¡¡Hola!! Quiero dar las gracias a todos los que me habéis mandado Review porque no sabéis hasta que punto me gusta que lo hagáis... Y quiero dedicar este capitulo a mi niña, porque la quiero mucho y no sé que haría sin ella, porque siempre está ahí cuando lo necesito y porque es la mejor persona que puedas conocer...
¡¡Gracias Taty!! Algunas no saben lo que se pierden...
Andrea. Me alegro de que te agrade, siempre me encantó buscarle diferentes facetas a los personajes, no sé lo hace más entretenido... Espero que lo sigas leyendo y gracias por el Review. Bss
Mirug. ¿Querías qué robara a Cornelius Fudge? Pero si mis personajes son muy honrados, nunca hacen nada malo... tu misma lo comprobaras en este capitulo, jejejeje. Espero que te guste y gracias por leer. Bss
Taeko. Gracias por leer y dejarme un consejillo, miraré a ver si puedo alargar los dos capítulos anteriores, este si es más largo para que te guste más... ¡¡A mi me encanta!! Espero que te siga gustando. Kiss
Capitulo III – Rencuentro con un rival
Hollywood, California.
- Hola Draco – dijo un joven de la alta sociedad mágica - ¿Qué pasa tío?
Ambos caminaron entrando en unos de los muchos locales de moda de los que Draco Lucius Malfoy era propietario, Draco no había cambiado mucho, ojos grises, largo pelo rubio, ropa elegante... Sus únicos cambios eran la altura (1'85) y los rasgos más maduros, todo un apuesto caballero rico de veinticinco años.
- Oye una pregunta – dijo el mismo chico mientras le seguía por el local - ¿Tu eres profesor de juego? pues si no lo eres tendrías que planteártelo. Anoche hable con mi agente y...
- ¿Berny? – le interrumpió Draco.
- No, no, Berny no, mi agente financiero, aunque los dos se llaman Berny. Vale, o sea, lo que me vino a decir, es que como lo que hacemos se puede considerar estudio para, futuros trabajos o lo que sea, lo que podría hacer es pagarte en cheques – ante esto Draco le miró fríamente - Vale, vale sigo haciéndolo en metálico. Si mejor, sí. En metálico.
Tras este monologo Draco le sonrió cínicamente y caminó por entre la gente que llenaba el local, pasó por debajo de la barra, saludó a las lindas camareras, con dos besos y un abrazo a cada una, y entro por una puerta a una parte privada del local seguido por el chaval de antes. En la parte privada del local seis personas sentadas alrededor de una mesa aprenden a jugar al Póquer, enseñados por el mismísimo Draco.
- Empezaremos con el Póquer con diez cartas, ¿os acordáis como se jugaba?
- Sí – decían unos mientras asentían con la cabeza.
- Claro - decía algún otro.
- ¿Quién quiere repartir? – preguntó Draco, al ver que nadie se ofrecía, añadió – ¿Joss? – Joss cogió las cartas y repartió de derecha a izquierda – Joss...
- ¿Qué?
- Por la izquierda.
- Ah, claro.
- Siempre se reparte por la izquierda.
- Carta – pidió uno.
- No es el Black Jack – le regañó Draco mientras los demás reían.
- Vamos, allá otra ronda – dijo otro y Joss volvió a repartir por la derecha.
- Joss, maldita sea por la izquierda, por la izquierda – dijo Draco perdiendo la paciencia con ese inútil – Habla la dama – dijo refiriéndose a la única chica del grupo, una joven morena.
- Eh, azul – dijo diciendo el color de las fichas en lugar del dinero.
- Azul – la apoyó Draco – son 50 galeones.
- Eh, los veo.
- ¡Qué malo! – se cachondeó Joss.
- Los veo
- Yo también.
- Que coño, solo es calderilla, yo también los veo – rió el del monologo del principio.
- Tu apuesta como quieras, pero hazle ver, que llevas algo – le instruyó Draco.
- Ya, gracias tío.
- Bien, pues no enseñes las cartas – le regañó Draco.
Las cartas y el dinero siguieron moviéndose por la mesa ante las atentas instrucciones de Draco, el rubio decidió darse un respiro y salir de aquella maldita sala llena de incompetentes. Una hermosa camarera de escasa ropa se acercó a él con un vaso de whisky de fuego. Draco sonrió a la camarera y tras sujetar con una mano el vaso paso la otra por la cintura de su joven empleada y empezó a bailar sensualmente con ella la música que en esos momentos se oía en el pub.
