Muchas gracias los k habéis leído el fic y por favor esos mandrosos que no mandan reviews que lo hagan porque animan mucho al escritor. También quiero dar gracias a goldfinger-potter por ser la primera persona que me mandó un review espero que te siga gustando la historia. También quiero dar gracias a PEKENYITA porque con su fic Volví hizo que yo tuviera ganas de crear el mío.

Neli Black: Te aconsejo que te fijes bien al final del capítulo y, a lo mejor tu pregunta es contestada.

Barby-Black: Quizá ahora no extraña mucho a Sírius pero todo llegará.

Goldfinger-potter y a Alexia: nada más que daros las gracias por los reviews y deciros que aunque tengáis opiniones malas no dudéis en decírmelas.

Y sin más preámbulos el capítulo cuarto.

Capítulo 4. Sangre, dolores de cabeza y muchas torturas

Remus estaba al lado de la cama de un chico de dieciséis años que se estaba retorciendo en la cama con una mano en su cicatriz que, en estos momentos estaba sangrando.

-Harry, Harry, por favor despierta!!!!!!!!!!!- chillaba con voz acongojada.

Pero el chico estaba soñando profundamente y no despertaba.

En el sueño de Harry, Voldemort estaba preparando un ataque.

Todos los mortífagos estaban sentados alrededor de una mesa muy larga.

-Snape-chilló Quien-vosotros-sabéis.

-Entonces vio que uno de los mortífagos se levantaba e iba hacia su señor.

-Qué información has conseguido de los planes de Dumbledore?¿?-preguntó el Lord con una voz tan fría que helaba la sangre.

-Lo siento Señor, pero no he podido descubrir nada- respondió el profesor de pociones con voz entrecortada por el miedo que tenía.

-Crucio!!- gritó Voldemort y Harry vio como Severus Snape se retorcía de dolor delante de todos los otros mortífagos.

-Espero que esto te haya servido para recordar que estas a las órdenes del Señor Oscuro-dijo el Lord. Siéntate- le ordenó.

Snape se sentó y empezaron a hablar sobre un ataque.

Harry sólo consiguió oír Privet Drive y Little Whinging.

En ese momento el chico se despertó con un dolor de cabeza muy fuerte y vio que su tutor estaba agachado y cuando lo vio despertar se puso muy alegre.

Harry con voz entrecortada dijo:

-Voldemort...ataque...Privet Drive...Little Whinging, y después de estás palabras quedó totalmente inconsciente.

El licántropo lo cogió en brazos y salió corriendo hacia el despacho del director.

Cuando llegó a la entrada del despacho dijo:

-Pica-pica de limón!!!!!

Y la gárgola se movió dejando ver unas escaleras.

Remus subió aceleradamente deseando que no fuera demasiado tarde. Entró sin siquiera llamar a la puerta.

Allí estaba Albus Dumbledore sentado en su silla.

Cuando el director vio que el profesor de DCAO llevaba a Harry en brazos y que a este le corría la sangre por la cara salió como una flecha hasta donde se encontraba.

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Mientras tanto en Little Whinging habían aparecido unos cincuenta hombres con túnicas negras y con máscaras blancas. Eran mortífagos. Este grupo de gente estaba esperando un señal y empezarían a atacar.

En otro sitio muy lejano se encontraba un chico de dieciséis años con un cicatriz en la frente muy peculiar. En la estancia donde se encontraba todo era blanco y había mucha paz. Al cabo de un momento aparecieron dos figuras. Después de mucho pensar Harry se dio cuenta de que eran sus padres y, que por tanto él debía de haber muerto.

En el despacho del director de Hogwarts Remus J. Lupin se desesperaba porque el chico ya llevaba dos horas inconsciente.

Dumbledore intentó reanimarlo pero al ver que no podía supo que Harry sólo podría despertar si él lo deseaba y, el director esperaba que el chico no se dejara vencer por todo lo que había sufrido, sufría y sufriría.

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-Harry cariño-decía su madre entre sollozos mientras abrazaba a su hijo.

-Aquí está mi pequeñajo-comentaba su padre abrazándole y revolviéndole el pelo.

