AMANDO LA VIDA

Disclaimer: Estos personajes no son de mi propiedad. Ni de la propiedad de J.K. Rowling, ni de la Warner... Estos personajes son tuyos, lector, porque eres tu quien da vida y valor a nuestros mundos maravillosos en tu cabeza. Nunca dejes de hacer volar tu imaginación...


4. TIEMPOS EXTRAÑOS.

Harry no podía distinguir muy bien donde estaba. Todo era neblinoso y apenas podía distinguir a una sombra, agachada frente a él.

·¿Estas seguro de eso? – preguntó Harry con una voz que congelo el ambiente.

·Totalmente. Esta misma mañana oí como Dumbledore se lo comentaba a otro miembro del Departamento de Seguridad Mágica, un tal McFarrow – contestó el otro con aire asustado.

·Así que nuestro querido director aumenta su plantilla en Hogwarts con otro miembro de la Orden. ¿Sabes lo que significa, verdad?

·Es imposible que sepa nada, señor – replicó el hombre, estremeciéndose al sentir la irritada mirada de su en la nuca.

·¿Cómo has dicho?

·Lupin y Dumbledore son viejos amigos, señor. Sin duda, el director ha aprovechado el caos que reina en el Ministerio para volver a... "enchufar" a Lupin sin que haya quejas.

·Es posible... Eres listo, Weasley, muy listo... Que tu inteligencia no te traicione. El plan sigue en marcha. ¿Están ya informados nuestros amigos?

·Si, señor. Saben perfectamente lo que tienen que hacer.

·Algún día serás alguien importante entre nosotros. Tu capacidad de cumplir ordenes te reportará poder si sigues a mi lado.

·Si, señor. Gracias, señor. – contestó abrumado el muchacho.

·Levántate – ordenó Harry secamente – Y largo de mi vista. No regreses si no tienes alguna buena noticia para mí.

Entre la bruma, Harry notó como un joven, vestido de mortífago, se incorporaba, reverenciándole. Pudo distinguir unos mechones de pelo rojo tras la careta que le ocultaba antes de que todo volviese a ser oscuro y tranquilo.


Harry se removió en su asiento, a la vez que notaba como la luz del sol de poniente le desvelaba. Le dolía levemente la cicatriz, ninguna novedad últimamente, pero no era eso lo que le irritaba. Sabía que había soñado algo relacionado con lord Voldemort, pero no era capaz de recordar exactamente el qué. Hablaban de Hogwarts...

Molesto consigo mismo, Harry se golpeó mentalmente antes de abrir los ojos: "¡Estúpida Oclumancia! Vaya una cosa más inútil..."

Frente a sí pudo ver a su compañero, Ron Weasley, adormilado como él. Hermione Granger se encontraba enfrascada en algún volumen terriblemente difícil sobre hechizos metamórficos o algo por el estilo, sin presentar muestras de notar lo que ocurría a su alrededor. No había ni rastro de Ginny, algo le decía que su compañero Dean tenía algo que ver...

Tal vez Voldemort había interrumpido la conexión porque ya no le era útil. Quizás ahora él estaba demasiado ocupado como para preocuparse de Harry.

Pero eso no le importaba al muchacho. Por primera vez tenía en la cabeza algo más importante. La pregunta que tanto tiempo llevaba haciéndose saltó de su mente al aire:

·¿Creéis que Sirius está recuperado?

·Como por ensalmo, sus amigos reaccionaron mirándole, como si estuviesen pensando lo mismo.

·Seguro que ha vuelto a ser el Hocicos de siempre – afirmó Ron con optimismo.

·Si, claro, dos semanas sirven para olvidar los horrores de una tortura eterna... – murmuró Hermione con cinismo, ganándose la mirada reprobatoria del pelirrojo.

·No sé, todos insisten en que está bien, pero... Su mirada... – dijo Harry, más para sí mismo que para los demás.

·Dale tiempo, Harry. No digo que vaya a olvidarlo todo, pero con un poco de actividad irá mejorando, estoy segura.

Los tres amigos no pudieron continuar la conversación, pues un intruso se coló, cerrando de un golpe la puerta del compartimento. Neville Longbottom les miraba con aire asustado mientras intentaba sonreír, presa del nerviosismo.

·Harry, Hermione, Ron... ¡Qué sorpresa! – el chico suspiró sofocado ¿Qué tal las vacaciones?

