Capítulo 14. La humillación de las serpientes

Aquel día en el Gran Comedor había un gran alboroto y no era de extrañar. Por fin había llegado el primer partido de quidditch y además era un Slytherin contra Gryffindor.

Las apuestas hacia el equipo de los leones eran masivas porque desde que el famoso Harry Potter había entrado en el equipo y había jugado sólo habían perdido un partido y por culpa de los dementores.

En la sala de los Merodeadores los cuatro chicos se estaban vistiendo, no obstante hoy no desayunarían en el comedor sino que llamarían a Dobby para que les trajera algo de comida porque Ginny, Harry y Ron no querían encontrarse antes de hora con las asquerosas serpientes.

Harry había quedado con Seamus Finnigan, Dean Thomas y los hermanos Creevey media hora antes del partido en los vestidores del campo de quidditch.

-Chicos, creo que es hora de que vayáis hacia los vestuarios-les aconsejó Hermione.

-Tienes razón, cariño-dijo Ron.

-Pues a que esperamos-gritó Ginny emocionada.

-De...De acue...erdo-tartamudeó Harry Potter.

-Harry James Potter no estarás nervioso?¿-preguntó Ginny con sorna.

-Pues...-pero la frase quedó ahogada por un apasionado beso de su amada pelirroja y en ese momento toda la seguridad de la que no había tenido volvió a él haciéndolo sentir seguro.

-Creo que me pondré nervioso más a menudo-exclamó Harry con una sonrisa pícara.

Ante aquel comentario todos rieron contentos y cogieron sus escobas para dirigirse al campo de quidditch a jugar el famoso partido.

Cuando llegaron al vestuario los demás integrantes ya estaban allí.

-Por favor iros vistiendo-pidió Harry cuando entró en el vestuario.

Todos los integrantes le hicieron caso en el acto y se dispusieron a cambiarse y ponerse el equipo de quidditch.

Harry salió un momento al ver el estado del campo y se quedó extrañado porque para ser el día siete de noviembre aún no había llovido y hacia un sol espléndido y el suelo estaba totalmente seco que les iría bien para coger más velocidad, pero si tenían alguna caída sentirían más fuerte el impacto.

Harry entró otra vez al vestuario y con simple movimiento de su mano su ropa se cambió por la de quidditch cosa que ya no sorprendió a ninguno de los integrantes del equipo de los leones, los cuales ya estaban totalmente dispuestos para salir al campo y jugar contra las asquerosas serpientes que les esperaban fuera.

-Chicos simplemente deciros que si jugáis tan bien como hacíais en los entrenamientos esas serpientes van a saber lo que es ser humilladas por los leones-dijo Harry.

Después todos juntaron sus manos y chillaron al unísono: GRYFFINDOR

Cuando salieron el nuevo comentarista Neville Longbottom por sorpresa de todos empezó a cantar los nombres de su equipo.

-El magnífico capitán del equipo Gryffindor y el buscador más joven en un siglo Harry Potter en su Saeta de Fuego, le sigue su inseparable mejor amiga y guardián del equipo Ronald Weasley, empezamos con los cazadores, Ginny Weasley, Seamus Finnigan y Dean Thomas y por último los hermanos Creevey como golpeadores- acabó Neville Longbottom.

- Capitanes dense la mano-ordenó la señora Hooch.

Draco Malfoy y Harry Potter se acercaron desafiantes y se dieron la mano con toda la fuerza de la que disponían.

-Preparado para perder cara rajada-le espetó Malfoy.

-En absoluto más bien estoy preparado para ver tu humillación-le contestó Harry.

En esos momentos Madame Hooch ya había lanzado la quaffle así que Harry se elevó sin importarle que Malfoy le siguiera.

-Y Dean tiene la pelota, uno de los golpeadores le tira una bludger que intercepta perfectamente Colin Creevey-decía Neville. Dean se la pasa a Seamus que no duda ni un momento a pasársela a Ginny la cual bate de manera increíble al guardián de Slytherin y 10 puntos para los leones-gritaba Neville totalmente contento con el principio del partido.

Así Gryffindor fue marcando, pero cuando ya iban 100 a 10 a favor de los leones Draco Malfoy pensó que la mejor idea era tirar a la pequeña Weasley de su escoba, lo que no sabía es que con ese acto podría salir mal parado.

