Disclaimer: Harry Potter no me pertenece. Hermione Granger y Ron Weasley tampoco. Draco Malfoy tampoco, pero eso me da igual. Y si Ron Weasley me perteneciese, le daría una colleja por torpe mental.

Nota muy importante: estoy leyendo el libro 6, aunque ya lo he hojeado por encima y ya sé todo lo que pasa, los datos más importantes de la trama y todo eso. No voy a hacer ningún comentario sobre lo que sucede en el libro, y ruego no meter spoilers en los reviews. Mi historia, que transcurre en el séptimo año, hace tiempo que está pensada, y no voy a cambiarla ni un milímetro por lo que sucede en el sexto libro.

Al final del capítulo, junto con los comentarios de los reviews, pongo una notita sobre el sexto libro, con mi opinión sobre el mismo y sobre el candente status quo desde que salió a la venta . Quien esté interesado, que la lea entonces, y al que le importe un pepino, que se la salte.

NADA COMO UN BUEN ATAQUE DE AMNESIA

Capítulo 4: Lo que ocurre después de la fiesta. Con lo mona que estaría Hermione quietecita en su habitación.

Al final del capítulo anterior:

Sin que Harry tuviese tiempo de reaccionar, Hermione se impulsó para delante y le cogió la cara con las manos, posando sus labios suavemente en los del chico. Harry hubiera jurado que el corazón se le había quedado tan alucinado que se había olvidado de latir, y que el aire se le estaba escapando de los pulmones quién sabe por dónde. No entendía nada, pero cuando Hermione le mordió suavemente el labio inferior, la mente se le quedó en blanco y una oleada de emociones lo invadió. Pasó un brazo por la cintura de Hermione, le deslizó los dedos de la otra mano por la nuca y se dejó llevar por aquella oleada, arrastrándola a ella con él.

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Harry se estaba dejando llevar por las sensaciones más intensas que jamás había sentido. Hermione parecía no ser consciente de nada excepto de ellos dos, solos, en la cama de Harry, a la que habían llegado sin saber muy bien quién había arrastrado a quién. Los jerseys estaban tirados por el suelo después de haber ido a parar allí arrojados con violencia, pero ahora que los botones empezaban a desabrocharse, la velocidad con la que estaba sucediendo todo comenzaba a disminuir. Hermione respiraba con dificultad, muy rápido, y parecía dejarse llevar por un instinto salvaje y primario, sus manos dedicadas a cubrir la piel de Harry de caricias cargadas de ternura y deseo. Pero Harry era dolorosamente consciente de todo lo que le estaba pasando: todo era demasiado nuevo y demasiado importante y, a tenor de lo que había visto en el mapa del merodeador durante los últimos meses, demasiado... increíble... los besos se iban ralentizando y a la vez haciendo más abrasadores, y la neblina que parecía invadirle el cerebro se iba disipando.

"Harry..."

Cuando la chica murmuró su nombre, había en su acento un tono de abandono tal que Harry dio un brinco. ¿Por qué ella estaba allí si era con Oliver con quien había estado tantas noches? Hermione... no se había comportado de forma normal desde que se habían visto en la fiesta, y aunque no parecía estar borracha, aquella chica que lo besaba como si le fuese la vida en ello tampoco parecía la Hermione de siempre. Harry no podía saber qué le pasaba realmente a su amiga, pero en una fracción de segundo se dio cuenta de que ella, que nunca había mostrado ningún indicio de estar interesada en él, podía arrepentirse terriblemente a la mañana siguiente. Y bruscamente, se separó de ella. No en aquel momento, no en aquel lugar, no así.

"Hermione... no..."

La sujetó por los hombros hasta que ella se dio cuenta de lo que estaba pasando. Parpadeó varias veces y fijó su mirada marrón en los ojos verdes que la observaban intentando por todos los medios tener suficiente fuerza de voluntad para permanecer firme en su decisión. Ella afirmó con la cabeza y él la soltó, sentándose los dos sobre la cama, respirando todavía agitadamente. Harry todavía no era capaz de hablar, pero ya que había sido él el que había interrumpido... eh... lo que estaban haciendo, decidió explicarle a la chica lo que había pasado. Ella se pasó las manos por el pelo, para cuyo estado actual el término "enmarañado" era un eufemismo, y trató de ordenarlo un poco, al tiempo que se pasaba la yema del dedo por el labio inferior, enrojecido y algo magullado. Harry la miró detenidamente: el rubor intenso en las mejillas, la respiración acelerada, los botones desabrochados aún, dejando ver una piel mate y cremosa, y los mechones que caían sobre los hombros desordenadamente, y se dijo que realmente se merecía ser el-niño-que-vivió-para-no-comerse-una-rosca si era tan cretino como para no echar por la borda todas sus dudas y besar a Hermione hasta perder el conocimiento por la falta de oxígeno en el cerebro. Pero claro, alguien que hacía lo que él acababa de hacer probablemente no tuviese cerebro.

