AMANDO LA VIDA

Disclaimer: Estos personajes no son de mi propiedad. Ni de la propiedad de J.K. Rowling, ni de la Warner... Estos personajes son tuyos, lector, porque eres tu quien da vida y valor a nuestros mundos maravillosos en tu cabeza. Nunca dejes de hacer volar tu imaginación...


8. PESADILLAS.

En las escasas ocasiones en las que podía verse a Albus Dumbledore sin su afable sonrisa y su calida mirada, todos los que le conocían sabían de inmediato que algo no iba bien.

El director se dirigía con paso errante hacia su despacho, con las últimas palabras de Sirius resonando en su cerebro.

"Deberíamos tomar en cuenta las sospechas de Snape. Me da igual que solo sean rumores en el circulo de Voldemort, algo se esta tramando entre estas paredes, así que mas le vale pararlo. Si algo malo le ocurre a Harry… no me hago responsable de mis actos."

Aun en aquella dura temporada, aun a pesar de todo lo vivido… Un drama familiar, una guerra, el asesinato de sus amigos, trece años de prisión en Azkaban… Ni siquiera la "muerte" había logrado borrar su eterna sonrisa, que entre burlona y tierna, encandilaba a todos.

Pero ahora eso había cambiado. El ataque a Harry, aunque no había sido lo grave que todos habían esperado, parecía haber despertado en Sirius todo su amor y, a la vez, todo su odio. Incluso Remus y Severus habían notado aquella mirada y habían temblado…

Dumbledore seguía dándole vueltas a la cabeza. Al contrario que con los dementotes, el siempre había dado un voto de confianza a los billbert. Aquellas criaturas, creadas por y para el Ministerio, habían dado siempre muestras de su fidelidad; durante la primera guerra no dudaron de su apoyo al bando correcto… Pero después de aquel ataque, tras el que sin duda estaba la mano del Señor Tenebroso, no le cabía duda de que había espías importantes más cerca de lo que pensaban. Tendría que tomar medidas; cuando aquel brillo de odio y peligro iluminaba la mirada de un Black, más valía actuar.

Pero había un último asunto que le preocupaba¿habría sido realmente tan simple el ataque a Potter? Demasiado fácil…

Cuando finalmente Albus salio de la espesa nube de pensamientos que le envolvía, pudo ver que la gárgola que daba acceso a la entrada de su despacho no estaba despejada. La bloqueaban dos jovencitos que, al parecer, sostenían una acalorada discusión. Entretenido y con una sonrisa, el director se acerco sigilosamente con la intención de cotillear un poco.

· ¡Maldita sea! Aun no se como me has arrastrado hasta aquí…

· Alguien tiene que contarle a Dumbledore lo que dije, Ron.

· Pero si fue una chorrada…

· Pudo ser una… premonición o algo así.

· ¿Y tu crees en esas tonterías? – pregunto con sorna el pelirrojo a su amiga, aunque en realidad, no sabia que pensar. Nunca había visto a Luna tan nerviosa.

· Tenemos que decírselo. Puede ser importante – respondió la chica con tono resuelto.

· Pero si tampoco fue para tanto… - intento calmarla él, con un sonoro fracaso.

· ¡Tú no viste lo que yo! Bah, tú que sabrás, si saliste pitando. ¡Solo pensabas en ir a morir por tu querida Hermione¡Por mi nunca morirías!

· No, pero sí a causa tuya. ¿Eso me hace ganar puntos? – Ron acabó por sacar a Luna de sus casillas, cosa muy poco frecuente.

· ¡Ronald!

· Ejem, ejem… - el director carraspeó con disimulo.

Los dos muchachos se giraron a la velocidad de la luz, quedando cara a cara con Dumbledore, al que parecía costarle muchísimo aguantarse la risa.

· ¡Profesor! – exclamó Ron - ¿Cómo esta Harry?

· Bien, bien, la señora Pomfrey ya le ha dado el alta. ¿Querían algo, señor Weasley?

· Queríamos hablar con usted, si puede ser, profesor – dijo Luna, impaciente por ir al grano.

· Claro. Por favor, pasemos a mi despacho.


Cuando los tres hombres salieron de la enfermería, todos permanecieron un rato allí parados, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Fue Lupin el primero en despedirse.

· Disculpadme, pero tengo que marcharme y prepararme. Esta noche hay… - el denso silencio sustituyo las palabras "luna llena", denotando la vergüenza del hombre a hablar del tema. Os otros dos lo entendieron a la perfección.

