"Gracias Robin..."
Vio a un grupo de jóvenes salir de la torre, el líder con una capa y un antifaz ocultando su rostro, una chica pelirrosa y de falda corta, un chico verde y un muchacho alto mitad robot, antes los había visto pero nunca en persona, eran diferentes, lucían más humanos que en los periódicos. Robin se acercó hasta ella, la saludó extendiéndole la mano y le presentó uno por uno a todos los integrantes. Pensaba en cómo serían cada uno de ellos, esperaba que las cosas salieran bien y pudiese quedarse ahí, alejarse de su mundo y de todo lo que conocía para darle un sentido a su existencia.
Entró siguiendo a Robin y con los otros Titanes detrás de ella, todos le mostraban las increíbles cosas del lugar, la cocina, los grandes espaicos, la tecnología y la que sería su habitación. Una vez que visitaron cada rincón regresaron a la parte más alta de la "T" donde Robin le mostró lo que ella ya había notado levemente.
- Y como verás aquí tenemos lo mejor, la vista más increíble de la ciudad -le dijo señalando el gran ventanal, ella miró poniendo atención a cada detalle, las casas, el océano, todo. Al instante quedó maravillada, caminó lentamente hasta tocar el vidrio. - ¿Y bien¿Aceptas ser parte de nosotros? -Raven lo miró y sonrió levemente.
- Será un placer.
Se estrecharon las manos y luego recibió un afectuoso saludo por parte los demás, una sonrisa de Cyborg junto con un "bulla!", un fuerte abrazo de Star y un besso del Chico Bestia convertido en perro. Algo desconcertada por las muestras de afecto les preguntó que cuándo podía mudarse, le dijeron que mientras más pronto mejor así que regresó a su casa a través de un portal. Apareció en su habitación, tomó papel y pluma para escribir una carta de despedida a las personas que tanto tiempo la atendieron, no se podía decir que les tenía afecto pero estaba agradecida porque la cuidaron y le dieron lo que necesitaba, aunque nunca la consideraron su hija de verdad... era demasiado extraña para eso. Terminada la carta apareció un nuevo portal por el cual se transportó a su nueva habitación junto con todas sus cosas.
Abrió la puerta corrediza todavía algo insegura de lo que pasaría, estaba asomada mirando hacia un extremo del pasillo cuando el sonido de cierta voz la asustó un poco.
- Hola ¿Ya te instalaste?
- Ahh... sí, ya lo hice, Robin, ahora sólo dime qué tengo qué hacer.
- Pues no mucho, relájate y mañana por la mañana revisa cuándo es tu turno para limpiar la cocina -le guiñó el ojo debajo del antifaz y siguió con su camino.
Algo sonrojada regresó a su habitación, miró a su alrededor y con sus poderes atrajo su diario, lo brió esperando encontrar las páginas en blanco, pero el poema seguía ahí y el abismo en su interior también, decidió ponerse a meditar para calmarse, para olvidar. A la mañana siguiente fue la primera en despertar, se dirigió a la cocina y preparó un té, con la taza caliente entre las manos miró de nuevo el horizonte lleno de paz.
- En verdad es hermoso ¿No?
- Sí lo es.
- Me da gusto que estés con nosotros.
- No estés tan seguro, no me conoces y no sabes lo peligrosa que puedo ser.
- Confío en ti y sé que no nos defraudarás. -al instante la chica sintió las mejillas enardecer y la taza entre sus manos se tornó negra.
- Tengo que irme. -se apresuró para ir a su habitación y controlar sus poderes, pero fue interrumpida por el sonido de una alarma.
El enemigo en esta ocasión era un tipo llamado Control Fenómeno, la batalla fue algo complicada pero al final los poderes de Raven evitaron que el sujeto escapara, lo cual le trajo no sólo mayor confianza de sus compañeros sino también de ella misma. Al igual que el primer enemigo aparecieron otros, siempre poderosos y siempre derrotados con el trabajao de todos. Poco a poco Raven se fue integrando a las actividades del equipo y sin darse cuenta se convirtió en parte importante de la vida de todos, en especial de uno de ellos. Con Robin solía mantener charlas diferentes a las que sostenía con los otros, era mujer de pocas palabras y prefería que los demás no se metieran en su vida, quizás por simple manía o quizás por temor, pero con el líder de los Titanes las cosas eran completamente diferentes, se sentía segura y protegida, cosa que achacó a que era precisamente eso, el líder del grupo. Nunca se sio cuenta de que las cosas no eran tan simples como eso.
