Capítulo 16: ...Solo lo inevitable...
Tres días habían pasado.
Tomoyo golpeteaba el lápiz contra la mesa en un gesto de impaciencia. Sus piernas estaban cruzadas y en su linda cara el labio un poco torcido mostraba lo poco que le importaba el informe que ese patético sujeto le estaba dando.
-¿Eso es todo? –preguntó sin dejar de jugar con el lápiz –
-...Creo que si Señora...
-¿Crees?
-Es todo... –corrigió de inmediato –
-¿Estás diciéndome que su único pecado es ser gay?
-S-si...
-Su bar está en regla, no hay peleas en las fiestas, el alcohol está autorizado y no esconde criminales, ¿eso quieres decirme?.
-Si Señora... eso mismo...
-O sea que el maldito está limpio... –el tipo asintió nervioso –Pues quiero que ahora tu intentes entender esto... –con gestos lentos y felinos se levantó para golpear fuertemente la mesa -¡Eso no me sirve!, ¡ese maldito debe estar muerto o preso antes que este mes termine ¿me oyes?!, ¡inventa algo en su contra!, ¡lo que sea!
-P-pero... su marido siempre está al corriente de lo que hace. No se puede hacer nada sin que él lo sepa.
-Yo me encargo de Eriol y tú encárgate del maldito Takato, o Takuro, como se llame.
-C-claro... permiso...
-Vete de una vez. No me sirves.
Rápidamente el sujeto da la vuelta y sale de la lujosa oficina que ocupaba Tomoyo. La mujer esperó unos segundos y luego se lanzó a su sillón pesadamente, jugando nuevamente con el lápiz.
-Maldición... ¡no puedo vengarme de ninguno!
Frente a ella, un papel blanco estaba escrito con una lista de nombre ubicados por orden de importancia:
*Nakuru
*Miaka
*Takato
*Yue
*Syaoran.
El nombre de la Igarashi estaba tachado debido a la obvia imposibilidad de planear algo contra un muerto. A Nakuru no podía tocarla sin enfrentarse directamente a su marido. Takato había salido un gay honorable y no tenía nada con qué acusarlo. Al parecer, solo le quedaban sus últimas dos víctimas. Sin embargo, su orgullo le impedía rendirse en cuanto al rubiecito amigo de su marido. Debía haber alguna manera de sacarlo del medio, pero ésta se escondía de Tomoyo, negándose completamente a salir frente a ella.
-Demonios... –furiosa levantó el teléfono y marcó -¡Hijiri!
-Se-Señora Tomoyo...
-¡¿Cómo puedo hacer algo?!
-Pues...
***
La noche reinaba con una Luna opaca y distante. Touya miraba tristemente el cielo con Yue apoyado en su regazo.
-Ya no te preocupes –le dijo el ángel –No me hará nada..
-No confío.
-¿No confías en tu propia hermana? –preguntó con un tono neutral –Si hubiera querido matarme ya lo hubiera hecho.
-...No confío en ella... No puedo...
El viento zumbó llevando la tímida lágrima de Yue. Destruir la hermandad de Sakura y Touya era el peor castigo que podía tener sobre sus hombros.
-¿Vendrás a dormir? –preguntó Tomoyo trenzando su largo cabello mientras miraba a Eriol-
-Voy enseguida –le contestó con la voz apagada, sin despegar los ojos de su vaso de whisky. La mujer bufó molesta. –
-¿Hasta cuándo estarás así? –interrogó –
-¿De qué hablas? –su voz sonaba tan ausente que parecía que contestaba por inercia –
-Tienes que estar en forma para el cambio de mando –susurró simpática en su oído mientras rodeaba su cuerpo con sus brazos –Además, ya sabes que nuestro hijo viene en camino... no debes estar triste. Sé que estimas mucho a Syaoran, pero sus penas son SUS penas, no las tuyas.
-... Quizá...
Eso Tomoyo, siempre convincente.
