Capítulo 15.3: Confesiones del Alma, tercera parte: 'Odiar y poseer'.

Días eternos sin grandes cambios. Jornadas llenas de tensión y dolor. Horas interminables de dudas y peticiones...

Lazos que amenazan cortarse... el odio puede destruir incluso lo indestructible...

-¡Él me traicionó!

-¡No tienes derecho a quitármelo!

-¡No sabes con el tipo de ser que duermes!

-¡Es Yue Sakura!

-¡Es un maldito!

La vida se tambalea sobre un hilo. La desesperación hunde los grandes barcos, y también las barcazas débiles.

-Es mi culpa...

-No digas eso...

-¡Yo le pedí que me ayudara!

-Sakura no le hará daño. Solo está molesta de momento. Ya verás que se le pasará...

-Lo odia... lo odia... cuando es a mí a quien debería detestar...

El deseo de vivir renace con fuerza y violencia. Las criaturas al borde de la muerte siempre añoran el pasado.

-¡Kero!

-¿Estás bien?

-¡No quiero morir Kerberos!, ¡no quiero!

-No lo permitiré Yue... aunque deba obligarla, no lo permitiré, no llores.

-¡No quiero morir hermano!

Los finos hilos de la telaraña se unen en aquellos rincones que nadie puede ver. Nunca se sabe cuando el amable gato atacará, arrebatando de tus manos lo que amas.

-Pues yo creo que Sakura tiene razón, aunque el hecho de dañar físicamente a Yue es un poco exagerado...

-¿Un poco?, ¡lo está matando!

-Sakura nunca ha sido injusta. En ella la injusticia no existe.

Sin embargo el zorro es un animal listo, y sabe cuando necesita hacerse de aliados y amigos.

-Lo que está ocurriendo es culpa mía Kinomoto-san... permítame ayudarlo...

-¿Y qué puedes hacer Hiragizawa?

-Puedo arrebatarle a Sakura el poder sobre Yue... pero...

-¿Pero?

-...Necesito de Li para hacerlo... Debemos cortar la conexión, pero unirlo a alguien que pueda soportar su consumo de energía.

-¿Yue viviría si lo logras?

-Todo el tiempo que viva su nuevo dueño.

-¿Li es el más indicado?

-Él o yo. Pero no me extrañaría que su hermana busque alguna represalia contra mí.

-¿Nadie más puede?

-Lamentablemente no.

-Yue dice que no puedes ver a Li...

-Lo se. Pero su vida está en riesgo. Yo le debo mucho, Syaoran también. No podemos dejar que esto ocurra. Por favor, intente mantener la ira de Sakura a raya hasta que llegue el momento.

El viento cantó entre ellos, pero no supo adivinar el futuro que les esperaba. Todo era cuestión de tiempo.

***

-Eriol ha estado muy preocupado por la situación de Yue...

-Y dime Tomoyo, ¿ya sabes si será niño o niña?

-Sakura...

-Me gustaría que fuera niña. ¿Y a ti?

-Sobre Yue...

-¿Te imaginas una niña corriendo por todos lados?, ¡sería adorable!

-¡No evites el tema Sakura!

-¡No quiero hablar de él!, ¡lo odio!

-¿Le harías daño a tu hermano Sakura?, él ama a Yue...

-Lo olvidará...

-Piénsalo por favor... no te vayas a arrepentir después...

Tomoyo posó sus manos sobre las de su amiga, intentando encontrar su mirada, pero ella retiró sus manos y sonrió.

-Amo a Syaoran. –dijo –Y no volveremos a fallar.

-¿F..fallar?

¿Fallar?, ¿Eso era para Sakura su relación con ella?, ¡¿un fallo?!

-No... entiendo amiga –dijo con una sonrisa –

-Quizás deje a Yue vivo... no lo sé –comentó con desprecio –Él ya no me importa. Pero... no quiero hacer sufrir a Touya. Sin embargo volveré a vivir con Syaoran como antes de este viaje y esta cadena de errores que nos llevaron a este día. A estas situaciones.

'...esta cadena de errores...'

-Ya veo... me alegro ¿sabes? –con la más fría de las sonrisas, Tomoyo fue hacia la cocina, excusándose en la búsqueda de pasteles. -¡Errores!, ¿solo eso soy ahora Sakura?, ¿un error?... Syaoran... todo es tu culpa... ¡todo es tu culpa!... ¡Sakura no puede perdonar a Yue!, ¡y por él lo hará!, ¡Maldito Syaoran!

Con paso firme y ojos entrecerrados volvió a la sala.

-En unos días tengo médico Sakura, ¿quieres acompañarme?

-¿De veras puedo?

-¡Claro!

-¡Genial!

Juntas tomaron té y comieron mientras conversaban del giro que las cosas comenzaban a tomar. Los problemas de Eriol y Tomoyo ocuparon la mayor parte de las horas que estuvieron en la sala de la mansión, y cuando Sakura comentó las conversaciones que sostenía con Li, la otra apartaba la mirada y hacía breves comentarios.