·¿Ocurre algo, Neville? – preguntó Hermione preocupada.

·Mmmmm... Crabble y Goyle me buscan para partirme el cuello. ¿Qué tal los TIMOS?

·¿Cómo dices¿Qué es lo que ha pasado? – se exaltó Harry, preguntándose si tan pronto iban a empezar los problemas ese curso.

·Antes de que Neville se plantease responder, la puerta volvió a abrirse para dar paso a una Luna Lovegood con los mismo ojos brumosos de siempre y riendo a carcajadas.

·¡Ha sido genial, Neville! – exclamó con dificultad – Ah, hola chicos. ¿Ya os contó lo que pasó?

·¡No! – se enfadó Ron ¿Se puede saber que...?

·Malfoy vino a meterse conmigo, como siempre, rodeado de su guardia – explicó Neville con aire confuso – Yo me cansé, y le pregunté que qué tal le iba al mortífago inútil de su papaito en Azkaban.

·¡No! – gimió Hermione.

·¡Sí! – gritó Luna entre carcajada y carcajada.

·¡Genial! Bien hecho, Neville! – comenzó a reír también Ron..

·Y ahora esos dos animales me buscan y mi cabeza tiene precio – concluyó el chico a la desesperada.

·Pero... ¡Ha sido genial¡No se lo esperaba! Se ha quedado ahí, mirándole, con la mandíbula desencajada... – Luna volvió a reír, teniendo dificultades para respirar.

·Aún no se como te has atrevido... – murmuró Harry, sinceramente asombrado.

·Soy un Gryffindor. Miro al enemigo a los ojos, me río cuando veo el peligro... Y luego me escondo hasta que desaparece – terminó, esta vez entre las risas de todos ¡Ayudadme!

·Tranquilo, Neville, no creo que se atrevan con todos nosotros. Y si lo hace, le daremos su merecido – afirmó Harry intentando tranquilizar a su amigo.

·¡Sí! Tengo ganas de darle su "merecido" a Malfoy – se emocionó Hermione.

Todos sus amigos quedaron atónitos.

·¿Qué? Yo también tengo derecho a volverme violenta con Malfoy – se explicó sonrojándose.

La tarde continuó entre bromas y risas, y tanta era su diversión que apenas se dieron cuenta de que habían llegado a Hogsmeade.

·Vaya, vaya, mira adónde fue a esconderse Longbottom... Me temo que ahora mismo ese no es el lugar más seguro. Si acaban con Potter, también acabarán con ... – una voz burlona les hizo pararse en seco.

·¡Malfoy¡Qué desagradable sorpresa! – exclamó Hermione sujetando a Harry por el brazo mientras Luna hacía lo propio con Ron – Tenía ganas de verte. Me he estado acordando de ti todo el verano...

·¿Eh? – murmuró Malfoy confundido.

·Sí, claro. Siempre que leía algo sobre Azkaban – concluyó la chica mientras sus amigos se carcajeaban de rubio vencido.

El grupo, al que se había unido una sonriente Ginny, comenzó a andar, alejándose de Malfoy y su tropa, que no sabían si seguirles o no, visto que ese día tenían todas las de perder. De repente, el ambiente se enfrió y una especie de bruma los envolvió a todos. De hecho, todo el andén pareció llenarse con esa niebla densa que apenas permitía ver a los chicos a quien tenían al lado.

Con experiencia de años, Harry sacó rápidamente su varita, y sus amigos siguieron su ejemplo, agrupándose y temblando. El chico pudo vislumbrar de reojo como Malfoy y compañía les imitaban, atemorizados.

En el espacio que separaba a los dos grupos enfrentados se aparecieron tres personas. Girándose con celeridad, vio que eran muy altas, vestidas de negro, con la cabeza gacha. Harry pensó que eran mortífagos, pero pudo notar como se ponía en tensión cuando las criaturas alzaron el rostro.

Pálidos como muertos, calvos, con un rostro arrugado, esos seres provocaron en todos auténtico pavor... Dentro de su asombro, Harry alcanzó a oír como uno de sus amigos caía al suelo de rodillas. Fue entonces cuando se fijó en los ojos de las criaturas. Ambarinos, con una pupila vertical como la de los gatos; el que estaba más adelantado de los tres clavó en Harry su mirada y el muchacho notó como el brumoso andén y todo lo que le rodeaba se desvanecía ante sus ojos y se reemplazaba por oscuridad.