· Deje algo de poción en tu despacho, Lupin – informó Snape.

· Gracias, Severus.

· Luego me pasaré un rato por allí¿vale? – comentó Sirius.

· Estupendo. Entonces te veo luego. ¡Adiós! – los dos hombres respondieron con un movimiento de cabeza y se dirigieron hacia el exterior del castillo por uno de los múltiples pasadizos secretos, para ocultar a Sirius de la vista de los estudiantes, que recién llegados de Hogsmade, revoloteaban por los pasillos comentando las novedades.

Snape iba cabizbajo, sin levantar la mirada del suelo; se veía a la legua que algo le preocupaba o le intrigaba.

· Estás terriblemente callado hoy – le dijo Sirius, mirándolo tentativamente – Aún no sé si eso es bueno o malo.

· Estaba pensando.

· ¡Anda, mira, eso es nuevo!

· Idiota – atacó Snape.

· Imbécil – remachó.

· Estaba pensando… - Severus se detuvo, mirando a Black a la cara – que no comprendo como… después de todo lo que pasó… Lupin puede seguir siendo amigo tuyo.

Su compañero pareció reflexionar la respuesta unos instantes antes de contestarle, sinceramente:

· Yo tampoco. Pero nunca se lo podré agradecer lo suficiente.

· Cuando ocurrió todo… Creo que lo pasó muy mal – Snape parecía sentir compasión por Lupin, gesto que hizo que, por primera vez, a Sirius le agradase aquel detestable slytherin.

· Yo…

· Su vida se acabó el dia que murió Lydia – suspiró Severus.

Sirius recapacitó. Lydia… Aquella era la persona que más había recordado desde su vuelta. Ella siempre estuvo ahí, siempre sabía animarle, era la única que conocía al verdadero Sirius Black, que siempre lograba sacar a flote al chiquillo frágil que se escondía tras su arrogancia…

· ¿La hechas de menos? – preguntó Sirius.

· Mucho. Creo que no nos dimos cuenta de a quien teníamos a nuestro lado hasta que la perdimos.

· Sí. Era demasiado modesta… - de repente, el hombre comenzó a reír a carcajadas, mientras Snape le miraba asombrado - ¿Te acuerdas…? Ja, ja, ja… ¿Te acuerdas de la broma que le gastó a James en séptimo, en el tren, el primer día? Ja, ja, ja…

Severus abrió entonces los ojos y comenzó también a reír, recordando unos tiempos pasados que, sin duda, había sudo mucho más felices que los actuales.

· ¡Fue buenísimo¡Potter no se dio cuenta de que llevaba una cola de gato hasta que no entró en el Comedor y todo el colegio se empezó a reír de él; incluso el amargado de Matters, de Herbología! Ja, ja, ja…

· ¡Es verdad! Uhm… Tendríamos que haberle dicho algo…

· ¡Nah! Así fue más divertido.

Si cualquiera que los conociese hubiese visto a los dos hombres saliendo al aire libre mientras ambos se carcajeaban de lo lindo, se habría quedado alucinado.

A Remus, que vio toda la escena desde su despacho, le falto un pelo para caerse por la ventana.


· Entonces… ¿tuvo una premonición? – indagó Dumbledore, interesado, mientras los dos estudiantes le explicaban los hechos atropelladamente y coartándose el uno al otro todo el rato, de forma que la historia, confusa de por sí, se tornó mucho más.

· Si, yo pienso que…

· Lo que pasa es que… - los dos hablaron a la vez y el director no entendió absolutamente nada.

· De acuerdo, serenémonos un poco. Señor Weasley, usted primero.

· Luna se puso muy rara, hablaba con una voz que no parecía la suya, y como en código. Después se desmayó y…

· Tuve como una visión, que por lo visto tenía relación con lo que dije – le cortó Luna, y Ron le echó una mirada asesina.

· Uhm… veamos. ¿es importaría si observo todo directamente? Tendría que introducirme en sus mentes, pero tendría una visión más clara de todo.

Los dos jóvenes aceptaron dudosamente y el director sacó su varita, aplicando el hechizo "Legeremens" sobre ambos hasta encontrar lo que buscaba.

Cuando por fin lo vio, los muchachos pudieron observar que Luna tenía razón. Al ver como una sombra de miedo cruzaba los ojos del viejo profesor, tanto Luna como Ron sintieron pánico.

