AMANDO LA VIDA
Disclaimer: Estos personajes no son de mi propiedad. Ni de la propiedad de J.K. Rowling, ni de la Warner... Estos personajes son tuyos, lector, porque eres tu quien da vida y valor a nuestros mundos maravillosos en tu cabeza. Nunca dejes de hacer volar tu imaginación...
7. FUERA DE MI MENTE.
Escondidos cerca del camino, bien camuflados entre los arbustos y las rocas, tres pares de ojos observaban el crimen con absoluta pasividad, con una mirada socarrona y una brillante sonrisa adornando sus rostros.
Con la desaparición de la tenebrosa criatura, una bella joven se alzó desde su guarida, seguida por los otros dos.
Al hablar, su tono de voz les congeló el alma, asemejándose tanto, en tono y crueldad, a la del que consideraban su señor, que instintivamente comenzaron a temblar.
· Amigos, estamos a punto de conseguir que la historia… acabe.
A la vez, los tres personas se desaparecieron del lugar de los hechos sin dejar ni rastro.
· ¡HARRY¡NO! – Hermione se lanzó a ayudar a su amigo, levantándose del suelo con demasiada rapidez.
Por lo visto, el golpe le había dejado más secuelas que las visibles, puesto que al alzarse de golpe el mundo comenzó a dar vueltas en torno a sí, cayendo al suelo mareada, con las manos apoyadas en la tierra.
Desde su posición, pudo sentir como Harry continuaba inerte. No se movía…
A su auxilio acudió la persona que menos podía imaginar. Alguien le obligó a sentarse en el suelo y le tomó el pulso.
Su tez blanca había quedado aún más pálida tras el encuentro con el billbert y el pavor que teñía su expresión, y especialmente su mirada, le daba una singular actitud de desamparo.
No obstante, Draco Malfoy debía de haber quedado muy traumatizado, puesto que no parecía ser consciente de a quien estaba ayudando.
· Granger. ¡Granger, mírame! – su voz estaba cargada de urgencia - ¿Qué te ha pasado?
· Me… Me mareé – contestó la chica, demasiado dolorida para asombrarse.
· Veamos… - Draco tomó con cuidado el rostro de la chica, y haciendo girar su cabeza pudo observar que tenía una brecha de dimensiones importantes en la parte posterior – Ugh, tienes un buen golpe aquí. No te muevas, podrías marearte otra vez.
· Harry… No se mueve… Está…
· Quieta. Tranquilízate – el chico la miró con dulzura, intentando calmarla y Hermione se estremeció. Aquel no ni mucho menos el Malfoy que todos conocían.
Con premura, el chico se dirigió hacia Harry y se agachó junto a el. Un profundo corte atravesaba el pecho del moreno desde su hombro derecho hasta su costado izquierdo, sangrando en abundancia. Draco pudo comprobar que aun tenía pulso, aunque este era muy débil y la herida amenazaba con detenerlo del todo.
En un primer intento, trató de taponar la hemorragia con sus manos, que resultaron torpes e inútiles ante la enorme cantidad de sangre que brotaba del cuerpo del chico. Por segunda vez, Malfoy presionó el pecho de Harry, esta vez cubriendo sus manos con la chaqueta que llevaba, con lo que la ayuda resultó mas efectiva, aunque no todo lo que necesitaba en aquellos momentos.
Estaban solos, en mitad de ninguna parte, con Potter inconsciente, Granger incapaz de moverse y él mismo en un estado de nervios en el que le era imposible pensar con claridad. Estaba claro que necesitaban ayuda urgente. El problema estaba en como la conseguían.
Como respondiendo a sus plegarias, por el camino descendió a la carrera un grupo de estudiantes, que encabezados por Weasley, se aproximaban rápidamente al lugar.
Ron paró en seco cuando vio a Hermione medio derrumbada en el suelo junto a Harry. Cuando se fijó en el pecho cubierto de sangre de su amigo y en las manos de Malfoy, también ensangrentadas, que en ese momento se situaban en el cuello de Harry, el pelirrojo perdió completamente la cordura.
· ¡Hijo de puta¿QUÉ HAS HECHO? – acto seguido, se lanzó contra su enemigo, dispuesto a golpearle, pero una débil Hermione se lo impidió, tomándole de la manga.