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Un circulo de llamas se encendió a su alrededor, revelando que un grupo de personas, cubiertos con capas negras y mascaras blancas, le cerraba el paso, rodeándoles a él y a un desconocido que cubría su cara con la capucha de la capa.

·Atención, mis fieles seguidores. Todos tenemos la oportunidad de aprender una valiosa lección: Nadie es más fácil de vencer que aquel que se atreve a amar.

El desconocido se desprendió de su capucha y lord Voldemort reveló su rostro. Sonriendo abiertamente, con los ojos brillando de alegría, miró a Harry de forma burlona.

·Traedlos – ordenó con voz fría.

Entre empujones, un grupo de mortífagos obligó a avanzar a un pequeño grupo de personas, entre las que distinguió una ligeramente más alta que las otras.

Como si un puño de hielo estrujase su corazón, Harry sintió que perdía la facultad de respirar cuando las tenues luces le revelaron las caras de Ron, Hermione y Sirius como las de las tres infortunadas víctimas.

·Míralos, Harry. Les quieres¿verdad? Tranquilo, no voy a hacerles daño – afirmó lord Voldemort.

El chico se giró, mirándole con sorpresa, sin poder creer lo que oía. Por alguna razón no podía hablar ni moverse, solo podía quedarse allí, observando la escena horrorizado.

·Sí, hablo en serio, no voy a matarles – sus ojos emitieron un brillo cruel mientras sacaba su varita – Tú vas a hacerlo.

Harry volvió a girar la cabeza hacia su padrino y sus amigos, que atados y amordazados, le miraban con el terror pintado en cada centímetro de su rostro.

La maldición Imperio lanzada por Voldemort le impactó de lleno, vaciando su cerebro de todo lo que estaba viviendo en ese momento. Casi agradeció la sensación de vacío y tranquilidad.

"Coge la varita... Vamos, cógela." Una voz lejana le ordenó actuar, y sin tan siquiera resistirse, tomo su varita, que estaba tendida hacia él por alguno de los mortífagos.

"Ahora, tortúrales... Tortura y mata a los tres... A lo únicos que amas..." Tan grande era el deseo de escapar de la situación, de evadirse por completo de todo lo que estaba pasando, que no era capaz de poner resistencia o negarse. Apenas dudo en llevar a cabo la orden.

Y sentía resbalar las lagrimas por sus mejillas mientras sus amigos sufrían, notando como incluso en su dolor le miraban para intentar tranquilizarle y decirle que no le culpaban. Como antes de morir en agonía, le miraban directamente a los ojos para transmitirle lo mucho que le querían y que tenía todo su apoyo... Justo antes de que de la varita de Harry brotase un chorro de luz verde que se dirigía hacia ellos... Y de que con un golpe seco cayesen al suelo, sin vida... Y de que Harry lo perdiese todo, los únicos que le importaban, de su propia mano...

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·¡Harry¡Harry, despierta! – el chico notó como lo sacudían violentamente. Entreabriendo los ojos, Harry vió como Hagrid le miraba con el pánico tiñendo sus oscuros ojos.

·¿Qué ha pasado? – preguntó con voz somnolienta, intentando incorporarse.

·¿Estás bien? Vamos, yo te ayudo – alargando sus enormes brazos, tomó al muchacho en volandas y lo colocó en posición vertical – Por favor, despierta a los otros y asegúrate de que estén bien. Tengo que ir a ver como están el resto de los alumnos.

Y sin más explicaciones, se alejó entre la densa niebla que aún persistía en el andén.

Uno por uno, Harry fue despertando a sus amigos, ayudándoles a levantarse del suelo, donde todos habían caído, presa de aquellos ojos amarillos.

·¿Y Malfoy? – preguntó Hermione, la primera en recuperarse – No podemos dejarle ahí...

·¿Cómo que no? – se sorprendió Ron, girándose para observar a Draco, que seguía tirado en el suelo, agitándose en sueños.

·Mmmmm... – Hermione miró a Harry escandalizada – Está bien, está bien, ya voy yo... Preparad las varitas.

El chico se dirigió hacia su enemigo y, con cierto reparo, se inclinó sobre él.