Pasó una cantidad considerable de tiempo hasta que Raven creía olvidado el incidente que la llevó hasta los Jóvenes Titanes, su vida era estable y sin mayores sobresaltos, tanto que dejó de escribir en su diario, cuando tenía que hablar de algo siempre estaba él para escucharla. En cierto momento decidió visitar las antiguas páginas escritas para cerciorarse de que todo estaba bien, de que las cosas estaban olvidadas y su nueva vida, y más bien su nuevo amigo, la habían ayudado a superar del todo el pasado. Buscó las hojas y al encontrarlas aún pudo ver las palabras, pero no estaban claras, el cambio en sus sentimientos las destiñeron hasta casi desaparecerlas.
- Gracias Robin -fue todo lo que dijo antes de cerrar el diario de nuevo.
Un día normal pasaba en la Torre y en la ciudad, Chico Bestia y Cyborg jugaban videojuegos, Starfire cocinaba un platillo típico de su planeta y Robin caminaba ansiosamente afuera de la habitación de Raven, en su interior la chica leía tranquilamente, hasta que se dio cuenta de que alguien estaba rondando cerca y abrió la puerta.
- ¿Sucede algo Robin?
- ¡Raven!... no, digo sí... ¿Podemos hablar un segundo?
- Claro -los dos chicos entraron y cerraron la puerta- ¿Y bien? Te ves algo alterado.
- Es que... verás... hay algo que quiero decirte, es importante... pero...
- Pero... Robin sabes que puedes decirme lo que sea... somos amigos ¿No?
- Sí amigos... -el tono de su voz era de desepción como si aquellas palabras lo hubiesen herido profundamente.
- Ent... -la alarma sonó estrepitosamente llevándolos hasta las calles del centro.
El enemigo era desconocido, una especie de mounstro subterráneo, gigantesco y con una fuerza enorme además de poderes mentales para mover objetos. La lucha fue dura, más porque había mucha gente ahí y sus intentos porque se alejaran eran inútiles. De repente se abrió un agujero en el suelo a donde cayeron muchas personas, los Titanes intentaros rescatarlos a todos, pero mientras lo hacían el mounstro tomó un rehén, un muchacho joven, de cabello extrañamente blanco y ojos rojos, lo elevó apresado con una mano mostrándolo para que la lucha se detuviera, no podían atacarlo si tenía a un humano preso.
Raven dejó en un sitio seguro a algunas personas, cuando regresó la mirada hacia el enemigo sintió como la sangre se le helaba, las piernas y sus poderes fallaron haciéndola caer de rodillas y provocando toda clase de destrozos a su alrededor, el resto de los Titanes analizaron la situación y encontraron la forma de atacar al mounstro sin dañar al muchacho, pero su intento no fue del todo exitoso, al detener al villano el rehén salió volando directamente al agujero en la tierra, de inmediato Raven reaccionó y sin tener pleno control de si misma se arrojó para salvarlo.
En la inmesa oscuridad del agujero no podía ver nada, intentó volar pero no pudo, intentó mover las rocas, pero no pudo, ya no tenía control de nada, a su alrededor volaban piedras de todos tamaños, pudo esquivar las grandes, pero las pequeñas le causaron heridas en la piel. Cayó varios metros, a ella le pareció una eternidad, hasta que por fin alcanzó la mano del chico de cabellos blancos que a estas alturas estaba inconciente, pero todavía le quedaba un gran problema por resolver, no controlaba sus poderes y una caída mortal los rodeaba.
CoNTiNuaRá...
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Hola! Pues aquí estoy con el segundo capítulo, no me queda más que dar las gracias a todas las personas que se dieron el tiempo para dejar review, me animaron muchísimo! Ahora sí ya sé para dónde va ésto, tal vez no sea muy largo pero confío que sea lindo.
Otra vez muchísimas gracias por los reviews (de verdad me animan muchísimo!) y también gracias a quienes leen.
PD
Se acpetan todo tipo de comentarios.