Ginny celebrando una de sus múltiples anotaciones hizo una pirueta y entonces sintió que alguien la agarraba del pelo intentando tirarla de su escoba. En ese momento Ginny estaba totalmente paralizada y sintió por primera vez en su vida miedo de caerse de la escoba, lo que Ginny no sabía es que gracias a su miedo se habían activado los símbolos que les unían desde el conjuro y Harry, Ron y Hermione casi al acto notaron que la parte de Ginny estaba ardiendo, todos se giraron a verla y lo que vieron les asustó muchísimo.

Vieron a Ginny casi colgando de su escoba mientras Draco Malfoy la agarraba del pelo. Harry empezó a sentir que su aura de magia se desbordaba, estaba perdiendo el control, pero eso ya lo tenía controlado. Sin pensárselo dos veces aceleró su Saeta de Fuego y se acercó al sitio donde estaban Malfoy y su novia. Harry ya lo tenía todo planeado.

Cuando estuvo lo bastante cerca le lanzó a Malfoy un hechizo en las manos con lo que las manos se le convirtieron en gelatina y por tanto, resbalaron del hermoso cabello pelirrojo de Ginny. La joven Weasley sin pensárselo dos veces se alejó de Malfoy y voló en dirección a la quaffle. De mientras Harry dijo el contrahechizo para que Malfoy volviera a tener las manos normales. Cuando estuvo seguro de que la asquerosa serpiente tenía las manos normales se alejó hacia otro lado y decidió que era hora de que la serpiente pagará lo que le había hecho a su novia.

Harry Potter de repente se tiró en picado hacia el suelo. Todos se pensaron que el buscador y capitán de Gryffindor había encontrado la preciada snitch dorada.

Cuando el joven jugador de los leones vió que Draco ya no podría parar hizo un amago de Wronsky que dejó a todos totalmente perplejos y entusiasmados.

Draco vió como Harry en un movimiento totalmente perfecto cambio de rumbo y empezó a subir de manera tan brusca como había bajado y el hijo de Lucius Malfoy lo único que pudo hacer fue ver como el suelo se acercaba y no podía hacer nada por cambiar de rumbo y al cabo de unos instantes cayó en el suelo quedando inconsciente.

Harry Potter ya estaba totalmente contento. Su equipo funcionaba a las mil maravillas. Ron Weasley a penas había dejado pasar dos veces la quaffle por los aros. Los hermanos Creevey estaban siendo buenísimos con las bludgers y los cazadores, sobretodo su Ginny habían anotado tantos puntos que había perdido la cuenta.

Harry decidió que pronto tendría que terminar con ese partido porque tenía ganas de ir a la fiesta que les esperaba en la torre Gryffindor así que muy contento de si mismo se puso a buscar la snitch y al poco tiempo la encontró cerca de los aros que Ron vigilaba.

Aceleró su magnífica su escoba al máximo de velocidad y se dirigió como una flecha que ataca a su presa hacia la escurridiza pelotita alada. cuando llegó a su altura soltó la mano derecha del palo de su escoba y alargó el brazo. Para esos momento todo el campo estaba pendiente de él y debido a que gracias a la jugada de antes no tenía rival de seguida cogió la snitch dorada haciendo que el estadio explotara en vítores para celebrar la victoria merecida de los leones.

-Y Gryffindor gana 400-20-finalizó Neville Longbottom con la retransmisión del partido.

Los integrantes del equipo Gryffindor se dirigieron a los vestuarios donde se ducharon. Todos los integrantes se fueron yendo de los vestuarios del campo de quidditch en dirección a la sala común de Gryffindor donde les esperaba una gran fiesta hecha por Hermione Granger y Neville Longbottom.

Pero a pesar de que en la sala común de los leones había una fiesta, había dos personas en los vestuarios de quidditch que estaban a punto de montarse su propia fiesta.

