AMANDO LA VIDA
Disclaimer: Estos personajes no son de mi propiedad. Ni de la propiedad de J.K. Rowling, ni de la Warner... Estos personajes son tuyos, lector, porque eres tu quien da vida y valor a nuestros mundos maravillosos en tu cabeza. Nunca dejes de hacer volar tu imaginación...
5. MÁS FUERTE QUE LA SANGRE.
· ¿Remus?
· Sirius, la reunión es dentro de diez malditos minutos – contestó su amigo, exasperado. Que la Orden se congregase con tantas urgencias y por sorpresa no era una buena señal - ¿Qué quieres ahora?
· Tengo que hablar un momento contigo.
· ¿Y no puedes esperar? – preguntó, mientras recorría la sala a toda velocidad, colocando sillas aquí y allá.
· Ahora – masculló Sisrius, que tomando a su amigo por el brazo, e dirigió al cuarto de al lado, arrastrando consigo a un farfullante Moony.
· Vale¿qué demonios pasa? – Lupin parecía preocupado, pero Sirius no contestó de inmediato. Alumbrado por los rayos de sol de aquella agradable tarde de Junio, quedó parado ante la ventana, meditabundo. Sua migo se soprendió de la gravedad que adornaba el rostro de Sirius, cuya idea de seriedad había consistido, hasta no hacía mucho, en no hacer una broma en un intervalo máximo de un minuto.
· Siéntate – pidió Padfoot con aire taciturno.
· Amigo, me estás asustando – se inquietó Remus, sin hacerle caso - ¿Qué ocurre?
Tomando las riendas de la situación, Sirius tomó a su compañero por los hombros y le obligó a sentarse, acuclillándose frente a él y conectando miradas.
· Tienes que prometerme algo.
· Claro – aceptó de inmediato Remus - ¿El qué?
· Cuida de ellos. De Harry y sus amigos. Pero sobre todo de Harry. Por favor, Remus, júrame que le protegerás pase lo que pase. – el tono de desesperación de Sirius le congeló el alma.
· Por Merlín, Sirius¿qué ocurre!
· Tienes que protegerle, y le tendrás que ayudar a seguir adelante y a afrontar su destino. Ayudarle a ver su futuro. Uno en el que será muy feliz, díselo – el apremio con el que hablaba puso nervioso a su interlocutor.
· A ver, Sirius, tranquilicémonos todos. ¿A que viene esto?
· Estamos en guerra – contestó Sirius lacónicamente, levantándose del suelo para mirar por la ventana. El verano estaba a punto de empezar; le llegaba el sonido de gente que pasaba por allí, para hacer sus compras, que volvían de trabajar, niños que salían del colegio riendo y jugando bajo la sonrisa y la atenta mirada de sus padres... – Si algo me ocurriese, necesito saber que tu cuidarás de ellos. – Aquel era el sonido de la paz, siempre lo había sabido, y decidió tomarlo por un buen augurio.
· ¿Qué te va a pasar?
· Simplemente, prométemelo. Si Harry fuese mi hijo, dudo que lo quisiera más – Remus pudo notar como las manos de Sirius temblaban levemente, mientras entornaba un poco la ventana para que el fresco aire estival le diese en la cara – Le protegeré con mi vida, si es necesario. Pero no sé si eso será suficiente.
Me quedaré más tranquilo sabiendo que su familia se preocupa por él.
· Sirius...
· Tú serás su familia, y a ti te quedará la responsabilidad de estar a su lado. Llevo a las espaldas las muertes de James y de Lily. Pero estaré en paz si sé que ayudé a su hijo a vivir.
· Yo no soy de la familia de Harry. Él ya tiene la suya – comentó Remus con tristeza.
· Hay cosas más importantes que la sangre, yo lo sé mejor que nadie. Prométeme que serás para él la familia que yo no pude ser. · Sabes que lo haré.
Sirius volvió a enfrentar a Remus, y este quedó sobrecogido al ver los profundos ojos azules de su amigo anegados de lágrimas, pugnando por mantener la compostura. Caminando hasta la silla, de nuevo se colocó a la altura de Lupin y le tomó las dos manos con una sonrisa franca.
· Sabes que te quiero¿verdad? Habéis sido mi familia, algo más fuerte que eso, más que la sangre y el parentesco.
· Yo también, Sirius, yo también – afirmó Remus, apretando sus manos con fuerza.
· Nunca se lo dije a James. Pensé que era importante que lo supieses... – murmuró el hombre algo avergonzado, pero consciente de lo importante que era. Dicho esto, se incorporó para dirigirse a la puerta, pero su compañero lo retuvo.
· ¿Por qué te despides? – su voz temblaba, pero Sirius no le miró por miedo a que ver la imagen llorosa de su amigo terminase de quebrar su entereza.
