Aquí va el segundo capítulo.

Por favor dejen reviews y si tienen alguna propuesta no duden en mandarla.

Espero que les guste

Capítulo 2. Diversión y muchas cosas pendientes

Cuando llegó a la Madriguera no podía creerse lo que veía. Le habían hecho una fiesta sorpresa. Estaba Dumbledore, Ojo Loco, Tonks, todos los Weasley excepto Percy, la familia Granger y sus acompañantes de viaje.

-Wauuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!!!!!!- dijo Harry totalmente sorprendido. Es la primera vez que celebro mi cumpleaños.

- Pues ya era hora- dijeron los dos gemelos a la vez.

- Venga Harry cariño, pasa, pasa no te quedes en la chimenea- dijo muy risueña la señora Weasley.

Harry no tenía palabras para describir lo que veía. Toda la Madriguera estaba decorada con adornos de cumpleaños y en el centro de la cocina había una gran pancarta donde ponía: " Muchas Felicidades Harry" .

-Muchas gracias a todos – dijo Harry, dejando oír su voz un poco entrecortada.

Verdaderamente él nunca se abría esperado ese recibimiento.

- Harry, podrías venir un momento conmigo- dijo Remus. Me gustaría hablar unos instantes contigo a solas.

- Sí, claro- dijo Harry aún en estado de shock debido a la fiesta que se estaba celebrando en honor a su cumpleaños.

Los dos subieron por las escaleras a una habitación que Harry nunca había visitado, la cual miró intentando descubrir que Weasley vivía ahí.

Al cabo de unos instantes Remus decidió contestar las dudas que creía que el chico podía tener en esos momentos.

- Bueno Harry, supongo que te preguntarás por qué hemos venido aquí y no a Grimmauld Place ¿No?- preguntó el licántropo.

- Sí , la verdad es que me ha sorprendido mucho no ir a la casa de...- dejó la frase sin terminar, pero las dos personas que se encontraban en esa habitación ya sabían a que se refería el chico.

- Pues te hemos traído aquí porque ahora en esta casa vive más gente y...- pero la frase quedó cortada por una pregunta que hizo sin dejar terminar a su ex profesor.

- ¿ Cómo que ahora vive más gente en la Madriguera?- dijo Harry casi chillando.

- Desde que finalizó el curso en Hogwarts la familia Granger y yo vivimos aquí junto con los Weasley.

Harry se había quedado perplejo al oír la noticia.

-Harry, Remus!!!!!!!!- gritó Molly.

-Lo mejor será que bajemos Harry- dijo Lupin. Después de cenar quiero seguir hablando contigo.

-Sí, profesor- contestó el chico.

-Y no me llames más profesor llámame Remus.¿ de acuerdo?.

-Sí, una cosa le importa que le llame Moony como hacia en las cartas???- preguntó Harry un poco avergonzado.

-Claro que puedes, además ese es el apodo que más me gusta pequeñajo- dijo Moony riendo abiertamente.

Cuando bajaron Harry vio todo a oscuras y en el centro de la mesa un gran pastel con dieciséis velas encendidas, puestas en forma de rayo.

Todos los allí presentes cantaron el Feliz Cumpleaños y Harry sopló las velas. En el momento que apagaba las velas pensó que le gustaría que ninguno de los allí presentes sufriera ningún daño en esta guerra estúpida de él contra Lord Voldemort.

Esa tarde fue la mejor en la corta vida del mago. Estuvo toda la tarde con gente que apreciaba, pero notó un gran vació que él sabía que nunca podría llenar porque en esa fiesta faltaban las tres personas más importantes para él, su madre, su padre y por supuesto su padrino.

El mediodía pasó a ser tarde y la tarde pasó a ser noche. Debido a la hora que era la señora Weasley hizo una cena ligera y les obligó a irse a la cama.

- Harry ven conmigo, por favor- dijo Remus recordando al chico que tenían que acabar de hablar.

- Ya voy Moony- respondió el chico todo contento notando que un fuerte lazo nacía entre él y el licántropo.

Lupin empezó a subir las escaleras hacia su cuarto mientras Harry ayudaba a colocar los platos a Molly.

Al cabo de unos cinco minutos el chico entró en la habitación de su ex profesor.

- Por fin estás aquí, ya era hora

- Lo siento, es que estaba ayudando a la señora Weasley con los platos- dijo Harry sin mucha convicción.

- Habérmelo dicho antes, hombre- contestó Remus con una risa en la cara sabiendo que aquel chico algún día llegaría a ser tan amable, fuerte y atento como su padre.

- Harry sólo quería entregarte tu regalo de cumpleaños. Espera un momento

Dicho esto desapareció por la puerta de su cuarto. Al cabo de dos minutos el licántropo volvió cargando un baúl donde estaban grabadas "JP & LE" .

