Notas de Autora: Esto lo escribí hace bastante, pero cuando, ayer, vi el último capítulo de Loveless, me urgieron ganas de publicar algo en el tema y me acordé de este one-shot. No es más que una discusión entre Soubi y Ritsuka, de esas que abundan en los primeros capítulos. No indico nombres, pero creo que es bastante claro quién es quién, pues sólo aparecen ellos dos. Está escrito en primera persona desde el punto de vista de Ritsuka. Es sólo un poco de angst… no hay spoilers ni nada, pueden leer tranquilos. Dejen reviews please!

Bla bla bla: es todo lo dicho en voz alta. (como no me deja poner dos exclamaciones seguidas, señalaré la diferencia entre exclamación y exclamación con una mayúscula)


+ Remordimiento premeditado +

¡No, no, no, no, No tenés derecho a decirme eso, callate, bastardo!

Él sólo mantuvo su ceremonioso silencio, inmóvil, o más bien, inamovible.

¡Te odio, Te odio desde lo más profundo de mi corazón!

Sonrió. Una sonrisa sesgada, pintarrajeada a medias sobre su piel de hombre que ha sentido dolor y que con ese dolor se ha hecho fuerte. Era una sonrisa más poderosa que cualquier lágrima o pataleta mía.

¿Y es por eso que me llamaste?

Yo...

Di un paso atrás. Iba a volverme loco. Sentía al abismo amenazador asomarse al borde de mis pies, incitante, abrazando mis rodillas con amor y tirando hacia abajo. Sí, tirar y tirar y tirar y tirar y tirar...

...siempre hacia abajo.

¿Qué cosa?

Nada. Quiero que te vayas. No quiero verte más.

¿Estás seguro?

Sí. Absolutamente. Ahora, andate.

Está bien. Podés llamarme cuando cambies de opinión.

No voy a cambiar de opinión.

Las últimas tres veces sí cambiaste de opinión.

Enrojecí. Quería pegarle una bofetada, pero había prometido no levantar nunca el puño en contra de nadie.

Era distinto. Eso no va a volver a pasar.

Las mentiras son una especie de bálsamo, son como el hogar a donde uno acude cuando lo supera el miedo, son las sábanas con que nos cubrimos al divisar una sombra en la noche pero que jamás nos han protegido de nada. A veces corro durante horas en dirección contraria al universo y sin embargo vuelvo a caer en la misma realidad. Odio decir que odio cuando la verdad es que soy incapaz de sentir cualquier cosa que no sea dolor. Odio decir que lo odio porque él es lo único que tengo ahora. El mundo es una cruel blasfemia a la vida.

Está bien. Me voy, porque es lo que me pediste que haga.

Y se marchó. Pero no pude saborear la despedida, percibiendo el remordimiento, ya, de saber que pronto tomaría el teléfono en mis manos, temblando.

+ Finis +


Lila Negra

12 de Agosto del 2005