Harry Potter y Ginevra Weasley estaban solos en el vestuario. Ninguno de los dos lo sabía y cuando Harry y Ginny salieron de sus respectivas duchas y se quedaron estupefactos por encontrarse. Harry no pudo soportar la excitación que tenía en esos momentos lo único que pudo hacer fue besarla apasionadamente dejándola casi sin aire para subsistir. Siguieron así durante muchos minutos satisfaciéndose mutuamente los dos lo necesitaban.

Mientras tanto en la sala de Gryffindor Hermione Granger buscaba a su mejor amigo Harry Potter sin éxito.

Hermione se empezaba a desesperar él que era el anfitrión de esa fiesta no entraba en escena y Hermione lo primero que pensó fue que lo habían atacado en los vestuarios del campo. La chica más lista de Gryffindor lo único que pudo hacer fue salir por el retrato de la Dama Gorda corriendo en busca de su mejor amigo pensándose que lo peor podía haber ocurrido. Como no sabía con lo que se podría encontrar fue al despacho de Remus Lupin y como esperaba lo encontró allí leyendo un libro.

-Remus-le dijo Hermione.

-Dime Hermione-le cuestionó el licántropo.

-Es.. que…Harry aún no ha aparecido y estoy preocupada y me preguntaba si me acompañarías al campo para ver si está ahí-explicó Granger.

-Claro, será mejor que vayamos y nos aseguremos de que él está bien-contestó Remus Lupin regalando a Hermione una de sus sonrisas afables.

Los dos se dirigieron al campo. Hermione estaba hecha un flan y se notaba muchísimo, sin embargo parecía que el profesor de defensa contra las artes oscuras estaba totalmente tranquilo, pero en realidad no era así.

PENSAMIENTOS DE REMUS LUPIN

A lo mejor ha sido atacado mientras estaba duchándose y no se ha podido defender y lo han malherido los Slytherins por haberse burlado de Draco o a lo mejor lo han atacado los mortífagos y ya lo han matado o simplemente lo han secuestrado y lo han llevado con Voldemort. Pero entre estos pensamientos Remus pensaba que a lo mejor Harry simplemente estaba pensando en los vestuarios antes de entrar en el bullicio de gente de la torre de Gryffindor.

FIN DE LOS PENSAMIENTOS

Cuando llegaron a los vestuarios del estadio de quidditch los dos estaban tan nerviosos que ni siquiera preguntaron si había alguien en el vestuario y entraron sin más y entonces vieron a Harry cogiendo a Ginny fuertemente con una mano por la cintura y vieron la otra recorriendo el muslo de la chica. Ginny no se quedaba atrás, esta tenía una mano en el pelo de Harry alborotándolo más y la otra mano recorriendo el pecho del famoso niño-que-vivió y mientras se exploraban mutuamente se besaban locamente como si fuera la última vez que lo pudieran hacer.

Remus Lupin y Hermione Granger no sabían que hacer y de repente la chica sintió unas ganas enormes y sin poder evitarlo estornudo.

Harry y Ginny se quedaron muy sorprendidos y se soltaron rápidamente y se giraron para ver a Remus Lupin y a Hermione Granger.

La feliz pareja empezó a ponerse extremadamente roja y parecía que fueran a explotar de un momento a otro.

Remus lo único que pudo hacer fue reírse cosa que dejó totalmente sorprendidos a todos lo presentes en los vestuarios.

-Tío Moony de que te ríes?¿-preguntó Harry temeroso.

-De que tienes él mismo estilo que tu padre haciendo ciertas cosas-le contestó el lobo haciendo que Harry se pusiera aún más rojo.

-Bueno chicos mejor vayamos ya a la sala común-propuso Ginny.

-Sí, vayamos-aceptó Hermione.

-Tío Moony ven con nosotros-le pidió Harry.

-Pero yo soy un profesor…-pero no pudo acabar porque Harry lo tapó.

-Tú eres uno de los antiguos Merodeadores y como tal en tus tiempos libres dejas de ser profesor y vendrás conmigo quieras o no a la sala común-dijo Harry con tono autoritario.

-Está bien pequeñajo-contestó Remus alborotando el pelo de su casi "hijo"aunque después de lo que Ginny y él habían estado haciendo el pelo del chico poco más se podía alborotar.

Los cuatro se encaminaron a la sala común de Gryffindor.

Harry y Ginny entraron de la mano y en cuanto entraron numerosos aplausos se escucharon.