· He visto señales. Tengo un mal presentimiento. · ¡Eso son tonterías¿Siempre has visto cosas de esas, sabes que son sólo casualidades! – gritó Remus enfadado y asustado.
· Es delgada la línea que separa la casualidad del destino... – murmuró Sirius con suavidad.
El silencio angustioso que se formó a continuación fue más expresivo que cualquier palabra.
· Nunca he temido a la muerte, Remus, Pero necesito saber que Harry va a estar bien.
· Cuidaré de él. Lo juro, Pero... ¿Sirius?
· ¿Sí?
· Harry te necesita para vivir...
Lo que hacia las once de la noche parecían unas cuantas nubes inofensivas, se había transformado a medianoche en una tormenta estival en toda regla.
Aunque el ambiente había refrescado, Sirius se paseaba por el castillo de Hogwarts, en su forma canina, como por su casa.
Como esperaba, el primero de Septiembre había traído consigo una ligera mejora en su humor. La animación de los estudiantes, la salva de aplausos que habían dirigido a Remus durante el discurso de Dumbledore, o la zancadilla (sin-querer-evitarla) que le había hecho a Filch haciéndole caer estrepitosamente y con la que se había ganado el favor del alumnado al completo (y de buena parte del profesorado), parecían haberle hecho reencontrarse con su "yo" adolescente, aquel Black bromista y despreocupado que creía muerto hacía mucho.
Las tormentas siempre le habían fascinado. Desde niño, se asomaba a la ventana a ver los relámpagos y la lluvia caer con fuerza sobre la tierra, repiqueteando con fuerza mientras el sonido de los truenos mantenían a su hermano escondido bajo las mantas.
No sin dificultad, Sirius consiguió entreabrir el portón lo suficiente para colar su cuerpo por el hueco y salir a la atmósfera húmeda que reinaba en el exterior.
Sin preocuparse por el chaparrón que empapaba su pelaje, el enorme perro corrió, saltó y ladró bajo los aterradores truenos, sintiéndose libre como hacía mucho que no se sentía.
Cuando se quedó sin aliento, se dirigió hacia la pequeña calita formada a orillas del lago. Observando las oscuras montañas escocesas, coronadas por aquella fabulosa tormenta, Sirius retomó su forma humana, olvidando toda precaución.
Bajo la lluvia, el hombre abrió los brazos y miró al cielo, permitiendo así que las finas gotas le empaparan la ropa, como si con su fuerza ellas pudiesen hacer desaparecer el desasosiego que le llenaba cabeza, corazón y alma desde que lo chicos le trajeron de vuelta.
Pero aquella no era la solución, y cuando de nuevo volvió la mirar al frente con aire derrotado, notó como aquella sensación de indefinido dolor que le perseguía desde que hacía semanas se volvía nítida al volver de nuevo a enfrentar la realidad.
Sin ser apenas consciente, Sirius se dirigió con paso trémulo hasta la orilla del agua y comenzó a avanzar, sintiendo como el peso de su túnica se incrementaba mientras el agua le subía hasta las rodillas.
Si, aquella era la solución. Aquel lago de aguas tranquilas sería el único capaz de devolverle la paz. Siguió avanzando, mientras un relámpago cruzaba el horizonte cayendo en la otra orilla de la enorme extensión de agua.
Llegó entonces a su memoria el recuerdo de otra gran tormenta, el cómo un rayo le había revelado la destruida casa de sus amigos, el rostro petrificado de James, los ojos vacíos y carentes de brillo de Lily, el llanto de Harry, su suaves peso mientras se quedaba dormido arrullado entre sus brazos... La voz de Remus afirmándole la verdad más terrible... "Harry te necesita para vivir..."
El cielo pareció estallar cuando, seguido de una nueva ráfaga de luz, la lluvia comenzó a caer con más fuerza. El agua le llegaba más arriba de la cintura, pero viéndose incapaz de seguir adelante, dio media vuelta, y cayendo de rodillas en la tierra, lloró como jamás se lo había permitido, sintiendo como el peso del pasado caía con más fuerza que nunca, asfixiándole, en aquel mundo al que nunca había querido volver, más y más.
· ¿Recuerdas lo que te dije? – dijo una voz detrás de él. Al girarse pudo ver a Remus Lupin, cubierto con un paraguas, que miraba fijamente al lago como buscando respuestas a preguntas no planteadas – Lo que me pediste el día antes de... En Grimmauld Place.
Sirius se levantó con dificultad, manchándose las manos de barro a la vez que asentía lentamente, enfrentando a su amigo.