-Debo irme Tomoyo... te agradezco que a pesar de tus problemas hayas aceptado escucharme...

-¿Cómo crees amiga?, yo siempre estaré aquí, para ti. Nadie puede separarnos... –nuevamente intentó tomar sus manos y estrecharlas, pero Kinomoto se alejó educadamente, evitando todo contacto físico .

-Nos vemos el miércoles entonces.

-...Claro...

Sonriendo de manera tímida, la mujer castaña se despidió y corrió hacia su jaguar. El auto se fue deslizándose silenciosamente, como todos los deportivos. Tomoyo la vio y detestó el lujoso auto...

-Ese Jaguar... se lo regaló Li... Hace meses que no lo usaba...

Y sintió que una lágrima se le escapaba. Su alma se contraía en espasmos de dolorosa regularidad, mostrándole que todo lo que tenía, le estaba siendo arrebatado por el hechicero chino... otra vez...

-Eriol... y ahora... Sakura...

Con un sollozo entró y se tendió en el sillón a llorar. Las cosas que más amaba las estaba perdiendo. Quizás cuando niña pudo aceptar no tener a Sakura, pero ahora... ahora que había sido suya, no podía permitir que la modelo mirara a otra persona que no fuera ella... Cuando joven pudo convencerse que amaba a Eriol y aceptó tranquilamente las insinuaciones y frases como 'Querido Syaoran', las conversaciones a solas y los secretos... Pero ahora el sujeto era su marido... ¡era suyo!...

Ya no más condescendencia... Ya no más permisividad... Ya no más la segunda en el corazón de los que amaba...

Syaoran debía aprender que nadie jugaba con Tomoyo Daidôji... Nadie le quitaba lo que era suyo... Y se encargaría que fuera una lección que nunca olvidara...

-Te odio Li... ¡te odio!, ¡te odio!

A su mente volvieron esos tristes días de niñez donde se conformaba con mirar a su hermosa amiga correr feliz, o cazar cartas y sonrojarse junto al apuesto muchacho chino que había llegado. Si ella era feliz, entonces nada podía estar mal... Pero... con el tiempo, ese conformismo ya no fue suficiente para poder mantenerse tranquila... su deseo de felicidad se convirtió en un deseo de posesión, de lazos eternos... Entonces llegó Eriol, con sus ojos profundos y esa serenidad... tan parecido a Sakura... tan distinto al odioso de Li... junto a él podría llenar ese vacío de amor y de pasión que siempre había estado presente en su vida. Sin embargo, no pudo evitar dejar crecer el resentimiento y la idea de que ella debía ser la elegida de todos... Ella era linda, era buena con todos. Todos debían preferirla. Li no hacía nada por agradar al resto como ella. Li no los ayudaba, no prestaba su casa, no era su confidente... Li no era nada contra ella...

-Todos lo eligen... ¡pero no es nada!

¿Acaso solo el ser guapo le daba la autoridad para ser el primero en los corazones?, ¿acaso el ser extranjero, el estar solo?, ¿acaso el ser abandonado por su madre era tan irresistible para los demás?

-Nadie en China le quiere... todos lo odian, por eso lo dejan... ¡ni siquiera su madre o sus hermanas lo soportan!... ¿porqué aquí es tan diferente?, ¡¿porqué aquí todos lo aman?!

-Syaoran es un chico que ha sufrido mucho en comparación a cualquiera de nosotros... Solo piénsalo Tomoyo: la muerte de su padre, el abandono de su madre, vivir solo con su prima siendo un niño, su destino decidido sin apelación. ¿A qué niño se le obliga a vivir solo con un anciano en una mansión perdida en el campo sin el contacto de otros niños?. Siempre le han forzado a ser firme, serio, a ocultar sus emociones. Al llegar aquí vio lo que realmente era vivir feliz, algo que solo imaginaba junto a su prima, y ni siquiera con ella era realmente sincero... Es como un bebé hambriento de amor...

Pena...

Hambriento de amor...

Lástima...

-Eso es... lástima... no lo aman... –se dijo limpiándose las lágrimas –Jajaja, no lo aman... que tonta he sido... Solo le tienen pena... es un pobre imbécil que ha tenido una vida desgraciada... Corazones puros como los Sakura o Eriol no pueden resistirse a esa clase de sufrimientos... Solo lo cuidan como cuidarían de un perro herido... Jajajaja, nadie lo ama...

Riendo, la mujer se alejó caminando a tropezones. Sus risas aún se oían en la sala cuando Ruby Moon apareció en ella. Su expresión eternamente alegre estaba empañada por la preocupación y la sorpresa... nunca habría creído que alguien como Tomoyo fuera tan rencorosa y posesiva.

-...Esto está mal...