Harry en ese momento estaba boquiabierto. Supuso que ese baúl habia pertenecido a su padre James Potter y a su madre Lily Evans.

-Verás Harry este baúl como bien supondrás era propiedad de tu padre y de tu madre – explicó Lupin con sutileza esperando ver las reacciones del chico. Como iba diciendo en este baúl tus padres guardaban sus objetos más queridos.

Moony extendió el baúl a Harry el cual lo abrió sin poder ni siquiera articular palabra después de lo que veía ahí dentro.

Dentro habían fotos de cuando ellos, los merodeadores y Lyli Evans habían entrado a Hogwarts con nada más once años de edad y desde ahí hasta el nacimiento de Harry había cientos de fotos clasificadas en preciosos álbumes todos con los colores de Griffyndor. También encontró grandes hojas en blanco donde simplemente aparecía una fecha.

Lupin al ver la confusión del chico le explico que esos papeles si se tiraban al aire diciendo Mostratum dejaban ver hechos que se habían grabado, eran grabaciones de sus padres cuando eran jóvenes y de él cuando simplemente era un bebé.

Harry siguió observando todos los secretos que albergaba ese baúl. Encontró para su sorpresa el diario de los Merodeadores que abarcaba desde su primer curso en Hogwarts hasta el último y, también encontró el diario privado de su madre.

Finalmente, encontró una pequeña caja donde se encontraban las dos varitas de sus padres, sus alianzas y el anillo de compromiso de su madre junto con otras joyas tanto de Lily como de James.

Harry miró al licántropo con los ojos llenos de lágrimas y simplemente pudo decir:

Este es el mejor regalo que nunca nadie me había hecho.

Después de esto el chico se abalanzó sobre Moony en un abrazado que se mantuvo durante mucho rato hasta que Harry se durmió de toda la emoción de aquel largo día.

Lupin hizo aparecer otra cama al lado de la suya donde acostó al joven que a partir de ahora tenía a su cargo ya que Dumbledore le había ofrecido la custodia que anteriormente había tenido Sírius.

Cuando Harry se despertó se sintió desconcertado debido a que no recordaba en que habitación estaba, pero al girarse se encontró con su gran amigo Moony.

- Harry dentro de un cuarto de hora el desayuno estará listo. Vale?¿

- Vale Remus. Dentro de un cuarto de hora te veo a ti y a los demás en la cocina- respondió Harry antes de entrar al baño para darse una buena ducha.

Harry se metió rápidamente en el baño para tomar una ducha. Después se vistió apresuradamente y bajó a la cocina como una flecha porque tenía un hambre voraz.

En la cocina se encontró con los gemelos, Ginny, los padres de Hermione, la señora Weasley, Remus y para sorpresa de Harry se encontró con Ron y Hermione de la mano dándose el desayuno.

Todos al ver la cara de sorpresa de su amigo rompieron en carcajadas.

-Pero...cómo?¿- tartamudeaba Harry sin dar crédito a lo que veía.

-Pues verás desde que Hermione empezó a vivir aquí decidí que le tenía que decir lo que sentía y de esa manera descubrí que era un sentimiento mutuo.

Después del shock su amigo exclamó:

-¡ Ya era hora de que os mostrarais vuestros sentimientos de una vez, porque Ron ya me estaba poniendo nervioso!

La cara del Weasley se puso tan roja que ni su pelo le podía hacer competencia.

Después del desayuno, la señora Weasley se fue a Grimmauld Place a una reunión de la orden y Remus se quedó cuidando de los chicos y también de los padres de Hermione ya que ellos no podían defenderse debido a que eran muggles.

Durante el tiempo que pasaron sin la señora Weasley, los padres de Hermione se quedaron en el salón hablando de diferentes temas y, los demás fueron a jugar a quidditch. Hermione como siempre no quiso volar y se quedó hablando con Remus que pese a la cercanía de la luna llena tenía un aspecto débil y de mucho cansancio.

Cerca de las 12 de la mañana decidieron ir de vuelta a la cocina Weasley y se encontraron con Molly preparando lo que parecía una exquisita comida.

-Harry, Remus!!!!!- chilló Molly.

-¿Qué quieres, Molly?-preguntó Lupin con intriga.

-Albus vendrá después de comer para hablar con vosotros dos sobre unos cuantos temas muy importantes que conciernen al chico.

-Gracias Molly-contestó Remus imaginándose el tema que quería tratar Albus con ellos.

A las 12:30 h un magnífico pollo rustido con patatas era servido a cada uno de los habitantes de la Madriguera los cuales se relamían con las comidas de la señora Weasley.

