El tercer capítulo espero que les agrade y que estén preparados porque pronto vendrá la acción .

Ahora ya pueden dejar reviews sin tener que registrase así que espero que dejen muchos sean malos o sean buenos.

Capítulo 3. Cosas malas, sorpresas y muchos vagones recorridos

Como Harry ya se suponía ese iba a ser un día muy duro porque era el día de la vuelta a Hogwarts.

Apenas los primeros rayos de sol entraban por su ventana alguien le desordenó el pelo que ya estaba bastante desarreglado.

-Vamos pequeñajo-dijo Remus enérgicamente, es hora de despertarse.

Harry se resistía, pero finalmente su tutor le lanzó un hechizo que hizo que quedara destapado y, por tanto que el chico decidiera levantarse.

- Eres malo Moony- dijo Harry entre bostezos.

-Hoy has de coger el Expreso de Hogwarts y tenemos que madrugar si queremos llegar a tiempo- explicó el licántropo.

-De acuerdo, de acuerdo. Ya lo entendí- asintió el chico con pesar.

Al cabo de quince minutos apareció en la cocina de los Weasley el famoso Harry Potter con su pelo azabache desordenado y sus ojos esmeraldas delineados por sus redondas gafas.

Ginny y Hermione se quedaron bastante perplejas, sobretodo Ginny que noto como el corazón se le aceleraba al ver a Harry tan bello. Estas reacciones eran debidas a la nueva ropa que llevaba. Un pantalón negro y una camiseta azul de pico.

Después de un desayuno fugaz cogieron dos trasladadores que les llevaron directamente a Londres. En la ciudad cogieron el metro para dirigirse finalmente a la estación de King Cross.

Por fin, llegaron a las 10:55 h al andén nueve y tres cuartos al cual fueron entrando por parejas.

-Vamos Molly despídete de tus hijos- dijo Remus atrayendo un poco a Harry hacia él.

-Harry espero que te portes bien en el colegio y que estudies mucho.

-Sí Moony, tu tranquilo- contestó Harry. Además te voy a escribir muchas cartas.

-Gracias Harry -y esbozó una sonrisa pensando en la sorpresa que el chico tendría al cabo de pocas horas.

Hermione, Ron y Ginny se estaban despidiendo de sus respectivos padres cuando el silbato del tren sonó y ellos entraron al tren.

Entonces Remus y Molly se apartaron un poco de la multitud de padres que se encontraban despidiendo a sus hijos.

-Bueno Molly me tengo que ir- dijo Remus con una amplia sonrisa.

-Sí, corre Remus o no llegarás a tiempo- respondió Molly.

-En fin, esperarnos para Navidad a los chicos y a mí y, sobretodo cuidaos mucho.

Dicho esto, Remus desapareció.

En esos momentos en el tren se encontraban cuatro personas que iban de compartimento en compartimento y, de vagón en vagón buscando alguno que se hallara vacío para poder hablar tranquilamente.

-Aún sigues vivo Potter?¿?- preguntó Malfoy, el cual estaba acompañado por sus guardaespaldas Crabbe y Goyle.

-Pues mira sí, aún estoy vivo y lo estaré para ver tu final y el de todo los mortífagos- respondió Harry con una voz fría llena de ira. Un sentimiento que empezaba ha impregnar cada poro de su cuerpo.

-Oh, no Potter, lo dudo. Dentro de poco el famoso trío de oro del colegio quedará desecho porque vosotros, es decir, los componentes seguiréis el mismo camino que tus queridos padres y que de ese presidiario llamado Black.

Harry ya no se pudo contener durante más tiempo y su ira se liberó haciendo que todos los objetos que habían a su alrededor levitasen y que los cristales cayeran rotos al suelo.

Entonces Lupin que llevaba rato observando la escena notó un poder inmenso procedente del chico. En ese momento el licántropo sacó su varita y gritó en dirección a Malfoy:

Expelliarmus!!!! y Malfoy salió volando por los aires hasta quedar estampado contra la pared.

Todos se quedaron de piedra al ver quien había lanzado el hechizo.

Aún así los objetos seguían levitando y los cristales se iban rompiendo uno a uno y, por tanto el profesor decidió acercarse a Harry. Cuando se acercó se dio cuenta de que el pobre chiquillo se encontraba en el suelo arrodillado, llorando desconsoladamente como un niño pequeño sin importarle que la gente le estuviera mirando.

Remus sin tener ninguna idea mejor se arrodilló al lado del chico al que tanto apreciaba y le abrazó fuertemente deseando que el chico consiguiera controlarse.