Al cabo de unos segundos los dos muchachos se encontraban levitando por toda la sala.

Y eso era culpa de Fred y George Weasley que habían venido de visita y que habían pensado que no podían perderse una fiesta de Gryffindor así que ellos fueron los que se encargaron de las bromas y de la comida y también de las bebidas alcohólicas.

Ginny, Harry, Ron y Hermione estuvieron poco rato en la fiesta porque todos ellos estaban cansados y decidieron irse a su sala.

-Fred, George-llamó Harry.

-Dinos Harry-contestaron a la vez.

-Venir a nuestra sala y dormir allí y mañana os marcháis-propuso Harry.

-De acuerdo-contestaron los gemelos.

Cuando llegaron al retrato que habría las habitaciones de los Merodeadores Harry dijo la contraseña y el retrato les dejó pasar sin ningún problema.

Después de entrar Ginny, Harry, Ron y Hermione les enseñaron a los gemelos la sala de entrenamiento, la biblioteca y por último se dirigieron a la habitación en donde dormían y hay vino el problema.

-Y está hermanos es nuestra habitación- indicó Ginny abriendo la puerta.

En ese momento las caras que pusieron los gemelos eran simplemente inexplicables.

-Pero…-intentó decir Fred.

-Como…-volvió a intentar decir esta vez George.

-A que vienen esas caras-dijo Harry con cara inocente.

-Las camas-dijeron los gemelos a la vez.

-A! Eso-contestó Ron esta vez sonriente.

-Fue una muy buena idea de Harry-contestó Hermione también sonriente.

-Veréis como Ron esta con Hermione y yo con Ginny, decidimos transformar las cuatro camas en dos de matrimonio para dormir cada uno con su respectiva pareja-explicó Harry.

-Que tú estás con nuestra hermano-gritaron los dos gemelos.

-Sí-contestó Harry riéndose a carcajada limpia después de ver la reacción de los hermanos de su querida Ginevra.

-Y de que te ríes-le preguntó George.

-De vuestra reacción-contestó Harry.

-Desmaius, expelliarmus, rictusempra!-gritaron a la vez los gemelos.

Harry con un rápido movimiento aparto a Ginny de su lado y hizo un mortal hacia atrás quitándose el hechizo de peso para ser más ágil y mientras estaba en el aire petrifico a los gemelos que ni siquiera se dieron cuenta del propósito de Harry de petrificarlos.

-Gin, amor siento haber petrificado a tus hermanos pero no quería acabar esta noche en la enfermería-le contestó Harry.

-Tranquilo amor los dejaremos así hasta mañana y ahora descansemos.

Harry transportó mágicamente los cuerpos de los gemelos Weasley y se acomodo en la cama mientras que Ginny se acomodaba sobre su cuerpo y Ron y Hermione hacían lo mismo.

Ese día para las dos parejas que dormían plácidamente había sido genial y para los gemelos no tanto.

En otro parte del castillo, en una habitación de Slytherin había un chico de dieciséis años con el pelo rubio y los ojos grises maldiciendo mentalmente a cierta cazadora a la cual no consiguió tirar y a su noviecito el asqueroso Potter.

Sabía que aunque los odiara necesitaba de la ayuda del cara rajada porque según las múltiples investigaciones que había hecho Potter sabía incluso más que su tutor Remus Lupin.

Con esos pensamientos decidió dormirse y pensar en todo eso en otro momento.

Mientras en una mansión bastante lejana a Hogwarts se discutía sobre lo que parecía ser un asunto importante.

-Malfoy que sabes de tu hijo-le preguntó un hombre con cara de serpiente y ojos rojos.

-Señor no se nada Dumbledore y Potter están cuidando de él aunque eso parezca muy extraño por la enemistad que entre Potter y mi hijo hay.

-Lucius el comportamiento de tu hijo me ha decepcionado en demasía y lo quiero en mis filas o tú pagarás los platos rotos-dijo Voldemort.

-Sí, Señor-contestó Lucius.

Pero lo que él no sabía es que para cuando intentará volver a coger a Draco para entregárselo a Voldemort este ya estaría más que preparado para enfrentarse con su padre y, seguramente salir victorioso.