· Señorita Lovegood¿en su familia ha habido algún adivino?

· No. En mi familia solo somos raros – contestó la chica con humildad, provocando en Ron una sonrisa, a pesar de la seriedad de la situación. Dumbledore también sonrió.

· Ya veo… En fin, les agradezco que hallan venido a contármelo; será de utilidad.

· ¿Entonces es una profecía auténtica? – preguntó Luna.

· Es posible. Sí, podría ser una profecía, aunque ya se sabe que el arte de la Adivinación es muy impreciso.

· Señor, yo… - Ron fue poniéndose colorado por momentos – Yo he hecho una… conjetura.

· ¿Ah, si? – se sorprendió el hombre – Vaya, pues oigámosla.

· Verá, Luna dijo algo así como que esa… mujer retara a duelo al Señor Tenebroso, y también dice que la salvación llegará si vence su enemigo. O sea, que para que lo que ella ha visto no ocurra, Voldemort tiene que ganar la guerra.

Sus dos oyentes quedaron impresionados. Por lo visto, no se acostumbraban a que el chico pensase cosas tan razonables. Bueno, en realidad los había que no se acostumbraban a que Ron pensase:

· ¡Caramba! – exclamó Luna - ¡Y parecía tonto cuando lo compramos! – Ron la miró sonrojado y avergonzado, aunque (milagro) no enfadado.

· Es una buena teoría. Aunque una guerra son muchas batallas; porque Voldemort gane una nosotros no perderemos la guerra.

· Señor… Si esa mujer tiene el poder que Luna dice, me temo que si Voldemort la vence, todos los demás ya estaremos vencidos de antemano.

Los tres quedaron en silencio unos momentos, reflexionando la profunda razón y el profundo terror que les originaban esas palabras.

· Pero, profesor; cuando llegue el momento… ¿Cómo sabremos cual de los dos es preferible que gane¿A cual tendremos que apoyar?

· La verdad, no lo sé. Aunque lo mejor es no hacer muchas teorías sobre el futuro. Éste siempre logra sorprendernos.

· ¿Señor? – le llamó Luna – Pero si Quien-usted-sabe es su enemigo… ¿Eso significa que es de nuestro bando?

· Me temo que eso es también lo que yo he entendido, señorita Lovegood – confirmó Dumbledore, apenado.

· ¡Pero eso es horrible! – dijo Ron alzando la voz - ¡Uno de los buenos no puede destruir el mundo!

· He aquí una de las lecciones más importantes que aprenderéis en toda vuestra vida: ni los buenos son siempre tan buenos, ni los malos son siempre tan malos.


· Malfoy… Desgraciado¿qué haces tu aquí? – gruñó Ron.

El pelirrojo se había levantado con mal pie aquel Lunes y el rubio había ido a toparse ocn el en el peor momento.

Por su parte, un pálido Harry mostraba un aspecto de verdadero convaleciente, mientras que Hermione no le quitaba ojo de encima, muy preocupada. Desde el incidente del Sábado, aunque el chico no habría mostrado secuelas fisicas, se le veía muy preocupado por algo.

· Apártate de mi camino, Weasel No me apetece perder el tiempo contigo – para sorpresa de sus dos amigos (y de prácticamente todos los que le rodeaban), Draco intentó evitar el enfrentamiento. (N/A Weasel significa "comadreja" en ingles, es un juego de palabras con el apellido de Ron, Weasley :P)

· Vaya, vaya, así que no te apetece discutir – dijo Ron con voz siniestramente amable – Si, bueno, supongo que los enfrentamientos cara a cara nunca fueron lo tuyo. A ti se te da mejor atacar por la espalda… como el Sábado.

Con estas palabras, Malfoy paró en seco y se volvió lentamente.

· ¿Qué es lo que has dicho, Weasley?

· Ron, ya vale – intentó detenerle Hermione, tomándole del brazo.

· Sí, Ron, vamos a clase… - murmuró Harry. Realmente se encontraba fatal.

Poco a poco, se había ido formando un corro de alumnos en torno a los dos contrincantes. Ginny y Luna, que salían de desayunar en ese momento, también se aproximaron a ver que sucedía.

· No, Harry. A mi no me engañas, Malfoy. Estoy seguro de que tuviste alfo que ver con ese ataque – sonrió Ron, asesinándole con la mirada.

· Tu eres imbécil… ¿No viste que les ayude? – la multitud esperó expectante la respuesta del pelirrojo.