"Hermione, creo que es mejor que paremos esto ahora y hablemos por la mañana" -acertó a decir, intentando apartar su mirada del escote de su amiga.

Ella lo miró como si le hubiesen echado un hechizo confundelenguas y le estuviese hablando en algún dialecto africano.

"¿De qué quieres hablar, Harry? -le preguntó ella lentamente.

El chico se pasó la mano por la nuca y revolvió el cabello hasta quedar a juego con el de ella.

"Yo..." -Harry no quería volver a insistir en el tema de la posible borrachera, porque tenía algo de miedo de que Hermione sacase su varita y, haciendo un alarde de virtuosismo, lo transformase en comida para Buckbeak. "No quiero que mañana podamos arrepentirnos de esto, Hermione... creo que es mejor que hablemos antes... yo no creo que sea esto lo que tú quieres..."

La chica lo miró a los ojos intensamente, sin desviarlos ni un milímetro. Harry se empezó a poner nervioso. Ella parecía terriblemente serena, como si estuviese pensando qué hacer: si marcharse de allí o agarrarlo por el cuello y seguir con lo que estaban haciendo. El chico deseó con todas sus fuerzas que hiciese lo segundo pero, de un ágil brinco, ella se puso de pie y, todavía mirándolo, se arregló la ropa hasta parecer (casi) que allí no había pasado nada.

"No veo qué tenemos que hablar, pero bueno. Yo ya te dije lo que siento: si tú sientes lo mismo, todos contentos. Pero ya veo que no..." -concluyó con una mueca irónica. "En fin, no voy a presionarte para que me digas hoy lo que tengas que decirme, no te preocupes. Si quieres hablar mañana, hablaremos mañana. Buenas noches, Harry" -finalizó, abriendo la puerta y disponiéndose a salir de la habitación con un cabreo monumental que no se molestó lo más mínimo en ocultar.

"¡Hermione, espera!" -gritó Harry levantándose de golpe y corriendo tras ella. Consiguió sujetarla por la blusa. "No lo entiendes, yo..."

Ella se giró lentamente, con un gesto de decepción en la cara, como el de un niño al que le hubiesen quitado un juguete.

"Te entiendo perfectamente, Harry... no hagamos esto más penoso para los dos¿quieres?" -le espetó.

Harry negó con la cabeza.

"¡No, no me entiendes!" -repitió exasperado. "Este no es el momento, no podemos dejarnos llevar, porque mañana..."

Hermione, para su sorpresa, soltó una carcajada.

"¿Qué vas a decirme ahora, Harry?" -le preguntó acercándose a él pero sin cerrar la puerta de la habitación. "¿Que mañana nos arrepentiremos¿Crees que yo me ando besando por ahí con mis amigos si no sé lo que siento? Quizás tú lo hagas, pero yo no. Hasta mañana, Harry..." -Hermione se soltó y acabó de traspasar la puerta, cerrándola de un portazo.

Su amigo se dejó caer sobre la cama, haciendo pinza con los dedos en el puente de la nariz. Estaba claro que la chica se había enfadado bastante. Aquello era otra prueba de que Hermione no era la Hermione de siempre, porque ella siempre controlaba bastante sus reacciones, al menos con él. Nunca perdía la paciencia con sus arrebatos de mal humor, y justificaba sus salidas de tono basándose en la carga que su amigo soportaba sobre sus hombros. Y ahora lo había acusado poco menos que de... bueno, de estar a la que cae, por decirlo de alguna manera... y eso que había sido él el que había parado...

Buscó a tientas sus gafas, que habían caído por algún lado de la cama, y se las puso. Decidió que en cuanto viese a Hermione a solas en algún momento, cuando ella volviese a su estado normal, no pararía hasta que hablasen de lo que había pasado. Sospechaba que con el cabreo que tenía encima, probablemente le iba a costar convencerla, pero estaba decidido. Se quitó la ropa y se tiró encima de la cama, agotado, pensando que era increíble cómo en pleno mes de diciembre, en Hogwarts podía hacer tanto calor.

