TE AMO, PERO QUIERO SER FELIZ

II

Es sorprendente la facilidad que eh desarrollado para mentir, hace un año que salgo con Ilira y ni siquiera nota o no quiere notar que cada vez que se me va la mirada estoy pensando en ti, en ti que no logro olvidarte, no se confundan quiero mucho a Ilira, tanto que estoy dispuesto a hacerla feliz aun que no la pueda amar. Admiro cada detalle de ella, cada caricia, cada beso, por me lo entrega con toda su alma, y yo, yo solo puedo responderle de esa manera si estoy pensando en ti. Es cruel, tal vez, pero ella es feliz.

-Len, te estoy hablando

-Lo siento Ilira, me fui un rato

-ya me di cuenta, verdad que es hermoso el pasar el atardecer con la persona que amas?

Odio que haga esas preguntas, por que me dejan desarmado y solo puedo responder con un simple beso, un beso hipócrita, un beso vació, que aun así ella disfruta y siente como si la amara.

-me encantan tus respuestas, por cierto mañana es la cena con mi familia va a ser en la mansión roja, no llegues a recogerme tarde.

-alguna vez eh llegado tarde?

Cuestiono con ese tono meloso que pongo cuando dice cosas sin sentido, ahora me pregunto esta bien vivir una mentira, ella es feliz y yo sobrevivo y paso la vida, pero aun así no es lo que quiero.

-no nunca

Responde con una sonrisa y me da un beso rápido como despedida sube a su auto y se aleja despidiéndose con la mano, le contesto el gesto y me detengo a ver la oscuridad consumirlo todo y de nuevo tu recuerdo viene a mi mente, tal vez más fuerte que nunca, tal vez más real. Han pasado 6 años desde que te vi la última vez, y aun así te recuerdo como si te hubiese visto hace cinco segundos.

-o-o-o-o-o-o-

La Mansión Roja, una enorme casona que los ricos rentan para dar sus fiestas, hoy la familia Anaraki ah organizado una cena, todos llegan con sus mejores galas, me encanta como habla Ilira de su familia

-esa gorda bruja de chal de lentejuelas es la tía Marali y ese pez flaco es su quinto esposo el conde Dule, la de allá, en el vestido rosa pálido es mi prima Leia, la anoréxica, aquella es Huria es la más normal de todos y toma antidepresivos.

-que linda familia la tuya.

-jijiji son una bola de víboras y hipócritas que solo vienen a mofarse de los demás

-y tu?

-yo solo soy parte de la familia

Ilira y yo caminamos saludando a medio mundo, invitados, tíos, primas, tías, abuelas, viejos que huelen a muerto, mujeres que secretean… dios bendiga a la Alta sociedad, en cierta forma me siento como en mi casa.

-Ven quiero presentarte a mi prima Sofie hace un año y medio salió con domingo siete, pero su hijo tuvo la suerte de parecerse a su padre, es un buen muchacho algo raro pero bueno.

Ilira me jala para presentarme a su prima, a su esposo y de seguro al mocosillo, dios por que tengo que estar aquí, si estoy en casa ya hasta quiero salir huyendo.

-hola Sofie

-hola Ilira, cuanto tiempo sin verte

-si, mira te ves genial

-si y tu también

-te presento a mi novio Len Tao

-mucho gusto Len

-el placer es mío

-que mozo, te presentaría a mi esposo pero anda por ahí con el niño

-que lastima quería que lo conociera

-pues eso no es problema Ilira a horita le hablo.

Esta mujer tiene la voz más aguda y fea que eh escuchado en mi vida, pobre de su esposo.

-Horo mi vida ven!

El grito de la mujer es horroroso pero el nombre inquieta mi alma, mi corazón late deseando que sea y no él, pero al voltear a ver hacia donde la mujer hace señas lo miro, fijamente como visión celestial igual que mis más hermosos sueños, es él, marcado por la edad, pero se que es él, más maduro, como todo un padre, con su hijo en los hombros, la misma tranquilidad en su sonrisa, sus ojos como dos diamantes negros, su piel clara, su presencia mágica que te hace olvidarlo todo.

-el es mi esposo Horokeu Usui

-LEN? Eres tú?

-si Horo soy yo

Contesto con una sonrisa y se ilumina el alma al saber que no me a olvidado, el sonríe, con esa sonrisa que amo, por que, por que tenia que volverte a ver, por que dios se divierte así conmigo.

-Se conocen

-si, de hace mucho tiempo

-si, increíble hace 6 años que no sabia nada de ti

-el mundo es como un pañuelo

Si un maldito pañuelo cruel, no hay tiempo para cruzar más palabras, inicia la cena y cada quien a su mesa para oír el brindis, las mensadas que dice el patriarca de la familia y a las que nadie pone atención, por mi parte mis ojos solo ven a Horo a 3 mesas de distancias jugueteando con su hijo, no ha perdido su inocencia, sigue siendo el mismo que eh amado todo este tiempo. No lo soporto, mi corazón late como loco y mis ojos se humedecen, esta ahí, como si fuera un sueño, y sin embargo ya tiene una vida, una esposa, un hijo y yo todo este tiempo no eh hecho nada por seguir apegado a su recuerdo.

Me levanto sin decir nada y camino al balcón, un respiro profundo y una lagrima que cae a un vacío terrible, cuando escucho esa voz de ángel a mi espalda.

-que sucede Len?

Es él, su voz es más fuerte, pero sigue teniendo ese tono que lo caracteriza.

-que me pasa, nada, solo lo que me ah pasado durante los últimos 6 años, un dolor en el pecho y un corazón roto.

-de que hablas?

Lo volteo a ver directamente a los ojos y no se que hacer, quisiera desaparecer, agacho la cabeza deseando que con eso él se fuera, pero no, se acerca a mi y me levanta el rostro, mirándome fijamente.

-me amas

-soy tan obvio

-no, pero cuando uno siente eso, se da cuenta

-a quién amas?

-a ti, pero…

Cielos, me ama, no puede ser, pero hay un pero, un maldito pero al cual pido que el cielo y todas las criaturas existentes maldigan eternamente.

-pero?

-pero nunca me buscaste, ni yo a ti, nunca me atreví y ni tu tampoco, ahora ya es tarde, tú estas con Ilira, yo casado y con un hijo, ya es muy tarde.

-demasiado

-si

Noto tristeza en sus ojos, limpia mis lágrimas y me siento más indefenso que nunca, cuando un beso, uno suave, corto y único, me besa, sentí sus labios por un instante y siento que mi vida ya está completa, después se despide, la fiesta acaba y tal vez jamás lo vuelva a ver.