· ¡Ron! Está ayudándole…
· ¿AYUDANDO¡JA! Ya le daré yo ayuda… - de nuevo intentó abalanzarse sobre Malfoy, aunque para entonces ya habían llegado sus amigos, los cuales le sujetaron con fuerza (lo que su trabajo les costó, porque Ron estaba fuera de sí).
· ¡Aléjate, estúpido! – escupió Malfoy, retirando su mano del cuello del moreno y presionando de nuevo en la herida.
· ¿Pero qué…? – trató de preguntar Ginny.
· Su pulso es mas fuerte y la herida tampoco parece demasiado grave, pero alguien tiene que curarle ya mismo – informó Draco a la chica, que parecía la más serena de todos – Necesitamos a un profeso o… No sé. ¡Buscad ayuda!
De nuevo fue oída su petición, pues caso al mismo tiempo, aparecieron allí los profesores Lupin y Snape, este último acompañado del enorme perro negro de Hagrid.
Viendo a Harry cubierto de sangre, Sirius se lanzo hacia su ahijado, dispuesto a transformarse para ayudar en lo que pudiese, aunque bajo la amenazadora mirada de Snape, se limitó a colocarse junto al chico, golpeándole suavemente su brazo con el hocico, intentando infructuosamente que reaccionase.
Cuando Remus y Severus alcanzaron a ver Harry con claridad, los dos quedaron paralizados.
· ¡Joder! - exclamó Snape de forma vehemente.
· ¿Qué ha pasado? – inquirió Lupin arrodillándose el también junto al chico.
· Acabamos de llegar… - murmuró Neville, conmocionado.
Durante unos instantes, el mundo entero pareció detenerse y nadie dijo ni hizo nada, salvo mirar a Harry, observando como Draco trataba inútilmente de detener el flujo de sangre. Éste, afortunadamente, parecía bastante entero, y decidió tomar las riendas de la situación..
· Apareció aquí un bicho del Ministerio, un billbert de esos. Empujó a Granger, cogió a Potter, le hizo esta herida y se desapareció. Ella tiene una herida en la cabeza, está mareada con el golpe, pero está bien. He taponado un poco la hemorragia de Potter y parece que se ha recuperado un poco, ero hay que curarle ya. Si se cierra la herida, no creo que le ocurra nada grave.
La síntesis del rubio dejo asombrados a todos, demostrando los reflejos y la efectividad del muchacho. Los adultos parecieron volver un poco en sí.
· Portus – murmuró Lupin, apuntando a una piedra de tamaño considerable – Que Harry, Hermione y Draco toquen esto. Vamos a Hogwarts inmediatamente.
· ¡Lupin, eso es ilegal! – exclamó Snape.
· ¿Y qué quieres que haga, eh? – replicó el otro, ante lo que Severus cerró la boca – Avisa a todos. Que regresen al castillo.
Con dificultad, Hermone se aproximó al traslador, y los tres chicos y el profesor tocaron la piedra, despareciendo. Los otros dos se quedaron mirando el espacio que habían ocupado los otros por espacio de un minuto, antes de encaminarse a Hogsmade.
Tenían que dar la alarma. Se había producido un ataque.
· ¡Vas a hacerte daño!
· ¡Va a romper la aguja! Oh, mira el arañazo que te he hecho… - una voz masculina sonó apenada al ver el corte que le había ocasionado al chico en uno de sus frenéticos movimientos.
· Vamos a tener que atarle…
Harry entreabrió los ojos a tiempo de ver como dos hombres vestidos con uniforme blanco le sostenían, pegado a la pared, mientras una mujer les acercaba unas correas.
· Deberíamos avisar al doctor. Va a haber que aumentar la medicación…
El joven sitió un pinchazo en el brazo y vislumbro como la sustancia de la jeringuilla penetraba a través de su piel antes de caer en un profundo sueño…
· ¡Harry¿Me oyes? Despierta, Harry… - lentamente, el chico fue abriendo los ojos. Ante él, la señora Pomfrey mostraba una mueca contrariada. Girando un poco la cabeza, pudo ver también a Hermione, Malfoy y al profesor Lupin, que le miraban fijamente.
· ¿Qué… qué pasó? – masculló.
· Tranquilo. Las explicaciones luego. Tengo que terminar de curarte. Todos fuera – invitó la enfermera, nada amablemente, a los espectadores.
· Pero… - protestó Hermione.
