Un sueño para olvidar
Cuando llegó a la habitación, descubrió que era aquello que le había extrañado de Mitsuhiko, que a pesar de su corta edad, portaba dos catanas largas al cinto y que su guardaespaldas se mantenía demasiado alejado de su protegido, demo de eso se dio cuenta más tarde, porque en ese momento tan solo veía una cosa, que ese niño había atravesado a su hermano con la catana y lo tenía ensartado en ella. Cuando Shinichi llegó, Tsubayara se le quedó mirando y rápidamente sacó la espada del cuerpo del joven Kudo y se dispuso a salir corriendo, demo Shinichi se arrodilló rápidamente ante su hermano y al ver que ya había fallecido, sacó sus catanas, les apuntó con una de ellas y les dijo, en un tono que sonaba muy grave, como si un demonio hablara por él:
El destino nos llamaEs el Juicio Final
Esta vez es por sangre
No juguéis conmigo
La venganza no es justicia
Es el Juicio Final
Esta vez es por sangre
No juguéis conmigo
Fuiste muy lejos esta vez
Con este atroz crimen
Conocerás la derrota
Rogando de rodillas
Uno por uno, caeréis
Vuestra espalda contra la pared
Sin ningún lugar al que volver
Es seguro que morirás
El destino nos llama
Es el Juicio Final
Esta vez es por sangre
No juguéis conmigo
Tus horas están a mano
Haremos nuestra resistencia final
La justicia será hecha
Ningún lugar al que correr
El auténtico diablo se cría en ti
Solo eres un estúpido descerebrado
El cobarde mata y se esconde
Escupiendosus mentiras
El destino nos llama
Es el Juicio Final
Esta vez es por sangre
No juguéis conmigo
El juicio ha sido hecho
En sangre se pagará
La muerte sabe lo que hacer
El jinete viene por ti
En ese momento, Shinichi les ensartó a los dos y, cubierto de sangre, se acercó a la ventana y...
Shinichi despertó justo en ese momento y vio a su alrededor a un gran número de personas entre ellos su padre, Makoto, Heiji, o Ran, que le miraban con una gran preocupación. Él se incorporó, sacudió un poco la cabeza, demo no dijo nada más, pues en los rostros de ellos se reflejaba palidez, demo en el de Ran... lo que se veía no era una simple preocupación, sino un temor inhumano por la pérdida del ser amado. El resto de los presentes, captaron al instante que allí sobraban, pues Ran y Shinichi no paraban de mirarse mutuamente a los ojos, así que salieron de la habitación y les dejaron a solas. En el mismo instante en que salieron, Ran, que había contenido las lágrimas, se echó a los brazos de Kudo, llorando y sollozó:
-Shinichi... yo... pensé que te morías...
El chico no respondió, sino que sólo la abrazó con una mano y con la otra le acarició la cabeza y le susurró:
-Tranquila...
Shinichi estaba muy feliz de que su matrimonio no formara parte de los matrimonios de conveniencia que tanto se daban en el Japón, porque si fuera como el resto de matrimonios, no disfrutaría de momentos de auténtica intimidad conyugal ni de momentos en los que dar rienda suelta a las auténticas emociones...
-Shinichi, demo¿qué te ha pasado? No parabas de moverte ni de decir cosas sin sentido...
-¿Nanî?
-Concretamente, hace dos días, apenas dos horas después de que cayeras "desmayado", tu padre estaba recibiendo al daimio de Futiyashi, el señor Enzo Wakashimi...
-¿Ese viejo ha estado aquí?
Shinichi odiaba a ese hombre desde hacía ya varios años, ese viejo bajito y arrogante, que se creía importante y que parecía menos petulante de lo que en realidad era. Cuando Shinichi comenzaba a labrarse una reputación como kendoka, hacía ya 4 años, Wakashimi le dijo "Niño, en la vida vale más defenderse que atacar, así que olvídate de llegar a ser un buen kendoka, si no sabes defenderte" mientras se iba, Shinichi iba a decirle que lo que estaba practicando ataque y defensa, que aquello era sólo un entrenamiento, demo en vez de eso, le respondió "Eso es lo que os pasó a vos¿no?" Wakashimi forzó una sonrisa y le espetó "Ya crecerás y te darás cuenta de que hay que respetar a los mayores, enano". La cosa no pasó a mayores y el "incidente" quedó entre ellos dos, demo mientras que Shinichi sólo aumentaba en fama, el pobre Wakashimi sólo había conseguido granjearse varios enemigos, y no eran enemigos débiles en ningún sentido.
-Hai, cómo te decía, mientras tú dormías, tu padre se entrevistó con él y durante la entrevista tú gritaste algo de que
La muerte
Lo mismo llama a las cabañas de los humildes
Que a las torres de los reyes
Comentario que, por cierto, no le sentó muy bien al señor Wakashimi, quien, según tu padre, se puso echo una furia y gritó cosas sin sentido antes de irse.
