HOLAAAAAA! PARECE SER QUE HA HABIDO UN PROBLEMILLA CON PORQUE DURANTE TRES DÍAS NO HE PODIDO METERME EN MI CUENTA... TENÍA ESCRITO ESTE CAPÍTULO DESDE HACE DOS DÍAS Y NO HE PODIDO SUBIRLO... PERO EN FIN AQUÍ ESTÁ Y PRONTO VEREIS EL SIGUIENTE, GRACIAS A TODOS POR LAS REVIEWS QUE ME HABEIS PUESTO, ME ENCANTAN! Y ESCRIBIDME MASSSS, JEJE, A VER SI OS GUSTA ESTE CAPÍTULO.

BESOSSS

Capítulo 4: Malditos Ojos Grises

Hermione caminaba feliz, rápido pero sin demasiada prisa, aunque tenía ganas ya de volver con Draco, ya no le importaba tanto lo de las maletas, las encontraría cuando recuperara su varita, lo que quería en ese momento es pasar mas tiempo con Draco, llegar a conocer más sobre esos ojos que durante tanto tiempo se habían mantenido indiferentes ante ella, el Slytherin parecía esconder mucho más en su interior de lo que aparentaba, y ella quería sacar eso a la luz. Sabía que si Harry y Ron se enteraban de aquello no lo iban a aprobar, pero le daba igual, ella les demostraría lo que Draco era en verdad.

Hermione siguió caminando, ya había llegado al hotel, entró y se encontró con la señora Da-ana muy sonriente, la verdad es que el hotel podía no ser un cinco estrellas pero la dueña era un cielo, había tratado muy bien a Hermione y la verdad que de eso no se podía quejar.

Se te ve muy feliz hija.- comentó Da-ana.

La verdad es que no me puedo quejar- contestó Hermione con una amplia sonrisa- Por primera vez desde que llegué a esta ciudad, parece que las cosa me empiezan a ir bien.-

Y no será gracias a ese apuesto chico que te van las cosas bien verdad?- sonrió Da-ana.

Hermione al principio no respondió, solo rió y concluyó la conversación sobre Draco.

Puede ser...- dijo Hermione- Por cierto, he vuelto al hotel para ver si han llegado ya mis maletas, no me vendría nada mal ropa limpia para variar-

Lo siento mucho querida, pero parece que no han encontrado tus maletas todavía, aquí no ha llegado nada- contestó Da-ana, antes de que Hermione respondiera Da-ana siguió hablando- Pero... si quieres te puedo dejar un traje que tengo guardado en el almacén-

Eh... bueno, me lo enseñas?- vaciló Hermione antes de decir que si.

Da-ana le condujo hasta el almacén y abrió un armario, allí estaba, un precioso vestido largo, de color turquesa, decorado con un estampado de pequeñas flores en la parte de arriba, que no tenía mangas ni tirantes.

Es precioso... de quien es?-

Oh.. bueno en los tiempos en los que éste hotel era un cinco estrellas, no como ahora que ya ves en lo que se ha convertido, venían mucha gente rica y una se debió de dejar este vestido, quieres llevártelo?-

Claro! - contestó Hermione, quizás Draco volvía a llevarla a un restaurante caro y le gustaría estar a la altura.

Hermione cogió el vestido y subió a su habitación, todavía tenía en sus manos la caja de maquillaje que Da-ana le había proporcionado así que intentó que su pelo dejara de enredarse cada vez que daba un paso y se arregló lo mejor que pudo. Tenía muchas ganas de volver a los brazos de Draco, pero lo bueno se hacía esperar.

Hermione salió del hotel con una sonrisa, tal y como había entrado, lo que no sabía era que pronto esa sonrisa se convetiría en lágrimas.

Draco daba vueltas por la habitación, no podía dejar de pensar en ella, y en lo que le había dicho su padre, pero qué hacer? Sabía que su padre era capaz de cualquier cosa con tal de alejarle de ella, era una sangre sucia, lo nunca visto en la familia Malfoy, debía evitar a toda costa que su padre hiciera daño a Hermione, y sabía que tenía muchos medios, debía sacrificar el amor que estaba naciendo en él para protegerla.

Llamaron a la puerta, Draco sabía que era ella, no podía mirarla, no podía porque si la miraba lo único que iba a hacer sería abrazarla y pedir que ese momento durara para siempre, que solo existieran ellos dos, sin ningún impedimento, sin nada que ver de donde venían sus sangres. Pero eso era un sueño, un sueño...

Draco abrió la puerta, la vio, sonriendo delante suyo, jamás en su vida hubiera imaginado que Hermione Granger tenía esa sonrisa tan preciosa. Sería porque nunca le había sonreído a él. Draco estaba serio, no sabía como afrontar la situación, no sabía de que manera era mejor hacerlo. Draco no se había fijado en otra cosa que no fuera en su sonrisa pero cuando fue bajando la mirada y la vio, se quedó sin habla. Estaba preciosa, nunca la había visto tan guapa, y solo para él. Eso se lo hacía más díficil.

Hermione le vio, se había quedado alucinado, ella sonrió para sus adentros, parecía que el vestido le quedaba bien. No aguantó más la distancia y se lanzó a sus brazos, le besó, pero Draco no se movió, ni siquiera cerró los ojos, se quedó quieto y frío como el hielo, igual que antes de todo lo que había pasado.

