N/A HOLAAAAAAAAAAA! MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN DEJADO UNA REVIEW, LA VERDAD QUE PENSABA QUE NADIE LO IBA A LEER Y ME HA HECHO MUCHA ILUSIÓN QUE OS HAYA GUSTADO.
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CAPÍTULO 3: VOLVERÁS A MÍ
Hermione se sentía en una nube, tenía los ojos cerrados pero no quería pensar en nada que no fuera él, Draco, su mayor enemigo durante tantos años, abrazándola... no sabía que era lo que estaba sintiendo por Malfoy, pero tenía que descubrirlo, ella había ido a su apartamento para gritarle, incluso pegarle un poco :P, pero lo que no imaginó es que iba a acabar besándole, con la excusa de que él le debía una... por suerte parecía que Draco se lo había tragado, le había besado no porque le debiera una, sino porque quería volver a esos labios, quería volver a sentir esa pasión que en la vida le habían hecho sentir, hubiera muerto en sus labios en ese mismo momento, pero tenía que disimular un poco...
De pronto, sintió como Malfoy se estaba levantando, lo que la devolvió a la realidad. Parecía que se había levantado para irse, pero por qué?
Malfoy estaba experimentando una serie de sensaciones que no le gustaban, bueno, si que le gustaban, pero sabía que aquello no sería bueno ni para él ni para Granger, así que decidió levantarse. Miró el reloj, habían estado así casi dos horas, el tiempo había pasado muy deprisa, lo que no podía soportar Malfoy era que sentía que en ese tiempo hubiera parado el reloj y se hubiera quedado ahí siempre, por primera vez se había sentido bien. Si, algo fácil para muchos, pero no para un Malfoy, un Malfoy no se dejaba llevar por sus sentimientos y se mantenía frío como el hielo, sus ojos grises reflejaban el hielo, pero su frialdad no se encontraba solo en sus ojos, sino también en su alma, que estaba vacía por dentro, ni siquiera el cariño de su familia había llenado ese vacío, porque ni cuando era un niño había recibido el afecto que todos los hijos recibían de sus padres, los Malfoy se alegraron cuando nació, pero porque querían tener un heredero, otro mortífago en la familia, no por la alegría de traer un ser vivo al mundo, con tu sangre y tus rasgos. Draco siempre había sentido eso, lo único que hizo de niño fue estudiar, aprender, pero ni un minuto de diversión, ese rencor se había mantenido vivo todos esos años pero nunca se lo había dicho a nadie, a quien se lo iba a decir, a sus compañeros de Slytherin? Aquellos idiotas que solo pensaban a través de sus padres. No.
Todos ese rencor había pasado por su mente mientras miraba a Granger, no se había dado cuenta pero no podía seguir allí, simplemente no podía, así que la miró por unos segundos y despacio se alejó... de lo que podría ser su perdición, o su gloria.
Hermione quería decir algo, cualquier cosa, pero lo último que quería era que Draco se fuera, quien lo iba decir, tantos años intentando librarse de él y ahora quería que se quedara.
Nada salió de su boca, solo se quedó mirando mientras Draco se alejaba. Por alguna razón no pudo decir nada, cuando Draco se había levantado se había quedado mirandola, y ella comprendió que él no podía quedarse, no sabía por qué, pero así lo sintió, esos fríos ojos grises se lo decían. Le dejó marchar... pero solo de aquella habitación, porque sabía que ya no iba a poder dejarle marchar de su corazón.
Hermione había estado toda la noche mirando por la ventana del hotel, viendo amanecer, en una ocasión se había imaginado como Draco volvía, la abrazaba y le decía que nunca la iba a dejar marchar. Pero pronto eso se desvaneció y solo quedaba ella, sola.
Ya era de día, no sabía que hacer, sus maletas aún no habían llegado, con su varita hubiera sido mucho más fácil encontrarlas, pero no tenía su varita. Así que la única solución era esperar. Tampoco tenía dinero, y no sabía donde ir, tampoco quería quedarse allí encerrada durante todo el día, de pronto encontró una solución, no había que ser muy inteligente para darse cuenta de que lo que necesitaba era alguien llamado Malfoy, Draco Malfoy. Sonrió al pronunciar su nombre y se dirigió a su apartamento, quería saber como iba a reaccionar Malfoy al verla por segunda vez entrando allí, aunque esta vez iba a ser diferente porque no tenía pensado besarle e irse, aunque pensándolo bien lo de besarle ya no sonaba tan mal, pero estaba claro que no pensaba moverse de allí.