-Deja que Sakura se encargue de él. ¿Qué dirá el país cuando te vean asumir el mando con esa cara de muerto? –un triste suspiro le indicó que sus palabras entraban en la mente adormilada de su marido. Sonriendo triunfante caminó hasta su habitación y se acostó. Poco a poco haría que Li sintiera lo que es perder todo lo que ama.
Levantándose pesadamente, Eriol miró por la ventana el cielo nocturno. Sintió nostalgia por esas noches tranquilas y risueñas con su amante prohibido, seguidas de la pasión que solo entre ellos había sentido. Pero todo eso se había acabado.
-Ya no más Eriol... ahora eres marido, presidente... y padre...
Las nubes avanzaron mostrando la lluvia que venía. La temperatura bajaba rápidamente, alejando los días felices del verano que recién terminaba.
La música sonaba bastante fuerte, y las parejas bailaban sin reparar en el frío que reinaba en el exterior. La pista de baile estaba bullendo en calor, mientras el ritmo y las luces distorsionaban el ambiente y los sentidos. Ese era el salón principal de 'AkiTsuki' el pub homosexual más famoso del barrio. Recientemente remodelado, con todos los papeles al día y con un local mucho más amplio y seguro, el negocio de Kurosawa Takato avanzaba viento en popa.
El rubio dueño se paseaba entre sus clientes mostrando su dentadura perfecta y bello cuerpo, flechando a varios de sus 'habituales' y a otros que se embelesaban con su hermosura de televisión.
-¿Sales Takato?
-Quedé de ver a mi hermana en casa. Llega durante la noche y quiero estar en casa para recibirla.
-Dale mis saludos.
-Muchas gracias. Te encargo todo.
Todo en manos de Satoshi, su mano derecha. El local estaba lleno y no había problemas. Sus guardias mantenían todo en orden y estaba seguro de la tranquilidad de la noche dentro de su bar.
El camino hasta su Citröen Picasso no era largo, aunque sí muy oscuro. Los grupos arrinconados en las sombras no eran raros, y no intimidaban a Takato, criado en tales barrios.
Su mano solo alcanzó a posarse sobre la manilla de la puerta cuando algo lo sujetó por detrás al tiempo que sentía como el parabrisas se quebraba debido al golpe que aquél extraño le había dado. Otros dos salieron de la nada, y lo redujeron antes que pudiera reaccionar o defenderse.
-Maldito homosexual... eres escoria...
Lo siguiente nunca estuvo claro en su mente: golpes, insultos y más golpes. El calor de su vehículo ardiendo le quemaba la piel mientras escuchaba en la lejanía la pelea entre sus amigos y sus atacantes. Poco a poco todo fue oscureciéndose...
-¡Takato!, ¡llamen a una ambulancia!, ¡rápido! ¡Takato!
***
-¡Que nadie lo vea!, ¡si veo una sola noticia juro que rodarán cabezas!
El teléfono fue a estrellarse contra la pared contrario con increíble fuerza para una mujer tan pequeña y delicada. Esto era el colmo.
-¡Por Dios que no lo vean!
¡¿Cómo se enteraba de todo?!, ¡¿quién diablos estaría contratado para informar a Eriol todos los movimientos del maldito gay?!
-¡Si se arma escándalo, me divorcio!
Y obviamente Eriol había salido de inmediato en cuanto sonó el teléfono...
-¡¿Qué?!, ¿Cuándo?
-'Anoche, está en el hospital Central'
-Voy para all
Pero lo había hecho. No podía matarlo, no podía hundirlo, no podía desprestigiarlo, ni encarcelarlo. Sin embargo, podía pagar a un grupo neo-nazi para que lo golpearan hasta que quedara en coma, o muerto, lo que se diera primero. La conexión nunca saldría a la luz. Esos grupos segregacionistas siempre rondaban los barrios homosexuales, hostigando y abusando. Uno más no sería problema. Takato no sería problema.