·¡Malfoy! Eh, Malfoy, despierta... – pensó que tenía la oportunidad idónea para golpearlo, aunque finalmente se decidió a tomarle por los hombros y zarandearle con fuerza. Después de unos segundos, el chico pareció reaccionar, abriendo los ojos.

Harry se quedó helado al ver los ojos grises de Malfoy. Reflejaban un horror mucho mayor del que podía haber visto en sus amigos.

·¿Potter¿Qué...¿Qué ha pasado¿Qué demonios eran esas cosas? – parecía que su miedo no le permitía darse cuenta de a quien tenia delante. A Harry incluso le asustó oír a Malfoy sin su habitual tono de soberbia.

·Eh... No lo sabemos todavía, pero ha dejado KO a todo el mundo – le contestó, ayudándole a levantarse – Despierta a tus amigos, yo voy a ver como están los demás.

·Sí, vale... De acuerdo – murmuró Malfoy.

·¿Qué te ha dicho? – le preguntó Ron a Harry cuando este regresó, mirando a Draco de forma agresiva.

·Eh... Nada, esta tan confuso como lo estamos todos. ¿Alguien sabe qué demonios eran esas criaturas?

·Pues... Yo es que no las he visto bien. Solo he visto unos ojos amarillos y me he desmayado... – Hermione parecía irritada por no saber algo.

·Son billbert, criaturas de vigilancia como los dementores. Se dice que el Ministerio los creo... – empezó a explicar Luna con aire de fascinación.

·Sí, sí, claro... – empezó a su vez Ron a discutir.

·�¡Vamos, todos a las carrozas¡Los de primer año aquí¡Venga, moveos, aquí primer año! – bramó Hagrid desde el otro lado del andén, interrumpiendo a Luna, que ya iba a replicar contra el escepticismo de Ron.

Todos los alumnos se dirigieron en masa hacia la salida del andén, aproximándose hacia los thestrals y subiendo a las carrozas. Todos comentaban lo que había sucedido hacía unos minutos, preguntándose qué habría sido eso.

Harry no hablaba, recordando la pesadilla que había vivido, demasiado conmocionado para poder decir nada. Tampoco Malfoy decía nada, y se detuvo antes de entrar a su carroza para mirar a Potter, que iba tan cabizbajo como él. Tampoco debía haber tenido un sueño agradable; se preguntó si habrían tenido la misma visión. Dudaba que algún día lo supiese...


El traqueteo de la carroza, que atravesaba los verdes parajes, les llenaba la cabeza, mientras que los numeroso baches les hacían oscilar peligrosamente.

Pero ninguno de esos hechos eventuales hizo apartar la mente del tema a ninguno de sus tres ocupantes.

·Entonces¿estamos seguros de lo que queremos hacer? – preguntó una voz masculina, ciertamente temblorosa.

·¿Después de todo lo que hemos luchado vas a echarte atrás? – masculló una irritada y seca voz, esta vez femenina.

·No es eso, es que... Nos la estamos jugando. Y mucho – respondió otra voz femenina, distinta de las anteriores, que denotaba en su tono cierta duda.

·Hablamos de ayudar al lado tenebroso – agregó el primero.

·¡ Qué lado tenebroso ni que pamplinas! – se enfureció una de las dos mujeres que había dentro de la carroza – Si después de tantos meses de preparación vais a tirarlo todo por la borda, no hace falta que le temáis¡yo misma acabaré con vosotros!

·Tranquilízate¿quieres? – murmuró molesta la otra mujer – A lo que me refiero es... No sé, quizás este no es el momento más adecuado.

·No te entiendo... – cedió un poco su contrincante.

·Si esperamos un tiempo... Si dejamos que se sienta seguro y baje la guardia... Ese será el mejor momento – una sonrisa brilló en la penumbra, iluminada tenuemente por rayos de luna, y que permitía vislumbrar tres sombras.

·Está bien, de acuerdo, démosle tiempo... – concedió finalmente, tras una breve reflexión ¡Y tú¡Escúchame bien!

Una sombra se encogió en el asiento de enfrente, murmurando algo ininteligible.

·¡Nunca hables del lado tenebroso¡Nunca hables del bien y del mal! Si crees que estas haciendo algo malo, nunca lo harás de la forma adecuada. ¿Aún lo recuerdas?

·No existe el bien ni el mal... – masculló el asustado chico.

·... solo poder y gente demasiado débil para cogerlo – completó la otra con voz fría.