- ¿Qué tal la partida? – susurro eróticamente la camarera en el oído de Draco a acariciando el lóbulo con su la lengua.
- Es aburrida y estresante.
- ¿Quizás luego podría relajarte con un masaje?
- No estaría mal – sonrió Draco bebiendo un poco para despejar su garganta - ¿A qué hora sales esta noche?
- A las seis y media – dijo rozando sus labios en el cuello del rubio.
- Mhmmm... – suspiró Draco – pásate por mi mansión cuando salgas, estaré esperando ansiosamente tú... masaje.
Tras terminar el baile y despedirse de la joven hasta más tarde se terminó el vaso y decidió volver a dentro con sus "alumnos". Al entrar elevó una ceja al oír la voz de Harry y verle allí sentado con sus alumnos.
- Debe ser difícil ¿no? Pasar de la TV al cine del mundo mágico.
- Para mí no – risas de fondo, entonces uno se percató de la entrada de Draco y que este tenía la ceja levantada en forma de interrogación - ¡Oh! ¡Eh! Malfoy, hay un nuevo jugador – señaló a Harry – si... te parece bien.
La mirada de Draco se enfrentó a la de Harry. Gris vs. Verde. Hacía mucho que no le veía, y debía reconocer que el chico de oro nunca dejaría de sorprenderle, ahí estaba, tan moreno y despeinado como siempre sin gafas y el pelo largo le tapaba aquella cicatriz que tanto odiaba, y su piel seguía siendo bronceada como siempre, desprendiendo ese olor tan peculiar a regaliz negro. El juego comenzó Draco no jugaba ya que obviamente tan solo instruía a sus alumnos, uno de ellos rompió el silencio.
- Señor Potter, ¿a que se dedica? Si me permite la pregunta.
- ¿Por qué no iba a permitírsela? Dos cartas – pidió a Draco que repartía, mientras este sonreía claramente divertido – A cabo de salir de la cárcel – tras está declaración los jugadores se miraron entre sí.
- ¿En serio?
- ¿Y por qué estaba allí?
- Robé cosas – dijo simplemente Harry.
- ¿Robó cosas? ¿Cómo joyas?
- Mascaras matrimoniales mayas – explicó Draco, haciendo que todas las miradas se posasen en él.
- ¿Y eso da pasta?, las mascaras matrimoniales...
- Mayas. Un poco – dijo secamente Harry, jamás se habituaría a la forma de pensar de los Slytherin eran inducidos al mal desde críos.
- No os dejéis engañar, dan un pastón si puedes colocarlas – añadió Draco volviendo a repartir al chico de su izquierda – pero no se puede.
- Mi perista parecía muy seguro – se defendió Harry ante la acusación de Draco.
- El dinero no necesita perista – dijo Draco
- Pues hay quien tiene más ambición.
- Si, posiblemente los presos de Azkaban, pero mírales donde están... de donde tú has salido – añadió con malicia, como buen Slytherin.
- Voy con 500 – cambió de tema Harry.
- ¿Cuál es la primera lección del póquer? – preguntó Draco a sus alumnos.
- Nunca apuestes a... – empezó uno, pero la chica le cortó hablando.
- No, deja tus emociones en la puerta.
- Exacto Emma. Lección de hoy como aguantar un farol. Una apuesta tan alta nada más empezar... yo diría que solo tiene una pareja de figuras ¿Robert?
- De acuerdo – suspiró -, yo no voy.
- Sí, muy bien, yo sí que voy. Veo sus 500 y – Draco y Harry volvieron a intercambiar miradas – subo otros 500 más.
- Es una apuesta respetable – dijo Draco – pero ve con cuidado, no le cerremos demasiado rápido. Debemos darle cuerda ¿Emma?
- Los veo, sí.
- Yo también.
- Y yo.
- Veo tu 500 y 2000 más – dijo Harry, Draco silbó.
- Chicos, hacer lo que queráis, es mucho dinero - dijo Draco comprendiendo que no era un farol.
- Yo voy a continuar. Intenta aprovecharse de su farol – todos le imitaron – veámoslas.
- No sé cuantos son cuatro nueve, pero creo que un AS es mucho.
- ¡Tío! ¡Buah! Gracias por el consejo de aguantarle el farol.
