Ahora a leer.
Capítulo 8. Animagia ,bonitos amaneceres y charlas primordialesCuando el chico de dieciséis años más famoso del mundo mágico abrió los ojos se quedó desconcertado. Estaba nada más y nada menos que durmiendo con su amada pelirroja. Harry no se lo podía creer. Le dio un beso en la frente con mucha dulzura.
-Mmmm... cinco minutos más-gruñó Ginny somnolienta.
-Claro princesita todos los que tú quieras-le contestó Harry.
Eso hizo despertar a Ginny de repente. Ella como aturdida miró su dedo y hay encontró el precioso anillo que su novio ahora ya oficialmente le había regalado. Sin más acercó sus labios a los de su acompañante de sofá y lo besó tiernamente.
Al cabo de unos segundos muy intensos se tuvieron que se parar por falta de aire.
-Buenos días amor- dijo sonriente la pelirroja.
-Buenos días cariño- le correspondió Harry.
Seguidamente Ginny saltó del sofá dejando atónito a Harry.
¿Dónde vas-le preguntó el chico muy asustado.
-A por ropa limpia y a darme una ducha-le dijo la chica.
-Pues date aquí la ducha-le dijo el ojiverde señalándole una nueva habitación que había aparecido.
-Amorcito no tengo ropa limpia para ponerme-le volvió a decir la pelirroja.
Harry se acercó a ella y la abrazó. El chico en su mente se imaginó un hermoso vestido negro bastante informal para su novia. En ese momento se separó de la chica y con un simple movimiento un hermoso vestido apareció en la mano de Harry.
-Toma cariño ya te puedes cambiar-le dijo el niño-que-vivió.
-Muchas gracias-le dijo Ginny la cual para agradecer el presente que le había regalado su novio lo besó y acarició durante unos cuantos minutos.
Después de estas muestras de cariño, la chica se dirigió decidida al baño.
El baño que había aparecido en la sala de los menesteres dejó a Ginny totalmente sorprendida. Había un jacuzzi enorme, un tocador con toda serie de maquillaje, peines, cremas y muchos más artilugios para arreglarse.
Decidió que se daría una ducha rápida para no hacer esperar a su novio.
De mientras su novio estaba lanzando un hechizo a la habitación de los menesteres para que nadie entrara. Después de lanzar el hechizo se dirigió a la torre Gryffindor para ponerse decente para su novia.
Iba tan tranquilo por el pasillo cuando recordó que hoy tenían el primer entrenamiento serio con el equipo de quidditch. De repente se empezó a poner nervioso y hecho a correr.
-Maggicum Iluminus!-dijo Harry cuando llegó al retrato de la dama gorda.
La dama gorda se retiró dejando pasar al chico.
Harry subió a toda prisa a su habitación. Cuando llegó vio que Ron no estaba. Quizá estaba...
Eran las 10:30 h de la mañana y extrañamente en la torre de astronomía que sólo se utilizaba por las noches había una pareja.
Había un chico pelirrojo y una chica castaña con el pelo muy alborotado y con el traje un poco mal puesto.
La chica fue la primera en abrir los ojos y se sintió descolocada al sentir sólo bajó ella una simple manta y tener al lado a Ron Weasley. De repente todo lo ocurrido aquella noche le vino a la cabeza.
-FLASH BACK-Los dos se encontraban bailando cuando Cho fue a molestar a su amigo Harry. Después de esto Harry y Ginny se fueron. Entonces Ron para no sentirse inferior a su amigo y además porque verdaderamente llevaba rato pensándolo cogió a Hermione por la mano y la arrastró con él. Ella no opuso resistencia ya que amaba a ese hombre y sabía que no le haría nada malo. Después de subir muchas escaleras Hermione se encontraba junto con Ron en la torre de astronomía. Ron lanzó un hechizo a la puerta para que no se pudiera abrir y pudieran tener una velada cómoda.
En seguida y como nunca antes había sucedido Ron se acercó a Hermione y sin previo aviso le empezó a besar de manera apasionante. La chica le correspondió de muy grata manera pensando en lo mucho que amaba a ese alocado pelirrojo.
Mientras se besaban el chico pensaba como había podido dar ese gran pasó pero no le preocupó porque ahora estaba disfrutando más que en toda su vida.
Después de este primer beso se sucedieron muchas más. Los demás fueron más intensos y más pasionales. No obstante de la pasión, no llegaron a nada más porque los dos eran conscientes de que no estaban preparados.
