada mientras ellos se divertían juntos con los demás¿Pero de qué iba la gente en ese estúpido lugar?

Harry dio un puñetazo muy fuerte en el colchón para no hacer mucho ruido. Tenía muchas ganas de usar la magia para desfugarse un poco, pero claro, él "aún era pequeño y no podía". ¿Qué mierda era esa? Se mordió el puño para reprimir un grito de maldición y abrió el paquete de Hemione.

>Perfecto, ahora va y me regala un pergamino! Qué vendrá después, un libro de como hacer amigos? Joder...

Dejó lo que ya había abierto en un lado y siguió con el resto. Cogió el búho que debía ser de Hágrid y abrió la carta que llevaba, siempre escrita en mala letra.

Hola Harry,
Como te va todo? Aquí en Hogwards estamos muy ocupados. Yo me paso los días preparando las clases para que os puedan gustar! Dumbledore ya me avisó que no me pasara... que hiciera algo más "normal". Espero que no hagas enfadar a tus tios, aún te tienen que durar un tiempo. A ver si te gusta mi regalo, es diferente de la comida de siempre, pero si quieres te puedo enviar un poco. Felicidades!
El director ya me contó lo del pasado junio, aunque no hacía falta, ya lo sabe todo el mundo. Espero que no te deprimas mucho, tengo ganas de verte con tu sonrisa de siempre.
Espero impaciente el 1 de septiembre,hasta pronto
Rubeus Hágrid

Aunque sabía el poco tacto que tenía Hágrid, por lo menos no le deprimió más esa carta. Aunque daba a llorar... "Ya lo sabe todo el mundo" Uff! Qué descanso! "Espero que no hagas enfadar a tus tios, aún te tienen que durar un tiempo" Pues espera que no les mate antes! "Espero que no te deprimas mucho" No, tranquilo, si más bajo no puedo ir!

Dejó la carta encima de la cama con las demás antes de ponerse más nervioso y cogió el paquete. Al abrirlo, vio una preciosa pluma negra, larga y elegante. La punta había sido preparada para poderla usar para escribir. Con ella había una nota: "Es de nuestro querido hipogrifo, ya sabes. El otro día mientras dormía se la arranqué con cuidado (aunque por los pelos no me muerde...)"

Era el primer regalo de parte de su amigo medio gigante que era bastante normal, viniendo de él, claro. Lo dejó con los demás y se fue a coger la siguiente carta. No ponía quién la enviaba, pero al abrirla y ver la letra, se dio cuenta.

Querido Harry,
Como debes haber deducido, soy Dumbledore. Te envio esta carta permitiéndome el honor de felicitarte por tu cumpleaños en nombre de tu padrino, que ya no está entre nosotros. Sé que estás sufriendo, pero debes continuar adelante, luchando como hasta ahora, para conseguir lo que tanto deseas...Y sabes bien a lo que me refiero, verdad?

Harry se repitió por dentro: "Algo que deseo con todas mis fuerzas... Acabar con Voldemort!" Siguió leyendo la carta.

Espero que sigas adelante. Como ahora no tienes padrino, he pensado que alguien podría ocupar ese puesto. Sé que es imposible que nadie pueda ocupar el lugar que tenía Sirius para ti, pero espero que le aceptes. Así pues, mi regalo es un nuevo padrino, cuidamelo bien, entendido?
Nos veremos pronto
Albus Dumbledore

Harry se leyó la carta un par de veces sin acabar de entender del todo lo que había escrito. No conseguía descubrir quien sería su nuevo padrino, pero muy dentro de él, muy muy en el fondo, estaba agradecido con el director de la escuela (repito: muuuy en el fondo). Aunque su recelo y rabia hacia él crecía con los años, y ese año era mucho más fuerte su ira.

Era verdad que nadie jamás ocuparía el lugar de su padrino, pero con un poco de suerte el nuevo padrino se lo podría llevar de esa casa, ya que seguramente no era un fugitivo de la ley... Una idea pasó por la cabeza de Harry que hizo que le diera un escalofrío.

Guardó todas las cartas y regalos en el tablón desclavado y se sentó de nuevo en la cama. No tenía sueño ya. Llevaba todo el verano patiendo insomio, tan solo dormía algunas noches, acompañadas siempre de horrorosas pesadillas. Había crecido bastante, por lo menosdos palmosdesde junio, pero estaba muy delgado por no comer demasiado. Su mente también había crecido. Ya no era el chiquillo que años atrás era inocente y confiado, ahora era todo lo contrario. El sentimiento de ira, rabia, y sobretodo venganza, había hecho que madurase hasta tal punto, que se volvió frío y distante. Muchas veces se sentía como un muñeco que todos usaban a su antojo, por lo que cada vez se volvía más desconfiado. Cuando responía uan carta a sus amigos, siempre eran cortas y sin nada de emoción, palabras frías que se te clavaban como el hielo. Contestaba para no preocuparles más de lo necesario.

Su mirada también había cambiado. Ya no tenía esos dulces ojos de niño, verdes y brillantes, sinó que cada vez se le oscurecían más. Ahora ya no sonreían, tan sólo miraban más allá. Su pelo seguía sin dejarse moldear, pero había crecido mucho, le llegaba por debajo de la oreja, y por delante le tapaba los ojos. Aunque estuviese delgado, su cuerpo era de un atleta por el Quidditch, aunque ese verano había aflojado bastante. Su voz también había canviado, como la de todo adolescente, ahora la tenía grave y seca. Cada palabra que salía por sus labios, parecían dagas, aunque no siempre lo hacía malintencionado.

A ojos de muchas, Harry Potter se había vuelto un hombre, un hombre muy atractivo. Había dejado la piel de niño ese junio y ahora empezaba su nueva vida, su nueva meta en la vida: venganza.

Como sus tios le temían cada día más, sobretodo en oirle hablar y ver su mirada, le dejaban un poco más de libertad, pero seguían insultándole. Sin decirle nada a sus tios, se iba muchas noches hasta muy tarde a dar una vuelta. Volvía a las tantas y no le decían nada, preferían no meterse entre él y su varita, la que siempre llegaba consigo.

Uno de esos días, por la mañana, se había ido dando un portazo a comprarse algo de ropa. No tenía mucho dinero muggle, pero le sirvió lo suficiente como para comprarse un par de pantalones, algunas camisetas, una chaqueta buena y un par de camisas. Todo ello negro, nada de color. Realmente había canviado.

Ciertamente, Harry Potter no era un ángel. No era el niño que vivió ya. Nada de inocencia corría por sus venas. Nada.

Harry Potter ahora era un hombre. Un hombre receloso, desconfiado y frío. Para nada mostraba sus sentimientos.

No era un ángel, pero tampoco un demonio. Como dirían algunos, él estaba en medio, estaba en una especie de purgatorio del que con un sólo acto final, su destino le llevaría a un lado o a otro.

Continuará...


Ciao!