Y los dragones, a pesar de ser más grandes y fuertes, perdieron. El pajarillo consiguió engañarlos, haciendo que comieran unas plantas envenenadas. Éstos enfermaron, y prometieron no volver a causar el pánico.

En ese momento, el padre de Kotomi se disculpó para ir al servicio.

El pájaro volvió a su aldea, contando su triunfo ante los dragones. Todos le aclamaban, a pesar de no haber creído en él. Pero en ese punto, se oyó un golpe seco. Como de algo que cae al suelo.

El señor Tsukawa yacía en el suelo. Muerto.

EL CASO DEL DRAGÓN FILE 02: INVESTIGACIONES

La sala quedó en silencio. Al darse cuenta de lo que había pasado, Ran y Kazuha soltaron un grito ahogado. Los adultos dejaron a los pequeños en los asientos, y se levantaron para ver qué demonios había pasado, al tiempo que Heiji y Conan se acercaban al cuerpo.

Heiji se agachó mientras Conan se acercaba para tomarle el pulso, cuando vieron algo clavado en su cuello.

"¿Eh...?" –Heiji y Conan se acercaron más-. "¿Qué es esto?"

Heiji se cubrió la mano con la manga de su chaqueta y cogió lo que parecía un dardo. Lo examinó detenidamente. La punta estaba húmeda, tenía un pequeño depósito que ahora estaba vacío.

"¿Crees que tenía veneno?" –le preguntó Conan serio.

"Seguramente. Pero tendría que haber sido uno muy fuerte como para matarle..." –respondió Heiji, dirigiéndole una mirada a Ran y Kazuha, que estaban apaciguando a los Detective Boys.

"No necesariamente..." –murmuró Conan.

"¿No?" –Heiji no parecía convencido.

"¿No lo recuerdas? Aquel hombre dijo que Tsukawa-san estaba mal de salud, con una dosis menor de la necesaria podría haber bastado."

"Tienes razón. Pero entonces, ¿puede que no fuese un asesinato intencionado?" –preguntó el chico de Osaka, aunque sin creerse lo que acababa de decir.

Ayumi se acercó llorosa a ellos.

"Está... ¿muerto?" –preguntó con un hilo de voz.

"Me temo que sí... ¡pero no te preocupes, Ayumi-chan, verás como Hattori-kun encuentra al culpable!" –añadió en un último momento, al ver la expresión de la pequeña.

Mitsuhiko y Genta se alejaron del lugar llevándose a Ayumi para despejarse un poco, cosa que estaban haciendo la mayoría de los adultos con los pequeños; y Ran y Kazuha se acercaron a los chicos después de hacer una llamada a la policía.

"No entiendo cómo ha podido pasar esto. ¡Y delante de nuestras narices!" –Heiji miró a Conan para ver si él tenía alguna idea, pero parecía igual de perdido que él.

"Oid..." –Ran llamó la atención de ambos detectives, intentando ayudar-. "Aquel hombre se ha ido al servicio justo antes de que esto ocurriera, y aún no ha vuelto..."

Shinichi se lo pensó un momento. ¿Era así de simple? Pero se habría notado demasiado... y además, ¿desde dónde habría disparado? Y otra cosa, ¿con qué? Porque no había sido una bala, de modo que pistolas y revólveres corrientes quedaban descartados. Una escopeta de dardos, como la de un cazador, era demasiado grande como para meterla en el museo sin que se viese, y los servicios, que él supiese, no tenían ventanas hacia el exterior.

Un grito le sacó de sus cavilaciones. Yoshi Ureda, el hombre que había ido al baño, estaba frente al cuerpo del señor Tsukawa. Parecía muy sorprendido.

"¡Pos Dios, qué ha pasado! ¡¿Y Kotomi, está bien!" –el pobre hombre buscaba a su hija por todas partes, aunque fue ella la que el encontró.

"¡Papi! El señor malo se ha caído y no se levanta. ¿Se ha muerto el señor malo?" –la pequeña preguntaba con expresión confundida, no asustada.

"N-no lo sé... ¿ha muerto Tsukawa-sama?" –parecía asombrado.

"Eso me temo, Ureda-san. Siento decirle que es usted el principal sospechoso" –Heiji se había levantado y se había acercado a él.

"¿Qué? ¡Yo no he hecho nada!"

