Capítulo 14: Decadencia.

Por fin la prensa se había ido. Por fin el silencio reinaba en todas partes de la casa. La tensión llenaba cada rincón, asfixiando a los ocupantes de la sala, que esperaban hace horas alguna respuesta desde la habitación que había permanecido con llave desde la intempestiva entrada del dueño de aquella mansión.

Sakura daba vueltas por todos lados sin entender del todo lo que pasaba. ¿Qué había sido esa llamada telefónica?, ¿acaso habría sido la Arpía esa?, casi estaba segura de eso. Miaka tenía algo que ver con la vergonzosa reacción de su marido.

Touya miraba a su hermana pasear sin parar. Su mente volaba hacia el dormitorio, en donde Yue cuidaba de Syaoran. Pensaba en las muchas cosas que debía estar sufriendo su cuñado, y por primera vez en su vida lo compadeció con sinceridad. Muchas veces había oído los reclamos que Yue comentaba con la Luna durante las noches en las que creía que su pareja dormía. Sabía de las manías de Clow con sus cartas y los detestables errores que el Juez odiaba y criticaba, más ahora entendía a cabalidad el alcance de las acciones de Clow sobre el tiempo.... Una vez más miró a Sakura y rezó porque la vanidad de Lead no tocara a su hermana y así ella no destruyera la vida de nadie.

Kerberos se mantenía junto a la puerta del dormitorio. Ni Touya ni Sakura estaban en su mente. Apenas su Compañero Guardián aparecía en ella. Solo el dolor de Syaoran aparecía en sus pensamientos. Su sufrimiento, tan a flor de piel, como jamás lo había visto en alguna persona. Sorprendiéndose a si mismo, deseó estar adentro con el muchacho ayudando en algo. Nada en el mundo deseaba más en ese momento que poder ayudar al hechicero que lo había soportado con paciencia de santo.

De pronto un ruido llamó la atención de todos. La puerta por fin se abría, y Yue salía de ella, notoriamente cansado, abatido y desolado.

-Por favor Kerberos, cuidalo. –susurró. La Bestia del Sello no pidió que se lo repitieran, y entró inmediatamente, sentándose junto a la cama para mantener bajo su vista en todo momento a Li-

-Yue... –Touya se acercó rápidamente a su pareja, abrazándola con pena y preocupación- ¿Qué pasó?, ¿cómo está?

-...Está muy mal Touya... si no lo mantenemos bajo cuidado podría...

-¿Fue esa verdad? –interrumpió Sakura poniéndose entre su hermano y su Guardián- Respóndeme Yue, ¿fue culpa de esa verdad?

-¿De qué hablas? –preguntó el Juez con una expresión de fastidio en su cara. Comenzaba a detestar ver a su Maestra-

-De Miaka, ¿de quién más?. ¿Qué le dijo cuando lo llamó?, estoy segura que fue culpa de ella todo esto....

-¿Qué diablos importa ahora la llamada? –regañó Touya duramente. ¡¿Acaso su hermana no se preocupaba por su marido?!- ¡Syaoran casi se mata y tu te preocupas por la llamada!

-No grites Touya, por favor... Y para tu información Sakura, Miaka murió esta mañana. El avión en el que volaba cayó. Ahora háganme el favor de irse a otro lado, Syaoran necesita estar solo... No es bueno que vea a más gente. Por favor Touya, lleva a Sakura a tu casa hasta que los llame.

-De acuerdo. Vamos Sakura.

Kinomoto lanzó una mirada furiosa hacia su Guardián. Sentía que estaba siendo pasada a llevar. ¡La trataban como a una tonta!, y eso ella no podía permitirlo, pero no se iba a apresurar. Después de todo, Yue seguía siendo su Guardián, y le debía la más absoluta de las obediencias.

Yue al verlos irse volvió a la pieza en donde Kerberos cuidaba de Syaoran. El muchacho por fin se había quedado dormido y, al parecer, descansaba por primera vez en muchos días.

-¿Qué pasó aquí Yue? –preguntó Kero- Se que algo pasó y que tu impediste que yo me enterara, o al menos impediste que lo recordara.

-Lo siento Kerberos. Pero creí que era lo mejor que no supieras nada...

-Yo también supe de los juegos que Clow hizo con el tiempo, pero nunca te lo comenté. Quizás debería haberlo hecho.

El Ángel acarició la enorme cabeza de su compañero y sonrió tristemente.

-No es hora de culparnos. Es hora de intentar salvar a Li de una muerte penosa.

-Soy todo oídos.

-Eriol y Li han sido amantes a espaldas de Tomoyo y Sakura durante 3 años. Hace poco más de 6 meses, descubrí que ellas también tenían su aventura.

-Yo también lo supe.

-Sin embargo mis esfuerzos por impedir que Li se enamorara de Eriol fueron vanos. El destino fue más fuerte que yo.

-Entonces es cierto que Li debería ser el verdadero Card Master y que debió nacer mujer.