-Accio Manta-dijo el pelirrojo al ver a su chica tiritando.
Le puso la manta y la acomodo en su pecho para que no tuviera tanto frío.
Al cabo de unos minutos la chica se durmió sintiéndose totalmente protegida.
Minutos después el pelirrojo también se durmió.
-FIN DEL FLASH BACK-
-Ron cariño despierta es hora de volver a la torre-dijo Hermione y al ver que eso no funcionaba optó por el plan B.
Se acercó a su pelirrojo y le besó en los labios. Eso causo el efecto esperado y Ronald Weasley despertó al momento.
-Buenos días Mione- dijo Ron dándole un cálido beso de buenos días.
-Buenos días Ronnie-le contestó la chica.
-Es hora de que volvamos a la torre o nos echaran en falta- dijo Ron.
-Es cierto mejor que nos vayamos ya. Y sin más comentarios se tomaron de la mano y empezaron a descender de la alta torre en donde se encontraban.
Harry supuso que Ron estaría perfectamente con su novia Hermione Granger. Se metió corriendo en la ducha y se cambió a toda prisa.
Después salió corriendo en dirección a la sala de los menesteres en busca de su novia.
Cuando llegó la abrió con un simple Alohomora. Su novia aún no había salido del baño así que se sentó y pensó que haría hoy ya que era domingo. Primero pensó en quedar con Ginny pero de repente recordó que en el fondo de su baúl había unas cuantas copias de libros sobre animagia y creyó que ese era el mejor día para practicarlo. Además dentro de poco sería luna llena y podría demostrarle a su Tío Moony lo mucho que le quería. Por tanto decidió que después del entrenamiento de quidditch iría a la Casa de los Gritos a través del túnel del Sauce Boxeador y seguro que allí podría probar sin correr ningún riesgo.
Sintió que una persona con una magia muy cálida se acercaba a él y a juzgar por su discreción le quería asustar cuando la chica estaba apunto de darle el susto Harry con un hábil movimiento la cogió por la cintura y la besó como nunca antes lo había hecho. Después de ese beso Harry con tres movimientos de su mano hizo aparecer una mesa y dos sillas.
-Dobby-dijo Harry. Al momento después el elfo estaba allí.
-Harry Potter mucho gusto en volver a verlo- le contestó el elfo.
-Dobby por favor nos podrías traer un poco de desayuno a la señorita Weasley y a mi-preguntó Harry.
-Claro que sí señor- dicho esto desapareció.
Al cabo de un minuto toda la mesa estaba llena de cereales, tostadas, pastelitos, batido de biscuits y muchos otros y como no jugo de calabaza.
Cuando estaban acabando de desayunar el fénix de Dumbledore, Fawkes, apreció en el medio de la mesa.
Harry se asustó cuando vio que además de una carta el ave llevaba un ejemplar del profeta. Ginny que también lo vio se acercó a él para leer la noticia.
La noticia salía en la portada.
" INTENTO DE ASALTO EN SAN MUNGOAyer por la madrugada la marca tenebrosa se formó en el cielo justo encima del hospital San Mungo. A las 3:00h de la madrugada una treintena de mortífagos se internó en el edificio. Han muerto más de una cincuentena de personas. Por suerte la masacre fue parada por los aurores.
No obstante, hemos de lamentar la muerte del auror Kingsley Shacklebolt. El cual será enterado mañana mismo a primera hora de la mañana."
Cuando Ginny acabó de leer la noticia lo único que pudo hacer fue abrazar a Harry el cual estaba sentado en la silla con los ojos encharcados de impotencia.
Después de unos momentos de asimilación leyó la carta de Dumbledore.
-Lo siento amor pero me tengo que ir- dijo Harry levantándose con brusquedad y haciendo desaparecer la mesa y las sillas con un chasquido de sus dedos. Por favor princesa diles a los componentes del equipo de quidditch que el entrenamiento será hoy por la tarde en lugar de por la mañana-le explicó Harry.
-De acuerdo cariño. No te preocupes por el equipo yo hablaré con ellos-le contestó Ginny.
-Muchas gracias princesita mía-le dijo y se dirigió a ella le dio un suave beso y salió de la sala en dirección al despacho de su director.
Mientras dejó allí a su novia la cual sin perder el tiempo corrió hacia el Gran Comedor en donde encontró todos los integrantes del equipo.