-Mamá, papá-dijo el chico dejando derramar sus lágrimas con toda tranquilidad. Os he echado mucho de menos. Os quiero mucho a pesar de no saber demasiadas cosas de vosotros.

-Nosotros también te queremos mucho-dijeron sus padres.

-Harry ahora debes escucharme-le ordenó James. Debes volver a tu cuerpo.

-Sí cariño, aún tienes muchas cosas que hacer y debes volver para cuidar de Ron, Hermione, Ginny y, sobretodo de nuestro querido Moony- explicó Lily con mucha ternura.

-Pero mamá yo quiero estar aquí con vosotros-rechistó Harry.

Esta vez fue el padre de Harry quien habló:

- Harry tu hora aún no ha llegado no debes rendirte a la muerte, se valiente. Vuelve al mundo de los vivos y disfruta de la vida-le suplicó su padre.

-Pero es que a mí me gusta estar con vosotros-dijo Harry.

-A nosotros también nos agrada estar contigo, pero todo a de ser a su debido momento-explicó su mamá.

-Por favor pequeñajo vuelve con los que te quieren y no hagas que sufran lo que tu ya has sufrido-dijo James.

-De acuerdo-se resignó Harry. No hay ninguna forma de comunicarnos?¿-preguntó el chico.

-No, Harry si la hubiera ya la habríamos utilizado-respondió su madre.

Entonces un remolino se formó en el cuerpo de Harry.

-Adiós cariño-dijeron sus padres.

-Os quiero papás-atinó a decir Harry antes de desaparecer.

En ese momento en el despacho de Dumbledore el chico se empezó a mover en los brazos de Remus. Seguidamente unos ojos esmeraldas se encontraron con unos ojos dorados llenos de lágrimas.

-Siento haberte hecho sufrir Moony-dijo Harry con un hilo de voz.

-Tranquilo ahora descansa, la orden ya ha ido a Little Whinging-respondió el licántropo.

Los miembros de la orden y todos los aurores disponibles llegaron justo antes de que los mortífagos destruyeran la primera casa.

Nymphadora Tonks, Ojo Loco Moody y muchos más aurores y miembros dela orden como los Weasley comenzaron una gran batalla contra los más de cincuenta mortífagos.

Ellos sólo eran treinta y, por tanto tenían desventaja numérica, pero aún así consiguieron vencerlos.

No obstante, eso no era más que una técnica de distracción porque en Privet Drive el mago tenebroso y Lucius Malfoy se encontraban en la casa de los Dursley.

?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿

Remus hizo aparecer una cama en el despacho de Dumbledore porque el director dijo que lo mejor es que el chico se quedara ahí.

-Túmbate pequeñajo-le dijo Moony con cara afable.

-No quiero Moony. Quiero ir a Privet Drive-gritó Harry de manera descontrolada la cual cosa le hizo marearse y tener que ser cogido por su tutor.

-Harry no estás en condiciones a penas te mantienes en pie-explicó el profesor. Descansa por favor.

Finalmente el chico se dio por vencido y se tumbó. En ese momento notó como si le retorcieran el corazón y palideció.

Lágrimas empezaron a caer por su rostro y se dio cuenta de que había perdido a la única familia que el quedaba.

Entonces se levantó lleno de rabia y como siempre que perdía el control las cosas del despacho de Albus empezaron a levitar y a chocar unas con otras.

-Sois unos mentirosos-chilló Harry. Por no dejarme ir a casa de mis tíos ellos ahora están muertos.

-Harry seguro que te has confundido-dijo Dumbledore con su voz serena.

-Una mierda-le soltó Harry. Sabes he sentido como si partieron mi corazón en mil pedazos y...

Pero el chico no pudo acabar la frase nuevamente las fuerzas le fallaron y todas las cosas de la habitación cayeron estrepitosamente al suelo. Su tutor corrió hacia él y lo encontró desmayado, pero esta vez no se preocupó porque sabía que la causa de ese mareo era el dolor sentimental que le había causado la pérdida de su única familia y la energía que acababa de derrochar al perder el control de sus actos.