Ella conseguiría el poder. No era ni sería nunca sierva de nadie, solo de sí misma y de su sed de venganza. Solo debía ser paciente... Y esperar...


En el bullicioso comedor solo había un tema de conversación: el ataque en la estación de Hogsmeade. Quien más y quien menos tenía su opinión al respecto.

Solo dos alumnos permanecían en completo silencio: Harry Potter y Draco Malfoy, que rodeados de los compañeros de sus respectivas casas, parecían inmersos en su mundo.

Solo cuando el constante murmullo empezó a apagarse, ambos alzaron la cabeza, dirigiendo la mirada hacia el director de Hogwarts, que les recibía, como todos los años, con los brazos abiertos.

·¡Bienvenidos¡Sed todos bienvenidos al colegio Hogwarts! Estoy muy contento de ver a tantos viejos amigos y de conocer a algunos nuevos – declaró, sonriendo a algunos de los alumnos que acababan de ser seleccionados – Antes de que vuestros estómagos traicionen a vuestros cerebros, me gustaría hacer una serie de anuncios.

La sala quedó ahora en completo silencio, y notando todas las miradas clavadas en él, decidió comenzar.

·Primero de todo, me gustaría advertir a los alumnos de primer año que el Bosque Prohibido está fuera de los limites permitidos por las normas del colegio. Recomiendo encarecidamente a todos que se aproximen a él lo menos posible si no quieren enfurecer a las criaturas que allí habitan.

Harry y Hermione intercambiaron una mirada astuta, recordando su ultimo encuentro con los centauros. Decididamente, no pensaban acercarse allí ni a dos kilómetros.

·Imagino que todos estaréis intrigados por saber que ha significado el... recibimiento de la estación – en este momento el silencio del Gran Comedor se tornó de respetuoso a tenso – Permitidme que os explique. Las criaturas que habéis visto esta noche se llaman billbert. Son criaturas de vigilancia, similares a los dementores, de los que estoy seguro de que casi todo el mundo habrá oído hablar. Se cree que estos seres fueron creados por el Ministerio de Magia hace unos 200 años, y desde entonces han permanecido fieles a él.

Harry se percató de que Luna dirigía hacia su mesa una mirada penetrante y una sonrisa burlona. El chico notó como a su lado, Ron se daba una sonora palmada en la frente. A pesar de su interés por lo que Dumbledore estaba contando, le costó mucho aguantarse la risa. A su derecha, notó que Hermione llevaba a cabo la misma lucha.

·Los poderes de los billbert son muy grandes y desconocidos en gran medida. Los billbert pueden hacerse invisibles a placer y si una persona los mira fijamente a los ojos, ellos le hará revivir su peor pesadilla, dejando a la persona paralizada – muchas sombras de comprensión pasaron por los ojos de sus espectadores – Los billbert no quieren haceros daño, pero ya he dicho que sus poderes son difíciles de controlar. Dadas las actuales... circunstancias, es necesaria su presencia aquí para asegurarnos de que vuestra estancia en el castillo transcurre sin incidentes. Por ello, ruego a todos los presentes que trate a nuestros "visitantes" con sumo respeto y que no intenten confundirlos ni engañarlos de ningún modo. Si seguimos las normas establecidas no habrá lamentaciones.

El tono del director no había sido amenazante, pero si daba a entender las terribles consecuencias que podrían tener sus actos. Así, todos tomaron nota mental de las instrucciones, con la intención de seguirlas al pie de la letra.

Al menos en principio...

CONTINUARÁ...


Hola!

Primero de todo, mil perdones por el enorme retraso, pero no sabéis lo bloquedada y lo agobiada que estaba, y así no hay manera de seguir con el fic.

Tenía este capitulo escrito desde hacía un par de meses, y el otro día lo encontré por casualidad. Me pareció que no era muy malo, y me anime a publicarlo ahora que tengo un poco de tiempo libre.

La verdad, es que ya me he organizado un poco las ideas, y voy a continuarlo ahora que ya he terminado el de "Castillos en el aire", que era con el que más liada he estado hasta ahora.

Así que espero que si leéis el resto y también este chap, no os desesperéis por mi lentitud, porque prometo seguir, y la verdad es que me esta quedando muy de intriga. A mi me gusta, pero claro, mi opinión no cuenta mucho, jajaja.

Muchos besitos y hasta el próximo capitulo. Bye!

Ela :)