Heiji se acercó con expresión tranquila.

"Si no ha hecho nada, lo averiguarem... lo averiguaré. De momento, tendré que hacerle unas preguntas, y pedirle que no salga del museo hasta que le de permiso, ¿de acuerdo?" –dijo con voz suave, intentando no espantar al hombre. Le parecía poco probable que hubiese sido él, pero tenía que asegurarse.

"Bueno... sí, vale... " –se acercó dudoso a Heiji.

Los actores, que entre tanto se habían quitado las pesadas máscaras y las grandes capas que hacían de alas, bajaron del escenario aún con parte del disfraz puesto. Una de ellos, una chica joven, de unos veintitantos años, castaña de pelo por los hombros ondulado y ojos claros; se acercó corriendo al señor Okunishi.

"¡Abuelo, qué ha pasado!" –la joven parecía asustadísima, y le temblaban las manos.

"Tranquila, Mimiko-chan..." –intentó tranquilizarla. Mimiko y su abuelo se llevaban muy bien, tanto que a pesar de tener 27 años aún le seguía diciendo –chan-. "Tsukawa-sama ha muerto..."

"¡Muerto! ¡Pero... no puede ser!" –se acercó al cuerpo sin vida, mientras intentaba tranquilizarse-. "¡Qué pasará con el museo, abuelo!"

La chica miraba con ojos desorbitados al cadáver.

"Tranquila... encontraremos la forma de seguir con el museo, ¿eh?" –el señor Okunishi intentaba calmarla, aunque sin mucho éxito.

"Pero... ¿qué ha pasado? ¿Cómo ha sido?"

"Le han clavado un dardo venenoso en la yugular " –contestó Conan casi sin querer.

Mimiko le miró extrañada.

"¿No te asusta todo esto, pequeño?"

"Eeh... un poco, ¡pero es que de mayor quiero ser detective, y no me pueden asustar estas cosas!"

"Ah... vaya, curiosa profesión. Y peligrosa..." –parecía que ya se había calmado.

Los demás actores y actrices bajaron del escenario a ayudar a tranquilizar a los pequeños. Un chico joven que no pasaría de los 20, de pelo moreno de punta y ojos pardos se acercó a Ai, que parecía bastante indiferente a los acontecimientos.

"¿Estás bien, pequeña?" –le preguntó con voz suave.

"Sí, perfectamente. No se preocupe, estoy con ellas" –dijo, señalando a Ran y Kazuha, en un tono bastante seco.

"Bien, entonces nada."

Ran y Kazuha se acercaron curiosas.

"¡Hola!" –la chica de Osaka se mostró bastante efusiva, y el chico dio un respingo-. "¿Tú eres uno de los actores, no?" –preguntó, mirando la ropa de colores vivos que llevaba.

"Sí... me llamo Shigeru Yukagi, encantado."

"Kazuha Toyama, y ella es Ran Mouri" –dijo Kazuha, señalando a su amiga.

"No me puedo creer lo que ha pasado. Pobres niños, deben estar asustadísimos..." –dijo Ran, mirando de reojo a Conan, que estaba examinando el cadáver-. "Bueno, no todos..."

Shigeru pensó que se refería a Ai.

"Sí, parece que esa niña ha pasado muchas veces por esto..." –dijo pensativo.

- "Ah, Ai-chan... es algo retraída, pero buena persona" –dijo Ran mirando a la 'pequeña'.

En ese momento entraron en el museo Satô y Takagi, seguidos de Shiratori.

"¡Hola, Conan!" –saludó Takagi al ver al pequeño-. "¿Dónde están las chicas y Hattori?"

Conan señaló a la salida que daba a otra sala del museo, donde estaban los adultos consolando a los pequeños.

"Están allí, y Hattori-kun está interrogando a un sospechoso."

"¿Un sospechoso?" –interrumpió Satô-. "¿Quién es?"

"Se llama Yoshi Ureda, y se fue al baño justo de antes que mataran a Tsukawa-san. Su hija me dijo que Tsukawa-san era muy malo..." –cuando se trataba de un caso no controlaba el hablar como un niño, así que añadió eso último.

"Vaya... Shiratori-san, ve con Hattori y averigua algo más sobre ese tipo. Takagi-san, tú vienes conmigo a investigar al resto de la gente..."