· Para cubrirte las espaldas. Te expulsarían si tuviesen alguna prueba – afirmó Ron.

· ¡Les salvé la vida a tus patéticos amigos¿No deberías mostrar un poco de agradecimiento? – el enfado de Draco iba en aumento, al igual que los espectadores, que no tenían ni idea de lo que iba el tema, pero sonaba apasionante.

· ¿Agradecerte yo a ti algo? No lo creo. No necesito para nada a un lastimoso aspirante a mortífago como tú

· ¿Mortífago, eh? – Malfoy sonrió, y Hermione, que aun tenía garrado a Ron por si acaso, pudo distinguir la misma sonrisa triste que la del día anterior – Que sabrás tú de mí. No me conoces…

Draco dio la vuelta, dispuesto a marcharse, pero Ron utilizó su último cartucho con inmensa satisfacción.

· Conozco a tu padre; él es un miserable asesino. Y tú eres clavado a él.

Draco apretó los puños con fuerza hasta el punto de clavarse las uñas y hacerse sangre, luchando por controlar su furia. Odiaba a Weasley. Más aún cuando tenía razón.

· ¡Eh¿Qué ocurre aquí? – los profesores, encabezados por McGonnagall, salieron del Gran Comedor y observaron la silenciosa congregación de estudiantes.

Antes de que nadie pudiese reaccionar, Malfoy se había girado a la velocidad del rayo y, olvidando la magia y todo lo que se le pareciese, había descargado en la mandíbula de Ron un puñetazo en toda regla.

El chico se lanzó contra el slytherin, liándose también a golpes. En mitad del caos, unos cuantos profesores intentaron avanzar entre la muchedumbre para detener la pelea, mientras que Ron luchaba contra los retenes de su hermana y de Hermione, que le impedían aproximarse a Draco; por su parte, Luna se había colocado entre medias de ambos con los brazos extendidos para impedir que los chicos se acercasen.

Harry había sido el único que, con las escasas fuerzas que le quedaban, se había acercado a Malfoy, sujetándole como buenamente podía mientras el otro se revolvía, intentando avanzar y arrastrando al moreno consigo.

· ¡Chicos, por favor, parad! – gritaba Hermione desesperada.

· ¡Weasley, Malfoy! – chillaba McGonnagall, apartando a empujones a los estudiantes que le impedían el paso.

· ¡Malfoy! – farfulló Harry, que empezaba a quedarse sin aliento por el esfuerzo – Para, por favor…

· ¿TU HAS OIDO LO QUE HA DICHO¡LE MATARÉ! – respondió Draco fuera de sí mientras intentaba desprenderse de los brazos de Potter.

A Harry le dolía admitirlo, pero esta vez era Malfoy el que tenía razón; era Ron el que había ido buscando pelea. Pero aun así, no quería que le partiesen la cara a su amigo. Con rapidez y una buena dosis de reflejos, soltó a Malfoy para ponerse frente a él, aogiéndole por los hombros.

· Lo sé. Pero para… Vas a meterte en un lío – Harry sintió como empezaba a marearse – Por favor, Malfoy, para…

Draco reaccionó a tiempo de sujetarle por los brazos antes de que cayese redondo al suelo. El chico había perdido todo el color de su rostro.

· ¿Qué te pasa? – Malfoy cayó al suelo bajo el peso bajo el peso del muchacho, aunque se las apañó para que éste no golpease en el suelo.

El chico no reaccionaba y Draco sintió como él también palidecía por el susto.

· ¡POTTER¡DESPIERTA, POTTER¡HARRY! – gritó, pero era inútil. Harry solo podía oír los ecos de su llamada.

Ya estaba muy lejos de allí.


· Harry¿puedes oírme?

El aludido entreabrió los ojos y alzo la cabeza para dirigir su mirada hacia la voz que le hablaba. Ante él, un hombre que ya aparentaba la cincuentena y vestido con una larga bata blanca le miraba fijamente. El chico se dio cuenta entonces de que estaba sentado en el suelo, con las rodillas pegadas al pecho y apoyado en una pared de aquella habitación, blanca impoluta.

· ¿Qué es esto? – preguntó Harry jadeando.

· ¿Sabes dónde estas, Harry? – el muchacho le observó, confundido.

· Hogwarts.

· No, nada de eso es real, nada de ello. Estás en un hospital psiquiátrico – el doctor observó atentamente la reacción de su paciente, que cerró los ojos con fuerza y negó con la cabeza repetidamente – Has estado con nosotros durante seis años¿recuerdas?