-Uno menos.
*Nakuru
*Miaka
*Takato
*Yue
*Syaoran.
Y contenta, miró su lista.
-Sigues tú angelito....
La figura albina del Juez Yue le provocó ternura y admiración por un momento. Pero solo por un pequeño momento. Casi de inmediato se apoderó de ella la ira y la compasión. Esa pobre criatura sin voluntad ni alma sería destruida por aquella a la que veneraba....
-¿Qué triste no? –se preguntó sarcástica –Pero eso pasa cuando haces cosas que no debes Yue... tú solo debías proteger a Sakura... nada más.
Lamentablemente, aún no pensaba en nada para el Juez. Si bien tenía una pequeña idea, no sabía con qué rapidez podía llevarla a cabo. Sin embargo, su regalo hacia Li ya estaba listo.
-Espera paciente Li Syaoran... ya llegará tu turno....
Su risa desenfrenada fue interrumpida por un leve mareo. Su delicada mano tapó sus ojos oscuros mientras sus carcajadas renacían débilmente.
-El tiempo pasa.... –dijo poniendo una mano sobre su vientre –y mi victoria sobre ti se acerca Syaoran-kun.... y nadie evitará que nazca....
***
Arroz al curry, pescado, ensalada, jugo, pan, palta reina de entrada (*) y almendrado de postre.
[(*)Notas de Rio: palta reina es una entrada de media palta sin cuesco (semilla) en cuyo espacio se coloca una mezcla de pollo con mayonesa o atún con mayonesa. Es deliciosa.]
-¿No comerás?
-Eh... yo..... si, claro... Itadakimasu... –susurró sonrojándose de pronto. Sakura sonrió al verlo. Poco a poco Syaoran comenzaba a recuperarse, tanto físicamente como psicológicamente, y eso la alegraba muchísimo. –Gracias por cocinar Sakura....
-No te preocupes. Tienes que alimentarte para estar fuerte.... esas ojeras no te sientan bien...
Hasta el momento a la alusión de sus ojeras, Li mostraba una leve pero hermosa sonrisa en sus labios resecos. Sakura no dejó de notarlo, y su alegría también se desvaneció.
-¿Qué?, ¿dije algo malo?
-No.... solo.... –a medio terminar, la bandeja con comida fue dejada a un lado mientras Syaoran sentía que su barbilla comenzaba a temblar –Sakura.... yo.... Tú y yo hemos hablado mucho en estos dos días.... pero....
-¿Qué pasa? –preguntó sentándose a su lado y tomando sus manos entre las suyas –Estás temblando...
-Yo.... aún hay cosas que no te he contado Sakura.... y me hacen daño...
-Me preocupas Syaoran... dime por favor, puedes confiar en mí...
-Sakura.... las ojeras... y mi bajo peso.... no es depresión ni nada.... La razón es otra... yo... yo Sakura... –ella observaba esperando ansiosa. Li no parecía decidirse a hablar, pero sabía que no podía presionarlo –Soy drogadicto Sakura....
***
-¿Seguro que estás bien?
-Si.
-¿Pero realmente estás seguro?
-Si.
-¿En serio te sientes bien?
-Si....
-Pero...
-¿De cuántas maneras piensas hacer la misma pregunta?
Kerberos frunció la nariz y ladeó su enorme cabeza.
-Vaya, tu mal humor ha vuelto. Eso significa no solo que estás bien, sino que también estás recuperado.
-¡No estoy de mal humor!
-Si, si, Juez Gruñón.
-No te pongas así...
-No me pongo de ninguna manera –gruñó dando la espalda a Yue y echándose sobre su costado –
-Kerberos.... No seas exagerado...
-Y tú no seas tan malhumorado.
-No soy malhumorado....
-Si lo eres
-No lo soy
-Que si...
-Que no....
Touya sonreía mientras observaba divertido la absurda discusión entre los mágicos hermanos.