-Buenas chicos-dijo la pelirroja con cara preocupada. ¿Ya han leído el Profeta-preguntó la chica.
-No ¿Por-dijo Hermione.
Ginny le extendió a su amiga la edición del Profeta que tenía. Cuando Hermione acabó de leer la noticia no se lo podía creer y solamente pudo pasarle a su novio el periódico.
-Esto es una masacre-dijo Ron con indignación en su voz.
-Verdaderamente Ronnie-contestó la castaña que estaba sentada a su lado.
-Ron, Harry ha tenido que ir a hablar con el profesor Dumbledore. Me ha dicho que hemos de avisar a los integrantes del equipo de quidditch que el entrenamiento de hoy por la mañana pasa a la tarde-le explicó rápidamente Ginny a su hermano.
-De acuerdo vamos a informarles-contestó Ron sabiendo que su mejor amigo tendría que mantener una charla bastante sería con el director del colegio.
-Cerveza de mantequilla-dijo Harry y de inmediato la gárgola que ya tanto conocía se abrió dejando paso a unas escaleras las cuales acababan delante de una gran puerta de roble.
El chico picó a la puerta dos veces.
-Adelante-se oyó al instante.
Harry Potter no dudó ni un momento en entrar al despacho del director.
Cuando entró no se extraño en ver al profesor Dumbledore y como no a su querido Tío Moony.
-Harry por favor siéntate- le dijo el director del colegio de magia y hechicería Hogwarts.
El chico se sentó y pensó que antes de que Dumbledore empezará a explicarle debía disculparse por el comportamiento que había tenido la otra vez al recibir su nota. Además creía que era el momento propicio porque eso agradaría mucho a su tutor el cual parecía estar exhausto.
-Profesor Dumbledore me gustaría pedirle perdón por la reacción que tuve el otro día. Lo siento mucho-dijo el chico con voz arrepentida.
-Tranquilo chico era normal tu enfado, pero si te sientes más tranquilo estas perdonado-le contestó Albus Dumbledore.
-Entonces profesor me ha llamado por lo del ataque mortífago ¿Verdad-preguntó Harry con impaciencia.
-Verdaderamente sí-contestó Dumbledore. Los mortífagos cada vez están más activos y ayer no pudimos hacer nada para evitar la masacre que ocurrió, pero te he pedido que vengas por otra cosa-dijo el director poniéndose aún más serio que antes.
-Entonces ¿por qué me ha llamado-cuestionó Harry totalmente impaciente.
-Pequeñajo Lord Voldemort volvió a dejar otra nota para ti lo único es que está vez hemos conseguido que la prensa no lo publicara-dijo esta vez el licántropo.
-Así es Harry aquí está la carta-le dijo Dumbledore. Ábrela por favor.
Harry cogió la carta con manos temblorosa por lo que dentro de ella pudiera poner.
Cuando la abrió y la leyó de repente se tornó muy pálido tanto que Albus Dumbledore y Remus Lupin pensaron que había visto al propio Lord Oscuro allí, pero el contenido de la carta era mucho peor para Harry.
La nota era muy clara:
"Hola Potter:
Me he enterado que te has echado novia. Te voy a proponer una nueva propuesta. Únete a mi y tu querida Ginevra Weasley vivirá, rechaza la respuesta y morirá como tu asquerosa madre sangre sucia.
Tu gran amigo
Lord Voldemort"
Cuando Lupin y Dumbledore leyeron la nota comprendieron la palidez del chico. Remus rápidamente sacó una tableta del mejor chocolate de Honeydukes.
-Profesor Dumbledore necesito llevarme la nota y hablar con Ginny muy seriamente sobre esto-le dijo Harry después de comer un trozo de chocolate. Además profesor me gustaría empezar el viernes con las lecciones de oclumancia por si aún caso.
-De acuerdo Harry entonces nos vemos el viernes a las ocho aquí-dijo Dumbledore. Puedes marcharte.
Harry se despidió de ellos con un simple gesto de su mano. Debido a que no estaba de humor para muchos movimientos.
Harry se puso al lado del sauce boxeador aunque a una distancia prudente.
-Accio libros de animagia-dijo alzando su mano.
Al cabo de unos segundos los libros que él deseaba se hallaban en su mano.
Después de esto se dirigió un poco más al árbol. Lo paralizó tocando el nudo con una piedra y recorrió todo el túnel hasta llegara la Casa de los Gritos.