Harry miró alrededor suyo. Estaba en una habitación, pegado a una esquina, enfrente de una cama de donde aun colgaban las correas con las que le ataban. El doctor estaba sentado junto a él, sentado en una silla, diciéndole algo con voz tranquilizadora.

El chico cerró los ojos un momento, intentando quitarse el aturdimiento de encima. Cuando los abrió de nuevo, vió ante él los rostros de Malfoy, Hermione y McGonnagall mirándole al borde de la desesperación.

· ¡Harry¿Potter, estás bien?

· ¿Qué sucedió?

De repente, estos rostros amigos para él empezaron a difuminarse. Ante él, el médico estiraba la mano para alcanzar a tocarle. Harry se volvió rápidamente, gimoteando como un niño pequeño.

· Está bien, Harry, está bien – dijo el hombre, apartándose un poco de él – Mira. Mira quien ha venido a visitarte.

En la puerta pudo ver a una preciosa mujer pelirroja de cabello largo, seguida de un hombre con gafas. Despacio, se fueron acercando a él y se agacharon para quedar a su nivel.

En estado de shock, Harry alargó su brazo hasta acariciar con ternura la mejilla de la mujer, contacto con el que un brillo parecido a la esperanza iluminó la mirada de sus dos visitantes.

· Ma… ¿Mamá¿Papá?

Pudo ver como James se quitaba las gafas, tapándose la cara con las manos, intentando silenciar sus sollozos. Lily, por su parte, sintió como sus ojos se empañaban y abrazó a su hijo fuertemente.

· Bienvenido… Bienvenido a casa, cariño.


Hermione salió de a enfermería a la carrera, sin poner atención a por donde pasaba ni a quien dejaba tirado por los suelos en su camino.

Harry no despertaba; llevaba horas en aquella especie de frenética pesadilla y ninguna poción parecía tener ningún efecto sobre él.

La chica irrumpió con fuerza en su habitación; la tapa de su baúl se abrió con violencia y lo que parecían ser miles de libros saltaron por los aires.

Sin necesidad de sacar la varita, un pesado tomo acudió a sus manos y se abrió solo, a la vez que las paginas empezaron a pasar, como batidas por el viento.

Estaba segura de haber visto algo allí. Aun no entendía como no había acudido a ello antes.


· Al fin aquellos libros, que tanto esfuerzo le había costado conseguir en verano, demostrarían lo que valían…

· Mamá… ¿Eres tú de verdad?

· Oh, mi niño, realmente estás aquí – murmuró la mujer, mirándole emocionada.

· Papá… - susurró Harry.

· Cariño… Te hemos echado mucho de menos. ¿Me oyes, Harry?

El niño comenzó a llorar desconsoladamente, para alarma de sus padres y del doctor.

· Quédate con nosotros, por favor…

Poco a poco, el muchacho se fue serenando. Cuando realmente fue consciente de la situación, su padre e tomaba con los hombros, como para asegurarse de no volver a perderlo.

Entre tanto, su madre sostenía una conversación con el doctor y ambos parecían haber olvidado que podía escucharles.

· Hay posibilidades de una completa recuperación – decía el doctor desde su asiento – Pero debemos proceder cuidadosamente. Si no somos cuidadosos…

· Un momento. ¿está diciendo que mi hijo volverá a ser igual que antes de que esto sucediera?

· Señora Potter, tiene que entender la seriedad de lo que le ocurrió a su hijo.

· Nunca pensamos que aquel accidente de coche… - murmuró James apesadumbrado – Por el amor de Dios, sólo tenía un año, nunca tuvo secuelas, no entiendo como…

· Durante los últimos seis años, Harry ha sufrido un tipo desconocido de esquizofrenia. Incluso les ha borrado a ustedes de sus recuerdos.; cree que murieron cuando él tenía un año y se ha criado con sus tíos. Todo en la cabeza de este chico es un misterio.

· Sabemos cual es la situación de nuestro hijo – le cortó Lily, amargamente – eso no es lo que hemos preguntado.

· Las ilusiones de Harry son de múltiples niveles. El cree que es una especie de héroe.

· El –niño-que-vivió.

· Así es. Pero ese es solo un nivel. Creo también una complicada trama para apoyar su ilusión primaria. En su mente, él es el centro de un universo mágico, donde se ha rodeado de amigos con grandes poderes, igual que é, y junto a los que se enfrenta a grandes villanos, salvando el mundo. Para él, es tan real como lo somos usted o yo. Incluso más, me temo. Y cada vez que creemos que vamos a llegar a él… más enemigos aparecen.