Malfoy no había dormido nada, tampoco lo había intentando, simplemente no quería cerrar los ojos y verla a ella, ya estábamos otra vez... no se podía quitar a Granger de la cabeza, por más que intentaba pensar en otra cosa le era imposible, ella era lo único que le había hecho sentir algo más allá del odio, no volver a pensar en la palabra amor porque sentía que se iba a ahogar, y no quería... o si?
Hermione subió las escaleras del apartamento casi corriendo, como si Malfoy se le fuera a escapar, y estaba en lo cierto. Draco se encontraba haciendo las maletas, no tenía ganas de quedarse allí, habían sido pocos los momentos que había pasado con Granger pero todos muy intensos, y no podía mirar el apartamento sin recordar el beso que le dio, quería más, la quería a ella, pero era mejor así.
Llamaron a la puerta, Draco se dirigió allí y abrió. Era ella, Hermione le miró, con esos ojos miel que le volvían loco, era como si le hipnotizaran, tanto que perdía la noción del tiempo y no podía evitar seguir mirandola.
Hermione apartó la vista durante un segundo y vio las maletas de Draco medio hechas encima del sofá, después volvió a sus ojos y no necesitó decir nada, sus ojos hablaban: - Te vas...? Después de lo que ha pasado...-
Hermione caminó hacia atrás sin apartar la vista, hasta que se dio la vuelta dispuesta a irse.
Cuando Draco se dio cuenta de que estaba a punto de irse reaccionó, en esos momentos no había tenido nada más claro en toda su vida, la necesitaba a su lado.
Draco extendió el brazo y le agarró de la mano. Cuando Hermione sintió su piel, sintió un escalofrío, no podía más.
Draco la giró y se quedaron frente a frente, los dos intentaban leer los ojos del otro, Hermione quería perderse en sus ojos, ya le daba igual si su apellido fuera Malfoy o lo que había sucedido en el pasado.
Draco la agarró de la cintura y la acercó un poco más hasta que sus alientos se cruzaron. No pudo aguantar y unió sus labios con los de ella, Hermione también comenzó a besarle, como si lo único que había querido desde la segunda vez que se besaron fuera volver a sentirle, y era así, la pasión que ya había sentido antes volvió a correr por sus venas, y Malfoy volvió a sentir esa extraña sensación de paz, poco después se separaron, Malfoy la miró y se hundió en ella, se abrazaron como si no quisieran dejarse marchar el uno al otro nunca más.
Por fin Hermione se decidió a hablar, o más bien a susurrar...
Draco... que nos está pasando?- dijo Hermione sin abrir los ojos. Malfoy tardó un poco en responder.
No lo sé...- dijo despacio- pero es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Hermione sonrió, pero no podía evitar pensar en lo que iba a pasar a partir de ese momento con ellos.
Y.. qué va a pasar ahora?-
Qué te parece...?- susurró Draco al tiempo que volvía a besarla.
Cuando se separó ella le miró y le dijo.. - Mm... no está mal, pero tendrás que mejorarlo :P-
Draco arqueó las cejas y volvió a besarla, esta vez más despacio, sintiendo cada movimiento, Hermione pensaba que se le fallaban las piernas y que en cualquier momento se iba a caer.
Después Draco comenzó a besarle el cuello lentamente...
Como sigas así no va a quedar nada de mí- dijo Hermione.
Draco no dijo nada, solo sonrió.
Después de unos minutos Hermione se separó de él y le preguntó, - Entonces... pensabas irte?-
Draco miró sus maletas.
Quizás... pero creo que me quedaré un poco más aquí.- Algo me ha hecho cambiar de opinión... o mejor dicho, alguien.-
Habían estado hablando y recordando viejos tiempos durante casi todo el día, hacía tiempo que Hermione no se lo pasaba tan bien, Draco disfrutaba estando a su lado, no era como él había pensado, una rata de biblioteca que solo hablaba de libros, era maravillosa, solo verla ya le provocaba besarla.
Hermione miró su reloj.
Me tengo que ir, quizás mi maleta haya llegado ya al hotel, con un poco de suerte- dijo Hermione.
Ok, pero promete una cosa-
A ver... que quieres que prometa?- dijo Hermione rodeando sus brazos en el cuello de Draco.
Que volverás- susurró Draco mientras la besaba.
Lucis Malfoy se encontraba en la mansión Malfoy hablando con su mujer, Narcisa.
Creo que durante este último curso de Hogwarts el chico ya estará lo suficientemente preparado para iniciarse como mortífago- dijo Narcisa.