Casi sin darse cuenta, Takagi se sonrojó ligeramente. Últimamente siempre estaba de pareja (profesional) con Satô, y no sabía muy bien si era casualidad o si ella así lo quería.

Heiji se acercó a ellos al ver que Shiratori se acercaba.

"No creo que él pueda haber hecho esto. Se necesita sangre fría, y está claro que ese hombre no la tiene." –echó un vistazo atrás, donde estaba el señor Ureda en una silla, temblando por ser el sospechoso de un asesinato.

"De todos modos, lo mejor será retener aquí a todo el mundo. No sabemos quién ha podido ser." –razonó el agente, una vez que Takagi y Satô se hubieron ido.

"Sí, de acuerdo" –cuando Shiratori se alejó, Heiji bajó la voz-. "¿Has averiguado algo?"

Shinichi intercambió una mirada con Hattori, indicándole que aún no tenía nada claro.

"Lo único que tengo es que el dardo fue disparado desde arriba, preferiblemente desde el escenario, por el ángulo en que está clavado el dardo."

"Ya es algo. Eso quiere decir que, o fue Ureda-san (cosa que dudo), o algún actor o alguien ajeno al espectáculo, que no estuviese en la sala." –reflexionó Heiji.

"Aún así, no sé cómo pudieron disparar un dardo sin que nos diéramos cuenta. Es todo muy extraño" –murmuró Conan-. "Será mejor que vayamos con las chicas."

Heiji asintió. Se acercaron ala sala contigua, donde estaba todo el mundo. Al chico de Osaka se le hizo un nudo en el estómago al ver a Kazuha hablando animadamente con un chico, y aceleró un poco el paso. Kazuha evitó su mirada, evidentemente esperara una disculpa por su parte.

"¿Tienes algo, Hattori-kun?" –preguntó Ran, que estaba un poco al margen de la conversación entre la chica de Osaka y Shigeru.

"De momento nada. Esperemos que la policía pueda identificar el veneno..." –dijo Heiji pensativo.

"Toyama-san dice que eres detective" –dijo Shigeru de repente. Heiji suspiró, al menos aún se llamaban por el apellido-. "Me gustaría ayudaros en la investigación. Quizá pueda servir de ayuda."

Heiji frunció el ceño.

"Quizá sería mejor que te quedases aquí, ayudando a Kazuha y a Neechan con los niños. Si te necesitamos, te llamaremos, ¿te parece?" –intentó ser lo más amable que pudo, cosa que para Kazuha no fue suficiente. Sin embargo, el chico sonrió.

"De acuerdo. Si noto algo extraño, te lo haré saber."

Heiji y Shinichi se alejaron en busca de los agentes. Satô ya se había puesto manos a la obra en la identificación del veneno.

"Necesitaremos máquinas especiales... no creo que pueda decir cuál es por el olor." –se lamentó Miwako.

Conan se acercó a la agente.

"Tendré que tomar una muestra de sangre y enviarla a la comisaría. Nos llevará algo de tiempo, espero que no salga nadie del museo..." –Satô miró divertida a Shinichi-. "¿Puedo confiar en ti para ese trabajo, no?"

"¡Claro! Yo vigilaré que nadie se mueva."

Takagi le hizo una señal a Satô indicándole que iba a por una jeringa. Al rato volvió, le pasó la jeringuilla a Satô y ésta le quitó el capuchón y le sacó algo de sangre.

"Bueno, ya está. Lo llevaré al laboratorio, espero que no tarden mucho en darnos los resultados" –dijo Miwako-. "Takagi, quédate con Shiratori, ¿de acuerdo?"

"OK. "

Satô desapareció por la puerta de salida. Heiji desvió la mirada hacia Conan, con expresión confusa.

"Este caso es muy extraño. No consigo sacar nada en claro..."

"Entonces creo que estamos igual. Ni siquiera tengo un sospechoso..." –Shinichi parecía estar sumido en sus pensamientos-. "Iré a echar un vistazo..."

Heiji asintió. Por su parte, decidió investigar es el escenario. Cerca de allí se encontraban Mimiko y el señor Okunishi. Hattori se acercó.

"Perdone" –dijo el chico de Osaka, refiriéndose a Mimiko.

"¿Sí? ¿Puedo ayudarle?" –aún le temblaba por la visión del muerto.