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En realidad, Hermione no estaba enfadada con Harry. Cerró la puerta de su flamante habitación de Premio Anual de un portazo y se tiró boca abajo encima de la cama, llorando como una magdalena. Estaba enfadada con el mundo en general, que era tan injusto que hacía que la gente se enamorase y no fuese correspondida. Era la primera vez que Hermione tenía un desengaño amoroso (porque Krum había estado completamente colado por ella y había sido ella la que había dado por finalizada la relación), pero al rechazo se sumaba la frustración de la interrupción de Harry cuando los dos estaban dejándose llevar por la pasión. No entendía nada. En aquel momento, Hermione veía el mundo de forma simple y sencilla: si a Harry le hubiese gustado ella, hubiese seguido besándola hasta que amaneciese. Y si la había separado de él, era evidente que él no sentía lo mismo que ella.

De tanto llorar, se quedó dormida encima de la cama, sintiéndose la persona más desgraciada del mundo.

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Un par de horas más tarde, Hermione se despertó y se encontró tirada encima de la cama, con el pelo y la ropa hechos un desastre. Le dolía un poco la cabeza y no sabía muy bien cómo había llegado hasta ahí, hasta que, de repente, una imagen saltó bruscamente a su mente.

Ella y Harry.

En la habitación de Harry.

¡BESÁNDOSE COMO DESESPERADOS!

Hermione no tenía ni idea de que Parvati y Lavender le habían puesto poción desinhibidora en la cerveza de mantequilla, pero en una fracción de segundo se dio cuenta de que todo lo que había pasado en la fiesta no era muy normal. Lo recordó todo, y como ya se habían pasado los efectos de la poción, no era capaz de reconocerse a sí misma. Recordó su enfrentamiento con Malfoy, recordó haber estado bailando con Oliver, con Ron, con Terry , con Sean, con...

Con todos menos con Harry.

Claro que habían hecho algo más interesante que bailar.

Se tapó la cara con las manos. Era idiota. Le había confesado a Harry lo que sentía por él, pero cuando estaban, por fin, uno en brazos del otro, Harry no había querido continuar. Se había dejado llevar en un principio, sí, pero seguramente había sido un subidón hormonal momentáneo, porque se había arrepentido y le había dicho que tenían que hablar primero.

¿Con qué cara iba a mirar a Harry a la mañana siguiente?

Se levantó de la cama y miró el reloj: eran casi las tres de la mañana. Era evidente que no iba a poder dormir, así que decidió hacer un viajecito a las cocinas a ver si Dobby estaba despierto y le hacía un chocolate calentito. En el fondo no le parecía bien ir a molestar a Dobby a horas tan intempestivas, pero aquella era una emergencia.

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Harry no había podido pegar ojo ni un segundo, así que estaba entreteniéndose practicando hechizos. El hechizo aturdidor le estaba saliendo muy bien, porque aunque se lo estaba practicando a la almohada, se la imaginaba con la cara de Oliver. Al cabo de un tiempo, decidió echarle un vistazo al mapa del merodeador para ver si Hermione podía dormir o estaba dando vueltas en su dormitorio, y allí la vio.

Estaba sola, en las cocinas de Hogwarts, metida en una habitación pequeña que debía de ser una despensa y que daba a una de las cocinas. Separados de ella por un tabique, Malfoy, Crabbe, Goyle y Parkinson estaban reunidos con una motita sin nombre (un elfo doméstico, pensó Harry); la motita señalada como "Hermione Granger" estaba completamente inmóvil en su sitio, pero había una sexta motita que se acercaba a ella por el otro lado, una motita que sin duda iba a reunirse con las otras cuatro, y que llevaba un cartelito en el que se leía, en la elegante letra cursiva del mapa, "Blaise Zabini".

Harry no tuvo ni tiempo de coger la capa de invisibilidad. Agarró su varita con fuerza y salió disparado hacia las cocinas.