· … nada. Largo de aquí – el tono terminante de la mujer les obligó a todos a obedecer.
Nada más atravesar la puerta de la enfermería, Remus se excusó diciendo que iba a informar al director de los sucedido, partiendo a la carrera en dirección a su despacho y dejando a solas a los dos compañeros de casas rivales, que aguardaron en incomodo silencio los instantes siguientes.
· Yo… Esto… - Hermione bajo los ojos, avergonzado, llevándose tentativamente una mano a la nuca, com hacia siempre que estaba nerviosa. La retiró con rapidez cuando el latigazo de dolor llegó a su cerebro, pues aunque la señora Pomfrey la había curado en un instante, su cabeza se seguía resintiendo.
· De nada – murmuró Malfoy con frialdad.
· Gracias, Malfoy.
· ¿No te lo esperabas, verdad? – preguntó con una sonrisa que resultó triste a los ojos de la chica.
· ¿Cómo?
· Que os ayudase. Creíste que me quedaría allí, viendo como Potter moría y riendo por ello.
· Sí. Eso pensé – afirmó la chica con sinceridad – Gracias por lo que has hecho.
· No me agradas. Y Potter, mucho menos. Pero no deseo que nadie muera.
Draco comenzó a alejarse en dirección al comedor del castillo, pero paró de pronto, como recordando algo. Aun dándole la espalda a Hermione, Malfoy giro la cabeza, quedando de perfil. Mirando al vacío, le dedico unas últimas palabras a su compañera:
· No te confundas, Granger. Soy un Malfoy. Pero yo no soy mi padre.
Y así, el chico retomó su camino, dejando a la chica profundamente asombrada, pero a la vez, inmensamente agradecida.
· ¡Maldita sea! – gritó Harry – estoy bien, os lo he dicho un millón de veces. La señora Pomfrey me curó la herida del pecho, ya estoy bien.
Lupin, Sirius y Dumbledore le miraron con profunda preocupación. Snape le miro con profundo desprecio.
· ¡ESTOY BIEN! – chilló, harto de que no le hiciesen caso.
· Deberías quedarte esta noche en la enfermería – recomendó Sirius, metido de lleno en su papel de padrino.
· Deberías hablarnos con más respeto – recomendó Severus, metido de lleno en su papel de aguafiestas.
· ¡Estoy harto de estar aquí! Me paso la vida en la enfermería. Profesor, ya le he contado lo que pasó, a mi no me ocurre nada. ¡Déjeme ir!
· Mañana tendrás que hacerte una revisión – cedió Dumbledore, observando la frustración del muchacho con una calida sonrisa.
· ¡Claro! – aceptó Harry de inmediato - ¿Puedo irme ya?
· ¡Profesor! – protestó el licántropo.
· El chico está bien, Remus. No hay porqué retenerle aquí.
· No sabemos lo que esas criaturas…
· Mañana mismo hablaré con el ministro. Pero, por ahora, no hay razón para preocuparnos.
· ¿Esto tiene relación con los planes de los mortífagos? Según lo que supimos en verano, es muy posible que…
Los hombres parecían haber olvidado la presencia de Harry, excepción hecha de Snape, que seguía mirando al chico con cara de asco (aunque, en realidad, no parecía tener mucha variación en su repertorio de muecas). El joven, por su parte, trataba de enterarse por todos los medios de la conversación que sostenían los adultos.
· ¿No tenía tanta prisa, Potter¡Pues largo de aquí! – masculló Snape, mientras siguió con la mirada al odiado mocoso, que salió con rapidez de la sala.
· Estúpido Snape, con que derecho se cree él de… - Harry subió las escaleras en dirección a la sala común, relatando contra su profesor de Pociones, mientras tres pares de ojos le seguían fijamente.
Cuando el chico desapareció de la vista, se armo una gorda entre los tres espías.
· ¡IMBECIL¿NO DIJISTE QUE FUNCIONARIA¡LO HAS ESTROPEADO TODO!
La chica se hallaba fuera de sí, gritándoles a sus compañeros, a un paso de liarse a lanzar maldiciones a diestra y siniestra.
Su compañera se estremeció ante la furia de la joven. Por el contrario, el otro ni se inmuto. Se limitó a mostrar una sonrisa sádica que cortó de raíz el enfado de la chica.