Pacientemente esperó la noche. Tomoyo no reapareció en todo el día, y Eriol se refugió en su oficina, acompañado por Spinel, aunque el hombre se negaba a aceptar su compañía. Una vez llegada la noche, la Guardiana de la Luna Escarlata extendió sus alas y voló hacia la casa de Touya. Necesitaba hablar con Yue.

-Buenas noches Touya...

-Nakuru... hace tiempo que no te veía con esa forma... –comentó cansado –

-Si, es para ahorrar un poco de energía.... Pero... ¿cómo estás?

-...Yo estoy bien...

-¿Y Yue?

-Cada día se debilita más... ya no se qué hacer... –Kinomoto se mordió el labio y cerró los ojos con fuerza mientras las lágrimas comenzaban a correr –

-Supe... que Eriol te ofreció una solución... ¿qué has pensado de eso?

-Necesitamos a Li... pero ninguno está mentalmente estable como para hacerlo... además, Sakura no se aparta de su lado, y ella no permitirá ningún cambio...

-Te fe... –dijo poco convencida- verás que todo saldrá bien...

-Yo.. voy a comprar un poco de comida... ¿podrías quedarte con él unos momentos?

-Claro. Confía en mí...

-Gracias.

Cuando la puerta se cerró, Nakuru se vio sola en una casa muerta. Antes ese lugar estaba lleno de magia, pero no de hechizos o cosas así, sino de esa 'magia' que tienen los lugares en donde la gente es feliz. La sala llenaba de alegría, y por las ventanas siempre entraba el alegre sol y la tranquila luna... aquella noche era oscura... no había luz en aquél lugar. Las paredes no brindaban seguridad como antes. La cocina no creaba esas ganas de cocinar... todo se había desvanecido, dejando una estela de pena y de sufrimiento.

-Para un ser mágico que su amo reniegue de él, es como para los humanos morir de asfixia. La vida se escapa lentamente, avisando, diciendo, "vas a morir". Las fuerzas se esfuman y sienten el odio de su creador... y sufren... hasta su último aliento sufren como ninguna criatura en el mundo... Es la muerte más cruel que existe.

-¿Yue?, ¿estás despierto?

El Ángel abrió lentamente sus ojos y esbozó una pequeña sonrisa.

-Tanto tiempo... Nakuru...

-Así es...

Akitsuki temió seguir hablando. Yue estaba peor de lo que imaginaba. Sus ojos no brillaban, y su melena caía sin vida, intentando abrazar ese cuerpo celestial. Se veía tan diferente a dos días atrás.

-¿Te arrepientes de haber venido?

-¿Eh?

-Por tu expresión... –con algo de esfuerzo se sentó y acomodó las colchas –me da la impresión de que venías a conversar algo importante, y que te arrepentiste.

-... Hoy... escuché sin querer un monólogo de Tomoyo...

-¿Tomoyo?

-Es una mujer peligrosa Yue... está obsesionada con Eriol y Sakura-chan... mientras la escuchaba me llené de miedo... no lo sé...

-Nakuru... necesito pedirte un favor importante.

-Dime.

-Vigila a Li. Tengo la impresión que intentará suicidarse en cualquier momento, y no quiero que eso ocurra....

-¡¿Suicidarse?!

-Quédate junto a él, o convence a Kerberos... no ha querido oírme cuando le hablo, está con la idea de cuidar de mí pero... su amor por Sakura no le permite comprender que la única manera de cuidarme es sacándome de sus manos...

-...¿Tienes miedo Yue? –el molesto silencio que se formó después de esas simples palabras llenó el ambiente de tensión y amargura-

-Si, tengo mucho miedo Nakuru... –dijo con voz quebrada –No quiero morir... no ahora que soy feliz... no ahora que... que podía vivir tanto tiempo libre, seguro del poder de mi Maestra y de su decisión de mantenernos con vida...

Las palabras fueron cortadas por el llanto. Nakuru volvió a su forma real y abrazó a Yue, cobijándolo en su pecho. Por primera vez los hijos de la Luna se buscaban para consuelo y protección.

-Haremos todo lo posible Yue... te lo prometo. No permitiré que ni a Li ni a ti les pase nada.

Una nueva sombra los cubrió, y ambos Guardianes sonrieron tenuemente. Kerberos apoyó su enorme cabeza sobre el hombro de la Guardiana y se mantuvo en silencio. Touya llegó poco tiempo después, pero no interrumpió el momento. Sabía que no podía entender del todo las sensaciones que llenaban a su amado durante esos tristes momentos y estar con sus pares le haría bien. Sin embargo, de pronto, se sintió solo. Yue tenía a Ruby Moon y Kerberos con él... pero él... Touya Kinomoto... ¿a quién tenía él?

***ediciones_ryochan@hotmail.com***

Notas: ¿Qué les parece?. Espero que les guste lo que está pasando. Nos vemos en la próxima. ¡Ja ne!