-Albus, si te parece bien me llevo a Harry a mi cuarto-dijo Lupin.

-Sí, será lo mejor-respondió Albus. Vigílalo bien mañana a la hora del desayuno porque en la portada del profeta saldrá la muerte de sus tíos y su primo.

-De acuerdo-dijo Remus cogiendo a Harry a caballito.

Así Remus J. Lupin y el chico Potter volvieron a su habitación. El profesor le puso a Harry una toalla húmeda en la cabeza y, entonces el chico reaccionó.

-Moony muchas gracias por cuidarme- dijo Harry.

-Tranquilo, ahora duerme que mañana es el primer día de clases-respondió su tutor.

-Sí tienes razón, pero me pregunto si me podrías dar una poción para no soñar, por favor-preguntó el muchacho.

-Sí, claro, espera un momento que ahora vuelvo-contestó Lupin.

Mientras esto ocurría en el colegio de magia y hechicería en una mansión casi derrumbada había mucha gente con capas negras y máscaras blancas.

Todos estaban muy contentos porque el ataque había salido tal y como lo habían previsto. Habían podido matar a los Dursley la única familia que le quedaba al odioso Harry James Potter. Sólo habían tenido cinco pérdidas y no eran nada importantes ya que eran chicos de corta edad que simplemente estaban siendo entrenados.

-Ten pequeño-le dijo Remus.

-Gracias-contestó Harry. Cogió el frasco que su profesor le entregaba y se lo tomó de un trago largo. Después de eso se estiró en su cama y se dejó llevar por el cansancio físico y mental que tenía en esos momentos. Remus J. Lupin se quedó al lado de la cama del chico y, finalmente se durmió en el suelo junto a la cama.

En esos momentos una persona anciana se encontraba en la calle Privet Drive y con mucho lamento comprobó que lo dicho por el joven Potter era totalmente cierto. No sabía como, pero Lord Voldemort consiguió romper todas las barreras mágicas de la casa y de la magia antigua que Lily había utilizado. Hay se encontraban los tres cuerpos.

Primero estaba el cadáver de Vernon. Albus supuso que había salido a defender a su familia, pero un simple muggle no tenía ninguna fuerza contra el mago tenebroso. En el salón se encontraban los cuerpos del primo y la tía del joven Potter. Los dos estaban abrazados. Dumbledore dio las órdenes para que los cuerpos se retiraran y se llevaran al tanatorio para después ser enterrados.

Después de esto se marchó al colegio. Lo primero que hizo al llegar fue anunciar la noticia a todo el profesorado. Todos quedaron consternados y decidieron que ese día no serían demasiado duros con el pobre chico el cual acababa de perder lo único que podía ser considerado como familia.

Después acordaron poner una tela negra y, empezó el nuevo curso. Ese año sería duro.

Al cabo de unos pocos minutos los estudiantes empezaron a bajar y al ver la tela negra se asustaron.

Cuando todos estaban sentados y empezando a desayunar la puerta del gran comedor se abrió para dejar paso a un chico de dieciséis años con el pelo negro muy desaliñado y unas grandes ojeras bajo sus ojos. Harry Potter entró al gran salón acompañado del profesor Lupin. El muchacho se tambaleaba a cada paso que daba y tenía los ojos muy rojos. Su tutor lo acompañó hasta la mesa Gryffindor, después fue a la mesa del profesorado.

Albus Dumbledore se levantó.

-Un poco de silencio- pidió Albus con voz serena. Antes de que el Profeta llegue a sus manos les quiero informar de un acontecimiento que ha sucedido esta noche.

Harry agachó la cabeza sabía que iba a decir lo del ataque a la casa de sus tíos y no se sentía con humor para que todo el colegio se lamentara de él.

-la razón de esta tela negra es el asesinato de Vernon, Petunia y Dudley Dursley, como algunos ya sabéis, estos eran los únicos familiares que le quedaban a Harry Potter.

Todas las cabezas del gran comedor se giraron hacia él. Harry se sintió muy mal. Todo lo que el director había dicho le recordó la noche que acababa de pasar.