· Estoy perdido… - murmuró Harry, aturdido - ¡Voldemort¡El fue quien me hizo esto!

· Tranquilo, Harry – le dijo el doctor – Aquí no puede hacerte daño. Estás con tu familia – el chico pareció asustado por un momento.

· ¿Sirius? – lloriqueó.

· ¿Ése es el padrino, no? – preguntó Lily.

· Ajá. Harry insertó a Sirius en su ilusión, creando el lazo familiar que tanto echaba en falta. Le quiere como a un padre. Ese personaje es el que más nos dificulta su curación.

· No, Sirius… ¿Dónde está?

· Ya no es tan reconfortante¿verdad, Harry? Tus amigos, tu padrino, toda esa gente que creaste en Hogwarts. Tú eras el justiciero¿no? El que se enfrentaba a Voldemort y salvaba a todos. Ya hora… tienes que convertirte en un asesino.

El chico lloriqueó y bajó la cabeza ente aquella sarta de verdades como templos.

· Escucha al doctor, Harry, es importante – le suplicó Lily.

· Profecías, resurrecciones… Ni tú mismo lo crees. Tu mundo se desmorona. Se está derrumbando, y muy rápidamente…

CONTINUARÁ…


Hola!

Tres hurras por mi! HURRA! Soy genial! (quien diría que tengo dos abuelitas vivitas y coleando ). He conseguido escribir el capitulo que quería, con una longitud mas o menos decente y en el plazo de una semana. A comentar que estoy acabando este borrador de Word un sábado 30 de abril a las… 4.35 de la madrugada! Y hoy me he levantado a las 6! Ahhhh, que sueño! Pero bueno, estoy satisfecha, porque he contado casi todo lo que pretendía.

La verdad es que esta parte de la trama no pensaba alargarla mas de dos chaps, pero entre que se me han complicado las cosas y que le he cogido el gustillo :P, pues supongo que la acabare a la próxima actualización (creo). Lo que si que puedo decir, es que los siguientes van a ser mucho más frenéticos, de acción… y un poco menos confusos. Jeje, porque en mi cabeza, lo veo todo muy claro, pero no se si logro describirlo como quiero. Espero que les guste!

Por cierto, adoro este chap por dos razones muy especiales: primero la pelea de Malfoy y Ron (adoro a Malfoy que estoy describiendo, me parece muy profundo :P… y además, Ron tenía que demostrar lo capullo que es, aunque fuese por una vez :P), y segundo, porque por fin sale Lydia! Yo soy la única que la conoce, pero os aseguro que os encantaría, a mi es el personaje que me parece mas importante en la historia, y es el que mas me gusta de la historia junto a Draco. Jejeje,ya vereis… :P

Contestando a los reviews:

A alex, que muchas gracias por los animos, y siiiiii! Es Buffy! Bueno, no se si lo viste, pero al principio del fic dije que esta historia estaba basada en la sexta temporada de Buffy, y ese capitulo que dices fue de los que más me gusto, así que decidí tomar la idea. Aunque que se sepa que no es un plagio, eh:P Solo tomo prestadas algunas ideas, la idea original es mia :D Besazos! Bye!

A Ana Maria… pues aún no sabemos si es Harry el que esta loco, si lo están volviendo o que demonios pasa. De todas formas, aquí ya se explica un poquillo la situación aunque para verlo todo claro, habrá que esperar a los siguiente chaps. Adoro a Draco! Y me encanta que no sea ni bueno, ni malo, ni todo lo contrario :P Y Slash… pues a mi es un genero que me gusta mucho y del que me gustaría escribir (me gustan mucho los Remus/Sirius), pero pensé que en esta historia no pegaba mucho. Ademas, tengo muchas ideas para esos dos, jajaja. Por cierto, mi casa ya esta limpia (mi trabajito me ha costado, jeje), y a mi madre le queda un mes de vendas y curas, pobrecilla. Muchos besitos, guapa, hasta la próxima!

Bueno, estoy quedando dormida delante de la pantalla, así que mejor cortar con esto. Montones de besitos a todos los que leen el fic, y nos vemos en el próximo capitulo (2 semanas máximo, jejeje :P)

Abrazos!Bye!

Ela :)
Mienbro Orden Siriusana
Story-Weaver