Al cabo de una hora más o menos, un hombre de larga barba blanca y gafas de media luna salió de la chimenea.

-Hola a todos- saludó Dumbledore.

-Hola- contestaron todos al unísono.

-Harry, Remus síganme por favor- dijo Dumbledore

-Sí, en seguida- dijeron los dos.

Subieron las escaleras hasta un cuarto que nuevamente Harry desconocía.

-Chico,¿ cómo es que haces esa cara de asombro al ver tu cuarto?

-Mi... cuarto...- tartamudeaba Harry perplejo ante la visión de tan bonito cuarto.

- Bueno si Harry es que ayer te quedaste dormido en mi habitación y no pude enseñarte tu nuevo dormitorio,

-Bueno ahora que ya sabes que este es tu cuarto voy a ir al tema que nos concierne. Supongo que te has preguntado porque estás aquí y no en la sede de la orden. ¿ No? –preguntó Dumbledore.

- Bueno sí, pero Remus me comentó algo.

- Te hemos traído aquí porque ahora está casa tiene un hechizo fidelio y mientras el guardián secreto no diga donde se encuentra la casa no será descubierta por los mortífagos- explicó Albus con toda serenidad.

- Harry además de esto- dijo Remus, te quería preguntar si te gustaría ahora que Sírius ya no está, que yo fuera tu tutor- preguntó Lupin con mucha cautela.

Harry quedó un poco en trance porque no se esperaba que le dijeran eso. Al cabo de unos segundos respondió todo sonriente:

-Encantado Moony, pero no me regañes mucho si hago alguna escapadita con la capa invisible de mi padre.

En ese momento las tres personas presentes en la sala empezaron a reírse de manera descontrolada. Después de unos minutos en los que se intentaron calmar Dumbledore sacó unos papeles de su túnica.

- Muy bien pues si todos estamos de acuerdo es el momento de que Remus acepte tu custodia.

Le acercó al licántropo un puñado de papeles los cuales firmó con mucha alegría ya que ahora su sueño de ser padre se acercaba más que nunca a la realidad.

Después de esto Dumbledore prosiguió con cautela debido a que ahora tendría que hablar del testamento del padrino de Harry y temía su reacción.

- Verás, Harry dentro de unos días todos los habitantes de la casa iréis al Callejón Diagon y entonces tú, Remus y yo mismo tendremos que ir a Gringotts para la lectura del testamento de Sírius- dijo Albus con mucha cautela. El día 15 nos vemos en la entrada de Gringotts y después desapareció.

Harry se había quedado mirando el suelo con lágrimas resbalando por sus mejillas. El licántropo se dio cuenta e intentando contener sus propias lágrimas abrazó al chico como si fuera su hijo. Harry se aferró fuertemente a él sintiendo que quería a esa persona como si de un padre se tratase y sabía que mientras estuviera con él nada malo le pasaría. Estuvieron abrazados varios minutos hasta que el chico consiguió calmarse.

Los días pasaron sin ningún tipo de incidente y Harry veía apenado como los días pasaban sin que él pudiera hacer nada. Desde que el director de Hogwarts les había comunicado la lectura del testamento había mantenido largas charlas con el que ahora era su tutor. Él había estado bastante débil debido a que acababa de pasar la luna llena y por eso Harry se pasaba largo rato en la habitación del licántropo cuidando de él y haciéndole compañía.

El tiempo pasó rápido y casi sin darse cuenta ya estaban en el día 15 de Agosto. Ese día Harry fue despertado por Moony muy temprano.

-Harry, pequeñajo despierta tenemos que irnos a Londres- dijo Remus con suavidad para que el chico tuviera un buen amanecer.

Seguidamente el chico abrió sus ojos esmeralda que se encontraron con los ojos dorados del licántropo.

Harry se dio una ducha con agua fría para aclarar bien sus ideas ya que sabía que ese sería un día muy duro para él, pero también sería un día fatídico para su tutor. Harry pensaba que el pobre Moony se sentía muy sólo. Los Merodeadores habían sido destruidos por Voldemort. Primero murieron Prongs, es decir, James y Lily por culpa del traidor Wortmail y, finalmente el verano pasado murió el único amigo que le quedaba Padfoot, su estimado Sírius y sólo quedó él, por eso Harry decidió que él apoyaría y daría todo su cariño al licántropo para que no se encontrara solo.

Harry, el desayuno está listo!!!!!!!- avisó la señora Weasley.

Ya voy- contestó Harry

Después del desayuno todos los habitantes de la casa incluidos los señores Granger se acercaron a la chimenea la cual los llevaría directos al Callejón Diagon. Primero, fueron Hermione y sus padres, después todos los Weasley y, finalmente Harry y Remus.