Hermione paró y se fue echando hacia atrás, qué estaba pasando?

Atrás sangre sucia, más vale que te mantengas ahí y no me toques- dijo Malfoy, aunque sabía que esas palabras le iban a hacer daño a Hermione, el dolor que estaba sintiendo él a medida que cada palabra y cada suspiro iban saliendo de su boca lo superaba con creces.

Hermione le miraba con sorpresa, con dolor, incluso ira. Ese no era el Draco con el que acababa de estar hace unas horas, era totalmente diferente, Hermione se temía lo peor.

Draco, qué está pasando?- preguntó Hermione.

Qué pensabas tú que estaba pasando sería la pregunta más correcta, no crees Granger?- dijo Draco friamente.

Pero yo pensé que..- un llanto ahogó sus palabras mientras una lágrima caía por su mejilla, no era la primera que había caído en los últimos días.

Draco no podía continuar hablando así, era incapaz de mirarla. Pero de pronto encontró las fuerzas para mirarla y así lo hizo. Lloraba, él lloraba por dentro aunque las lágrimas no se vieran, todo su cuerpo gritaba, pero ningún sonido se escuchaba.

Draco se acercó rapidamente a Hermione antes de que a ésta le diera tiempo a reaccionar, la atrajo hacia él y la abrazó con todas sus fuerzas.

Hermione no entendía nada, primero era tan frío y ahora le sentía tan cálido, justo como horas antes, esos cambios de personalidad no podían ser buenos. Hermione se secó las lágrimas, puso sus manos en el rostro de Draco con suavidad y le miró a los ojos.

Qué pasa?- preguntó suplicante, esperando una respuesta convincente.

Draco no respondía, sólo la miraba, Draco también puso sus manos en la cara de Hermione.

No quiero volver a verte nunca más.- dijo Draco al tiempo que acercaba sus labios y besaba a Hermione, después de lo que había dicho Hermione no sabía que decir, después de decir eso un beso no era lo más apropiado, pero ella le correspondió, no podía irse sin más, en sus besos se sentía como nunca...

De pronto Draco le dio un pequeño beso, se apartó de ella con brusquedad y se dio la vuelta.

Vete- dijo Draco sin el más mínimo dolor en sus palabras.

Hermione no pudo evitar que sus lágrimas volvieran a caer.

Te odio Draco Malfoy, te odio...- murmuró Hermione mientras salía corriendo.

Draco sentía una sensación de impotencia enorme, estaba dejando marchar a la mujer de la que se estaba enamorando, y lo más triste era que sabía que ella sin saberlo, se había llevado su corazón al cruzar esa puerta.

Hermione corría a través de las concurridas calles de Nueva York, con rumbo a su hotel, no tenía otro sitio a donde ir, ni tampoco ganas de hacer turismo.

Llegó al hotel y subió corriendo las escaleras, la señora Da-ana lo había visto todo, algo había pasado con el apuesto joven que había traído.

Hermione se quitó el vestido, se lavó la cara y se volvió a poner la ropa que había traído desde el principio, no quería estar un minuto más allí, a la mañana siguiente llamaría a sus padres para que la fueran a buscar, odiaba ese lugar.

Draco le había echado de su casa, sin ninguna explicación. Lo que más temía era que al volver a Hogwarts todo el castillo se enterara de lo que había pasado con Malfoy, y si él mismo lo había planeado todo para luego ponerla en evidencia? Era lo único que se le ocurría ante ese cambio de comportamiento, aunque en los momentos en los que había mirado sus ojos parecía tan sincero, todo por culpa de aquellos malditos ojos grises.

Draco se sentía vacío, como si le hubieran quitado algún órgano interno y sintiera que algo no estaba bien, no habían sido muchos los momentos que había pasado con ella, pero habían bastado, no había sido amor a primera vista, claro está, la había tenido delante de sus narices durante seis años y nunca había puesto su vista en ella nada más que para insultarla... Pero ya no había vuelta atrás, tendría que cargar con el peso que conllevaba lo que había hecho, aunque al volver a Hogwarts sabía que lo iba a lamentar.

Llamaron a la puerta, por una milésima de segundo se le pasó la posibilidad de que quien estaría al otro lado de la puerta al abrirla sería Hermione, que volvía. Pero desechó esa opción en cuanto se abrió la puerta.

Padre- dijo Draco, Lucius Malfoy había vuelto, pero para qué?

Aunque sabes que confío en ti plenamente para hacer lo correcto con esa sangre sucia - Si ya... pensó Draco- he traído a alguien para que te haga compañía en tus vacaciones, y además muy buena compañía, espero que aproveches tus vacaciones con buena sangre. Pasa querida- concluyó Lucius.

Una pierna asomó por lo que Draco podía ver desde la entrada y después el cuerpo entero, Draco no se esperaba aquello ni por asomo.

Hola Draquito- dijo Pansy Parkinson mientras sonreía maliciosamente.

CONTINUARÁ

N/A aaaaahhhhhhhhhhhh! Ya sé ya sé... me vais a matar por meter a Pansy en la historia... jajajajaj, pero es que hay que enredarlo un poco que si no, no tiene gracia! tranquis que nada más incluirla en la historia ya me he planteado matarla o algo asi, jejejej, pero tranquilasss que no durará mucho, además nuestro Draco jamás se dejaría influir por la Parkinson, verdad? jejeje soy maligna :P

besitoooooooos, atentos al próximo capítulo!