"Usted es una de las actrices, ¿no? Me gustaría hacerle unas preguntas" –Heiji miró al señor Okunishi como para pedir su consentimiento, aunque Mimiko asintió sin mirarle-. "Bien. ¿Vio alguien sospechoso entre bastidores, o en el escenario?"

La chica parecía algo confundida, aunque intentaba recordar.

"La verdad es que detrás del escenario está muy oscuro, y casi nos reconocemos por la voz. Podría haber pasado alguien... y no haberlo visto..." –parecía nerviosa por el hecho de no recordar nada más-. "No recuerdo muy bien..."

El señor Okunishi le pasó un brazo por el hombro.

"Tranquila Mimiko-chan. Aún estás asustada, luego podrá contestar a sus preguntas" –dijo refiriéndose a Heiji.

Hattori no parecía muy convencido.

"Está bien..." –se sentó en una de las butacas de enfrente, para pensar un poco. En el asiento de al lado había un periódico, que cogió para hacer algún crucigrama. No era el momento más oportuno, pero quizás se le aclarasen las ideas. Aunque no tenía ningún bolígrafo...-. "Perdonen" –volvió a decirles-. "¿No tendrían un boli por ahí?"

Mimiko cogió uno de la chaqueta de su abuelo y se lo lanzó a Heiji, quien tenía la mano abierta para cogerlo. El bolígrafo cayó justo en su mano.

"Gracias..."

Se acomodó y comenzó a hacer el crucigrama. En realidad, no estaba prestando mucha atención a lo que escribía, más bien meditaba sobre el caso. Aún tardarían bastante en traer los resultados que verificaran qué era aquel veneno, de modo que no sabía muy bien qué hacer.

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Conan, por otro lado, había vuelto con las chicas. Estas seguían hablando con Shigeru, quien parecía muy dispuesto a descubrir al autor del crimen.

"La obra estaba saliendo tal como en los ensayos, todo iba como la seda. De repente, oímos como Tsukawa-sama caía al suelo, y después de desprendernos de los disfraces bajamos a ver qué había pasado" –contó, como si recitase una poesía-. "No podíamos creer que hubiese muerto. La verdad, creo que la más afectada fue Mimiko... ella le tiene mucho cariño al museo, y sin las subvenciones..."

Ran y Kazuha escuchaban con atención.

"No sé cómo pudo pasar. Aunque fue todo un poco extraño..."

Aquello interesó a Conan.

"¿Extraño? ¿Acaso u oíste algo raro?" –preguntó intentando mostrar inocencia.

"La verdad es que sí... aunque puede que fuese imaginación mía. La acústica del escenario es muy buena, y puede que fuese un roce entre disfraces o algo. No me hagáis mucho caso..." –el joven comenzó a reír.

Shinichi frunció el ceño.

"Aún así... ¿qué oíste?"

"Pues fue como si alguien soplase... ya os digo que fue muy extraño, seguro que lo confundí con cualquier otro sonido."

Conan se paró a pensar. ¿Un soplo? No le decía nada...

"¿Creéis que haya sido alguien que no estuviese en la sala?" –preguntó Ran con un deje de miedo en la voz.

"Espero que no... o, mejor dicho espero que sí, ¡no quisiera que el asesino se encontrase entre nosotros!" –un escalofría recorrió la espalda de la chica de Osaka- "¿Tú qué crees, Yukagi-san?

Shinichi desvió la mirada hacia el joven, para ver qué respondía.

"Pues... la verdad, no tengo ni idea. Podría haber sido alguien de fuera, que no se hubiese dejado ver para que no le reconociesen; o alguien de entre nosotros, que precisamente se deje ver para no levantar sospechas.

Ran y Kazuha no parecían muy impresionadas por esa deducción. Al menos, el vivir entre detectives les había dado algo.

"Pues yo no entiendo porqué han matado a Tsukawa-sama precisamente. ¿Si el subvenciona al museo, no puede ser que lo que quieran es acabar con el museo?" –razonó Kazuha.

"Quizás sea rencor personal... no sé, puede que Tsukawa-sama le hiciese algo al asesino, y éste quisiera vengarse" –dijo Ran, con un dedo en la barbilla y expresión pensativa-. "Supongo que Hattori-kun ya estará detrás de alguna pista."

Kazuha miró hacia otro lado. No estaba de humor para hablar de Heiji.