-Llora Harry, llora todo lo que necesites y desahoga tu rabia-dijo Moony, además yo siempre estaré aquí para apoyarte.

-Moony-sollozó Harry.

Estuvieron unos minutos unidos en ese abrazo y después entraron al vagón libre, pero antes le modificaron la memoria a Malfoy y a sus guardaespaldas y a aquellos que habían presenciado la escena.

-Pero Remus qué haces tú en el expreso de Hogwarts?¿?¿- preguntó Harry ahora totalmente calmado y dejando mostrar en sus ojos la felicidad que le producía que su tutor se encontrará en el tren.

-Pues verás Harry es muy sencillo. Ahora las clases de Defensa contra las Artes Oscuras las impartiremos Sarah Ananti y yo y, además os daremos clases de duelo.

-Este año va a ser la caña- expresó Ron con cara de asombro al saber que sus clases mejorarían mucho respecto a las del año anterior impartidas por Dolores Umbridge.

-Era obvio-dijo Herm. La próxima vez sea más discreto profesor porque yo los sabía desde que le llegó la lechuza del señor director.

-Eres una chica muy inteligente Hermione y, por cierto cuando estemos en privado no me llames profesor.

-Claro, pro...Remus- contestó la chica un poco avergonzada por haber tratado de tú a un profesor.

Pasaron un trayecto muy agradable. Jugaron a los snaps explosivos, al ajedrez mágico, hicieron simulacros de duelos y, por supuesto charlaron durante mucho tiempo, pero como habían estado conviviendo todas las vacaciones verdaderamente no tenían muchas cosas que explicarse.

El silbato del tren sonó indicando que faltaban cinco minutos para llegar a Hogwarts y, por tanto los estudiantes decidieron ponerse las túnicas del colegio.

-Bueno chicos, os tengo que dejar- habló Remus, en el Gran Salón nos vemos.

-Adiós, profesor-respondieron todos a coro, provocando así la sonrisa de uno de sus nuevos profesores de defensa.

Cuando salieron observaron que hacia una buena noche en la que se podían contemplar muchas estrellas y se encontraron con Hagrid, el semigigante que guardaba las llaves y los terrenos de Hogwarts.

-Los de primer año por aquí, por favor- vociferaba el guardabosques.

Harry, Ron, Hermione y Ginny se acercaron a saludar al profesor de cuidado de criaturas mágicas, es decir, Hagrid.

Al cabo de cinco minutos los cuatro amigos se encontraban en uno de esos carruajes que eran conducidos por una especie de caballos voladores que sólo Harry, al menos de los cuatro amigos, podía ver. Esos caballos eran nombrados thestrals y sólo los podían ver las personas que habían visto morir a alguien y, Harry había presenciado hacia simplemente dos años la muerte de un compañero de Hufflepuff, Cedric Diggory.

En seguida se encontraron con un enorme y hermoso castillo, su colegio. Después de esta primera visión vieron unas grandes puertas de roble y bajaron de los carruajes para dirigirse al gran salón que estaba repleto por los estudiantes y los profesores que esperaban a que los de primer año acabarán de traspasar el lago para que fueran seleccionados.

Pasados unos pocos minutos las puertas del Gran Salón fueran abiertas y entró la profesora McGonagall seguida de unos cuantos niños de ónce años los cuales estaban bastante atemorizados.

-Por favor cuando diga su nombre siéntense en el taburete y esperen a que el sombrero les seleccione para alguna de las cuatro casas, a saber: Griffyndor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin- explicó Minerva.

La selección prosiguió sin ningún percance y todos los alumnos fueron destinados a sus casas. diez quedaron en Griffyndor, siete en Hufflepuff, seis en Ravenclaw y, sorprendentemente para todo los presentes sólo quedaron cuatro chicos para Slytherin.

Después de la selección Albus Dumbledore se puso en pie y dijo:

-A los nuevos alumnos nada más deciros que bienvenidos y que espero que se adapten en sus casas sin ningún tipo de problema. Y ahora devoren esta magnífica comida.

Cuando todos hubieron acabado los restos de comida desaparecieron de los platos dejándolos limpios y relucientes como antes.

Albus se volvió a poner en pie y empezó su discurso:

Los de primer año deben saber que los alumnos tienen prohibido entrar en los bosques de los terrenos del castillo, y algunos de nuestros antiguos alumnos deberían recordarlo-dijo mientras miraba a Harry, Ron y Hermione. El señor Filch dice que os recuerde a todos que no está permitido hacer magia en los pasillos entre clase y clase, así como unas cuantas cosas más que podéis revisar en la larga lista que hay colgada en la puerta de su despacho.