Eso espero.-
No te preocupes Lucius, estoy segura de que hará que te sientas orgulloso. Por cierto, te ha enviado alguna lechuza para ver si está bien en el apartamento de Nueva York?-preguntó Narcisa.
No. Le dije que solo enviara lechuza en caso de urgencia, estamos demasiado ocupados como para andar de visita de una lado a otro.-
Quizás deberías pasarte por allí, ya sabes, para ver como le va y qué está haciendo-
De acuerdo, viajaré con los polvos flu, así que traéme mi capa, no me apetece llegar chamuscado.
Polvos flu? Pero si ese apartamento no tiene chimenea...- se extrañó Narcisa.
No, pero el piso de arriba si, y creo que los dueños están de vacaciones, me mantuve siempre informado, por las veces que viajé allí.
Bien, partirás ahora?-
Si, por qué no, veremos que está haciendo Draco.-
Dale recuerdos de mi parte- dijo Narcisa.
Lucius asintió y se dirigío a la chimenea de la mansión Malfoy.
Arriba del apartamento Malfoy en Nueva York.- dijo Lucius mientras arrojaba los polvos flu.
Draco le abrió la puerta a Hermione para que se fuera.
Draco Malfoy abriéndome la puerta a mi?- rió Hermione- Nunca lo hubiera imaginado.
Bueno yo tampoco hubiera imaginado que besaría a una sangre sucia como tú- gruñó Draco, a lo que Hermione respondió con una mirada de desaprobación.
Eh vamos, no te enfades- dijo Draco mientras la acercaba hacia él. Le dio un beso en la frente y le dijo. - No olvides volver.
Hermione salió de allí con una sonrisa y se puso rumbo al hotel.
Lucius llegó al piso de arriba y comprobó que estaba vacío, como le habían informado, se sacudió el polvo que le había caído en la negra capa y salió del apartamento.
Cuando salió a la escalera oyó la voz de su hijo.
No olvides volver-
Había dicho Draco, - Con quien estará hablando?-se preguntó Lucius.
Al oir cerrarse la puerta se asomó y lo que vio le lleno de asco y repulsión, ya había visto esa cara antes, en Hogwarts, la querida amiguita de Potter y de el pobretón de Weasley, la sabelotodo y lo que era más importante, la sangre sucia, Granger. Qué estaba haciendo esa sangre sucia en el piso de los Malfoy? Se le quitaron las ganas de entrar, pero se controló, su hijo le iba a oir, dejando entrar en el apartamento esa tal Granger, si la familia Malfoy se enterara.
Malfoy se sentó en el sofá, no se había sentido mejor en su vida, se sentía vivo por primera vez, y todo gracias a Hermione. De verdad sería amor? No tenía otra palabra para llamar a lo que estaba sintiendo. Llamaron a la puerta.
Draco se levantó y mientras abría dijo: - Se te ha olvidado algo...?- se cayó cuando vio a su padre mirándole con sus ojos fríos, mas fríos de lo normal. Draco se asustó, qué había visto su padre?
Padre... qué haces aquí?-
Draco. Quería ver como te iban las cosas por aquí, veo que bien- habló Lucius.
No me quejo-
Dejando entrar a nuestro apartamento a una sangre sucia, quien te crees que eres?- Lucius explotó, lo suyo no era tantear el terreno, siempre iba al grano.
Padre, yo..-
No hables Draco! Me es indiferente lo que estaba haciendo esa tal Granger aquí, pero te diré una cosa, más vale que no vuelva, por tu bien, y por el suyo- sonrió Lucius maliciosamente.
Ni se te ocurra tocarla- dijo Malfoy firmemente.
Aja... así que ahora me vienes con que te importa lo que le pase a la sangre sucia eh? Haré lo que crea conveniente, te mereces una paliza por esto, pero no tengo tiempo, si la vuelvo a ver por aquí, o contigo, la torturaré hasta que muera, y a ti no te mataré, pero te haré ver como muere tu querida amiguita, queda claro?-
Draco asintió, se sentía sin fuerzas para hablar, no le quedaba aire en los pulmones para pronunciar una palabra, no podía ser valiente, con su padre todo daba igual, no le importaban los sentimientos de los demás, ni siquiera los suyos, porque carecía de ellos, si él decía que mataría a Hermione, lo haría, su padre nunca vacilaba, nunca.
Hermione iba a tener que salir de su vida, justamente en los momentos en que se había dado cuenta de que se estaba enamorando de ella.