"Sí, supongo..."

Esta reacción no pasó desapercibida para Shigeru y Ran.

"¿Acaso te pasa algo con el detective?" –preguntó inocentemente el joven.

Kazuha rió para sus adentros,

"Podría decirse. Discutimos, y bueno... estoy esperando que se disculpe. Nada más, no tiene importancia" –la chica de Osaka intentó quitarle importancia al asunto.

"Ah, vaya. No debería retrasarse con la disculpa, no se debe hacer esperar a las chicas, y menos si son tan bonitas."

Kazuha se sonrojó ante la mirada pícara de Ran. Conan miró hacia otro lado, no estaba para cursilerías. Entonces, Kazuha preguntó:

"Tú eras un dragón, verdad?" –Shigeru miró confundido a la chica-. "En la obra, quiero decir."

"Ah, sí. Me tocó ser el malo, jeje..."

"¿Y qué instrumento tocabas?" –preguntó la chica de Osaka bastante interesada.

"La flauta dulce."

"¡Vaya! Debe ser difícil actuar y tocar al mismo tiempo." –dijo Ran.

Conan bufó. ¿Difícil? Además, ni siquiera tenía que hablar... era increíble que se sintiese impresionada por eso.

"Nah... de todos modos la obra no tiene diálogos" –dijo Shigeru, casi para corroborar lo que había pensado Shinichi.

Shinichi decidió alejarse y pensar en el caso.

"Oye Ran, me voy a ver si encuentro a Hattori-kun, ¿vale?" –dijo lo más inocentemente que pudo.

"¿Qué? Ah, OK. Pero ten cuidado, ¿eh?" –dijo Ran con una mirada severa.

"Sí."

Al poco rato encontró a Heiji haciendo el crucigrama. O por lo menos, simulando hacerlo, ya que no había nada escrito salvo pequeñas notas que iba apuntando cuando se le ocurría algo. Conan se acercó.

"Aún no tienes nada, ¿eh?"

Hattori se permitió lanzarle una mirada suplicante.

"Si te sirve de consuelo, yo tampoco." –Shinichi echó un vistazo alrededor, hacia donde estaban en el señor Okunishi y su nieta-. "Creo que sería mejor si hablásemos en otro sitio..."

Ambos se alejaron hacia los baños. Hattori iba pensando en el caso y Conan tenía la mirada baja, reflexionando. De modo que ninguno de los dos se dio cuenta de que una mujer de unos 30 años iba caminando hacia ellos. Y el choque fue inevitable.

"¡Lo siento!" –se disculpó Heiji.

La mujer iba ataviada con un traje de dragón, de modo que supusieron que actuó en la obra.

"Debería mirar donde pisas." –murmuró la mujer secamente-. "Eres el detective, ¿verdad?"

"Sí. ¿Quién es usted?"

"Mi nombre es Yoko Nagatomo. Y ahora, con su permiso, voy al escenario a ver a Mimiko-chan. No se cómo puede estar tan triste, después de todo este sitio se caía a pedazos... en fin" –y con estas palabras se alejó.

Heiji y Conan la siguieron con la mirada y después entraron en los servicios.

"Una mujer extraña" –dijo Hattori.

"Habrá que tenerla vigilada."

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Ran miró como Kazuha y Shigeru conversaban animadamente. Decidió que allí sobraba.

"Ey, Kazuha-chan, voy a dar una vuelta, ¿eh? Vuelvo en un rato"

"Como quieras. Pero ten cuidado, si ves algo extraño te vuelves, ¿eh?" –dijo Kazuha preocupada.

"¡Claro, mujer!" –Ran sonrió.

Ahora que se daba cuenta, necesitaba ir al lavabo. Se acercó a los servicios en silencio, cuando escuchó a alguien hablar en de los hombres. Se acercó, pensando que podría ser algún sospechoso o algo. Aguzó el oído... aunque lo que escuchó la sobresaltó.

"Espero que los agentes no tarden mucho... el veneno es una prueba fundamental" –esa era la voz de Hattori...

"Pues a mí me preocupa esa mujer de antes. Ha debido de estar por aquí en vez de con los otros..." –un momento, ¿esa no era la voz de Conan?

"No sé, Kudo..." -¿qué? Habría oído mal...-. "¿Y qué piensas de ese tal Ureda?"