Harry y Draco abandonaron el local poco después, sin mediar una palabra Harry se montó en el descapotable negro de Draco, y este arranco.
- ¡Merlín! me aburro – se quejó Draco mientras conducía.
- Pareces aburrido.
- Estoy aburrido.
- ¿Qué tal el trullo? ¿Te dieron las chocolatinas que te mandé? – le dijo Draco en un intento de empezar una conversación.
- ¿Por qué crees que he venido a verte el primero?
- Cuéntame – Le dijo Draco mientras salían del coche y entraban a un bar donde podían hablar tranquilamente.
- Es complicadillo – explicó Harry sentándose en una mesa alejada – Nunca se ha hecho hasta ahora. Requiere planificación, precisión y un gran equipo.
- ¿Armas?
- No exactamente, hay mucha seguridad, pero nos valdrá con las varitas, el botín...
- ¿Cuál es el blanco? – le cortó Draco.
- Ocho cifras cada uno – dijo Harry haciendo hincapié en el dinero.
- ¿Cuál es el blanco? – repitió Draco.
- ¿Cuánto hace que no vas a Las Vegas? – preguntó Harry sorbiendo de su bebida.
- ¿Qué? ¿Te has vuelto loco? – preguntó Draco estupefacto - ¿Quieres robar un casino? – Harry negó con la cabeza.
- Tres – dijo Harry. Draco rió.
- Te has vuelto loco – afirmó Draco. Draco bebió de su vaso y miró alrededor haciendo tiempo para pensárselo y luego sonrió divertido.
Media hora más tarde Draco y Harry estaban en la Mansión Malfoy, ahora propiedad del rubio. Harry sacó de sus bolsillos un gran plano del casino y lo extendió sobre la mesa de Draco. El rubio miro esos ojos esmeraldas esperando una explicación al más puro estilo Hermione Granger.
- La cámara acorazada del "Velaggio" – explicó Harry
- Mhmmm... ¡Uff! ¿Y qué? – preguntó Draco después de observar el mapa - Si interpreto bien esto, y quiero pensar que sí – dijo Draco acercándose a Harry y acariciando la espalda del moreno – Es la cámara menos accesible que se ha diseñado nunca.
- Sí – afirmó Harry volviendo a mirar el plano, Draco también centró su atención en el plano.
- Has dicho tres casinos.
- El dinero del Miragge y del MGM Grand termina aquí – explicó señalando la cámara acorazada.
- El Velaggio, el Miragge... son de Cornelius Fudge ¿no?
- Sí, así es – Draco suspiró, sabiendo lo imposible que sería, pues el ex ministro tenía mucha influencia y seguridad, era más poderoso ahora que no era ministro, aunque aún manejaba muchos hilos en el ministerio. Harry se burló - ¿Le molestará?
- Pues, más bien sí –sonrió sinceramente Draco a Harry observándole de cerca.
Draco se sentó, o mejor dicho se desparramó en el sofá y se puso a pensar fríamente. Harry le observó, el rubio estaba concentrado, sus facciones relajadas y sus ojos grises cerrados. Los volvió a abrir para mirar a Harry, este se sentó con él en el sofá, sabiendo que Draco tenía un veredicto.
- Necesitarás al menos diez tíos, que dominen diferentes timos – Decía Draco fumándose un cigarrillo.
- ¿Cómo por ejemplo? – preguntó Harry recostándose en el regazo de Draco.
- Pues a voz de pronto, te diría que necesitas, un Foreman, un Bill Gates, un Milteisy, dos catetos, un Whitewitman. Sin contar al mejor Afred Hiscot del mundo... – Dijo sonriendo burlonamente, mientras acariciaba el cabello del joven que tenía apoyado en su pecho cariñosamente - ¿Ya sabes como vas a financiarlo?
- Puff... Si queremos dar ese golpe, tendremos los fondos, Fudge tiene una larga lista de enemigos.
- ¿Pero enemigos con mucho dinero y nada que perder? – Draco se puso a pensar, y suspiró cayendo en la cuenta - ¡Ah! Snape.
- Snape.
Draco sonrió sabiendo que su ex profesor de pociones estaría encantado de financiar el golpe, pero él no tenía motivos para participar, al menos aún no. Miró al ex Gryffindor a los ojos, le había echado de menos. El ex Gryffindor y él se habían echo grandes amigos en el último curso, siguiendo el legado de los merodeadores. Y pensar que todo empezó con una simple broma... Con el paso del tiempo la gente creyó que entre los dos había algo más que amistad, pero nada de eso, de echo ambos se volvían locos por un par de piernas y una escasa minifalda. Draco le enseñó a Harry el arte del ligoteo, este aprendió deprisa, aún siendo realmente distintos, ambos eran como hermanos.