-Si, es cierto. Lamentablemente, Tomoyo está embarazada, y la ética de Eriol no le permite abandonarla.

-Sakura ya no ama a Li. –sentenció Kero sorprendiendo a su compañero- Quizás nunca lo hizo. Siempre ha sido tan malcriada.

-Me sorprende que hables así.

-Es lo que siento ahora. Pero lo que te digo es cierto. Tomoyo es una mujer sumamente peligrosa...

-Peligrosa e inteligente. Supo cuando dar el anuncio de su embarazo con tal de provocar el mayor daño posible.

-¿Porqué piensas que lo planeó?

-Porque ya tiene 3 meses y no se lo había comentado a nadie más que a sus amigas.

-¿Qué haremos ahora Yue?. Siento que no podría volver a proteger a Sakura.

-Tendremos que buscar la manera de cuidar a Li y mantener nuestras lealtades con ella. Es todo lo que está a nuestro alcance.

-¿Y Eriol?

-...Él no puede ver a Li por ningún motivo. Y si hay que detenerlo a la fuerza lo haremos.

-¿Y Tomoyo?

-Ella tampoco puede entrar... aunque su protección solo durará hasta que nazca su hijo. Si después de eso se me escapa una flecha que "accidentalmente" le atraviese la nuca... pues los accidentes pasan.

-...Como digas.

El silencio reinó de nuevo siendo roto solamente por la pausada respiración de Li contra la almohada, mientras perladas lágrimas se deslizaban por sus tostadas mejillas.

***

-No... no creo que eso sea problema... Bien, espero que todo salga como espero.

Con una frialdad poco conocida, Tomoyo corta la comunicación de su celular.

-Bien –dijo contenta- Las cosas van muy bien.

Su sonrisa se esfumó en un fingido gesto de sorpresa cuando vio a Eriol apoyado en el marco de la puerta.

-¡Amor!, que bueno que te veo.

-¿Si? –preguntó con tono hastiado- ¿Y porqué?

-¿Pues porqué va a ser?, porque me encanta verte... –sus brazos rodearon el cuello del otro y sus labios depositaron un suave beso que apenas fue respondido. -¿Supiste algo más de Syaoran?

-No...

-¡Qué lástima!, estoy tan preocupada por él... Cuando salió parecía un loco... ¿qué habrá pasado?

-...Solo malas noticias...

-Pues debe haber sido algo muy malo como para haberlo puesto así... –comentó como si se le saliera- Se portó como si se hubiera enterado que su amor de toda la vida lo engañaba.... Pero Sakura nunca haría algo así...

Los puños de Eriol se cerraron con fuerza y Tomoyo lo notó. Cuando sintió el intento de evasión de Hiragizawa, apretó aún más el abrazo, impidiendo que él se alejara.

-Pero no quiero sentirme mal... –rió- Ya sabes, con lo del embarazo ya no puedo preocuparme mucho o mi bebé saldrá lastimado...

Por fin Eriol pudo alejarse de Tomoyo, dándole la espalda y saliendo sin dirigirle la palabra ni la mirada. Ella frunció el ceño en ese momento. El inglés comenzaba a escapársele, y eso no lo podía permitir.

-Eriol...

-¿Qué pasa?

-¿Qué opinas de nombrarla Sakura si nace niña?

-...No, no me gustaría.

-Oh... ¿entonces tampoco querrás que se llame Syaoran si es niño verdad?

Las lámparas comenzaron a explotar, igual que todos los objetos finos como cerámicas y cristalerías. Los metales se doblaron hasta formas increíbles, y varios sillones se prendieron en fuego. Tomoyo retrocedió asustada ante el despliegue de poder de su pareja .

-Eso lo veremos cuando nazca –dijo simplemente Hiragizawa, y salió para evitar acriminarse contra esa mujer- Aunque dudo mucho que puedas interceder en su nombre Tomoyo... no me comunicaré contigo hacia el otro mundo para preguntar tu opinión....

***

Breves palabras fueron las intercambiadas entre Yue y Touya por teléfono. Sakura observaba con poca curiosidad pero con un creciente desprecio.

-Si quieres puedes ir a tu casa –le dijo su hermano mayor –

-Ya era hora. –bufó molesta -¿Qué se ha creído Yue?, ¿acaso piensa que puede ordenarme?-dijo en voz alta para que el otro escuchara –pero ya verá.

Antes de poder cruzar el umbral de la casa, Sakura se vio detenida por su hermano.

-¿Qué pasa hermano? –preguntó sorprendida por la extraña mirada que Touya lucía-

-Por favor Sakura... –pidió –Preocúpate solo y solo por Li... el chico te necesita ahora más que nunca. No pienses en Yue ni en Kerberos... solo piensa en Li... olvídate de todo lo demás...

La mujer asintió sintiendo que su ira se esfumaba como por encanto. Solo asintió en silencio sin apartar la vista de Touya y salió a su auto, sin saber que pensar por primera vez desde que se había convencido de la aventura de Eriol y Syaoran.