"No creo que lo haya hecho. No se le ve capaz."

"Sí, lo mismo pienso yo." –sonaron pasos, y luego un ruido sordo como si alguien se apoyase en la pared-. "Cambiando de tema... ¿qué piensas hacer con lo tuyo y Neechan?"

Ran estaba confundida, ¿qué significaba aquello? Había sospechado tantas veces de Conan, que lo había tomado por alguna clase de paranoia. Pero estaba segura de hacer escuchando 'Kudo' antes...

"¿Tú que crees? Esperar a tener mi tamaño normal. No puedo presentarme delante de Ran y decir: '¡Hola! Soy Shinichi, ¿me recuerdas? Te he estado engañando todo este tiempo'. Venga hombre, seamos serios."

Ran estuvo a punto de dar una patada a la puerta. O sea, ¿qué era cierto? ¿Todo este tiempo con Conan había sido una mentira? Notaba las lágrimas en sus ojos. ¿Acaso no confiaba en ella? ¿Acaso... ya no la consideraba su amiga? Aunque bien es cierto que Shinichi para ella era mucho más que un amigo... todos esos momentos que habían compartido, los casos que se había resuelto gracias a su medio-anónima ayuda, los viajes, los baños juntos... ¡un momento! ¡Cierto! ¡Se había bañado con ÉL! Un rubor cubrió sus mejillas y sin poderlo aguantar le dio un puñetazo a la puerta y se fue andando con toda la dignidad que pudo.

Heiji y Conan miraron a la puerta con los ojos como platos.

"¿Y eso...?" –dijo Heiji aún con esa expresión.

"No se... bueno, da igual. Oye, no me gusta hablar de este tema, cuando encuentre el momento, se lo diré."

Hattori encarnó una ceja.

"Avísame cuando llegue ese momento, con un poco de suerte aún no habré muerto de viejo."

"Ja, ja, ja, qué gracioso. No, en serio." –de repente, puso su mirada más pícara-. "De todos modos, tú tienes otros asuntos de los que preocuparte, ¿no te parece...?"

"¿Eh...? ¿A qué te refieres?" –preguntó el chico de Osaka confuso.

"No sé, quizás de un tío que te está haciendo la competencia, guaperas." –Heiji cambió su expresión y Shinichi vio que sabía de qué estaba hablando-. "Toyama-san parecía bastante a gusto hablando con él..."

La expresión de Hattori se tornó algo triste. Eso no se lo esperaba... él pretendía hacerle de rabiar un poco, pero parecía que le había afectado de verdad.

"Oye... de todos modos es un desconocido, así que... y además, ¡ahora lo importante es el caso!" –dijo Shinichi.

Heiji sonrió. Se dio la vuelta y empezó a enredar con el papel higiénico... hizo una bolita y la mojó con un poco de agua. Luego, sacó el bolígrafo que le había dejado antes Mimiko, quitó el capuchón y el tubito de tinta y metió la bolita de papel. Luego sopló y se la tiró a Conan a la cara. De dio en las gafas.

"No he perdido mi puntería..." –dijo con aires de superioridad.

Shinichi se limpió las gafas y le miró enfadado. De repente, ambos se miraron sorprendidos.

"¡Cómo no nos habremos dado cuenta antes!" –dijeron al unísono.

"Ahora sólo nos falta saber quién lo hizo y por qué..."

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NOTAS: ¡Siento muchísimo el retraso! Durante todas las vacaciones no he tenido ordenador y no he podido seguirlo, pero ahora que vuelve a estar en mi poder podré actualizar más rápido .

Muchas gracias a todo el que me haya dejado review (aunque haya sido por mail, jeje ). A Suzu, Eyes-cat (pronto tendrás tu fic-regalo de cumpleaños!), Palito (no podía ser un asesinato macabro por una razón muy simple... que se conocerá al final) y Prongs.

Perdón por la falta de guiones y separaciones entre escenas en el capítulo anterior, pero se me borraron --U. Espero que en este queden bien. ¡Ah, ahora que han aparecido todos los sospechosos, podéis decir cuál os parece culpable. Así podréis comprobar si tenéis madera de Sherlock...

Muchas gracias otra vez por leer. Espero que no esté resultando muy evidente. ¡Hasta el próximo!

Aredhel Elenna Alcarin

MM:MS,MJ&MR

MOS