Había decidido que antes de hablar con Ginny quería aprender o al menos intentar la transformación de animago porque creía que era primordial que empezará a tener poderes ocultos a Voldemort.
El chico se sentó en la cama donde hacia tres años se había encontrado sentado a su padrino Sírius Black. Estar sentado allí le produjo un momento de tristeza pero se recuperó de seguida sabiendo que a partir de ahora tenía que ser más fuerte que nunca para poder proteger bien a su amada o sino ella podría sufrir la ira del Señor Oscuro.
Entonces en unos momentos repasó la teoría más importante.
Según lo que decía la teoría lo primero que tenía que hacer era un círculo de velas y él se tenía que sentar en medio. Con unos movimientos rápidos y ágiles el chico hizo aparecer velas y las dispuso de forma circular.
Después procedió a sentarse en el miedo en posición de flor de loto, tal y como indicaban los libros que había leído. Después de eso simplemente se tenía que dejar la mente totalmente en blanco y al cabo de unos minutos, más o menos según la persona, el animal en el cual se convertiría aparecería en su mente.
Puesto que ya se sabía la teoría se dispuso a dejar su mente en blanco. Una vez la dejó en blanco al cabo de unos minutos una forma apareció en su mente...
Remus Lupin se dirigía decididamente al ministerio para hablar directamente con Fudge con el cual tenía una cita programada.
Se dirigió a la cabina telefónica la cual era la entrada del ministerio.
-Ministerio de Magia ¿Quién es y adonde va?
-Remus Lupin y tengo una cita con el Ministro de Magia Cornelius Fudge.
Entonces apareció la chapita típica y Remus entró al ministerio.
Sin más preámbulos se acercó a la recepción donde le revisaron la varita como hacían con todos los visitantes.
Después de esta revisión el licántropo se dirigió al despacho de Fudge. Cuando llegó una secretaria le habló:
-Por favor señor Lupin el ministro dice que usted ya puede pasar
-Muchísimas gracias-contestó Lupin y sin hacerse esperar entró al despacho de Cornelius Fudge.
-Buenos días señor Lupin-le saludó el ministro Fudge.
-Buenos días señor Fudge-le contestó Remus muy educado.
-Dígame que asuntos le traen por aquí-le preguntó Fudge.
-Me gustaría que diera a Harry Potter un permiso especial con el cual él pudiera examinarse dentro de dos semanas o tres de aparición-dijo Remus Lupin sin ni siquiera tomar aire.
-Y por qué cree que se lo voy a dar y por qué lo pide- le preguntó el ministro.
-Lo pido porque Harry en numerosas ocasiones se ha enfrentado a quien no debe ser nombrado y si eso sucediera ahora podría escapar desapareciendo y creo que se lo dará por las falsas acusaciones que se hicieron hace dos años contra su persona- le contestó el licántropo muy seguro de lo que decía. ´
-Está bien le concedo el permiso- contestó finalmente Fudge después de mucho pensar.
-Muchas gracias y perdón por haberle hecho perder su valioso tiempo-contestó el hombre-lobo.
Sin más preámbulos se fue del despacho y seguidamente del ministerio.
De mientras en la casa de los gritos su pupilo había observado con detenimiento el animal en el que se convertiría.
Decidió que ya era el momento de probarlo. Así que como decía la teoría se imaginó con toda claridad el animal que había imaginado y además se lo imaginó con el carácter de él que no quería que se cambiase para poder ser reconocido. El carácter que Harry había decidido había sido el color de sus ojos.
Después de pensar en todo esto se dispuso a concentrar se al máximo y a pensar en el animal con ese carácter especial. Al cabo de unos minutos, el chico sintió que todo cambiaba y se miró en el espejo que había en la habitación. Cuando se miró quedó maravillado. En lugar del chico alto con el pelo azabache y ojos de color verde había un tigre albino con aspecto fiero y no obstante con esos mismos ojos verdes que caracterizaban a Harry Potter.
Harry decidió que ya era ora de volver al castillo así que cogió los libros que se había llevado con la boca a causa de la falta de manos y se dispuso a hacer todo el trayecto de túnel en su forma animaga.
Cuando llegó al final del túneles imaginó al chico que él era en realidad y al momento se volvió a convertir en una persona.