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Hermione contenía la respiración, escuchando cómo Malfoy, cuya voz había oído nada más traspasar la puerta secreta de las cocinas, aleccionaba a uno de los elfos domésticos (que se dirigía a él con fervor y le llamaba "amo Draco") sobre lo que tenía que hacer para poner la poción que acababa de darle en la comida de Dumbledore. Hermione abrió tanto los ojos que casi se le salen de las órbitas: Harry tenía razón y Draco era algo más que un capullo con ínfulas de mini-mortífago. Se mordió el labio inferior, y se giró lo más sigilosamente posible para salir de allí antes de que la viesen y contarle todo a Dumbledore.

Lamentablemente, chocó con algo de consistencia blanda.

"Vaya, vaya, vaya..." -resonó la voz irónica de Blaise Zabini. "Mira, Draco, las sorpresas que guardan las despensas de Hogwarts..."

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Bueeeeeeeeeeeeeeeno, siento la tardanza pero es que he estado ocupada con la lectura del libro 6. Lo siento, lo siento, de verdad, intentaré compensaros actualizando pronto esta vez. Vamos ahora con los reviews.

Alexia Riddle: ¿Dudas sobre la trama? Buf, lo que queda todavía... Me encanta que te gustase el beso, pero esto no es nada, jejeje (no me refiero a que vaya a poner lemon). De todos modos, ya puedes decir lo de pobre Drakis, jajaja.

Ginger: Gracias, guapa. Espero que te guste el de hoy.

Kirlatan: Mmmmmmmmm… Oliver tiene que dar mucho juego todavía, jejeje... A mí también me gusta para Hermione, jeje. Besitos.

Tifanny: Chimborro? (Cara de alucinada total) Bueno, ya me explicarás qué significa... ¿pasteloso¿violento¿simplemente malo? O.o

Damis Black: Uf, aún falta mucha trama, ya verás... Un besito y gracias por el review.

Herms Potter: No, la poción no produce amnesia, pero tampoco he dicho que sea Hermone la que se hace la loca... la respuesta en próximos capítulos, jajaja! Un besote.

Rakaomi: así que mis personajes se ajustan mucho a los que describe Rowling? Gracias mil, pero después de leer el sexto libro esto ya no sé si es un piropo o un jarro de agua fría... en fin, no sigo que me caliento. Como no sé si has leído el libro o no, mejor lo dejamos así. Dejémoslo en que se parecen a cómo Rowling los dejó en el libro 5º, jajaja... Coincido completamente con tu visión de Draco y prometo sacar tiempo de debajo de las piedras para leer tu fic. Muchísimas gracias por un review bien largo, como los que me gustan. Besos a toneladas.

Kira Levana: Hummm... la verdad es que yo no escribo lemon, no tengo nada en contra de ellos, pero sí un pudor desmedido... qué le vamos a hacer. Lo que hay en este capítulo es mi techo en este sentido, lo siento. Tienes razón en lo de "Harry, acompaña a Hermione...", jajaja... ¿será que Oliver no tiene ningún interés por Hermione¿Será que quiere que esté protegida¿Será que...? Bueno, la respuesta en los próximos capítulos. Besos en la coronilla.

Kenny Link: no supliques, que no hace falta, aquí tienes el capítulo! (Más vale tarde que nunca) Espero que compense por la tardanza.

Bueno, y ahora sí, vierto mis opiniones personales que, como su nombre indica, son personales... e intransferibles.

En cuanto al libro 6, diré que no me está gustando nada. No sé si Rowling lo escribió a toda pastilla por algún motivo, económico quizás o porque se le echaba la fecha del parto encima, pero parece escrito por otra persona, absolutamente sensiblero y con un montón de detalles más propios de un culebrón (ríete de "Sensación de vivir") que de un libro para niños.

Sobre lo que sí voy a opinar es sobre la famosa entrevista con Emerson y Melissa. Ya he dicho que no quiero spoilers, y por tanto no voy a decir nada sobre lo que hablaron, pero quiero dejar claro que la actitud de los tres, entrevistadores y entrevistada, me pareció lamentable y me dejó un regusto de lo más desagradable. Ya me parece mal que un escritor critique de una forma u otra a parte de sus lectores, pero que lo haga un escritor que escribe principalmente para niños denota una carencia tal de sensibilidad que me deja sorprendida. También me ha parecido de mal gusto leer un montón de mensajes en diferentes foros llamándola de todo. Por favor, no convirtáis un libro en un asunto de vital importancia, y una diferencia de criterios en una coartada para el odio, el insulto y la bajeza. Al que no le guste lo que escribe Rowling, que haga un fic y santas pascuas, que para eso están. Esta señora es humana y se equivoca como todo el mundo.