Su trayecto hasta la casa lo hizo mecánicamente, y solo tuvo cabal conocimiento de sus actos cuando entró a la casa y vio que Yue se mantenía apoyado en el marco de la ventana mirando el cielo. Sakura frunció el ceño sin poder evitarlo, no estaba acostumbrada a que sus guardianes actuaran a sus espaldas, y la ira contra el Juez no se iba con tanta facilidad. Mentalmente se repitió una y otra vez las palabras de su hermano, pero la imagen de Yue aparecía y permanecía insistente en su cabeza. La fría mirada que le había dado y sus palabras llenas de desdén solo encolerizaban a la Card Master, hasta que se obligó a salir de la sala e ir a su dormitorio. El Ángel por su parte solo miró de reojo cuando ella salió. No había querido hablarle haciéndose el distraído, pues sabía el enojo que la llenaba. Sabía que sus actos no eran los correctos para un guardián, pero también estaba conciente de los errores de su Maestra, y no podía tolerarlos. Sin embargo, ahora la preocupación principal era Syaoran, y fingiría sumisión y obediencia en la medida que estas fueran buenas para el hechicero.

-Nos jugaremos el todo por el todo ¿ne Yue?

-No nos queda más Kerberos... Sakura no es la misma.

***

La enorme mansión estaba en silencio, y solo los pájaros jugaban en los jardines de la familia. El auto de Tomoyo no estaba, ya que su dueña había ido a una de las últimas reuniones necesarias para cerrar un importante trato entre su empresa y una homóloga americana.

Las ventanas de todo el segundo y tercer piso estaban abiertas debido al intenso calor y al refrescante viento que corría. Las cortinas volaban enganchadas en sus topes jugando con los sillones y los cuadros.

Todo se mantenía en un silencio aterrador y desolador...

Ruby Moon intentó hablar con él, pero la puerta fue cerrada con fuerza en su cara. No había manera de razonar con su amo en el estado en el que se encontraba, pero nada parecía convencerlo de que nada de lo que estaba pasando era su culpa.... Spinel también había intentado alejarlo de esas botellas de whisky y vino que en esos últimos dos días se habían hecho inseparables, pero nada daba resultados positivos.

-Por favor Amo...

-¡Déjenme en paz o los encerraré!

Ruby Moon acarició el lomo de su compañero y le dijo que iría a ver a Yue y Kerberos. Spinel aceptó acompañarla, pensando que la soledad no convencería a su creador de hacer una locura.

La magia desatada y el sonido de las puertas avisaron a Eriol de la acción de sus criaturas. El hombre miró fijamente la puerta labrada que se mantenía frente a él y deseó destruirla y verla quemarse hasta ser nada. Era el mismo sentimiento que lo llenaba al ver su cama, sus sillones, su casa entera... y a Tomoyo.

Tercas lágrimas se escaparon de sus ojos azules tan profundos, llenándolos de un dolor tan palpable que la misma Daidôji se sorprendería.

-¡¿Porqué?! –gritó lanzando la botella contra la puerta, desgarrándose el pecho y el alma -¡¿Porqué?!... –de golpe cayó de rodillas tapando su cara entre sus manos, negando una y otra vez lo que hacía pocas semanas era una fantasía oscura y ahora era la más terrible de las realidades... -¿Porqué...?

Un dolor inimaginable llenaba su cuerpo y su espíritu, humillándolo y culpándolo de todo lo que estaba ocurriendo. Syaoran casi se había matado... ¿qué relación tenía él con eso?... ¿podía decir que la noticia de Tomoyo no había influido?... ¿Acaso Yue tenía razón y ella lo había planeado, logrando el cruel destino combinarlo con la muerte de Miaka?

Syaoran está bajo tratamiento y tú eres una contraindicación...

¿Él era el culpable de todo?. ¿Qué podía hacer ahora que las cosas estaban casi en un punto de no retorno?... ¿o ya no había retorno?...

-Tengo que hacer algo.... ¡tengo que hacer algo!...

Pero él sabía que desde el momento en que Syaoran había salido de la casa hacia su Diablo, se había convertido en mero espectador de esa tragedia que comenzaba a gestarse en la Mansión Li. Un espectador sin derecho a opinión ni papel protagónico....

Y lo peor de todo...

-...Esto no puede estar pasando...

Lo peor...

-Es un mal sueño....

...Admítelo Eriol...

-...¡Yo no lo amo!

***ediciones_ryochan@hotmail.com***

notas: bien, capítulo 14 terminado. Gracias a todos los que me han escrito pidiendo esta parte de la historia, espero que esté lo suficientemente Dark para todos. Agradezco también a quien me hizo ver que solamente me estaba ensañando con Syaoran, sin hacer sufrir a Eriol, pero eso se arregla (lamento no poner el nombre, pero no recuerdo quien es... gomen ne... ^^U).

Se viene el final... ¡Se viene mi venganza contra esta historia!