Este año tenemos dos fichajes nuevos una ya conocido y otro que espero sea bien recibido. El primero es nada más y nada menos que nuestro querido profesor Remus J. Lupin. Dicha persona se levantó al mismo tiempo que el trío perfecto de Hogwarts se levantaba para aplaudir y, así todo el salón se levantó a vitorear la vuelta del profesor excepto la mesa Slytherin. Como iba diciendo el profesor Lupin les enseñará Defensa contra las artes oscuras con la ayuda de Sarah Ananti. La chica se levantó y también fue vitoreado primeramente por los tres leones. Además tengo que comunicarles que los de sexto y séptimo curso recibirán clases de duelo impartidas por dichos profesores.

Después de este discurso sólo me queda desearles que pasen una buena noche-dijo Dumbledore y seguidamente desapareció por la puerta de detrás de la mesa de los profesores.

-Harry, espera un momento-chilló Remus.

-De acuerdo-respondió Harry.

-Le pedí a Dumbledore si alguna noche te podías quedar a dormir en mi cuarto y me dijo que sí y, había pensado si te apetecería. Qué te parece?¿?-preguntó el licántropo esperando que la idea agradará al muchacho.

- Estaré encantado Moony, pero Ron sino me encuentra en la habitación se preocupará-explico Harry dubitativo.

-No, por eso no debes preocuparte, yo ya he hablado con él y con Hermione del asunto- respondió el profesor.

-Pues entonces a ¿qué estamos esperando?-preguntó el chico muy alegre.

Seguidamente el profesor empezó a caminar mientras un chico le seguía pensando que aquel año sería muy divertido y, por primera vez después dela muerte de su padrino se sintió verdaderamente feliz por tener a alguien que le quisiera como a un hijo.

Después de unos minutos llegaron a una estatua de un mago muy anciano.

-Contraseña- preguntó la estatua.

-Thestrals-dijo Remus. Por cierto Harry que no se te olvide la contraseña porque en esta habitación puedes entrar siempre que quieras.

-De acuerdo Moony-respondió el chico el cual cada vez apreciaba más al licántropo.

Cuando entraron Harry se quedó asombrado. Se encontró con una sala tan grande como la sala común de Griffyndor. La habitación tenía una chimenea dos sofás, dos butacas y una mesa y, estaba decorada con los colores de Griffyndor.

A mano derecha había una puerta por donde se accedía al dormitorio. En esa habitación se encontró con dos camas. En la primera cama escrito en el cabezal ponía Harry y las sábanas eran de los colores de Griffyndor con un gran león en el medio y, en el cabezal de la otra cama ponía Remus y las sábanas eran de color azul oscuro con lunas llenas y estrellas.

- Qué te parece pequeñajo?¿?- preguntó Lupin esperando que el agradara.

-Esto... es genial-respondió el chico. Muchas gracias- titubeó el chico abrazando a la persona que ahora quería como a un padre.

Después de esto Remus le enseñó el baño y un armario donde había un montón de ropa de la talla de Harry. Había ropa muggle y túnicas.

-Quien a comprado toda esta ropa para mí?¿?-preguntó Harry aún muy confuso.

-La verdad pensé que te gustaría, la compré yo para que cuando te quedaras aquí a dormir no tuvieras problemas de vestuario- explicó Remus.

-Es increíble todo lo que estas haciendo por mí-intentó decir Harry entre bostezos.

-A dormir enano que te vas a dormir de pie-ordenó el licántropo. En el segundo cajón tienes un pijama de tu talla-gritó el profesor.

Harry fue a buscarlo y encontró un pijama azul con muchas snitch dibujadas.

Entonces apareció su profesor vistiendo un pijama estampado con leones.

-Buenas noches Harry-le dijo su tutor.

-Que duermas bien Moony-contestó con afecto el chico.

Y los dos en seguida se quedaron durmiendo ya que aquel había sido un día muy duro para todos.

Mientras tanto en la torre de Griffyndor cuando Ron subió a la habitación y no se encontró a Harry recordó lo que le había su profesor le había dicho:

"-Ron si algún día Harry no esta en la habitación para la hora de dormir no te preocupes porque algunos días se quedará a dormir en mi cuarto.

-Claro Remus- respondió Ron alegre sabiendo que Harry acababa de encontrar a la persona que sustituiría el hueco que habían dejado sus padres y su padrino."

Por tanto, pensó que ahora Harry y Remus debían estar hablando o durmiendo, pero lo que no sabía era que Harry estaba teniendo una pesadilla terrible con el Lord.