Tras la caída del Lord el mundo mágico se sometió a un caos, un caos del que les fue difícil salir. Había demasiados Mortífagos camuflados, por no hablar de los protegidos por el gobierno, aurores corruptos, vidas dobles, familias destrozadas tras la guerra y demasiado poder en malas manos. El encarcelamiento en Azkaban de Harry fue uno de los tantos escándalos que se fueron destapando después de las revueltas. Draco no dudaba que dentro de unos años unos niños se dormirían en clase de Historia de la Magia mientras el profesor Binns leía sobre ellos, sobre como unos adolescentes pararon los pies al mago más poderoso de todos los tiempos. Estudiarían la unión de las cuatro casas de Hogwarts para la gran batalla final, los vivos y los muertos serían recordados como héroes en los libros de historia.
Pero no era el momento para pensar en ello, no ahora que volvía a tener al salvador del mundo mágico en casa, a salvo. Observó a Harry estaba tranquilo, relajado, sus ojos esmeraldas brillaban somnolientos. Recordó que a pesar de que el moreno era el supuesto héroe, el salvador del mundo mágico, no era más que un crió con un fuerte caparazón, y Draco se ocupó de ello, se ocupó de que Harry se divirtiera y de que se entrenara para esa dura batalla que no podía anularse más, pero hasta el mismo día de la batalla, nadie podía herir al niño de oro, estaba bajo la protección del rubio y no lo desafiarían. Harry estuvo encantado con esto, de niño nadie le protegió, nadie le mimo, no le vendría mal ahora...
De esto ya hacía mucho, en una de las muchas revueltas los aurores corruptos de Fudge apresaron a Draco, Harry supo que había llegado el momento de hacerse el héroe, tras haber derrotado al Lord gracias a un buen equipo tenía que entregarse a los aurores. Recordaba como los ojos de Draco le decían que se marchase, pero ahora era el turno de que Harry ayudase a Draco... Y así lo hizo, liberó a Draco sabiendo que él sería apresado, pero no le importó, no le importó ser él quien estuviera en esa cárcel. No si sabía que ahora todos sus amigos estaban a salvo.
- ¿Qué? – preguntó Harry, al observar que el rubio había vuelto a abstraerse del mundo, sabiendo que cavilaba sobre el plan que le había comentado antes, si el rubio no participaba sería una verdadera lástima, hacían un gran equipo.
- Dame un motivo – Harry suspiró y negó con la cabeza – y no digas la pasta ¿por qué hacerlo?
- ¿Por qué no hacerlo? – ahora fue el turno de Draco de negar con la cabeza – Porque ayer salí de la trena, tras haber perdido cuatro años de mi vida y tu chuleas con las cartas a guaperas de culebrón – Draco hizo un gesto demostrando que eso no era suficiente, Harry siguió – Por que la banca siempre gana. Si juegas mucho y no cambias de apuesta la banca te arruina al no ser que la mano perfecta llegue y tú apuestes a lo grande, arruinado así a la banca – Draco que se quedó pensando unos instantes, era una decisión importante.
- ¿Has ensayado ese discurso no? – se burló Draco.
- Si un poco – confesó Harry – creo que lo he precipitado.
- No, no. Me ha gustado. Quizá un poco cruel. A saber qué dirá Snape.
Sin más Harry se acurrucó en sus brazos dispuesto a dormir, sabiendo que Draco participaría, que no le dejaría solo en esto. Draco durmió unas dos horas hasta que un elfo domestico le anunció la llegada de Verónica, la camarera con la que había quedado, llevaban más de dos meses tonteando, y la chica era maja. Dejó que Harry descansará en la cama, y bajo al recibidor a ver a su chica.
Continuará...
Gracias por leer. Este ha sido más largo ya que así me lo habéis pedido, no olvidéis dejar vuestro Review. ¡¡Vamos!! Pero si es muy fácil, tan solo tenéis que dejar vuestra opinión tras pulsar el botoncito lila de abajo... Aunque a mi se me olvida darle al botón normalmente ¿verdad Taeko? Jejejeje. Kiss.
o0O0o Selene o0O0o