-No soy gruñón
-Si lo eres.
Kinomoto salió de la habitación sin hacer ruido, retirándose a la cocina, en donde Nakuru y Spinel esperaban.
-¿Cómo se encuentra Yue? –preguntó la pantera –
-Ya está bien, gracias por preocuparte.
-¡El pastel está listo! –anunció la Guardiana desde el fondo de la cocina –
-Le avisaré a los otros.
El pasillo continuaba en silencio, con la luz del sol tempranero dando en las paredes y pulido piso.
-Muchachos.... –dijo abriendo la puerta, pero.... -
-No soy gruñón.
-Si lo eres
-(¬.¬U) El desayuno está listo.
Fin de la discusión.
***
Eriol llegó esa tarde a la casa completamente pálido. La fatiga ya no lo dejaba caminar ni ver con claridad, por lo que se desplomó sobre la entrada en cuanto sus pies pisaron la pomposa alfombra de su sala. Tomoyo, que lo esperaba hacía horas, corrió hacia él y pidió ayuda a los numerosos sirvientes que habían en la casa. Rápidamente Hiragizawa fue llevado a su habitación, mientras el médico de cabecera era contactado.
-¿Estás bien Eriol?,
-Si... solo estoy cansado....
-Que alivio.... ¿Te apetece algo?
-Cualquier cosa que pueda echarme a la boca.... –susurró sonriendo –cualquier cosa.... –aunque la frase le trajo 'poco decorosos' recuerdos que lo hicieron ponerse colorado –
-¿Estás bien Eriol?, ¿Tienes fiebre?
-Eh... n-no.... yo solo...
-Llamaré otra vez al médico.
-No Tomoyo...
-Regreso enseguida...
Y salió. El inglés suspiró sonoramente...
-Nunca estás quieta.... ¿cuándo podré decirte lo que decidí?, solo espero que no se entere por otros lados...
El médico y llegó y ordenó algunos chequeos médicos. Eriol estaba demasiado pálido, y sus últimos exámenes solo mostraban un progresivo deterioro en la, otrora, salud de hierro del político.
-No le recomiendo seguir con esto de la presidencia Eriol-san. Usted lo sabe. Si quiere vivir otros 40 años, debe tratarse inmediatamente.
-Lo se...
-¿Ha hablado con su esposa?
-No he podido.
-Hace más de un año que su salud decae, ¿cómo es posible?
-Yo... me había sentido bien...
-¿Alguien más sabe de esto? –Eriol asintió -¿Quién?
-...Li Syaoran.
-Que bueno que es su amigo. Hable con él para que a su vez él hable con su esposa. Quizás Tomoyo-san no lo tome bien, menos con su embarazo, necesitará de todo el apoyo de Sakura-san
-Si... lo intentaré.
-No se aflija. No es grave. El diagnóstico final ha sido muy, pero muy oportuno. Si se opera dentro de los próximos 6 meses, la posibilidad de recuperación total es un cien por ciento.
-Claro. Muchas gracias.
Una vez más Eriol se vio solo en su habitación.
Tomoyo embarazada, Yue casi muerto, Sakura enterada de todo, Syaoran al borde del colapso y él con una bolsa de líquido en el pulmón derecho.
-¿Qué más puede pasar?
Suspiró intentando consolarse, pero una vocecilla en su cabeza gritaba y gritaba...
Muchas cosas Eriol... aún pueden pasar muchas cosas....
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[Notas de Rio antes de continuar: ¿Alargo o no alargo el capítulo?. Esto de ir metiendo ideas nuevas a veces es poco prudente. Pero no pude aguantarme. Todos están mal. ¿Porqué Eriol debería estar bien?. Bueno, no lo sé.... ¿Seguir o no seguir?, eh ahí el dilema..... , ¡ya sé....! ]
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Notas finales: jejeje, no se preocupen. Lo siguiente es cortito (ojalá) y luego.... ojala el final....