· Simplemente, espera y verás. Te va a encantar…
Entre tanto, en la sala común de Gryffindor, Ginny y Neville se interesaban por el estado de salud de su amigo.
· Entonces¿ya estás bien? – preguntó Neville.
· Completamente.
· Menos mal que solo fue un susto.
· Sí… - murmuró Harry, despistado.
· Harry… - le llamó Ginny.
En un flash, su compañera había desaparecido.
Una bonita joven de poco más de veinte años le sonreía desde el mostrador, parapetada tras el cristal de la ventana, colocando su blanco uniforme de enfermera.
· Harry, querido, es hora de tus drogas. (N!A: Por si acaso: obviamente, me refiero a medicamentos. :P)
· ¿Qué? – preguntó Harry, confundido.
Tan de repente como se había esfumado, Ginny volvió ante él, mientras le sonreía con tranquilidad.
· Dije que, si no te conociese, diría que estas drogado.
· Ah…
De nuevo, la visión volvió, tan clara como antes. La joven enfermera estaba depositando cuidadosamente en sus manos un vaso de plástico con agua y media docena de pastillas.
Harry las tomó, mirando perplejo a la chica, mientras esta se recogía su larga melena pelirroja en una coleta. Al hacer eso, dejó al descubierto una placa identificativa con su nombre y foto, que colgaba de su camisa.
El chico leyó con asombro las últimas palabras y con un alarido, empezó a retroceder, alarmando a todos los presentes en el pasillo. La chica se acercó corriendo, con preocupación, a la vez que Harry se pegaba lo más que podía a la pared, encogiéndose y sujetándose las rodillas con los brazos.
· ¡Harry¿Qué ocurre? – al agacharse la enfermera, el aludido pudo leer de nuevo en su placa aquellas terroríficas palabras:
"Hospital Psiquiátrico. Fundación Thomas S. Ryddle"
CONTINUARÁ…
Hola!
Bueno, veamos, que esta vez si que os debo explicaciones. Como me jure a mi misma, he subido este chap en menos de dos semanas, pero en realidad esto no es lo que tenia planeado.
En principio este capitulo iba a ser bastante más largo, pero las cosas se me complicaron. Creo que ya se lo conté a Nury en un review que le deje; el caso es que en mi casa hubo un pequeño incendio, y aunque no paso nada (fiuhh… ), todo se quedo hecho un asco, y mi madre con las manos vendadas. Que os quiero contar con esto? Pues que me ha tocado a mi hacerlo todo (como es logico ), y entre eso y que he empezado con practicas en la universidad, no se ni como he conseguido tiempo para escribir esto.
De esta forma, he escrito solo lo que iba a ser la mitad del chap, dejándolo en un punto interesante (a mi parecer ), y he decidido subirlo, para que no os enfadéis conmigo por tardona
Prometo darme prisita en subir el otro (toda la prisa que me permitan mis nuevas ocupaciones ), y este ya será mas aclaratorio, porque me da la sensación de que este quedo un poco confuso, aunque a mi me gusta.
Un par de cosillas mas: ya tengo acabado el esquema de la historia (me encanta, jajaja ), y como me lo preguntasteis en los reviews, al final no habrá slash (joum, me apetecía escribirlo ), ni tampoco Herms-Sirius (lo siento Nury! ), aunque la verdad es que Harry va a tener por ahora poco tiempo para amoríos. Y en cuanto a Sirius (el pobre sale poquito en este chap, jo :( , en el siguiente, lo prometo!), bueno, pues… tengo grandes planes para el, Muajajajajajajaj! (risa malvada).
Muchas gracias a Alex, Nury y Ana Maria por los reviews, y contestando en general a lo que me decíais (no me da tiempo a mas ): no hay slash (aquí todos son muy buenos amigos y solo amigos :P ); la pareja Harry-Hermione siempre ha sido mi favorita junto con la de Remus-Sirius, asi que espero que tb os guste a vosotros; Luna tiene premoniciones? Yo no he dicho eso! A lo mejor solo esta loca… ; y en cuanto Snape… bueno, ya veréis, pero ese también tiene mucha guerra que dar.
Montones de besitos, prometo actualizar la semana que viene (no se como, pero lo hare! – Ela pone a Dios por testigo…- ). Como deliro, jeje. Deséenme suerte con la fregona (la odio, la odio!)
Bye!
Ela :)
Miembro Orden Siriusana
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