Una vez estuvieron todos en el Callejón Diagon todos se fueron a comprar los libros excepto Harry y Remus que tenían que ir a Gringotts, el banco de los magos para escuchar la lectura del testamento de Sírius Black.

Cuando las dos personas llegaron al banco vieron que Albus Dumbledore ya se encontraba allí. Una vez estuvieron todos en la puerta entraron totalmente en silencio.

-Hola señores que desean?¿- les preguntó un gnomo.

-Hola, veníamos a la lectura del testamento de Sírius Black- respondió Dumbledore.

-De acuerdo, vengan conmigo- dijó el gnomo.

El gnomo les llevó a una pequeña sala. En la sala había una mesa redonda y cuatro sillas. Los tres magos se sentaron a esperar la llegada del gnomo.

Al cabo de unos minutos apareció el gnomo con un documento escrito por la letra de Sírius:

" Hola chicos:

Cuando leáis esto yo estaré en un lugar mejor con mi querido Prongs y mi querida Lily, pero seguramente no habré podido cumplir con mi deber de padrino y le cederé el puesto a mi querido Moony.

Harry sobretodo no te pongas triste y no te dejes llevar por la ira porque tus padres, yo y todos los que te conocemos sabemos que un día, tu salvarás al mundo de Lord Voldemort para dar paso a una nueva generación sin guerra ni derramamiento de sangre.

Decirles a los Weasley y a todos los profesores que me encantó conocerlos y que siempre estaré velando por ellos allí donde este.

Después de esto prosigo dejando mis bienes personales a las personas más allegadas.

La mansión Black se la dejó a la Orden del Fénix para que se use de manera provechosa. La cámara 712, la de mis padres se la dejo a Remus Lupin. Finalmente, la cámara 711, es decir la mía se la dejo a Harry Potter junto con una pequeña casa que tengo en la costa para que viva ahí con Remus.

Después de esto sólo me queda decir que os quiero y que espero volver a veros pero no antes de tiempo.

Adiós

Sírius Black"

Cuando se acabó de leerel testamento Harry y Remus tenían la cabeza gacha intentando que las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos se contuvieran al menos hasta llegar a la Madriguera.

Después de la lectura del testamento todos fueron a sus cámaras. Remus abrió primero la suya personal la cual sólo tenía dos pequeños montoncitos de sickles y uno de galeones. La siguiente fue la cámara que Lupin acababa de heredar. Ésta estaba llena hasta el techo de galeones. El licántropo cogió un pequeño puñado para satisfacer sus necesidades básicas.

Volvieron a subir al carrito de Gringotts esta vez para dirigirse a la cámara que Harry había heredado de Sírius, la cual también estaba llena de galeones hasta el techo. De esa cámara Harry no cogió nada y se dirigió a la suya. En la suya cogió un buen puñado de galeones y unos pocos sickles y knuts.

Después salieron de Gringotts y se dirigieron a Flourish y Blotts a comprar los libros de Harry, pero Albus se fue debido a que tenía muchas cosas que hacer antes de que el curso empezara.

En la librería se encontraron con los demás que ya habían acabado, pero que esperaron amablemente a que el chico comprara los libros que necesitaba.

Después se dedicaron a comprar todo lo que les faltaba. Calderos, ingredientes para pociones y los uniformes de Hogwarts que compraron en Madame Malkin y en donde se demoraron mucho rato debido a que eran cuatro los uniformes que se tenían que arreglar.Seguidamente visitaron la tienda de bromas que los gemelos tenían en el Callejón Diagon y, para finalizar el recorrido fueron a ver la tienda de Quidditch donde no había ninguna novedad desde la Saeta de Fuego.

Fueron al Caldero Chorreante y allí a través de una chimenea se dirigieron de vuelta a la casa Weasley.

Después de ese día en el Callejón Diagon, Harry y Remus se sentían mucho más unidos que antes. Desde que salió a la luz el testamento de Sírius los dos habían pasado muchos ratos juntos hablando o muchas otras veces simplemente haciéndose compañía con la presencia. Sin embargo, después de todas las charlas, Lupin aún no le había contado al chico una noticia muy buena que hacia más o menos un mes le habían anunciado, pero pensó que ya lo sabría cuando se llevará acabo la acción.

Los días se esfumaron abriendo paso a la última noche en la Madriguera que pasarían cinco de sus habitantes. Ginny, Hermione, Ron y Harry llevaban todo el día correteando de arriba a abajo de la casa recogiendo todas las cosas que habían escampado.

Por la noche, todos los Weasley, menos Percy, los Granger, Remus y Harry estaban en la cocina delante de lo que parecía un delicioso banquete de despedida.

Después de la cena todos artos de comer se fueron a la cama pronto ya que sabían que el día siguiente iba a ser emocionante y muy duro.