· La promesa. De protegerle. Si lo hubiera hecho... aunque no hice nada... tu no hubieras tenido que ir hasta el Departamento de Misterios... no habrías caído a través del velo. Pero quiero que sepas que te salvé. No cuando debía, por supuesto, pero... después. Cada noche desde entonces. Lo veo todo de nuevo y... hago algo diferente. Más rápido, más inteligente, no sé... Docenas de veces, todas de forma diferente. Cada noche te salvo.
Sirius no pudo más que mirar a su amigo con los ojos llorosos.
· No... No puedes salvarme, Moony. Jamás podrás.
· Deja que lo intente. Déjame que esta noche te salve – pidió, tendiéndole una mano a Sirius.
El animago la tomó, y abrazó a Remus, aferrándose a su amigo, aferrándose a la vida, mientras el paraguas caía al barro y la tormenta iba cesando, empapando a los dos hombres.
No lejos de allí, una figura les observaba cubierta por un impermeable negro que le camuflaba entre las sombras. Lo había visto todo, había intentado actuar, pero de nuevo se había quedado paralizado, como siempre que Black estaba en peligro. Severus Snape se preguntaba con insistencia porque siempre le dejaba morir, porque no podía sacarle de las sombras. Claro, que para eso quizás era necesario que él mismo saliese de ellas primero.
Dando media vuelta, se pregunto si algún día alguno de los dos podría descansar.
Tan concentrado iba en sus propios pensamientos que no se percató de que bajo una cornisa, otra figura había presenciado la escena. Entre sombras, pudo verse como su mueca de asombro cambiaba poco a poco a una sonrisa de enorme satisfacción. Por fin tenía un buen plan.
Todos sus compañeros habían caído rendidos tras el agotador viaje y el fastuoso banquete de bienvenida; ni siquiera la tormenta que se había formado en el exterior perturbaba el sueño de aquellos jóvenes, que afrontarían con ilusión, a la mañana siguiente, un nuevo curso marcado por la guerra.
Hermione no podía dormir. Con una bata sobre los hombros y un vaso de agua en sus manos, la chica se planteaba los interrogantes que la rodeaban apoyada en el quicio de la ventana, mientras observaba caer la lluvia violentamente sobre el lago.
Había muchas cosas que le inquietaban; desde el nerviosismo típico por el nuevo curso hasta los sucesos que se desarrollaban en el agitado mundo exterior, todo eran preguntas sin respuestas en la cabeza de la joven. Aunque su mayor preocupación no era ninguna de esas.
Súbitamente, alguien le pasó una manta por los hombros, arropándola en el ambiente de la sala común, que se había quedado fría cuando la última llama se apagó en la chimenea.
· ¿Tú tampoco puedes dormir? – la sonrisa amistosa de Harry la recibió al volverse, aunque de nuevo fijó su vista en la ventana.
· Supongo. Demasiadas cosas en la cabeza, ya sabes.
· ¿Qué te preocupa? – Hermione ni siquiera se movió – Eh, vemos, puedes contármelo. A lo mejor puedo ayudarte.
· No hay muchos precedentes.
· Ja-ja – el chico dirigió a su amiga una media sonrisa sarcástica mientras se sentaba a su lado en uno de los brazos de un sillón – Venga, suéltalo.
· Yo.. Es Sirius – cedió Hermione finalmente.
· ¿Qué ocurre con él?
· Es que... Sé que es una tontería, pero... Nunca me dio las gracias por traerle de vuelta.
Harry se quedó con la boca abierta por la sorpresa, pues aquello no se lo esperaba de ninguna de las maneras. Ante su silencio, la joven giró bruscamente, presentando un gesto contrariado.
· No lo hice por los agradecimientos, no necesito que nadie me deba favores. Pero... Me arriesgué. Bueno, en realidad todos los hicimos, pero mi papel era el peor de
todos. La magia es muy fuerte, y con ella no hay vuelta atrás.
· Lo sé, se que arriesgaste mucho y... – dijo Harry, mostrándose comprensivo.
· No, no quiero alabanzas. Volvería a hacerlo, por Sirius o por cualquiera de vosotros. Él me importa mucho, tu también, necesitáis estar juntos. Pero si no me lo
agradeció, quizás no estaba tan mal. Y sin embargo, las veces que lo he visto, parece.
· Destrozado – completó el chico – Lo sé, yo también lo he notado.
· Y quizás no este a gusto aquí – Hermione se volvió de nuevo hacia la ventana, apesadumbrada – Un simple "gracias" y ya está.
Harry se acercó hasta ella, y pasándole una mano por los hombros la zarandeó cariñosamente y la apoyó contra sí.
· No te preocupes, Sirius lo superará.
· Eso espero – dijo, acurrucándose un poco en el hombro del chico. · Y no sé si yo te he dado las gracias. Con Sirius aquí... pienso que todo es más fácil.
