-Capítulo tres-
El castigo del traidor
-¡Traidor!.¡Escoria¡Deberías estar muerto¡Vas a pagar tu traición!-Gritaban a coro las furiosas voces de un grupo de hombres vestidos de negro, con mascaras blancas que formaban un circulo al rededor de un hombre, que tirado en el piso, hacia un esfuerzo descomunal por ponerse de pie, mientras lo azotaban en su sangrante espalda. Ese hombre era Severus Snape.
-¡Alto!.- Ordenó una gélida voz, que se asemejaba más al silbido de una serpiente que a la voz de un hombre, tras lo cual todo ruido cesó.
Todos los hombres giraron sus rostros hacia el origen de aquella horripilante voz. Y uno entre ellos se atrevió a adelantarse un paso.
-Pero señor, el traidor merece ser castigado.
-¡Ya sé que el merece un castigo!-Dijo la voz con un horripilante silbido.- Pero este traidor ha caído demasiado bajo. Por eso, no quiero darle un castigo común. Sería demasiado simple, al igual que matarlo. Él debe sufrir mi furia hasta desear morir con todas fuerzas, cosa que también le negaré. Voy torturarlo una y otra vez, por toda la eternidad. Voy a convertirlo en mi juguete.-Lord Voldemort pronunció con maligna satisfacción estas palabras, luego se puso de pie y ordenó a dos hombres arrastrar a Snape hacia una fría y oscura mazmorra.
Los hombres arrojaron es derruido cuerpo de Snape en la mazmorra, y se retiraron cerrando con violencia la puerta. Snape tardó un tiempo en recobrarse, y una vez que lo hizo se recostó contra una fría pared manchándola al instante con sangre, pero sintiendo cierto alivio ante el contacto frío de la pared contra sus heridas. Fijó su mente en la muralla contraria tratando de ignorar el dolor, y su mente se llenó de múltiples pensamientos. ¿Por qué Voldemort no lo había matado como a los demás¿Qué oscuras perversiones y torturas ejecutaría en él?. La situación era inesperada, él siempre había suponido que si lo descubrían lo matarían tarde o temprano, mas ahora Voldemort le acababa de refutar su teoría.
Pasaron las horas, el cansancio casi doblegaba al espíritu de Snape, cuando sintió un horrible escalofrío recorrerle la espalda, tras lo cual, escuchó como todos sus temores confirmaban, unos pasos se acercaban por el pasillo.
La puerta de la mazmorra se abrió, dejando ver al dueño, de aquellas horribles pisadas. Un hombre de piel muy pálida, casi verdosa, con ojos rasgados semejantes a los de una serpiente, se acercó con una horripilante sonrisa en sus labios muy rojos. Snape, sintió como su pecho se apretaba poco a poco, y tragó saliva, procurando no demostrar su nerviosismo, cosa que a duras penas logró. Aquel ser de piel pálida se acerco, con un andar pausado, un paso, dos pasos, tres pasos, y se detuvo cuando estuvo frente a Snape. Éste alzó la vista clavando una fría mirada en el rostro de aquel mounstro, que alguna vez, había sido humano.
-¿Aún te atreves a desafiarme Severus?...¿No te estarás pasando de la raya?. Considerando tu actual posición, no estás precisamente, como para ponerte rebelde...-Dijo Voldemort con tono burlón, y ensanchando aún más su grotesca sonrisa, la cual dejaba ver unos afilados colmillos, semejantes a los de una serpiente.
-Si me rebelo o no, es mi decisión y yo asumiré las consecuencias...-Dijo Snape con voz firme, reemplazando el temor por la ira, en su mente transformó a Voldemort en el origen de todos los problemas de su vida.
-Ah, Severus, eso es lo que siempre me agradó de ti, tú firmeza, tú decisión, tú arrogancia...¡Ah, pero que fascinante ser eres...-Pronunció Voldemort con una mezcla entre crueldad y deseo, una mirada perversa destelló en sus ojos.
-Oh, que gran consuelo...El amo de las sombras admira mi arrogancia, supongo que ahora puedo sentirme muy feliz ¿No?-Dijo Snape con sarcasmo. Sin embargo, Voldemort en vez de enfurecerse, ensanchó aún más su horrible sonrisa.
-Deberías, deberías hacerlo Severus. Muchos matarían o han matado por tener ese honor.-Dijo Voldemort simulando estar serio.
-Si, lo sé. En un principio yo pensaba igual que ellos.-Dijo Snape, con odio hacía si mismo.
-Oh si..Pero qué te hizo cambiar Severus?...¿Por qué diablos cambiaste de opinión aún sabiendo tu destino?...-Preguntó Voldemort intentando conservar el tono serio.
-Tuve muy buenos motivos...-Dijo Snape desafiante, un brillo rojo cruzó sus ojos oscuros.
-¿Si¿Cómo cuáles?-Preguntó Voldemort con cierto interés, le parecía imposible que alguien se resistiera a su poder, aún conociéndolo.
Snape guardó silencio, el diálogo se ponía peligroso, el conocía muy bien las técnicas de persuasión de Lord Voldemort, y tenía muy claro que si lo habían dejado con vida, no era precisamente por caridad.
-Siempre fuiste muy listo, incluso lograste que no te descubriera Severus, eso es un gran merito..-Dijo Voldemort, mientras su tono se tornaba más y más frío.-Por lo mismo te elegí, tu eres especial, no como la otra escoria, lástima que cometieras un error tan grande, como revelarte a mi...
-...Mi mayor error fue unirme a ti...-Dijo Snape tratando de controlar su rabia.
-¡Crucio!-Grito cruelmente Voldemort mientras una grotesca mueca se formaba en su horrible rostro. Snape comenzó a convulsionarse y retorcerse, mientras su espalda sangraba cada vez más, pero los labios de Snape continuaban sellados sin pronunciar palabra o emitir sonido alguno.-Vaya, vaya Snape, me impresiona tu resistencia. Pero no estaré en paz hasta que des al menos un alarido.-Dijo Voldemort con creciente crueldad.
-...E-Entonces estaremos así por mucho tiempo...-Dijo Snape a duras penas.
Bueno aquí está el tercer capítulo, por fín lo terminé!.. Espero que les haya gustado. Diganme que le ha parecido hasta ahora! Dejenme Reviews! Nos vemos! Adiós.
Atte. Baku