Entonces sintió que Ginny le abrazaba muy fuertemente.

-Lo siento-susurró Ginny. Y lo siguió abrazando porque sabía que el chico necesitaba mucho cariño y amor y, ella se lo podía dar.

-Gracias Ginny-le dijo como pudo el joven Potter. Me gustaría hablar contigo después de clases.

El abrazo se rompió y, entonces fue Hermione quien lo tomó en sus brazos.

-Harry no dudes en pedirme ayuda cuando la necesites-dijo Hermione.

-Lo haré Mione-respondió el chico.

Después de esto Ron le dio unas palmaditas en la espalda.

-Bueno Harry ahora si quieres podrás vivir con nosotros en la Madriguera-explicó Ron.

-Si?¿-preguntó Potter.

-Pues claro-respondió el joven Weasley con una sonrisa.

Mientras todo esto ocurría el Gran Salón había estado totalmente en silencio y observándolo que sucedían en la mesa de los leones.

Entonces un gran ruido de lechuzas entrando en el comedor los hizo regresar a la realidad.

Cuatro lechuzas se dirigieron a la mesa de Gryffindor. Una se paró delante de Hermione con un ejemplar del Profeta. En la primera portada había una foto de Harry. La noticia decía:

Muerte de los únicos parientes del niño que vivió

Está madrugada unos cincuenta mortífagos hicieron acto de presencia en el pueblo de Little Whinging. Una persona anónima informó al ministerio de lo que sucedería y todos los aurores disponibles fueron hacia allí. Pero esto simplemente era una táctica para despistar a los miembros del ministerio. Mientras los aurores luchaban contra los mortífagos la marca tenebrosa apreció en la casa nº 4 de la calle Privet Drive. Algunos dispositivos corrieron hacia allí y vieron que toda la familia Dursley yacía muerta.

Entre los escombros de la casa encontraron una nota destinada para el joven Potter la cual tenía un mensaje muy claro:

Harry James Potter únete a mí y ninguna sangre sucia ningún Weasley morirá.

Lord Voldemort.

Después de leer la noticia la chica se quedó de piedra. Harry también había leído la noticia, pero aún tenía dos cartas más por abrir.

La primera que abrió era de Molly Weasley:

Siento mucho lo ocurrido cariño. Arthur nos lo contó todo. Esperamos que estés bien y te esperamos para las navidades junto con Remus.

Molly Weasley.

La otra carta supo rápidamente e quien era porque cuando la fue a abrir encontró el sello personal del director. La abrió con mucho cuidado de que nadie indebido la leyera. La carta decía:

Querido Harry:

Siento mucho el descuido de la Orden y del ministerio. Después de las clases te espero en mi despacho junto con tu tutor. Hemos de tratar muchos temas, incluido la nota que Voldemort dejó en casa de tus familiares.

Atentamente,

Albus Dumbledore.

Después Harry sin desayunar nada se fue del Gran Salón y corrió por los terrenos de Hogwarts hasta llegar al lago donde se estiró al lado de unos matorrales. No le importaba no haber comido ni saber que si seguía allí llegaría tarde a su primera clase ya nada le importaba.

Mientras él estaba estirado en la mesa de Gryffindor se repartían los horarios.

-Mierda-gritó Ron desesperado. La primera clase es doble de pociones con Slytherin.

-Voy a buscar a Harry- dijo Ginny y salió como un rayo del comedor.

La chica corrió hacia el lago porque sabía que hay lo encontraría y así fue. Allí estaba el chico tumbado sobre la hierba.

El muchacho no se percató de que una chica pelirroja lo estaba observando.

-Harry vas a llegar tarde a tu clase de Pociones- dijo Ginny mientras caminaba, pero iba despistada y tropezó.

Justamente cayó encima de Harry que al sentirla encima suyo se ruborizó.

-Estás bien?¿- preguntó el chico.

-Sí- respondió Ginny. La chica se levantó y le entregó su horario a Harry.

Le dijo adiós con la mano y se fue corriendo.

El chico se levantó un poco desconcertado pensando en como le había palpitado su corazón y con esos pensamientos salió corriendo hacia las mazmorras.