· No es necesario que me las des.
· Lo es. No creo que viva lo suficiente para agradecértelo – Hermione no pareció captar la gravedad con la que Harry dijo la ultima frase, y se limito a sonreír.
· Sólo quiero verte feliz.
· Con Sirius aquí lo soy. No sé lo que haría si lo volviese a perder. O si perdiese a Ron... O si te perdiese a ti... – el joven la estrecho con más fuerza con su brazo
izquierdo, aterrorizado con la sola idea, que ya se le había presentado con claridad en pesadilla que aquellas criaturas le habían provocado. Solo de recordarlo se sentía desfallecer.
Hermione sintió como se sonrojaba con el abrazo de su amigo, pero se sentía muy a gusto allí, arropada por Harry, viendo ambos como la tormenta iba cesando.
Fugazmente, tuvo el pensamiento de que todo se solucionaría. Siempre y cuando, Harry continuase a su lado...
· ¿Podrías decirme, por favor, cual es la mágica y fantástica razón por a que nos has hecho reunirnos a las...? – con un movimiento torpe, miró su reloj - ¡Las dos de la madrugada! Estas loca.
· No, no lo estoy. Pero ha ocurrido algo – sonrió la chica, a la que realmente se veía exultante.
· ¿Qué ha sido? – la otra chica parecía más despierta que su compañero, pero aún así, no pudo reprimir un bostezo.
· ¿Recordáis lo que nos contaron este verano sobre Sirius Black? Sus oyentes asintieron, extrañados.
· Pues acabo de verle abajo, junto al lago. Es ese chucho que Hagrid ha comprado este año para que le ayude y para vigilar a los alumnos.
· Eso no es posible – replicó el chico, ahora completamente desvelado – Cayó por el velo. Está muerto.
· Entonces lo han resucitado.
· No puede hacerse, eso es imposible incluso en el mundo mágico – dijo la chica, muy sorprendida.
· ¡Me da igual! El caso está en que Black está vivo. ¿Sabéis lo que eso significa? – la sonrisa demente que mostraba la chica hacía que su rostro, en principio bello, se contorsionase hasta parecer diabólico.
De nuevo, sus dos compañeros asintieron, algo asustados por la actitud de la que, por lo visto, se había convertido en su jefa.
· ¿Piensas matarlo? – preguntó el chico, con voz algo temblorosa.
· No... mejor. Tengo la llave definitiva para destruir a Potter de una vez por todas – su mirada hizo estremecerse a sus acompañantes, cosa que le hizo mucha gracia cuando se dio cuenta, comenzando a reír a carcajadas – Esperad y veréis...
CONTINUARÁ...
Hola!
Lo se, lo se, soy una impresentable, tardo siglos en publicar. Acepto insultos, virus mortíferos y lo que sea. Sé que no hay excusa, pero si os sirve, tengo una: desde que publique el ultimo, he estado enfermita, y como que con cuarenta de fiebre no tenía ganas de nada, solo de dormir, jeje.
Bueno, la buena noticia es que creo que me ha vuelto la inspiración en este fic, porque ya tengo clarisimo lo que va a pasar, ahora ya solo es cuestión de pasarlo al papel. Así que ahora, ya solo paciencia, para que yo encuentre un huequito entre clase y clase y escriba.
En el proximo chap va a haber un salto temporal de un par de meses o así, porque quiero mostrar a un Sirius, no que lo haya superado, pero que este ya más acostumbrado a la rutina. Asi, será mas fácil que vayan surgiendo los sentimientos entre todos... Y los problemas, que por fin empiezan, jejeje (sonrisa malevola)
Este capitulo se lo dedico a alex black bird y a Nury, porque sus reviews fueron los que me han animado a seguir la historia (si os soy sincera, estaba un poco depre, porque después de retormarlo no tenía ni un review, pero es que es lo lógico después de meses sin tocarlo :P )
Mil millones de gracias por los tres reviews, Nury, que fue un subidón. Y no seas modesta, tu fic lo lee mogollón de gente, y todos, como yo, estamos enganchadisimos. Sirius- Hermione? Interesante, prometo pensarlo. Ah, me encanta tu duende verde :P
Y a alex.. LO SIENTO! Soy lo peor, lo sé, tienes derecho a enfadarte. Bueno, pero ahora prometo que, si de mí depende, cada 15 días como mucho hay chap nuevo, ok?
Espero que este os guste mucho a todos los que lo leais, y porfa, dejadme reviews! Anda, va, si no os cuesta nada, ahí debajito, le dais al GO y me decís lo que queráis, ok?
Bueno, muchos besitos y hasta el próximo chap (pronto, lo prometo!) Bye!
Ela :)