Cuando miró su reloj se dio cuenta de que la hora de comida ya había pasado, pero como no tenía hambre se fue directo a la sala común, pero antes minimizó los libros y los guardó en su bolsillo.
Cuando llegó a la sala común todos los integrantes del equipo lo estaban esperando.
-ya era hora Harry-le dijo Ron en cuanto lo vio entrar.
-Tranquilo sólo me he retrasado un poco-dijo acercándose a Ginny y tomándola de la mano.
-Venga chicos vamos a entrenar.
Así que todos los componentes del equipo salieron de la torre Gryffindor hacia el campo de quidditch.
En el vestuario Harry les explicó unas cuantas técnicas que tendrían que utilizar contra Slytherin.
Los primeros que entrenaron fueron los cazadores. Ginny, Seamus y Dean intentaban marcar goles a Ron de cualquier modo pero Ron ahora era mucho más bueno que el año pasado y se paró casi todos los tiros de los cazadores.
Después Harry decidió que harían un mini partido y todo fue muy bien.
Harry pudo comprobar que el equipo compenetraba muy bien y hacia jugadas espectaculares.
-Muy bien chicos abajo-dijo Harry.
Todos bajaron a la orden de su capitán.
-Chicos lo habéis hecho muy bien ya podéis iros-les felicitó Harry.
Todos los integrantes se fueron menos Harry y Ginny que se quedaron en los vestuarios.
-Ginny después de cenar nos podemos ver en la torre de astronomía tengo que hablar muy seriamente contigo-dijo Harry.
La cara de seriedad que tenía el chico asustó mucho a la chica la cual simplemente pudo asentir.
Después Harry le cogió de la mano y ensuciando todo de barro se dirigieron a la torre Gryffindor para ponerse ropa limpia.
Después de ducharse Harry bajó al Gran Comedor a comer algo.
Cuando llegó en la mesa Gryffindor había mucha gente que no era de su casa y descubrió a los participantes del Ejército de Dumbledore.
Harry se acercó hacia ellos.
-Hola Harry te estábamos esperando- saludó Hermione.
-Buenas noches Hermione- respondió Harry.
-Harry es que habíamos pensado que podríamos rehacer el ED-dijo Hermione rápidamente.
-Hermione es que yo no tengo tiempo-intentó excusarse Harry.
-Por favor Harry necesitamos de tu ayuda- le dijo Luna Lovegood y todos asintieron .
Harry asintió.
-Hablaré con el profesor Dumbledore para ver si podemos reabrirlo- dijo Harry. Dentro de un par o tres de días os digo algo.
Después de cenar Harry se fue a la torre de astronomía.
Cuando Ginny vio que su novio se iba esperó unos segundos y lo siguió.
Harry había decidido enseñarle a su novia la forma animaga que tenía. Cuando llegó a la torre se convirtió en el tigre y esperó tumbado en el suelo.
Al cabo de unos minutos la puerta se abrió con sigilo y allí vio a su pelirroja que al ver un tigre intentó retroceder pero la puerta estaba cerrada. Entonces la pelirroja se fijo en los ojos.
-Harry…-dijo Ginny.
En ese momento Harry volvió a su forma original.
-Guauuuu- dijo Ginny.
-Ginny tenemos un problema- dijo Harry que quería ir al grano.
-Cual cariño-preguntó Ginny.
Harry simplemente le entregó la carta de Voldemort. Cuando Ginny la leyó palideció y se escurrió en los brazos de Harry.
-Ginny si quieres podemos dejar lo nuestro y esto se acabará-dijo Harry con voz triste.
-Ni hablar amor yo te quiero y no me pienso separar de ti-dijo la pelirroja recuperada del shock.
-Estás segura Gin- preguntó Potter.
-Completamente Harry-dijo Ginny.
-Entonces princesa prométeme que no harás imprudencias y que siempre irás con algún compañero de clase-dijo Harry.
-De acuerdo amor, te lo prometo-dijo Ginny.
Entonces Harry le dio un beso apasionado y con una mirada decidieron que era hora de bajar, si alguien les encontraba tendrían un problema.
Cuando estaban a mitad del camino Harry quiso asustar a su novia convirtiéndose en animago.
Cuando se convirtió Ginny se le acercó y le tocó el pelo excitando al Harry humano el cual volvió a su forma real y empezó a besar sin descanso a su amada en mitad del pasillo y entonces vieron que una persona loes estaba observando.
Esa persona era...