-Entonces¿cuánto tiempo llevo así?
-Pues casi tres días, Shinichi, la próxima vez, intenta no asustarme así¿vale?
Shinichi, en ese momento, volvió a caer en la cuenta del precario estado alimenticio de su esposa, lo que unido al estado de la parte inferior de su kimono, delataba que no se había movido de allí en esos días, así que le sugirió:
-Oye¿y si comemos algo?
-No tendrías que descansar...
-¿Más? Demo si llevo 3 días sin hacer nada...
-Bueno, si tú quieres...
-Ran, ya deberías saber que para mí lo más importante eres tú, y creo sinceramente que tú estás un poco desnutrida...
-Bueno, Shinichi, de eso precisamente quería hablar contigo...
-De acuerdo, demo lo haremos con un buen pescado y una sabrosa sopa¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Ran le tendió una mano a Shinichi, al que ayudó a que se levantara y tras esto, salieron andando normalmente y se dirigieron a su habitación, tras pedir en el comedor que les subieran comida para ambos. Cuando entraron en la habitación, se encontraron con que el padre de Shinichi se encontraba allí, de rodillas, esperándoles y con un paquete, largo y no demasiado liso:
-Buenas tardes, padre-dijo Shinichi.
-Hijo¿cómo te encuentras?-le respondió su padre.
-Un poco desorientado, demo bien, gracias y perdona las molestias...
-Tranquilo... demo sentaos, por favor- ambos se arrodillaron frente al daimio de Shizuoka.
-¿Ocurre algo, otô-san?
-Verás...
En ese momento, entraron dos de las criadas con 3 bandejas de comida.
-Pasad- les ordenó Yusaku.
Después de que dejaran las bandejas, se fueron y Shinichi le dijo a su padre:
-Otô-san¿Cómo lo sabíais?
-Sencillo, los dos llevabais tres días sin comer, así que, lo más lógico, era que vinierais aquí a comer algo, y he acertado.
-Correcto, demo has venido aquí a hablar conmigo¿no?
-Acertaste, Shinichi...
Yusaku le dirigió una mirada a Ran, que dejaba entrever que lo que le iba a decir era sólo para Shinichi y comenzó a levantarse, demo Shinichi le puso una mano en el hombro y le dijo a su padre:
-Sumimasen, otô-san, demo ella se queda, porque todo aquello que me digas a mí se lo puedes decir a ella.
-Shinichi, sabes que eso va en contra de las leyes del shogun sobre el papel de las mujeres en los actos oficiales del dominio...
- Otô-san,, decidme¿desde cuando acato yo las órdenes del shogun?
-Yoku... ¿Shinichi, dime, qué soñaste?
-Verás... no me gustaría recordarlo...
-Yoku, Shinichi, solo una cosa, por casualidad¿no saldrían una catana roja y otra azul?
-Hai, demo, ¿Cómo lo sabéis?
-Verás, hijo, el clan Kudo, cuyo cabeza de familia ostenta el rango de daimio del dominio de Shizuoka, no siempre fue un clan, antes, en lo que sería el s.V , las castas eran, el Emperador, las familias y los ronin, ya estuvieran bajo el dominio de una familia o no.
-Otô-san, en ese caso, el único cambio ha sido la instauración del régimen Tokugawa como gobernantes en lugar del Emperador y el traslado de la Familia Imperial, a Miyako, popularmente conocida como Kyoto...
-Iie, déjame concluir hijo. El clan Kudo, en un principio, fue una familia que perdía todo lo que poseía a causa de malas cosechas y el penoso clima, así que el joven nieto del jefe de la familia, Shinichi Kudo, se vio obligado a partir junto a sus padres, Yukiko y Yusaku Kudo de los terrenos, mientras que el jefe de familia, Jinpachi Kudo, intentaba recuperar las tierras. Los años pasaron y...
Continuará...
Wenass, aki toi d nuevo, dándoos un nuevo cap. de mi fic y sperando poder daros muxos mas. Antes que nada, agradecer esos pocos pero suficientes reviews de mis colegas y el apoyo de otros muxos ya sea x MSN o n persona, ya k sin ellos, ste fic no seria lo k s.
Ahora, llega l moment d las dudas lingüísticas:
-¿Nanî?¿Qué?
-Daimio: Título honorífico que se le concedía a los gobernantes de un dominio.
-Sumimasen: Disculpad.
-Otô-san: Padre
-Yoku: Bien
-Hai: Sí.
-Ronin: Samuráis sin señor al que servir, se ganaban la vida como mercenarios, ladrones, asesinos a sueldo, matones... Conocidos popularmente como rurounîs.
-Iie: No
Hasta aquí llega este capítulo, me despido hasta el siguiente capítulo
El auténtico comienzo de la historia, 1300 años antes.
michel 8 8 8
